Mi lado exhibicionista

Quiero que hoy salgas con un vestido o falda amplia, sin medias, sin ropa interior, arriba una blusa transparente, dice.

Es Jueves por la tarde, el trabajo me agobia últimamente, demasiada presión y responsabilidad siento sobre mi, duermo muy poco estas semanas, pero hoy es especial no me siento muy bien anímicamente, no me gusta estar vulnerable y saco fuerzas de algún lado para botar esa pesadez y enfrentar una nueva jornada dura de trabajo.

Mientras laburo frente a mi computador Damián me saluda a través del Chat, no saben cuanto me anima y me alegra que me mantenga presente y quiera saber de mi a pesar de que está a unos metros de mi escritorio. Le comento que estoy remolida y me ofrece darme una sesión de masajes si por supuesto puedo sacarle unos minutos en la noche.

Me agrada la idea, imagino y empiezo a soñar con esos masajes y besos que aliviaran el stress y me transportaran a un espacio que puedo compartir con él sin temores, ni miedos, mientras recibo esa recompensa que sin esperarla me la ofrecen.

Generalmente utilizo ropa muy sobria, pero hoy me calce unos pantalones algo ajustados y comento a Damián que cuando fui al Banco sentía algunas miradas posarse en mi cuerpo cosa que me incomodó bastante. El se ríe y como siempre le doy en el clavo para que su cabecita empiece a maquinar alguna travesura que son propias de sus inquietudes y aventuras sexuales que quiere experimentar conmigo.

Me dice que quisiera explorar mi parte exhibicionista y también me seduce para practicar un poco de placer con algunas dosis de dolor. Me causa gracia, bah, como sentir placer si hay dolor? Le pregunto y el me dice ya lo veras, caray como me asustan a veces sus afirmaciones.

Minutos mas tarde nuevamente se abre una ventanita del Chat y me dice si hoy puedo salir mas temprano, por supuesto que no puedo, pero le digo que si, me hace falta su compañía, y haré lo posible para tener un encuentro.

Ofrece llevarme a casa para que me refresque mientras el va a una reunión que tiene, pero es mas fácil que yo tome un taxi y pueda tranquilo él disponer de su tiempo. Quedamos en vernos a las 8:20, pero hay algo mas….., ahora empiezan las instrucciones.

Quiero que hoy salgas con un vestido o falda amplia, sin medias, sin ropa interior, arriba una blusa transparente, dice. Vaya requerimientos, me pareció gracioso y se me vino a la mente el libro que me prestó "Historia de O", donde en algún momento me dijo que recrearíamos algunos pasajes del mismo.

Sin problemas accedí a su pedido, mientras me trasladaba a casa para cambiarme de acuerdo a sus deseos, pensaba que haríamos hoy?, será que recibiré el masaje prometido???, no importa eso ahora, pronto lo veré y estaré junto a él.

Suena mi teléfono, me espera en la puerta, tardo sin querer unos minutos pero luego me apuro para darle alcance. Lo veo frente a mí, fumando un cigarrillo, nos saludamos discretamente y me acompaña a la puerta que la abre para que pueda subir al coche.

Es un galán, sube al volante con el cigarrillo aun en la mano, da unas billadas mas, bota la colilla y empieza arrancar el coche por las calles de la ciudad, me pide lo acompañe a dejar un recado, no me molesta, pero mientras conduce verifica con la mano libre que tiene si estoy vestida tal y como él lo había pedido. Sube un poco la falda que tengo puesta y se introduce bajo ella para tocarme y acaricia los vellos púbicos que están libres y desordenados sin el interior puesto.

Frena el coche, el semáforo esta en rojo, me pide que me abra el saco que tengo puesto, y sin querer cruzo las piernas y el me las separa y me dice que no junte la rodillas, ni cruce las piernas (palabras ya leídas en la Historia de O), me recuerda nuevamente el libro y trato de pensar que travesura viene maquinando.

Llegamos al lugar donde tiene una diligencia, esta a punto de bajar pero toma la llave y cierra el cerrojo de la cajuela del coche, me llama mucho la atención porque ni siquiera pasa por mi mente intentar ver que tiene ahí dentro. Es su coche y yo solo una pasajera. Tarda un poco, ya lo veo salir, se acerca y nuevamente entra al coche.

Arrancamos por una calle que los dos conocemos, pero se va alejando buscando algo de oscuridad. Nuestra ciudad nos es como hace 20 años atrás que podíamos escurrirnos por cualquier callejuela ausente de luz, permitiendo los toqueteos y besos lujuriosos que robábamos a las muchachitas en el cole o la universidad, dice Damián.

Mientras recorre la calle me acaricia los pechos que se zafan de la solera que tengo puesta, hay gente por ahí que no nos presta atención, encontró un lugar, se parquea, abre la cajuela que minutos antes la aseguro y se inclina sobre el volante buscando algo. Al fin encuentra lo que buscaba, es una soga con la que me ata la mano derecha, le da varias vueltas y termina anudando para luego pedirme que me siente cómoda y con los brazos algo tirados para atrás del asiento, sigo las instrucciones y me ata la mano que falta.

Estoy a su merced, empieza a besarme y chupar mis pezones por sobre la blusa, siento que succiona un poco me encanta, estoy húmeda y Damián lo nota, porque sus manos no están quietas y tocan todas mis intimidades con la libertad de tenerme atada, no pongo resistencia alguna, me gusta como introduce sus dedos dentro mío y los saca para sentir su olor. La calle esta algo concurrida decide mover el coche, pero mientras conduce tengo sus dedos dentro moviéndose traviesamente en mi interior, cierro los ojos sin percatarme si hay gente mirándonos o mirándome, lo hay, de seguro que me vieron muchos con esa cara de gozo que tenia mientras disfruto de él.

Sigue buscando algún recodo oscuro, ahí está una bajada pedregosa, se anima a parquear y empieza nuevamente al ataque, algo trama tiene un condón que abre, pensé que se lo ponía pero no, pide que me levante un poco e introduce a mi cola algo muy parecido a un pene, es pequeño pero es una sensación extraña, luego algo lame, moja con su lengua no logro percibir que es, y ahí esta lo mete, es un consolador que vibra, cuando el presiona algo por ahí, me excita mucho, me besa nuevamente en la boca, y presiona con la mano el vibrador, estoy tocando el cielo, nunca tuve experiencia parecida.

Lo ajusta muy bien para seguir conduciendo mientras activa el vibrador provocándome placeres extraordinarios y terminamos en una avenida donde él alguna vez diviso y me comento de un Garaje Motel, donde solicita un espacio.

Ya parqueado el coche, se baja y abre la puerta del acompañante me abre las piernas, se acomoda muy bien y empieza a lamer y besar mi clítoris mientras tiene activado el vibrador, sin dejar fuera el otro accesorio que tengo en la cola. Estoy súper mojada, e imagino que Damián también quiero tocarlo, la soga se aflojo y me permite agarrar su pene que ha salido de su ropa interior muy erguido y empapado, lo introduzco a mi boca para chuparlo suavemente y lamerlo como le gusta, esta sabroso, durísimo listo para continuar con las travesuras, me pide que me arrodille en la asiento y abrace el espaldar para dejar mi parte posterior a su alcance, se acomoda detrás mío, y me penetra por la vagina, estoy súper húmeda, entra y sale con facilidad porque el camino lo dejo abierto el sustituto vibrador, no tarda mucho en cambiar en orificio y me penetra esta vez por la cola, una y otra vez dentro mío, ayudado por el vibrador por la vagina, estoy a punto de explotar, que sensación extraordinaria tiene mi cuerpo, estoy transpirando por completo, mientras el se mueve y activa al sustituto.

No es más y mira que se le ocurre, ponérmelo a la cola al travieso vibrador que a cada movimiento me estremece por completo, el placer que hoy me ha proporcionado es incomparable, indescriptible. Solo sintiendo tanto gozo es que terminamos agotados, íntegramente mojados, algo incómodos en el coche pero dichosos.

Cada aventura es una nueva experiencia.

Pilar