Mi jefa

Una mujer muy excitante que me encontro, yo misma dentro d emi cuerpo de hombre.

En una tarde tenía que ir con mi chica a su casa como todos los sábados, pero tuve que inventar una enfermedad y que estaría en otro lado para así poder evitar su sorpresiva visita, así pues decidí ir a las 6 de la tarde a la casa de mi jefa, era algo alejado, cerca de una avenida grande, era un vecindario tranquilo y de buen ver, llegué a la dirección y toque el timbre, de pronto salió ella, una mujer joven, algo bonita, y muy amable, entonces yo pregunté por Doris mi jefa, ella me respondió, un momento por favor, en eso, abrió la puerta y entré, de repente salio una mujer madura, muy guapa para su edad y se presentó como Doris y me dijo tu debes ser… , a lo que respondí, si yo soy, entonces me dijo ven que tenemos mucho que hacer; debo aclarar que iba vestida con una brassiere blanco que se alcanzaba a ver a través de su blusa blanca un tanto escotada y una pantalón igual que me gusto mucho.

AL entrar en su casa ella me dijo que tenia que ayudarle a limpiar el techo de su cocina, entonces ella me indica donde estaba su cocina, me dio las instrucciones de cómo debía limpiarlo, había una tina, una escalera, guantes, cepillos y ella mirándome con su grandioso escote que se alcanzaba a ver desde arriba de la escalera, yo se que ella noto que la estaba mirando, ya que ella me dijo, - pon más atención, porque te puedes caer – yo me ruborice un poco y seguí trabajando, entonces ella se va a sentar, mientras cruza su pierna y alza su mirada y me dice con un tanto de dulzura y sensualidad – te gusta – yo me quedo perplejo y a la vez un escalofrío recorrió mi cuerpo; fue entonces que caí aparatosamente sobre la tina llena de agua salpicando toda la cocina. Ella se levanto de golpe y fue a ver si estaba bien al levantarme ella toco todo mi cuerpo diciéndome – oye estas bien, no te paso nada - yo más asustado que adolorido le digo – si, estoy bien – fue cundo escucho un comentario de su parte – como no, parece que levante a una modelo de pasarela estas muy "bien" para ser un niño – me quede extrañado por su comentario, ella me ayudo a levantarme mientras me decía lo bonito que le parecia, yo me sentí un tanto ofendido, pero a la vez me gusto y sentí un tanto de intriga por esas palabras.

Yo estaba todo mojado, entonces ella me dice – quitate toda la ropa, puedes enfermarte, además el agua tenia cloro y te puede quemar – me le quede viendo y me quite toda la ropa y la avente cerca de ella; me quede solo en calzoncitos, que por cierto eran de esos muy pegaditos; fue cuando ella me dice – mira que bonita estas, no sabia que eras lampiñito – me sentí atacado y humillado, pero sabia que no era una mentira yo tenia el cuerpo de una niña de mi edad, sin llegar a la voluptuosidad, pero con unas curvas bien definidas y muy sensuales, además de que tenia el cabello un poco largo y quebradito .

Me quede casi desnudo por unos momentos, hasta que ella me dice – mejor pasa al baño para que te quites el cloro y no te enfermes – solo espere que me indicara donde estaba el baño para ir allá y bañarme.

Cundo entre y empecé a bañarme y ahora si me quede desnudo me mire al espejo y vi el cuerpo de una mujer con mi parte extra, me excite mucho, hasta que escucho la voz de Doris – Oye no tengo ropa de hombre, solo tengo mis ropas, no te importa si te presto mi ropa, además es muy sexy y calientita y sobre todo muy cómoda, no tienes inconveniente verdad ? – no supe que decir, solo me quede más excitado y no dije nada.

Al terminar de bañarme le pedí una toalla y entonces ella me pregunta que color te gusta entre el amarillo y el blanco, yo le respondo, - el blanco - entonces abre y me deja una toalla y una bata de seda sobre la silla del baño; la miro, dudo en ponérmela, hasta que empieza a darme frío, salgo y me la encuentro a ella de frente, con una mirada muy sensual y esperándome con unas pantuflas del color de la bata - sécate los pies y ahorita te las pones. Cuando me las pongo ella me dice acompáñame a mi habitación, me inunda un sentimiento de extrañes, pero a la vez de curiosidad, yo entraría a territorios no conocidos por los hombres, a la habitación de mi jefa que aparte de ser un mujer muy guapa era muy sensual desde su ropa hasta su manera de hablar, estaba muy excitado, ella lo noto y me dice – que te pareció la idea de ponerte algo de mi ropita, o que eres muy macho para eso, o prefieres morirte de frío - me quede quieto por un momento y seguí caminado hasta su habitación al llegar a la puerta me dice otra vez y con una voz más atrevida y sensual - hablando del color blanco, las prefieres justitas o normales - yo me le quede viendo, no se; fue cuando mi excitación se apodero de mi y le dice a ella – la que usted quiera, me da igual- AL decir eso ella me tomo de la mano y me llevo hacia su tocador y abrio un cajón y por encima de la bata me probaba las pantys, solo blancas, aunque sacaba de otros colores e incluso otras cositas como ligeros, corsés, medias, brass, conjuntos muy sexys.

Fue cuando ella se me queda viendo y me dice – ponte esta y déjame verte con ella sí- me la pongo y al meterme en ella siento como mi feminidad sale a flote, y ella lo noto y solo alcanzo a escuchar, muy suavemente -te gusta, verdad- me le que de viendo y ella se acerca a mi y me dice – voy a ver como te queda, me va quitando la bata, con sus manos eslizándolas muy lentamente por todas mis curvas hasta quedar enfrente de ella solo con solo las panties blancas .

Ella empezó a sacar mucha ropa y la puso sobre un sillón muy grande entonces con cara de apuro me dijo, elegí algo y pruébatelo… yo no sabía que decir, ella se fue a otro cuarto y regresó inmediatamente con un brassiere muy bonito de color blanco, y ella ordeno ¡vístete!. Yo obedecí, me puse el conjunto que me quedaba muy bien, y elegí un vestido corto y naranja que había observado y me había gustado casi desde que lo puse en cima de aquel sillón, realmente me veía bien

pero todo se echaba a perder por mi cabello, yo tengo una cabello lacio pero se me esponja mucho, al salir de la habitación de dijo que pasara a su baño que en unos momentos iba, yo entre en el baño y me senté en un banco que se encontraba ahí, ella llegó y me sugiere recostarme en una silla tipo estilista que tenía en un rincón, obedecí una ves mas y me senté, ella empezó a trabajar con mi cabello que ya estaba demasiado largo para ser un hombre, al poco tiempo termino y me paso una especie de tenazas para peinar, cuando terminó y me vi en el espejo, no lo podía creer mi cabello era unos rizos tan definidos que parecía modelo de algún producto de limpieza, ella me miro y me echo un perfume que olía muy rico y me dijo, ahora solo falta tu nombre.. yo no sabía que decir… entonces me dijo ¿Qué nombre te gusta? , a mi mente llegó rápidamente el nombre de Avril, sí, como la cantante rebelde. Esta chica es de mi agrado así que me pareció buen nombre y así le dije, ella sonrió y me dijo:

bueno Avril, esperarme un momento

Me fui a la sala a esperar, y en efecto, a los 15 minutos llega ella, entra a la habitación muy sensual en su movimiento y se me acerca y se me queda viendo por unos momentos, fue entonces que no me pude contener y sentí un escalofrió por todo mi cuerpo; la forma en que me miraba era muy sensual y excitante, casi me desnudaba con la mirada, fue entonces cuando ella se me acerco y me dio un beso tan rico, tan dulce, que me hizo estallar por dentro, ya no solo quería yo un beso sino algo mas, seguimos besándonos algunos minutos, y entonces el empezó a decirme algunas cosas mas subidas de color, pero me pudo conquistar cuando utilizó mi nombre de Avril, entonces ella empezó a meterme la mano por debajo de mi corto vestido, y haciendo un lado mi tanguita, empezó a masajear mi ano con una gran dulzura, yo solo me deje llevar por la situación, ella sacó su mano y me metió sus dedos de la mano en mi boca para que los lubricara, y así poderme los meter en mi culito, al meterme 2 dedos, yo no aguante mas y me decidí ir tras su rica vagina que se era cubierta por su deseable lencería que se envidiaba, le baje el pantalón y acaricie su braga, tenía un monte de venus con una gran olor a limpieza que me gusto, entonces sin pensar introduje mi boca para comérmela poco a poco, chupe cada espacio de su tesoro, la recorrí con toda mi lengua sin tratar de desperdiciar nada, así dure como 10 minutos, hasta que ella me levantó, me dio un beso y me llevó a la estancia, ahí yo supe lo que tenía que hacer así que me quite mi tanguita y me puse en cuatro, ella fue, me acarició con mucha ternura y me dijo que me tranquilizara, fue en ese momento que sentí algo frió que pasaba por mis nalgas, era algo de lubricante, el comenzó a meterme sus dedos uno por uno, hasta que de repente me dio la vuelta y comenzó a introducirse mi miembro ; yo ya estaba acostumbrada a ese tipo de sensación, sin embargo era muy excitante saber que una mujer tan hermosa de verdad me esta dejando penetrarla, en eso pude sentir lo caliente de su vagina, y claro como empezó a moverse poco a poco haciéndome sentir cada ves mas como una colegiala calenturienta, ella cada ves lo hacia con mas fuerza y yo empecé a jadear como loca, realmente me estaba gustando aquella sensación de ser la mujer de mi jefa, empezó a gritar que me diera mas y mas e incluso empecé a llorar de toda la satisfacción que ella me estaba dando.

Yo lo quería que eso nunca terminara, en esos momentos yo me vine en su cama, pero yo seguía perforándome sin piedad alguna, hasta que comencé a notar que su respiración empezaba a acelerarse, así que traté de levantar mas mi culo para que dejara venir una descarga de alegría, al poco tiempo así fue, y yo ya me sentía exhausta por lo ocurrido, ella se tumbo a un lado mió y me dio varios besos, algunos minutos después empecé a acariciarla,; ella trató de tomar la iniciativa, pero yo me le adelanté, ya que le di un beso y le hice una seña para que me dejara actuar, me tumbe sobre y me fui resbalado hasta tener su vagina contra mi boca con movimientos mas tranquilos hasta ambas llegamos a una gran orgasmo, esto termino con nuestras fuerzas, ya que fue una noche completa, yo empezaba a dormirme cuando voltee a ver su reloj de pared el cual anunciaba las 9 de la mañana, a lo que me asusto por que yo tenía compromiso con mi chica e las 11, le pedí que me llevara por mi casa, así lo hicimos, nos despedimos con un gran beso y el con un gran apretón en mis nalgas, yo entré a la habitación donde estaba mi ropa de hombre, me la puse lo mas rápido que pude y salí de ahí, Doris estaba afuera, al verme con ropa normal se me acerco y me dijo que nos veíamos el lunes en el trabajo, y que lo que había pasado quedaba entre nosotros y que le gustaría volverlo a realizar posteriormente, yo le sonreí y le dije que era posible pero que no sabía cuando podía ser, me subí a mi auto y me fui de ahí rumbo a mi casa.