Mi Maldición 1.
Introducción para un nuevo relato.
Mi Maldición 1.
Esta es solamente la introducción para un relato que hace tiempo tenía pensado. Espero que les guste y me hagan saber cualquier detalle.
Besos
Aaa…..aaa….!! lo terrible de no poder dormir es que todos los pensamientos se viene al mismo tiempo y no surge solución para nada. Me siento, doy vueltas y no logro conciliar el sueño. Tomo mi cabeza, restriego mis ojos y me obligo a sacar todo para descansar. Han sido noches terribles...ya ni sé cuánto tiempo llevó así, pero del alguna manera tengo que desahogarme. Sin duda alguna esta no ha sido la mejor noche ni la mejor semana de mi vida, pero para ser sinceras mi vida siempre ha sido un asco. Si les relatara cada una de las cosas que me han sucedido sería poco para que me entendieran, pero necesito desahogarme, no soporto más esta angustia y no me queda mucho tiempo. Puede que estas palabras nunca sean leídas, pero al menos dejaré una huella de mi paso por este mundo… más allá de los malos recuerdos que algunas personas tienen sobre mí.
Creo que para relatarles mi vida tengo que remontarme hace varios años atrás empezando con mi abuela, una mujer que en sus años mozos enamoró y rompió corazones sin piedad alguna. Fue deseada y amada por varios hombres y algunas mujeres, sin embargo en su corazón nunca existió cariño alguno por ningún ser humano, hasta que quedó embarazada de la que sería mi madre. Nunca supieron quién fue el padre, ya que ella nunca mencionó el nombre de su amante. Se esparcieron muchos rumores al respecto, algunos decían que mi madre era hija de un marino Holandés que desembarcó unos días cerca del pueblo, otros decían que era hija de un gitano y los más chismosos decían que simplemente mi abuela había hecho pacto con el diablo y a cambio de una buena situación económica había accedido a tener a su hija en el vientre, la cual cuando cumpliera 20 años acabaría con el mundo entero. Obviamente todos le temían, pero aquello nunca sucedió, primero porque mi abuela no tenía mucho dinero, apenas una casa antigua cerca del centro de la ciudad y segundo porque el mundo aún existe. Suena un poco loco, pero en los pueblos chicos esos rumores tienen más peso que en cualquier otra parte del mundo. Al nacer mi madre, mi abuela cambió su rutina de amantes y noches de juerga, volcándose completamente al cuidado de su hija amada. No volvió a tener amantes, a pesar de que muchos intentaron acercarse con el fin de proponerle un buen pasar a cambio de otros favores, pero por su cama no volvió a pasar nadie más…y por lo que recuerdo murió sola como siempre quiso estar, ya que debo reconocer que mi abuela solamente tenía ojos para mi madre, pero ésta nunca la acompañó más de lo debido. Es triste pensar que una vida termine de esa manera, a quién mas quieres es quien más te decepciona. En fin, un triste final para ella, pero la historia debe continuar.
Mi madre nació en un pequeño pueblo en el sur, donde muchas personas no se atrevían a llegar por la lejanía y por miedo a las leyendas. Era una niña hermosa, su pelo ondulado y sedoso encantaba hasta la persona más arisca, sus ojos eran profundos e intimidaban hasta la persona más prepotente. Su cara son rasgos finos hacía juego con su piel blanca y el conjunto dejaba a la luz a una mujercita con una hermosura nunca vista en esos rincones. En su vida nada le faltó, ya que mi abuela se encargó que fuera así. Como ya les dije en el pueblo muchas personas le temían, pero a la vez la admiraban por su belleza y personalidad fría, porque así era, una mujer fría. El tiempo no causó estrago en su físico, fue marcando aún más los detalles que la hacían espectacular. Le decían la princesa de hielo que tan solo con una mirada era capaz de congelar los corazones de todos aquellos que la amaban. Un día llegó un hombre extranjero que apenas la vio le declaró su amor incondicional. Suena extremo, pero así fue, a primera vista dicen quienes lo vieron. No había día en que no le dijera cuanto la amaba, pero mi madre lo ignoraba como lo hacía con las demás personas, creo que en eso se parecía a mi abuela, con la diferencia que mi abuela al menos sonreía. El pobre hombre la seguía a todas partes, pero nunca recibía un gesto de su parte, solo indiferencia pura que lo dañaba y poco a poco su cordura se convirtió en locura y su amor dio paso a una obsesión enfermiza. En esos años mi madre que contaba solo con 20 años vivió un hecho que la marcó irremediablemente. Una noche cálida, como nunca antes se había sentido en esos lugares, hizo que las celebraciones se alargaran y muchos no pararon de celebrar. Como siempre mi madre fue la invitada a muchas de esas fiestas, y todos esperaban su aparición, aunque casi nunca lo hacía, pero esa ocasión fue distinta y decidió ir a una. Todos celebraron su llegada y fue invitada por muchos a bailar. El hombre que la seguía a todas partes, la miraba atento desde un rincón mientras se divertía. Había mucha gente, sin embargo nadie se dio cuenta como todo se desencadenó. Algunos dicen que el hombre estaba borracho y que por despecho lo hizo, otros dicen que no había bebido y que el amor lo llevó a la locura. No soportó la idea que mi madre lo ignorara y con el dolor de su alma dijo sus últimas palabras: “Te amo “… tomó su arma y se disparó en frente de todos. Me enteré de esto hace poco, ya que mi madre nunca nombro ni mencionó aquel incidente, pero que de alguna u otra manera marcaría su vida. Mi abuela solía decir que quien causa una muerte por ignorar el amor lleva consigo la muerte a su lado y está destinado a vagar por la vida con el corazón helado y la muerte pegada en los labios, así cada vez que el amor se acerqué será ella quien lo aleje quitándole la vida a lo más preciado.
Desde ese día todos en el pueblo la señalaron como la culpable de ese fatídico incidente, algunos hasta levantaron altares en nombre de aquel hombre. Ya nadie se quiso acercar a ella y mi abuela al no querer verla sufrir por un desgraciado despechado vendió su casa, tomaron sus cosas y se largaron para no volver nunca más. En su nueva vida nadie las conocía. Llegaron con poco, pero suficiente para asentarse. Mi abuela hizo lo posible para que nada faltara y mi madre comenzó a estudiar. Fue ahí donde las cosas cambiaron para ambas. La ciudad era distinta, había más posibilidades de distraerse, sobre todo para una mujer joven. La abuela no quería que mi madre se fuese de su lado por motivos obvios y buscaba una que otra manera para que ella se quedara a su lado. Los pretendiente no faltaban para ella, pero su madre no dejaba que nadie se acercara, no tanto por celos, sino por miedo a que llegara alguien nuevamente y cometiera un acto tan loco como aquel hombre. Al poco tiempo mi madre decidió que no era la vida que quería tener, necesitaba hacer cosas distintas, quería conocer el otro lado, quería explorar, pero la única forma de hacerlo era sin su madre.
A los 24 conoció a un hombre mayor de buena situación económica y decidió que esa era su oportunidad. Sin preguntarle a mi abuela se casó y se fue de la noche a la mañana. Me imagino que la abuela quedó destrozada, pero ya nada podía hacer con la mimada princesa de hielo que había criado. El matrimonio no iba mal, pero tampoco era perfecto. Creo que ella pensaba estar poco tiempo al lado de ese hombre, sin embargo al año de casados quedó embarazada y nació un lindo hombrecito al cual llamó Joaquín. Ese niño era sus ojos y su vida, algo similar a lo que era ella para mi abuela. Con el tiempo el niño fue creciendo y en ella las ganas de dejar a su esposo de agrandaron cada vez más. Pero las cosas no siempre resultan como se quieren. Cuando su hijo tenía 6 años quedó embarazada nuevamente y demás está decir que el bebé que venía en camino para ella significó una maldición desde que lo sintió en su vientre. El matrimonio no se sostenía, pero en un último esfuerzo dejó que ese bebé naciera, sin embargo nunca sintió apego alguno por la niña que salió de su vientre, a la cual nunca consideró como tal. La llamó …Fernanda. Quedó claro desde un principio que esa niña no era bienvenida y no perdió oportunidad alguna para hacérselo saber. Nunca la quiso y solo en algunas ocasiones se digno a mirarla, pero sin nada de cariño en su mirada. Cuando el matrimonio se terminó después de 16 años casados ella decidió quedarse solamente con el niño de sus ojos y la pequeña niña quedó a la deriva sin que nadie quisiera hacerse cargo. Su padre se apiadó un poco de ella y la llevó con él integrándola a su nueva vida, pero era poco el tiempo que pasaba con la niña, hasta que finalmente se quedó sola. De la madre no volvió a saber y de su hermano tampoco, ni siquiera una llamada telefónica.
Leyendo esto me doy cuenta que mi vida parece una mierda, pero tuve buenos momentos, así como también malos. Aprendí sola lo que vida me quiso enseñar. Ya son 24 años viviendo en este país. Conocí a gente maravillosa en el camino y pese a que mi padre no pasaba mucho tiempo conmigo, nunca me faltó nada material y de vez en cuando estaba conmigo, sobre todo en fechas importantes. Cuando tenía 14 años me enamoré por primera vez, típico amor no correspondido, sufrí y lo superé. No estaba tan loca como para perder la cabeza por la primera persona que me hacía sentir maripositas. Su nombre era Elena…ya pocos recuerdos me quedan de ella, pero como olvidar su nombre. Por mi vida siguieron pasando personas, algunas más importantes que otras. Tuve amoríos y debo decir que desde un principio me declaré lesbiana, sólo que se me olvido contarle a mi padre. Un día estando en casa con mi nueva conquista no me percaté que mi padre había llegado, ya que casi nunca nos veíamos y tampoco hablábamos seguido. Se quedó helado de la impresión y pese que traté de darle las explicaciones y disculpas pertinentes por no haberle dicho, no me quiso escuchar y me expulsó del que había sido mi hogar.
No quise rogar, simplemente tomé mis cosas y me fui para no volver. Solamente tenía 18 años, comenzaba a estudiar y no tenía de que vivir. Trabajé en lo que pude para ganar dinero y viví en distintos lugares dependiendo de mi presupuesto, hasta que con el tiempo las cosas comenzaron a arreglarse y podría decir que por primera vez el sol alumbraba hacia mí. Gané una beca para estudiar arquitectura, algo que no me fascinaba, pero que sin duda alguna me serviría para defenderme mejor en esta vida y logré conseguir un mejor lugar para vivir. Manuel era un amigo no tan amigo recién llegado de Argentina, el cual en poco tiempo se convirtió en mi cómplice. Nunca tuvo problemas con mi gusto por las mujeres, es más, hasta discutíamos cual era más bonita..jajaja… todo iba bien, al fin iba bien…al menos eso creía, hasta que la conocí y el mundo perfecto que estaba construyendo se vino abajo con un solo soplido….Leonor…Leonor…Leonor…por más que repita su nombre solo vienen a mi los recuerdos más lindos y desagradables. Es aquí donde comienza mi historia…la historia de cómo conocí a Leonor, como me enamoré perdidamente de Leonor, como me perdí en ella sin darme cuenta…como hasta el día de hoy no….no puedo olvidarla…se pegó a mi, su olor, su piel, sus ojos, su sonrisa…todo su ser me inunda…pero no puede ser.