Mi macho me posee..

Un curso en otra ciudad. Un macho varonil con bigote me hace sentir como una jovencita enamorada y puta

Segunda Parte del relato Mi macho maduro.

Como era ya tarde me preguntó si quería quedarme a dormir allí. Aunque mi apartamento estaba justo debajo del suyo, no dudé en aceptar su propuesta.

Fuimos a su dormitorio, se sacó toda la ropa y se metió en la cama de matrimonio. Yo con un poco más de vergüenza por lo que había sucedido me quedé en calzoncillos y entré en la espaciosa cama. Se pegó a mi y yo empecé a acariciar su velludo cuerpo varonil. Nos besamos apasionadamente durante un buen rato. Me sentía en la gloria...

No tardé mucho en caer dormido en los brazos de mi macho.

Fue el viento el que me despertó. A través de una pequeña ventana podía ver como afuera, el día que acababa de amanecer, era gris y lluvioso. Me saqué los calzoncillos debajo de las sábanas y me acurruqué un poco más en sus brazos. Quería sentir su cuerpo desnudo de macho pegado a mi. Sentir su olor su vello. Me excitaba pensando que provocaba deseos lujuriosos a ese hombre maduro. A mi hombre.

Empecé a acariciar el pecho velludo de mi amante dormido que no tardó en despertarse y abrazarme sensualmente.

¿Como has dormido, cielo?- dijo Carlos con voz aun soñolienta.

Yo lo miraba fijamente a pocos centímetros de su cara, admirándolo , mejor dicho. Que me llamara cielo, cariño y cosas así me hacia sentir muy excitado.

Me tenia totalmente rodeado con sus brazos, simplemente tuvo que acortar esos pocos centímetros que lo separaban de mi cara y besarme. Primero en los labios luego en el cuello. Lo besaba y recorría con su boca. Yo empece a gemir como una loca. Me estaba poseyendo.

-Vas a ser mi mujercita... verás que bien que nos lo pasaremos... -decía Carlos entre beso y beso a mi cuello.

Con mis gemidos asentía. Estaba totalmente entregada. Me parecía lo más normal del mundo, complacer a ese macho maduro.

Carlos no paraba de lamerme el cuello y acariciarme el culito.

-Este va a ser nuestro nidito de amor...cielo..-susurraba a mi oreja- te voy a follar cada noche..

Yo seguía asintiendo con mis gemidos. Estábamos los dos desnudos, de lado, debajo de la sábana. Abrazados. Notaba el miembro de Carlos tocándose con el mío. Estaba totalmente erecto. En un momento, alzó con una mano una de mis piernas y puso la suya. Cogió mi mano y la llevó a su pene. Allí empecé yo solito pajeándole lentamente. Solo pensar en que la noche anterior había tenido ese pene en mi boca mi excitó aún más. Con su brazo libre cogió un bote pequeño de la mesita de noche, puso lo que parecía lubricante en su mano y acompañó la mía esparciendo un poco del fluido por su polla mientras le pajeaba.

El resto fue a parar a mi culito . Primero por el borde de mi ano , luego metió un dedito y procuró lubricar bien por dentro. Yo estaba que me moría. Carlos comiéndome el cuello , metiéndome un dedito en el culo mientras yo le pajeaba.

-Vamos... métetela en la boca...cariño.- dijo.

-Tranquilo el lubricante es con sabor a fresa es comestible.

!Fresa! Mmm... pensé. Cambié de postura y me puse a cuatro patas al lado de Carlos. Con una mano cogí su verga y descendí la cabeza hasta quedar muy cerca de mis labios. Si.. olía a fresa. Le dí unas lamidas como si fuera un helado, luego abrí la boca y trague todo lo que pude. Empecé a succionarle la polla. Recorría su tronco y su glande con la legua sin parar. Me la metía en la boca y chupaba durante unos minutos para volverla a sacar y lamer la punta y el tronco. Carlos gemía mientras con su dedo hacia un mete saca en mi culito.

Allí estaba yo dándole una mamada a un macho maduro con bigote en su cama. Y lo mejor de todo es que me gustaba. Me sentía una putita enamorada.

-Vamos cariño .. ponte así..- susurró

Nos pusimos otra vez de lado pero esta vez yo estaba de espaldas a el. Con su mano volvió a acariciar mi agujero y se cercioró que estaba bien lubricado. Empezó a besarme el cuello en un esfuerzo de mi macho para calentar más a su hembra. Sentí como el capullo de su miembro se introducía en mis nalgas totalmente lubricado. Se paró delante de las puertas de mi ano. Yo instintivamente levante mi culito todo lo que pude. Le estaba ofreciendo mi trasero. Quería que me penetrara, que me hiciera suya.

-¿Quieres que te haga el amor ,cielo? - me preguntaba al oído mientras besaba mi cuello apasionadamente.

-Si, cariño... -susurré muy bajito- por favor...

Metió el capullo dentro y note un leve dolor que desapareció al cabo de unos segundos gracias a que mi culo estaba bien lubricado y las ganas de ser poseída por mi macho eran mayores.

-¿Quieres que que folle tu macho? ¿Quieres más?

Con mis gemidos asentía mientras levantaba un poquitito más el trasero. Lentamente Carlos fue insertando su polla en mi culo y cuando la tuvo entera dentro, volvió a besarme el cuello y acariciarme los pezones.. Yo me sentía totalmente llena. En brazos de ese hombre velludo, penetrada, entregada.

Con sus brazos me rodeaba , como protegiendo su presa. Empezó lentamente un mete saca. Yo gemía de placer, no quería que parara nuca.

Me estuvo penetrando lentamente durante más de media hora en la que yo solo hacia que gemir mientras Carlos me decía:

-¿Te gusta cariño? ¿Vas a ser mi putita, verdad?

-Siii...mmm...OOhhh... Carlos...cariño, fóllame.. hazme tuya- Yo ya había perdido el norte. Estaba totalmente entregada a mi macho.

-Cada noche te haré el amor. Te llenaré cada noche..

-Si cariño...soy tuya.. - solo llegaba a susurrar mientras recibía las embestidas de mi macho. Mi polla estaba a punto de explotar.

Empezó a agitarse y a jadear más fuerte hasta que noté como se iba llenando mi agujero a cada embestida suya. Sentía sus calientes borbotones de leche entrando. Sin tocarme siquiera mi polla empezó a soltar leche al compás de sus penetraciones. Yo gemía sin parar. Nunca había experimentado una sensación tan placentera.

Se tumbó más cómodamente en la cama y sin sacar su polla de mi culo empezó a abrazarme y a besarme por la espalda y el cuello. Me di la vuelta como pude y pegue a los brazos de mi macho. Ese olor a colonia varonil , su bigote, su vello en el pecho...

Le besé apasionadamente mientras sentía mi culito lleno de su leche. Me había poseído y me sentía feliz. Como una putita enamorada...

FIN

¿Continuará?

Por favor, es muy importante que comenten si les ha gustado o no el relato. Gracias