Mi madre se emputece 04

Mi amigo me explica a quien pertenece ahora mi madre

Capitulo 4

Al día siguiente, me desperté tarde, Miguel aun dormía en la cama de al lado, roncando como una bestia parda, totalmente desnudo sobre la cama.

Me puse una camiseta y un pantalón corto y baje a la cocina. Allí ya estaba mi madre.

Llevaba puesta una camiseta que apenas tapaba su culo, y tal como marcaba sus pezones, iba sin sujetador, una minúscula braga blanca y en los pies, solo unos calcetines.

  • Buenos días cariño, ¿a que hora llegaste ayer, que no te oí llegar?.- Me pregunto con una gran sonrisa
  • Tarde, la verdad es que me líe por ahí – Conteste con desgana
  • ¿ y te lo pasaste bien?- Siguió preguntando mi madre, al tiempo que preparaba un zumo.

-Seguro que no tan bien como tu, so zorra - Pensé para mis adentros, al tiempo que levantaba los hombros poniendo cara de desgana.

  • Pues a mi, la verdad es que me hacía mucha falta un fin de semana como este, de paz y tranquilidad- siguió atosigándome mi madre.- La verdad es que tu amigo es un encanto. Es más, ayer estuvimos charlando y para devolverle el favor, le he ofrecido pasar la semana en nuestra casa, pues van a pintar la suya.

  • ¿Pero mama, no será demasiado? - Proteste sorprendido

  • No seas desagradecido, además se a ofrecido a pagar su manutención y todo. Claro que yo no he aceptado, sera mi invitado y punto.- Zanjó mi madre la conversación

Si pensaba que mi vida no podía ir a peor, desde luego me equivocaba, ahora este tío se iba a meter en mi casa, y dudo que solo fuese por una semana, tenía que demostrarle a mi madre cuanto antes, como era en realidad ese putero, para que mi vida volviera a ser como hace una semana.

Desayunamos en silencio, hasta que oímos como nuestro anfitrión bajaba aun con cara de sueño y totalmente desnudo por las escaleras.

  • Buenos días familia- Saludo Miguel al tiempo que le estampaba un pico a mi madre sin importarles lo más mínimo a los dos que yo estuviera delante.-

  • Buenos dias, ¿que, lo de andar en pelotas se va a convertir en una costumbre?- Respondí sin mirarlo

  • Mira Marquitos, no nos toques la moral de mañana temprano -Sentenció mi madre-

  • Que os parece si hoy nos quedamos en la piscina y preparo una barbacoa- Dijo miguel cambiando de tema

  • Por mi genial- sonrió mi madre, pero voy yo por la carne, que me fastidia estar todo el fin de semana de gorrones.

Y subió a su habitación, a vestirse y coger la cartera, para dirigirse después, a un pequeño supermercado que había en la misma calle y que por lo que le dijo Miguel, abría los domingos, en época estival.

En cuanto salió por la puerta, Miguel se acercó a mi, en pelotas como estaba, y cogiéndome del pescuezo con violencia me dijo:

  • Mira niñato, ya vi que ayer disfrutaste de lo lindo viendo como me follaba a la zorra de tu madre, así que a partir de ahora, hagamos lo que hagamos yo y ella, no te quiero ver escandalizarte ni protestar. ¿ Está claro?

  • Si,- respondí casi sin poder respirar

  • O no será que tienes envidia y eres una maricona chupa pollas tu también – Me dijo al tiempo que me ponía de rodillas, y me aplastaba la cara contra su flácida polla.

  • Noooo,- grite con asco. - Te prometo que no os voy a molestar más

  • Eso espero – Dijo Miguel al tiempo que me soltaba el cuello- Por que a partir de ahora, tu madre es mía, y no quiero verla triste por culpa de un mocoso como tu, así que ya lo sabes, veas lo que veas y hagamos lo que hagamos, hazte el sueco o marchate si no te gusta, pero como protestes o te quejes a tu madre te reviento la cabeza.

Y dejándome por segunda vez en el suelo en el mismo fin de semana, se marchó en dirección a la ducha.

Cuando llegó mi madre, yo estaba en bañador en la piscina y Miguel dentro de casa, preparando todo para hacer la barbacoa.

Mi madre dejó las bolsas en la cocina y se volvió a cambiar de ropa, apareciendo ahora con el otro bikini, el negro que ya me había enseñado, pero con solo la parte de abajo puesta, se sentó en una tumbona a mi lado y se puso a leer una revista que se ve, había comprado en el super.

Allí estaba tan tranquila, luciendo sus dos melones al aire, sin el más mínimo pudor, claro que solo podíamos verla yo o Miguel, pero coño, hacia un par de días, no se hubiera atrevido a tal osadía ni de coña, y ahora nada parecía importarle.

Miguel por lo menos, si se había puesto un pantalón corto para hacer las brasa, y no tenía que estar viendo su miembro balanceándose delante mía.

Después de comer Miguel le dijo con una mirada cómplice a mi madre.

  • Mar, podrías darme un masaje en los pies como el de ayer.

  • Claro que si- Contestó mi madre mirando para mi toda avergonzada- pero mejor en la habitación que estarás mas cómodo.

  • No te preocupes, aquí esta bien, además, así aprovecho para tomar el sol.- Dijo mientras se despojaba de su pantalón corto y dejaba otra vez su polla a la vista.

  • Marcos, por que no vas a buscarme un bote de crema hidratante que tengo en mi bolso.- Me dijo mi madre.

Me levanté sin mirarlos a los dos y me fui por la dichosa crema. Tarde un poco en encontrarla, cuando baje, otra vez, la escena igual que la de la noche anterior me turbó.

Mi amigo en pelotas, tumbado con los ojos cerrados en una tumbona, mientras mi madre de rodillas a sus pies los masajeaba con todo el mimo del mundo. Ella tambíen se había quitado la camiseta que se había puesto para comer, y lucia sus dos tetas al aire a escasos centímetros de los pies de mi amigo, que con el masaje que le estaba haciendo mi madre, lucía una erección considerable.

Le dí la crema y me tumbe en otra de las tumbonas y cerré los ojos debajo de mis gafas de sol.

A los 5 minutos mi madre me llamo:

  • Marcos, ¿estás despierto?

No le contesté, no quería hacerle mas recados, además lo que menos me apetecía era hablar con ella.

Como vió que no le contesté, debió pensar que dormía, y mirando nuevamente para los pies de mi amigo, se los empezó a chupar.

Si la noche anterior se los chupaba con ansia, esta vez, era autentica devoción, chupándole los dedos uno a uno, y llenando de babas todos los rincones del pie de mi jefe, el cual se estaba tocando su verga relajadamente.

Cuando mi madre tenía los pies suficientemente sobados, me echo una mirada furtiva y comprobando que seguía en la misma posición y dándome por dormido le dijo a mi amigo:

  • ¿quieres que te chupe un poco el culo?. La verdad es que ayer te gustó tanto, que me apetece acértelo

  • Claro que si mi putita- Contesto Miguel, dándose la vuelta en la tumbona.

Y mi madre, al igual que con los pies, empezó a dar lengüetazos con un ansia desmedida, en la raja de aquel culo peludo.

La cara de Miguel era un poema, y estoy seguro que le faltaba poco para correrse, sobre todo, cada vez que mi madre metía su cabeza entre sus piernas para llegar a sus cojones y chuparlos como si de el mejor helado se tratara.

Entonces, en un brusco movimiento , Miguel se puso de pie, poniendo su erecto pene, al tiempo que se lo tocaba, sobre la cara de mi madre, la cual seguía de rodillas.

  • Es esto lo que buscabas e puta- Le dijo Miguel al tiempo que se corría sobre la cara de mi madre.

  • Si cariño, verte así de feliz es lo único que quiero.- Le contesto mi madre esbozando una sonrisa, al tiempo que la leche de mi amigo, bañaba su cara.

Entonces , para asombro mío y de Miguel, se metió el pene ya semi flácido de Miguel en la boca y lo limpió a conciencia, luego se levantó y dándole un morreo a mi amigo le dijo:

-Espero que estés contento con tu puta, por que ahora, necesita que la folles. Dios, tengo el coño ardiendo, es increíble, lo caliente que me pones.

Y cogiéndolo de la mano se dirigieron al interior de la casa, encerrándose en la habitación de mi madre.

Esta vez, dejaron la puerta cerrada, por lo que no pude ver nada, pero tal como sonaba el cabecero contra la pared, puedo asegurar que mi madre estaba recibiendo su follada, tal como ella había pedido.

Los gritos de mi madre resonaban por toda la casa, la verdad, si no supiera que mi amigo le estaba dando una buena follada, parecería que la estaban matando.

A la media hora, salieron los dos completamente desnudos de la habitación, pasaron a mi lado ya en la tumbona de nuevo, y sin mirarme siquiera y se metieron en la piscina. Estuvieron jugando y metiéndose mano descaradamente, incluso pude ver como miguel se zambullía, para morder el recen depilado coño de mi madre.

Hasta que yo, ya cansado de hacerme el dormido, y un poco arto del espectáculo porno, que esos dos me brindaban a escasos metros creyéndome dormido, empezaba a hartarme. Así que me levante bostezando y me fui a la cocina por un vaso de zumo y al baño a hacerme una buena paja, pues si bien no me parecía nada bien que mi amigo y jefe emputeciera a mi madre de esa forma, mi pene no pensaba lo mismo y tenía una erección considerable al ver los jueguecitos eróticos de esos dos.

Cuando volví al jardín, ya más calmado, los dos estaban tomando el sol, cada uno en su tumbona tranquilamente, eso si, los dos completamente desnudos.

  • Marcos cariño.- Me dijo mi madre levantando un poco la cabeza- Nos traes a mi y a Miguel unas cervecitas porfa.
  • Claro mama ¿ y algo más quieren los señores?- Contesté de mala ostia.
  • Mira niño, estás insoportable- Dijo mi madre levantándose y luciendo al aire ese coñito, ahora si ya libre de bello y con los labios completamente enrojecidos, supongo por las folladas y sobeteos constantes de este fin de semana.

Trajo dos cervezas frías y le dio una Miguel , el cual le dio las gracias con un pico y una palmada en una de sus cachas desnudas.

Mi madre ni para mi miró, se estaba acostumbrando a esos toqueteos delante mía y ya parecía no importarle lo mas mínimo.

Estuvimos un cacho más tomando el sol, , luego recogimos todo y vistiéndonos, nos fuimos rumbo a mi casa, la que a partir de esta semana, sería también la de Miguel