Mi madre es una puta

Les voy a relatar como un compañero de la universidad se la coge a mi madre.

Como a mi madre se la cogió un compañero de la universidad.

Este relato es verídico y ocurrió hace ya algunos años cuando era estudiante del tercer año de la carrera de Ingeniería.

Una tarde invito a mis dos compañeros de siempre a estudiar a mi casa para prepara un exámen, pero al grupo también se sumó Sergio, otro compañero que necesitaba estudiar con alguien y no tenía compañía. Por supuesto que le dije que no había problemas y se unió al grupo. Debo decirles que Sergio es el tipo más simpático y fachero del curso y tiene a todas las chicas embobadas. Además nos contó una vez que había tenido relaciones con una mujer casada de unos 35 años y que se alejó de ella porque lo llamaba todos los días para pedirle que la cogiera. El marido era viajante así que aprovechaban mientras el tipo no estaba para culear a gusto.

Este relato no lo relacioné hasta que ocurrió lo que a mi me pasó y luego vi cierta similitud con esa historia.

Debo aclarar que soy hijo único, mi padre es ingeniero y trabaja para una empresa que lo manda a realizar trabajos en cualquier lugar del país o el extranjero. En este momento se encontraba hace tres meses en el exterior, así que solamente estábamos mi madre y yo.

Al llegar esa tarde a casa con mis compañeros veo que no hay nadie, así que nos sentamos en la mesa del comedor a estudiar. Al rato llega mi madre de visitar a una amiga y saluda a mis amigos que ya conocía, y además le presento a Sergio el nuevo compañero. Al verlo mi madre se queda algo impactada por la presencia de este muchacho. Sin duda que le resultó muy atractivo y eso quedó demostrado por el brillo de sus ojos y el "Hola, me llamo Susana", algo entrecortado.

A mí me dio cierta vergüenza, y me fijé en la cara de mis otros compañeros para ver si habían vistolo que yo sí había notado.

Mi madre sonriente, como hacía tiempo no la veía, ya que extrañaba a mi padre por el tiempo que estaba sola, sale del comedor diciendo que se iba a cambiar y prepararnos algo para tomar. Nosotros comenzamos con el estudio tal como lo habíamos programado.

Al rato llega mi madre con una bandeja con café y algunos sandwiches que había preparado. Al verla me impactó por lo que se había puesto.

Primero quiero describirles un poco como es ella físicamente, tiene pelo negro que le llega a los hombros, piel blanca, ojos celestes. Se mantiene muy bien, a pesar de sus 45 años, y tiene el cuerpo de una mujer madura pero muy deseable. Lo mas impactante son los pechos que tiene, son grandes y bien formados, para nada caídos y una cola todavía bien parada.

Va al gimnasio tres veces por semana y además hace bicicleta fija todos los días durante dos horas en casa y con eso mantiene las piernas y glúteos firmes.

Pero como les contaba, se había ido a cambiar y se había puesto un jean bien ajustado que le remarcaba bien el culo y una camisa con algunos botones desabrochados y donde se le podía ver el inicio de sus terribles tetas.

Me pareció un poco exagerado esa vestimenta, además notaba como mis compañeros la miraban y eso me ponía de mal humor. Pero al servile la taza a Sergio me doy cuenta que lo mira a los ojos con cierta picardía y veo que se agacha un poco mas, y que al tener la camisa un poco suelta y desprendida dejaba ver un poco el corpiño que mantenía sus tetas bien aprisionadas.

La mirada de Sergio se posó en las tetas de mi madre y al segundo buscó la mirada de mi madre que le devolvió una sonrisa. O yo estaba equivocado o mi madre estaba coqueteando con el nuevo compañero.

Así seguimos estudiando durante dos horas, hasta que mis amigos me dicen que se tienen que ir. Sergio me pide quedarse un momento mas para repasar algunos ejercicios a lo que respondo que no tenía problemas.

Al irse mis compañeros suena mi celular con una llamada de mi novia que me pedía que fuera hasta su casa a tres cuadras de la mía.

Le aviso a mi madre que estaba en la cocina que iba hasta lo de Laura un momento y volvía. Sergio se quedaba en el comedor estudiando hasta que yo regresara. Al hacer una cuadra vuelve a sonar el celular y era Laura para decirme que no fuera para su casa ya que debía ir a buscar a su hermana menor a lo de su abuela. Ante esto, regreso a mi casa, abro la puerta, me dirijo al comedor y veo que Sergio no estaba, me voy a la cocina y antes de abrir la puerta escucho unas risas que provenían de mi madre y de Sergio. Sorprendido abro la puerta levemente y sin ruido y los veo a los dos de pie frente a la mesada con Sergio hablándole muy cerca de mi madre y escucho que le dice: "Señora Ud. es la mujer mas hermosa que he visto en mucho tiempo". Mi madre le responde con un gracias pero noto cierto nerviosismo en ella y deja de sonreír para ponerse un poco seria.

Sabía que Sergio era confianzudo pero no tanto, y al darse mi madre vuelta para poner las tazas dentro de la pileta él la toma por la cintura y le dice "Que suerte que tiene su marido de poder compartir la cama con Ud. todas las noches, yo no me cansaría de hacerle el amor a Ud. todo el tiempo."

No podía creer lo que estaba escuchando pero tampoco reaccionaba esperando que mi madre hiciera algo para ponerle fin a tanta desfachatez.

Mi madre gira su cabeza por encima de su hombro izquierdo y le dice "Creo que te estás pasando de la raya, soy una mujer felizmente casada con un hijo de tu edad y deberías respetarme como señora que soy."

"Susana, se que estás casada, pero no se si sos feliz teniendo a tu marido hace tres meses lejos de la casa y sin alguien que te acaricie por las noches."

"Mira Sergio, ya basta, no quiero hablar mas del tema y salí de atrás mío, por favor".

"No, y no creo que quieras que me corra de este lugar ya que vi tu mirada provocativa que hizo calentarme".

"Basta, por favor, salí de atrás mío o voy a gritar".

En ese momento Sergio toma a mi madre de la cintura, acerca su bulto algo ya parado al culo de mi madre y comienza a refregarse. Las manos fueron subiendo de la cintura hasta ubicarse en los pechos de ella. Oía una queja de mi madre, que le pedía que por favor se fuera, pero sonaba poco convincente, como que si de a poco fuera perdiendo fuerzas y su excitación estuviera también creciendo.

A los segundos veo que las manos de Sergio se habían apoderado completamente de las grandes y bien formadas tetas de mi madre y que las masajeaba a placer, estrujándolas, acariciándolas, haciendo círculos por sobre la camisa en los pezones ya duros por la excitación de ella. Al no poder mas, mi madre se entrega y tira su cabeza hacia atrás ofreciéndole el cuello, a lo que él comienza a besarlo y lamerlo con suavidad provocando suspiros y gemidos de ella.

Al rato el la toma de la cintura, la da vuelta para quedar frente a frente y busca la boca de ella que responde abriéndo la suya y pudiéndose ver la lengua de ambos mezclarse en juegos de saliva y caricias. Ella respondía con mas fuerza que el, acariciándole la espalda y llevando sus manos hasta el culo de él.

A su vez Sergio comienza a desabrochar los botones de la camisa de ella, y al terminar abre despacio la misma queda contemplando sus grandes pechos blancos que estaban sujetos por un corpiño casi transparente y en donde se le notaban los pezones rozados bien duros de la calentura que llevaba adentro de tanto tiempo sin estar con un hombre.

"Que tetas que tenés, son hermosas, no sabes como te las voy a chupar, como te voy hacer acabar con solo besarlas".

El pone las manos en la espalde de ella y le desabrocha el corpiño dejándolas libre. Yo no podía creer lo que veía, si bien era mi madre y conocía su cuerpo, nunca pensé que podía tener una tetas tan bien formadas y paradas a pesar de su edad.

Sergio bajo su cabeza y podía ver como con su lengua iba acariciando los pezones, a lo que ella da un pequeño grito de placer, tira la cabeza hacia atrás y con las manos acarician la cabeza de él atrayéndosela para que se las chupara con mas fuerza.

La cara de ella lo decía todo, la cabeza hacia atrás, la boca abierta con su lengua pasándosela por los labios demostraban el placer que estaba recibiendo.

Sergio seguía chupando, acariciando, moridiendo las gloriosas tetas de mi madre, mientras que con sus manos comenzó a desbrocharle el jean, se lo bajó dejando una tanga también algo transparente a la vista. Con su mano derecha comenzó acariciar la concha de ella por sobre la tanga a lo que ella dijo "Si, así, acariciame, chupame toda que no puedo mas estoy muy caliente, quiero que me cojas bien cojida." "Así seguí así, aaaaaaaahhhhhhhh!.

Noto que mi madre comienza a temblar, apoya las manos sobre la mesada apretándolas sobre la misma motivada por el placer que le brindaba ese hijo de puta, hasta que pega un grito fuerte y noto que llega al orgasmo. El muy hijo de puta había cumplido con lo que le había dicho. Y la puta de ella se lo agradecía diciéndole "Como me gusta lo que haces, ni mi marido me había chupado las tetas de esta forma, que hijo de puta que sos, que bien que chupas, no sabes lo caliente que me tenés".

Luego de decir eso ella toma la remera y se la quita. Luego desabrocha los pantalones y comienza a bajárselos hasta que la cara de ella queda frente al bulto de él, donde se notaba que ya tenía la pija a mil. Después y suavemente le baja el slip quedándole la herramienta a su disposición.

Toma la pija de Sergio con una mano y con la otra comienza a acariciarle los huevos, luego con la lengua comienza a pasarla de abajo hacia arriba. Realmente, el hijo de puta tenía lo suyo, por lo menos era mas gruesa y larga que la mía, cuando creía que la mía era bastante grande. Mi madre seguía lamiendo el tronco y cuando llega a la punta con la lengua comienza a hacer círculos por la cabeza del pene, a lo que él le agarra la cabeza de ella y comienza a moverla de atrás hacia adelanta, cogiéndosela por la boca. Cuando él noto que podía acabar, se separó de ella, la levantó, la dio vuelta y le dijo "Ahora vas a ver que bien te voy a romper el culo". Ella le responde que no, que nunca le había permitido a su marido hacerlo. Pero Sergio no escuchó, tenía la pija lubricada por la saliva de mi madre y comienza a meterla muy despacio, ella daba pequeños gritos de dolor, pero se veía que le gustaba. Luego de introducirla por el agujero del culo comenzó a moverse con mas rapidez.

"Te gusta que te la dé por el orto, no puta?". "Los amigos de tu hijo me habían dicho que estabas muy fuerte, que tenías unas tetas hermosas, pero nunca creí que fueras tan puta". "Como me gustaría que tu hijo estuviera viendo a su compañero cogiendo a su madre por el culo, eh puta?". Yo no creía lo que veía, quería entrar para romperle la cara a ese tipo, pero no me podía mover, no creí que mi madre fuera tan puta.

Pero ella solo emitía gemidos de placer, hasta que dice " por favor seguí así un rato mas, no termines ya, seguí cogiendome así, aaaaaahhhhh, si así".

"Ves que el pelotudo de tu marido no sabe que tiene en su casa, yo sí se apreciar a las cuarentonas bien calientes y putas como vos."

En un momento se separa de ella, la da vuelta y hace que su cara quede frente a su verga. "Quiero acabar en esa cara bien de puta que tenés, hija de puta". Comienza a pajearse y a los segundos se convulsiona su cuerpo dando a entender que esta por acabar hasta que un chorro de semen sale de su pija dando a parar a la boca, nariz y frente de mi madre.

"Metétela en la boca, limpiame bien la pija Susana", a lo que ella hace caso y comienza a lamerle toda la leche que seguía saliendo.

Cuando creí que todo había terminado mi madre le dice "No quiero me hagas acabar de nuevo, vos no te vas hijo de puta, quiero que me chupes la concha y me hagas acabar".

Sergio se acuesta en el piso y hace que ponga su concha sobre su cara. Podía ver la lengua de él saboreando los labios vaginales, el clítoris, todo. Ella comenzó a moverse rítmicamente sobre la cara de él, acariciándose las tetas tirando la cabeza para atrás, mordiéndose los labios, disfrutando del placer que le brindaba. Al rato comienza a moverse con mayor fuerza, soltando gemidos de placer cada vez mas fuertes hasta que con un grito y viéndola temblar noto que llega al orgasmo.

Me dirijo hacia la puerta de salida transtornado por lo visto y salgo a la calle. A los cinco minutos vuelvo, cierro la puerta fuerte para que me escuchen, llego a la cocina y los veo a los dos ya vestidos, como si nada conversando. Eso si, la cara de mi madre no era lo mismo, el brillo de sus ojos me mostraban que había sido bien cogida.