Mi jefe, Laura y yo
Descubrir que mi jefe es un morboso de primera, fue muy excitante.
Tratar de contar mi vida con lujos de detalles es un tanto complicado, nos pasaríamos un mas de un año contando todo, pues la verdad es que tengo unos cuantos años encima y muchas experiencias. Primero que todo me llamo Rosa, tengo unos cincuenta y ocho años; y fui bendecida con una hermosa familia: mi esposo Pablo; Rodrigo mi hijo mayor y Carla, la menor.
Después de un tiempo las cosas se vuelven un tanto comunes y corrientes, la monotonía es tan grande que tiendes a pensar que tienes la peor vida del mundo, aunque no sea cierto. Era secretaria de uno de los ejecutivos más importantes. Un hombre muy amable, con un cuerpo divino y una boca para pecar.
Todos los días iba a trabajar, cuando terminaba me iba a casa y ya. A veces tenia sexo con mi esposo, pero no era del todo placentero, quería experimentar cosas diferentes, posiciones raras, cosas que me hagan temblar, pero que va, solo las mujeres que tienen casi treinta años de casadas entenderán que digo.
Un jueves que pensaba que era un tanto común, voy a la oficina, trabajo hasta el medio día, para después de la comida volver a servir a mi jefe en cualquier cosa que se le antoje.
-Señora Rosa, ¿Podría venir acá un momento?
-Si- que maldita pregunta, no era una cuestión, era una jodida afirmación que la pinto como algo lindo. Entro a su despacho- Dígame- Lo veo con el celular en la mano.
-Las facturas están impresa, por favor tráigalas.
Como toda secretaria fui a buscarlas, y a llevárselas. Cuando entre a donde estaba, mi pie izquierdo se dobla y termino por tropezar. No fue mi intención ver el miembro erecto de mi queridísimo jefe. La tenia enorme.
-¿Esta bien?
-Si, mire las facturas- Tenia calor, ver que tenia un pene de tremendo grosor me encendió como una cerilla. Fui a sentarme y tratar de relajar mi cuerpo. Era una situación muy inesperada para mí. Luego de un rato el salió.
-Rosa, voy al piso siete a buscar algo, puede irse después de llenar este formulario- me entrego una hoja.
Después de llenarla fui a llevársela a su escritorio y con sorpresa me encontré con su celular que en ese instante sonó. Era extraño que lo dejara, era un Iphone y no pude soportar la curiosidad.
- Entonces, tu secretaria te vio la verga empalmada y no te dijo nada.
Estaba petrificada, él se dio cuenta de que lo vi. Que tremenda vergüenza.
- Perdone- ¿Qué rayos hago yo respondiendo este mensaje?
- Esteban, eres tú.
-No, el señor Esteban ha dejado su celular- Para que le estoy respondiendo esto.
- Ah, y tu, ¿Quién eres?
-Soy Rosa, su secretaria.
-Oh! Rosa! Un enorme placer, Laura.
-Igual, Señorita Laura.
-Tutéame por favor.
-¿Cómo es eso de que Esteban se dio cuenta de que lo vi?
-Bueno, Rosa, querida, él lo vio simplemente, tal vez fuiste muy obvia.
-Puede ser.
-Rosa, ¿Dónde se encuentra Esteban?
-Salió a buscar unos documentos al piso de arriba- O eso creo yo, estaba nerviosa, que pasaría si el me encontraba.
- Rosa, ¿Cuál es tu edad?
-58
-Ah! Rosa te gusto qué Esteban tuviera el pene empalmado, cuéntame que sentiste después de verlo.
-Bueno, lo tenia enorme, puedo decirte algo.
-¡Claro!
-Lo tenia enorme, y me excite.
-Mmmm, que interesante reacción, aunque sé que el provoca eso en las mujeres, él es tan sexy.
-¡Si! Muy sexy, Laura, ¿él se estaba masturbando contigo?
-jajajajaja Puede ser, jajajaajaja, te excitaste al verlo verdad. Rosa ¿Quieres hacer un juego?
-¿Qué tipo de juego?
-¿Estas en el despacho de Esteban?
-Si, pero antes, ¿Qué son ustedes?
-Mmm, se puede decir que somos amigos con beneficios, pero eso era antes porque ahora mismo no estoy en el país, hace unos añitos me mude.
-Es decir que ustedes disfrutan mucho.
-Jajaja, algo, antes de él irse pues estábamos masturbándonos. Yo le contaba que no tenía ropa puesta. Me hice unas cuantas fotos y se las mande.
-Ya veo…
-Rosa, esta situación te excita, verdad
-Un poco
-Mmm, Rosa, ¿Estas mojada?
-Debo confesar que si
-Eso me agrada... Rosa juguemos un poquito, siéntese en la silla de Esteban - La obedecí y aun no entiendo el por qué - ahora quiero que se toque un poquito imaginando que tiene la rica y enorme polla de Esteban adentro. Créamelo es tan placentero sentir como él se mueve.
Me toque, y de verdad la situación me tenia muy excitada, comencé como mi jefe tiene el pene, gordo, fibroso, debe ser rico tenerlo en la boca, chupándole las bolas, escupiéndoselas. Me imagine que entraba a la oficina, veía que tenía la silla toda mojada y me tomaba por las caderas subiéndome en el escritorio.
Se escucho un ruido por las escaleras, me pare de la silla como más rápido que pestañar. El corazón me latía a mil por hora, me daba morbo que Esteban me encontrara excitada en su silla, o que la viera mojada. Comencé a temblar.
- Laura, casi tengo que irme.
-¡No! Rosa, quédate un poco más. Seguimos con el juego si- término por convencerme, pero esta vez me senté en la mesa.
-Ok, me quedare un poco mas.
-¡Excelente! Rosa quítate las bragas, quiero que sea fácil tocarte la cuquita.
-Nadie me había dicho esa palabra.
-Jajajaja, perdón, diferencia de países.
Me excitaba el hecho de que ella hiciera esto, de que me mandara hacer todo lo que le plazca. Me quite las pantaletas negras de encaje que tenia, para luego ponerlas a mi lado.
-Ya, me las quite.
-Mmm, así me encantan, súper obedientes. Rosa, una de las veces que tuve sexo con Esteban fue tan descabella, tan divertido. Me acuerdo como ahora, estábamos en mi casa y mi familia estaba de visita. Imagínate que yo soy adicta al sexo y cuando tuve oportunidad lo llame para que viniera hacerme suya- Mientras leía yo frotaba delicadamente mi clítoris, moviéndome en la mesa- Cuando llego a la casa me tiro a la cama como si nada, en un abrir y cerrar de ojos no tenia ropa. Estaba segura de que el apartamento estaba solo, el no tuvo que excitarme mucho, con solo el hecho de que mi familia podía llegar en cualquier momento pues me mojaba.
Primero me lo chupo, me hizo una rica mamada, de esas que te hacen temblar hasta las piernas, me follo con la lengua unos pocos minutos y me corrí.
-Laura, sigue contándome, me estoy tocando.
-Mmm, eso me gusta, córrete para mi linda. Después me puso en cuatro, me abrió las nalgas y pasó la lengua por mi ano para mojarlo un poco. Comenzó a masajearlo con los dedos, él sabia que me encantaba, así que metió lentamente si pene en mi vagina mientras tocaba el ano. Cuando encajo completamente, dejo de sobarlo y me embistió duro con su verga enorme.
Casi iba a logar el orgasmo, estaba súper rico imaginarlo haciendo todo eso, solo pensaba que la mujer que él le tocaba el ano era yo. Se presento una advertencia de que se apagaría el celular porque no tenia carga. Yo quería seguir hablando con ella.
- Laura, tenemos que parar.
-¡Que! ¿Por qué?
-Se apagara el celular pronto. Aunque estoy muy excitada, creo que iré al baño a terminar lo que empecé.
-¿tienes mail Rosa?
-No, no uso nada de esto, pero lo anote por si las moscas, me voy adiós. Espero que Esteban deje el celular otra vez.
-Eso yo también espero. Adiós.
Me fui, me temblaban las manos, las rodillas, el cuerpo, estaba excitada y mis flujos vaginales me chorreaban por las piernas, Fui directo al baño y me masturbe como loca hasta llegar al orgasmo.
Cuando salí, no lo vi en la oficina, pero me fui a casa. No dejaba de pensar en lo que paso, en el morbo, en que ella fuera una mujer, en que el fuera mi jefe. Termine por masturbarme otra vez en la ducha. Al otro día estaba segura de que no volvería hablar con ella, pues Esteban no iba, así que me costó esperar hasta el lunes, y no podía negar que pensé en Laura el fin de semana completo. Sentía ganas de hablar con ella.
El principio de semana llego, aun estaba desesperada por hablar con ella. ¿Era normal que me dieran ganas de conversar con una mujer? Yo no soy lesbiana, la verdad me encantan los penes, pero solo saber que me va a poner retos excitantes me encanta.
La tarde entro, no sé que estaba esperando, porque puede que jamás vuelva hablar con ella, la otra vez fue pura casualidad.
-Rosa, alguien quiere hablar con usted- Me paso el celular, con una sonrisa de malicia. Tenia tanta vergüenza que baje la miraba, y me encontré con su pene erecto, esta vez lo tenia mas grande.
-¿A mi? Señor puedo explicárselo.
-Tranquila Rosa, no pasa nada. Laura quiere hablar contigo. No te preocupes por eso- me entrego el móvil- voy al baño, las dejo a solas.
- ¡Laura!
-Hola Rosa, ¿Cómo esta?
-Bien, le dijiste todo a Esteban, verdad.
-¡No! Rosa por favor, confía en mí, eso es entre tú y yo, solo le dije que hablamos, pero eso no es nada, así que no pasara algo.
-Porque a mi no me gustaría perder mi trabajo por un momento de lujuria.
-Cálmate nena. Por cierto ¿A dónde fue Esteban?
-Al baño me dijo.
-Mmm, ya veo. Hagamos algo hoy.
-¿Cómo que? Por favor que no sea una locura.
-Pues sabes que conmigo todo es loco, aunque me lleves conociendo dos días, quiero dejar claro algo, no soy lesbiana, pero si me gusta la situación, el morbo, es para que no pienses que te quiero follar o algo por el estilo. Jajajajajaja
-Yo tampoco lo soy, y es bueno saberlo.
-¿Llego Esteban?
-No, aun.
-No crees que se esta tardando- la verdad si lo hacia, tal vez se estaba tocando en el baño.
- Si.
-Mmm, esto es lo que haremos hoy, vas a ir al baño donde el esta, con el pretexto de que te confundiste y vas a ver que el esta haciendo.
-¡Qué!
-Ándale, Rosita, vamos. De seguro quieres saber que el hace, además de que tenia la polla dura antes, me imagino que te diste cuenta.
-¿Cómo lo sabes?
-Bueno, él estaba hablando conmigo antes de irse y nosotros nos estábamos tocando, pero quiero saber que hace en el baño.
Esta chica me pone hacer cosas increíbles y tenia tremendas ganas de ver que hacia, con solo de pensarlo me estaba mojando.
- Es verdad, quiero ver que hace. Voy al baño, cuando termine te aviso.
Sin contar que era tarde, y ya todos se habían ido a casa, yo de muy mala suerte me quedo con Esteban hasta que él quiera, aunque ya no es mala suerte. Deje el celular en la mesa, comencé a temblar. No podía negar que era medio pendeja y si fuera una película de terror terminaría muerta.
Fui al baño, abrí la puerta muy despacio y espiar. Para mi sorpresa se estaba masturbando, puedo asegurar que estaba súper bueno por los gemidos que soltaba. Seguía machacándosela, comencé a mojarme, eso me gustaba. Abrí la puerta, quería ver más. Él se dio cuenta.
-Discúlpeme señor Esteban, es que me confundí de baño, no se en que estoy pensando.
-Tranquila Rosa, no pasa nada, jajajajaja, de verdad no pasa nada.
Me fui del baño, estaba excitada y paraba de temblar.
- Lo hice
-¿y que viste?
-Se estaba masturbando, eso me ha dejado cachonda, ver esa verga grande en su mano, él estaba cogiendo mucho gusto.
-Y tu, ¿estas excitada?
-Mucho, demasiado.
-Mmm, sabes que haremos hoy, siéntate en la mesa de el- otra vez una locura, pero me encantaba y fui como si nada- tienes falda verdad.
-Si.
-Quítate las braguitas, sube un poco la falda y mastúrbate en esa oficina- Como ella lo dijo, yo lo hice. Era su esclava y aparentemente le encantaba. Abrí las piernas de par en par, y me masturbe, con solo pensar que él me iba a encontrar pues me mojaba más.
-Que pasa si el me encuentra
-Le pides disculpas y ya. Esteban es muy buena gente, en serio, él no te dirá nada.
-Podrías seguir contándome lo que paso la vez que lo hicieron.
-Mmm, te gusto. Pues después de que me tenía en cuatro y me estaba embistiendo como un toro, entro mi hermana a la habitación, nos asustamos un poco, pero él dijo que entrara. Ella es un año menor que yo, el seguía metiéndomela duro y yo gritando como loca. Parece que le gusto verme sumisa, que comenzó a tocarse los pezones, se saco el sostén y dejo al aire sus pequeñas tetas, eso a mi me ponía mas cachonda. Se metió la mano por el pantalón y se masturbo. Aunque no podía ver todo lo que ella hacia pero Esteban me conto cosas, como que se estaba mordiendo la boca.
Laura tenia un morbo de lujo, en la cama debe ser una perra, seguía tocándome como loca, hasta que me corrí, fue algo bestial. Le dije que llegue al orgasmo y estaba feliz. Me limpie con mis bragas y entro Esteban. La primera reacción fue bajarme de la mesa.
-Tranquila Rosa, no pasa nada- me relajo, pero aun así tenia mucha vergüenza.
Me fui directivo a mi oficina y le conté a Laura, ella solo se rio y me tranquilo, diciendo que no me preocupara por el, que era excelente y no le iba a importar.
-Rosa, me voy.
-Ah, que pase buenas noche y discúlpeme- le entregue el celular y no estaba segura si borre la conversación.
-No te preocupes, ya te dije. Hasta mañana.
De camino a casa, me encontré pensando en que rayos estaba haciendo. No podía creer que el jefe me viera sentada en su mesa y limpiándome. Estaba avergonzada. Pero algo comenzó a crecer, era un morbo diferente a todos los que se han presentado en mi vida. Esto de hacer lo que Laura me diga, pues me excitaba y quería más. No me importaba nada, ya solo quería que fuera mañana y volver hablar con ella.
La noche no transcurrió rápido, pero sí la mañana del día siguiente. Al parecer a ella le gustaba conectarse en la tarde noche, posiblemente sabia que a esa hora no había nadie en la oficina.
-Rosa, Laura la esta buscando- fui al escritorio de Esteban a buscar su celular.
-Gracias- salí y me senté en el mio.
- Laura, como le va.
-Muy bien Rosa y a usted
-Pues bien, Esteban le conto algo sobre ayer.
-La verdad no Rosa, yo te dije que te relajaras, así que no te preocupes por eso. Estabas trabajando y yo te quite jajajajaja.
-Si, pero no importa, ya terminaba. Me encanta como ustedes se tratan, pueden estar juntos y todo eso.
-Recuérdate que ya no estamos juntos, aunque nos masturbemos o hablemos siempre. Pero aparte de eso, él es muy importante en mi vida.
-Entiendo.
-Rosa, le podrías preguntar a Esteban a que hora él se va- Decidí hacerlo, me pare del asiento y fui a la puerta de su despacho.
- Señor, que dice Laura a que hora se va.
-Dile que me quedan unos cuarenta y cinco minutos.
- Dice el que unos 45 minutos.
-Ahh, pues tenemos tiempo de hacer alguna que otra locura.
-jajajajaja
-Podrías decirle por mi, que tengo ganas de hacerlo con el- Me quede sorprendida, que tremenda vergüenza.
- De verdad quieres que le diga eso.
-Si, eso quiero que hagas.
-Ok- entre a su oficina, no quería vociferar eso- Dice Laura, que ella tiene ganas de hacerlo con usted.
Estaba roja como un tomate, de seguro él lo noto, porque soltó una carcajada.
-Dile, que seria excitante que ella viniera, que la cogería por la cintura, la subiera a la mesa y se lo metiera de un solo – El tenia el mismo morbo que ella, tal vez peor, pero era tan excitante verlo diciendo y haciendo otra cosa que no fuera trabajo.
-ok- teclee- Dice el, que quiere que vengas, que él te tomaría por la cintura, te pusiera en la mesa y te lo metería de un solo.
-Mmmm, que excitante. Pregúntale si esta excitado.
Entre definitivamente al despacho, tome una de las sillas y me senté al frente de él.
-Dice Laura que si usted esta excitado.
-Mmm, dile que siempre que hablo con ella siempre lo estoy.
- Dice el que lo esta, que siempre que habla contigo siempre se excita.
-Mmm, ya lo sabia Rosita, pero quería que tu lo supieras.
-Jajajajaja- Que desgraciada esta chica.
- Rosa, si tuvieras la oportunidad de hacerle una pregunta a Esteban, ¿Cuál serias?
-Mmm, no se.
-Anda piensa, imagina que solo tienes esta oportunidad.
-Creo que le preguntaría si le gustan las de mi edad.
-Oh, muy buena pregunta. Hazla.
-No puedo, me da vergüenza.
-Olvídate de eso, dile: a usted le gustan las maduras.
-Ok, allá voy.
-Señor, a usted le gustan las maduras.
-Jajaja, me encantan. Creo que Laura te volverá loca.
-Usted sabe mejor que yo como es, Laura envuelve.
-Jajajaja cierto.
- Dice que le encantan.
-Mmm, esa es tu respuesta linda, sabes Rosa, ya se esta terminando el tiempo ya casi me voy. Podrías hacerme un favor.
-Si claro.
-Tengo mucho que no beso a Esteban, hazlo por mí.
-¡No! Estás loca, me moriría.
-Por fa! Te lo pido- aunque si deseaba hacer- mira le entregaras el celular y le dirás que yo le mande un regalo, lo agarras por la cara y lo besas.
-No, me muero, que vergüenza y si no le gusta.
-Ay Rosa, no pienses en eso, por favor hazlo por mi, si, por fa.
-Esta bien, pero te lo excitare por mala, le diré que quieres su polla en tu boca.
-Jajajajaja, si, hazlo.
No se en que carajo me estaba metiendo, me despedí de ella, no borre la conversación, me daba igual. Le entregue el móvil.
-Gracias- me pare del asiento e hice que me iba, pero me devolví como si algo se me olvidaba- Por cierto, Laura le mando algo.
Lo tome por la cara, para que no se me zafara, iba aprovechar este momento único, lo bese, le metí la lengua lo mas que pude y la moví, fue un beso excitante, rico, me lleno y me hizo mojar. Él estaba petrificado, pero me correspondió el beso en cierto sentido. Me acerque a su oído.
-Dice Laura que quiere tu polla en su boca – Estaba rojo, avergonzado, mire a su miembro y estaba muy erecto, lo toque un poco. Era hora de irme, o sino terminaría teniendo sexo con el y no podía.
Termine en el baño masturbándome y con un orgasmo de película, gracias a Laura.