Mi madrastra, mi mejor amiga

Mi madrastra descubrió mi relación con papá, y preparó el camino para tener sexo conmigo.

Desde  hace mucho no escribía, ya me da flojera escribir, y este relato lo escribo en partes. Saben de mis relaciones con mi papá, pero lo que no saben es que él decidió dar por terminados nuestros encuentros sexuales, después de muchas cosas que hicimos juntos, a veces incluyendo algunos amigos o socios de él, de grabar y fotografiar algunas veces lo que me hacía y lo que otros me hacían, aunque nunca mencionó que soy su hija, siempre me presentó como una amiga dispuesta a todo por lo que apoya económicamente.

Seguido teníamos sexo, una ocasión en casa, llegó muy tomado, empezó a manosearme y me llevó a la cama, teníamos como veinte minutos cogiendo, estaba sobre él, mis tetas en su boca y sus manos en mis caderas, yo movía mis caderas para todos lados, me decía que estaba a punto de venirse, cuando escuchamos que alguien aclaraba su garganta, era la esposa de mi papá, al parecer ya tenía rato parada en la puerta observando la escena. No hablamos, ella no dijo nada, solo nuestros cuerpos quedaron quietos. Cerró la puerta sin decir ni reclamar nada, su expresión fue extraña y serena.

Me quité para salir de la habitación pero papá me detuvo, le dije que ya me iba, él argumentó que aún no se venía, traté de irme pero me sostuvo y violentamente me empinó para penetrarme por el culo, quise quitarme, pero sus fuertes brazos presionaban mi espalda mientras su verga empezaba a entrar por mi ano sin lubricante alguno. Me dolió demasiado, le grité que me lastimaba pero ignoró mi súplica, diciendo que era lo que quería, que no me hiciera la modosita , le aseguraba que me dolía pero creo que eso lo excitaba más, me acostó, puso sus manos en mis hombros y empezó a darle cogidas a mi culo sin consideración, luego de un rato mi recto estaba acoplado a su verga, sentía su respirar frenético en los lados de mi rostro.

Nunca lo había visto así, parecía que era su deseo, no tanto poseerme, sino hacerlo a la fuerza, mientras más me resistía más se excitaba, me decía las cosas que sabe me gustan y cuando yo empezaba a ceder para gozar la cogida, él se tornaba más violento, me lastimaba más, levantó mis caderas para empinarme, y empezó a darme nalgadas fuertes, estiraba mi pelo y me dolía.

Mi culo sangraba un poco, estaba adolorido como la primera vez que me cogió mi tío Alberto , me volteó y levantó mis piernas para seguir perforando mi ano, mis piernas quedaban en sus hombros, casi me aplastaba con su peso, mordía mis senos y dejó no heridas pero si chupetones muy marcados. Había momentos que estaba gozando pero se daba cuenta y se volvía más violento.

Estando en esa posición traté de mover mis caderas para acelerar su venida y si era posible también venirme, me vio la cara de placer, le dije que ya terminara y me dejara ir, me miró como un desquiciado mental, con su mano derecha tomó mi mentón, lo presionó fuerte, y lo soltó solo para darme una bofetada. Me dolió mucho, mis lágrimas empezaron a salir como hacía mucho no lloraba, la situación me dio miedo, cuando se iba a venir, la sacó de mi recto para violentamente meterla en mi vagina, grité sin importarme que escucharan, suplique me dejara en paz, me volvió a bofetear pero ahora en dos ocasiones, se vino dentro de mí. Sus jadeos disminuían, cayó en mi pecho, bajé lentamente mis piernas porque me dolían, ¿qué sucedió con papá?, ¿por qué me hizo suya de esa manera cuando yo estaba dispuesta como siempre?

La esposa de mi papá no comentaba nada de lo que vio y seguro escuchó después, se portaba creo que más amigable conmigo. Después de la experiencia violenta con papá, por primera vez consideré terminar con la relación.

Los encuentros se espaciaron primero porque la experiencia no fue muy agradable que digamos, aún no entiendo por qué se comportó así, si sabe que a mí solo me las pide y se las doy, y segundo porque el silencio de su esposa, me inquietaba, a papá parecía no importarle.

Pero en cada encuentro papá se obsesionaba por venirse en mi vagina, yo se lo permitía porque en verdad lo disfruto, y pues en un momento de lujuria, no mides las consecuencias, pierdes la cabeza. Cuando me cogía y expresaba su deseo de venirse dentro de mí, nunca se lo negué, al contrario, gustosa aceptaba porque sabía que al sentir su venida en mi interior, también lograba un orgasmo intenso y largo que llena de placer todos mis sentidos, pero antes de que sucediera, esperando su venida, no pensaba en consecuencias solo deseaba el placer de ser mujer y recibir la leche de un hombre, de llegar al clímax mientras el semen inundaba mis entrañas.

Hace poco experimentamos un verdadero susto, fueron tres meses en que mi regla no llegaba, sentía mis senos más grandes, y tenía náuseas, antes de ir a un doctor, me hice dos ocasiones la prueba de embarazo que compré en la farmacia, y resultó positivo. Si lo hubiera estado, lo más probable era que fuera de mi papá, porque con los demás hombres usé condón, cuando no lo uso es cuando lo hago con la boca. Pero con mi papá nunca usé condón, además de que a él también le gusta venirse dentro de mí.

Cuando le comenté lo que me sucedía, noté su cara de preocupación, en la segunda prueba le mostré el resultado, no dijo nada y salió de la casa, varios días estaba pensativo, discutía constantemente con su esposa, todo era diferente, ya no nos buscábamos.

La esposa de mi papá se me ofreció a acompañarme, nunca recibí de ella un reproche, un comentario de lo que vio, nada, me trata como una hija. Mientras esperábamos los resultados, hablamos solo lo indispensable, yo me sentía más incómoda que ella, más cuando me abrazaba y me pedía no me preocupara, que cualquier resultado ella estaría conmigo. Mi corazón de pollo, no aguantó y lloré en su regazo.

Al fin nos avisaron de los resultados, entramos al consultorio, yo estaba muy nerviosa, me senté sin quitarle la mirada al doctor quería adivinar el resultado antes de que me lo dijera. Lo primero que dijo fue; “negativo”---creo que cualquier que fuera la noticia positivo o negativo, sería una sorpresa, la primera porque no lo deseaba, la segunda porque ¿cómo es posible?.

Dijo el doctor; “lo siento señorita pero usted no está embarazada, es solo un proceso natural de su cuerpo, si está preocupada por embarazarse, pueden aparecer síntomas de embarazo falsos”.  Su respuesta me dio alivio, le llamé a mi papá delante del doctor y le di la noticia; --“papi, te llamo para decirte que no te preocupes , no estoy embarazada”..el doctor me miró extrañado, mi madrastra quedó callada, miré al doctor y dije; “perdone doctor, tenía que darle la noticia a mi novio, así le digo, “papi””. Sonrió tranquilo.

Al salir mi madrastra dijo; “ten cuidado nena, cuídate si tienes relaciones”, sonreí, la abrecé y besé en su mejilla agradecida.

Pensé que al ver a papá le iba a dar gusto, corrí a abrazarlo, y me pidió salir al porche a platicar, fue cuando me dio la noticia de que terminaba la relación, argumentaba que cuando me golpeó estaba ebrio y que no quería que volviera a suceder, además de que imaginar que estaba embarazada le hizo pensar las cosas y mejor me fuera de la casa, que me seguiría apoyando

No insistí en preguntar por qué su decisión, supongo que es por lo que había pasado, pero dijo que estábamos mal, y que no debía ser, que ya ocurrió pero se acababa, respeto su decisión, Fue una serie de sucesos que determinaron el final de la relación sexual incestuosa, que sin pensar si es mi papá o no, lo disfruté, mi cuerpo de mujer se estremecía con él, y él conmigo, lo gozamos.

Regresé con mis abuelos maternos que sin preguntar reciben con los brazos abiertos a su nieta más bonita, o sea yo. Seguí en la escuela y de vez en cuando veo a mi Juanote…que me coge a su gusto, extrañaba esa verga gorda y cabezona entrando y saliendo de mis orificios o vaciándose en mi boca, aunque le pido moderarnos, solo él y yo, y con condón.

Mi madrastra empezó a visitarme y salir de compras. Una noche me invitó a cenar, papá estaba de viaje y nos dirigimos a su casa. Platicamos como grandes amigas, bebimos un poco, ella más, y empezó a preguntar sobre mi sexualidad, pero sin presionarme, me sentí a gusto hablar con ella de mis intimidades aunque no le dije todo.

Y muy noche me pidió me acostar en su cama, no soy tonta imaginé a dónde iba con eso. Entró a la regadera y me invitó, me desnudé y entré con ella, nos enjabonamos las dos sin llegar a más, al salir se puso un liguero y medias con un sostén muy sexy, le pregunté a dónde iba, y me dijo; “a ningún lado Lizzy, solo quiero que me veas atractiva como mujer, ¿te incomoda?”, rápido respondí que no, se sentó en la cama y estiró su mano invitándome, traté de secarme bien el pelo y me acerqué a ella. Estando frente a ella, tocó mi rostro; “eres muy hermosa nena, tus ojos me encantan, tu cuerpo es sensacional, ¿puedo acariciarte?”, solo sonreí, sentí su mano en mis muslos que lentamente llegaban a mi entrepierna, abrí un poco para sentir sus dedos en mi vagina, escuché un chasquido en mi raja, era que estaba mojada sin haberme dado cuenta.

Nunca una mujer me había tocado, ni siquiera propasado o insinuado directamente, ella solo esperó el momento, besó mis labios, mi rostro, mis senos. Cerré mis ojos suspirando y deseando más. Mucha diferencia entre las caricias de mi madrastra, y las de mi papá, o las de otros hombres. Ella era delicada, sublimemente sus dedos me daban placer, su boca besándome tierna y apasionadamente, me recostó en la cama, abrió con delicadeza mis piernas y bajó lentamente hasta mi raja, su lengua experta al primer contacto me hizo estremecer, todo era diferente, con ella todo sutil, delicado, con calma, su boca en mi raja con toda la tranquilidad, puse mis manos en su nuca, empujando suave, no quería que dejara de mamar mi raja rasurada, levantó un poco una de mis piernas y con su lengua exploró mi ano, al regresar a mi raja con facilidad ubicaba mi clítoris, ya no pude más, empecé a mover mis caderas en su rostro, fue un orgasmo diferente, sus caricias pausaban mi orgasmo y provocaban de nuevo, casi me desmayo de placer, cuando terminé de venirme, subió para costarse sobre mi.

En esos momentos me miraba, diciéndome lo bonita que soy, que desde que me conoció le había gustado pero le parecía muy niña, y por lo que vio, se decidió a preparar el camino para ese día. Me besó apasionadamente, acaricié su cuerpo, sus piernas duras y firmes. Se veía espectacular con la lencería puesta. Nuestras manos y bocas recorrieron todo nuestro cuerpo.

De nuevo empezó a mamar mi raja, sacó un consolador, una verga de latex que traía unas correas para acoplarse a la cintura, era más grande que cualquier verga que haya conocido, empezó a penetrarme mientras besaba constantemente mi rostro diciéndome que soy bonita, besaba mis ojos, mis senos, mientras su cogida era tierna, no todo me daba vueltas, y dejó la verga de latex dentro de mi, al mismo tiempo nos fundíamos en un beso largo y apasionado, como si fuéramos dos enamoradas.

Se quitó el juguete, y se penetró ella misma, me pidió se lo mamara y empecé a lengüetear compitiendo con esa verga artificial, lo tomé y lo hice a un lado, me subí sobre ella y puse mi vagina en su cara, mientras yo hacía lo mismo, un largo y delicioso 69, nos llevó al éxtasis, nuestros rostros quedaron rojos por los movimientos pélvicos violentos, hasta que al mismo tiempo nos vaciamos…fue deliciosa mi primera vez con una mujer, ha habido más pero solo ha sido con ella. Una mujer hermosa, de categoría y caliente.