Mi inicio en la zoofilia (parte 2)

En este relato les cuento lo ocurrido después de que dejé al perro de mis vecinos penetrarme por primera vez.

Hola, soy Lupita. Les quiero contar más sobre mis comienzos en la zoofilia. Como les dije en mi primer relato, Duque, el pastor alemán de mis vecinos, fue el primer perro con el que tuve sexo. La mañana siguiente de nuestro encuentro sexual, era un jueves que no había clases. Me desperté adolorida, noté algunos rasguños en mi cuerto, sentía algo de dolor en la vagina, pues Duque me la había abierto bastante jeje. Mi compañera del lugar que rentaba, con la que compartía la casa, volvería en unas horas. Me puse a limpiar todo en la sala donde había cogido con Duque, para borrar la evidencia. Mientras seguía con mi día no podía dejar de pensar en lo que hice con el perro, era una locura, pensaba, sí, pero una locura deliciosa jeje. Sabía que lo iba a repetir, pero decidí dejar pasar unos días para recuperarme bien.

Al día siguiente, viernes según recuerdo, salí con uno de mis amigos con derechos. Después de un buen faje, unos buenos besos, él quería coger, pero yo la verdad no tenía tantas ganas. Le dije que no tenía ganas de coger, pero con gusto podía darle una mamada, por su puesto que dijo que sí jaja. Estábamos en su casa viendo la tele, estábamos solos. Se sacó la verga del pantalón y se la comencé a mamar. Me gusta mucho mamar pene, sea de hombre o de perrito jeje. Mientras se la chupaba de vez en cuando la imagen de la verga de Duque aparecía en mi mente, era muy curioso, porque mi mente divagaba comparando textura, sabor, tamaño, etc. jajaja. Cuando él me agarraba de la cabeza para marcarme el ritmo era cuando volvía a la realidad.

En total quizás fueron unos 5 minutos, no fue tanto tiempo, pero por las cosas que pasaban por mi mente se me hizo más tiempo jeje. Se vino en mi boca. En ese momento no me apetecía tragármelo, así que escupí su semen. Seguimos acurrucados un par de horas más. Antes de irme me pidió que se la chupara de nuevo. Ocurrió más o menos lo mismo de nuevo. solo que ahora él estaba de pie, no sentado en el sillón. Me fui a mi casa. Seguía con mi rutina. A veces veía a Duque dentro de su casa y se acercaba al portón de su casa a saludarme. Sus dueños se llevaban muy bien conmigo y mi compañera. Yo lo saludaba y le hablaba bonito a mi bello amante. "Pronto tendrás a tu perrita de nuevo" le dije en voz baja cuando nadie estaba cerca. Durante el sábado y domingo ya me sentía bien de mi cuerpo, ya hasta me masturbaba leyendo relatos como ya era mi costumbre hacer a veces.

Decidí esperar al martes, que en aquel entonces era cuando yo salía más temprano y mi compañera llegaba más tarde. Lamentablemente Duque estaba encerrado, así que no pude hacer nada. Yo tenía muchas ganas, así que le llamé a mi amigo para que fuera a mi casa y cogimos. Ya con eso me calmé un poco. Mi oportunidad llegó el viernes. Mi compañera me dijo que si quería ir con ella a un antro (discoteca) y sus amigos. Le dije que probablemente un chico iría a verme a la casa (lo cual sólo iba a ser cierto si otra vez Duque no estaba suelto, que haría lo mismo de unos días antes). Ella se fue y yo me dormí un rato. Desperté, eran como las 9 de la noche. Era viernes. Me asomé, y para mi fortuna Duque estaba suelto. Inmediatamente lo metía casa. No habíamos hecho nada desde la vez que me cogió por primera vez. Yo estaba muy contenta.

Yo traía puesta mi ropa para dormir, un short y una playera sin mangas. Cuando entró a la casa él también estaba feliz y emocionado. Movía mucho la cola y brincaba para poner sus patas delanteras sobre mí, casi me llegaba a los hombros. Parado era casi de mi estatura. Así paradito lo acariciaba "Ay Duque, ya quería jugar contigo, te extrañé mucho", le decía mientras que le daba besitos en su nariz, su hocico y lo dejaba meter su lengua en mi boca. Estuvimos un rato jugando, en el sillón, como dos novios que tienen tiempo sin verse. Ni siquiera me cruzaban pensamientos sexuales por la mente al comienzo, simplemente estaba contenta de estar con él. Me sentía muy feliz. Él se subía al sillón conmigo y yo lo acariciaba. Poco a poco las cosas fueron subiendo de tono. Los besos empezaban a ser más apasionados. Duque olía como si ya hubieran pasado algunos días desde la última vez que lo habían bañado, y su olor me estaba poniendo todavía más cachonda.

Empecé a sentir como la temperatura de mi cuerpo comenzaba a subir. Cuando me pongo muy cachonda mi cara comienza a ponerse muy caliente. Me quité la poca ropa que traía y me senté en el sillón abierta de piernas. Duque no tardó mucho en comenzar a lamerme. Era muy rico, yo lo disfrutaba bastabte. "Ay Duque, que rica lengua!" le dije. Le acariciaba su cabeza y orejas mientras me lamía. Me estaba excitando muchísimo. No tardé mucho en venirme de lo cachonda que estaba. "Me vengo Duque, me vengo mi amor!" grité mientras tuve un orgasmo gracias a la lengua de Duque y mi mano también. Quería coger ya con Duque. Me puse en 4 patas delante de él. Él ya sabía qué hacer. Tardó menos que la primera vez en encontrar mi vagina con su pene.

Cuando la punta de su pene dio con mi vagina, Duque empezó con sus movimientos copulatorios. Me tenía bien agarrada de la cadera. "Eso bebé, cógeme, méteme tu verga, coge tu perrita" le dije mientras recibía sus deliciosas embestidas. Esta vez me dolió bastante menos que la primera vez. Nuevamente quedamos pegados. Duque era un amor, siempre que me anudaba se quedaba muy quieto. Me tenía bien ensartada. Puse mi cara contra el piso, y empecé a jugar con mi vagina mientras Duque me llenaba con su esperma canino. Me vine varias veces. Hasta que ya no pude más y me quedé quieta, respirando agitadamente y gimiendo con mi macho encima de mí. Después de como 45 minutos, más o menos lo mismo de la primera vez, se despegó de mí, y su semen hizo un charco pequeño en el piso. "Ay Dios mío!"Grité cuando su verga salió de mi interior. Duque me lamía y lamía la combinación de nuestros fluídos que escuría de mis piernas y se acumulaba en el piso.

Duque se echó sobre el suelo, y yo como buena perra fui a proporcionarle una mamada a mi macho. Se la estuve chupando un rato, tragando los chorritos de semen que le seguían brotando. Puse en práctica lo que vi en relatos y videos, y le pasaba rápidamente la lengua por su puntita, y cuando lo hacía sacaba chorritos más largos y frecuentes. El sabor del semen de Duque no era muy fuerte, no sabía casi a nada, solo me gustaba tragarme su semen por la perversión, y por sentirme su hembra. Le pasaba la lengua por toda su vergota, por su nudo que seguía afuera y por sus testículos. Le chupaba todo su miembro de la punta hasta los huevos. Me sentía muy perra dándole esa buena mamada a mi macho canino. Mi boca aún no se acostumbraba a su tamaño. No tardé mucho en cansarme, así que lo dejé.

Cuando su pene se deshinchó por completo lo saqué de la casa. "Gracias guapo por la cogida, te veré pronto" le dije mientras salía. Me bañé, me cambié y me puse a limpiar todo. Posteriormente a eso empecé a poner en práctica un plan para poder tener a Duque dentro de la casa y no levantar sospechas. Lo que hice fue meterlo cuando mi compañera estaba en la casa. A ella también le gustaban los perros, aunque no tanto como a mí jaja. Le dije que Duque me recordaba a un perro que tuve cuando era niña, y que seguramente los vecimos preferían que estuviera dentro con nosotras que en la calle. Ella estuvo de acuerdo. Duque pasó bastante tiempo con nosotras. eventualmente los vecinos nos dijeron que estaba bien, que de paso nos cuidaba. Duque era casi tan nuestro como de sus dueños reales jaja.

Le compré un plato para darle de comer, y otro para darle agua. A mi amiga le agradaba tenerlo. Y lo mejor de todo era cuando nos quedábamos solos Duque y yo. A veces cogíamos 3 o 4 veces el mismo día. Otros días solo nos dábamos oral el uno al otro. A veces me ponía bonita para él, me maquillaba, me ponía lencería o los disfraces que usaba para coger con mis amantes hombres. Duque fue de mis mejores amantes hasta que terminé la carrera y volví a mi pueblo. Despedirme de él fue muy duro. Fue mi primer macho canino. Fue un despertar sexual muy interesante. Descubría que si quería coger y no tenía un hombre disponible, podía usar un perro y al revés. Si gustan después les contaré de otros amantes caninos que tuve. Por el momento les agradezco su atención. Muchas gracias.