Mi inquilina (¿final?)

Mi relación con Nadia alcanza su punto álgido... ¿o no?

Como os decía, mi relación con Nadia cambió “accidentalmente” debido a un fortuito encuentro… Apenas 72 horas después,  el sábado posterior a nuestro encuentro por la noche yo salí a cenar con mi mujer y mis hijos a un restaurante cercano a nuestra casa y quiso la casualidad – ambas viviendas están relativamente cerca y comparten la zona de ocio y restauración- de que en la mesa contigua estuviese nuestra inquilina cenando con unas amigas: la venezolana se levantó para saludarnos educadamente, pero mi mujer, que a veces es un poco snob fue bastante seca y cortante con ella, como si fuese ”otro status”, supongo que me entendéis. Yo, viéndole mudar el rostro a Nadia y para atajar la tormenta que se avecinaba, tomé el mando de la situación, conversé amigablemente con ella unos instantes y corté el asunto. Al poco rato mi inquilina y sus amigas se marcharon y yo, tras excusarme con que iba a orinar, me encerré en un baño y le mandé un whatsApp a mi nueva amante

-          Disculpa a mi esposa, a veces no sabe comportarse. Y gracias por tu comportamiento y tu saber estar

EL famoso doble check me indicó que había recibido pero no leído el mensaje, así que me desentendí del asunto, no sin antes tras afearle a mi mujer sus maneras de tratar a la gente al volver a casa y acostar a los niños. Tras unos gin-tonic en el salón las aguas volvieron a su cauce y acabamos echando el rutinario polvo de fin de semana de muchas parejas que llevan demasiados años de relación – “cásate y verás lo que es follar sin ganas”, que dice el refrán-, más por cumplir el trámite que por auténticas ganas de follármela. Al rato mi mujer se quedó dormida – en nuestro caso no es el hombre sino la mujer la que tras follar se pone a roncar en apenas un par de minutos, extenuada por el orgasmo, el trabajo, las labores de casa, pelear con los críos para que estudien, etcétera- y yo, desvelado, me dispuse a ver la tele en voz baja mientras esperaba que me llegara el sueño. En esas estaba cuando alrededor de la una de la madrugada mi teléfono vibró  - siempre lo tengo en silencio en la mesilla para que no moleste- indicando la recepción de un WhatsApp, y al leerlo vi que era de mi inquilina

-          Tu mujer no es que no sepa comportarse, es que es una borde maleducada y clasista, además de cornuda, ja ja ja

Yo no quise avivar el fuego de su rencor y para dar por zanjado el tema le contesté

-          Es cierto, a veces es insoportable. Te reitero mis disculpas, y mi agradecimiento por cómo supiste llevar la situación. Buenas noches

Es cierto que no estaba más que medio satisfecho sexualmente tras el “polvo exprés” con mi esposa, y que sin duda la morbosa inquilina podría haberme puesto palote de nuevo sin esfuerzo. Pero la situación no estaba para sexo sino para rencores femeninos, y por ello preferí apagar el móvil y echarme a dormir.

No fue hasta unos días después, el miércoles –de hace tres semanas, cuando a media tarde me llegó sin más un selfie de Nadia en el recibidor de su/mi casa: la pose era sensual, sonriente, pero para nada erótica o pornográfica – sólo se veía a ella con un jersey de cuello alto que apenas dejaba intuir la forma de sus pechos, y sus labios carnosos, pero nada como digo fuera de tono-. Como no hubo un segundo WhatsApp yo, liado como estaba con un cliente y pensando que se había equivocado al enviar el WhatsApp, no contesté al mismo. Pero al llegar a casa de trabajar en torno a las ocho y media de la tarde mi mujer me anunció

-          Ha llamado la inquilina, que le pierde agua el grifo de la cocina. Acércate a echarle un vistazo, a ver si puedes arreglárselo

Hago un inciso aquí para indicar que la situación no era para nada anormal. Soy bastante manitas, y desde que tengo el apartamento en alquiler me he ocupado con los diferentes inquilinos de las pequeñas averías que han ido surgiendo en un piso de cierta antigüedad – grifos que pierden, cambiar la cisterna del inodoro, algún enchufe… cosas así-. El caso es que llamé a Nadia por teléfono y tras confirmarme que estaba en casa en ese momento cogí mi caja de herramientas y dejé a mi mujer preparándoles la cena a los niños. Llegué al apartamento de Nadia, llamé al telefonillo – aunque tengo llaves me gusta avisar cuando voy por simple educación, pues mientras paga la renta la casa puede ser mía pero es el hogar del inquilino, inquilina en este caso- y subí. Al salir del ascensor fui directo a la puerta, que encontré entreabierta, pedí permiso para pasar y Nadia me contestó desde la cocina

-          Adelante, pasa y cierra. Estás en tu casa

Cuando tras empujar la puerta me giré  buscándola y la vi salir del pasillo me quedé boquiabierto. Nadia tenía el cabello suelto, los labios pintados y los pezones erectos bien visibles bajo el jersey que le había visto en el selfie que me mandara un par de horas antes… una minifalda de cuero negro y unas sandalias  de tacón alto realzaban sus piernas, y le daban aspecto de mujer vestida para ligar y no para andar por casa…. Al verme boquiabierto sonrió maliciosa y me dijo

-          Lo primero, no te preocupes, mi hijo duerme hoy en casa de una amiga. Y si te preguntas el por qué de este cambio de actitud, te diré que es mi forma de vengarme de la puta de tu mujer. Hasta ahora me has follado tú, con mi permiso sí, pero me has follado; pero hoy voy a ser yo quien se folle a su marido, y le voy a hacer una cornamenta que la muy perra no va a poder entrar ni por el portal del colegio cuando vaya a recoger a sus hijos, ja ja ja

Y pegándose a mí comenzó a besarme lascivamente. Metiéndome la lengua en la boca, bajándome la cremallera de los jeans y sacándome el rabo para empezar a pajearme: mientras lo hacía comenzó a lamerme la oreja y a susurrarme

-          tu zorrita venezolana está muy caliente y te va a follar hasta vaciarte todo el semen

Y agarrando mi polla ya erecta tiró de mí hacia su dormitorio. Yo, fuera de mí por lo sorprendente y excitante de la situación, me olvidé de todo lo que no fuera follármela y nada más entrar en el dormitorio la giré situándola frente a mí de nuevo, la aparté suavemente empujándola por el hombro con la zurda y llevándola hasta el espejo grande de la pared que hace las veces de vestidor y desabrocharle la minifalda, que cayó en torno a sus tobillos, agarré su cara por la barbilla con la diestra y le contesté

-          Me alegra que mi perrita tenga ganas de follar, aunque sea para ponerle los cuernos a mi esposa, pero aquí mando yo. Así que de rodillas y a chupármela, guarra

Nadia no se lo hizo repetir dos veces, se puso en cuclillas – aproveché para tirar de su jersey  hacia el cuello para poder sobarle las tetas mientras me la mamaba- y sin más dilación se metió mi polla ya erecta en la boca. Mientras lo hacía comencé a sacarle fotos mientras le decía

-          O sea que a partir de ahora serás una putita por gusto y no por obligación, eh, cerdita?

Ella se sacó el rabo de la boca y pajeándome furiosamente me contestó

-          Sí cabrón. A partir de ahora te ordeñaré a conciencia y por placer. Cuando vuelvas a casa la cornuda de tu mujer no te va a poder echar un polvo ni haciéndote tragar una tableta entera de viagra….

Al oírla así le retorcí los pezones hasta hacerla gemir de dolor y le ordené

-          Pues para ello has de ser muy puta y obediente. ¡Venga, a cuatro patas sobre la alfombra, como una buena perra! No te saques el tanga, y levanta el culo…YA

Mientras Nadia me obedecía yo, raudo y veloz me desnudé, pero antes de tirar mis pantalones al suelo extraje de ellos el cinturón. Sin saber si le gustaría o no – encomendándome a mis gustos, a mi instinto o simplemente a la suerte- le solté un cintarazo, no demasiado fuerte, pero que resonó en el silencio de la habitación  y le hizo soltar un pequeño grito y volver la cabeza

-          ¿Pero qué….? Comenzó a protestar la venezolana

Pero yo le solté otro cintarazo en la otra nalga y le dije

-          Mi putita quiere sacarme el dinero, sacarme la leche y además ponerle los cuernos a mi mujer, mi putita es muy mala y por eso la castigo. Serán diez azotes y los contarás en voz alta. Si quieres parar no hay problema. Me voy, y mañana anularé el contrato aplicando la cláusula de interrupción del alquiler y que me permite echarte avisándote con 30 días de antelación…. Dime, ¿Qué hago, perrita?

Ella me miró lascivamente y me contestó

-          Papi, castigue a su putita, pero no sea muy duro con ella o no podrá follársela después

Yo le arreé un nuevo cintarazo y le dije

-          Empieza a contar y dime ¿Quién es la más putita del edificio?

-          Uno…. Yo señor, contestó gimiendo

-          ¿Y qué le gusta a la putita? Inquirí tras un nuevo correazo. Levanta la cabeza y mantente erguida, quiero verte balancear las tetas, golfa

-          Dos… a la putita le gusta que su amo la folle

-          ¿Y cómo le gusta a la putita?

-          Tres… gimió, entremezclando dolor y placer – o al menos eso me pareció-. A la putita le gusta que se la folle duro

-          ¿Por dónde quiere la putita que se la meta? Inquirí

-          Cuatro… por todos mis agujeros. Su putita quiere vaciarle bien los cojones y quedar bien repleta de semen

-          ¿Cómo te comportarás cuando vuelvas a ver a mi mujer?

-          Cinco… seré educada y tragaré sus desplantes como el otro día

-          ¿Y qué pensarás mientras?

-          Seis… cornuda, tú serás su esposa pero yo soy su hembra. A ti te besa pero a mí me folla …. Ufff

-          Estabas necesitada de un amo más que de un polvo, eh guarra?

-          Siete… sí… a mí no me gusta que me hagan el amor, sino que me monten….

-          Pues además de follarte voy a meterte el puño en el coño hasta el codo, ¿algún problema cerda?

-          Ocho…. No señor, pero por favor, tenga cuidado, nunca me lo han hecho…

-          ¿Y que harás para que te deje follarte sobre el que fue mi lecho nupcial y no en el suelo como a una simple perra?

-          Nueve… ufff, lo que quiera mi amo. Soy toda suya y solo tiene que pedírmelo

-          ¿Pedírtelo, zorra? Más bien será ordenártelo, ¿no?

-          Diez… sííííí… mándeme lo que quiera amo….

Yo solté el cinturón y me senté sobre la cama, mientras la ordenaba sentarse frente a mí, en una butaca de respaldo alto que en tiempos mi mujer usaba para amamantar a los niños y luego se quedó en el dormitorio haciendo las veces de galán para estirar la ropa. Le ordené colocar las piernas colgando a ambos lados de los brazos de la misma y a la vista de mi perrita venezolana dócil, desnuda, las tetas brillantes, los pezones duros y el tanga negro con una gran mancha de humedad comencé a tocarme suavemente mientras le ordenaba apartárselo, abrirse el coño y tocarse el clítoris para mí. Mientras la veía hacerlo – la muy puta obedeció sin rechistar, y comenzó a gemir nada más oír la orden- le pregunté

-          Doy por supuesto que una hembra caliente y sin pareja como tú tiene algún juguete sexual para autosatisfacerte… ¿dónde está?

-          En el armario, en la parte inferior, en una caja de zapatos marrón que hay a la izquierda…. Ufffff

Fui hasta el armario, abrí la susodicha caja y me encontré ésta prácticamente llena por tres dildos de diferentes tamaños y medidas, un masajeador de clítoris, un plug anal, crema lubricante y unas bolas chinas. Volví con la caja a sentarme sobre la cama, y viéndola sonrojada por la excitación y la vergüenza le dije

-          Vaya, por lo visto mi inquilina no tiene para pagarme  la subida del alquiler porque se gasta todo en vicios ocultos… y ahora dime, ¿qué juguete quieres que te alcance? Porque quiero que te corras frente a mí como la pajillera traviesa que eres… por esta vez tú eliges

Nadia, con la piel empapada por el sudor, el coño chorreante y el clítoris bien visible y duro entre sus dedos gimió

-          El masajeador, alcánzame el masajeador por favor…

Yo me incliné hacia ella poniéndole éste en su mano y aproveché para darle una palmada en el coño que la hizo gemir. Volví a sentarme y le informé – aunque no tenía intención de cumplir mi amenaza, ella eso no lo sabía-

-          Venga puta, tienes dos minutos para correrte, y eso sin meterte nada dentro del coño. Si no lo consigues se acabó todo entre nosotros, me voy y empieza a buscarte otra casa…

Y poniendo en marcha el cronómetro de mi reloj me recreé viéndola arrancarse el tanga hasta casi romperlo, castigarse el clítoris con el cabezal vibratorio de su dildo con su mano derecha y los labios vaginales frotándoselos frenéticamente con la zurda. Para ayudarla – uno que es un caballero, je je- comencé a tocarme suavemente y a interrogarla

-          Dime puta, a que edad te desvirgaron

-          A los trece, amo, gimió Nadia, preciosa como estaba toda desnuda y cachonda, abierta de piernas, con la boca entreabierta y el pelo medio cubriéndole la cara

-          ¿Has tenido alguna experiencia lésbica, putita? Inquirí

-          Buffff….. síííí… una vez, en el colegio donde estudiaba, con una amiga que estaba medio borracha y se quedó a dormir en mi casa

-          ¿Y te gustó?

-          Sí amo… prefiero los machos, que me monten, pero ella era preciosa, la reina de la clase… tenía novio, pero esa noche fue mía. Me sentí muy perra y viciosa seduciéndola, aunque luego le entró el sentimiento de culpa y no quiso repetir

-          Así que te gusta poner cuernos, cerda. Pues la próxima vez que salga por ahí de noche con mi mujer te mandaré un whatsApp diciéndote dónde estoy, te acercarás al local sin dejarte ver, entrarás directa al lavabo y cuando estés lista yo iré a follarte mientras la cornuda ni se entera… luego volveré a la mesa con tu tanga en el bolsillo y al cabo de un instante, sin asearte y chorreando el semen de su marido, vendrás tú a saludarla. Así te resarcirás de su desplante del otro día ¿te parece bien?

-          Síííí….. mirar a la cornuda mirarme con suficiencia mientras la leche de su esposo chorrea de mi coño….diosssss, me corro…. Agggghhhhh….

Y a grito pelado se corrió como una posesa, gritando, bufando y moviendo sus caderas y sus tetas a espasmos de placer… Cuando al cabo de un rato la zorra,, desmadejada se recuperaba del orgasmo unté de lubricante el plug anal, se lo inserté en el culo, le saqué el tanga  y metiéndoselo en la boca se la cerré y le dije

-          Ahora calladita, que voy a hablar con la cornuda para ganar tiempo y darte lo tuyo…

Ella, adormilada y con la mirada aún turbia, asintió dócilmente mientras yo llamaba a mi esposa y le explicaba que la avería era más difícil de lo esperado, que tenía que cortar el agua, desmontar  el fregadero para arreglar la tubería, sellarlo todo de nuevo y esperar a que secara el aislante para asegurarme que todo quedaba resuelto, que tardaría como una hora y media. Le dije que no me esperara despierta, y para terminar le dije

-          Te quiero cariño, un beso

Nada más colgar cogí a Nadia por los hombros y dándole la vuelta la puse en cuatro sobre el sofá, agarrada al cabecero y con el culo y el coño expuestos. Le saqué el tanga de la boca para que pudiera respirar adecuadamente – su cara estaba roja como un camarón-y apartándole el hilo del tanga a un lado y metiéndosela de golpe le dije

-          Mira que eres viciosa: te gusta comer coños o pollas, que te follen por la boca, el coño o el culo, en la cama o en el suelo, que te monten a cuatro patas como a una perra…. Ahora dime, ¿quieres que te folle en el sofá o en la cama?

Nadia, entre gemidos que intentaba ahogar mordiendo el cabecero del sofá, me respondió

-          En todos lados. Quiero que me montes en el sofá, en la cama, sobre la encimera de la cocina, frente al espejo de la entrada y hasta en la ducha… tu zorrita venezolana lo quiere todo…. Sííííííííí

Y gruñendo como una cerda en el matadero se corrió de nuevo escandalosamente, por lo que tuve que abortar sus gritos tirándole de la cabeza hacia atrás agarrándola por los pelos, tapándole la boca con la mano y susurrándole

-          Tranquila putita, te follaré de todas las formas que quieres y de otras muchas que aún ni te imaginas… y ahora vamos a la cama, te lo has ganado

La ayudé a incorporarse – entre los orgasmos y el rato que llevaba en la butaca estaba un tanto entumecida- y la dejé tumbarse boca abajo. Mientras recuperaba el resuello aproveché para desatar los cordones de mis zapatos, y tras abrirle las piernas atar con ellos sus tobillos a los pies del cabecero de forja: una vez la tuve así dispuesta cambié el plug anal que hasta entonces había llevado insertado en su ano por un dildo más grande y ancho- pese a su dilatación previa y a la generosa dosis de lubricante gimió al enterrárselo en el culo hasta el fondo- y tras conectar el vibrador de éste  comencé a sobar sus labios vaginales con la mano que me quedaba libre mientras le decía

-          Recordarás que te dije que te iba a enterrar el puño en el coño hasta el codo… no te creerías que me había olvidado, ¿eh zorra? Levanta las caderas

A duras penas obedeció la muy puta, apoyándose en las manos pero dejando la cabeza reposada en la almohada y las tetas colgando. Lentamente comencé a introducirle primero un dedo en su encharcada vagina, luego dos, tres…. Afortunadamente para ella había sido madre sin cesárea – no se apreciaba ninguna cicatriz en su vientre- y eso la ayudaba sin duda. Al cabo de un rato su dilatación me permitió comenzar a introducir el puño, para lo cual previamente acabé el bote de gel lubricante sobre mi mano y antebrazo, dejando la colcha perdida. Entremientras su culo seguía repleto por el dildo y no dejaba de vibrar, provocándole espasmos cada vez menos dolorosos y más placenteros. Al notar cómo mi mano se abría paso lenta pero firmemente en el interior de su coño me miró con los ojos entrecerrados y me dijo

-          Cuidado por favor, nunca me habían hecho fisting y me da miedo….

Pero yo le solté un manotazo en sus colgantes tetas y le repliqué

-          Recuerda que eres mi putita, mi juguete sexual…. Yo decido cuándo y cómo te follo… ¿o acaso no estás disfrutando puerca? Y con la zurda en el dildo y la diestra en su coño comencé un suave y acompasado metesaca que en seguida la hizo gemir de gusto y rectificar

-          Síiii, soy tu putita y lo estoy disfrutando, ufff… sigue….

Y acto seguido su mano zurda pasó bajo su vientre buscando su clítoris mientras con la derecha se pellizcaba alternativamente los pezones. Yo continué con mi doble perforación y recreándome en la vista le dije

-          Mira a la putita, que me dijo al llegar que me iba a sacar toda la leche, y ahora es ella la que está a punto de “quedar seca” encadenando orgasmo tras orgasmo… o no es cierto, guarra

-          Siiiiii, amo, síííí, su putita va a acabar muerta de tantas corridas como le proporciona…. Buffff

-          Y dime perra, ¿no hay ninguna compañera de trabajo, amiga o vecina por ahí que te llame la atención para seducirla? le interrogué mientras mi antebrazo llegaba hasta casi el codo y mi puño hasta su cérvix

-          Nadia, gruñendo de gusto, me respondió

-          Bueno, está Laura, una compañera de trabajo en el supermercado donde trabajo, que vino hace un par de meses con un contrato en prácticas. Tiene apenas veinte años, físicamente es más monilla que guapa, con poco pecho y pocas curvas, pero es muy dulce de carácter y creo yo que con poca experiencia en el sexo. Está más o menos indirectamente a mi cargo durante el periodo de formación, hemos hecho buenas migas y además de caerle bien creo que podría….

Yo detuve mi brazo enterrado en su coño y comencé a follarle frenéticamente el culo con el dildo mientras ella gruñía de dolor y placer y le preguntaba

-          ¿podrías qué, cerda?

-          Seducírmela y follármela, amo, balbuceó entre los estertores de un nuevo orgasmo…. Agggghhhhhh…..

Procedí a sacar mi puño y el dildo de sus orificios vibrantes – un sonoro “plop” hizo parecer que hubiera descorchado una botella de cava- y situando mi polla erecta en su lugar procedí a enterrarla en su culo de un golpe de riñón. Abierto como estaba su esfínter Nadia no tuvo dificultad alguna en tragarse mi miembro, aunque hube de sujetarla de ambas caderas con las manos para evitar que con sus espasmos propios del orgasmo me descabalgara… mientras la sodomizaba le dije

-          Pues eso has de hacer, perra, seducirla y follártela. Quiero que le rompas el coño con uno de tus dildos, y me la enseñes por foto, ¿entendido?

Y a su voz de ”sí, amo, haré lo que mi usted me mande” no pude aguantarme más y procedí a correrme en su recto llenándoselo de semen calentito entre gruñidos de placer y gritos de “toma puta, te lo has ganado… aquí tienes tu culo preñado” y lindezas similares. Cuando mi miembro comenzó a perder la rigidez lo saqué, se lo puse en la boca – ella boqueaba en busca de aire como un pez fuera del agua- y le dije

-          Ahora límpiame la polla, puta

Nadia a duras penas podía metérsela en la boca, derrotada como estaba, así que abriéndose una nueva y perversa idea en mi mente me levanté y mientras me vestía le dije

-          Ahora te dejo, que estás reventada, y la cornuda me espera en casa. Espero  tus noticias según vayas avanzando con Laura, y una foto con ella en cuanto puedas

Nada más dejar a la venezolana follada y despatarrada en el apartamento envié un whatsapp a mi esposa camino del coche preguntándole si dormía. Al contestarme que no era así le dije que llegaría en diez minutos y que me esperase… volví a casa, me metí directamente en la ducha y a continuación en la cama con mi esposa… y aprovechando que los niños dormían me la follé también a ella antes de echarme a dormir, pese a sus quejas de que si era tarde, si mañana había que madrugar, que si los niños nos podían oír…. Mientras me la follaba veía la cara de la caribeña, me acordaba del polvazo que acababa de echarle y me ponía más y más verraco... como además acababa de descargar hacía poco aguanté como un campeón, así que la cornuda se corrió dos veces antes de que lo hiciese yo: dándole también lo suyo me siento menos culpable… Antes de dormirme pensé en qué hará la venezolana, si se jugará su trabajo o se dejará llevar por el morbo, pero espero que se incline por su lado más golfo y quien sabe qué deparará el futuro…

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