Mi madre, mi mujer, mi amante
Esta es una historia real, pasó en argentina, tan solo leanla, y veran lo que es.
Este es un relato verídico, me llamo Carlos actualmente tengo 28 años, todo empezó a mis 16 años, cuando mi madre, Nancy se fijo en mí con otros ojos.
Paso a decirles primero que ella es soltera, y me tuvo a los 14 años, fruto de su primera relación, mi abuelo tuvo que salir del pueblo en que vivía, y mudarse a otra ciudad
luego de nacer Yo, ella termina el colegio y ayudo a mis abuelos hasta que Él murió, eso fue cuando tenia yo 15 años.
Actualmente ella es muy bonita, mide 1.69, tiene unos pechos muy hermosos medianos y una linda cadera.
Siempre jugábamos como dos hermanos por la diferencia de edad, pero nunca, lleve el mismo apellido que ellos, me pusieron otro apellido, con otros padres en mis documentos, para evitar la vergüenza, según mi abuelo.
Mi abuela fue la primera en despertarme al sexo, ella siempre me bañaba hasta los 13 años, se reía cuando me tocaba y me excitaba, tengo que decirles que soy muy bien dotado, eso creo que lo saque de mi abuelo, pues una noche cuando Él estaba con mi Abuela los espíe sin querer, pude ver como ella disfrutaba con semejante aparato, y el mío es del mismo porte.
En el colegio tenia el apodo de bulto, porque en las duchas, después de gimnasia los muchachos me cargaban por el tamaño de mí pené, y las chicas no me creían sobre esto, hasta que conocí a mi primera novia, pero esto será otra historia.
Cuando mi madre, cumplió 30 años, le festejaron el cumpleaños en su trabajo, ella no tenia, ni tuvo pareja hasta que comenzó todo esa noche. Ella venia un poco embriagada, y yo tuve que abrir la puerta; entramos muy despacio a la habitación, para no despertar a la abuela, y la recosté en su cama, luego se sentó al borde y yo estaba tratando de dormir cuando se acercó, llorando y me contó las cosas que le habían pasado, nos abrazamos, y ella me besó en las mejillas luego en la frente nos miramos a los ojos y nuestros labios se fueron acercando hasta fundirse en un beso tímido al principio, luego muy apasionado, me dijo que no sabia besar por que no tenia experiencia, pero fue algo sincero y muy bonito, después nos empezamos a acariciar, yo estaba muy excitado y nervioso, ella era mi madre, también la sentía como mi hermana mayor.
Seguimos con las caricias hasta que ella me dijo: que me amaba, yo respondí, ya lo sé, ella me dio otro beso y dijo: te amo como un hombre pues eres el único que conozco, nos miramos uno al otro, instintivamente nos fuimos desnudando, ella llevaba un corpiño de encaje blanco y bombachita muy ajustadita, al mirarla mi excitación se acrecentaba mucho más, ella me miró de nuevo y dijo, creo que tú tienes más experiencia en esto, y empecé a besarla como un salvaje, como un felino loco de alegría, primero fue su cuello, baje a los pechos. retire muy suavemente el corpiño chupe esos lindos pezones, que se pusieron tensos y duros, ella empezó a gemir entrecortadamente, baje con mis besos hasta llegar a la parte mas deseada, quite la intima prenda que le quedaba, y la bese primero con suaves besos luego pase mi lengua por entre las negras matas de vello, termine en ese lugar en que las mujeres tienen el éxtasis, empecé succionándolo ella estaba loca de placer, tan solo gemía cerrando los ojos, mi instinto me decía que acariciara con mis dedos esa parte y lo hice, desde el clítoris hasta la entrada de su cueva, empezó a contornear mas la cintura moviéndola en forma rítmica hasta llegar a la cúspide de su excitación, era su primer orgasmo.
Luego como la vi allí desfallecida, sobre la cama mirando el techo, me baje los pantalones y me puse encima de ella besando sus senos nuevamente, me miro y tan solo me dijo: despacito por favor, acomodé mi pene a la entrada de su vagína y traté de penetrarla, no podía ella se asusto un mucho y me dijo, que tienes ahí y yo le conteste, lo que todos lo hombres tienen, se levantó, me miró, y asombrada contesto: no lo imagine tan grande, y sin dejarla la abracé nuevamente y la acosté sobre la cama, con las piernas colgadas, las abrí con las mías y la acomode de nuevo intenté otra vez, con mas fuerza y mi pene se abrió paso entre las paredes de su cueva, la mire, empezó a lagrimear tan solo dijo: duele mucho, sácamelo, esto me puso a mil, y de un solo golpe trate de metersela toda, ella dio un grito muy fuerte, y le tape la boca con un beso, empezó a llorar, yo continué con mi tarea y comenzó a gemir, tan solo decía: soy tuya mi amor, soy tuya, y empezó a mover ella sola las caderas, y terminé dentro de ella. cuando mire hacia abajo para ver mi pene, note que tenia sangre, me asuste, después le pregunte a ella y contesto: en mi primera vez, el no tenia uno tan grande como el tuyo.
Después de un largo rato reaccionamos, y me dijo que de esto no se habla a nadie, refiriéndose a la abuela.
Días después ella me hablo, que era muy lindo lo que había pasado entre nosotros, y que ella estaba muy confundida, después, a la noche siguiente nos quedamos a ver la televisión los dos, la abuela se había ido a dormir temprano, y estábamos haciendo zapinng con los canales, nos detuvimos a ver una película de erotismo, nuevamente nos miramos y empezamos a jugar con nuestros cuerpos, tocándonos y besándonos.
Nos fuimos al dormitorio, y como buenos amantes empezamos a desnudarnos; y esta vez fue ella quien tomó la iniciativa, me acostó sobre la cama y empezó a acariciarme, y a besarme, primero mi cuello, luego mi pecho, después mi ombligo, bajando hasta lo que ella mas quería, se lo metió en la boca, bruscamente la lamió, la cabeza bajo hasta los huevos, como si fuese un helado, cuando más rápido lo hacia, mas me excitaba, y se subió sobre mi, y bajo hasta colocar la entrada de su vagína a la altura del mástil mío y bajo, se abrió los labios, cerrando los ojos, y con muchas ansias se dejo caer bruscamente, grito de dolor primero luego, respiro profundo y empezó a subir y bajar rítmicamente despacio y cada vez mas rápido, yo no dejaba de acariciar sus hermosos pechos, y sus pezones se ponían mas duros y erectos, ella tan solo gozaba y lloraba, yo fui el hombre mas feliz esa noche, levanté mi cara y miré hacia la puerta y vi a mi abuela, que se tocaba sus entrepiernas y le brillaban los ojos, de lujuria, se acerco y me beso, mi madre se detuvo asustada, y ella de tan solo dijo: tenemos un hombre en esta casa, disfrutémoslo. Ella empezó de nuevo con el sube y baja hasta terminar, y desfalleció sobre mi cuerpo.
Mi abuela acarició la frente de mi madre y con un suave beso la retiro de mí, mi abuela mirándola dijo: aprende como se hace, para que este pequeño pichón se quede con nosotras, y con una maestría inigualable, me succiono el pene, sentí en mis sienes un calor que se desbordaba, y al mismo tiempo que yo terminaba en su boca, salía semen por las comisuras, mi madre ya recuperada, hizo lo mismo, mi flácido pene se recuperó en su boca, mi abuela vio que yo ya estaba a mil, y desplazó a mi madre hacia un costado, se sentó sobre la cama y me atrajo hacia ella, penetre su vagína al principio estrecha, luego con sus jugos se fue amoldando, ella movía sus caderas con mucha cadencia, nos dimos vuelta, ella elevó su piernas para arriba, y me mostró el camino, y empujé hacia adentro cerré los ojos, cuando los abrí mi madre estaba mirándome, me di cuenta que ella estaba sobre mi abuela y que esta le lamía la vagína, disfrutamos como unos desposeídos, hasta que mi abuela se puso de cuatro patas, seguía lamiendo el clítoris, de mi madre, y estaba ofreciéndome ese hermoso trasero, sin miramientos me acerque hacia ella, la tome de las caderas acomode la punta de mi miembro en esa linda escarapela marrón, y comencé a empujar, había resistencia, ella me miro y dijo:
fuerza pequeño que esto es lo que mas me hace feliz, y así lo hice, me dolía el tronco, la cabeza cruzo el esfínter, ella gemía y suspiraba fuerte, empezó un movimiento circular y se penetró sola, estaba feliz disfrutando de mi abuela y al mismo tiempo de mi madre, era un afortunado, mi madre vino hacia mi me dio un beso muy apasionado y me miro a los ojos, te amo dijo, en eso mi abuela se detuvo de su faena, y muy suavemente se retiro de mi, me di cuenta que o ya había terminado, mi madre al verme así con la madre de ella, se puso de cuatro, como si fuese una perrita, y mi abuela le dijo aprendes demasiado rápido, esta vez me coloque detrás de ella, mi abuela guió mi miembro hasta la entrada de su cueva, y la penetre fue un instante muy prolongado, luego mi abuela, me beso y dijo: ahora ella será muy feliz, mi madre que estaba muy caliente, no dijo nada tan solo nos miraba, adivinando lo que vendría, la abuela separó los cachetes de su hermoso culo, ese culo virgen, que tanto ansiaba, lo acomode en su capullo, empecé a perforar esa hermosa flor, mi madre se retorcía, y mi abuela separa más los cachetes y me costaba penetrarla, mi abuela puso sus manos en mis nalgas y me ayudaba, pero era imposible, la otra sufría, hasta que mi madre dijo: soy tuya quiero que me lo perfores, madre ayudammmmme, y de un solo envión paso el esfínter, luego, tome otro poco de aire y con mas fuerza termine de penetrarla, tan solo escuche el grito desgarrador de mi madre y sentía como el esfínter se quería deshacer de mi objeto voluminoso, y me quede un rato sin moverme, mi abuela acariciaba, las mejillas de mi madre y secaba las lagrimas, muy lentamente empecé a moverme suavemente, la abuela guió mi mano hasta su vagína, con un dedo hizo que acariciara el clítoris, en forma de círculos, y mi madre empezó a excitarse, moviendo las caderas rítmicamente hasta terminar.
hoy que tengo 28 años, disfruto de mi madre-esposa-amante, todos los días, después del trabajo, nos fuimos a vivir a otro lado, donde nos casamos, tenemos tres hijos de mi matrimonio, y otro que es mío y de la abuela, ella resulto ser fértil a sus 52 años, pero somos muy felices.
Espero que este relato llegue a ustedes y les guste, les deseamos suerte a todos los que como nosotros puedan lograr esta dicha, amigos y lectores gracias.