Mi madre

Después de una noche de copas, comencé a mirar a mi madre de otra manera.

Hola, un saludo a todos, voy a contaros lo que me sucedió hace varios años cuando yo tenía 21 y mi madre 47, ella (Maribel) hacia cinco años que se había separado de mi padre y desde entonces había retomado el contacto con sus amigas que todavía estaban solteras y aprovechaba a salir y tomar unas copas los fines de semana.

Aquél día yo había salido con mis amigos como hacía todos los fines de semana y como casi siempre tras haber intentado ligar durante toda la noche, me había ido a casa sin conseguirlo y bastante bebido, al llegar a casa vi que el coche de mi madre estaba en el garaje, como siempre, dado que no le gustaba conducir el coche cuando salía, pues de normal bebía y no quería arriesgarse a que la pararan en un control de alcoholemia, bastante habituales por la zona, y poder perder el permiso dado que lo necesitaba para su trabajo.

Cuando estaba en la cocina bebiendo agua del frigorífico, escuché que un coche paraba en la puerta de la casa, miré por la ventana y allá estaba mi madre que la acercaban a casa, me quedé mirando por la ventan y la vi bajar del coche tambaleándose, al momento se bajo el conductor y se acercaba a mi madre abrazándola, mi madre se reía pero con los brazos se notaba que lo apartaba de ella, al final se dieron un pico y él se volvió a montar en el coche, alejándose.

Al entrar y ver luz en la cocina se acercó y riéndose me dijo balbuceante, Javier, buenas noches, ya veo que otra noche no has pillado nada, menuda pareja que formamos, al aproximarse a la nevera dio un tropiezo y tuve que cogerla en mis brazos para que no se estrellara contra el. Su aliento apestaba a bebidas y aunque intenté ponerla de pie y se sujetara, ella volvía como a desvanecerse por lo que la tomé en mis brazos y me dirigí a su dormitorio para depositarla en la cama.

Al echarla en la cama, su vestido se le subió y me quedé mirando sus piernas, no sé lo que decía porque su lenguaje era ininteligible, no sabía si dejarla como estaba o que hacer, al final me decidí por retirar la ropa de la cama para lo que tuve que voltearla un poco, el vestido por la parte de atrás se le había subido hasta la cintura dejándome ver una tanga minúscula que solo dejaba ver un triangulo pequeño debajo un tatuaje que llevaba.

Que usaba tangas ya lo sabía por la cantidad de veces que me había tocado tender o destender la ropa lavada, pero nunca la había visto usarlas, como al darle la vuelta en la cama no daba señales de estar consciente, me quedé mirándola y me sorprendí al sentir que mi entrepierna se alteraba, nunca me había puesto a pensar en mi madre como una mujer.

Comencé a quitarle el vestido y ella no colaboraba lo más mínimo por lo que primera vez en mi vida, acerque mi mano a su muslo y comencé a acariciarlo suavemente a la vez que le miraba a la cara para ver su reacción, al no ver nada extraño, seguí acariciando su muslo subiendo hasta sus nalgas, su piel era suave y caliente, su carne turgente y dura, para entonces mi polla estaba que quería explotar dentro de mis pantalones.

Le quité el vestido y ella quedó tendida boca arriba, el sujetador hacia juego con su tanga, era bastante minúsculo y una de sus copas se había movido dejando salir el pezón, la miré, ella respiraba profundamente y mi mirada se dirigió a su pubis para apreciar que no solo llevaba las ingles depiladas sino que el tanga dejaba entreveer que tenía el vello depilado en un pequeño rectángulo y que la tanga estaba un poco húmeda. Lo achaqué a que había estado con un amigo y envalentonado por las copas que me había tomado, acerqué mis dedos al pezón que se veía y comencé a acariciarlo, no dejaba de mirar a su cara y sentí que el pezón se había endurecido por lo que lamiéndome un poco el dedo pulgar volví a tomar su pezón para darle pequeños pellizcos, sentía que se había puesto super duro y seguí tocándolo a la vez que frotaba mi polla por encima de mi pantalón, me senté en la cama mientras no dejaba de tocarme y acercando mi boca a su pezón lo introduje en mi boca y seguí chupando, dí casi un salto en la cama al escuchar que decía y cuando me iba a disculpar diciendo que estaba intentando acostarla, vi que seguía dormida, el caso que por el susto y las ganas que tenía de liberar mi polla y hacerme una paja en condiciones, decidí taparla y marcharme a mi cuarto, cuando le moví una pierna para introducírsela dentro de la cama me di cuenta que el tanga estaba mucho más mojado y sus ingles brillaban como si estuvieran húmedas. La tapé y apagando la luz, me fui a mi cuarto.

Ni que decir tiene que cuando me desnudé, me tumbé en la cama y fantaseando con lo hubiera sido capaz de hacerle me hice una paja descomunal, me limpié con una toalla y dándome media vuelta me dormí.

Para las 10 de la mañana ya me encontraba despierto, entre la resaca del día anterior y el sueño intranquilo por lo sucedido con mi madre, me levanté y me dirigí de nuevo a la cocina para beber agua del frigorífico, al entrar me sorprendió ver a mi madre en la cocina que dándome los buenos días, me preguntó que tenía que contarle de la noche, todavía se notaba que estaba bebida de la noche anterior como me sucedía a mí, yo me hice el despistado y le pregunté a que se refería, ella sonriendo me dijo que no me hiciera el tonto, que se acordaba de todo lo que había pasado, aunque estuviera tan borracha, yo sin quererlo me puse colorado y comencé a tartamudear, ella poniéndose seria me dijo, venga cuéntamelo todo que no voy a reprocharte nada, no es normal que venga tan borracha como vine ayer, pero de todas formas gracias por quitarme el vestido y acostarme.

Me tranquilicé todo lo que pude y le conté como casi se había caído en la cocina, como intenté ponerla de pie para que se acostara y como al no conseguirlo me había decidido a llevarla en brazos a su cuarto, le conté que yo también estaba bastante borracho y que no atinaba con el vestido y las sábanas, no dije ni una palabra de lo que le había hecho y de lo que había sentido al mirarla y acariciarla, ella se acercó a mi y me dio un abrazo como siempre hacia, al abrazarme volví a notar que me alteraba por completo al tener a mi madre abrazada como si fuera uno de mis ligues, ella sin soltarme me miró a la cara y de repente me preguntó, que tenía que contarle de Inés, una amiga suya que hacía un par de semanas me la había encontrado en un bar de madrugada, yo estaba bebido y ella también un poco, la verdad que no había ocurrido nada, habíamos tonteado como si fuera una de mi edad, habíamos bailado juntos, si que es cierto que toda nuestra conversación había sido sobre el tema sexual, que si no fuera el hijo de mi amiga no te escapabas, que ninguna de las chicas que salen conmigo tienen nada que envidiarte, que estás muy buena y podía pasar cualquier cosa entre nosotros, pero eso había sido todo antes de separarnos.

Mi madre sin soltarme me dijo que Inés después de la cena se estuvo riendo de lo ocurrido, que también había bebido y le decía que para que intentaba ligar con nadie con el pedazo de hombre que tenía en casa, me dijo que cuando bailaba agarrada contigo pudo notar lo que tienes entre las piernas, de repente me dí cuenta que mi erección era bastante fuerte y mi madre también lo notó por lo que nos separamos como si nos hubiera dado un calambrazo y dándose media vuelta salió de la cocina y se dirigió a su cuarto, yo me olvide que había ido a beber agua y también me dirigí a mi cuarto.

Al tumbarme en la cama seguía con mi erección por lo que nuevamente tenía ganas de masturbarme, me saqué la polla y cuando comenzaba a hacerlo escuché unos golpes en la puerta y que ésta se abría entrando mi madre, la sorpresa hizo que reaccionara tomando una almohada y colocándola sobre mi entrepierna, mi madre comenzó a reírse y se sentó en la cama diciéndome que teníamos que hablar.

Comenzó a decirme que era normal lo que me sucedía, que a mi edad y no teniendo una compañera con la que pudiera desfogarme, que las hormonas hacían esas cosas, yo no sabía que responder y seguía con mi almohada encima de mi entrepierna, ella tomó la almohada y la apartó, observé un pequeño signo de sorpresa en su cara cuando miró mi polla, pero la verdad que estaba en su máximo esplendor, sentí como su suave mano cogía mi polla y comenzaba un pequeño sube y baja para cuando llegaba a la punta pasar su dedo pulgar por mi glande que se encontraba húmedo.

Ninguno de los dos hablaba, el placer que me estaba dando iba en aumento por lo que dejé de mirarle a la cara y dirigir mi mirada hacia su pecho, llevaba una bata abrochada a la cintura que dejaba ver uno de sus pechos y que se había quitado el sujetador de la noche anterior, dirigí mi mano hacia el e introduciendo mi mano por su escote tome su pecho acariciándolo, mi madre estaba con los ojos cerrados y cuando tomé su pezón entre dos dedos para acariciarlo, mi madre se mordió el labio inferior a la vez que dejaba escapar un ligero hummmmmmmm y su respiración se hacia entrecortada, seguí con mis caricias en su pezón mientras sentía que mi madre me agarraba la polla con más fuerza y sus movimientos se hacían más cortos.

Sentía como sus pezones se ponían duros como piedras y comencé a presionarlos con más fuerza, escuché a mi madre como decía asíiiiiiii, no pares mi cielo, lo haces de muerte.

Tuve que dejar de acariciarle el pecho porque mi madre se había inclinado para tomar mi polla entre sus labios y comenzar a introducírsela en la boca, al principio solo me comía el glande, pero de repente bajo su cara para introducirse mi polla toda entera en su boca, observé su pelo desparramado por mi vientre y como se la sacaba toda de la boca y volvía a metérsela de un golpe mientras subía sus piernas a la cama. Enfrente de mi cara tenía el tanga de la noche, por lo que dirigí mi mano a su pubis y comencé a frotar con mi dedo pulgar por encima de su tanga, estaba todo húmedo y mi dedo corría suavemente, levanté el borde del tanga y apartándolo hacia un lado me dispuse a comérselo, pasé la lengua a lo largo de su rajita hasta llegar a su vagina, mi madre abrió más las piernas a la vez que presionaba con su pubis en mi boca, cómetelo cielo, no pares, que ricooooooooo, no pares cabrón, que gusto estás dando a tu madre.

Pasé un brazo por debajo de sus muslos de forma que pudiera tener alcance de su vagina con mis dedos, mientras seguía comiéndole el coño comencé a introducirle el dedo gordo en su vagina y meterlo y sacarlo, sentía como sus músculos vaginales presionaban mi dedo para intentar que no pudiera sacarlo, mi madre dejo de comerme la polla y la oía gritar, síiiiiiiii, no pares cabrón, dame gusto, no pares por nada, córreme carbón.

Al escuchar a mi madre, dejé de comerle el clítoris y mientras se lo acariciaba con una mano, con la otra le metía dos dedos en el coño, estaba lanzado, mi madre gemía sin parar, le pregunté así es como le gusta a la putita que le den gusto, te gusta fuerte eh zorrilla, cuando le decía esto mi madre ya no gemía, solo gritaba, dame, dame fuerte, no calles cabronazooooooooooooooooo. Esto último coincidió con el primer orgasmo de mi madre, sentí tensar su cuerpo, alzar sus caderas, presionar mi dedos a la vez que sentía que me iban a arrancar la polla.

Después del orgasmo, se tranquilizó un poco, se levantó quitándose la bata y el tanga y como yo me puse boca arriba para quitarle el pijama, ella se sentó a horcajadas sobre mí y tomando mi polla la dirigió a su coño, se metió un par de veces la punta para sentándose sobre mi vientre introducírsela del todo, estaba sentada y movía sus caderas de forma que mi polla pudiera entrar y salir de su coño, me miraba a la cara y me decía, mira a la zorra de tu madre, has visto alguna vez mayor cara de gozo en alguien, ohhhhhh, que dura la siento, es enorme como me dijo Inés, ella llevaba el ritmo de la follada y lo decía todo, yo solo le había tomado un pezón con cada una de mis manos y le apretaba con fuerza, ella decía, síiiiiiiiiiiii, apreta, rómpemelos, al ver que esto le gustaba, la tome por la cintura y volteándola la coloqué a cuatro patas en la cama, dirigí mi polla a su coño y de un golpe se la introduje del todo, ella gritaba, no entendía lo que decía porque tenía la cara escondida en la almohada, yo comencé a darle fuerte, se la metía hasta el fondo, la volvía a sacar casi completamente y volvía a introducírsela de golpe, comencé a darle pequeñas tortas en los glúteos, le decía, te gusta así zorra, sientes como mi polla llega hasta tu garganta, ella puso una mano en su clítoris y comenzó a masturbarse a la vez que con la otra mano me tomaba del culo e intentaba meterme dentro de ella, de nuevo un nuevo orgasmo la alcanzó, su cuero se tensó, se convulsionó y yo sentía como sus flujos corrían por mis muslos, agitadamente me pidió que la dejara descansar, que la iba a matar de gusto.

Me tendí a su lado, por primera vez nos besamos en la boca, nuestras lenguas se cruzaban en nuestras bocas, se la comía, le mordía los labios, ella me hacía lo mismo a mí, después de un pequeño descansó en que mi polla se bajo un poco, de nuevo comenzó a ponerse dura, me coloque entre sus piernas y volví a metérsela de nuevo, estaba un poco de costado y con la mano del brazo en que estaba apoyado le acariciaba el clítoris, la besaba y con la otra mano dirigí mi dedo a su ano, comencé a introducírselo podo a poco, estaba toda mojada, no encontré ninguna dificultad en que entrara hasta el nudillo, mi madre me mordió con fuerza en el labio y casi me hace sangre, yo volví a darle con fuerza, necesitaba correrme, nunca había aguantado tanto en hacerlo y pensaba que luego no podría hacerlo en su coño, sentí como un latigazo en mi columna y como estaba a punto de correrme, le pregunté si podía hacerlo en su interior, ella me dijo que no había problema y aunque lo hubiera, que no se la sacara por nada del mundo, si la sacas te mato cabrón, dame fuerte, rómpeme el culo, haz conmigo lo que quieras, le introduje dos dedos hasta el fondo de su culo y comencé a eyacular en su interior, al sentir como mi polla crecía hasta la indecible en su interior y como llenaba su coño de semen, ella tensó su cuerpo, cerró sus ojos y clavó sus uñas en mi espalda.

Al finalizar, se levantó se puso la bata y mirándome a la cara, me dijo, te he dicho que teníamos que hablar, esto no va a volver a repetirse en la vida, se acabó, no quiero ningún comentario sobre esto, salio del cuarto y cuando nos vimos de nuevo parecía que no había ocurrido nada entre nosotros.

Nunca más volvimos a hacer nada.