Mi inicio como fetichista (2)

Despues de una experiencia con una pareja como observador.

1 –INICIO II

Después de mi primera experiencia, masturbándome sólo en mi casa, donde eyaculo por primera vez, pensando en los pies de esa chica, esperé con ansiedad el próximo sábado para ir a la pista de patinaje y volverla a ver. Cuando llegó el esperado día, después de patinar un rato me fui al balcón donde fue mi observatorio y permanecí acostado de nuevo, a la expectativa. Los observé llegar y patinar, hasta casi llegar al oscurecer. Después de eso, se retiraron pero hacia otro lugar a quitarse los patines, dejándome decepcionado después de tanta espera. Después de un rato cuando me estaba por levantar para irme, al darme vuelta, me sorprendí pues ellos estaban tras de mi observándome en silencio y sonriendo. Me perturbé mucho y avergonzado, bajé la cabeza e inicié mi huída. Sin embargo la chica dijo:

-¿Estabas esperándonos?

-¡NO!- contesté rápido.

-¿Qué hacías aquí?

-Nada, solo descansaba.

-¿Y ahora te estás por ir? ¡Justo cuando nosotros queríamos verte!

-¿Ustedes me querían ver a mí?

-Si, nos gustó mucho Germán y a mí, que nos observaras cuando jugamos el otro día, así que queremos que te quedés un rato.

Se me ha hecho tarde !-dije como excusa aunque en realidad deseaba ardientemente quedarme, por lo que quedé inmóvil. Mientras tanto él arrodillándose había comenzado a quitarle los patines a ella, luego sacó del bolso de tela una toalla grande y extendiéndola en el suelo, hizo que ella pisara allí descalza. Sacando también del bolso las excitantes medias transparentes negras, se las colocó. A todo esto yo ya tenía erecto mi miembro y se me notaba bajo el pantalón. Hasta ese momento ella se apoyaba en los hombros de él para no perder el equilibrio, pero ya con las medias puestas, se sentó sobre la toalla y levantando las piernas permitió que él le quitara la brevísima bombachita. Y mientras se la sacaba, mirándome fijo a los ojos, ella me dijo

- ¡Acercáte!

Yo me acerqué lentamente, con timidez.

-¡Abríte la bragueta y sacála afuera!

Como me quedé estático parado a su lado, mientras él le penetró con un dedo su papo, ella, rápidamente, me desabrochó los botones del pantalón y metiendo su mano dentro, me tomó mi pene y lo sacó afuera.

Comenzó a masturbarme con suavidad, pero cuando llegó al orgasmo, me lo sacudía con vigor, lo que motivó que saliera mi semen con fuerza, salpicando su rostro. Todo el tiempo yo miraba fijamente esos pies con medias, veía a sus dedos todos apretados juntos dentro de ellas y cómo ella con esfuerzo los movía cuando gozaba, como si quisieran escaparse de su funda, pero la firme trama de las medias los hacían permanecer allí apretados. Y cuando yo volcaba lo único que pensaba era "si pudiera aunque sea olerlos". Cuando terminó de gozar, él sacó sus dedos del papo de ella y comenzó a limpiarse la mano con otra toalla, mientras que ella, sin soltar mi pija, me pidió

-¿ Me ponés las sandalias?

Y tirándose de espalda sobre la toalla, levantó sus pies hacia mí. Yo vi dentro del bolso abierto unas sandalias y sacándola de allí se las puse. Mi pija permanecía dura a pesar de haber volcado su leche, pues podía rozar los pies de ella a través de las suaves medias, lo que me excitaba enormemente. Entonces su novio se paró al lado de ella también y sacó una enorme verga, que puso ante el rostro de ella, quien inmediatamente la tomó entre sus manos y empezó a masturbarlo, al mismo tiempo que nuevamente me pajeaba a mí. Mi mirada iba de esos hermosos pies con sandalias hasta la cara de ella, porque se había metido la enorme pija de su novio en la boca y la succionaba desesperadamente mientras nos masturbaba a ambos. Cuando él derramó su semen dentro de su boca, éste comenzó a brotar fuera de ella y sacó su lengua y relamiéndose tomaba ese semen y lo tragaba. Yo no volqué, y en ese momento se escuchaban voces que se aproximaban, por lo que rápidamente ella se levantó y tanto el novio como yo tuvimos que guardar nuestras pijas, aunque estaban mojadas para que no nos vieran quienes llegaron. Cuando los dos se recompusieron un poco la ropa, se alejaron sonriendo y sin despedirse, dejándome totalmente caliente, y tratando de disimular mi erección bajo el pantalón, me fui corriendo hasta mi casa. Cuando llegué allí, entré rápidamente al baño y sacándomela afuera me comencé a masturbar.

Por más que mi mano iba y venía a lo largo de mi pija, no lograba eyacular; mi calentura era impresionante, recordando no sólo como me hizo la paja ella, sino también que la pija de él en la boca con semen era una experiencia nunca vista por mí. Pero lo que más me excitaba y siempre volvía a mi mente hasta eclipsar los otros recuerdos eran los pies de ella, ¡revivía el momento en que con caricias le coloqué las sandalias! Y deseaba tenerlos ante mi vista de nuevo.

Como eso no podía ser, entonces dejé de hacerme la paja y me quité la ropa. Una vez desnudo, descalzo, vi mis pies y me excité. Sentándome en el suelo, tomé uno de mis pies y lo acerqué a mi boca. Al verlo tan cerca comencé a lamérmelo y mi calentura se hizo insoportable y de pronto, sin hacerme la paja, sentí que empezaba a salírseme la leche, entonces apreté fuertemente los dedos del pie, torturándolo, me clavé las uñas en la planta del pie y mordí el dedo gordo que me había introducido en la boca cuando sentí que brotó mi leche, y el dolor aumentó mi placer, disfruté con ese sufrimiento y de ese modo volqué por primera vez sin necesidad de masturbarme. Algo que con el paso del tiempo fui perfeccionando y que lo puedo contar a quien lo desee si me escribe a besapies21@yahoo.com.ar