Mi infidelidad de este año
Llevo 3 años con mi pareja y hasta el momento he conseguido serle infiel al menos con una nueva persona cada año, esta es la historia de mi 2005 partícular.
En el momento en que escribo esta historia ha ocurrido apenas el día de ayer. Para algunos puede ser ya una fantasía hecha realidad para mí fue toda una dulce aventura. Y procurare contarosla con toda la fidelidad a la realidad de la que sea capaz.
Hace ya más de un año note que una chica con quien me cruzaba todas las mañanas camino de mi trabajo, me miraba con bastante atención, finalmente un día decidido me encare con ella y le pregunte su nombre, Isabel, conversamos sobre trabajos, nacionalidad, estabilidad y por supuesto cambiamos los números de móvil para seguir en contacto, la chica es morena, con un culo estupendo y una cara traviesa, algo de estomago y poco pecho, pero en síntesis también atrae miradas cuando te cruzas con ella. Dado que yo soy casado y ella solo tenía libres los domingos, nunca tuve la oportunidad de tomarme ni siquiera un café con ella, dado que nuestro trato se reduce a saludarnos cada mañana tampoco hubo nada que me hiciera abrigar grandes esperanzas, salvo su mirada traviesa cero ilusiones. Finalmente este mes ella cumplió años el 25, le llame le desee felicidades y sabiendo que estaba de vacaciones le invite a comer, enseguida acepto. A la hora acordada ya se encontraba en el punto de nuestra cita, con un bronceado estupendo, acababa de regresar de un mes en la playa y estaba fabulosa.
La lleve a comer a un sitio sofisticado con un ambiente muy agradable, (yo iba desde mi trabajo, así que iba de traje), pidió pasta a la boloñesa, yo un filete de milanesa a la napolitana, conversación agradable, muchas risas y ni siquiera un roce de manos, al salir quise invitarle a beber una copa en un local cercano que siempre me ha gustado por su ambiente intimista y tertuliano, quería intentar romper el hielo; también acepto pero no hubo suerte, el sitio estaba cerrado por reformas. Creí que la cita se acababa allí, pero no quería darme por vencido, así que le propuse ir al cine, cerca había una sala en la cuál proyectan películas en versión original, de camino nos tomamos una caña en una terraza, compramos las entradas y acudimos a ver "Extrañas Coincidencias" con Dustin Hoffman.
Lo que no esperaba es que la sala contase con una ultima fila de butacas en un rincón de la sala protegido a ambos lados por las paredes que sostenían la sala de proyección. Dada la peli y que era la primera sesión (17:55), la sala no tenía muchos asistentes, y allí nos sentamos.
Nada más sentarnos se giro hacía mí y nos fundimos en un largo beso, me dijo: Hace mucho que tenía ganas de besarte. Yo ni siquiera conteste, me deleite en su boca mediana, labios finos y lengua inquieta, nos separábamos para respirar y volvíamos a besarnos, recuerdo que le pregunte que colonia usaba porque olía delicioso, empecé a aventurar mis manos sobre sus pechos, los apretaba con suavidad y ella me apartaba las manos, pero entonces buscaba su espalda desnuda dada la camiseta escotada que llevaba, empecé a acariciar su entrepierna y empezaron sus protestas quedas pidiéndome que me detuviera, me decía: no, no sigamos. Aquí si que conteste: Porque, no lo disfrutas? Y volvía a besarla. Con mi brazo derecho la abrace y la atraje hacía mí haciéndola pasar a mi butaca a sentarse sobre mis piernas. Sujete suave pero firme su cabello con la mano izquierda y la obligue a echar su cabeza hacia atrás mientras yo empezaba a besar y mordisquear su cuello y me entretenía en bajar con mi boca por todo su pecho hasta llegar al nacimiento de su escote. Aunque seguía protestando ya no retiraba mi mano derecha de su entrepierna mientras la izquierda recorría su espalda. Más decidido aún desabroche el botón de su pantalón y sumergí mi mano entre su braga y empecé a masturbarla, reconozco que aquí si intento sacar mi mano con fuerza de su panty, pero volví a callarla con mis besos y con firmeza la penetre con dos dedos y empecé un mete y saca al tiempo que procuraba atrapar su clítoris entre mi pulgar y la palma de mi mano, ella tan solo se dejo hacer y empezó a cerrar los ojos y disfrutar, consiguió llegar dos veces mientras estábamos en esa posición, la excitación ya era muy fuerte para mí.
Empujándola hice que se sentara entre mis piernas y esta vez cambie de mano, metí la izquierda en su pantalón mientras le tenía separada de mí, con la derecha la sujete bajo las nalgas e hice que se levantara un poco del asiento, en cuanto lo conseguí sujete su pantalón y su braga y los baje hasta sus rodillas, vaya culo que tiene la niña, aunque ya había sentido sus michelines, ver ese culo me puso a mil, de nuevo la senté entre mis piernas y continué masturbándola con mi mano izquierda, mientras la besaba, tenía su cabeza hacía atrás caída sobre mi hombro derecho, mientras con la derecha le acariciaba los pechos e iba de izquierda a derecha y de vuelta.
Ya completamente excitados, baje mi mano derecha a mi cremallera la que baje y saque mi polla liberándola del bóxer que ya me estrangulaba, yo no me baje el pantalón, ella me miro y me dijo: NO, no lo puedo hacer. De nuevo la sujete con ambas manos metiendolas bajo sus nalgas y como estaba tan al borde de la silla fue fácil desplazarla y levantarla atrayéndola hacia mí, cedió y mientras yo la guiaba con mis dos manos ella llevo la mano derecha por entre sus piernas hasta mi polla, la acomodo a la entrada de su vagina y se sentó, estaba tan húmeda que la penetración fue total desde el primer momento.
Empezó a moverse adelante y atrás, sus nalgas chocaban con mis ingles por encima del pantalón y aún así podía sentir el calor que irradiaba, una vez más que llego, yo que estaba sin condón y a punto de correrme le dije por lo bajo: Para, para que no me puedo correr dentro. Obediente, me saco de su interior y regreso a sentarse al borde de la silla, de nuevo la empuje y con suavidad (mientras la empujaba por los hombros)le dije: Arrodíllate; termino sentada en el suelo con su culo desnudo y su vagina húmeda sobre la alfombra. Una vez más me dije: Estas loco, no. Pero yo ya estaba desatado y halándola por el cuello con la derecha mientras me pajeaba con la izquierda le dije lo más firme que pude mientras la miraba a la cara: Chupamela, entonces puso su boca sobre la punta de mi polla, quito mi mano y la reemplazo con su mano y empezó a subir y a bajar en un fuerte compás, como me estaba haciendo disfrutar, mi corrida era inminente, afirme los pies en el suelo la empuje por la nuca hacía abajo y me deje ir, HUMMMMMFFFFFFFF, recibió las dos primeras descargas en la boca y se retiro, continuo masturbándome con la mano mientras los chorros de semen salían manchándole el cabello, la cara, mi propio pantalón y una gota especialmente espesa cayo en mi corbata, también su ropa, el puño de mi camisa, el reloj, me hizo tener una corrida extraordinaria, continuo masturbándome exprimiéndome hasta la ultima gota, y haciendo con su mano que tuviese unos espasmos de placer que me hicieron delirar.
Calladamente se levanto y volvió a sentarse junto a mí, nos mirábamos en silencio y por supuesto sin tener ni puta idea de que iba la película.
La entrepierna de mi pantalón entre sus jugos y mi corrida estaba hecha un asco y eran evidentes las manchas, pero la complicidad nos hacía solamente sonreír, su única queja fue: Mi pelo. No resistí las ganas de darle un beso, largo, húmedo y profundo, ya estaba de nuevo listo para volver a empezar pero no nos atrevimos de nuevo.
Lo cómico fue levantarme al servicio cubriéndome la delantera con la chaqueta del traje doblada sobre el brazo, y luego en el servicio lavar la corbata con jabón para manos, limpiarme los restos con papel higiénico y restregarme agua sobre el pantalón en un intento de tapar lo evidente.
Cuando regrese ella ya se había puesto su ropa adecuadamente, aún nos besamos más mientras le prestábamos más atención a la película.
Cuando se acabo salimos, la acompañe hasta la boca de Metro que le venía bien y luego seguí mi camino hacia casa, llegue con el tiempo justo para quitarme el traje y colgarlo, darme un duchazo y encender la tele justo cuando entraba mi esposa y me veía como si hubiese estado en casa toda la tarde viendo la televisión.
Hoy hablamos por el móvil ambos con deseos de repetirlo y con una alegría extraordinaria, un año esperamos sin pasar del trato cordial, pero con primeras citas como esta, otro año valdría la pena sin dudar.