Mi maestra me enseña más

Una forma muy particular de castigar a un niño.

MI MAESTRA ME ENSEÑA MÁS.

Como les había relatado, mi maestra de sexto grado me encontró en su escritorio masturbándome y luego ella me ayudo a terminar. Pero eso no terminó ahí

Quince días después de lo ocurrido, se presento una nueva oportunidad.

En la escuela todo ya era un relajo, los recreos eran más largos y las clases eran abundantes en charlas con los amigos, juegos y poca clase.

En medio de tantos caos me toco pelearme con uno de los compañeros del salón y ya no recuerdo porque razón. El muy marica en cuanto llegó la maestra comenzó a llorar y se le veía claramente la cara roja por los golpes, ella lo consoló y cuando él le dijo que yo había sido el que lo había golpeado ella volteo a verme y me dijo que la acompañara

  • Le voy a hablar a su mamá y lo voy a castigar por eso que le hizo a su compañero.- Le anuncio a toda la clase.

La verdad es que sí me espanté y pensé que íbamos a la dirección pero pasamos de largo y nos dirigimos a la parte trasera de la escuela en donde había dos salones que no se ocupaban más que de bodega de muebles escolares que ya no servían.

  • ¿Sabes? Me quede con ganas de más aquel día.- Dijo Silvana.

Ella llevaba una blusa blanca y en el cuello de la blusa una pañoleta azul, del mismo tono de su falda, medias oscuras y zapatos de tacón altos azules. Se quito la pañoleta de la blusa, se desabotono solo dos botones dejando ver su bra de encaje blanco cubriendo sus tetas, que me sirvieron de inspiraron en muchas pajas, y comenzó a quitarme el cinturón, bajo mi cierre del pantalón y me lo dejo a media pierna. En mi trusa blanca se veía claramente mi erección y comenzó a sobarme por encima de la prenda, era increíble la sensación, mi pene se paró aún más y ella dejo sus tetas al aire.

  • Tócalas.- Me ordenó.

Ella seguía sobándome y yo le acariciaba tímidamente los pechos.

  • Pellízcame los pezones, así.-

Con una mano se pellizcaba alternadamente los pezones mientras que con la otra seguía sobándome, yo le seguía el paso con sus erectos, grandes y oscuros pezones. De pronto se me antojo metérmelos a la boca y primero lo hice con uno, ella dejo de pellizcarlos y se llevo la mano a su falda, por dentro, y empezó a sobarse. Estuvimos así un rato hasta que creo que ella llegó a un orgasmo.

  • ¡Ah!... Ahora me toca a mí.-

Ella me bajo lentamente la trusa y mi pene salto respingón. Lo meneo de arriba a abajo unos segundos, algo transparente salía de la punta de mi glande y ella acerco su lengua a eso que salía

  • ¡Que rico es lo joven!- Exclamo.

Y de lengüetazos por la punta del glande fue gradualmente metiéndoselo en la boca, succionaba, mordía levemente, lo miraba, era fantástico.

Mi excitación era enorme y ella lo hacía cada vez más rápido, de pronto descansaba y se lo sacaba para continuar con su mano, el ritmo que llevaba era de vértigo y cuando sentí que estaba a punto de descargar apreté más sus brazos. Ella hincada frente a mí y yo sentado en un escritorio era una imagen digna de ver.

  • No te preocupes.-

Me miro con un dejo de ternura y continúo sus movimientos, yo ya no pude más y eyaculé en su boca. Ella no le dio importancia a eso y lo mantuvo así, se levanto y me beso en la boca, metía su lengua y yo sentía ese sabor peculiar del semen, era mi semen. El beso fue la mejor forma de terminar. Silvana me sonrió, trago el semen que le quedaba, me beso en la punta del glande y me vistió.

Después regresábamos al salón

  • Ahora pon cara de regañado y si nadie sospecha nada, te daré un premio.-

Yo no sé como le hice pero logre incluso que hasta un par de lágrimas se asomaran de mis ojos, cuando me senté de nuevo con mis compañeros alguno me preguntó:

  • ¿Qué te hizo?

  • Mejor no me preguntes.- Le contesté con la cara más triste que pude haber puesto.

Al final del día ella, me sonrió y me dijo:

  • Bien echo, te ganaste tu premio. Luego te lo doy.-

Gracias por sus comentarios y espero que les guste este relato, sigan criticando para cada día mejorar aunque sea un poco. Luego les mando la continuación de este y más relatos de mi vida