Mi maduro vecino y la cuarentena

Una experiencia fuera de lo normal en esta cuarentena

Hola a todos, soy una asidua lectora de esta página, siempre me ha gustado leer relatos de algunas de las categorías que tienen, hay veces que me imagino y me pongo en el lugar de la protagonista o de la chica involucrada y eso me causa muchas sensaciones. Pero en fin, nunca me hubiera imaginado que después de todo yo sería la protagonista de uno de ellos, lo que me pasó es muy reciente y se los quiero contar.

Mi nombre es Gabriela, tengo 27 años, vivo en un pequeño departamento en la zona centro de la CDMX, desde muy joven siempre fui muy aplicada en los estudios, gracias al apoyo de mis padres, me dediqué al 100% a la escuela y logré avanzar en los grados académicos de manera muy rápida, cuando tenía 24 años ya estaba terminando mi maestría y pretendía acceder a un doctorado, en eso estaba cuando una buena oferta de trabajo llegó a mi puerta, acepté el trabajo y desde ahí he trabajado en esta empresa, me va muy bien y la verdad hago lo que me gusta, el trabajo si es de tiempo completo, de esos que te consumen todo el día todos los días, pero la paga es muy buena. Vivía con mis papás al sur de la CDMX y me tuve que mudar a la zona centro para dar todo en mi nuevo trabajo. Es un trabajo muy demandante, no tengo tiempo de nada, el pequeño departamento practicamente solo lo ocupo para dormir y eso cuendo puedo, practicamente me la paso en la oficina todos los días. Mi vida profesional es un éxito en todos los aspectos y estoy feliz con eso.

Sé que no tengo una vida personal de lo mejor, casi no salgo a fiestas (no tengo tiempo), si me invitan pero por una u otra cosa no puedo asistir. No crean que no tengo lo mio y por eso nadie me hace caso, la verdad, la mera verdad tengo lo mío, no algo espectacular pero si bonito, soy de complexión delgada, tez clara, mido 168 cm y peso apenas 59 kg, cabello y ojos café obscuro y como les digo, si tengo lo mio, lo normal, pues soy delgada, me gusta cuidarme y mantenerme en forma, soy bonita; yo sé que muchos de la oficina andan atrás de mí, no crean que soy mala onda, o busco algo especial, o me doy mi importancia, no es nada de eso, pero en verdad no tengo tiempo de nada. Nunca he tenido novio formal en toda mi vida, tuve uno en la secundaria pero no funcionó nada, luego otro en la universidad pero tampoco funcionó, creo que lo más qe duramos fue una semana. Todo esto, en parte, tienen la culpa mis papás ya que nunca me permitieron tener novio, me decían, que lo primero y lo importante eran mis estudios, y sí, yo también le dí importancia a eso. Bueno ya les conté parte de mi vida. Ahora a lo que vamos.

En estos días de cuarentena pues con todo el dolor de mi corazón nos pidieron que dejáramos de ir a la oficina, pues se había levantado la cuarentena, la verdad vivo en la oficina, así que ya se imaginaran lo que eso significó para mi. Pero en fin todos accedimos a eso, estuve trabajando desde mi departamento uno o dos días pero no pude, así que mejor decidí irme con mis papás y pasar la cuarentena con ellos, cuando llegué con ellos me voy enterando que se iban a ir a pasar la cuarentena en un casa de Morelos junto con mis tíos, me quedaba perfecto, pues unos días de descanso no caen mal a nadie. Para mi desgracia, en la empresa se dijo que si bien trabajamos desde casa y nos conectamos a conferencias a determinadas horas, podría caber la posibilidad de ir a la empresa en persona si algo se requería así que deberíamos estar al pendiente. Le dije a mi familia que no podría ir con ellos, en verdad me hubiera gustado pero las circunstancias no lo permitían. Antes de irse, me acompañaron al super para comprar todo lo que se iban a llevar y comprar todo lo necesario para mi estos meses.

Y bien, ya se podrán imaginar toda la casa para mi solita, y mi rutina de la primer semana era levantarme a las 6:30 am, hacer unos 30 minutos de ejercicio en el jardín, bañarme, desayunar y arreglarme para la sesión virtual del trabajo a las 9:00 am y de ahí estar al pendiente de lo que pudiera pasar en la empresa hasta las 14:00 hrs, dos horas de comida y conectarse de nuevo con el jefe a las 16:00 hrs. y desconectarse a las 18:00 hrs. ver un poco de televisión, leer un rato y cenar y dormir. Todo parecía bonito y normal, todo hasta que se me terminó la comida ya preparada por mi mamá y tuve que empezar a cocinar, entonces algunas cosas cambiaron y me dí cuenta de que, si bien tenía que estar conectada en las horas de trabajo, no era necesario estar frente a la computadora todo el día y aprovechar para preparar un guisado o algo para comer. Y así logré adaptarme a este modo de vida.

Así pasaba los días de la cuarenten, hasta que llegó la semana santa y nos dan los días santos de descanso, por fin podría descansar, después de todos estos días encerrada trabajando, ahora solo estaría encerrada pero descansado. Me pusé a levantar la casa, que ya le hacia falta, y saqué una gran cantidad de basura, de verdad no sé como una sola persona puede generar tantos desperdicios, al día siguiente, apenas despertaba como a las 7:00 am  cuando escuche la campana del camión de basura, me levanté y salí corriendo con mis enormes bolsas de basura para alcanzar al camión, cuando salí todos los vecinos desmañanados estaban afuera de sus casas esperando el camión, todos estábamos en pijama o fachosos, núnca me imaginé que tirar la basura sería un problema, pues resulta que sí separé la basura, pero el día sábado solo reciben la orgánica y hasta el lunes la inorgánica, yo no sabía eso, así que ya iba de regreso con mi enorme bolsa cuando se me acercó uno de mis vecinos.

  • Disculpe señorita, vi que le regresaron su basura, y tanto trabajo que le costó arrimarla. Me permite ayudarle
  • Si me la regresaron, ahora hasta el lunes, pero no se preocupe yo puedo.
  • Déjeme ayudarle, yo vivo frente a usted. Usted debe ser la señorita Gabriela, yo conozco a su familia, platico seguido con sus papás y en todo momento siempre me hablan de usted. Yo soy Pedro.

Dejé que me ayudara, porque si pesaba la bolsa y fuimos caminando hacia nuestras casas, no era más de una cuadra. Yo sí lo recordaba y sabía que Don Pedro era un expolicia de los altos mandos, ya estaba retirado, pero se contaba que los malos habían acabado con su familia por venganza a él. Así que vivía solo desde que yo recuerdo.

  • Es un gusto volver a verla por aquí, dice su papá que como se fue para el centro de la ciudad ya ni se acuerda de los pobres!!
  • Jajaja no es cierto, me mudé por el trabajo no por otra cosa.
  • Me contó su papá que se iban a Morelos a pasar la cuarentena, ya se me hacia raro ver las luces encendidas de su casa.
  • Si, se fueron todos, pero por lo mismo del trabajo no pude ir con ellos, me dejaron sola.
  • Jajaja, si lo entiendo. Si quiere me quedo con su basura, yo la saco el lunes porque si esta pesada la bolsa.
  • No, cómo cree Don Pedro, no le permitiría eso
  • No me diga “Don”, yo si le hablo de usted por el respeto que le tengo, pero yo no me merezco ese respeto. Y no se preocupe es lo menos que puedo hacer por usted, en verdad no me cuesta nada. Los vecinos estamos para apoyarnos.
  • Está bien Pedro, se lo agradezco, pero si usted me dice Gaby yo le digo Pedro, y si necesita algo pues con toda confianza pidamelo y con gusto. Tengo mucha despensa que compramos para la cuarentena y no sé si me la termine así que si algo necesita pues lo comparto.
  • Fíjese que yo le iba a decir lo mismo, mira Gaby compre muchos cortes de carne, longaniza y queso, tortillas y todo para armar una parrillada pero no lo he podido preparar. Qué te parece si armamos una hoy en mi casa o su casa, su papá tiene el mismo asador que yo, así que como gustes.
  • hummm…. no lo sé
  • Andale, animate, así podremos comer juntos y platicar un rato, tomar una cervecita o vinito. Anímate!!

Estaba a punto de negarme como de costumbre con mis amigos, pero la verdad tenía ganas de platicar con alguien, así que acepté.

  • Está bien Pedro, vamos hacer una parrillada, ¿qué necesita?
  • Nada, tengo todo. Te espero como a medio día para tomar unas cervecitas y comer unos ricos cortes que compre.
  • Pero no es justo, ¿yo qué pongo?
  • Si quieres luego me invitas tú algo en tu casa y así nos vamos una y una, ¿va?
  • Ok, me parece buena idea, lo veo al rato.
  • Claro que sí, nos vemos al rato.

Ese fue nuestro primer encuentro y nos veríamos más tarde, en verdad me costaba hablarle de Pedro, pero trataría de hacerlo. Hice mi rutina del día, un poco de ejercicio, me bañe, me puse un pant holgado y una blusa, ropa dominguera, desayune algo ligero y me puse a platicar con mis papás por teléfono sobre cómo la estaban pasando allá y discretamente pregunté por Don Pedro. Me dijeron que todo bien por allá y que no me preocupara de Don Pedro, mi papá y él eran muy buenos amigos. Que habían comprado el asador el mismo día y entre los dos los habían instalado, mi mamá tambien me dijo cosas de él, como que les había cambiado la instalación eléctrica y que en general era buen vecino. Nunca les dije que iba ir a comer con él, solo les dije lo de la basura. Creo que no había nada de qué preocuparme.

Pasadito el mediodía me dispuse para ir con Don Pedro, cuando llegué a su casa ya había metido al refrigerador una gran cantidad de cerveza para enfriarlas, ya estaba preparando el carbón y la carne también estaba ya afuera. Sacó unas cervezas del refrigerador y nos sentamos a platicar en el jardín, platicamos de muchas cosas, del trabajo, de la escuela, de la política, cosas personales, algunas muy serias y otras de risa, pero seguiamos tomando y tomando cervezas, risa y risa, y platica y platica; yo no estoy acostumbrada a tomar mucho así que después de unas cuantas que nos tomamos sentí el efecto del alcohol, creo que Don Pedro se dio cuenta y mejor se puso a preparar la carne y comimos muy bien. Ya después de comer y estar más tranquilos por la tarde seguíamos platicando y tomando pero ya menos cervezas.

  • Pero en verdad Gaby, ¿nunca tuviste un novio a escondidas de tus papás?. Digo ya me dijiste que no te daban permiso, pero se me hace raro que tu no hayas hecho algo al respecto.
  • Es verdad, lo intenté con un amigo en la secundaria pero no funciono, ni una semana duramos y de ahí mejor ya no, siempre me pasé ocupada.
  • Pero no lo puedo creer, mira no quiero parecer grosero pero la carne es carne y pues, no sé si me entiendas. o eres de otro bando, no hay problema eh!! yo respeto.
  • Pues sí, creo saber a lo que se refiere pero hummm… pero mejor cambiemos de tema.
  • ah!!!! no puedes ser así, pero está bien.

Seguimos platicando de otras cosas durante la tarde, y seguíamos tomando y tomando, no como para perder el sentido sino para disfrutar la tarde. Sacó un pastelito como postre y seguíamos con nuestra reunión, era extraño pero las pláticas siempre nos llevaban al mismo tema. Pero claro cada vez más alcoholizados.

  • Ah pero que la señorita no me quiere contar porque no se reveló a sus papás!!
  • jajajaja, pues no, además yo también le he preguntado de su familia y evita el tema.
  • Pues son cosas privadas
  • Lo mio también son cosas privadas
  • Eso quiere decir que si yo te cuento mis cosas privadas, tu también me cuentas las tuyas?
  • Hummm…. tal vez
  • No!!! dime, si o si, yo podría esforzarme a contarte lo que tu quieras y tu también respondes mis preguntas. Es más tu pregunta primero lo que gustes
  • Ya le había preguntado de su esposa y me cambio el tema.
  • Pero ¿por qué te interesa eso?¿De seguro quieres saber si la historia es cierta o no?
  • Pues es solo curiosidad, al igual que lo que usted me pregunta.
  • Mira Gaby, la verdad, la mera verdad, así como amigos, te lo voy a contar pero no quiero que se lo cuentes a alguien más, es algo que me he guardado por mucho tiempo y la verdad no me gustaría que todos lo supieran. Mira se dice que por ahí que mi familia fue asesinada por la mafia y que me escondí un tiempo de ellos y cosas así, todas locas como de un super agente, que hasta parecen de película o no?
  • Sip, eso se dice y así parece
  • Pues no!!! nada de eso es verdad, la verdad es otra!!
  • No es cierto eso que se dice de usted??
  • No hermosa!! nada de eso es real, todo lo inventé!! y es mucho mejor que la verdad.
  • Pues entonces ya dígame la verdad.
  • La verdad mi Gaby, la mera verdad de mi vida es muy triste y no se lo deseo a nadie, fijate que al primer mes de casado con mi esposa descubrí que me engañaba, con mi mejor amigo!! ellos ya se veían desde antes que nos casaramos y aun así se casó ella conmigo. Me separe pero sufrí mucho, mucho, me cambié de oficina y me desaparecí un rato de aquí, cuando regresé inventé todo eso para no quedar como un tonto. Tu entenderás que un policía de mi nivel no podría quedar así.
  • Orale!! que triste,en verdad que triste, no lo puedo creer.
  • Si Gaby, es triste pero es la mera verdad y la única que sabe.

Nos quedamos callados un rato y seguimos con nuestras cervezas, Don Pedro volvió a romper el silencio.

  • Bueno ahora que ya sabes lo mio, me vas a contar lo que te pasó? Digo algo tenía que haberte pasado para no revelarle a tus papás y tener un noviecito.
  • ¿Por qué dice que algo me pasó? ¿No me cree que fue decisión mía?
  • Gabrielita, muchos años fui policía y de los buenos, sé que me mientes, pero si no me quieres contar, lo respeto, pero yo si te conté la verdad de mi vida.
  • Nop, esta bien, solo deme tiempo porque nunca a nadie le contado.
  • Con calma hermosa, yo te comprendo, tú toma el tiempo que quieras y dime lo que pasó, esta es una tarde de confesiones y solo estamos los dos.
  • Hummm… pues bien, no es que nunca haya querido revelarme a mis papás, claro que uno que otro chico me ha gustado y no soy del otro bando. Lo que pasa que me da miedo cuando un chico se me acerca con ese tipo de intenciones como de ligue, puedo trabajar, dirigir y estar con los chicos sin ningún problema si ellos son compañeros o amigos pero si sus intenciones son de novio me da mucho miedo y pánico que no me puedo controlar. Eso es lo que me pasa.
  • Orale!! que loco es eso, ¿quién lo podría pensar?, eres una mujer espectacular en todos los sentidos, jamás podría imaginar eso de ti, pero ¿por qué pasó eso? digo, si te atreviste a hacerlo en la secundaria, ¿por qué después ya no?
  • Hummm… pues creo que desde ahí fue el problema, mire lo que lo voy a contar, nunca se lo he dicho a nadie y preferiría que nadie lo supiera pero como usted ya me contó su historia, yo le contaré la mía...

Todo empezó en tercero de secundaria, yo tenía 15 años apenas habían pasado mis XV años y habíamos ido a Cancún de vacaciones en lugar de mi fiesta. Eso causó mucha molestia en mis amigos y amigas, ellos querían que hiciera una gran fiesta, como no lo hice, comenzaron a dejar de hablarme y hacerme a un lado. No me bajaban de inteligente, alzada y presumida por haber hecho el viaje a Cancún, yo no les daba mucha importancia. Había un chico que me gustaba y yo a él, así que nos acercamos más en ese momento y en menos de una semana decidimos hacernos novios, lo que no sabía es que ya lo habían amenazado los del grupo de no hablarle y causarle problemas si me hacía caso, la organizadora era un chica y ella movía al grupo. Él trató de apoyarme pero el grupo lo presionó mucho, un día de esos en los que ya eramos novios, le recuerdo que solo duramos una semana, habíamos quedado de hacer de hacer un trabajo en equipo y nos veríamos en mi casa, el equipo era de tres integrantes, el chico, su amigo y yo.

Ese viernes por la tarde, nos tendríamos que reunir en mi casa para el trabajo, mi novio me escribió que se le hizo tarde pero podría empezar con su amigo, para no perder el tiempo, a este chico no le hablaba muy bien, yo recuerdo que se integró tarde al grupo, venía de otra escuela y era un poco más grande que los del salón. Cuando llegó este chico lo pasé a la sala para empezar a trabajar y esperar a mi novio, creo que en ese momento todo pasó muy rápido que ni tiempo de reaccionar me dió. Mis papás vieron que llegó este chico, lo saludaron y salieron, solo iban a la tienda. Comenzamos a trabajar en la computadora cuando sonó mi teléfono, mis papás se iban a tardar más porque ian ir por otras cosas, este chico los escuchó y comenzó todo:

  • Oye, ¿en verdad crees que porque vives en una casa bonita te las puedes dar de alzada?

No supe qué responderle, me dió mucho miedo su actitud y continuó:

  • La verdad, no te conozco muy bien pero todos dicen que eres bien mamona, payasa y te las das de la muy alzada, la verdad estas bien rica y sabrosa, me gustan las flaquitas como tu, aprietan bien rico, pero lo que me gustan de ti son solo tus pompis, déjame verlas, anda.

Él era más grande que yo y más fuerte, me jaló hacía él, yo por más que traté de oponerme no pude, estábamos de pie, me agarró con un brazo y con el otro me bajo el pants que llevaba puesto, me toqueteo mis pompis y luego me bajo mis braguitas.

  • Si, la verdad me gusta mucho tu culito, esta bien formadito y durito, yo sé que tu novio ni te toca, así que voy a ser el primero, ya veremos si sigues de alzadita.

Me tenía bien agarrada con un brazo, se chupo los dedos de la otra mano y trató de introducirlos en mí. La verdad estaba muy atemorizada no sabía qué hacer, no pudo meterme sus dedos y volvió a chuparse los dedos y volvió a tratar.

  • No te pases, estas bien apretada, si que eres virgen, pero ahorita se te quita, no te me vas viva!!

Creo que eso me asustó mucho más, ya mucho después entendí a lo que se refería, eso que me dijo “no te me vas viva” se refería a que no perdería la oportunidad de quitarme la virginidad pero ya había entendido que si no me dejaba me quitaría la vida. Me llevó al sillón más grande de la sala, me recostó y me quitó completamente mi pants y mis braguitas, se desabrochó y se bajó el pantalón junto con su boxer y me mostró su pene, todo erecto y velludo, me abrió de piernas, se subió y acomodó arriba de mi y empezó a tratar de penetrarme, pero no podía, me escupió varias varias veces mi vagina y comenzó de nuevo con su labor, hasta que lo logró, me lo metió de un solo golpe y me empezó a bombear, me dolió muchísimo cuando entró completamente en mi, estaba como un animal sobre mi, no me permitía moverme, su peso y fuerza me impedían moverme y su aliento era horrible tenerlo cerca de mí, me daba asco, se salió de mi un rato, yo pensé que todo había terminado pero no, me giró boca abajo, fue por un cojín de la sala lo puso bajo mi vientre con el fin de quedar bien puesta de pompis para él, se volvió a subir en mí, escupió en mi vagina y volvió a penetrarme con fuerza, de un solo golpe me tenía bien ensartada me dolió un poco menos pero aún así fue doloroso, sentía todo su peso y su respiración en mi nuca, al menos su aliento no me llegaba directo, no sé qué tiempo estuvo así hasta que eyaculó dentro de mí, rápidamente se vistió y me ayudó a vestir, yo escurría semen de mi vagina, pero aún así me puso mis bragas y mi pants.

  • La verdad que rica estas si me gustas, no creo que seas como dicen los demá pero cuando gustes lo hacemos de nuevo. Si le cuentas a alguien lo que hicimos, te va peor mamita.

Yo no le respondí nada, me llevó a la puerta y se fue, cuando llegaron mis papás preguntaron por él pero les dije que ya se había ido porque tenía cosas que hacer, mi novio jamás llegó, no me marcó después y ni me volvió a hablar nunca en clases. A nadie le conté esto, este chico de vez en cuando me saludaba o me regalaba cosas pero no me volvio a hacer nada, yo tenía mucho miedo y a nadie le dije algo de esto.

  • Esa es mi historia y mi pequeño secreto Don Pedro, desde ahí me da mucho miedo que los chicos se me acerquen en modo de novios o ligue, no lo puedo controlar y es por eso que no he podido entablar una  buena relación.

Nos quedamos cayados nuevamente y continuamos bebiendo cervezas hasta que Don Pedro volvió romper el silencio.

  • De milagro no quedaste embarazada!
  • Sip, tienen usted razón, así es, ya hasta después comprendí lo que pasó, que podía haber quedado embarazada o contraer una enfermedad, pero en ese tiempo no sabía muchas cosas, ni nada de relaciones sexuales, nadie me había visto desnuda y mucho menos yo había visto un pene. Todo eso me lo callé.
  • Yo creo que es por eso mi Gaby, que no puedes o no buscas tener una relación con un hombre, digamos que quedaste traumada por lo que pasó. Yo no soy psicólogo pero eso se entiende así, es un trauma que has cargado durante toda toda tu vida y solo hablando se va a superar.
  • Pero ¿cómo cree que le iba a contar a alguien de esto? Nadie sabe esto
  • No me refiero a que lo andes contando a todo el mundo, si no a un profesional o por ejemplo a mi, ahora ya no puedes decir que nadie lo sabe. Dime cómo te sientes, ahora que me lo contaste.
  • La verdad, la verdad, me siento más tranquila, más en paz conmigo misma.
  • Ves corazón, así debe ser, poco a poco te vas a liberar hasta que superes tu problema. Puedes confiar en mí para ayudarte, no soy un experto pero sé por dónde empezar para tu proceso.
  • ¿Cómo empezar?
  • Mira, le verdad creo como es psicológico lo primero es ir viendo poco a poco lo que te hace mal, primero era hablarlo, y ya lo hiciste. Ahora vamos a actuarlo, de seguro jamás has tocado a un hombre y mucho menos te ha tocado alguno, o ¿me equivoco?
  • Nop, en eso tiene razón, osea saludar y eso pues si, pero en otro aspecto como de “super amigo” o de “ligue” pues la verdad sí mantengo mi distancia con todos, hasta los de la oficina lo saben que por eso no salgo con ellos ningún lado. Todos son unos patanes y locos.
  • jajaja, te entiendo hermosa, pero no todos los hombres son malos, no debes desconfiar de eso, por ejemplo tu papá, él es hombre y es un buen hombre, el Padre Pepe de la Parroquia, él también es un buen hombre y amigo.
  • Bueno, eso sip
  • Debes poco a poco ir abriendo esa idea de que somos malos, yo por ejemplo, me conocías de vista pero no sabías nada de mi, y ahora ya hasta me contaste cosas que nadie sabía. Bueno te conté primero algo mío y así vamos ganando confianza uno del otro.
  • Bueno, si tiene razón en eso y creo que sí es así como lo dice, en verdad me siento un poco más tranquila después de decirle eso, lo que no sé si fue por el alcohol o por que si me dio confianza jejeje, ya estoy un poco mareada. No estoy acostumbrada a tomar.
  • No te preocupes corazón, si quieres aquí le dejamos y seguimos la platica mañana u otro día.

En verdad estaba mareada pero también sentía curiosidad por el tratamiento que tenía pensado así que le dije:

  • Si, ya solo una más y ya me voy
  • Perfecto corazón, tu me dices cuando ya te quieras ir y te acompaño. mientras seguimos con la plática, mira, lo primero que tienes que hacer es dejar que un hombre se te acerque y dejar que te toque, cualquier parte de tu cuerpo que tu quieras, poco a poco, mira.

Y sin pensarlo mucho se puso de pie y se acercó a mi lugar, yo aun estaba sentada tomando mi cerveza en esas sillas de jardín y él se paró frente a mi.

  • Mira Gaby, primero puedes empezar con un toque en las manos, un leve roce, un toque en los hombros, en la cabeza, en la nuca, que juegue con tu cabello, tu espalda.

Mientras decía eso, lo iba haciendo en mí, los roces de su piel al contacto con la mía, me causaba una sensación de electricidad que recorría todo mi cuerpo!!

  • Pero lo más importante solo tu debes permitir en dónde debe ser el toque, yo lo hago porque sé que me tienes confianza, pero para que veas que no soy un pasado de lanza voy a dejar que tu me digas dónde puedo poner mi mano. Lo importante es que vayas liberando tensión, si nadie ha recorrido tu cuerpo, debes estar nerviosa pero poco a poco se debe ir quitando.

Por un momento pensé en salir corriendo de ahí pero la verdad algo dentro de mí coincidía con lo que decía Don Pedro, me pusé de pie rápidamente como para evitarlo pero luego, luego me calmé cerre lo ojos y comencé a inhalar y exhalar lentamente, para tranquilizarme no quería molestar a Don Pedro y echar a perder la terapia que estaba haciendo.

Don Pedro siguió con su terapia, poco a poco fue recorriendo todo mi cuerpo, empezó por mis brazos, tocó la palma de mis manos, luego se agachó y tocó mis pies para luego ir subiendo poco a poco, toco mi pantorrilla y mis rodillas. Yo seguía con los ojos cerrados y muy nerviosa, casi sudando. Don Pedro se detuvo y me preguntó:

  • Hasta aquí todo es normal Gabrielita y aun así veo que estás muy nerviosa, tienes las manos muy sudadas, pero quiero que tu me digas hermosa si puedo seguir o me detengo, no quiero hacer nada que tu no quieras.
  • hummm….  no lo sé Don Pedro, no sé qué decirle, me siento extraña pero sí, si puede continuar.
  • Ok, voy a continuar, voy a tocar cada parte de tu cuerpo, pero promete que si algo te molesta o incomoda me vas a decir y yo voy a detenerme.
  • Sip… esta bien, prometo que si algo me incomoda le diré.

Don Pedro continuó con la terapia, se puso detrás de mí y sopló en mi nuca casi grito, sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, casi suelto un grito pero logré contenerme, seguía sudando en frío. Don Pedro tocó mi cuello suavemente con sus manos, empezó a darme un ligero masaje poco a poco me empecé a relajar, masajeó mi cuello y fue bajando lentamente por mi espalda, lentamente recorrió toda mi espalda, presionaba cada uno de mis huesitos, realmente sabía lo que hacía, cada uno de sus toques causaban una sensación de electricidad que recorría todo mi cuerpo y me hacía temblar!!

Al llegar a mi caderas se detuvo unos cuantos segundos, con sus dos manos me tomó de las caderas y me presionó, me apretó e hizo como si me levantara o tratará de cargar, solamente alcancé a levantarme y pararme un poco de puntillas, no sé porque lo hice pero Don Pedro me dijo:

  • Así, así, es perfecto, déjate llevar, confía, tu tranquila, vas a volar!!

No dije nada al respecto, me soltó de las caderas y con ambas manos me abrazó tocándome el estómago y parte de mi vientre bajo por arriba de las costuras del pantalón, fue una sensación única fue como mariposas en el estómago, se inclinó para tocarme las rodillas, pero esta vez fue subiendo lentamente por mis piernas, dándome un masaje, poco a poco fue subiendo más y más, muy lentamente, yo sentía que sudaba, algo en mí sentía una sensación increíble, sabía que me tocaría mis pompis, pero justo en ese momento se detuvo. Se levantó y me habló al oído.

  • Mi Gaby, sigue con los ojos cerrados, solo escucha mi voz, sé que tu cuerpo está sintiendo cosas únicas, cosas que nunca habías sentido, te has de sentir extraña porque he tocado partes de ti que causan bonitas sensaciones, y eso hace que tu cuerpo reaccione así, pero hay otras partes de tu cuerpo que no he tocado de ti y que prometo que si las toco causan aún más y mejores sensaciones en tí. Debes estar algo confundida por lo que está sintiendo, ya que nunca lo habías sentido, pero quiero que entiendas lo que está pasando, yo estoy tratando de ayudarte con el problema que me contaste, pero los dos somos adultos y si tu quieres que me detenga ahora lo entenderé, pero si tu no quieres continuar, solo dime, aunque si quieres continuar, en cualquier momento puedes pedir que me detenga y me detendré.

Estaba muy nerviosa, sudando, temblando pero también muy excitada por todo lo que estaba pasando, sus masajes, la situación, en fín, no supe qué responder, solo seguía con los ojos cerrados, me encontraba como una ternerita directo al matadero y creo que Don Pedro lo entendió así.

  • Bueno mi Gaby, se dice por ahí por ahí que “el que calla, otorga” voy a tomar tu silencio como un sí, voy a continuar voy a tocarte nuevamente pero ahora en nuevos lugares.

Don Pedro continúo con terapia, empezó a tocarme los hombros para bajar lentamente a mis senos, recorrió mis senos siguiendo el contorno de mi brasier, la blusa era de tela muy delgada así que podía sentir prácticamente el calor de sus manos, recorría todo el brasier y me apretaba levemente mis senos cada que podía.

  • Están hermosos, los tienes bien duritos, son pequeños pero en ti quedan perfectos Gabrielita, voy a continuar con la terapia pero ahora más abajo.

Seguía detrás de mí y bajó sus manos a mi vientre bajo, yo estaba muy nerviosa y excitada a la vez, ahí ya me había tocado pero esta vez se atrevió a meter su mano por debajo del pantalón y encima de mi ropa interior, la verdad no esperaba que hiciera eso, así que sin pensarlo hice un movimiento instintivo hacia atrás y pude sentir algo que me hizo despertar del trance, pude sentir un mis pompis, una erección descomunal, era un enorme tronco lo que alcancé a sentir antes de moverme instintivamente y tratar de quitarme.

  • Ya veo que sentiste eso, lo siento mi Gaby no fue mi intención, pero no te preocupes recuerda que somos adultos y no voy a hacer algo que tu no quieras.

Aunque trate de quitarme no pude del todo porque Don Pedro seguía abrazándome, no hice mayor esfuerzo por zafarme, pero sí al menos de no sentir eso en mis pompis, como no hice más, él siguió tocándome por encima de mis braguitas, metió tanto su mano que tocó una parte de mí muy sensible, ese toque me causó una explosión dentro de mí, algo indescriptible, algo que me hizo retorcerme, casi me desvanezco, pero Don carlos me mantuvo de pie porque me estaba abrazando, así me sostuvo y su mano no la sacó de donde estaba, al contrario seguía moviéndola como todo un experto y me causaba un placer el solo tocarme, estaba tan distraída con su toqueteo que no me di cuenta en qué momento, me incliné y quede bien centradita para él, estaba completamente recargada en él sobre su miembro y claro que seguía completamente erecto.

  • Mi Gaby, puedo sentir que estás bien mojada, ya mojaste mi mano y eso que solo estoy sobre tus bragas, sé que estás muy excitada, y ahora no te quitaste al sentir mi pene sobre tus nalgas. Dices que ya habías visto uno, pero no creo que uno como el mio, cuando te encuentres lista te lo puedo enseñar, mientras date vuelta, voy a tocar tus nalgas.

Me giré obedeciéndolo y quedé de pié frente a él, discretamente miré su erección y en verdad se veía algo descomunal aún sobre el pantalón, pero no dije nada solo dejé que continuara, volvió a abrazarme, su pecho oprimía al mío, su miembro quedó a la altura de mi entrepierna, hacía tanta presión que sentía que me quería atravesar, me mantuvo abrazando fuertemente, pero esta vez sus manos fueron directamente a mis pompis, al principio me toco solo sobre el pants pero no tardó mucho en meter sus manos por debajo.

  • Las tienes bien bonitas, duritas y redondas, son increíbles Gabrielita!!

Me estaba tocando a su gusto, mis braguitas estaba ya bien metidas en mí, su miembro aun presionaba mi entrepierna, ya no podía más y solté un gemido, un gemido de placer.

  • ahhhhh, ahhhh, ahhhhh Don Pedro por favor ahhhh, es fantástico!!
  • Tranquila, tranquila corazón, tu solo disfruta.
  • Don Pedro ahhhh, ahhhh es que es ahhhhh, muy rico esto ahhhh…..

Estaba sintiendo un gran placer por la presión que hacía Don Pedro en mi entrepierna y por el enorme masajeo que me daba en mis pompis, era algo indescriptible. metió su mano por debajo de mis braguitas, lo más que pudo entre mis pompis hasta que notó que estaba completamente empapada, yo ya lo había sentido pero sentía pena de decirle por lo que podría pensar de mi.

  • ay mi Gaby!! estas bien mojada corazón!! mira estás bien empapada amor!!! yo creo que estás lista para la siguiente etapa pero tenemos que ir adentro de la casa, si no quieres hermosa, lo podemos dejar para otra ocasión pero si tu quieres continuar con la terapia podemos seguir con esto.
  • como usted guste, yo confió en usted
  • perfecto corazón, vamos adentro

Dejó de tocarme y me tomó de la mano para llevarme dentro de su casa, iba directo al matadero!!. Entramos a su casa y nos quedamos en su sala, era algo grande con sillones y una mesa de centro, se sentó en uno de los sillones y yo me quedé de pie frente a él.

  • Mira mi Gaby, lo que sigue ahora es que te atrevas a desnudarte frente a un hombre, la idea es que pierdas esa pena o miedo a eso.
  • humm…. no lo sé, nadie me ha visto desnuda nunca, ni en la playa me da por mostrar de más.
  • Es solo para que pierdas ese pudor y bueno también para verte completamente desnuda, ya te toqué y pues ahora sería eso. Si quieres yo también me desnudo.
  • ay no!!! cómo cree!! yo nunca he visto de nuevo a un hombre desnudo.
  • Tienes también que superar eso, es algo normal, somos adultos y es no tiene nada de malo.
  • además yo sé que tienes curiosidad, vi como me veías hace rato, mira tu desnudate aquí y yo te doy la espalda para no ver como nos desnudamos.

Por favor esperen la segunda parte porque aún no termina la cuarentena.