Mi ingenua vecina

Conocí a Alicia cuando se mudó a donde yo vivía. A partir de ese momento comencé un juego desesperado para llevarla a mí cama....

Hola. Me llamo David. Acabo de cumplir los sesenta y cuatro años. Nunca he estado casado ni tengo hijos. He dedicado toda mi vida a mi trabajo en una empresa de alimentación, ahora llevo jubilado cuatro años. Cuatro años que he dedicado a mis hobbies. Viajar y el deporte. Siempre e estado haciendo algún deporte, aunque mi trabajo no me dejaba tiempo para tomarme un poco en serio nada. Ahora me dedico a correr cada día. Gracias a ello e podido realizar varias maratones en estos cuatro años. Nueva York, Berlín, Tokio o Madrid, entre otros han sido mis destinos. He aprovechado para visitar las ciudades en donde corro, así mató dos pájaros de un tiro. Viajo y hago deporte.

Mi vida era esa hasta hace dos años, más o menos. Se mudaron al edificio donde yo vivo Alicia y Blas. Alicia y Blas son un joven matrimonio del norte del país. Ella llegó con veinte años recién cumplidos y él con veintitrés. Nada más llegar nos hicimos amigos. Mi puerta era justo la que estaba enfrente de la suya y eso ayudó a que nos fuéramos conociendo más. Como es lógico, yo me ofrecí desde un primer momento a echarles una mano en lo que necesitasen y ellos me lo agradeceiron mucho. No conocían la ciudad, ni esta ni ninguna, pues nunca habían salido del pueblo donde nacieron. Ahora estaban aquí porque la empresa de construcción en la que trabajaba Blas se había mudado a la capital y tal como estaban las cosas no les había quedado otra que mudarse lejos de sus familias y amigos.

Ambos eran muy educados y agradables. Alicia era muy bonita, grandes ojos negros, pelo castaño, labios gruesos, piel oscura y cuerpo de escándalo. Sobre todo destacaban sus tetas y su culo, era imposible no bajar los ojos cuando pasaba por tú lado. Él no era mal mozo pero para nada estaba a su altura. Sus caracteres eran tan distintos como ellos. El hablador, impulsivo y muy extrovertido, ella era mucho más calmada, tímida y sobre todo muy ingenua.

A los pocos meses de su llegada los tres habíamos entablado una bonita amistad. Empecé tomando café alguna sobremesa para luego comer algunos domingos  juntos. Así yo supe que se conocían de toda la vida, ninguno de los dos había tenido otra pareja, se habían casado por deseo de sus padres antes de mudarse y sobre todo lo que ambos contaban de sus vidas dejando claro, entre otras cosas, que Alicia era muy ingenua y creída. Ellos habían encontrado en mí durante ese tiempo a una especie de padre, un asesor de confianza. Yo, para ser sincero, me gustaba ella.

Sabía por mí experiencia y sobre todo al saber de la ingenuidad de Alicia, que antes o después tendría la oportunidad de poder sobar aquel culo y aquellas tetas. Sólo era cuestión de esperar. Mis ganas de tener alguna oportunidad con Alicia me habían llevado a algún que otro chasco. Cuando creía que ese día sería, algo se torcia y mi gozo en un pozo.

La mañana del cuatro de marzo empezó como cualquier otro día. Salí a correr temprano, luego compré el periódico debajo de casa y me subí. Cuando iba a entrar vi salir a Blas con una mochila:

_Te vas amigo?? - le pregunté sin interés aparante.

_ Si David. Me voy esta semana. Tenemos una pequeña reforma y vamos a estar yendo y viniendo varias semanas.

_ El trabajo es así. _ le dije mientras le golpeaba la espalda.

Mientras él hablaba Alicia se asomó a la puerta para despedir a su marido. Me quedé de piedra al verla. Llevaba un pantaloncito muy corto de pijama y una camiseta muy ceñida. La camiseta dejaba ver sus pezones al completo ante la falta de sujetador y el pantaloncito marcaba un coño digno de los Dioses. Me metí en mi casa con la polla dura como una piedra. Mientras me duchaba le daba vueltas y más vueltas a la cabeza para poder acercarme a ella, pero nada se me ocurría. Lo que me había parecido muy fácil en un principio, no lo era tanto. Seguía dándole vueltas a la cabeza durante el desayuno cuando el timbre de mi puerta sonó varias veces. Me sobresale al ver a Alicia delante de la puerta. En un primer momento me decepcione un poco. La sudadera y el pantalón vaquero ya no dejaban ver sus pezones o marcaban su coño:

_ Hola! Necesitas algo??

_ Quería hablar contigo, si no es molestia!!

_ Pues claro que no molestas. Pasa_ ella sonrió mientras se acomodaba en mi sofá aunque la notaba preocupada _ en que puedo ayudarte?

_ Esta semana estamos de aniversario Blas y yo...

_ Enhorabuena

_ Gracias David_ volvió a sonreír con educación, antes de volver a poner cara de preocupación _ el caso es que Blas siempre organiza alguna sorpresa en las fechas señaladas. Yo nunca he tenido ese detalle con él y alguna vez me lo ha reprochado. Me dice que no me esfuerzo, que siempre es él quien se lo trabaja mucho. Ahora estará fuera toda la semana y cuando regrese me gustaría darle una gran sorpresa.

_ Entiendo cariño. As pensado algo??

_ Lo cierto es que todo lo que se me ocurre es muy cutre, por eso quería saber si tú me podías ayudar.

Comencé a frotarme la barbilla para hacerme el interesante aunque en mi cabeza resonaban las palabras oportunidad, oportunidad...

_ Un restaurante caro. _Susurro ella.

_ Bueno Alicia, sino e entendido mal quieres una gran sorpresa, algo que lo deje con la boca abierta y compense todas las veces que él te sorprendió a ti_ ella afirmó con la cabeza. Yo debía ser muy listo, la tenía ante mí, preocupada y dispuesta. Ahora solo tenía que aumentar su preocupación para cuando le soltase mi idea no tuviera opción de decir que no_ la cena estaría bien, pero es algo que podéis hacer cuando queráis. Debe ser algo que nunca hayais hecho y lo deje con la boca abierta_ los ojos se le iluminaron  mientras yo hablaba y eso me marcaba que iba por buen camino.

_ Se te ocurre algo David?

_ Hay algo que puede funcionar. Habéis estado en un balneario?_ la boca de Alicia dibujo una gran "o" mientras negaba con la cabeza_ hay uno no muy lejos de aquí. Son sitios románticos, donde puedes cenar, relajarte y disfrutar mucho_ dije esto último con picardia, ella sonrió.

_ Entonces, puedo llamar y reservar para el fin de semana?

_ Eso sería lo normal _ comencé a decirle yo sabedor de que no podía dejar que hiciese eso. Mi plan era otro y ahí jugaba a mi favor su ingenuidad_ si tuvieseis muchos días llamabas y ya, pero vosotros sólo tenéis el fin de semana_ ella afirmó con la cabeza mientras me miraba sin pestañear_ por lo tanto lo mejor es que vayas allí...

Le seguí explicando que en el balneario había mil cosas, baños de agua caliente, fría, sauna, jacuzzi, masajes de todos los tipos etc.. Que lo mejor era ir antes, mirar lo que más le gustase y escoger. Así sin duda acertaria. Ella suscribió cada una de mis palabras:

_ Tienes razón. Pero no sé cómo llegar, ni que decir... Estoy_ algo se removia de alegría en mi interior al ver como la cosa iba en la buena dirección.

_ Yo te puedo acompañar, si quieres.

_ Lo harías? Te lo agradecería mucho.

Los siguientes minutos los paso agradeciendo mi ayuda mientras yo me frotaba las manos con lo bien que se habían puesto las cosas. Por vez primera me abrazaba aquella chica apretujando sus tetas en mi pecho, la sensación era celestial.

Dos días después salimos cara al balneario. Me había faltado tiempo en llamar a mi amigo Andrés. El trabajaba el un balneario de la sierra, no era el más cercano a casa, ni mucho menos, pero para mí plan lo necesitaba a él. No paró de reírse cuando le conté mis intenciones pero por suerte se prestó a ayudarme de buena gana. Debíamos ir en miércoles y eso hacía. Ese era el día que no había gente pues no hacían reservas para ese día, tenía que descansar buena parte del personal.

El camino hasta la sierra lo pase preparando mi camino. No dude en contarle historias a Alicia de parejas que se habían ido a la mierda por la monotonía, la falta de pasión o por falta de empeño de uno de sus miembros. No falta decir que me inventaba todo aunque su cara de preocupación en aumento cada minuto, me cercioraba que estaba haciendo un buen trabajo. Tardamos casi dos horas en llegar. Para cuando llegamos ella se tiraría de un quinto piso si se lo pedía .

Andrés nos esperaba en la recepción y como le había dicho, yo era un completo desconocido. Le conté lo que buscábamos, aunque él lo sabía. Nada en su rostro dejaba verlo:

_ Esto es muy grande _ comenzó diciendo Andrés _ hay muchas opciones. Lo mejor es que probasen lo que más les seduzca.

Alicia volvió a mirarme con esa cara de preocupación desmedida. Alimentada por mí en gran medida.

_ Creo que debemos hacer lo que dice este hombre _ le susurre de cerca como si no quisiese que el recepcionista me oyese.

_ Hoy no hay gente y pueden ir tranquilos. Además no les vamos a cobrar nada siempre que reserven para el fin de semana.

Eso no era del todo cierto, yo tenía que pagar esa visita, en eso habíamos quedado.

_ Yo hago como tu digas_ buena niña, pensé.

_ Vale señor_ me dirigí a Andrés mientras le guiñaba un ojo_ haremos el recorrido que usted nos diga.

Entramos y nos dio a cada uno nuestro traje de baño, albornoz, zapatillas y gorro. Cuando Alicia entró al vestuario aprobeche para hablar con Andrés :

_ Esta muy buena!! _ me dijo sonriente.

_ Has hecho lo que te dije?? _ me apresuré a decirle.

_ Si claro. Su bañador es dos tallas más pequeño y el balneario está sin nadie aquí abajo. Ahora es cosa tuya.

Sonreí agradecido y fui a cambiarme. Note la incomodidad de Alicia al salir del vestuario. Sabía lo que le pasaba antes de preguntarle:

_ Te pasa algo?

_ Creo... Creo que el bañador me es un poco pequeño.

_ Mira Alicia _ la coji por los hombros_ no puedes perder tiempo en esas tonterías. Como si te paseas desnuda_ mi voz era imperativa y así debía ser para dar crebilidad a aquello _lo importante es que el fin de semana tu des una sorpresa a Blas que jamás olvide. Que se pase una década pensando como igualarlo.

_ Tienes razón _ dijo levantando la cabeza en señal de fortaleza _No vuelvo a darle vueltas a mis inseguridades.

_ Bien hecho. Vamos.

La cogí de la mano y nos dirigimos a las piscinas. Iba ir de más a menos, si todo se desarrollaba como en mi cabeza pronto tendría su culo en mis manos.

Casi me da algo cuando se quito el albornoz para entrar al primer baño. Decir que el bañador le quedaba pequeño era quedarse corto. Apenas le tapaba la mitad de las tetas y la parte de abajo se metía en su coño dejando gran parte de los labios a la vista. No pude evitarlo, mi polla se puso dura como una piedra nada más verla. No disimule mi excitacion, no podía ni quería. Pasamos por la piscina de chorros, la salada y la caliente. Yo aprobechaba para tocarla, frotar mi ereccion en su culo y sobarla:

_ Hoy no hay gente_ le repetía cada vez, mientras ella prestaba atencion sin pestañear_ pero el fin de semana habrá mucha. Tendréis que estar muy pegados_ y yo me pegaba a su culo_ e ir desplazandoos así.

Ella estaba muy colorada cuando salimos de la sauna. En parte por el calor y en parte por estar sentada sobre mí polla. Esa fue la primera vez que mis manos se posaron en sus tetas. Con la disculpa de enfriar su piel después de mojar mis manos en el agua para hacer vapor, toque todo su cuerpo, recreamdome en sus tetas. Aquel sobe le había puesto los pezones como piedras, sabía que por mucho que intentase evitarlo, todo el roce de nuestros cuerpos, acompañado por el de mis manos y mi polla en sus nalgas la habían excitado mucho. Que deciros de mí. Había hecho números para no correrme un par de veces y la cosa iba a peor.

Entramos en los baños de barro. Los estanques donde estaba el barro para meterse eran individuales. Aunque eran lo suficientemente grandes para una persona, eran demasiado menudos para dos. Ni cabe decir que le hice pensar lo contrario:

_ Aunque no te parezca aquí debéis meteros los dos_ comencé a decirle_ esto estará lleno._ yo entre primero y me senté en el suelo. _ aquí hay que sacar el traje de baño _ quite el mio y lo tiré afuera.

Le indique con la mano que le tocaba a ella. Se lo estaba pensando, era normal, pero yo no podía dejarla dudar. Si decidía parar allí todo mi esfuerzo sería en vano:

_ Alicia, para mí también es difícil pero quiero ayudar. No me gustaría verlos separados en unos meses.

Mis palabras volvían a tener el efecto deseado y entro al estanque. No había sitio para dos y eso nos apretaba mucho. No sin esfuerzo se quitó el bañador de espaldas a mi. Vi su culo y coño en todo su esplendor mientras se agachaba para sacar el bañador por los pies. No sé cómo aguante para no meter mi boca en aquella raja y lamerla hasta quedarme sin lengua, pero me aguanté. Se sentó como pudo sobre mis piernas. Su coño estaba a escasos centímetros de mi polla y ella lo sabía. Mi polla se sacudía como loca buscando el agujero mientras mis huevos sufrían descargas eléctricas que me obligaban a jadear. Disimule como pude de nuevo mientras puse mis brazos alrededor de su cintura :

_ Mira Alicia_ me costaba hablar, pero tenía que hacerlo_ este es el sitio más sensual, como ves. Aquí estaréis los dos, habrá más gente pero podéis rozaros, debéis más bien_ la acerqué un poco más a mi polla con un suave tirón hacia mí _ pase lo que pase aquí tu tienes que disimular, todos lo harán. Te aseguro que le gustará mucho_ evite decir su nombre mientras de otro tirón mi polla estaba en su coño_ vamos a mirar si puedes hacerlo.

Ya no podía hablar más, sentía mi polla alojarse entre sus labios vajinales mientras la miraba a la cara. Ella dudaba, no sabía que hacer pero yo no le di tiempo para reaccionar. Levanté un poco su culo con mis manos y lo dejé caer cuando sentí que mi polla estaba el la entrada de su coño. No tuve cuidado, no fue despacio ni pensando, de un empujón ya se la había metido toda. Ella solto un jadeo fuerte cuando le entró todo y otros más suaves cuando yo empecé a moverme. La metía y sacaba con fuerza, un poco más despacio al principio y más fuerte después. Mi boca en sus tetas sucionaban los pezones tan fuerte que podía oírse a metros de distancia. Ella me abrazó alrededor del cuello y comenzó a jadear con fuerza. No duré mucho, más bien unos pocos minutos. Cuando los latigazos de placer llegaron a mi polla, mis manos en su culo la apretaron con fuerza hacia abajo. La corrida fue brutal. Nunca había estado tantos segundos echando leche. Jamás había disfrutado tanto, estaba tan extasiado que no podía moverme.

Salimos del barro minutos después y de la mano así desnuda la lleve a la ducha. Le limpié con cuidado el barro del cuerpo mientras ella me miraba. Me recree en su clitoris, volviendo a arrancarle buenos suspiros de placer. La lengua. Mi lengua dando vueltas en su clitoris mientras mi dedo entraba a su coño hizo que se corriera. Sus manos apretaron mi cabeza con fuerza mientras los espasmos de placer la hacían temblar como un árbol azotado por el viento. Sentó su culo en el suelo y cerró los ojos, por vez primera era consciente de lo que había pasado y ya no podía hacer nada.

Yo volvía a estar duro como una piedra. Con cuidado le agarré las manos y le di la vuelta. Supo al momento lo que yo quería. Se puso de rodillas ante mí, a cuatro patas con su culo y coñito dispuestos ante mi. No lo dude, mi polla volvió a entrar a su coño. Esta vez con más facilidad, Alicia arqueo la espalda con cada una de mis envestidas. Yo le agarré las tetas y le di cada vez más fuerte hasta que sentí como los espasmos en mi polla anunciaban mi inminente corrida :

_ No lo hagas dentro por favor_ esas fueron sus únicas palabras.

No pude hacer lo que me pedía. Le envolvi con mis brazos su vientre y la apreté con fuerza desmedida mientras la leche brotaba de mi polla muy dentro de ella. Fue otra corrida brutal. Sin duda el mejor polbo de mi vida.