Mi madre y los secretos de mi familia

Una pincelada de los secretos de una familia, muy normal. Espero que os guste.

Mi nombre es Sofía tengo dieciocho años y os voy a contar como es un poco la vida sexual de mi familia. Mi madre me tuvo con la edad que yo tengo ahora, por lo que en estos momentos me dobla justo la edad, se conserva divinamente. Tiene un cuerpo fantástico y se cuida mucho corre, nada, hace tablas de gimnasia en casa y esto la mantiene perfectamente en forma. Cuando llevo algún amigo a casa se queda prendado de ver como esta mi madre,  avece siento algo de envidia lo reconozco, pero yo tampoco estoy nada mal, pero la experiencia es un grado y mama es elegante y sabe vestirse muy bien para gustar a los hombre y creo que también alas mujeres. Sus amigas también la envidian, a más de una se le nota bastante.

Soy morena y toda la vida he llevado una melena lisa que nunca me atrevo a cortar, sin embargo mi madre cada vez que le parece cambia el look y a cada cual mas  acertado, bien valla de morena, de rubia o de castaña, todo le sienta de maravilla, ¡que suerte!

Perdí la virginidad hará cosa de un año, como casi todas mis amigas en una fiesta, con alguien que no queremos volver a ver y casi borracha, que típico. Pero eso si mi madre me había aleccionado bien y no quería que me pásala lo que a ella, por lo que yo en cuanto se lo conté al día siguiente, píldora del día después y anti conceptivos sin falta hasta que me case, por lo menos. Lo último que quiere es que pase por donde ella paso, eso dice siempre. Lo cierto es que soy hija única y me consta que papa siempre a querido alguno mas, pero hay ciertas cosas que me hacen sospechar incluso, de que realmente sea mi padre biológico,  aunque poco me importa ya que para mi es mi padre y es el mejor del mundo.

Vivimos en una urbanización lujosa a las afueras, no se muy bien a que se dedica papa, pero creo que no nos falta dinero ni creo que nos falte según dice mama. Por que aunque no seamos multimillonarios, cosa que repite como echándoselo en cara, no nos podemos quejar. Nuestro chalet es muy bonito, creo, por lo menos a mi me gusta mucho, piscina, pista de pádel y un jardín precioso. Además en la casa podrían vivir diez personas más que aun sobraría sitio. Pero a mama parece faltarle, dice que le falta una terraza en la tercera planta para las fiestas nocturnas, se puede ser pija pero mi madre se pasa.

Toda esta historia empezó cuando murió mi abuela paterna, hace ya nueve meses, un cáncer se la llevo en menos de un mes, todo fue rapidísimo y doloso para todos, mi abuela tenia sesenta y cinco años, los mismos que mi abuelo, que justo cuando se jubilaba le vino este palo de la vida. Mi padre no quiso dejarlo solo, por lo que  convenció a mama de que viviera temporalmente con nosotros ya así es desde entonces. A mama no le hacia ninguna gracia tenerlo todos los días en casa, y papa y mama discutían continuamente sobre el tema. Al principio muy en secreto pero poco a poco las discusiones se fueron haciendo menos discretas, al abuelo incluso parecía divertirle en vez de incomodarle, creo que toda esa historia le hizo salir de la depresión en la que parecía estar. Poco a poco mama, se enojaba mas al comprobar  la actitud del abuelo, que parecía hacer muchas cosas adrede solo por molestarla, definitivamente le divertía ver a mama cabreada. Llevaríamos tres meses de convivencia los cuatro en casa cuando los tira y afloja entre mama y el abuelo tenían mas intensidad, llegue a pensar que acabarían mal, pero no me esperaba lo que sucedió.

Le dije a mama que me iba a las cuatro a casa de una amiga del instituto, que vivía muy cerca pero me llamo diciendo que se iba, así que me quede en mi cuarto y no creí que hiciera falta avisar a mama. Por supuesto ella pensó que yo estaba fuera, cuando llego de la comida que había tenido con sus amigas. Yo tenía la puerta de la habitación abierta, para que me viese al pasar hacia la suya. Nuestra habitaciones se encuentran el la segunda planta,  la oí entrar a la casa y llamar a gritos al abuelo,

-          ¿Donde estas,  viejo, no quieres verme?

Me asome un poco a la barandilla, dispuesta a presenciar otra escena familiar. Mi madre parecía algo borracha y despendolada la verdad, se había abierto la camisa y asomaban descaradamente el sujetador que cubrían sus hermosos pechos. Vagaba gritando por el salón de abajo, del cual desde mi posición tenia una vista completa de el. Volvió a gritar.

-          ¡Ven si te atreves, cobarde! Aquí tienes tu nuera, no quieres verme.

Pensé que iba muy borracha cuando comenzó a subirse la falda y enseñaba descaradamente sus bragas. Estaba apunto de bajar a por ella para acostarla y que dejara de hacer tonterías, cuando el abuelo entro por una de las puertas que da al jardín y se planto ante ella,

-          Aquí me tienes, que contenta te veo.

-          ¿Se ha ido la nena?

-          Supongo yo estaba en el jardín

-          ¿Que te parezco?

-          Me pareces que estas un poco borracha y caliente.

-          Llevas razón, vengo caliente, así que prepárate que tienes que pagar el alquiler por vivir aquí.

-          Como tú digas.

Yo todavía no sabia de que iba todo aquello, pero empecé ha hacerme una idea muy pronto. Mama se termino de despojar de la camisa y de la falda quedando en sujetador y bragas delante del abuelo.

-          Te gusta marrano. Que suerte tienes

-          Si

-          Ven a comerte lo que no se come tu hijo.

Mi abuelo, que ya estaba frente a mama, se agacho un poco y comenzó a comerle salvajemente las tetas, las chupaba y las apretaba con verdadera ansia, cosa que a mama parecía encantarle. Pronto, el abuelo, bajo una de sus manos y arranco las bragas de mama dejándola completamente desnuda de cintura para abajo, ni un solo reproche ni una sola mala palabra mas salieron de la boca de mama que se dejaba hacer, por aquel hombre tierno, que para mi hasta ese momento había sido mi abuelo para mi, reconvertido en una fiera insaciable para mama. Que manera de tocarla, mama se estremecía de placer con las caricias, su pezón no salía de la boca de  abuelo mientras los dedos de este la penetraban la vagina sin contemplaciones, dos de sus dedos entraban y salían de mama con una violencia nunca vista para mi. Por los gestos de mama, tuvo su primer orgasmo rapidísimo en los brazos de aquella fiera. Cuando este vio que así era la empujo contra el sofá y le recrimino.

-          Ya te has corrido, si no hemos hecho más que empezar. Pues si que venias caliente.

-          No lo has notado acaso.

-          Ven aquí.

El abuelo se dirigió a la parte de atrás del sofá que esta en medio del al sala, hecho a mama por detrás sobre el respaldo quedando mama de culo, entregada a sus intenciones. Allí mi madre, se dejo colgar completamente del respaldo esperando recibir lo que el abuelo estaba preparándole. Mientras el desabrochaba el pantalón y lo dejaba caer hasta los tobillos, acto seguido saco una enorme verga, que jamás pensé que mi abuelo pudiera tener y la masajeaba para complacer a mama. Este se agacho primero y lo perdí de vista, parecía estar chupando por detrás a mama ya que esta no paraba de gemir y de gozar sin apenas tregua al oro orgasmo, mami  disfruto del segundo, que pareció disfrutar tanto como el primero. Volvió a ponerse en pie mi abuelo, que antes de terminar de incorporarse pareció escupir en el culo a mama, en un par de ocasiones antes de jugar un poco más con sus dedos en el interior de mama.

-          ¡Por el culo no, cabrón!

-          Si ya sabes que te gusta

-          Me duele

-          ¡Tranquila! Iré despacito, apenas lo vas a notar.

El abuelo parecía dispuesto a penetrar a mama y al parecer por el culo, yo para entonces ni  había pensado en que eso se podría hacer, pero desde mi posición todo aquello, en ese momento,  más me aprecia una película que la realidad  de lo que estaba ocurriendo y lo cierto es que me descubrí a mi misma masturbándome suavemente y disfrutando del momento con esos amantes.

El abuelo parecía preparado totalmente, cuando comenzó a colocar aquel instrumento en la entrada de mama, que había cogido uno de los cojines y lo estaba mordiendo para soportar el dolor, aunque en ningún momento me pareció que le desagradara. Al parecer le había metido la puntita de la verga por los gestos de mama, cuando el abuelo alzo la mirada hacia la barandilla del piso superior y me descubrió. Esto le hizo sorprenderse notablemente e hizo que de una estocada se la clavara totalmente a mama. Mami soltó un grito desgarrador al notarse atravesada por aquel aparato.

-          Que haces me vas a matar

Gritaba mama, mientras el abuelo quedo inmóvil mirándome. Yo que no sabia que hacer le asentí con la cabeza para que siguiera y mama no se diera cuenta, y así pareció entenderlo él, que comenzó a dar envestidas sobre mi madre con una violencia propia de un semental, la hembra que tenia montada pronto dejo de quejarse y se rindió a los placeres que le  producía el macho que la montaba. No se si por el morbo de la situación o por las fogosidad del encuentro, mi abuelo termino eyaculando muy pronto sobre la espalda de mama, que ya había disfrutado de otro orgasmo esta vez si cabe, con mas intensidad que los anteriores. Yo por mi parte me termine corriendo solita, agarrada a la baranda y mordiéndome los labios para no gritar y delatar mi presencia. Mi abuelo eyaculo mirándome, con una sonrisa cómplice, familiar.

-          Vístete haber si va a venir tu hija y nos pilla. Borracha, hueles a alcohol, dúchate y arréglate, si te vuelvo a ver así me van a dar ganas de follarte otra vez y no de discutir contigo.

-          Voy no te preocupes que no nos pillan

Decía la muy ignorante, no tenia ni idea de que su hija  acababa de descubrir su secreto. Tanto discutir y no querer al abuelo en casa y todo era una fachada, cada vez que se quedaban a solas aquello era Sodoma y Gomorra. Pobre papa, llevaba cuernos puestos por su propio padre. Corrí a esconderme antes de que apareciera por la escalera mama y así me metí bajo mi cama, esperando que pasara, como así hizo. Una vez entro al baño y unos cinco minutos después escuche la ducha, me apresure entrar disimuladamente tirándole alguna para que se sintiera mal.

-          Hola mama

-          Hola Sofí

-          ¿Sabes que tienes la puerta abierta, haber si entra alguien y te ve?

-          ¿Quien va a entrar aquí?

-          El abuelo, por ejemplo.

-          Ese no se atreve por la cuenta que le trae.

-          Es un hombre al fin y al cabo y ¿A ti no te toca nada no?

-          Si entra lo hecho de casa, no se atreverá.

-          Mama tienes un pezón un poco irritado no.

-          ¡Haber! Si es verdad cariño será por el sujetador

-          Uno nada mas mama

Cuando note que se empezaba a cambiar de color y no sabia que decir salí de la ducha y la deje en paz, tampoco quería que supiera que lo había visto todo, pero si me gustaba hacerle pensar que tenía que llevar mas cuidado.

El abuelo parecía estar esperándome para darme explicaciones, en el jardín. Sabia que yo saldría a buscarlo parecía estar preparando el discurso.

-          Sofí cariño esto que has visto

-          Abuelo, te estabas tirando a mama. Que me vas a explicar.

Esto lo dejo sin argumentos.

-          Tu madre………………. Yo……………. No queríamos pero

-          Pobre papa, ignorante de todo, me da lastima.

-          ¿Se lo vas a decir?

-          No se, tengo que pensar, no quiero hacer daño a papa.

-          Eso piénsatelo y si hay algo que pueda hacer por ti no tengas duda que yo

-          Tranquilo no quiero chantajearos, de momento será mejor que mama no sepa que os he visto.

-          De acuerdo cariño.

Pasaron un par de semanas mientras yo me hacia la meditabunda delante de mi abuelo. Yo lo notaba tenso esperando a mi resolución al problema que nunca venia. Las peleas parecían haber bajado su intensidad, solo parecían aflorar cuando mama quería sacarle algo a papa, lo extorsionaba diciéndole que iba a echar al abuelo. Yo pensaba que el abuelo se gana la estancia más que de sobra el pobre hombre. Para mi había cambiado por completo la manera de ver a mi dulce abuelo, el haber descubierto su secreto con mama, me hizo verlo como hombre. Entendía sus necesidades, pero mi madre la muy puta, engañaba a su marido con su propio padre, que mas habría hecho.

Una mañana del mes de Junio, soleada y perfecta, papa se marcho  a uno de esos viajes de un par de días que solía hacer de cuando en cuando. Así estaríamos  los tres en casa por un par de días solos, mama despidió a papa con unos eufóricos besos, la muy falsa y en cuanto se marcho, se coloco el bikini y se puso a tomar el sol sobre el césped del alrededor de la piscina, se colocaba los auriculares y podía estar horas escuchando música y tomando el sol sin moverse, yo no soporto tanto sol. El abuelo leía un libro en el balancín que tenemos, justo en el lado opuesto de la piscina, por lo que mama quedaba mirando hacia la casa, cuando estaba boca abajo, mi abuelo tenia una perspectiva perfecta de su culo y sus piernas. Aproveche para ir con él, el balancín es comodísimo tiene unos cojines bien grandes y comidos. Cogí un libro y me tuve apoyando sobre el mis piernas.

-          Te molesto aquí

-          No mi vida tu nunca molestas

-          Que calor hace hoy verdad

-          Si hace si

Yo llevaba puesto un pantaloncito rosa muy corto, cuando apoye las piernas sobre él, caí en la cuenta de que posiblemente me vería el filo de las braguitas blancas que llevaba y junte bien las piernas para que no me viese nada. Comencé a leer y no conseguía concentrarme en el libro, no hacia más que pensar en los dos juntos fornicando de aquella manera y me volvió a excitar. Comencé a estar incomoda, ya que mis instintos me estaban traicionando y había empezado a mojar mis braguitas recién puestas, gire la cabeza y mire hacia mama, se había despojado de la parte de arriba del bikini y tenia toda la espalda al aire, además las braguitas del bikini, sin ser tenga eran bastante pequeñas y dejaba en aquel momento poco a la imaginación la verdad. Quise probar a abuelo haber que me respondía y le dije.

-          Es guapa mama, ¿verdad?

-          Si lo es,  y tiene mucho genio ya lo sabes.

-          Pero tú la sabes tratar.

Pareció avergonzarse al recordar lo ocurrido supongo.

-          Bueno es muy exigente y sabe lo que quiere y cuando lo quiere y haber quien se lo niega.

Me dejo un poco parada y no sabia bien por donde seguir así que me hice la ingenua y continúe.

-          Que cuerpo más bonito tiene,  ¡que envidia!

-          No digas eso que el tuyo esta mejor y mas joven, ya quisiera tu madre tener estas piernas

Dijo esto apoyando su mano sobre una de mis muslos y palpándomelos. Yo tenía apoyados los gemelos sobre sus piernas y no tenia más que moverme para sentir su verga, no pensaba en otra cosa la verdad. Solo pensaba en rozarlo, haber como la tenia, haber que sentía. Me puse en libro en posición como si estuviese leyendo, entonces abrí un poco las piernas aprovechando que tenia su mano sobre mi muslo, eso le daría confianza. Permanecimos así unos minutos en un silencio tenso, la verdad. Mire por encima del libro y descubrí que la mirada se le dirigía hacia mis braguitas, seguro que por lo menos vería el encaje del filo. Esto me humedeció aun mas, cuando de repente mama alzo la cabeza, se quito los cascos con los que escuchaba música y grito.

-          Sofí ¿Estas hay?

No alcanzaba a verme ya que su posición solo la dejaba mirar hacia delante y nosotros estábamos justo detrás. De un salto me despegue del abuelo como si estuviésemos haciendo algo malo y nerviosa le conteste.

-          Si mama estoy aquí detrás.

-          Acércate ala cocina y tráeme algo fresco.

-          ¿Que quieres mama?

-          Tráeme un refresco, pero con mucho hielo cariño que hace un calor de espanto.

-          Vale, enseguida voy. ¿Tú quieres algo abuelo?

-          Bueno, lo cierto es que apetece, ¿No?

Me dirigí hacia la casa, dejándolos en la piscina y mientras preparaba una enorme jarra limonada con muchísimo hielo los observe, mi madre no hizo ni un solo gesto de mirar hacia atrás para ver donde estaba, mientras a mi abuelo se le iban los ojos mirándola, incluso note como se tocaba y ponía en posición su aparato para tenerlo mas cómodo. Imagine que se habría excitado y comencé a  maquinar un plan. Pondría al abuelo a cien, para que se volviera afollar a mama brutalmente, el hombre necesitaba alivio. Antes de salir me quite un momento el mini pantalón que llevaba puesto y me saque las braguitas y las puse en la ropa sucia, ahora al abrir las piernas me vería todos los pelitos, pensé. No tengo mucho vello afortunada mente y como la temporada acababa de empezar tenia las ingles recién hechas, aunque yo no me depilo todo completo como mama. Al abuelo le gustaría ver pelito joven, corrí hacia mama y le deje un gran vaso a su lado, me dio las gracias y seguí andando hacia donde se encontraba mi abuelo, allí deposite la jarra en una pequeña mesa y corrí de vuelta a por dos vasos para servirnos nosotros también. Se le notaba acalorado y algo sudoroso, parecía estar esperando a que retomara mi posición y preferí sentirme a su lado, para ver como reaccionaba.

-          ¿No te tumbas como antes?

-          Estoy bien así ¿no te parece?

-          Si pero antes parecías mas cómoda ¿no?

-          Como ¿así?

Me tumbe en la misma posición en la que estaba pero esta vez no, me corte un pelo y deje las piernas entre abiertas para que  se percatara de que mis braguitas habían desaparecido. Por un momento pensé que me diría algo pero no fue así, miro de reojo y pareció quedar complacido, de seguida su mano volvió a tomar la posición sobre mi muslo y yo a coger de nuevo mi libro para disimular. Al momento me gire hacia el suelo para coger el vaso de refresco y pegar un trago. Al moverme note, que su mano quedaba, aprisionada entre mis mulo a casi nada de rozar mi vulva, dios mío casi no pude beber, que estábamos haciendo , estaba provocando a mi abuelo para que me metiera mano y yo cachonda perdida como una perrita en celo, jugando con su macho.

Pero él, no era menos, entraba a todas y cada una de mis insinuaciones como si un jovenzuelo se tratara. De repente sus dedos ya estaban rozando mi bello púbico y yo no sabia que hacer, es mi abuelo pensaba esto no esta bien. Cuando quise reaccionar, era tarde, sus dedos jugaban en mi entrada pidiendo suavemente permiso, lo mire y el seguía disimulando sin querer mirarme a la cara, como si con el no fuese la cosa. Retome mi la posición, colocándome de nuevo boca  arriba, con la vana esperanza de que parase en su empeño, pero fue al contrario, esta nueva postura le dejaba todo el camino libre para que sus dedos penetraran a placer en mi vagina. Estaba completamente mojada, nunca lo había estado tanto y resultaba tan placentera aquella situación que no podía resistirme. Mire hacia mama y comprobé que seguía a la suya, sostuve el libro frente a mi cara con la mano izquierda y con la otra, recorrí mi cuerpo hasta encontrar la de mi abuelo bajo mi escueto pantalón. Abrí un poco más mis piernas y acompañe sus dedos hasta mi interior. Entraban y salían armoniosamente, con seguridad y experiencia, el my canalla sabia lo que hacia, me estaba volviendo loca, no le importaba nada por lao visto, estaba metiendo mano a su propia nieta sin el mas mínimo remordimiento, a espaldas de su amante que era su propia nuera, viejo verde, le gustaban las jovencitas no le importaba la edad ni quienes fueses. Entre esos pensamiento me vino un orgasmo soberbio, me retorcí a placer apretando su mano contra mi, sin disimular lo mas mínimo, no me importaba en ese momento que mama se diera la vuelta, disfrute al máximo de aquello.

Cuando hube acabado el libro, se me  había caído a suelo, así que como pude me levante para cogerlo y me di la vuelta. Me plante de pie frente a él, y le dije mirándole a los ojos.

-          ¿Te parece bien lo que me has hecho? Soy tu nieta. ¿no te remuerde la conciencia ni tan siquiera un poco?

-          ¿Y a ti, igual no te ha gustado verdad? Que yo sepa la única que ha quedado satisfecha aquí ha sido tu, guapa. ¿me equivoco?

Lo cierto es que no sabia que contestar, y mire hacia abajo un poco avergonzada, por lo que me había dicho. Note que el bulto en el pantalón, parecía querer hacerlo estallar y me dio algo de pena dejarlo así. Por lo que le dije

-          Esta bien ,tu lo has querido

Me subí en cima de el clavando las rodillas en el balancín, le saque su enorme polla de dentro del pantalón y cuando la hube tenido bien colocada bajo de mi, me aparte un poco el pantaloncito hacia un lado y la acompañe hasta dentro de mi coño sin ningún remordimiento. Aquello pareció gustarle muchísimo y  me cogió el culo con fuerza empujándolo hacia en con cierta brusquedad la verdad. Mientras lo cabalgaba el no dejaba de mirar por detrás de mi vigilando a mama y pienso que aquello lo excitaba aun mas. El tamaño de aquella polla en mi interior y los expertos empujones de sus manos sobre mi culo, me hizo corre de nuevo y el tampoco lo tardo en hacer, estaba sobre excitado de tanto calentón. Quedamos fundidos en un abrazo donde mis pechos casi lo ahogaban y pronto tuvimos que reaccionar y separarnos, no fuese que mama se girara. Salí corriendo hacia la casa chorreando todo su semen que salía de mi interior, rece para que mama no lo viera y me diera tiempo a borrar toda huella de aquel, incesto, que es lo que había sido, para mi en aquel momento.

Poco tiempo después, el abuelo me conto que mama estaba embarazada de otro hombre antes de casarse con papa y desde que lo descubrió mama lo convirtió en su amante para que no rompiera el matrimonio con su hijo. Ya desde antes de casados el abuelo se beneficiaba a mama, el que yo he considerado mi padre toda la vida es un cornudo por culpa  de su propio padre y a saber de cuantos mas, pobre hombre.

En cuanto a mi abuelo que resulta que sanguíneamente no lo es, desde que me conto esto, no me lo paro de follar, Ahora no tengo ningún remordimiento. Resulta que según el soy mas y mejor puta que mama y yo sin saberlo. Así que tiene trabajo doble, mama y yo creo que nos va a durar bien poco al ritmo que lleva.