Mi madrastra Elisa
La noticia de que mi padre se volvía a casar no nos hizo ninguna gracia , nada hacía prever el placer que me iba a proporcionar mi madrastra .
En este nuevo relato he decidido cambiar algo de estilo , he tratado , ya me diréis si lo he conseguido , de hacer un relato menos explicito , mas sutil , en el que relatar las experiencias de un jovencito al descubrir el sexo . Espero que os guste y si es así prometo continuarlo .
La España de los 50 nada tiene que ver con la España de hoy , y fue en esa época cuando sucedieron los hechos que voy a relatar y que tanta influencia tuvieron en mi vida
Teniendo 14 años murió mi madre y recien había cumplido los 16 cuando mi padre decidió volver a casarse .
Mis dos hermanos y yo recibimos la noticia con sorpresa pero nada podíamos hacer .
Mi madre fue una mujer de fuerte carácter ( es decir insoportable ) , nada agraciada , pero , a mucha distancia , la más rica del pueblo .
Por eso cuando por fin encontró un forastero candidato a desposarla todo el pueblo entendió que el futuro marido lo único que pudo ver en ella fue el dinero . Yo también lo creo .
Así la cosas , no podía ser de otra manera , el matrimonio fue un desastre , mi padre era asiduo de las casas de putas de la cercana capital de provincia y como en los pueblos todo se sabe , eso era algo que todo el mundo sabía , incluida mi madre .
A pesar de todo lo dicho fue una buena madre , dedicada a sus tres hijos y haciendo caso omiso de las infidelidades de su marido .
Habiendo heredado la fortuna de mi madre , mi padre decidió tomar venganza de todos los que durante años le habían despreciado y para ello nada mejor que casarse de nuevo con una jovencita sacada de no se sabe donde . Las malas lenguas decían que era una pupila de alguna de las casas de putas que mi padre había frecuentado . Luego supe que eso no era verdad .
El matrimonio , como es natural , se instaló en nuestra casa , y de la noche a la mañana pasamos a tener una nueva madre .
La convivencia fue difícil , ni mis hermanos ni yo estábamos dispuestos a hacer cómoda la vida de nuestra madrastra y desde el primer minuto le demostramos nuestra hostilidad .
Ella , por su parte hacía todo lo posible por ganar nuestro afecto pero sin conseguir el menor avance .
Elisa , que así se llamaba mi madrastra era una mujer menuda , que recién había cumplido los 30 cuando mi padre había pasado de los 50 , un poco entrada en carnes , con una cara agradable , unos pechos más que generosos y un culo redondo y grande .
Así las cosas pasaron lo meses , la relación seguía igual de tensa , cuando yo caí enfermo . El diagnostico : fiebres reumáticas .
Eso me obligó a pasar en cama casi tres meses en los que Elisa se dedicó a cuidarme como una auténtica madre .
Viendo los cuidados que me dedicaba y sobre todo pasando muchas horas en su compañía mi percepción empezó a cambiar .
Elisa era una pobre muchacha , nacida en una familia humildísima , que había encontrado en la boda su salida de la miseria . Su anterior vida era trabajar como planchadora en la casa de un amigo de mi padre , en la capital .
Mi padre , pasados los primeros meses , volvió a sus rutinas y sus viajes a la capital se hicieron cada vez más frecuentes y sus visitas a donde todos sabíamos , más constantes .
A pesar de tener servicio Elisa se encargaba personalmente de arreglar mi cuarto y de cuidarme .
Fue un buen día , a principios de la primavera , cuando en mi se produjo el primer cambio . Elisa , con una batita de estar por casa me trajo un caldo a la cama y para dármelo se inclinó sobre mi . La visión que me ofreció , queriendo o sin querer , cambió mi vida .
Aquella batita floreada tenía un generoso escote y a través de el pude contemplar los pechos de mi madrastra que colgaban bajo el vestido y a los que nada sujetaban .
Nunca había visto unos pechos de mujer y aquellos me parecieron lo mas hermoso del mundo : tersos , redondos , llenos , y coronados por unos pezones oscuros .
Tanto me gustó lo visto que le pedí que cada día me trajera un caldito y ella así lo hizo de ese día en adelante hasta el final de mi enfermedad . Siempre con su batita de estar por casa y con sus pechos al aire .
Otro de sus cuidados consistía en cada noche venir a mi cuarto para , antes de dormir , ponerme una pomada en el pecho , y a continuación un paño caliente encima para facilitar mi respiración .
Yo me desabrochaba el pijama y Elisa , con exquisito cuidado me embadurnaba de pomada , desde la garganta hasta la cinturilla del pantalón , antes de ponerme el paño hirviendo encima .
En alguna ocasión su mano atravesó la frontera y se introdujo por debajo de mi pantalón pero sin llegar nunca a zona prohibida .
Tampoco hacía falta , el roce de su mano , las caricias sobre mi pecho me ponían a mil y mi calentura por ella era ya incontenible .
Una noche según me dedicaba sus cuidados , sin que nada pasara empezó a llorar .
Elisa , que te pasa , por que lloras
Tu padre me está siendo infiel , sus viajes a la capital no son por negocios , se va de putas , y yo no he hecho nada para que se comporte así . Soy muy desgraciada .
Mientras hablaba se había ido inclinando y sus últimas palabras las había dicho apoyada sobre mi pecho .
Sólo tu me tratas bien en esta casa . Tu padre hace tiempo que no me pone la mano encima y para tus hermanos soy invisible .
No lo puedo entender porque eres una mujer muy guapa .
¿Tu me ves guapa?
A mi me pareces la mujer más guapa del mundo . Y de verdad siento que ni mis hermanos ni yo te hayamos hecho la vida agradable .
Como me gusta oírtelo decir .
Mientras hablaba conmigo su cabeza seguía recostada en mi pecho y llorando .
A partir de esa conversación entre Elisa y yo surgió una especie de complicidad que abarcaba toda nuestra relación .
Te gusta que yo te de tu pomada por la noches , yo creo que este remedio no vale para nada , pero a mi me gusta venir a tu cuarto antes de dormir y dártelo .
A mi también me gusta mucho , y más cuando vienes con ese camisón blanco de tela finita .
¿Te gusta el blanco? Tengo alguno mas pícaro pero si te gusta ese , con ese vendré .
El blanco era mi preferido porque al entrar en mi habitación la luz del pasillo lo hacía traslúcido y yo podía ver su silueta desnuda , además lo fino de la tela hacía que se le transparentaran los pezones y ambas cosas me ponían cardiaco .
Una semana después en vez de con mi preferido vino con uno mas corto , rosado y prácticamente transparente .
Nada mas entrar me dijo :
Me he puesto este , que es el de la noche de bodas , porque el otro lo he echado a lavar , espero que te guste .
Y se dio una vuelta para que yo pudiera contemplarla .
El camisón le llegaba hasta medio muslo y a través de el pude ver con toda nitidez los pechos de mi madrastra , su culo cuando se dio la vuelta y la mancha oscura de su sexo .
¿Te gusto?
Eres la mujer mas bonita del mundo y este camisón me gusta mas que el blanco .
Eres un golfillo , con este me ves casi desnuda . ¿ me quieres?
Te quiero mucho
¿Me vas a querer toda la vida?
¿Y tu me vas a seguir tratando igual cuando me haya recuperado?
No me has contestado a mi pregunta
Si , te voy a seguir queriendo toda la vida . ¿Me dejas que toque tu camisón? Nunca había visto una tela tan fina .
Puedes tocarlo pero con respeto .
Pasé mis dedos suavemente por su espalda hasta casi llegar a las nalgas con mi mano izquierda y con la derecha empecé por el hombro y seguí bajando hasta colocar mi mano completa encima de su pecho. Me dio apenas tiempo de notar que su pezón estaba duro como una piedra cuando Elisa me retiró la mano y me dijo con un gesto que pretendía ser serio pero que no lo era :
Ves como eres , te he dicho con respeto y me has cogido una teta , eres muy travieso para tu edad .
Mi otra mano mientras tanto había seguido su viaje y estaba acariciando las nalgas de mi madrastra sin que ella hiciera lo mas mínimo por evitarlo . La magia se rompió cuando me dijo :
Miguel , ya está bien por hoy , vamos a dormir .
Se separó de mi , se puso de pie , se inclinó sobre mi cama para darme el beso de buenas noches y por casualidad su mano vino a apoyarse en mi sexo mientras me daba un beso sutil , que esta vez en contra de la costumbre , fue en los labios . No duró ni una milésima de segundo pero para mi , aun hoy , fue el mejor beso de mi vida .
Entrado el verano las escapadas de mi padre se fueron haciendo cada vez más frecuentes y mi complicidad con Elisa cada día mayor , yo tenía vacaciones y me podía dedicar a ella todo el día .
Ella seguía triste ante tanta infidelidad y creo que mi compañía era su única alegría , le gustaba jugar conmigo , provocarme , para luego cortar de raíz con un alegre : t enme respeto que soy tu madre .
Una mañana en la que poco teníamos que hacer le propuse que me ayudara a coger unos libros de la biblioteca , saqué la escalera y me proponía subir cuando Elisa con su habitual alegría me dijo :
Sujeta la escalera , me voy a subir yo .
Trepó por los escalones hasta que sus pies estuvieron a la altura de mis narices y desde allí me preguntó :
Es este el que quieres .
No , dos a la derecha .
Entonces será este .
Yo hacía rato que no miraba a los libros , mis ojos no se podían separar de los muslos de Elisa , como gracias a dios todavía no se había inventado el panty lo que mis ojos veían eran unas piernas rotundas con medias oscuras , y más arriba de eso unos muslos blancos a los que nada tapaba , entre ellos unas bragas blancas de las que no podía apartar la mirada .
Mientras yo me dedicaba a mirar Elisa seguía
Es este , o quizás este o este
Y yo : no , no , no
Desde arriba de la escalera Elisa paró de bajar libros , se dio la vuelta , me miró , y mientras sus manos subían sus faldas hasta la cintura me dijo :
Tu no quieres que te encuentre un libro , tu lo que quieres es mirar esto , bueno pues ahí lo tienes . Nunca entenderé a los hombres , voy cada noche a tu habitación con un camisón con el que me ves casidesnuda y ahora te excitas viéndome las piernas , porque te estás excitando , o no .
Todo el discurso me lo dijo con sus faldas alzadas lo que me permitió ver aquellos muslos que yo creía , aún lo sigo creyendo , que eran los mas divinos del planeta , y por encima de ellos unas bragas blancas grandes por debajo de las cuales vi , por primera vez en mi vida una ligas que sujetaban las medias .
Una visión como esta a los 16 años hace que uno se vuelva loco , le latan las sienes , se le vaya la cabeza y se excite hasta el último pelo de su cuerpo .
Tan rápido como se había subido las faldas se las bajó .
De nada valieron mis súplicas :
Déjame verte un poquito mas , por favor .
No , ya has visto bastante , los jóvenes sois insaciables . Anda ayúdame a bajarme , no me vaya caer .
Se dio la vuelta y empezó a descender y yo , en su ayuda , tuve la osadía de sujetar primero sus piernas , y luego sus muslos , deslizando mis manos por debajo de su falda .
Al llegar al suelo ella estaba frente a mi pero de espaldas y mis manos seguían agarradas a sus muslos . No dijo nada , estuvimos así un rato que a mi me pareció estar en el paraíso , hasta que ella me dijo :
Miguelito , por lo que estoy sintiendo , creo que necesitas echarte una novia .
Yo no quiero ninguna novia , yo te quiero a ti .
No digas tonterías , yo soy tu madre . déjame que tengo mucho que hacer .
Esa misma tarde volvió mi padre , había pasado 4 días fuera y tanto Elisa como yo sabíamos en que había andado .
He invitado a cenar a Don Jenaro ( el cura del pueblo ) me le he encontrado según venía .
Mi padre , además de putero , era un hipócrita al que le gustaba invitar unas veces al cura , otras al Alcalde , cuando no al Médico para que vieran lo feliz que era en su matrimonio .
La cena transcurría con toda normalidad cuando mi padre sacó el tema de sus viajes a la capital , el tiempo que le ocupaban y lo que el suponía que le iban a ocupar a lo largo de todo el verano .
Elisa al oírlo empalideció , me dirigió una mirada de complicidad con la que me venía a decir :
Ves como es tu padre y lo desgraciada que me hace .
Como una prueba de mi solidaridad que yo no quería que vieran ninguno de los que estábamos cenando , por debajo del mantel dirigí mi mano a sus muslos y los acaricié por encima de la falda .
Elisa no hizo el menor gesto , pero su mano izquierda se ocultó bajo el mantel y de un tirón se subió las faldas .
Ahora mi mano se apoyaba sobre la franja de carne que limitaba por el sur con sus medias y por el norte con sus bragas . Una franja de carne suave , firme , caliente en la que yo dejé mi mano .
Mi padre siguió con su cantinela sobre los viajes :
La semana que viene la voy a tener que pasar entera fuera .
La mano de Elisa fue en busca de la mía y me la dirigió hasta colocarla encima de su sexo , es más , una vez tuvo mi mano donde ella quería dejó su mano sobre la mía y me presionó para que el contacto fuera más intenso .
La prudencia me debería haber llevado a sacar la mano de donde la tenía , no fuera alguien a sospechar lo que ocurría por debajo de la mesa , pero en ese momento me hubiera dejado matar antes de cambiar mi mano de sitio .
Mi padre ajeno a todo insistía en sus planes :
Paso tanto tiempo en la capital que he pensado en comprar allí una casa , además así mis hijos , cuando llegue el momento podrán irse a estudiar allí .
Todavía falta tiempo para eso , puedes esperar , dijo mi madrastra .
No , no voy a esperar , ya he visto una que me gusta y quizás la semana que viene cierre la compra .
La mano de Elisa que momentáneamente había vuelto sobre la mesa volvió a bajar para , despaciosamente y sin casi moverse , quitarse las bragas . Con mi muslo pegado al suyo pude notar como sacudía las piernas para dejarlas caer .
Con toda intención dejé caer mi servilleta y al recogerla hice lo mismo con la bragas . Deje la servilleta sobre mis piernas y guardé las bragas en el bolsillo de mi chaqueta .
Inmediatamente volví a mi tarea y me encontré con una mata de pelo suave como la seda en el medio del cual había una fuente de la que brotaba liquido sin parar y en encima un botoncito del que la principio no tuve noticia pero que poco a poco fue tomando consistencia y tamaño .
Mi padre y el señor cura decidieron cambiar de habitación para fumar un puro y tan pronto se levantaron mi madrastra mandó a los pequeños a dormir .
Ya solos y sin que nadie nos oyera Elisa me dijo :
Sigue acariciándome , que me estas dando mucho gusto , pásame el dedo suavecito por mi gallito , si ese botoncito que tengo en el medio y no pares hasta que yo te lo diga .
Su respiración se fue agitando y en algún momento hasta soltó un breve gemido .
Sigue , sigue así , que me estoy viniendo , sigue por dios que me vas a hacer correr , sigue , dame con tu dedo , dame que ya me estoy viniendo . Me vengo mi amor , me vengo muy rico , me has vuelto loca de gusto
Cuando estaba llegando a su clímax su mano izquierda se colocó sobre mi sexo , nunca antes lo había hecho y me dijo :
Veo que tu también estas muy caliente , no te preocupes esta noche cuando vaya a darte las buenas noches te voy a dar tanto gusto como el que me acabas de dar tu a mí .