Mi jefa Carla. 1)
Este relato pretende ser la primera parte de una serie. En ella se cuentan las historias sexuales de el protagonista, Raúl, con su jefa, Carla, una muejer transexual.Dirigido a hombres que tengan fantasías con transexuales. No pretende ofender a ninguna mujer transexual.
Otro día más en la oficina… Eso pensaba cuando me levanté esta mañana. Acababa de empezar en este trabajo, mi primer trabajo de verdad desde que terminé la universidad. Además el trabajo estaba bien, sobre todo por el buen rollo que había en el grupo de trabajo, incluso con los jefes. Yo era el más joven del grupo, tenía 23 años. Era un placer trabajar con mi jefa. Se llamaba Carla, tenía 28 años, era alta, blanquita de piel, tenía una melena castaña ondulada y un cuerpo espectacular. Sus muslos era lo que más me volvía loco. Desde que llegué nos pasábamos todo el día tonteando y picándonos el uno al otro. Me encantaba la cara de niña mala que ponía cuando se metía conmigo.
Nunca había quedado con ella fuera del trabajo, a pesar del buen rollo que había entre nosotros. Al fin y al cabo era mi jefa y no quería que pudiese repercutir de alguna forma en mi trabajo. Sin embargo, este día surgió una oportunidad. Acabábamos de terminar con éxito un trabajo y quiso invitar a una pequeña fiesta al grupo de trabajo a su casa para celebrarlo. En el grupo de trabajo estábamos 3 mujeres, 5 hombres y Carla, la jefa. Todos ellos llevaban ya varios años trabajando allí, y estaban acostumbrados a celebrar las victorias empresariales en casa de Carla. Para mí era la primera oportunidad que tenía de estar con ella fuera del trabajo. Además estaría en su casa, con lo que no tendría que forzar la situación de invitarla a mi casa si pasaba algo. La fiesta sería esa misma noche y ya estaba impaciente.
Cuando llegué a la dirección que me habían dado no me lo podía creer. La hija de puta tenía un chalet increíble. Toqué al telefonillo y abrió. Iba vestida solamente con un bikini y un pareo, y por lo que podía ver la casa tenía piscina y jacuzzi y a saber qué más.
-¿cómo te lo montas no?
-¡Jajajaja! Por algo soy la jefa. Por cierto, ¿no has traído nada para bañarte?, luego querrás probar el jacuzzi.
- Pues no me he traído nada, pero mejor así para cuando estemos los dos solos en el jacuzzi no?
-Jajajajaj, no te flipes tanto eh Raúl.
La fiesta estuvo bien, aunque fue breve. Estuvimos bebiendo todos en el jacuzzi (yo al final en calzoncillos, ya que no tenía bañador) y comenzaron a irse los primeros invitados a las 2. A las 3 de la mañana los pocos que quedaban se marcharon a pesar de las insistencias de Carla. Ella me insistió para que me quedase un rato más, y como lo estaba deseando, así lo hice. Nos rellenamos la copa y nos volvimos al jacuzzi.
-¡Vaya unos mierdas!- Refunfuñó Carla
- Sí, pero al final nos hemos quedado los dos solos en el jacuzzi como yo dije.
-Bueno… todavía no estás como dijiste…
-¿Todavía? Jajajaja, ¿eso significa entonces que lo estaré?
-Eso depende de cómo te portes
Mientras decía aquello puso esa mirada que tanto me gustaba de niña mala. Mi imaginación volaba y estaba empezando a empalmarme, aunque no se notaba porque las burbujas del agua impedían verlo. Entonces, ella alargó su mano y me agarró la polla por encima de los calzoncillos.
-Madre mía ¿ya estás así?, si todavía no te he hecho nada
Comenzó a masajearla por encima de los calzoncillos. La agarraba y la apretaba fuerte mientras me miraba con cara lasciva. Puse mi mano en su muslo y ella la apartó de golpe.
-¿A dónde crees que vas novato? Aquí la jefa soy yo.
Aquello me puso más cachondo todavía y pensé que la noche prometía. Me bajó los calzoncillos hasta los tobillos con el pie y se metió bajo el agua. Comenzó a pasar sus labios por el tronco de mi polla subiendo hasta el glande sin metérsela en la boca. Salió del agua para respirar, me dio un morreo y volvió a sumergirse. Me hizo una mamada increíble bajo el agua. No podía ver bien lo que hacía allí abajo y solo notaba su lengua deslizarse por mi polla. Estuvo así 15 minutos y yo ya no aguantaba más. Le dije que me iba a correr y entonces me agarró de los huevos con fuerza, y me dijo
-Aquí nadie se corre hasta que yo lo diga.
Ese agarrón consiguió cortarme la eyaculación y sin embargo estaba más cachondo todavía.
-¿Te gustaría follarme, verdad?
Entonces se colocó bocabajo en el borde del jacuzzi, con el cuerpo fuera. Sus muslos quedaban dentro del agua.
-De momento sólo vas a probar este agujerito
Se apartó con la mano el bañador dejando al descubierto su ano, quedando el resto bajo el agua del jacuzzi. Estaba deseando fallármela por el coño, pero me estaba gustando aquello de que ella mandase y coloqué mi polla en la entrada de su ano.
-Métela despacio.
Comencé a empujar viendo como mi polla desaparecía en aquel culo perfecto. Cuando estuvo toda dentro ella empezó a mover el culo haciendo círculos. Tras un rato así, su ano estaba plenamente dilatado y listo para la acción.
-Quiero que me folles fuerte.
La agarré de la cintura y empecé a embestirla. Mi pelvis chocaba contra sus glúteos una y otra vez mientras ella gritaba y se retorcía. A los 10 minutos no podía mantener el ritmo porque me iba a correr y no quería hacerlo antes de que ella me lo dijese, lo que ella intuyó.
-Ay novatillo. Anda córrete ya aquí dentro y ya se me ocurrirá algo después..
Entonces recuperé el ritmo y me corrí dentro de ese precioso culo. Cuando la saqué, ella apretó su esfínter y vi como salía de su ano mi semen. Se pasó su mano por su culo lleno de semen, se incorporó y me miró con una cara que no me gustó nada.
-¿Qué pretendes hacer con eso?- Pregunté confuso.
Entonces intentó ponerme la mano llena de semen en la boca pero la esquivé. Succionó el semen de su mano y agarrándome la cabeza me besó. En ese momento me quedé quieto. No sabía cómo reaccionar. Notaba en mi boca el baile de su lengua pegajosa, y ese sabor… Estaba confundido, era asqueroso, pero a la vez excitante. La cabrona me estaba devolviendo mi propio semen con un beso. Mi pene volvió a ponerse erecto.
-¡Vaya! A mi novatillo le gusta la leche. Pues esta noche tendrás toda la que quieras...- Dijo al separarse y comprobar mi nueva erección.
Yo seguía de pie pasmado, intentando interpretar que acababa de pasar y que quería decir con aquello.
-Bueno, es hora de que me devuelvas el favor, no?
Se sentó de nuevo en el jacuzzi y se quitó la parte de abajo del bikini. Por fin iba a poder tocar su coñito. No podía ver nada por las burbujas del agua y deseaba empezar a bucear. Puso sus manos en mi cabeza y me hundió en su entrepierna.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Aquello no era como yo esperaba. Mi cara dio a parar con algo duro. Mi cara estaba contra una polla. Intenté sacar la cabeza del agua, pero ella no me dejaba y me hundía con sus manos contra aquello. Al final conseguí sacar la cabeza.
-Pero, ¿Qué coño haces?
-¿Te ha gustado?
-Qué dices, estás fatal. Yo me largo.
-¡Venga ya! Llevas poniéndome cachonda todo el año y ahora te vas a ir por una tontería. Es más, estoy segura de que gustará, ya vimos como te pusiste al saborear el semen.
Salió del agua y se puso de pie. Entonces pude verla. Carla tenía un cuerpazo de mujer, con un culo y unos muslos grandes. No tenía ningún rasgo masculino salvo su polla que mediría unos 18 cm y estaba en erección, apuntando hacia arriba unos 30 grados. Debajo de ella tenía 2 huevos rapados y no demasiado colgantes.
-¡MÍRAME! Dime a la cara que no te gusto. Dime con esa polla empalmada que no lo estás deseando.
Y era cierto. Aquella situación no había bajado mi erección. Mi pene seguía duro. Volví a sentirme confuso. Se supone que a mí me gustaban las mujeres y sin embargo mi polla seguía erecta. No podía dejar de mirar su miembro y su cuerpo. A pesar de tener polla, seguía estando buenísima. Pero ¿que estaba pensando?, ¿es que acaso estaba planteándome quedarme?
Me acerqué a ella y mirándole a la cara le dije
-Mira Carla, lo siento, pero es que a mí esto no me va.
Entonces me tiró al agua y ella se tiró encima, y comenzó a besarme.
Allí estaba yo, con los calzoncillos por los tobillos con Carla encima de mí besándome. Su polla tocaba la mía y sujetaba mis brazos contra el borde del jacuzzi. En el fondo aquello me estaba gustando y no separé mis labios de los suyos. Cuando el beso terminó, supe que ya no podía decir nada que fuese convincente y decidí dejarme llevar. Ella sonrió
-Ves, como te gusta novatillo. Bueno, ¿me vas a devolver ya el favor?
Se sentó en el borde del jacuzzi con las piernas abiertas. Movía su pene sin tocarlo arriba y abajo mientras me decía que me acercara con la mano. Me coloqué de rodillas en frente suya y me paré. Todavía no estaba seguro de lo que iba a hacer. Iba a comerme la polla de una transexual. Mientras pensaba en esto el movimiento de su polla tan cerca de mi cara me estaba poniendo a mil y decidí no pensar.
Agarré sus huevos con una mano y baje así su polla hasta mi cara. Primero solamente me paseaba su polla por la cara mientras la miraba desde abajo a los ojos igual que hacía ella. Saqué la lengua y subí lamiendo despacio desde el tronco hasta el glande, donde me detuve, lamiéndolo en círculos. Notaba como su polla bombeaba sangre y se endurecía con cada movimiento que hacía. Abrí la boca y me metí solo el glande. Sujetaba el capullo con mis labios mientras dentro de mi boca mi lengua jugueteaba con su agujerito, de donde salió una gotita viscosa y salada. Continué aquel movimiento esperando obtener más de ese sabroso líquido, pero no obtuve más. Me la saqué de la boca y vi como un hilito transparente unía su polla con mis labios. Lo recogí con la lengua al tiempo que ella se mordía el labio y suspiraba. Agarré su polla con las manos y comencé a masturbarla suavemente apretando más en el movimiento de subir. El líquido pre seminal me había encantando y quería ver esa polla chorreando antes de chupársela de verdad. Me imaginaba con la boca viscosa llena de ese sabor. La masturbación que le estaba haciendo comenzó a dar resultados y de la punta su capullo empezaron a aparecer gotas transparente que iban deslizándose hacia el tronco para dejar espacio a más. En un momento el fluido alcanzó mi mano con la que la estaba masturbando y poco después ya colgaba de esta. En ese momento coloqué mis labios en forma de beso en su capullo empapado y los separé para ver como quedaban todos esos hilitos uniéndonos. Tras ello me la metí entera en la boca y comencé a chuparla ya a saborearla como si fuese un helado. No era un simple adentro y afuera, si no que la chupeteaba y la saboreaba con la lengua.
Entonces, ella cogió mi cabeza con sus manos haciendo que me la tragase entera. Pensaba que no cabría y me dieron un poco de arcadas. Apartó mi cabeza sacando su polla de mi boca.
-Recuerda que soy tu jefa. Voy a usar tu boca como me plazca y no quiero que rechistes- Decía mientras me daba pollazos en la cara.
Volvió a cogerme la cabeza y empezó a moverme contra a ella a una velocidad frenética. Yo notaba su polla empapada entrar y salir de mi boca, el líquido pre seminal empezaba a colgarme del labio. Ella gemía y se movía contra mí. Al poco tiempo prácticamente se estaba follando mi boca. Mientras tanto yo me masturbaba, y estaba tan excitado que no puede evitar correrme bajo el agua. Ella seguía castigando mi boca cuando de repente se corrió dentro de mi boca sin avisarme. Empecé a toser y ella sacó la polla de mi boca y lanzó los últimos disparos contra mi cara. El semen me chorreaba de la boca. Colgaba de mi barbilla y me caía al pecho. Tenía un sabor amargo pero delicioso. Su polla estaba también chorreando de semen y seguían apareciendo pequeñas gotitas blancas de su punta.
-Ya te dije que tendrías toda la leche que quisieras. Acaba lo que has empezado y déjala bien limpia.
Lamí su polla mientras esta se iba deshinchando hasta que la dejé limpia. Se sentó en el jacuzzi a mi lado y dijo
-Bueno yo creo que ya ha sido suficiente para ti, hoy.
(continuará)