Mi madre que bien
Lo que paso sin mi padre me sorprendió.
Mi padre tuvo que irse a un congreso medico, por lo que quedamos solos mi madre y yo en la casa de la aldea, una situación buena para confraternizar con los vecinos y aumentar nuestros lazos tanto familiares como vecinales.
Mi nombre es Andrés, un chico normal de 18 años interesadísimo por el sexo y virgen.
Mi madre se llama Julia una mujer de 45 años con un cuerpo marcado por el embarazo de dos hijos.
Como os dije mi padre se tuvo que ir de viaje por lo que quedamos mi madre y yo solo, salí a dar una vuelta con los chicos del pueblo pero al no encontrarlos me volví para casa, entre sin hacer mucho ruido y sin ninguna intención en concreto, subí para la sala donde estaba el televisor y escuche a mi madre habar con alguien, me quede escuchando tras la puerta, era el vecino Antonio que nos había hecho una visita, me disponía entrar para saludarlo cuando hoy que le decía a mi madre que era una pena que la dejase sola mi pare con lo guapa que era que le podían hacer cualquier cosa, mi madre dijo que me tenia a mi para defenderla.
El se sentó a su lado y con las manos no muy limpias empezó a levantarle la falda a mi madre pasándole las manos por los muslos, ella le pregunto que estaba haciendo que se parase quieto que se lo diría a su mujer que no era sensato.
Mi madre se levanto apartándose, Antonio se levanto amarrándola por un brazo y timándola en el sofá, mi madre se defendió pero solo recibió una bofetada que la volvió para el sofá. Antonio sin hacer caso a los lloros de mi madre le arranco la blusa y la falda dejando a mi madre en bragas y sujetador, por cierto unas bragas de las que se llevaban antes que apenas dejan ver nada. Mi madre seguía llorando suplicando que parase pero lo único que consiguió fue que Antonio se pusiese más eufórico, le metió su polla en la boca pero lo único que consiguió fue que mi madre la escupiera. La tiro en el suelo arrancándole las bragas comenzó a lamer el coño de mi madre como pudo a pesar de que esta se movía intentando escapar.
A todo esto yo no es que no quisiera intervenir, simplemente que me estaba masturbando como un bellaco.
Mi madre ya no ofrecía apenas resistencia a las lamidas de Antonio, las manos las utilizaba entre suplicas de para por favor Antonio y no sigas, para guiar a este en sus lametones.
Una vez que Antonio considero le metió la polla por su coño corriéndose en breve.
Se marcho diciendo que si se lo decía a alguien le haría la vida imposible tanto a mí como a ella, la dejo llorando en el suelo.
Se levanto recogiendo la ropa y se fue a la habitación. Me fije que por sus muslos corrían restos de semen, había dejado las bragas en un rincón las cuales cogí tirando un color amarillento en el lugar que correspondía a su coño, esto me excito muchísimo.
Fui en su busca con la intención de hablar con ella. Estaba tumbada en la cama metiendose el dedo en el coño y chupando los restos de semen masturbándose, gozando entre suspiros y gemidos.
Me sorprendió mucho que después de esta experiencia no corriese a darse una ducha pero no fue.
Durante la cena no dijo nada y hablamos menos de lo normal. Se había puesto la blusa con los botones de arriba rotos y una falda.
Nos pusimos a verla tele después de la cena, como si las encontrara saque las bragas enseñándoselas y diciendo que se había dejado ese trapo viejo y roto tirado, ella comenzó a explicar que eran unas bragas pero se detuvo al momento.
Continuamos viendo la tele hasta que cambie para un canal en el que daban una película erótica, después de un tiempo viéndola observe como separaba los muslos y se acariciaba por encima de la falda, yo me acariciaba la polla inconscientemente, ella se recata de cómo la miraba y colocándose la falda se despidió hasta mañana.
Me quede viendo la peli un rato, al irme para cama pase por delante de su habitación y pude entrever a mi madre con las bragas la la altura de las rodillas y lamiendo unos calzones míos y masturbándose, llame a la puerta y tras colocarse la ropa me dijo que pasase.
Me senté junto a ella, le di las bragas que se había dejado en el salón diciéndole que no era un trapo que tenia un olor y cierta suciedad a hembra que eran exquisitas, ella me dijo que eran suyas que esa suciedad y ese olor eran del coño típico en las mujeres que si que eran viejas. Le dije que lo había visto todo que no-tenia por que disimular que estaba allí para consolarla y hablar. Me empezó a decir que no diríamos nada a nadie, me contó con pocos detalles y entre lloros por lo sucedido, me acosté junto a ella y debido a la postura su falda se había subido dejando entrever los comienzos de sus braguitas, para consolarla la acaricie manoseándola a mi gusto.
Ella se aparta al darse cuenta de mi erección, le dije que la iba a violar yo también, se aparto mas, le dije que me excitara mucho la situación que tenia unas piernas preciosas al tiempo que acariciaba esta, ella empezó a respirar mas profundo y entrecortada poniéndose colorada y diciendo que ya esta bien de broma, seguí acariciando sus pechos y muslos, ella empezó a separar las piernas para dejarme acceder a las bragas, las cuales estaban mojadísimas. Al darse cuenta de lo que sucedía me aparto mandándome a la cama, yo le dije que si solo disfrutaba con los vecinos y siendo violada aunque la dejasen a medias. Se enfadó mas y me dio una bofetada, la tumbe en la cama lamiendo sus pechos, al principio se resistía pero enseguida fue cediendo, le subí la falda a la cintura dejando las braguitas a mi antojo se veían muy mojadas y con restos de semen del vecino, le dije que era una guarra que se podía haber lavado, me dijo que quería conservar ese olor para recordarlo, se ve que mi padre la follaba poco o nada como después me confirmo.
Le saque las bragas y se las di a lamer, las lamimos los dos lo cual me resulta exquisito y a ella también por que salía de su coño un liquido que le había mojado todos los pelos cayéndole unas gotas por la punta de estos las cuales lamí gustoso. Me pidió que metiera mi polla por el agujero por donde naciera, el cual ella había separado los labios para contemplarlo en todo su esplendor, no tuve problemas en meterla y proporcionarnos un orgasmo a ambos, después de descansar un rato volví a introducirla con el permiso de ella aun mojado y con restos de mis fluidos, apunte a su ano después de lubricárselo introduciendo la lengua y se la metí lentamente no tardando en eyacular ambos. De su culo salía una mezcla de semen con un color marrón, ella se metió el dedo lamiéndolo con gran placer.
A la mañana siguiente siguió todo como si no pasase nada pero a la noche volví a su cuarto y lo hicimos, ahora lo hacemos cuando tenemos oportunidad.