Mi maestro vampiro y yo (3)
Me puse de rodillas sobre el colchón, sin mirarle, y me quite los zapatos y las medias, luego fui desabrochando los botones de la camisa y también acabo a un lado. Me pare un segundo, ¿ahora va la falda o el sujetador?
Salí temblando del edificio, le había visto los ojos escarlatas, definitivamente...fueron unos segundos, pero....¿Y si de nuevo fue cosa de mi mente? ¿Tantas ganas tengo de que mi profesor sea un vampiro que me haga suya o sólo estoy empezando a perder la cabeza? Ya no sé ni lo que pensar.
Para llegar a mi casa antes tengo que pasar por un parque, no suele ser muy concurrido, menos a estas horas de la noche, y nunca ha habido problemas, además, lo conozco como la palma de mi mano, si alguien saltase de repente de los arbustos o si pasara algo, siempre puedo salir corriendo. Normalmente iría rápido y se acabo, soy bastante asustadiza, pero hoy, hoy con esa hermosa luna llena, creo que puedo permitirme un poco de confianza y observar tranquilamente el cielo. ¿Qué me puede pasar?
De repente algo sonó detrás de mí, y me pareció ver una figura moverse en mi dirección, solo fue un segundo, nada más, pero ahí estaba.
-¿Hola? ¿Hay alguien? - ¡Gran pregunta, Sherlock! Si hay un asesino detrás de un árbol lo menos que hará será contestarte.
Quise echar a andar de nuevo, largarme cagando leches de ese parque, que a las doce de la noche no es el mejor lugar para que yo este mirando la luna.
-¿Ya te vas, pequeña? - Oh, dios, se me aceleró el corazón, ¿el profesor Alexey? - Con lo hermosa que es la noche.
Mire alrededor, no podía verlo, pero parecía que el si me tenía bien localizada. Mi respiración era agitada y empezaba a asustarme, aunque no tuviese motivos reales.
-¿Por qué no me haces compañía? - Vi algo a mi derecha, desapareció antes de que pudiese verlo, luego a mi espalda, y lo mismo - Pareces tan asustada e indefensa. Me divertiré mucho jugando contigo, sí, estoy seguro de que hacer realidad tus fantasías me divertirían, ¿y a tí?
-¿Esto es otra fantasía? - Ni siquiera sé por qué lo dudo, está más que claro que es una fantasía, me he debido de quedar boba mirando la luna y me olvide de todo - Joder.
-¿Quieres que lo sea? - El cuerpo del profesor me impidió avanzar, ¿cuándo habia llegado? Me apartó un mechón de pelo de la cara y levanto mi barbilla, me miraba con esos intensos ojos suyos, más rojos que nunca, los colmillos asomando por la comisura de su sonrisa - Dime, pequeña, ¿no te gustaría que tus fantasías fueran reales?
Gemí cuando acercó nuestros labios, no me besó, solo respiraba sobre mi boca entreabierta, puedo asegurar que solo con el sonido de su voz me tenía hechizada, empapada y dispuesta a todo por él.
-Juguemos - me susurró y después de eso, solo hubo un lapsus mental, de quizás, unas dos horas.
Desperté en una habitación desconocida, estaba sobre un sillón de cuero, había una chimenea encendida frente al sillón, y a un lado, una mesa baja con una jarra de agua y un vaso. No había ventanas, solo una puerta, algo muy extraño. Me levante y di una vuelta, había algún que otro cuadro, pero la habitación estaba demasiado oscura como para apreciar cualquier pequeño detalle. Tenía la garganta seca, las manos entumecidas y me cosquilleaba la boca del estómago. La puerta estaba cerrada con llave, la toque con fuerza, no reconocía donde estaba, la adrenalina empezo a atacarme los nervios, estaba aterrorizada porque no recordaba nada después de que durante una fantasía perdiese el sentido o la concepción del espaciotiempo.
- ¿Alguien me escucha? - aporreé más fuerte la puerta, grite y pedi auxilio hasta que me ardieron los pulmones. - ¡¡Por favor, ayuda!!
Nunca había estado tan desesperada. Tengo que pensar en lo que voy a hacer. Respire hondo y me senté en el sillón, esperando a que algo pasase, si estoy secuestrada, tendrán que venir a alimentarme, si sigo en mi fantasía...no corro peligro, y si lo corriese, supongo que despertaría. Me pellizque, bajo la estúpida y masoquista idea de que realmente esto es cierto, estoy secuestrada en algún lugar por mi profesor de Historia, que además era un vampiro dispuesto a chuparme la sangre y violarme por el éxtasis de la sangre fresca recorriendo su organismo muerto...Vale, eso es estúpido. Muy estúpido.
-Al fin se despierta la Bella Durmiente - me giré asustada, no puede ser cierto. - No te asustes, no te he hecho daño.
Me dio la impresión de que detrás de esa frase, le falto el "todavía", es lo que se escucha en las peliculas: "No te he hecho daño. Todavía."
Sonreí nerviosamente, por mis propios pensamientos y porque empiezo a pensar que me he vuelto totalmente loca.
-No te has vuelto loca - antes de que pudiese verlo ya estaba a mi lado, sentado en el sillón, me miraba con esa mirada animal, cruel y sexy que le pongo en mis fantasías - No esperaba encontrarme con una mente tan interesante como la tuya.
Ahora es cuando me arranca la ropa y me viola de todas las maneras habidas y por haber, es un vampiro, se supone que es lo que hacen.
-¿Quieres que lo haga? ¿No prefieres que te convierta en un vampiro o que te enseñe como hacer una felación? - Parece como si puediera leerme la mente, ¿otro poder que le adjunto a los vampiros? Joder, deja de preguntarte tonterías, esto claramente es una fantasía, por una vez se valiente y toma el control - Te estoy leyendo una mente, y esto es lo más lejano que puedes encontrarte a una de tus ardientes locuras mentales.
- De acuerdo - Respire hondo y me aleje un poco - Esto esta yendo demasiado lejos para ser una fantasía.
Me pellizco, quizás cansado de que esté dandole mil vueltas al tema, aunque la respuesta esta bien clara.
-Auch - me queje a media voz, si, supongo que esto es real, si fuera una fantasía yo llevaría menos ropa o al menos algo más bonito - ¿Cómo es posible? ¿Cómo es que...? ¿Y por qué...?
-Reaccionas mejor de lo que me esperaba - me tomó de la muñeca, sin fuerza aparante y me sacó a rastras, yo ni me quejaba, tenía los ojos clavados en su espalda y pensaba en lo excitante que es que mis fantasías puedan hacerse realidad. - Y llegaremos más lejos, mucho más lejos.
Pude tener un orgasmo en ese momento.
-No tan rápido, todavía no me ha dado tiempo a enseñarte a hacer nada, es bastante pobre la imaginación de los humanos - caminé más rapido hasta ponerme a su lado - Si, soy un vampiro, aunque no como esos que tu lees, no, estoy mucho más lejos que esas cosas que brillan bajo la luz o beben sangre de botella.
En apenas unos segundos, los que me tomó a mi asimilarlo todo, a medias, llegamos a otra habitación, en esta había una cama de matrimonio, con dosel y cabecero incluido, en esta habitación no había ni ventanas ni hoguera, pero sí una lampara en la mesa de noche que alumbraba lo necesario. Había una alfombra a los pies de la cama y un baúl, un armario empotrado de tres puertas y la puerta a lo que supuse que sería el baño.
-Desnudate - Qué directo...Podría invitarme a cenar - Vamos a cenar, no te preocupes.
Me dio un suave empujón hasta dejarme en la cama. Me miraba con demasiada fijeza, seguramente esperando por que me desnudara, ¿y por qué voy a defraudarlo? Me ha dado una oportunidad después de ver lo que hay en mi cabeza pervertida. Me puse de rodillas sobre el colchón, sin mirarle, y me quite los zapatos y las medias, luego fui desabrochando los botones de la camisa y también acabo a un lado. Me pare un segundo, ¿ahora va la falda o el sujetador?
-La falda - cuando levante la vista lo vi en un sillón al fondo de la habitación, me mordí el labio y baje las manos despacio hasta el lateral de mi falda y baje la cremallera, tuve que levantarme para quitarmela - Ahora el sujetador.
Me di la vuelta y desabroché la prenda, la lance a un lateral y volví a darle la cara, estaba avergonzada, y no me atrevía a quitarme la última parte, me tapaba los pechos con las manos y no era capaz de mirarlo directamente.
-Eres toda una contradicción - me volvio a tumbar sobre la cama, esta vez, con él a mi lado - ¿Tienes algo que yo no haya visto?
Su tono de voz fue burlezco, sus manos apartaron mis brazos, luego bajaron por mis piernas, pasando por mi cintura y caderas, mis braguitas acabaron junto al resto de mi ropa. Cerré los ojos y me tape la cara, estaba tan abochornada, tan nerviosa y tan dispuesta, casi sentí asco.
Fue directo, como nunca lo imaginé, su lengua se enredó en mi pezón, succionando, mordisqueandolo, tirando de él, me arrancaba los suspiros sin ningún esfuerzo. Paso al otro pecho, repitiendo la misma acción, mis manos fueron a sus hombros, estaba entre apretarlo contra mí o apartarlo, opté por una tercera opción y baje un poco para quitarle la camisa. No esperaba que se apartara. Que me dejara. Me incorporé, su rostro estaba contraido, no supe por qué, no me hacía ni idea.
-No hagas nada que no te ordene - parpadeé. No sabía que pensar, qué decirle, me tomo con la guardia baja. - Solo asiente.
Y lo hice. Pero no porque haría todo lo que me dijera, si no porque...ni idea de por qué asentí. Alexey parecía entenderlo porque sonrió antes de volver a recostarse a mi lado. Me da la sensación de que volvemos a dar rodeos. Quizás como negación llevo mi mano a su paquete, estaba duro y listo para la acción. Me sorprendi y alarmé, parece ser que en mis fantasías era algo inocente, o ahora estoy demasiado nerviosa, le baje la cremallera, sin dejar de mirar su cara sonriente, toqué su tronco y gemí. Oh.
-Es una buena manera de reaccionar - ¿Pero he reaccionado? Movio mi mano, lo estaba masturbando siguiendo un ritmo impuesto, eso le sacaba algún jadeo, pero poco más - Es porque tienes las manos frías.
Lo solte y me aparté un poco, no se lo esperaba, por eso no pudo evitarlo. Sí, si esto es cierto, puedo tomar el control. Me acerque a mi profesor, le tome el rostro entre mis manos y lo bese, es mi primer beso, ahora que lo pienso. Solo fue un pequeño piquito, nada. Volvió a tomar el control y empezo a besarme, me devoraba, más bien, su lengua intentaba animar a la mía que se había quedado tan paralizada como el resto de mi cuerpo y sus colmillos, que sensación, rozaban mis labios, los cortaban un poco, y debajan un cosquilleo placentero tras ellos, algunas gotas de mi sangre bailaban entre nuestras bocas. Me sento sobre su cadera, yo movía las mías desde delante hacía atrás, en zigzag, hacia los lados. Parecía una víbora.
-Hazlo - su voz resonaba en mi cabeza, no sé por qué, me esperaba que la cosa fuera a llevarme a varias cosas - Tendremos tiempo, pero es tarde, tus padres han de estar esperandote.
Oh, mierda. Podría irme sin nada, o podría hacer esto, y estar segura de que repetiremos y ampliaremos. Si me voy sin hacerlo, ¿querrá volver a llegar tan lejos conmigo? No lo sé, no voy a arriesgarme. Me subí sobre su miembro y baje muy despacio, parandome cuando me dolía, pero como a él no pareció gustarle, me sujeto las caderas y me clavó su miembro de una sola estocada. Vi, literalmente las estrellas. Su movimiento solo fue un eco en mi mente antes de que todo empezara a oscurecerse, el dolor todavía me atravesaba la medula espinal y veía su sonrisa cruel borrosa...
En el momento en que terminó dentro de mí, volví a despertar, parece que caí semi-inconsciente, me abrazaba contra su pecho y sentía su semen bajando por la cara interna de mis muslos.
-Eres mía - ¿No tiene que morderme para decir eso? - No, pero lo haré, cuando te hayas aseado.
Malditos libros de vampiros y su sarta de mentiras.