Mi Macho Alfa: Mi Tío (2do Encuentro)

En este relato comparto mi segundo encuentro con mi tío. Espero que sea de su agrado.

Saludos cordiales a todos los lectores de todorelatos.com .  Hace un tiempo atrás escribí la primera parte de esta serie de relatos.  Para el conocimiento de todos, soy nacido y criado en Puerto Rico, tengo 27 años de edad, y como bien descrito en mi perfil me identificaré como “Mike” para guardar la confidencialidad tanto mía como de los implicados en mis relatos también utilizaré nombres alternos.  En términos generales (Bicho = Pene = Verga = Polla = Miembro = Entrepierna, etc.); (1” (pulgada) = 2.54cm (centímetros).

Si aún nos haz tenido la oportunidad de leer el primer encuentro te invito a que lo hagas en el siguiente link:

Mi Macho Alfa: Mi Tío: https://www.todorelatos.com/relato/155751/

A la mañana siguiente de aquella noche en que mi tío me utilizó como su putita sumisa, me sentía completamente adolorido, jamás me habían destrozado y tratado tan rudo como lo hizo mi tío.  No voy a negar que eso era lo menos que me importaba, para mí, esa experiencia me fascinó tanto, que esa mañana mis primeros pensamientos fueron volver a repetir ese momento, tener el miembro de mi tío completamente adentro de mi culito y además sentir su semen dentro de mí, como también escucharlo tratándome como una putita y como su hembra; era más que suficiente.  Así que no pude contenerme, me levanté de la cama y fui determinado a seducir a mi tío para volver a ser su hembra.

Al llegar a su cuarto todas mis esperanzas y toda mi excitación se esfumaron.  Mi tío ya no se encontraba en la casa y su cuarto se encontraba vacío.  Lo cual me pareció un poco extraño, siempre solía antes de irse notificarnos a donde iría y a la hora estimada que estaría regresando. Pero, luego de la noche anterior, realmente no debí esperar menos.

Así que decidí dirigirme al baño y darme un baño.  Durante ese tiempo que estuve en el baño me mantuve recreando la experiencia con mi tío, tocándome y haciéndome una paja; hasta que no pude contenerme nada más y me corrí.  Terminé de bañarme, me sequé, salí del baño y me dirigí a mi cuarto a vestirme.

Mientras me estaba vistiendo escucho la puerta principal abrirse y cerrarse.  Pensé que era mi primo y grite su nombre para ver si era él.

-Yo: Juan? -digo en tono dubitativo

-Voz: No es Juan, soy yo tu tío. -dijo una voz gruesa y se podía percibir un poco de apatía en su tono de voz.

En ese momento no sabía cómo reaccionar, ni cómo responder.  Me quedé sin poder mencionar ni una palabra por varios segundos.

-Yo: Ho-Hola tío.  Ben-bendición. -dije tartamudeando.

-Tío: Dios te bendiga.  Cuando termines ahí necesito que vengas aquí a la sala.  -dijo en un tono severo y autoritario.

No tenía ni idea cómo reaccionar ante esta situación.  Solo quería que la tierra me tragara y me escupiera en mi casa.  La tensión cada vez aumentaba mientras caminaba fuera del cuarto de camino a la sala.

Al salir pude ver a mi tío sentado en el sofá y de espaldas a mí.  Sentía que me iba a quedar sin respiración.  Cuando llegué cerca de él, no sé que me sucedió, no sé si fue el mismo nerviosismo, o la tensión que tenía, que mi reacción fue darle un abrazo como de costumbre.  En ese mismo momento mi tío se levantó de golpe del sofá y me agarro con una mano por el cuello.

Intenté escaparme pero era completamente en vano, su fuerza era demasiado mayor a la mía.  Y de un golpe me pegó a la pared de la sala.  No sabía que estaba pasando, solo podía ver a mi tío completamente furioso.

Sin saber qué hacer comencé a llorar y a suplicarle que me soltara que me estaba haciendo daño.

-Tío: Cállate y cálmate.  No quiero que nadie escuche lo que te voy a decir. -me dijo apretando los dientes

Sin nada qué decir intenté controlar mis sollozos y mis lágrimas.  Acto seguido mi tío me suelta del cuello y me aprieta el pecho con su antebrazo contra la pared.

-Tío: Ni una sola palabra de lo que ocurrió anoche a nadie.  A la primera que me entere de algo, será mejor que desaparezcas. Entendido? - me dijo mirándome fijamente a los ojos.

-Yo: Tío… Pu-puedes es-estar cla-claro que no voy a de-decirle a na-nadie. -intenté decir entre sollozos.

-Tío: Más te vale y aquí en esta casa ya no eres bienvenido mientras me encuentre solo. No soporto mirarte. -dijo en un tono despectivo.

-Yo: Dis-discúlpame tío. -dije entre sollozos.

-Tío: Ahora quiero que recojas todo y te vayas a casa de tu abuela.  Aquí no te quiero si tu primo no se encuentra en la casa.

-Yo: Ok-ok tío. -dije un poco más calmado pero aún entre sollozos.

Mi tío me soltó y me dió un pequeño empujón hacia el cuarto donde estaban mis pertenencias.

-Tío: De aquí no sales hasta que no te hayas calmado y se te haya bajado la hinchazón.  Yo me voy y espero que cuando regrese ya no estés aquí. Estamos claro? -dijo dirigiéndose a la puerta.

Me volteé un poco y le dije que sí con la cabeza.  Mi tío salió de la casa y cerró la puerta tras él.

Aún no podía creer lo que había sucedido.  No quise ni imaginarme qué hubiese sucedido si en la mañana hubiese llevado a cabo mi plan para seducirlo nuevamente.

Poco a poco fui calmándome mientras recogía mis cosas.  Aproveché para llamar a mi padre para que me fuese a buscar.  Lo único que quería era llegar a mi casa.  Cuando mi papá me notificó que había llegado; antes de salir de la casa fui al baño me eché un poco de agua en la cara para refrescarme.

Una vez en el carro le escribí a mi primo por texto que me iría a casa, ya que me había levantado un poco indispuesto.

Así pasaron los meses y mi tío continuaba evitándome en todas las reuniones familiares lo más posible.  Ya comenzaba a adaptarme a su trato y aunque frente a los familiares su comportamiento hacia mí era completamente distinto.  Era como si no quisiera que nuestra familia sospechara que habíamos tenido alguna diferencia.

Todo continuo así hasta que en una fiesta familiar llegué con un amigo y comencé a presentarlo a los familiares, alguno que otro ya lo conocían porque nos habíamos encontrado en alguna parte dentro del pueblo.  Hasta que me tocó presentárselo a mi tío.

-Tío: Vaya, vaya… Mira quien acaba de llegar.  Mi sobrino favorito. -dijo mi tío abalanzándose sobre mí para abrazarme.

Todo esto me tomó completamente por sorpresa, algo extraño estaba sucediendo.  Por meses mi tío me ha hablado lo justo y lo necesario y solo en las ocasiones en que nos encontrábamos rodeados de familiares.  Pero nunca se había comportado de esta manera desde aquella noche.

-Tío: Y tú debes ser Christian, no?. -dijo en un tono un poco sarcástico.

-Tío: Ya tenía ganas de ponerle cara a tu nombre.  He escuchado a mami hablando mucho sobre tí. -dijo mirándome de reojo.

-Tío: Bueno los dejo para que continúen saludando a la familia.  Un placer conocerte Christian.  Ah, antes de irte Mike, necesito hablar contigo, nada urgente.  Disfruten el compartir familiar. -dijo mi tío apretándome un poco el hombro antes de alejarse.

Mi tío necesitaba hablar conmigo; de qué en específico quería hablar conmigo.  Durante toda la noche estuve pensando qué sería lo que mi tío quería hablar conmigo.  Su cambio repentino me tenía un poco ansioso y nervioso para poder concentrarme en las conversaciones que mis familiares y Christian entablaban.

Así transcurrió la noche y ya los familiares que vivían en otros pueblos comenzaban a despedirse.  Ya quedábamos unos pocos cuando decido dirigirme al baño que quedaba en la planta baja de la casa.  Todos se encontraban arriba o eso pensaba yo.  Cuando voy llegando a la puerta del baño escucho a alguien a mis espaldas acercándose rápidamente.  Cuando intento voltearme a ver quién era la persona, me agarra fuertemente por la nuca y sin saber que pasaba me empuja dentro del baño y cierra la puerta.

Me empuja contra la pared y me presiona la nuca con su antebrazo.  Sin saber qué hacer o qué decir me quedo inmóvil.  Pasaron unos segundos hasta que sentí que la presión en la nuca comenzaba a disminuir.  Sin mediar palabras me voltea y quedamos de frente.  En ese momento pude percatarme que era mi tío.

-Yo: Por-por fa-favor tío no me ha-hagas da-daño.  No le he dicho na-nada a na-nadie. Por fa-favor te lo su-suplico.  -dije tartamudeando y lleno de miedo.

-Tío: Quiero que me expliques cual es la intención en traer a Christian a la fiesta familiar? -dijo apretando los dientes y mirándome fijamente a los ojos.

-Yo: Nin-ninguna tío. So-solo quería presentárselo a la familia. -dije un poco intimidado.

En ese momento mi tío levanta la mano y me pega una bofetada.  Me quedo inmóvil sin saber qué hacer.

-Tío: Llevo meses intentando ocultar el deseo que tengo en hacerte mi hembrita como aquella noche.  He estado con varias mujeres y ninguna me ha hecho sentir cómo lo hiciste tú aquella noche.  Encima de eso me complicas más la situación sabiendo que tienes a otro macho cogiéndote como lo puta que eres.

-Yo: Qué? -fue lo único que pude decir ante el asombro de las palabras de mi tío.

-Tío: Que no quiero verte con otro macho.  No sé que me sucede pero desde aquella noche no dejo de pensar en lo sucedido.  Nunca había estado con otro hombre y mucho menos con una mujer que fuera tan putita como lo fuiste tú aquella noche. De ahora en adelante y escúchame bien serás mi putita cuando yo quiera y donde yo quiera. -dijo halándome el pelo y acercándome a su cara.

En ese momento perdí la noción del tiempo y pensé que mi tío me plantaría un beso, pero cuando estuvimos a pocos centímetros el uno del otro abrió su boca para escupirme la cara y con una mano restregar toda su baba por mi cara.

-Tío: Estamos claro putita? - dijo mirándome fijamente a los ojos.

No sé que me pasaba pero esa situación me excitaba a tal punto que no pude contenerme y agarrándole su miembro y sonriéndole de manera provocativa le contesté.

-Yo: Entendido papi.  Seré tu putita cuando tú quieras, como tú quieras y dónde tú quieras. -dije arrodillándome para abrirle la cremallera y sacar ese miembro que tanto estaba deseando.

Sentí como mi tío me agarró por el pelo y me pego contra su miembro por encima de sus pantalones.  En este momento ya perdía el control sobre mi cuerpo y aumentaban las ansias de tener su miembro dentro de mi boca.

-Tío: Esto es lo que quieres mamita? -dijo mi tío apartándome un poco hacia atrás halándome el pelo y apretándose su miembro con la otra mano.

-Yo: Sí, papi esto es lo que quiero y he deseado todo este tiempo. -dije mirándolo provocativamente y fijamente a los ojos.

Sin mediar más palabras me abalancé a quitarle los pantalones a mi tío y su ropa interior.  No podía creer lo que estaba sucediendo y menos en el lugar que estaba sucediendo.  En cualquier momento alguien podría bajar para utilizar el baño y nos cogerían en pleno acto.  Pero en esos momentos era lo menos que me importaba.  Solo quería sentir a mi tío, mi macho alfa dentro de mí por segunda vez.

Así que continué quitándole los pantalones a mi tío y su ropa interior.  Al ver su miembro completamente erecto y botando “pre-cum” no pude contenerme y me lo lleve a la boca como si se me fuese la vida en ello.  Que sensación tan rica sentir el miembro y “pre-cum” de mi tío en mi boca, como también ese olor a macho.  No sabría decir cuánto tiempo pasé mamándole el miembro a mi tío hasta que sentí que sus gemidos comenzaban a aumentar y de repente sentí un halón de pelo.

-Tío: Eres una putita y la mejor de todas.  Tienes una boquita que me vuelve loco.  Pero aún no quiero correrme.  Quiero romperte ese culito rapidito antes de que comiencen a preguntarse donde estamos. -dijo halándome por el cabello y escupiéndome la cara.

No sé si era el deseo, la excitación, el momento, el lugar o lo que fuese pero la situación me tenía apunto de estallar y correrme por todas partes sin necesidad de tocarme.

Sin previo aviso mi tío me levanto del suelo de un tirón y me pegó a la pared y me arqueó un poco la espalda para que mis nalgas quedaran a su disposición.  Me bajó los pantalones y la ropa interior en un abrir y cerrar de ojos.  Y sin mediar palabras se escupió la mano y la restregó por mi agujero.

-Tío: Ahora vas a ver lo que es tener un verdadero macho dentro de tí putita -dijo pegándose a mi oreja mientras acomodaba su miembro en mi agujero.

De un empujón logró meter su miembro completo y sentí su pelvis pegada en mis nalgas.  El dolor era insoportable, esta era la segunda vez que me penetraba de esa manera.

-Yo: Ay, ay, ay tío -dije intentando escaparme.

Sentí como me apretaba con su antebrazo por la cintura evitando que me moviera.  Al mismo tiempo también me haló por el pelo y no me dejo moverme.

-Tío: Así se les trata a la putitas como tú mi reinita.  No te muevas y no grites muy alto que nos pueden escuchar. -me decía mordiéndome la oreja y moviendo su cuerpo hacia atrás y hacia adelante a un ritmo constante.

Ya el dolor comenzaba a disminuir y comenzaba a llegar el placer.  Sentir a mi tío dentro me descontrolaba por completo, quería que ese momento nunca terminara.  Comencé a moverme también para clavarme su miembro.

Al comenzar a moverme sentí que me soltó de la cintura y me dió una bofetada y una nalgada.

-Tío: Eso, ya veo que te encanta que te lo meta sin piedad.  Mira como te mueves y te abres para recibirlo.  Estás apretadita y bien calientita.  Demuéstrame cuanto quieres que te preñe. -dijo con su boca cerca de mi oído.

Eso fue música para mis oídos.  Comencé a moverme de tal forma que se podía escuchar el sonido de su pelvis chocando contra mi cadera.

Luego de un período de tiempo y sin previo aviso lo sacó y sentí un vacío.  Me agarró con su antebrazo por el cuello.

-Tío: Quiero que te acuestes en el piso y levantes las piernas.  Quiero verte la carita de putita cuando te preñe. -dijo con su boca pegada a mi oído.

No tuvo que repetirlo en menos de 5 segundos ya estaba en el piso acostado y levantando las piernas. Ver a mi tío parado al frente mío con su miembro completamente erecto me volvía loco.

-Yo: Quiero que me preñes, quiero sentirme completamente tuya. -dije mientras me abría las nalgas para mostrarle mi culito.

-Tío: Asi me gusta que me pidas que te haga mía. -dijo mientras se arrodillaba y acomodaba su miembro en la entrada de mi culito.

Al introducir su miembro perdí la noción del tiempo y el lugar y solté un gemido bastante fuerte.  En menos de 1 segundo ya mi tío me había tapado la boca.  Nos quedamos inmóviles por un período corto de tiempo para ver si alguien bajaba.  Pero al parecer no escucharon nada arriba, ya que no sentimos a nadie bajar o preguntar algo, solo lográbamos escuchar las risas y los murmullos.

-Tío: Más vale que te controles putita.  Me gusta oírte gritar como lo puta que eres pero aquí no. -dijo destapándome la boca y dándome una bofetada mientras me clavaba hasta el fondo su miembro.

-Yo: Ah, que rico puñeta papi. -dije mirándolo fijamente a los ojos.

Mi tío comenzó a clavarme fuertemente. Yo solo gemía y lo miraba a fijamente a los ojos.  Ambos nos mirábamos con lujuria y pasión.  Que sensación tan deliciosa el tener a mi tío dentro de mí y el verlo de frente a mí moviendo su pelvis para clavarme como lo estaba haciendo. No quería que el momento acabara pero el deseo, la lujuria, el placer y la pasión me traicionaron, sin necesidad de tocarme sentía que iba a explotar en cualquier momento. Aproveché para quitarme la camisa y no mancharla con semen. Acto seguido mi tío también se removió su camisa.  Era un obra de arte ver a mi tío completamente desnudo.

-Yo: Papi me vengo. Ah, que rico papi. Quiero que me preñes. -dije a punto de comenzar a correrme.

-Tío: Te voy a preñar putita.  Correte que quiero sentir como me lo aprietas. Ah, que rico puñeta.  Eres toda un putita mira como te lo estás disfrutando. -dijo mientras comenzaba apretarme con una mano el cuello.

Esto hizo que comenzara a correrme sin control.

-Yo: Puñetaaaa, tío que ricooo, me vengooo. Aaaaah. -dije mientras me venía.

-Tío: Eso, así me gusta. Ahí te va mi leche putita.  Quiero dejarte bien preñadita. -dijo mientras se corría dentro de mí.

Mi tío se tumbó encima de mí luego de terminar de correrse.  Lo abracé con mis piernas para que no removiera su miembro de adentro de mí.  No quería que lo sacara.  Sin previo aviso mi tío se levanto con fuerza para contrarrestar la fuerza que le estaban ejerciendo mis piernas.  Sacó su miembro dentro de mí y pude sentir el vacío que este me dejaba.

Sin mediar una palabra mi tío tomó papel y se limpio los restos de mi semen que se le había pegado cuando se tumbó encima de mí.  Luego comenzó a subirse su ropa interior.  Pero no pude contenerme, me incorporé y me metí su miembro dentro de mi boca para limpiárselo.

-Tío: Así me gusta mi putita, límpialo y déjalo impecable. -dijo agarrándome por el pelo y controlando mis movimientos.

Sentir ese sabor tan extraño pero tan rico a la vez, me hacía sentir afortunado.

-Tío: Ya estuvo bueno putita. -dijo agarrándome por el pelo y dándome una bofetada.

Mi tío se terminó de vestir y se dirigió a la puerta.

-Tío: Espera unos minutos aquí a lo que subo y les digo que subirás en breve que saliste a contestar una llamada de una amiga por si preguntan por la demora. Entendido putita? -dijo abriendo la puerta y volteándose para mirarme fijamente y con la frente fruncida.

-Yo: Sí, tío. Entendido. -dije sonriéndole provocativamente.

-Tío: Esto era lo que quería hablar contigo cuando me presentaste a Christian. -dijo mientras cerraba la puerta.

Así que me acosté en el suelo un rato sin moverme, sentir su semen dentro de mí era la mejor sensación.  No quería sacarlo de dentro de mí.  Así que después de un rato me incorporé y me vestí.  Salí del baño y mientras caminaba hacia la planta de arriba sentía como comenzaban a salirse los chorros de semen de mi culito.

Y así fue como sucedió el segundo encuentro con mi tío.