Mi madre y su amo

Una relación nueva de mi madre cambió mi vida.

MI MADRE Y SU AMO

Cuando mis padres se separaron ya vivía fuera de casa por lo que no supuso un problema de convivencia, además fue muy amistosa y civilizada.

Creo que esto me unió mas con mis padres que antes, me convertí en la confidente de ambos, una vez a la semana iba a comer con mi padre y otro con mi medre y se confesaban de todo. Con Ramón, mi marido, nunca ha habido secretos y se lo explicaba todo, primero sus penas y soledades, la asunción de la situación, la primera vez que salían con algún hombre o mujer, incluso mi madre me explicó cómo fueron las relaciones sexuales primeras que tuvo después de mi padre casi en directo ya que me llamó por teléfono y estuvimos dos horas hablando, le hice un resumen bastante extenso y gráfico de lo que habían hecho a mi marido, pocas novedades dejaron para la siguiente cita.

Mi madre tiene un carácter muy abierto, siempre ha sido una mujer muy segura de sí misma, a sus 53 años se mantiene muy bien físicamente, es delgada y alta, como yo, mi padre, a sus 55 años tampoco está mal, pelo canosos, 1,80, fuerte

Así, con el tiempo las cosas se fueron normalizando, yo seguía los amantes que cada uno tenía, incluso los avances sexuales, sus desamores…., vamos, que era su confesora, asesora, amiga….. Mi padre encontró pareja fija primero, Marta, una mujer de unos 50 años que me cae muy bien, también está divorciada y con dos hijas de unos 25 años, mi madre parece que le gusta más ir cambiando y no atarse a nadie.

El verano pasado alquilamos un apartamento en la playa y tuvimos que invitarlos un día a cada uno, mi padre trajo a Marta y pasamos la mañana en la playa, después fuimos a comer y se fueron, cuando vino mi madre enseguida me di cuenta que el divorcio le sentía magníficamente, estaba mucho más bella, su cara reflejaba una felicidad que no conocía, también nos fuimos a la playa y la primera sorpresa fue cuando con total naturalidad se sacó la parte de arriba del bikini mostrando dos pechos, yo no podía ser menos, me armé de valor y lo hice también, Ramón llevaba años insistiendo en eso y no lo había conseguido, le miré y vi que lo estaba pidiéndolo con los ojos por lo que lo hice ante su sorpresa y agrado.

Las tetas de mi madre se veían morenas, contrastaban con las mías totalmente blancas ya que era la primera vez que veían el sol, ambas teníamos unos pechos de medida parecida, claro que los de míos eran más firmes por la edad.

Estar entre dos mujeres con las tetas al aire no dejó indiferente a mi marido, lo noté enseguida, optó por el sistema clásico de ponerse boca abajo, mi madre, que nunca le había hecho bromas subidas de tono, le dijo:

Ramón, te has puesto así para disimular algo?

Jajaja, solo logró decir.

Parece que le sienta bien estar entre dos mujeres con las tetas al aire, dije.

Y sí, era verdad, se puso colorado y solo acertó a decir:

Nunca había conseguido que Ana hiciera topless y ahora estoy aquí, con mi suegra y mi mujer en topless, raro sería si no me pasara nada.

A ver si nos violas a las dos, dijo mi madre, y dirigiéndose a mí me dijo: Esta noche tendrás una buena…..,

No sigas mama, que me pongo colorada, dije riendo

Fuimos a comer, mi madre nos habló de su vida y de un tal Manuel que acababa de conocer (yo sabía perfectamente quien era e incluso algún detalle de su primera noche en la cama, Ramón también estaba informado por mi), estuvo muy sincera y abierta, nos chocó a los dos que mi madre hablara con tanta franqueza sobre él delante de mi marido, parece ser que se sentía tan libre que no le importaba que mi marido oyese algún detalle íntimo.

La conversación fue tan íntima que incluso le pedía consejo como hombre de lo que hacía con los chicos que conocía, Ramón respondía con mucha naturalidad que le gustaba encontrar cuando desnudaba a una mujer o que técnicas adoraba de la felación.

A partir de aquí no pasó nada que remarcar, ella se fue y por la noche Ramón estaba muy excitado, interpreté enseguida aquello y en broma le dije que si continuaba así, cuando quisiera una noche de sexo desenfrenado llamaría a mi medre.

Lo que si ganó es que los días que quedaban hice topless.

Llegó el invierno, las cosas seguían igual, mi padre seguía con Marta y mi suegra sin pareja fija pero con una actividad sexual envidiable.

Sin darnos cuenta un hombre se convirtió en su pareja fija, se llama Paco, no convivían pero si pasaban los fines de semana juntos, "al fin parece que los tenemos a los dos colocados" dijo Ramón.

No creáis que mi marido se sintiera contento, cada semana tenía un resumen de la vida sexual de mi madre con detalles que a más de uno le habrían puesto los cabellos de punta y ahora todo era muy normal.

Lo que os quiero contar con este relato sucedió medio año más tarde, había ido a casa de mi madre y coincidí con Paco que se marchaba, enseguida se dio cuenta de que acababan de tener una sesión de sexo ya que ella iba con un batín y Paco se acababa de duchar. Interrogué a mi madre y curiosamente se puso colorada, cosa que no entendió ya que si me explicaba con todo detalle como se la chupaba, o como le comía el coño, que le podía poner en este estado?, me dijo que quería enseñarme una cosa, hizo que le siguiera, nos fuimos al garaje y subimos por la escalera del altillo, la gran sorpresa vino al ver un rincón que siempre había estado lleno de trastos viejos se había convertido en una sala decorada en rojo y negro con luz roja, en la pared había una X con unos cinturones de cuero, también una jaula donde cabía una persona, un potro, una mesa, dos barras en medio de la sala también con unos arnés de cuero, varias fustas, látigos, grilletes, consoladores…., vamos, que habían convertido el trastero en una sala de sado.

Quedé muy sorprendida, jamás había visto muchas de las cosas que allí estaban, era el secreto de mi madre que ahora le mostraba.

No contenta con mostrar la sala, me enseñó ropas de cuero, tanto de Paco como suyas y me explicó que había descubierto el placer del sado.

Aquel día quedé tan asombrada que no se atrevió a decir nada mas, pero al día siguiente nos citamos, mi madre me explicó que Paco era amo y ella esclava, al parecer enseguida se dio cuenta que Paco era una persona muy dominante y ella se sentía bien con el rol de ser dominada,

Os transcribo la conversación:

Paco en la cama empezó con pequeños juegos como ser atada, algún que otro pellizco, suaves latigazos, aquel juego nuevo me gustó.

Pero de aquí a montar una habitación….

Un día me llevó a una fiesta privada sado, yo no tenía ni idea, me dijo que sería algo que me gustaría

Y que pasó

Íbamos como invitados, allí lo conocían todos, todos eran parejas y uno era el dominante y otro el dominado, amos y esclavos como decían ellos, aquel ambiente me cautivó enseguida, como una persona obedecía ciegamente las órdenes de su pareja me dejó deseosa de hacerlo, la humillación que suponía hacía que me sintiera caliente, estaba allí con ganas de que Paco cogiera el látigo y me dominara, hiciera con migo lo que quisiera, cualquier cosa y cuanto más humillante mejor.

Continua, es apasionante, dije

Me siento aliviada que lo entiendas, hija

No sé si lo entiendo, no conozco casi nada del sadomasoquismo pero quiero saber cómo sigue.

Paco se dio cuenta enseguida, me acercó a una mujer, iba vestida con un mono negro y un antifaz, en la mano llevaba un látigo, le dijo:

o Esta zorra quiere aprender, prepáramela.

La mujer me cogió del brazo muy fuerte y casi arrastrándome me entro en un cuarto oscuro, amenazándome con su mirada me ordenó que me desnudara, sumisamente lo hice, me saqué la blusa, los pantalones, el sujetador y las bragas, me ordenó que se las diera y se las acercó a la nariz, sabía que estaban mojadas, me dijo:

o Cuando te he visto entrar sabía que eres una zorra sumisa.

Me dio un mono negro y me lo hizo poner sin nada mas, era muy escotado, tenía una cremallera a la altura del coño, la mitad de mis tetas salían por arriba y se agarraba a la piel, también me puso un antifaz y un collar, después me ató una correa y arrastrándome me sacó de allí para entregarme a Paco.

Es excitante, le dije

Me encanta que te guste

Nunca he tenido esta experiencia.

Yo tampoco la había tenido y ya ves, dijo riendo

Continua, que pasó luego

Paco me arrastraba a donde quería como quien pasea a un perro pero lo curioso es que me gustaba, si no le seguía con un látigo me azotaba y no dejaba que dijera nada, me ató a una cruz y me dejó un buen rato con las piernas abiertas y las manos estiradas, la gente se pasaba por delante de mí, unos me insultaban, otros se atrevían a darme azotes, todos tenían un sumiso detrás suyo, en aquel momento necesitaba follar con Paco pero él no me dejaba, abrió la cremallera del coño y lo dejó a la vista de los que pasaban totalmente abierto. Al cabo de mucho reto me desató y me encerró en una jaula casi una hora, no sabía ni donde estaba, curiosamente cuanto más me humillaba más caliente me sentía.

Y la otra gente?

Los otros hacían lo mismo que nosotros, una mujer su amo la dejó atada entre dos barras con las manos y piernas abiertas desnuda durante casi toda la noche, un hombre estuvo con migo en la jaula todo el rato encerrado por su ama.

Y que pasó más?

Me puso en una especie de potro atada de pies y manos, se bajó la cremallera de los pantalones y allí me folló

Y la otra gente?, dije asombrada.

Mirando

Uf, que vergüenza, dije, y te gustó?

Fue el mejor orgasmo de mi vida hija, me dijo riendo

Y como siguen las cosas?

Me gusta, he aprendido a ser su esclava y me encanta.

Nunca me lo imaginé

Ni yo, hija, ni yo, ahora soy su esclava para todo.

Y cuando se lo explicaba a Ramón no daba crédito a lo que salía de mis labios, mi madre una esclava y Paco un amo?, jamás se le hubiese ocurrido, cuando estábamos con ellos no daban ninguna pista.

A partir de aquel día cada vez que quedaba con mi madre le contaba lo que hacían y era muy fuerte, me contaba como se lo montaban, juegos, evidentemente todo encarado al sado. Al parecer Paco no sabía que me lo explicaba pero un día habló más de la cuenta y se lo dijo, Paco se enfadó mucho y le obligó a que ya que se lo había contado, que Ramón y yo lo viéramos como una humillación mas .

A mi madre le costó mucho convencerme, Ramón insistía en que debíamos ir, si ya es difícil para una hija aquello, como íbamos a estar presentes en una sesión de sexo de mi madre?, pero me decidí no sin tener que aguantar las bromas de Ramón de si nos vestiríamos de negro, si me sentaría bien el antifaz, que podía coger el collar del perro…. Etc.

A la hora acordada de un sábado por la tarde nos fuimos a su casa, cuando llegamos tuvimos el primer choque, nos encontramos a mi madre que iba vestida de negro, una falda muy corta agarrada a su culo y una chaqueta de cuero, además llevaba un collar y Paco la tenía cogida con una cuerda y una especie de bola en la boca atada por atrás que impedía que dijera nada, Paco llevaba un pantalón negro también de cuero que le marcaba su paquete y una camiseta del mismo color, este me dijo:

La zorra de tu madre ya está a punto, seguidnos

La arrastro por casa hasta el garaje y la hizo subir al antiguo trastero convertido en sala de sado, yo detrás y después Ramón, había poca luz, supo crear el ambiente adecuado con velas y luces rojas. Nos dijo:

Os he preparado una exhibición de lo zorra que es esta mujer, espero que lo disfrutéis.

Nos hizo sentar en una silla, estaba muy nerviosa colocando las manos entre mis piernas y apretándolas, Ramón se lo tomaba mejor, lo primero que hizo es atar a mi madre por los brazos y los pies entre los dos palos con un arnés, ella se dejaba hacer con cara de humillación, cuando estuvo atada vino hacia nosotros y empezó una conversación de lo más normal, como si mi madre no estuviera atada a tres metros nuestro, le seguimos la corriente, nos ofreció bebida, pedimos algo fuerte, para vivir aquel espectáculo lo necesitábamos, trajo tres whiskys y brindamos como si todo fuera normal, mi madre callaba (poco podía decir con aquello en la boca), resultó curioso hablar con mi marido y el novio de mi madre mientas ella estaba así, al rato oímos que gemía, Paco se levantó, le bajó el escote y salieron los pechos, cogió unas pinzas y puso una en cada pezón. Aquello tenía que doler y mucho, instintivamente puse las manos en los míos, también cogió un látigo y le dio en la espalda muy fuerte, jamás pensé que alguien pudiera aguantar aquello, pero se calló.

Después de media hora de conversación se acercó a ella, le volvió a poner la correa, le sacó las pinzas y la desató. De cuatro patas como una perra con las tetas colgando encima del vestido hizo que le lamiera las botas, tenía muy claro que los ojos de mi madre eran de excitación, algo que como hija nunca había visto en ella, dejó sus botas relucientes. He de reconocer que aquello empezaba a excitarme a mí también, después me pidió que me pusiera de pié, lo hice y arrastró a mi madre hacia mi ordenándole que me lamiera mis zapatos de tacón, abrí un poco las piernas y su lengua los recorrieron hasta que estuvieron brillantes.

Mi marido alucinaba totalmente, ni pestañeaba para no perderse nada

A continuación la hizo poner en una yugo que había en una mesa, la cabeza y las manos quedaban prisioneras, su cuerpo estaba horizontal bocabajo y sus piernas colgaban, Paco nos dijo que me pusiera detrás de mi madre, Ramón inmediatamente lo hizo, a mi me costó un poco más, le levantó la falda dejándome ver las bragas negras, pidió a Ramón que se las bajara, obedeció encantado y las dejó a media pierna, alucinaba viendo a mi marido como con total naturalidad bajaba las bragas a su suegra, además, en aquella posición le veíamos claramente el coño y, a pesar de la poca luz, se notaba el brillo de los flujos, Paco cogió una fusta y procedió a azotarla, en cada golpe mi madre gemía más fuerte, una mezcla de sonido de dolor y placer que no me dejó indiferente.

Cuando Paco dio por acabado aquello dejando a mi madre con el culo morado, me preguntó:

Te gusta lo que estoy haciendo a tu madre?

No pensaba que me gustara pero tengo que decirte que sí

Te excita?

No…., bueno, si, le respondí avergonzada

Y tu Ramón, como lo ves?

Incrédulo, dijo, y además a mi mujer le excita, impresionante.

Paco volvió a ponerse detrás de mi madre y se desabrochó los pantalones cayendo al suelo, debajo no llevaba nada más, apareció su polla, estaba totalmente rígida, era muy gorda, sin piedad penetró a mi madre por el culo, yo, que jamás había visto a alguien follar en directo ahora lo veía como lo hacía mi madre. Paco bombeaba, mi madre estaba como loca disfrutando de aquel pedazo de polla mucho más grande que las que había visto nunca, pero cuando notaba que se iba a correr se la sacaba de dentro y con un látigo le azotaba el culo, miré mi marido y me di cuenta que a él le gustaba tanto como a mí.

Estuvieron mucho rato así, y Ramón yo a su lado a menos de un metro, empezaba a tener mis braguitas caladas. Cundo al fin lo dejó, la sacó de aquel yugo y le arrancó literalmente la falda y la chaqueta, y la colocó en la cruz, atada de pies y manos, con las piernas abiertas, el peludo coño de mi madre estaba muy brillante y los pechos tapados solo por aquel sujetador marcaban sus pezones, pasó algo que no esperaba, vino hacia mí y en todo de mandato me dijo:

Arráncale el sujetador a tu madre!

Primero dudé, miré a mi marido y me acerqué a ella obediente, nos miramos unos segundos a los ojos, vi que no se oponía, más bien lo deseaba por lo que dirigí las manos a los corchetes pero Paco me repitió gritando:

Te he dicho que se lo arranques!

Entendí lo que quería, cogí las copas del sujetador y de un fuerte tirón se rompieron, quedaron en mi mano, el intervenir me gustó, sin soltar los trozos me aparté de ella, Ramón me dijo:

Creo que te está gustando más de lo que esperabas

Sí, creo que sí, me lo paso muy bien.

Y además estas caliente, dijo Paco muy serio.

Si, un poco, confesé

Ven aquí, me dijo haciendo que me acercara a él

Yo lo hice, sabía lo que Paco quería y yo también, mi marido y mi madre miraba aquello asombrada supongo que tanto como lo hacía yo en los primeros momentos de aquella tarde. Pablo me hizo sentar en la silla, obedecí, cogió unas cuerdas y me ató primero las manos en la espalda y después las piernas en las patas, Ramón miraba todo como si estuviera en un sueño con qué facilidad Paco hacía de mi lo que quería, cuando se agachó para hacerlo me separó lo suficiente las piernas para que viera mis braguitas blancas ya que la falda era bastante corta, me dijo:

Ana, tienes las bragas muy mojadas, voy a hacer contigo lo que quiera y tú me pedirás que siga.

Y puso el dedo dentro de mi falda, me apartó el tanga y me tocó el coño!!!!!, mi marido no decía nada!!!!!!!, sacó el dedo mojado!!!!!!!!

Estaba totalmente indefensa, mi marido no se oponía y dejaba que aquel hombre hiciese con migo lo que quisiera, y eso me ponía muy nerviosa pero contenta.

Le dijo a mi marido que fuera por un collar, lo trajo y me lo puso, uno de perro que se apretaba a mi cuello muy fuerte.

Paco se dirigió hacia unos estantes y cogió una polla de plástico y se fue hacia mi madre, lo tenía fácil ya que estaba abierta de piernas, le introdujo aquel aparato en el coño y le dio vueltas fuertemente, a mi madre le dolía y le daba placer simultaneo, tanto que sus piernas flaqueaban. Alternaba la visión de aquello con la de mi marido, su pantalón estaba abultado y sus ojos rojos de excitación. Cuando dio por acabado aquel juego se vino hacia mí, me puso una correa y me desató, me levanté y me arrastró entre las dos barras, cogió las muñecas y me las ató, después me separó las piernas y también las ató, ahora Paco tenía a la madre desnuda atada en una cruz y la hija vestida entre dos barras, ambas esperábamos saber que haría y tranquilamente cogió un cigarro y se lo fumó hablando con Ramón muy alegremente como si se hubiesen olvidado de nosotras, yo estaba impaciente, tenía muchos deseos de que me hiciera algo, quería sentir el dolor y el placer que había visto en mi madre. Al fin acabó de fumar, se acercó a mí, estaba muerta de miedo pero deseosa que me hiciera algo, puso las manos en la cintura de mi falda y de un fuerte tirón la arrancó dejándola caer al suelo, quedé con mi coño solo cubierta por un diminuto tanga, a mi no me importó en absoluto pero temía por mi marido y curiosamente seguía impasivo mirando el espectáculo que le ofrecíamos, después cogió mi blusa por entre las tetas y tiró de ella arrancando los botones se abrió y a base de fuertes tirones la acabó de sacar dejándola destrozada. Miró mucho rato mi cuerpo solo cubierto por un tanga y un sujetador alternándolo con miradas a mi madre y mi marido sonriendo.

Ramón estaba callado sentado pero su polla hacía tanta presión a de los pantalones que parecía los iba a reventar.

Le pidió a mi marido que fuera al estante y cogiera un látigo corto, Ramón lo hizo y se lo dio, se puso detrás y me azotó el culo, primero flojo pero iba aumentando el grado y cada vez me dolía mas, miraba a Ramón y a mi madre, ella tenía los ojos rojos de excitación pero seguro que los míos estaba igual, sentía un placer nuevo y diferente, en aquel momento entendí porque mi madre gemía tanto antes, era maravilloso, la combinación de dolor y placer hizo que deseara recibir muchos más de aquellos cachetes, mi marido miraba, recibí mas y mas de aquellos cachetes, mi suspiro ya era más que claros para que oyeran como me gustaba, mis piernas no me aguantaban, quedé colgada por los brazos.

A continuación se dio la vuelta y se me quedó mirando, me dijo:

Eres una zorra y tu marido no lo sabía

Era verdad, mi marido no sabía lo zorra que era, pero lo curioso es que yo tampoco. Pablo miró a Ramón y puso las manos dentro de mi sujetador, una en cada teta, las cogía muy fuerte, me dolían pero tenía que notar los pezones que se le clavaban en la mano. Con un movimiento brusco los rompió, tenía ante sus ojos las tetas que había magreado tan bien, después bajó una mano y la introdujo en mi tanga hasta llegar al coño, puso dos dedos dentro y los movía muy fuerte pero muy bien, estaba a punto de tener el primer orgasmo de la tarde pero no me dejó ya que cuando vio que estaba muy a punto dejó mi coño y me arrancó el tanga entregando los trozos a Ramón que lo cogió y olió, evidentemente tendrían el aroma de mi coño impregnado.

Yo deseaba mas de aquellos azotes que me habían dejado el culo rojo pero no fue así, me puso la correa, me desató y de una estirada me arrojó al suelo, hizo que le lamiera los zapatos, lo hice y entendí también el placer de sentirse tan humillada como antes había visto a mi madre. Cuando creyó que había suficiente de un fuerte tirón me puso de pié, no sabía que pretendía pero no tardé en saberlo, me puso en el yugo donde antes había estado mi madre, que me haría?, se atrevería a follarme delante de mi marido?, que pensaría de lo zorra que era? estaba muy nerviosa.

Me quedé a expensas de su voluntad sin la protección de la ropa, con el coño a su merced y mi marido viéndolo todo, aquel hombre podría hacer de mi lo que quisiera y yo lo disfrutaba. Después se puso delante y me dijo:

La primera vez que te vi supe que eras mas zorra que tu madre

No dije nada, no me dejó, pero sin yo saberlo tenía razón, vi como cogía el látigo y procedió a darme azotes, estaba más excitada de lo que lo había estado nunca, me dolía muchísimo el culo pero no me importaba, sentía tanto placer ¡!!!!!!!

Cuando acabó noté un dedo que se paseaba por mi coño, Paco dijo a Ramón:

Esta tan mojado que podría nadar aquí.

Mi marido se reía, aquel contacto hice que sintiera la necesidad de seguir teniendo sus dedos jugando con mi clítoris y coño, en dos o tres meneos más me hubiese corrido, él lo sabía y quería hacerme sufrir.

Me sacó del yugo y me obligó a estirarme sobre la mesa boca arriba, pidió ayuda a mi marido, entre los dos me ataron los manos y las piernas en las patas, quedé con mi depilado coño y las dolidas tetas expuestas, después de mirarme mucho le dijo a mi marido:

Mira como tiene los pezones, está caliente la zorra de tu mujer

Y el coño, dijo Ramón, nunca lo había visto así, mírale los labios, están rojos

Vaya puta que tienes por mujer

Y se hacía la estrecha, le dijo mi marido

Paco se acercó a mi madre, le enganchó la correa, la desató diciéndole:

Ponle pinzas en los pezones de tu hija

Ramón corrió a buscarlas, Paco se acercó y puso sus dedos en mis pezones pellizcándomelos muy fuerte y tirando, me retorcía de dolor, me miraban y no decían nada. Mi madre colocó dos pinzas, una en cada pezón pero no se acabó aquí, les dijo que me abrieses el coño, no sabía que pretendía, mi madre y Ramón se pusieron entre mis piernas y me agarraron con los dedos los labios vaginales, uno cada uno y los separaron tirando fuerte, Paco puso una pinza en cada uno, aquello dolía mucho pero me encantaba sentirme tan humillada.

Necesitaba como fuese un orgasmo, con la polla de mi marido, la de Paco o cualquier cosa, me daba igual, pero Paco no estaba dispuesto a dejarme acabar y quería hacerme sufrir más.

Obligó a mi madre a ponerse otra vez en el yugo, Paco se sacó los pantalones, volví a ver aquella polla que pensaba taladraría su coño pero no, cogió el mango del látigo y se lo introdujo en el agujero del culo de un fuerte golpe, mi madre gritaba mucho pero Paco no cedía, movía el palo y lo que empezó con gritos acabó con suspiros de placer, yo, que tenía mi culo virgen, que cupiese aquel mango me alucinó, era mas gordo que cualquier polla, incluso la de Paco. Cuando decidió que había bastante la sacó, le puso el collar y la ató al lado de mi marido y acercándose a mí me sacó las pinzas, mis pezones estaban ya insensibles de tanto dolor al igual que los labios vaginales, arrastrándome me puso como antes estaba mi madre, yo gritaba que no me metiera aquello en el culo, gritaba mucho, dije que nadie me había follado por allí, pero de nada sirvió, mi marido no lo impedía, es más, le ayudaba a aguantar el látigo mientras me sujetaba, cuando me tuvo fuertemente cogida por la cabeza y los brazos en el yugo vi que Ramón le daba el látigo y no me equivoqué, de un fuerte golpe entró aquel mango en mi virgen culo, mi marido estaba detrás de mí viendo como Paco estrenaba el único agujero virgen que tenía, mi madre estaba delante mío, prestaba mucha atención a como su novio me introducía aquello, el dolor era horrible, no paraba de moverme, pensé que me desmayaría con tanto daño, pero Paco no cedía y creo que cuanto más gritaba mas empeñado estaba en hacerme sufrir, cuando al fin, después de horribles minutos lo sacó me sentí aliviada y tranquila, entendí el placer del "no dolor" .

Tenía todo el cuerpo dolorido, los pezones morados, el culo rojo, el agujero del culo ni lo sentía, mi vagina insensible, pero muy caliente, el clítoris deseaba guerra, y mucha, y seguía en aquella posición, mi marido y mi madre observándolo todo.

Paco se puso delante mío, su polla quedó a menos de un palmo de mi cara, de un tirón lanzó a mi madre al suelo y después dirigiéndola con la cuerda del collar acercó la cara a la polla para que se la chupara, se la mamaba como una poseída a pocos centímetros de mis ojos y los de Ramón, deseaba que la acercara para hacérselo yo, necesitaba aquella polla del hombre que mas me había hecho disfrutar en mi vida, al fin la acercó, la compartíamos con mi madre, nuestras bocas se tocaban para devorar la polla del hombre que nos hizo disfrutar tanto, cuando notó que estaba demasiado excitado para aguantar nuestras bocas la apartó y se puso detrás mío diciendo:

Te voy a estrenar el culo con mi polla.

No me dio tiempo a responder, mi marido miraba encantado como otro hombre desvirgaba mi puerta trasera, su polla ya estaba dentro bombeando, con lo de antes no tenía que ser un problema entrarla, así, por primera vez un hombre estaba en aquel agujero pero necesitaba ser follada por el coño también y no lo hacía, estaba a punto de correrme pero necesitaba algo mas, algo en el coño, o que me tocara el clítoris.

Mientras lo hacía ordenó algo a mi madre que entendió, vi que cogía una especie de cinturón y se lo puso, cuando se dio la vuelta lo comprendí, era una polla de cuero atada a su cintura y piernas, se puso detrás mío, Paco se salió y fue mi madre la que le reemplazó, también por el culo, Paco se puso delante mío acercando la polla a la boca, mi madre no cesaba de penetrarme, mientras se la chupaba le ordenó que cambiara de agujero y me la puso en el coño, como me gustaba aquello, y que chupada le hacía a Paco ¡!!!!!!, cuando estaba a punto de correrme le ordenó a mi madre que se separara, se salió de mi boca y se fue detrás de mí, al fin tenía una polla de verdad en el coño, y que polla, mucho más grande que la de mi marido y cualquiera que hubieses estado allí dentro!!!!!!, pero tampoco dejó que me corriera, paró y ordenó a mi madre que me comiera el coño!!!!

En aquel estado me importaba poco quien me lo comiera, incluso si era mi madre, solo pensaba en el anhelado orgasmo, mi madre me hizo una buena comida, Paco acercó la polla que me la puse inmediatamente en la boca y me corrrrrrrrrrrrriiiiiiiiiiii !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, por fin, con un largo y bestial orgasmo, sin duda el mejor de mi vida, con la boca de mi madre y comiéndole la polla a su novio mientras mi marido miraba ¡!!!!!!!!!

Estaba absolutamente destrozada pero no me dejó parar, me desató del yugo y me hizo poner el cinturón polla colocando a mi madre donde antes estaba yo, tuve que follarla, primero por el culo mientras se la mamaba a Paco, después en el coño, al final lo hice con la boca, tal como ella me había arrancado un orgasmo poco antes, cuando se corrió su flujo fue tan intenso que me dejó la cara mojada!!!!!!!!

Ambas sabíamos que Paco no se había corrido por lo tanto nos quedaba trabajo, mi marido le dijo a Paco:

Fóllate a mi mujer, córrete dentro de ella!, hazla gozar como una perra !!!!

Mi marido me comprendía, me ató al potro y me penetró por el coño, mi madre me acariciaba los pechos y yo extendí la mano para hacer lo mismo con ella, Mientras Paco bombeaba y viendo como Ramón disfrutaba de aquello me corrí tres veces, cuando descargó la leche mi madre dejó mis pechos y empezó a lamerme el clítoris, me arrancó otro orgasmo, se tragó la mezcla de leche de su novio y mis fluidos, después sacó la polla del coño y acabó de limpiarla totalmente con la boca.

Solo pude decirles:

Ha sido la experiencia más alucinante de mi vida!!!!

Creía que aquello se había acabado, pero parece que Paco quería algo mas, agarró fuerte a mi madre y la puso en el potro, podría follársela también a ella?, enseguida lo aclaré, me dijo:

Desnuda a tu marido

Me puse delante de él y lo dejé en pelotas, al bajar los calzoncillos salió disparada la polla que casi golpea mi cara, Paco le hizo acercarse a mi madre y le dijo:

Fóllatela.

Sin dudarlo le introdujo al polla, primero en el culo, era la primera vez que lo hacía por este agujero, cuando estuvo dentro empezó a bombear mientras le agarraba los pechos, me puse detrás de mi marido y le acariciaba los huevos pegado a él, hacía esfuerzos para no correrse y prolongar aquel rato. Sacó la polla de este agujero y yo misma se lo dirigí al coño, me puse entre sus piernas y lamía el coño de mi madre y la polla de mi marido, las manos de mi marido y las mías acariciaban sus pechos, ella gemía, todo esto hizo que se corriera varias veces, cuando descargó la leche dentro pude saborear la mezcla de flujos de mi madre y esperma de mi marido.

Desatamos a mi madre. Los cuatro teníamos una cara de felicidad inenarrable. Mi madre y yo les enseñamos los moratones que teníamos por todo el cuerpo, pero en realidad estaba muy contenta y mi marido me entiende en todo, primero le chocó pero entendió enseguida que si lo quería no tenía que oponerse, antes de irnos, mi marido me entregó a Paco diciéndole

Mi mujer es tuya, haz con ella lo que quieras, es tu esclava

Y estuve encantada que me entregara a Paco, ahora tiene dos esclavas y una soy yo, no es fácil para Ramón convivir con la esclava de otro hombre por que estoy a su disposición, él me domina, puede pasar que mi marido llegue a casa y me encuentre atada en cualquier mueble y Paco azotándome y follándome, o que me llame a media noche y le abandone en la cama para ir con Paco a ser sometida, ya sea sola o con mi madre, y cuando regreso, que no sé cuándo será, muchas veces esta varios días sin poderme tocar por que le duele todo.

A Paco lo obedezco en todo, su autoridad está muy por encima de la de mi marido en todos los sentidos, en mis actos, manera de vestir, todo. Claro que ellos han llegado a varios acuerdos, como por ejemplo cuando nos obligó a ambas a hacer un trió con mi marido, follarse a madre e hija a la vez es espectacular, o hacer que cumpla algunos de los deseos de mi marido, muchas veces lo que nos hace hacer Paco son cosas que le ha dicho Ramón.

Algunas veces se nos lleva a fiestas, el que sus esclavas sean madre e hija parece que da más morbo de lo normal.

Mi vida sexual es muy activa, Paco nos obliga a cosas que antes ni me plantaba, y lo hago sin dudar, ya no solo me folla mi marido y él, también nos cede a otros amos que hacen con nosotras lo que quieren, soy muy feliz y mi marido me entiende.