Mi inquilina (2ª parte)

Como consumamos nuestro pacto en la habitación de un hotel y me la follo a gusto

Perdón por el retraso en continuar mi relato, pero ando muy liado – con la familia, el trabajo y también con mi inquilina como para redactar y publicar el relato de esta aventura aún en vigor… para disfrutar y comprender mejor el relato pueden releer la primera parte, ya publicada, en https://www.todorelatos.com/relato/154491/ -

Al día siguiente la whatsapeé temprano – desde un número anónimo de tarjeta prepago que utilizo para mis aventuras extraconyugales- y tras enterarme de que trabajaba en turno partido, que el niño comía en el colegio y que ella seguía dispuesta a cumplir lo que me había sugerido la víspera le indiqué sin más preámbulos

-          A las 15 horas te espero en el hotel NH, habitación 302… ven con el uniforme de trabajo para ahorrar tiempo, pero sin tanga ni sostén, no pares por recepción y sé puntual, que tenemos el tiempo justo antes de volver tú al trabajo y yo a mi casa

Lo del hotel lo hice por una parte para evitar que pudiese tenderme una trampa con cámaras en el piso – aún no las tenía todas conmigo- y por otra por el morbo de follarla fuera de su entorno habitual… lo cierto es que la venezolana fue puntual, hasta el punto de que apenas llegada la hora indicada llamó a la puerta con los nudillos, y entró rápidamente en cuanto abrí, como si temiera que la vieran en el pasillo. Y es que aunque disimulaba su llamativo aspecto con una gabardina corta y unas botas de caña alta podría tomársele por una profesional del sexo, ya que encantos no le faltaban. Sin más dilación nada más entrar me situé tras ella, desabroché y dejé caer su gabardina por su espalda – ella, dócil, se dejó hacer sin proferir ningún sonido-, y acto seguido  eché mano a sus pechos, sopesándoselos, amasándoselos y jugando con los pezones mientras le besaba el lóbulo de la oreja y le susurraba

-          Ya que vas a ser mi putita relájate y disfruta…

Ella amagó un gemido al oírse llamar así – la noté tragar saliva en su garganta- y sin más dilación la llevé hasta el dormitorio, la subí a la enorme cama y la puse a cuatro patas ,con el rostro mirando a la pared – donde un enorme espejo hacía las veces de cabecero- y el culo en pompa en el borde. Solté los botones de su blusa para verle caer las tetas libres por efecto de la gravedad, desabroché y remangué su falda – excusarme que omita detalles sobre los colores de sus prendas, ya que son corporativas y alguien podría identificarla- sobre sus caderas, y mientras comenzaba a manosearle lentamente éstas, acercándome un poco más cada vez hacia su entrepierna, le dije

-          Sobre la mesilla puedes ver la prórroga del contrato de alquiler para los próximos doce meses firmada por mí.  Y ahora demuéstrame que lo vales

Y abriéndole los glúteos metí sin más dilación mi lengua entre los pliegues de sus coño: mi inquilina estaba mojada, sin lugar a dudas, y al notar mi lengua abriéndose paso entre sus labios camino de su clítoris ya no pudo reprimir un suspiro de gozo y empezó a mover sus caderas buscando meterse mi lengua más y más adentro cada vez. Cuando noté próximo su orgasmo – sin querer parecer presuntuoso el cunnilingus es una actividad que se me da especialmente bien- retiré mi boca de su chichi, sustituyéndola por mis dedos, y mientras seguía jugueteando con ella le dije

-          Los pezones duros y el coño encharcado… A ti te gusta que te dominen, putita

-          No, se defendió ella, es sólo que llevo mucho tiempo sin sexo y una no es de piedra….

-          ¿Y cómo es eso, inquirí? Porque con tu físico candidatos no deben faltarte, perra

-          La vida de madre soltera deja poco tiempo para el esparcimiento, a los hombres les asusta que tengas un niño de una pareja anterior, y además yo no soy una guarra que se va a la cama con cualquiera a las primeras de cambio… aggghhh, gritó excitada cuando mis dedos apretaron levemente su húmedo botoncito entre las yemas de los dedos índice y pulgar

-          Yo no he dicho eso, y aunque lo hicieras estarías en tu derecho. Además no soy quien para juzgarte, siendo casado e infiel

Y volviendo a la carga procedí ahora a pasar mi lengua desde su clítoris hasta su ano: al sentirse besada ahí Naidí suspiró quedamente y volviendo el rostro – congestionado, despeinado y todavía más hermoso en el rubor de su excitación- me inquirió

-          No pensarás metérmela por detrás, ¿verdad? Soy virgen por ahí, y tengo miedo a que me duela

Yo interrumpí mis manipulaciones y le repliqué

-          Recuerda que vas a ser mi putita, mi juguete, y yo decidiré cómo follarte…. Y sí, hoy voy a romperte el culo de golfa que tienes. ¿algún problema? Inquirí imperativo

-          No, ninguno, musitó en voz queda bajando la cabeza y levantando las caderas… pero le ruego tenga cuidado

Habiendo vuelto claro a dejar quien mandaba, retomé mis lametazos, que enseguida provocaron sus gemidos de excitación, que trató de sofocar enterrando su cara en la almohada. Viéndola así, las tetas colgando, las caderas levantadas, las piernas abiertas y el coño y el culo mojados y ofrecidos, no pude resistirme más y procedí a metérsela en el coño lenta pero firmemente hasta el fondo.  Al sentirse llena, Nadia gruñó de gusto y yo empecé a embestirla cada vez más fuerte y más rápido, a la vez que palmeaba sus nalgas y le decía

-          ¿te gusta puta? ¿te gusta cómo te follo?

Ella bufaba y resoplaba de gusto, apretados los puños en torno a las sábanas y refrenando su lengua  para ahogar su respuesta y no darme la satisfacción de saberla no solo entregada sino también disfrutando de hacerlo, pero yo, tirando de su pelo, le hice levantar el rostro y al quedar este reflejado en el espejo del cabecero de la cama le dije

-          Mírate puta, cómo te follan a cuatro patas como la viciosa que eres, y cómo en tu rostro se ve cuanto lo disfrutas… ¿quieres que pare, o prefieres que te haga correr y luego te someta analmente?

Nadia, toda excitada, viéndose montada como una perra, los pezones duros, el coño encharcado y la cara roja de excitación y vergüenza a partes iguales replicó

-          No don Daniel, no pare, haga correr a su putita y luego desvírguele el culo

Y empujando atrás con sus caderas para meterse mi rabo hasta el fondo mientras yo la ensartaba comenzó a gritar

-          Sííííííííí…. Diosssss….. qué bueno….. me vengo……. Aggggggghhhhhh

Y comenzó a correrse salvajemente, tan abundantemente que empapó mi rabo y mis pelotas como si se hubiese meado, y agitándose de tal manera que hube de sujetarla  firmemente por la cintura con mis manos para evitar que expulsara mi polla de su coño. Al cabo de un minuto, cuando su orgasmo comenzó a remitir, la dejé tumbarse boca abajo sobre la cama, las piernas abiertas, el culo ofrecido y la cara vuelta de medio lado tapada por la melena, y recogiendo restos de flujo de mi polla y de su coño  unté un par de dedos y comencé a jugar con ellos en su culo mientras le susurraba

-          Ya te he follado la boca, ya te he follado el coño, pero aún no te he follado el culo y ni siquiera me he corrido, así que ábrete las nalgas que voy a follártelo

Lo cierto es que esta vez la venezolana no intentó negociar:  bien fuera porque estuviera resignada a que se lo desvirgara o porque esperase disfrutarlo tanto como la follada que acababa de meterle no tardó ni un instante en abrirse las cachas con las manos y dejar a mi vista su esfínter. Lentamente comencé a jugar con la punta de mi dedo índice en él mientras le decía

-          No te preocupes, putita, porque lo haré con cuidado. No quiero que te duela, antes al contrario, quiero que lo disfrutes y acabes cogiéndole gusto , porque a mis putitas me gusta follármelas por todos sus agujeros

Y lenta y suavemente comencé a introducirle el dedo en su culo. Ella se envaró imperceptiblemente y contrajo su ano, ante lo cual le indiqué

-          Relájate Nadia y déjate hacer, o te dolerá y será peor… tranquila, que iré con cuidado

Poco a poco la venezolana se dejó hacer, y al cabo de un rato empezó a gemir cuando notó mi dedo entrar y salir lentamente de su esfínter. Dispuesto a meter un segundo dedo le sugerí

-          Mastúrbate el clítoris suavemente con la yema de los dedos y así te será más fácil dejarte llevar

Y mientras mi nueva perrita se tocaba y comenzaba a suspirar introduje un nuevo dedo en su interior para dilatar su orificio anal mientras con la mano libre ensalivaba mi polla y la preparaba para el momento culmen… Al cabo de un par de minutos, cuando consideré que su ano estaba ya lo suficientemente relajado y dilatado le ordené

Ahora ponte a cuatro patas mirando al espejo, el culo en pompa, y mira cómo te desvirgan el culo, perra

Y abriéndole las nalgas con las manos y apoyando en ellas mi peso me situé en cuclillas tras ella y, tras situar mi glande a la entrada de su orificio, procedí a empujar lenta pero firmemente para sodomizarla. Ella apretó los dientes al sentir mi rabo introducirse en su interior, pero yo frené el movimiento y le dije

-          Tranquila, y relájate, que voy a parar hasta que te acostumbres a mi polla… y no dejes de tocarte

Verla en el espejo semidesnuda, con el uniforme del supermercado todo arrugado en torno a sus caderas y hombros, las tetas colgantes y enhiestas, el coño aún brillante de flujos y la cara desencajada de dolor y gusto a partes iguales me mantenía sobreexcitado y con la polla como una roca, así que al cabo de un pequeño instante retomé mi penetración mientras le susurraba

-Eso es putita, lo estás haciendo muy bien, ya casi la tienes toda dentro, tu primera polla en tu culo, guarra

Y sin pausa pero sin prisa procedí a enterrársela hasta el fondo, mientras ella gruñía en voz baja

-          Despacio, por favor, me estás partiendo en dos…. Ufffffffff

Una vez la hube ensartado del todo me quedé quieto de nuevo unos instantes, para reposo de ambos, y a continuación  comencé un movimiento dentro-fuera, un poco más prolongado y más rápido de cada vez mientras le ordenaba

-          Ahora no pares de tocarte, relájate y disfruta. Ya verás cómo te acaba gustando….

Efectivamente, al cabo de un par de minutos sus improperios y quejidos dieron paso a gemidos de placer y a expresiones halagüeñas a mis oídos

-          Joder, qué bueno, cabrón, me estás matando de gusto, no pares, síiiii, que placer…

Yo, que llevaba un rato al borde del orgasmo, aceleré mis embestidas y fuera de mí le dije

Venga puta, voy a preñarte el culo, y quiero que me mires mientras lo hago guarra…

Y mirándonos a través del espejo del cabecero obtuvimos un orgasmo simultáneo que nos dejó a ambos tumbados y exhaustos sobre la cama. Tras unos instantes traspuestos la oí levantarse apresuradamente diciendo

-          Mierda, mira qué hora es, no llego al trabajo, joder….

Pero yo le puse la mano sobre el hombro y la tranquilicé diciéndole

-          No te preocupes, yo te acercaré en mi coche para ganar tiempo, y ahora guarda el contrato de alquilier firmado en el bolso, y mientras te duchas avisaré a recepción para que te planchen con urgencia el uniforme, que no está ciertamente en disposición de usarse con tanta arruga como tiene

Y es que uno sea un cabrón en la cama no quita para que lo sea también una vez que se pone los pantalones. Lo que menos esperaba es que en apenas un par de días nuestra “relación” iba a dar un giro de 180 grados… pero eso lo contaré en el próximo relato…

Continuará