Mi inicio en el incesto (Parte 2)

¿Todo fue un sueño?

Antes quiero agradecer por todos los comentarios recibidos en mi primer relato, fue por ello que decidí escribir esta segunda parte. Debido a mi trabajo y ocupaciones familiares me resulta difícil escribir y terminar un relato tan rápido como quisiera. Espero les guste.

Era sábado en la mañana, desperté alrededor de las 7am y fui recordando lo ocurrido, por un momento pensé que tal vez todo había sido un extraño sueño húmedo, pero, al voltear a mi derecha vi a mi hijo quien aún dormía plácidamente. Al quitarme la sábana, mi vestido se había levantado por encima de mis caderas, vi que no llevaba ropa interior y luego recordé que anoche, después de bañarme y vestirme no me la había puesto, busqué bajo mi almohada y la encontré.

Sentí que necesitaba despejar mi mente así que me alisté para salir a correr, me puse ropa deportiva y me fui al parque, en la calle me crucé con algunos vecinos, hombres y mujeres que me conocían a mí y a mis hijos, me preguntaba, ¿qué pensarían ellos si supieran lo que había hecho la noche anterior con mi hijo? Todos ellos tenían un buen concepto sobre mí, una mujer trabajadora y dedicada, amorosa con su familia. Después de todo, eso era cierto, cuando esperaba la llegada de mi primer hijo mi vida cambió radicalmente, nuestras familias nos obligaron a casarnos y cuando nació me dedique por completo a su crianza, mi pareja por el contrario extrañaba a la mujer que era antes, con quien tenía una vida sexual muy activa y podía disfrutar la vida, creo que esa fue una de las razones por la cual me engañó, cuando lo descubrí terminamos y luego de eso nos divorciamos. Una vez separados y mi hijo un poco más grande recibí ayuda de mi familia para criarlo y volví a trabajar, reanudé mi vida sexual de manera muy activa sin descuidar la crianza de mi hijo y unos años después conocí a quien luego fue padre de mi segundo hijo, poco después y cuando mi hijo ya tenía 6 años volví a quedar embarazada, no nos casamos, pero decidimos vivir juntos. Con el padre de mi primer hijo luego del divorcio llevamos una buena relación ya que visitaba frecuentemente a mi hijo y luego conoció a mi nueva pareja. Incluso se hicieron amigos ya que coincidían en algunas reuniones como cumpleaños, fiestas, reuniones del colegio y graduaciones. Con el padre de mi segundo hijo tuvimos una vida sexual buena pero no llego a ser tan intensa, salvo ciertas ocasiones, como con mi ex esposo. Esta vez no me conformé con mi rol de madre y pareja, quería crecer profesionalmente y decidí estudiar una carrera universitaria. Dos hijos bajo mi cuidado, mi trabajo y mis estudios nos hizo caer en una rutina que desgastó la relación y terminamos separándonos. Llevaba casi un año sin tener relaciones sexuales y creo que eso influyó en lo que pasó anoche con mi hijo. Ya en el parque empecé con mi rutina de ejercicios y luego de 1 hora regresé a casa.

Entre a mi cuarto y mi hijo aún seguía dormido, tomé algo de ropa del armario y una toalla, entré a la ducha. Me desnudé y observé mi cuerpo en el espejo, me agradaba como me veía a pesar del tiempo y de tener dos hijos, mi vientre plano, aunque con algunas marcas por el embarazo, mis senos y nalgas aun firmes, mis brazos y piernas tonificadas. El agua fría me ayudó a relajarme, pero los recuerdos y sensaciones de ayer se repetían en mi cabeza, recordaba su mano cálida sobre mi vientre, mis caderas, así como su pene dentro mío y su semen inundando mi vagina. Felizmente desde hace algunos años, después de mi segundo hijo empecé a utilizar anticonceptivos de larga duración por lo que no tenía riesgo de embarazo. Inconscientemente mis manos empezaron a recorrer mi cuerpo, acariciar mis senos, mis caderas y llegar a mi sexo. Tenía dos dedos dentro mío, estimulando mi clítoris, contenía mis gemidos por temor a despertar a mi hijo, pronto el placer fue incrementando a medida que me invadían los recuerdos de mi hijo, sentía que no podía mantenerme de pie, me deje caer de rodillas en el piso de la ducha con mis piernas separadas, aceleré el movimiento de mis dedos y llegue a un intenso orgasmo. Me recuperé mientras el agua seguía cayendo sobre mi cuerpo.

Terminé de ducharme y me vestí, un vestido blanco de tiras en los hombros y escote en V, un bikini en el mismo color y sin brasier ya que estaba en casa y el diseño del vestido evitaba que trasluzcan mis pezones. Bajé a la cocina a preparar el desayuno y siendo casi las 10am bajo mi hijo menor, me saludó con un beso y un abrazo como siempre, hablamos sobre las actividades que tenía que hacer durante el día, le pregunté por su hermano, me dijo que ya había despertado y escuchó que se estaba duchando. No pude evitar sentirme nerviosa por verlo nuevamente, me preguntaba si se habría dado cuenta o recordaría algo de lo ocurrido, escucharlo bajar por las escaleras aceleró mis latidos, pero tenía que fingir y guardar compostura. Cuando apareció, se acercó a mí y también me saludó con un abrazo y un largo beso en mi mejilla.

-          ¿Cómo te fue ayer mi amor, se divirtieron?

-          Sí, estábamos felices porque aprobamos todos los cursos y con muy buenas notas. En estos días debo inscribirme para el siguiente ciclo.

-          Qué bueno mi amor y, ¿Cómo amaneciste, dormiste bien?

-          Sí, no estoy acostumbrado a beber tanto y creo que me afectó más de lo que pensé

-          Eso veo mi amor, te preparé jugo para que te ayude y no te duela la cabeza. Siéntate a la mesa para que tomemos desayuno todos juntos.

Nos sentamos los tres en la mesa, mis dos hijos conversaban y reían como de costumbre lo cual me hizo sentir más tranquila. Mi hijo menor estaba sentado a mi derecha, en la cabeza de la mesa, mientras que el mayor estaba frente a mí, hubo un momento mientras conversábamos que al mirarlo me di cuenta que mi hijo mayor veía mis piernas a través de la mesa de vidrio, cuando se dio cuenta que lo miraba trató de disimular y ver hacia otro lado. Esto fue algo nuevo para mí, estaba acostumbrada a recibir miradas y hasta algunos comentarios, a veces subidos de tono, de hombres en la calle o el trabajo, amigos o desconocidos, pero ¿mi propio hijo? el morbo que me provocaba la idea que mi hijo también pueda sentir algún tipo de atracción hacia mí me ponía súper caliente, hacía mucho no sentía este nivel de excitación.

Decidí realizar un pequeño experimento para comprobar mi teoría así que me puse de pie y fui a la cocina con el pretexto de traer una jarra con jugo, le serví primero a mi hijo menor y luego al mayor. Ya que estaba frente a mí, tuve que ponerme de pie e inclinarme hacia adelante (un poco más de lo necesario) para llenar su vaso lentamente, de modo que mi escote dejara ver un poco más de mis senos, inicialmente no lo vi a la cara, pero luego voltee a verlo y sí, tenía la mirada perdida en mi escote.

-          ¿Está bien hasta ahí mi amor? Le dije sonriendo (solo había llenado poco más de la mitad de su vaso).

-          No, llénalo completo por favor mamá.

Nuevamente inclinada terminé de llenar su vaso casi hasta el borde, noté su mirada nuevamente en mi escote, esta vez con cierto descaro, hasta que volví a sentarme. Ya había terminado mi desayuno y escuchaba lo que mi hijo menor nos contaba casi sin prestarle atención. Crucé las piernas de modo que mi vestido subió ligeramente dejando ver un poco más de mis muslos, mientras mi hijo trataba de no perder ningún detalle. Terminado el desayuno llevé la mesa y ellos se quedaron conversando. El resto de la mañana transcurrió con normalidad, mi hijo mayor salió poco después del desayuno y dijo que volvería más tarde, mientras que el menor se quedó ayudándome y luego haciendo sus quehaceres ya que era la condición que le puse para dejarle salir a jugar con sus amigos.

Ya sola en casa decidí poner música a todo volumen, terminé las cosas que tenía por hacer y decidí recostarme en el mueble de la sala para ver algo de televisión. Había pasado poco más de una hora cuando escuché la puerta, era mi hijo mayor.

-          Hola mamá (se dirige al baño a lavarse las manos).

-          Hola mi amor, ¿cómo te fue hoy?

-          Bien mamá, ¿Qué estás viendo en la tele? (se acerca a mí, me ve recostada en el sillón)

-          Pues, encontré esta película a la mitad y la estaba mirando.

-          ¿Puedo recostarme aquí contigo? (mientras lo dice se lanza al sillón y se pone detrás mío, antes hemos hecho esto así que no fue raro para mi)

-          Si mi amor, ven (me acomodo justo antes que pueda aplastarme al lanzarse al sofá, arreglo mi vestido que se había corrido un poco)

-          Mamá, hay algo que me gustaría contarte, pero creo que me sería más fácil si me dejaras hablar y no me interrumpes hasta que te lo pida o te diga que terminé de hablar ¿sí?

Intenté darme la vuelta para poder verlo a la cara mientras hablaba, pero me detuvo y me dijo que mejor me quede como estaba, acepté.

-          Muy bien mamá, desde hace algunos años he sentido atracción por ti, no hablo de admiración sino de deseo. Todo fue a raíz de lo que ocurrió en año nuevo ya hace dos años.

-          (mi corazón se detuvo, no podía creer que mi hijo nos haya visto, pensé que nadie fuera de los tres involucrados esa noche sabían de lo ocurrido. Además, Me impresionó que durante tanto tiempo no haya siquiera mencionado algo. Volví a prestarle atención)

-          Esa noche de año nuevo, estaba cansado, me iba dormir, pero quería despedirme de ti y mi papá, me comentaron que vieron que subías las escaleras, te busqué en el segundo piso, pero no te encontré así que subí al tercer piso. Los encontré y no daba crédito a lo que veía, pensé en irme, pero mi curiosidad fue mayor y me quede mirándolos, jamás te habría imaginado haciendo algo así, aunque suponía que era normal, pero creo que nadie imagina como tu mamá vive su vida sexual.

-          (Recordaba muy bien esa noche, año nuevo hace dos años, mi pareja y yo organizamos una fiesta en la casa, esa noche tuve mi primer trio después de muchos años, con mi actual pareja y mi ex esposo. –No cabe ahora, pero podría contar como fue en otro relato-).

-          Después de esa experiencia fue difícil verte solo como mi madre, me lamenté no haber visto todo y llegar casi cuando terminaban, pero luego fui a mi habitación y me masturbé como nunca antes, solo podía pensar en ti.

-          (De nuevo me desconcertaba la naturalidad con la que me hablaba, no le interrumpí como habíamos acordado y seguí escuchándolo)

-          Los días siguientes fueron difíciles, me resistía a verte como algo más que mi madre, incluso traté de evitar irme a dormir a tu cuarto como antes, intentaba no pensar en ti de esa forma, pero cuando me masturbaba no podía evitar terminar pensando en ti y en lo que vi aquella noche. Por tu parte, no ayudabas mucho, tu forma de vestir cuando estabas en casa, notar que no usabas brasier y como se marcaban tus senos, cuando estábamos en la sala y tu vestido no cubría bien tus piernas, incluso dejando ver parte de tu ropa interior cuando te quedabas dormida.

-          (mientras narraba todo esto yo seguía quieta y escuchando calmadamente, pude notar como el bulto en sus pantalones crecía y se apretaba contra mis nalgas, preferí no interrumpirlo ya que a estas alturas no parecía lo más importante).

-          Mis amigos del colegio siempre me molestaban haciendo comentarios sobre ti y que parecías mi hermana y no mi mamá, muchos querían venir a la casa solo para poder verte.

-          Hace un tiempo decidí rendirme a lo que estaba sintiendo y encontré un grupo en internet de personas que tenían un interés similar al mío y deseaban practicar el incesto con sus madres, hermanas, primas o incluso tías. Dudé mucho al principio, pero me uní a ellos utilizando una identidad falsa, ellos pedían que todos envíen una foto de la mujer que deseabas e indiques que parentesco tenías, no era necesario que sea una foto desnuda y se taparía tu rostro para cuidar tu identidad. Vacilé en hacerlo, pero conseguí tomarte una foto mientras no te dabas cuenta y la envié, muchos de los integrantes hicieron comentarios sobre tu cuerpo y a diferencia de antes, me excitaba leer lo que decían y me alentaban a buscar realizar mi fantasía e irles contando.

-          Hubo uno de los chicos que se contactó conmigo y me dio algunos consejos sobre cómo tener un acercamiento contigo. Le conté que a veces me quedaba a dormir en tu cuarto y que hace un tiempo terminaste con el papá de mi hermano y me dijo que podría aprovechar la situación, que además de todo eres mujer y también podrías sentir ganas de sexo, me dijo que busque la forma de dormir juntos ya sea fingiendo que estaba enfermo y necesitaba cuidado o había bebido demasiado, luego cuando te quedaras dormida podría aprovechar la situación e ir acercándome a ti según como reacciones.

-          (Mis ojos se abrieron completamente y sentía que mi corazón se había detenido, ¿Entonces todo había sido un truco de mi hijo?)

-          Anoche, cuando entre a tu cuarto fingí estar más bebido de lo que realmente estaba, para tener la excusa de quedarme contigo, me recosté a tu lado, te hice creer que me había quedado dormido de inmediato y al tener las luces apagadas podía ver discretamente que hacías, esperando que te quedaras dormida, luego me di cuenta que te costaba conciliar el sueño y empezaste a acariciarte bajo las sábanas, me moría por verte y cuando te descubriste para quitarte la ropa interior pude ver tus senos, tus pezones erectos y fue en ese momento que en un impulso, estire mi mano para rozar tu piel. Me sorprendí cuando tomaste mi mano y la utilizaste para acariciar tu cuerpo, en ese momento quería dejar de fingir, pero me contuve para ver hasta donde llegarías. Me arriesgué un poco más y me puse de lado para verte mejor, la luz tenue en la habitación me permitía ver tu piel y tu cuerpo como nunca antes, me sentía hipnotizado por tus gemidos. Poco después sentí como acariciabas mi pecho y tu mano bajaba por mi bóxer, tomaste mi pene y lo acariciaste haciendo que se me ponga dura como nunca antes. Cuando te pusiste de espaldas y fuiste pegando tu cuerpo al mío, sentí el olor de tu cabello, de tu piel y de tu sexo, estaba extasiado, pero nada comparado cuando me ayudaste a entrar en tu cuerpo, me tomaste de la cintura y empujabas tus caderas contra mi hasta que quedamos completamente pegados. Hubo un momento mientras te movías que no pude evitar menearme también, creo que lo notaste por un instante así que me detuve, luego retomaste tus movimientos y sentí como te corrías sobre mi pene, intenté prolongar todo lo que me fuera posible ese momento, pero también me vine, cuando sentiste mi semen llenando tu sexo no te detuviste y por el contrario aceleraste tus movimientos hasta que me sacaste la última gota.

Hasta este momento mientras mi hijo narraba lo ocurrido acariciaba con sus labios mis hombros y se acercaba a mi cuello, su mano tímidamente acariciaba mi cadera. Sin tiempo para que pueda detenerme, di media vuelta de modo que quedamos cara a cara y sin decirle nada más, le di un beso en los labios, de alguna forma quería recompensarlo por todo este tiempo que padeció en silencio al ver lo que había hecho con su padre y mi nueva pareja.

Mi hijo y yo nos fundimos en un apasionado beso, atreviéndose a mas, su mano acaricio mi trasero aun sobre la tela del vestido, mientras mi mano estaba sobre su pecho y decidí abrir los botones de su camisa desde arriba, él bajó una de las tiras de mi vestido descubriendo mi hombro, luego jaló un poco de ésta descubriendo uno de mis pechos. Sentí su mano cálida cubriendo mi pecho y apretándolo ligeramente. Abrí completamente su camisa y mientras el bajaba la otra tira de mi vestido descubriendo mis senos, lo abracé de modo que mis pezones se frotaban contra su pecho.

Mi hijo estaba casi encima mío ahora, su mano fue hasta mi rodilla y subió por mis muslos debajo de mi vestido, no podía evitar soltar algunos gemidos a la par que seguíamos besándonos. Mi hijo apretó mis nalgas mientras tiraba ligeramente de mi ropa interior sin atreverse a bajármela. Sus labios se separaron de los míos y aproveché el momento para mover mi rostro ofreciéndole mi cuello, me besó. Sentí sus labios bajar por mi cuello a mis hombros y luego a mis pechos, se detuvo a unos centímetros de mis senos como contemplándolos, sentí su respiración sobre ellos antes que su boca los cubra, su lengua jugaba con ellos, sentía como los lamía y mordía. Con mis manos acariciaba su cabeza y su cabello, tenía la boca entre abierta y los ojos cerrados disfrutando de su lengua y labios sobre mis pechos.

Lo detuve, me puse de pie dispuesta a dar el siguiente paso. Quité mi ropa interior por debajo de mi vestido y la lancé a sus manos, mientras seguía recostado en el sofá. Tomó mi bikini y lo acerco a su cara, verlo oliendo mi prenda íntima me excitó mucho, él estaba por abrir su pantalón y yo por dejar caer mi vestido.

¡Mi hijo menor llegó a casa! Escuche sus llaves abriendo la puerta de la calle, luego tendría que cruzar la entrada y abrir la puerta que da para la sala, no podía vernos, pero no nos quedaba mucho tiempo. Mi hijo mayor me pidió que subamos y continuemos en su dormitorio, pero le dije que su hermanito nos interrumpiría ya que me buscaría por toda la casa, le dije que cuando sea medianoche vaya a mi cuarto y así poder terminar lo que estamos dejando pendiente, le di un beso corto en los labios y acomodé rápidamente mi vestido, mi hijo subió a su cuarto con mi ropa interior en su mano y la camisa abierta. Mi hijo menor entró a casa, actué con total tranquilidad y lo saludé, me comentó como la pasó con sus amigos y los juegos que utilizaron, le dije que subiera para asearse y bajara para cenar todos juntos.

Ya sentados los tres en la mesa, en las mismas ubicaciones de la mañana, comenzamos a cenar. Mi hijo mayor volvió a mirar mis piernas bajo el vidrio sin ningún reparo de que yo pueda notarlo, pero cuidando que su hermanito no lo vea. Me agrado el juego así que moví algunos platos de modo que mi hijo menor no pueda ver lo que pensaba hacer bajo la mesa. Crucé mis piernas haciendo que mi vestido se levante de un lado dejándole ver buena parte hasta mi cadera, de modo que pudiera ver que aún no llevaba ropa interior. Miré a mi hijo, quien abrió los ojos como platos al darse cuenta que su madre estaba sentada en la mesa frente a él, utilizando un vestido sin llevar ropa interior debajo, cuando cruzamos miradas, le sonreí y acaricié delicadamente una de mis piernas.

Después de terminar de cenar, mi hijo menor se fue a su cuarto, yo subí a mi dormitorio, sabía que mi hijo mayor vendría pronto, me di un baño y me puse un pijama que utilicé en alguna ocasión especial con mi ex pareja, era un vestido muy corto de encaje negro semi transparente con escote en V, un bikini de encaje negro sin brasier y zapatos de taco negro. Aunque la espera se me hizo eterna, solo pasaron unos cinco o diez minutos desde que estuve lista hasta que mi hijo llego a mi dormitorio.

Cuando entró, cerró la puerta, traía un polo y short, me vio de pie frente a él, me recorrió con la mirada como disfrutando ver cada parte de mi cuerpo. Me dijo que me veía hermosa, lo sentí un poco nervioso así que decidí tomar las riendas, me acerqué y lo besé en los labios, acariciaba su espalda mientras él me tenía de las caderas. Así abrazados, caminamos hasta mi cama, caímos sobre ella, yo estaba encima suyo, sus manos acariciaron mis nalgas, mis labios bajaron por sus mejillas hasta su cuello, le quité el polo y besé su pecho, acaricié sus brazos y bajé hasta su vientre.

Mi hijo acariciaba mi cabello y suspiraba, notaba que disfrutaba mucho lo que hacía. Me detuve, le sonreí y lo miré a los ojos mientras bajaba su short y ropa interior a la vez, su pene saltó como un resorte en cuanto pude liberarlo. Tomé su pene con mi mano, lo acaricié desde la base masajeándolo mientras lo metía en mi boca, mis labios jugaban con su glande, sus gemidos aumentaban de volumen, acariciaba sus piernas mientras mi boca le daba placer. Cuando me dijo “Oh, sí mamá que rico se siente” me provocó un morbo terrible.

Ya más decidido, mi hijo me detuvo, me puso de pie y mientras seguía sentado en la cama levantó mi vestido para quitármelo, ahora estaba solamente con mis zapatos de taco y bikini de encaje negro, mis pechos estaban frente suyo, a pocos centímetros de su cara, los miró detenidamente antes de lanzarse sobre ellos, me tomó de la cintura y empezó a lamer y morder mis pezones erectos, sentía su lengua sobre ellos. “Oh, si mi amor, disfruta los pechos de mami” – le dije – eso debió excitarlo más aun ya que dio pequeñas mordidas más intensas provocando que gimiera con más fuerza, sus manos tomaron mi bikini por los lados y fueron bajándolo por mis caderas y piernas sin dejar de lamer mis senos.

Sentía mi ropa interior deslizarse por mis piernas, levante una para facilitarle que me la quite, luego la otra pierna. Sentirme totalmente desnuda frente a mi hijo mientras este acariciaba mis piernas y nalgas a la vez que se comía mis pechos fue increíble, el morbo y deseo que me despertaba no lo había sentido antes. Mi hijo se puso de pie de modo que quedó frente mío, luego me tomó de los brazos y me recostó en la cama, quede boca arriba viéndolo de pie frente a mí, separe mis piernas como invitándolo a venir, se acercó, me besó en los labios mientras su cuerpo estaba cada vez más pegado a mí, sentía su pecho sobre el mío, sus piernas rozando la parte interna de mis muslos y por fin, la punta de su verga jugando en la entrada de mi sexo. Poco a poco su glande fue abriéndose paso entre mis labios vaginales, cuando la mitad de su pene estuvo dentro mío empecé a gemir, movía lentamente mis caderas, tenía la boca entre abierta lo que facilitó que su lengua entrara en ella y ambos jugáramos con nuestras lenguas. Dejó caer su cuerpo metiendo la otra mitad de su pene en mi de golpe.

Mi hijo empezó a mover sus caderas embistiéndome con su verga. “Uhmmmm, si mi amor, me encanta como lo haces, disfruta del cuerpo de mami, ¿Esto es lo que deseabas, no mi amor?” – le dije – Eso nuevamente lo excitó y mientras besaba mi cuello aceleró sus movimientos, de modo que la cama hacia ruido. Ya nada me importaba, confiaba que su hermanito no se despertara. Yo acariciaba su espalda y mientras que su pecho se frotaba contra mis senos llegue a un delicioso orgasmo, no pude hablar o articular palabra, solo deseaba que no se detuviera. Sentí como mis espasmos apretaron su verga y su pene empezó a palpitar, como delatando lo que estaba por venir. “Termina dentro mío mi amor” – le dije – Y poco después, sentí como su semen llenaba por segunda noche, mi sexo. Ambos quedamos agitados, él aun encima mío, dejo caer su cabeza sobre mi hombro tratando de recuperar el aliento.  Cuando le fue posible hablarme, levantó su cabeza, me dijo que me amaba y me dio un beso en los labios antes de salir encima mío y recostarse a mi lado. Poco después, me levanté de la cama para ir al baño, decidí no ponerme nada encima, disfruté voltear y ver a mi hijo contemplándome, de pie y desnuda mientras caminaba.

Luego de refrescarme un poco, estaba frente al lavabo mientras me observaba en el espejo. Mi hijo entró, seguía desnudo, se puso detrás mío y extendió sus brazos por los lados de mi cuerpo para lavarse las manos. Sentía su cuerpo pegándose al mío, su pene rozaba mis nalgas mientras se iba poniendo duro y sus labios acariciaban mi cuello. Yo me quedé quieta, dejando que él controle la situación. Dirigió sus manos mojadas a mis pechos y los acarició, cerré mis ojos y apoye mis manos en el lavabo de modo que incline ligeramente mi cuerpo hacia adelante. Sentía sus labios besando mi cuello y hombros, su pene había alcanzado nuevamente una erección y se frotaba contra mis nalgas, mi hijo lo tomó con una mano y lo dirigió a mi entrada, cuando frotó la punta contra mi entrada trasera, di un brinco, “Más abajo, mi amor” – le dije – Cuando estuvo en la entrada de mi sexo, incliné más mi cuerpo, solté un gemido cuando fue entrando en mi cuerpo. Mi hijo me tomó de las caderas y mientras nos veíamos a través del espejo, me jaló hacia él de modo que su pene entró de un solo golpe.

Yo estaba con las piernas separadas, mi cuerpo inclinado hacia adelante mientras mi hijo detrás mío me penetraba por vía vaginal. Gemía mientras observaba a mi hijo por el espejo, su mirada de lujuria e intensidad de sus penetraciones incrementaba el placer que sentía. Esta vez no quería quedarme con las ganas de probar su semen, aproveche un movimiento para que salga de mi cuerpo y me di la vuelta, lo tuve frente a mí y lo besé en los labios mientras con mi mano masajee su verga, me arrodille rápidamente y metí su pene en mi boca. Seguía masturbándolo con mi mano mientras mis labios estimulaban su glande. Mi hijo empezó a gemir y hacer algunos movimientos como si intentara cogerme por la boca, pronto empecé a sentir como sus chorros iban directo a mi garganta y mis labios, no me detuve hasta que él lo hizo.

Me puse de pie y con mis dedos recogí los restos de su semen que aún quedaba por mis mejillas y labios para luego meterlos en mi boca. Luego de asearnos un poco regresamos a la cama, conversamos sobre todo lo que había ocurrido y acordamos que podríamos repetirlo siempre que ambos lo deseemos. Luego mi hijo se vistió y se fue a dormir

a su cuarto

.

Ahora, sola en mi dormitorio y desnuda sobre la cama, no podía creer el cambio que había dado mi vida sexual en estos dos últimos días, pero sentía que se abría ante mí un nuevo mundo de posibilidades, ya no recordaba porque motivo había dejado pasar tanto tiempo sin haber disfrutado del sexo, si después de todo… Tengo a mis dos chicos en casa.