Mi madre, mis nalgas - parte 2

Después de descubrir a mi madre se siente abandonada le doy tiempo y amor logrando hacerla mi mujer.

Continuación...

  • Vamos, dime qué piensas - Continúe en silencio.

  • Está bien, te diré lo que pienso yo... primero sentí coraje hacia mi, hacia ti y un poco hacia tu padre... hacia mi, por qué yo fui la que se dejó llevar por las palabras de Pedro, fui débil y dejé que mis necesidades me guiaran a cometer errores y de ello... creo entender lo que sentiste, aún así no justifica que me hayas obligado a tener sexo, pero debo admitir que me gustó... Tu padre me tiene muy abandonada, sabes? Y creo que eso me hizo busca o ser suseptible a las palabras de... bueno de cualquier hombre que me hablara con intenciones, y es que realmente no puedo quejarme mucho apesar de que ya hablé con el, también yo lo conocí así. Sabes, me sentía sola, Pedro me hizo sentir... bien conmigo misma, él era el único con el que platicaba, a el le contaba contaba cuando tenía un logro en el gimnasio... aveces tu padre ni notaba cosas que hacía para el, viste la ropa que llevaba aquella noche que iba a ver a Pedro, pues era nueva... Quizá si cometí un error, pero yo no tuve sola la culpa, como ya te dije, no lo digo para justificarme si no para que me entiendas por qué lo hice.

Mis lágrimas daban a notar el dolor que sentía al darme cuenta que mi madre tenía razón, no se en que medida pero comprendía el que ella tuviera que buscar en otra persona ese compañero, esa compañía, ese oído que por lo menos le escuchará, cosas que ella necesitaba, cosas que vivir mi vida ni yo, su hijo le daba.

  • Dime, quiero saber qué piensas? - cuestionó interrumpiendo mis pensamientos.

  • Pienso en que me deje llevar por el coraje que me dio enterarme que le ponías los cuernos a mi padre, en qué eres mi madre y no quería... no quiero verte en brazos de alguien más...

  • Y por qué lo hiciste? Por qué me obligaste a tener relaciones contigo, con mi propio hijo? Explícame eso?

  • No se, me dio mucho coraje que le pusieras los cuernos a mi padre bajo nuestro mismo techo, con alguien de mi misma edad, quizá yo sí me he dado cuenta de los progresos que has tenido en el gimnasio, pero no he tenido el tiempo para decirte lo hermosa que eres... Perdoname madre - Voltee hacia ella rompiendo en llanto, abrazandola - he sido un mal hijo, nunca me preocupe por ti, nunca me he interesado en ti.

abrazándome amorosamente continuo explicando - Sabes? Lo he pensado mucho y quizá sea una locura, pero... No olvídalo.

  • Dime qué sucede? Yo hago todo lo que tú me digas.

  • No nada mi cariño... Sabes me gusta estar acostada así contigo.

  • A mi igual má.

hubo un largo silencio hasta quedar dormido.

Al despertar aún sentía las manos de mi rodeando mi cuerpo y mis manos sobre los de ella, no quice despertarla o interrumpir el momento, así que me quedé inmóvil, solo cerré los ojos nuevamente, pero sonó la alarma de su celular.

Se escuchó un bostezo y saco el teléfono de la bolsa de su pantalón, Tengo que ir al gimnasio, me quieres acompañar?

  • Claro que sí, con mucho gusto.

  • Solo espérame un momento me voy a cambiar y nos vamos.

Estaba un poco confundido, tenía que olvidarme de lo sucedido con ella, tenía que olvidarme de que la había cupulado? Y tratar de ser más unido a ella, evitar que se sintiera sola nuevamente, a raíz de esto me había surgido atrás duda, sus necesidades sexuales, en qué plano quedaban?

  • Listo cariño, vámonos.

Nuevamente me dejaba imprecisionado, "con que ropas iba mi madre al gimnasio?" un top deportivo y unas mallas deportivas, se notaba una tanga pues las mallas se metían a la perfección entre las nalgas separandolas delicadamente haciendo que se marcarán a la perfección.

En el camino ibamos jugueteando.

  • Te invito un helado? Pensarás que es de broma, vamos al gimnasio y te invito un helado.

  • No veo nada de malo y menos si me lo invitas tu.

Caminamos hasta la heladería y comimos, aún que en un principio no había puesto mucha atención, me percate que el heladero solo quedaba viendo a mi madre, esto se repitió bastante por el camino incluyendo el propio gimnasio, me dio un poco de celos e influía en mis pensamientos, "si en casa se atrevió a querer acostarse con Pedro, aquí abra tenido alguna aventurilla?", realmente nadie se acercaba contundentemente, solo el entrenador, pero se le veía muy profesional, no perdía oportunidad de verle las nalgas o tocarla para que mejorará las posturas pero no había más que eso.

La rutina paso sin mucha novedad después de una hora y media.

  • Me esperas otro par de minutos? Voy a ducharme.

  • Si, no te preocupes.

El sudor le hacía ver de una manera sensual.

La razón me decía que envía que hablar con mi padre he intentar hacerle ver qué mi madre no solo necesitaba un esposo, si no también un compañero de vida, mis esfuerzos fueron en vano, mi padre solo se molestó y diciendo.

  • Apesar de que les doy todo, no agradecen - Salió de casa hacia su trabajo.

  • Te había dicho que ya había hablado con el, pero de cualquier manera agradezco tus buenas intenciones cariño.

La relación con mi madre mejoro mucho durante las siguientes semanas, no sé si es algo natural en otras familias o solo algo que se dio entre nosotros, pero platicaba con ella acerca gente que ella conocía, de lo que estas personas le decían a ella, el punto de vista de mi madre sobre estos temas, mis amigos y nuestras actividades también se volvieron tema de conversación, nuestra interacción se volvió tan cercana como nunca antes había sido.

  • Me acompañas a realizar unas comparas cariño?

Dijo en una ocasión, un par de meses después de haber empezado con esta nueva relación madre e hijo.

  • Claro má.

Las compras fueron de ropa, desde pantalones hasta tangas, en todo me preguntaba que me parecía la prenda? No sabía si tomarlo como un coqueteo como cuando sus desayunos o como si se tratara de una muestra de confianza más.

Las cosas si que cambiaron el día de las madres, aquel día el esposo de Martha una de las hermanas de mi madre había procurado organizar una fiesta para las mujeres de la familia de mi madre y está por supuesto estaba invitada, a mi fue el primero que me avisó, luego a mi padre apenas había llegado de trabajar y con gusto nos acompañaría según sus palabras, sin embargo el día del festejo llegó tarde a casa.

  • Menos mal que ya llegaste, ya es muy tarde! - Dijo mi madre estresada por el horario.

  • No voy a ir, vengo muy cansado, además de que tengo que ir a la casa de mi compadre Ramiro.

  • No me salgas con esto por favor, te había avisé semanas antes - dijo mi madre reprochando.

  • Sabes que? Vete con tu hijo.

Ella iba a decir algo pero quedando con la boca abierta se limito a derramar un par de lágrimas.

  • Vámonos cariño - dijo mientras caminaba furiosa hacia la puerta.

En el transcurso del pasillo común y parte del camino fue silencio absoluto, en mi mente recordaba cuando yo decía lo mismo que mi padre, "Ve sola, estoy cansado, o tengo que ir a determinado lugar con mis amigos".

Ahora entiendia porque había buscado a un amante.

En un momento volteó hacia ella, justo cuando fruncía el seño y en voz grabé dejo.

  • Sabes que? desvite hacia la izquierda.

  • aja - expresé como aceptación.

Yo no conocía mucho la zona y no sabía hacia donde nos dirigimos.

Después de un par de kilómetros adelante, empecé a ver una población rural la cuál empezaba con un edificio de unos cinco pisos.

  • Te detienes frente al edificio anaranjado.

  • Si.

Al estar enfrente vi una anuncio que decía "Motel" en letras de lámina dorada.

Apenas había detenido la marcha y ella inmediatamente sale del auto.

  • Vienes? - pregunta sujetándose de la puerta para ingresar su cabeza.

Apenas meneo la cabeza para afirmar.

Salgo con prisa del auto para entrar al motel tras de ella.

  • Una habitación por favor.

La situación me hacía sentir como si fuera la primera vez que fuera a coger

Después de que le entregarán las llaves a mi madre, estira la mano hacia mi y yo la tomo.

  • Se que esto puede ser una locura, pero no sabes cuánto lo necesito.

Mi mente no podía procesar lo que oía, mucho menos a lo que sabía que sucedería tras cruzar la puerta de alguna de las puertas.

Abrimos la puerta de la habitación 5C, y después de entrar mi madre voltea hacia mi y dice mirándome a los ojos.

  • Dime, quieres volverle hacer el amor a tu madre? Puedes mantener tu promesa de hacerme tu mujer?

Los acontecimientos que se fueron dando después de encontrar a mi madre hablando con Pedro me habían abierto los ojos, mis padres solo estaban juntos por costumbre, no tanto por amor, así que decidí mantenerme en pie, a mí y a mi palabra.

Sin contestar me acerque a ella, la tome de la cintura y comencé a besar sus labios, después su boca.

  • Gracias cariño - murmuraba mientras mis labios y lengua recorrían su cuello y parte de su hombro derecho.

Mi madre se había puesto un vestido anaranjado, ajustado a su cuerpo que permitía adivinar así silueta.

Tomo mi rostro con ambas manos y la llevo por unos instantes a su boca para que nuestras lenguas lucharán con pasión, después la llevo a su pecho, en donde saboree su piel.

Mis manos acariciaban su torso, fui recorriendo milímetro a milímetro su cintura hasta llegar a sus nalgas, baje hasta sus sus piernas donde encontré el borde de su vestido.

Ella misma bajo su escote y aprecie sus pechos desnudos, no llevaba brasier cosa que me sorprendió pues sus pechos estaban tan erguidos como si lo llevará puesto.

Con el labio superior acaricie cada uno de sus pechos hasta que me decidí lamer y mamar el pezón izquierdo, aún que después intercale con el derecho.

Las piernas de mi madre eran acariadas hacia arriba provocando que su vestido subiera, su tanga blonda en corte v de licra tapaba lo necesario y dejaba ver lo suficiente para que fuera sexy.

Las manos de mi madre llegaron a mi camisa liberando cada botón de su hoyuelo, para después sacarla de mi torso, lo mismo sucedió con mi pantalón y finalmente con el boxer que dejó totalmente al descubierto a mi verga.

  • Valla si que has crecido mi amor - declaro mi madre al tocar y voltear a ver mi miembro erecto.

Se inco y tomo mi verga con ambas manos, la contemplaba como si se tratara de algo que nunca hubiera visto en su vida, posteriormente abrió su boca y trato de meterla lo más profundo posible.

La expresión de mi cuerpo era como si un valde de agua fría cayera en mi, pero contrario a esto, mi cuerpo lo sentía demasiado caliente.

  • Ven acuéstate en la cama - dijo mientras se ponía de pie.

Yo no puse objeción y me acosté, ella subía encima de mi, abriendo sus piernas arriba de mi cabeza, podía ver sus labios vaginales marcandose en su tanga, tanto por qué estaban hinchados, como por qué sus jugos permitían que se traslusieran.

Su cabeza fue bajando al tiempo que sus vulva también lo hacía, sus labios hicieron contacto con mi verga y los míos solo tuvieron que esperar a que mis manos apartará la tela de su calzón para empezar a succionar su chocho.

No sabía su tanto líquido que escurría en mi lengua era producto de la salibacion natural de mi paladar o si eran simplemente los jugos de mi madre, pero me era delicioso pensar en lo rico que se lubricaba el interior de su vagina esperando el momento en que la penetrara, esto no tardó mucho ya que después de algunos minutos mi madre en un casi gruñido advirtió.

  • Ya no aguanto, métemela - mientras que se giraba quedando su entrepierna encima de mi verga erecta.

Paso una mano tras de ella y tomo mi verga, sus nalgas bajaron ensartando mi duro pene en su vagina, apenas había entrado el glande cuando mi madre dio el primer centon, después siguió otro y otro, hasta que las embestidas al compás de sus nalgas y mis muslos se hicieron presentes.

No sé cuánto tiempo estuvimos cogiendo en esa posición, pero dentro de este lapso mi madre tuvo dos orgasmos con los que tuvo a necesidad de gritar.

En la poca experiencia sexual con la que contaba nunca había perdido el sentido, es decir no quede dormido, ni desmayado, pero si había perdido el sentido del tiempo, sentía el cuerpo adormecido y una emisión que solo lo compararía con el de un niño que va o a resibido algo sublime que recordara toda su vida, "bueno yo también había recibido algo que jamás he de olvidar, el cuerpo de mi madre, lo había recibido de ella misma en una entrega sexual".

Después de eyacular dentro de su vagina ella cayó extasiada a un lado mío, su pierna izquierda hacia entre mis dos piernas y la derecha encima, su mano derecha mi cara cubría y en el ambiente nuestras respiraciones agitadas se escuchaban.

Sentía el cuerpo totalmente fatigado, hasta que la mano de mi madre se movió acariciando mi rostro.

Abrí los ojos y dirigi la vista hacia su rostro sudado y esvosante de una sonrisa.

Giro la mitad de su cuerpo y tomo su teléfono, después de teclear volvió a girar hacia mi.

  • Creo que podremos quedarnos otro rato más para disfrutar de nosotros, le dije a tu tía Martha que el auto se averió y que hemos venido a buscar un mecánico.

Trague saliva y conteste con un.

  • Si, está bien.

Nuevamente ella se giro quedando su espalda frente a mi.

  • Quiero que hablemos.

Nuevamente trague saliva.

  • Dime.

  • de Pedro.

No sabía que me sería, lo primero que se me vino a la mente fue que me diría que le amaba o que quería seguir cogiendo con el, quería evitar escuchar eso, así que me quedé callado.

  • Un par de meses después de haber llegado, nos encontramos cuando yo llegaba del gimnasio, tu padre, como siempre estaba trabajando, tu te habías ido a jugar fútbol con tus amigos, ese día Pedro me dijo que me veía muy bien, normalmente le di las gracias, cada que llegaba del gimnasio el estaba creo yo, esperándome para decirme lo mismo, poco a poco se fue creando una amistad pues empezamos a conversar, que si el también hacia ejercicio, que como me iba en el día o que si sus clases x cosa. Después poco a poco las conversaciones se fueron tornando un poco sexuales, que si mis compañeros del gimnasio me traían ganas, según el todos los que me vieran deberían de tenerme esas ganas, en una ocasión se me salió decir, "todos menos mi esposo, el solo tiene ganas de trabajar", y el me consoló diciendo que cuando yo quisiera el me hacía lo que tu padre no quería hacerme o tomaría el lugar que el se a olvidado, sabes que día el iba hacerme lo que tú padre no ha querido? Cuando tú lo hiciste.

En mi mente quedó como eco la confesión de mi madre, el día que ella decidió por fin ser la mujer de Pedro yo la hice mía.

  • Quizá sea una locura, pero ver los celos con los que me trataste, después tu cariño, tu amor, tu dedicación y ternura también por qué no decirlo, la forma en que me... en la que me satisfaces hicieron que hoy más que nunca te deseara dentro de mi.

El tono de mensaje del teléfono de mi madre interrumpía su declaratoria.

  • Vienen por nosotros - advirtió.

Rápidamente nos bañamos en la regadera de la abitación y salimos.

Después de andar un par de kilómetros más encontramos a un mecánico, estuvimos un par de minutos frente al local, hasta que mi madre llamo para mencionar que el auto ya estaba arreglando.

La fiesta estuvo bastante agradable, aún que me sentí incómodo pues en mi mente seguía resumbando lo mencionado por mi madre.

Han pasado algunos meses y en verdad que sigo dando gracias de haberme levantado de la cama, encarar a mi madre, hoy mi madre a dieta y ejercicio está más buena que universitaria cogelona... Y sabes? soy yo quien se la coge, pues es mi madre y su nalgas son para mí.