Mi intima amiga

Conozco a una escritora de relatos y decidimos dejarnos llevar por el deseo.

MI INTIMA AMIGA

Un día me decidía a mirar mi correo, como hacía cada noche después de hacer mis cosas antes de acostarme, y vi un correo de una chica refiriéndose a mis relatos. Me decía lo mucho que la habían gustado y al darme su nick entre a leer los suyos. Me gustaron mucho y decidí escribirla para felicitarla. En poco tiempo ella y yo nos hicimos buenas amigas, hablábamos a diario comentando experiencias y sensaciones, contándonos nuestros mas íntimos secretos.

Vivíamos muy cerca la una de la otra y decidimos quedar un día para tomar unos cafés, ella era una chica muy guapa y divertida, tenía el pecho mas pequeño que yo, pero también era mas delgadita.

Hablábamos de todo como si nos conociéramos de toda la vida. Me gustaba mucho estar con ella. También me fije que se lo estaba pasando muy bien, riéndose con esa gran carcajada que tiene. Su sonrisa y su mirada me cautivaron enormemente.

  • ¡Uy!, fíjate tienes los pezones duros. – Me dijo.

  • Calla, calla, será el frio.

  • Jajajajaja, que tonta, si estamos en verano jajajaja.

  • Jajajajajaj tu también los tienes duros.

  • Jajajajaja, Tienes derecho a permanecer excitada, cualquier dedo que te hagas puede ser utilizado en contra tuya, tienes derecho a tener un rabo, si no tienes rabo se te asignara uno de goma.

  • Jajajajajajajajajajaja estas locaaaaaaaa jajajajajajaj.

Así concluyo la tarde, entre carcajada y carcajada. Me sentí decepcionada cuando llegó la hora para irnos. Y pude notar en su mirada que a ella también la apenó un poco.

Llegué corriendo a mi casa para poder hablar con ella a través del ordenador, y allí estaba ella. En un no disponible que me decepcionó aun mas.

  • ¿Ya llegaste?

  • Pensé que no estabas, como te vi ausente.

  • Es que quería terminar un relato. Léelo a ver si te gusta.

"Conocí a alguien genial por los relatos, quedamos en su casa y su sonrisa y sus ojos verdosos me cautivaron hasta la medula, estoy dispuesta a dejarme llevar con ella, creo que me gusta, la deseo. Deseo tenerla entre mis brazos, rozar con mi lengua sus pezones erectos, sus preciosos pechos, lamer su sexo con delicadeza y beber sus orgasmos. ¿Lo intentamos?"

Me quedé helada al leer todo aquello, no sabía que responderla, pero deseaba enormemente estar aunque fueran cinco minutos entre sus brazos, y tenerla a ella entre los míos.

  • ¿Y bien? –Preguntó.- Es un poco corto lo sé, pero el final se lo pones tu, deseas hacerlo conmigo?... Por favor no te calles, dime lo que sea, no quería molestarte....... Esta bien, te esperare mañana por la noche en mi casa, estaré sola. Si no quieres venir ni saber nada de mi lo entenderé.

Se desconectó sin esperar mi respuesta, yo tenía novio y le quería, pero por otra parte deseaba tenerla junto a mi unos instantes, ¿era normal sentir todo aquello por una chica? Estuve con dudas durante todo el día, pero llegó la noche y ella no conectaba, me vestí corriendo con mi mejor vestido, y salí hacía su casa, nada me importaba. Ella era mi fantasía desde que leí sus relatos y aquello sería nuestro secreto.

Llame al timbre y me abrió ella, con esa gran sonrisa que la caracteriza. Iba a saludarla pero no me dio tiempo, me sorprendió con un beso húmedo y caliente en la boca. Mientras ella me empujaba para adentro cerrando la puerta tras de mi. Al cerrarse la puerta comenzó a besarme con más pasión, despojándome de la poca ropa que llevaba puesta, se separó de mi para contemplar mi cuerpo desnudo y dejó caer su toalla sin llevar nada mas debajo. Ahí estábamos las dos, una enfrente de la otra, con la respiración entrecortada por la excitación. Sus pezones estaban erectos, su pecho era erguido, de un color oscuro, el mío sin embargo son de un color rosado, y más grades como ya bien dije antes.

Su sexo estaba con el pelo recortado al igual que lo estaba el mío, sus curvas era un autentico pecado para cualquier persona. La miré a sus ojos y vi que un mechón de su larga cabellera morena le caía por mitad de la cara, pero que no llegaba a tapar la mirada que ella me diría a mi, nos volvimos a acercar para besarnos de nuevo mas lentamente. Nuestras lenguas se buscaban dentro de la boca, mi mano recorría su espalda, acariciándola de arriba abajo, sus manos recorrían mi pecho jugando con mis pezones entre las yemas de sus dedos.

Volvió a dirigirme hacía donde ella quería, me dirigió hacía el cuarto de estar, paró en la entrada y siguió caminando ella sola mostrándome un delicioso contoneo de sus glúteos, creo que me quedé hipnotizada. Se sentó en el sofá y mirándome a los ojos comenzó a tocarse por su cuerpo, en la mesa había varios juguetes sexuales, nunca pensé que una chica tan dulce pudiera tener tanta cantidad de objetos sexuales como aquellos. Eso me volvió aun más loca.

Me senté a su lado y volvimos a fundirnos en un beso, mi pecho se aplastaba contra el suyo, notando la dureza de nuestros pezones.

Mis labios se deslizaban en su boca, acrecentando más y más esa humedad, su cuerpo se acomodaba en mi figura, ya no había forma de parar nuestra pasión y deseo. Nuestros cuerpos comenzaron a hacerse un nudo, quería hacerla mía porque aquel era nuestro momento, notaba como nos derretíamos la una con la otra, ya todo era pasión, ya no existía limites. Mis boca comenzó a bajar por su cuello mordisqueando su oreja, lamiendo cada centímetro de su piel, bajando más y más hasta que me detuve en su pecho, era increíblemente suave, succionaba sus pezones como el primer biberón.

Ella movía su cuerpo excitantemente mientras soltaba gemidos, volví a bajar por su ombligo hasta que llegué a donde deseaba llegar, el olor de su chochito era el olor mas excitante que había sufrido. Introduje mi lengua despacito oyendo un suspiro aún mayor que los de antes, comencé a lamérselo con suavidad de arriba abajo, me encantaba su sabor, estaba muy húmeda y caliente, la introduje un dedo mío sin dificultad, mientras mi lengua se entretenía con su clítoris dando vueltecitas, sabía que eso la volvería loca y no tardaría en correrse, introduje un dedo más y otro más, tenia tres dedos dentro que no paraba de sacar y meter rápidamente, sus gemidos se hicieron mas fuertes, con mi otra mano decidí llenarla su otro agujerito, le llené el culo con un dedo, notando un espasmo, se estaba corriendo en mi boca, sus manos llegaron a mi cabeza apretándome contra su coño, no pare hasta que me subió con sus manos hasta su boca, dejó de besarme y comenzó a lamer mis dedos, su mirada se notaba de lo mas lasciva, bajo a lamer mi pecho, estuvo un buen rato succionando mis pezones, bajo a mi ombligo y lamió levemente mi sexo, se detuvo a mirarme, deseaba que me lo comiera como yo se lo había echo a ella, pero no fue así, cogió un pene de plástico color negro, era muy grueso y por lo menos debía medir unos 20 centímetros.

Me dio un poco de miedo por su tamaño, pero solamente metió la puntita, volviendo a lamer mi clítoris, me cogió del brazo y me puso a cuatro patas, sus lengüetazas en aquella postura eran mas estremecedores de antes, ya no hacía falta abrir mis labios vaginales, comenzó a lamer con una fuerza que no aguantaría mucho mas, empujo de nuevo el consolador hasta meter casi su totalidad, el placer era indescriptible, se detuvo de nuevo tumbándose debajo de mi en un 69, me dio un consolador para que se lo introdujera a la vez que ella me lo hacía a mi, se lo metí de un golpe, con la lubricación que tenia de su anterior corrida no me hizo falta ni ser suave. Comencé a lamerle su clítoris al ritmo que lo hacía ella conmigo, mi mano movía aquel enorme consolador lo más rápido que podía, ya no pude resistir mas y comencé a sentir un orgasmo seguido de otro, ella también empezó a sentirlo, las dos nos estábamos corriendo a la vez.

Nos quedamos tumbadas en el suelo exhaustas de tanto placer. Desde aquel día nuestra amistad se unió más, pero no lo hemos vuelto a repetir.

Chiki va por ti ;) Gracias por todo.