Mi jefa y yo
La jornada de trabajo se alarga más de la cuenta por culpa de la presentación de los impuestos, Mónica ofrece a Leyre continuarlos desde su casa por comodidad
Mi jefa y yo
Desde hace más de diez años trabajo con Mónica. Mónica es una gestora muy reconocida y yo realizo las tareas administrativas y le llevó la agenda.
Mónica tiene 37 años y ha dedicado toda su vida al trabajo, en mi caso a mis 45 años he preferido disfrutar más de la vida y no vivir para trabajar.
Leyre, mañana tenemos que presentar los impuestos y no nos va a dar tiempo.
Lo se Moni, me parece que hoy nos vamos a ir tarde de la Oficina, menos mal que a ninguna de las dos nos espera nadie en casa, le dije intentando consolarme ya que sabía que acabaríamos de preparar toda la documentación muy, muy tarde.
Cuando miré el reloj y vi que ya eran las diez de la noche le dije a Moni,
-Moni, tengo que irme si no lo hago no le dará tiempo a coger el último tren y no podré ir a casa, si te parece continuo preparando los papeles desde allí.
Leyre, avanzamos más rápido estando las dos aquí, si quieres cuando acabemos yo te acerco hasta tu casa en coche, ¿te parece?
Pero Moni, sabes que vivo lejos y no te vas a pegar la paliza de llevarme y luego tu volver hasta tu casa.
No te preocupes por eso Leyre, a malas llamamos un taxi y yo te lo pago pero no me importará acercarte.
Una vez resuelto el problema de la vuelta a casa, continuamos trabajando codo con codo.
Me está entrando hambre Moni, podíamos pedir unas pizzas es casi medianoche.
Yo también tengo hambre Leyre, voy a llamar a pedirlas.
Moni intento varias veces contactar con la pizzería pero fue misión imposible.
Nada, Leyre, no cogen el teléfono. Si te parece bien podemos ir a mi casa y cenamos allí y continuamos trabajando allí
No, Moni, no quiere molestarte, déjalo puedo aguantar sin comer unas horas más.
No es molestia Leyre, al contrario, todo esto lo estas haciendo por mi. Coge los papeles y vamos al parking y continuaremos desde mi casa una vez hayamos cenado.
Conocía a Moni desde hace muchos años y sabía que no tenía opción a discutir cuando ella decía que íbamos a hacer una cosa de una manera por lo que cogí los papeles que necesitábamos para continuar con los trabajos, los guardé en una bolsa y le dije.
- Cuando quieras Moni podemos irnos.
Salimos de la Oficina, Moni puso la alarma y cogimos el ascensor hasta la planta -2 donde tenía aparcado el coche Moni.
Nos dirigimos a su casa, Moni vivía a 10 minutos en coche de la Oficina por lo que a esas horas sin tráfico llegaríamos enseguida. Yo había estado en su casa en un par de ocasiones tomando café.
Llegamos y Moni abrió llame puerta.
Pasa y sientate, si no te importa me voy a cambiar para estar más a gusto que estoy cansada de llevar los tacones durante todo el día.
Estas en tu casa Moni, por supuesto.
Espere sentada a que Moni saliera y cuando volvió al salón pude observar como Moni se había puesto una bata de satén muy cortita, justo le llegaba a tapar el culo y el cinturón no lo había atado fuertemente por lo que la parte de arriba le quedaba algo abierta pudiéndose ver el sujetador.
Leyre, dame un segundo y te saco algo para que tu también estés cómoda.
No te preocupes Moni, estoy bien así
Había ido a la Oficina con un vestido muy cómodo que me llegaba hasta la rodilla y unos zapatos con un tacon bajo afortunadamente.
- Eres mi invitada y harás lo que yo te diga, aseveró Moni.
Se fue nuevamente y al rato gritó
- Leyre, pasa a mi habitación, por favor
Yo me levanté y me dirigí a la habitación.
Toma ponte este vestido camiseta, con el estaras más cómoda y estas bailarinas, están sin estrenar me las dieron en la boda que tuve el fin de semana pasado y como no bailé no las utilicé.
Ves cambiandote y mientras preparo algo rápido para cenar.
Cuando salió Moni, me quité los zapatos y el vestido y me puse la camiseta vestido era una talla S ya que Moni tenía un cuerpo excelente y yo normalmente uso una talla M por lo que el vestido me quedaba muy muy ajustado marcando el sujetador y muy corto.
No me queda bien, se marca demasiado el sujetador pensé. Pero no quise decírselo a Moni por lo que me quité el vestido, me desabroché el sujetador y dejando mis pechos al aire volvi a ponerme el vestido. A pesar de mis años mis pechos aún se encontraban bastante firmes y estaba habituada a ir algunas veces sin sujetador por lo que opté por quedarme así
Me miré al espejo y aunque se marcaban los pezones debido a lo ajustado que me quedaba el vestido no le di mayor importancia. Me puse las bailarinas y fui hacia la cocina donde Moni había sacado algo de comida para picotear.
¿Que tal te queda Leyre?
Pregunto Moni y pude ver cómo me miraba a los pechos en vez de a la cara cuando se dirigía a mi.
Bien, me está un poco justo el vestido pero es que tu tienes un tipito Moni que usas siempre una talla S y yo ya estoy un poco más rellenita.
No digas tonterias Leyre, te queda fenomenal, dijo Moni mientras seguía fijándose en como mis pezones se marcaban en el vestido.
Yo notaba como además a medida que ella me miraba mis pezones se iban poniendo más duros y cada vez se marcaban más y más en el vestido. Y yo cada vez me encontraba más nerviosa y mi vista se dirigía hacia su generoso escote que con cada movimiento que Moni realizaba provocaba que me mostrara casi por completo el sujetador que vestía de color verdoso y con unos encajes realmente bonitos. Me empezaban a subir los calores por lo que opté por comer algo rápido y decirle a Moni
Continuemos con el trabajo tengo ganas de acabar y poder irme a casa.
Si, yo también tengo ganas de acabar pronto Leyre, vamos al salón y acabemos cuanto antes.
Nos pusimos ambas a revisar la documentacion en el sofá.
Moni cruzó las piernas y pude ver la vara le caía a ambos lados dejando sus piernas prácticamente desnudas hasta casi poder ver su ropa interior, yo crucé también las mías tratando de estirar lo máximo posible el vestido pero notaba como Moni en vez de prestar atención a los papeles que yo le mostraba estaba más preocupada de mirarme una y otra vez mis piernas.
- ¿Que quieres beber Leyre? Son casi las dos de la mañana y ya que tenemos que seguir trabajando al menos demosnos un capricho.
Moni sabía que yo detestaba el alcohol y a pesar de ello sacó dos vasos, una botella de whisky y echo dos hielos en cada vaso.
- Una noche es una noche Leyre, toma, bebe
Le di un sorbo y aquello estaba realmente fuerte, pero sabía que no podía decirle a Moni que no por lo que en varios sorbos e intentando que no se diera cuenta de lo poco que me gustaba me lo bebí.
- Te echaré un poco más Leyre, si entra solo...
Y Moni aprovechó para ponerse otro buen chorro en su vaso.
Yo comencé a notarme algo mareada, sabía que al no estar acostumbrada el alcohol rápidamente se me subiría y a partir de ese momento me costaba mantener la conversación con Moni.
Moni se bebió de un trago lo que le quedaba en el vaso y yo en ese momento le encontraba ya bastante mareada y con dificultades para mantener el habla.
- ¿Parece que hace calor Leyre? Me preguntó Moni.
Yo no logré articular palabra y en esos momentos ya solo balbuceaba sonidos sin sentido.
- Si no te importa Leyre me voy a quitar la bata, me están subiendo los calores que no veas.
Y Moni se quitó la bata y la tiró encima del sofa quedándose en ropa interior.
Llevaba un conjunto verde de encaje de lencería fina espectacular pero yo en esos momentos no era capaz de distinguirlo de un conjunto de bragas altas y sujetador lo menos sexy posible que pudieras comprar en el mercadillo de cualquier ciudad.
- ¿Tu no tienes calor Leyre?
Y sin ser yo capaz de responder debido a mi estado, Moni me cogió las manos y me levantó.
- Se te ha subido un poco el whisky Leyre, no te preocupes yo te ayudaré.
Moni cogió el vestido por la parte de abajo y lo tiró de él para arriba yo subí los brazos y Moni lo sacó por encima de mi cabeza.
- Que pechos más hermosos tienes Leyre, me dijo Moni mientras empezaba a acariciarmelos haciendo círculos y finalizando en los pezones que yo para entonces ya tenía muy duros.
Me tumbó en el sofá y continuó acariciando mis pechos para a continuación lamerlos con su lengua, yo a pesar del mareo pude notar como empezaba a sentir cierta humedad en mi coño y entre el mareo y que Moni se encontraba encima de mi impidiendo que me pudiera levantar me dejaba hacer.
Comenzó a lamer con su lengua mi estómago y cuando llegó a la cinturilla de mis bragas subió y me comenzó a besar en la boca cogiendome del cuello con ambas manos. Yo la agarre por la espalda mientras nos besabamos y Moni cogió su mano derecha ayudándome a encontrar el corchete de su sujetador y se lo desabroché. Inmediatamente Moni se incorporó un poco y se quitó el sujetador mostrándome sus pechos, no muy grandes pero muy bien definidos y con unos pezones muy bien marcados.
Moni continuó con sus juegos con la lengua y buscaba mi cuello y la zona baja de las orejas para lamerme. Cuando vio que yo me encontraba cada vez más excitada metió sus dos manos por debajo de mis bragas y yo apoyando mis pies en el final del sofá levante el culo del mismo para que pudiera deslizarlas a lo largo de mis piernas, así lo hizo hasta que las sacó y las tiró al suelo. Moni se levantó y como si de un espectáculo de striptease se tratase comenzó a simular que se bajaba sus bragas mientras yo asistía desnuda y tumbada desde el sofá al mismo. Finalmente tras varios amagos dejó caer las bragas a sus tobillos en ese momento yo ya me encontraba acariciandome mi clitoris, Moni estiró su mano y metió uno a uno sus dedos en mi vagina, volviendo a colocarse encima de mi otra vez, dejé que con la otra mano fuera ella quien acariciara mi clitoris y comencé a acariciar sus pechos para a continuación yo también introducirla mis dedos en su vagina y pasar mi otra mano sobre su clítoris. No hubo que esperar mucho y ambas tuvimos un orgasmo casi a la vez, tras lo que Moni se echo completamente encima de mi en el sofá.
Los efectos del alcohol comenzaban a irse de mi cuerpo y ello me permitia disfrutar de la situación.
Gracias Leyre por este momento.
Gracias a ti Moni, nunca se me había pasado por la cabeza estar con otra mujer.
¿En serio Leyre que nunca habías Estado con ninguna mujer? No lo habría imaginado.
Moni se levantó y salió del salón, yo continuaba desnuda tumbada sobre el sofá cuando Moni entró de nuevo con un consolador abrochado con una correa a su cintura.
Date la vuelta Leyre, pon el culo en pompa.
No, por atrás no Moni.
Veras como te gusta Leyre, vamos a intentarlo.
Y mientras decía esto llenaba el consolador con saliva.
Es demasiado grande Moni.
En cuanto entre la primera vez veras como luego me pides más. Y me dio un cachete en la pierna para que me diera la vuelta.
Me gire y me puse a cuatro patas.
- Agacha un poco más la cabeza Leyre y relájate para que entre con mayor facilidad.
Atemorizada hice lo que me decia Moni y no pude sino pegar un grito descomunal cuando comenzó a introducir el miembro por mi pequeño agujero.
Acariciando mis glúteos, Moni intentaba que me tranquilizara diciendo
- Tranquila ya ha entrado, deja que poco a poco vaya encontrando acomodo.
Mientras lo empujaba suavemente para dentro y para fuera aunque subiendo la intensidad con el paso de los minutos.
De repente y de manera brusca lo empujó y tras mi grito dijo
Ya está, ¿ves como entraba enterado?
Sigue por favor, solo fui capaz de decirla.
Acabé exhausta, me volví a tumbar en el sofá y le dije... Ahora dejame el juguetito a mi Moni, tu también tienes derecho a probarlo en tu lindo culito.
Se quitó el consolador y me lo dió, mientras yo me lo colocaba Moni se puso a cuatro patas.
- Empuja con fuerza, me dijo.
Yo empuje y pude comprobar la facilidad con la que entró debido a lo dilatado que tenía el culo, no había duda que ella tenía mucha experiencia previa.
Empujé con todas mis fuerzas hacia dentro y hacia fuera hasta que Moni me pidió parar. Estábamos las dos exhaustas.
No nos va a dar tiempo a acabar los papeles, jefa, le dije.
¿y tu crees que a mí me importa eso en estos momentos? Me dijo mientras miraba mi cuerpo desnudo.