Mi Hulk.
Continuación del relato; "Un gran cambio en mi vida". Si empezáis a leer, no podréis parar.
Siento mucho la espera y de que sea tan corto... Es lo malo de ser estudiante y estar pensando en lo que me había pasado.
Empecé a sudar, no me creía lo que estaba pasando. Un tío desconocido, potorrísimo y caliente, encima mía...
- Abre esa boquita.- me dijo el chico rubio de ojos color miel abriendome la boca con sus dedos.- Dioos... Que boca tienes... Esos labios rosas ardientes.
Me abrió la boca, y agachó un poco la cabeza, empezó a escupir dentro de ella y pasando su saliba por mis labios. Me tenia cogido por la cabeza y el mentón, asi que no podía hacer nada para moverme o cerrar la boca. Me pasaba su dedo índice de la mano derecha por encima de los labios haciendo un círculo continuo.
Se cogió su pene duro por el final, y lo fue metiendo poco a poco en mi boca llena de su saliba y de la mía. Cuando me la fue metiendo me empezó a doler la dentadura por el golpe y como ya creo que dije, era muy gorda... no me cabía por la boca, pero él seguía metiendo su rabo en mi boca inundada, que cada vez que metía más su polla caliente en mi boca, por ella caían hilillos de saliba. Yo no le quería moder su pene, porque a saber que me hacía: a lo peor me pegaba, o me clavaba su navaja. Solamente soy un niño de 13 años que se a cambiado de instituto para ser mejor persona y estudiante, pero lo malo es que yo no sabía es que la mayorían eran maricones.
Me la metió por la mitad, no me metía más porque no cabía. Sabía raro... hombre, en plan, obiamente tendría que saber raro para mi porque nunca había probado una polla... Sabía como a sirope de limón muy, muy agrio. La textura era como dedo, pero el capullo era como la punta de una salchicha, suave, como con líquido que siempre hay en los paquetes o botes de salchichas.
Empezó a sacar y meter, sacar y meter, sacar y meter... Me daban arcadas, no podía aguantar esa enorme y gorda polla dentro de mi boca moviendose constantemente, yo sabía de que iba a vomitar.
Le dí un golpe con la mano en el estómago, me sacó su polla de mi boca, giré la cabeza, y empecé a vomitar. Me pasé la mano por la boca así intentandome limpiar un poco. Él, se apartó de mi dejandome espacio, miré mi vómito y solo veía como un líquido transparente, los cereales de por la mañana, y sangre. El tío de guardó la polla y se fue, me quedé en reposo un rato en los baños, y no sé que me vino, pero quería dormir, estaba cansado, mis ojos se me cerraban, asi que me dormí.
Unos niños de mi clase me despertaron:
¿¡Eres Jesús Cobian!? ¿Que te a pasado, porque has vomitado, porqué estás así?- me dijo uno niño que estaba de rodillas a mi lado.
¿Eh? Si, soy Jesús... No sé... Había un tío, y... Buff, me quiero ir a casa pero ya... Me duele muchísimo la cabeza y la boca.
Vale, ya llamo al profesor para que llame a tu casa...
Y así fue, llamaron a mi casa, y vino mi madre preocupada a buscarme para irnos a casa. Cuando llegué a casa, entré en el baño, y empecé a vomitar más, no me encontraba bien... Me metí en la ducha con la ropa, y con la manguera, me eché agua en la cara, me quité el uniforme y me di un baño. Mientras que el agua caliente me caía en la cara, pensé en lo ocurrido: un compañero mio de bús, me había violado la boca.
No sé porqué, pero me empalmé, me excitó que me hiciesen eso. Me agarré el rabo, y me lo empecé a pajear hasta que me corrí, limpié la pampara, me sequé, me puse otra ropa y salí para recostarme un poco en la cama. Estaba cansado por todos los nervios que había pasado, por la caída y por lo de las duchas, asi que me dormí.
Soñé de que un chico alto, moreno, castaño, grande, con músculos y una buena polla, me follaba mi culo virgen, pero en el sueño, no había rostro. Mi primo mayor me despertó, y me dijo de que tenía miedo, y yo le pregunté porqué, me dijo que porque mientras dormía me quedaba sin aire, no respiraba, y de que gemia. Yo me empecé a reír y no dije nada del sueño, pero aún así, me reí mucho.
Me conecté en mi red social favorita, vi la televisión, cené y me fui a dormir. Se pasó el día volado, eso si... no volvi a pensar en lo que pasó.
Al día siguiente, por la mañana, a las 07:00 AM me despertó el despertador, me duché, me vestí con el puto uniforme, desayuné y me fui a la parada. Estaba aún dormido, no me daba cuenta de nada, hasta me pregunté que qué hacía yo en la parada del bús.
Cuando me "desperté", me di cuenta de que el tío rubio que me violó ayer la boca en las duchas me miraba, yo le miré a los ojos, fui hacia a él, me acerqué y le dije al oído:
- Vete a la mierda... A la que peor huela.- lo dije en susurro.
Esa mañana no sabía lo que me pasaba. Cuando llegó el bús, hice lo mismo que ayer, me senté atrás de todo en mi esquina, o sea, en mi asiento... Y a mi lado se sentaron los "gemelos", vamos a llamarlos así. Por el camino me dormía, daba cabezadas, los gemelos me miraban y se reían, yo me levanté, puse mi mochila en mi sitio, y me eché a lo largo encima de los gemelos, de lado, o sea, que mi cara miraba hacia el ombligo del gemelo con flequillo. Como el bús frenaba, me caía, asi que cuando volvia a frenar, me agarraba al pantalón de uno de los gemelos. Me aburría. Me volvi a levantar, y me senté en el colo del pelo pincho, mirando hacia delante los dos. En cada baque o en cada paso de peatones con altura, yo, botaba, me hacía gracia. Cuando volvíamos a coger otro bache, yo saltaba en el colo del gemelo, los dos se reían, asi que yo seguía saltando en su colo, y notaba como algo crecía por momentos y se endurecía. Me puse cachondo, no sé porqué, ami no me van los penes... Me metí entre los asientos y me agaché enfrente del gemelo de pelo pincho, el con músculos de ojos castaños fuertes. Le fui desabrochando la cremallera poco a poco, los dos me miraban y se pasaban la lengua por los labios. Yo iba poco a poco bajandole la cremallera, vi un slip de color blanco que marcaba un buen paquete. Metí la mano por el pantalón, luego por el slip, y toqué su furia dura y caliente, la saqué fuera: no era muy corta, pero tampoco larga, unos 16 centímetros de largo, y de gorda era como un brazo de un niño preadolescente, tenía un buen color de carne, se notaba que era espesa, la punta ya estaba descapullada, era gorda, por l apunta del capullo era... era... ¿fina? El color del capullo era rosado y la punta lila, era pre-ci-o-sa.
La cogí por un extremo del tronco duro y empecé a pajearlo, arriba y abajo... Le miraba a la cara y veía que tenía los ojos cerrado, viviendo el momento, y su amiguete se estaba tocando por dentro del pantalón. Se me cansaba la mano, así que me la metí muy, pero qeu muy despacito en la boca, el pelo pincho gimió, y todos los del bús miraron hacia atrás mirando a los dos gemelos, yo como estaba agachado no me veian, asi que pasaron del gemido. Empecé a chupar, mamar, lamer y comer esa gran polla, sabía bien, estaba rica, sabía a lo que huele el chocolate. Me la metí entera en la garganta, me daban arcadas, pero yo seguía comiendo, tenía hambre. Empecé a bajar y subir la cabeza con el pene dentro de mi boca hasta que se corrió en mi boca. Me inundó, no me cabía toda esa lefa en la boca, asi que me puse en pie, cogí la mochila creo que del amigo, la abrí y eché toda la riada de semen que me había dejado en la boca su amigo.
Lleguemos al instituto, sonó la sirena y entremos. Por el camino a mi clase vi a un tío de bachiller, alto, muy muy alto, muy pero que muy musculoso y grande, pelo castaño en cresta pincho, ojos verdes y un pendiente en la oreja izquierda y moreno.
En las 2 primeras horas de clase estuve pensando en ese chico y en que si era o no yo gay... Me puse a decirme a mi mismo que nunca había sentido lo que siento ahora por los chicos, por sus penes, por sus ojos, boca, pelo, piernas, músculos...etc. Me gustaban, asi que admití para mi que era gay, punto.
Tocó el timbre para ir al recreo, asi que salí de clase con mi amigo Javier, estuvimos dando vueltas por el instituto hablando de chorradas, de que si me gustaba este instituto, que si me encontraba bien, que si en el otro insti estaba mejor...etc. No sé como pero aparecimos en el pabellón de los de bachiller, y yo sonrié, Javi me vio sonreír, y me dio un codazo y nos empecemos a reír, le conté lo que me había pasado: lo de ayer, lo de hoy en el bús y lo de llendo para clase. Me dijo de que él también era gay, y de si me gustaba alguien, que me lanzase.
Nos sentemos en unas gradas que había enfrente de la pista de bachiller, y de la nada apareció mi Hulk, mi chico... vamos, el que vi al subir las escaleras. No lo podía parar de mirar, creo que el ya sabía que le miraba, pero pasaba mía, hasta que me miró a los ojos, me guiñó uno de sus preciosos ojos y me tiró un beso, me quedé de piedra, me puse rojo como un tomate y me fui corriendo, y detrás mía Javier partiendo se el culo por no saber que hacer.
En las dos horas después del recreo, Javi y yo estuvimos hablando de lo del recreo, de que me tendría que a ver visto la cara de gilipollas que se me había quedado, que estaba más rojo que un tomate, y de que casi me caigo bajando las gradas. Volvió a ser recreo, y volvimos corriendo a las gradas, pero no salía nadie a la pista, a si que nos fuimos, pero oímos un silvido, pero no sabíamos de donde venía, solo estabamos Javi y yo en toda la pista, los demás estaban por delante del instituto.
- ¡¡¡¡ FIUUUH !!!!- volvieron a silvar, y otra vez, y otra vez y otra vez, hasta que teníamos claro que venía del gimnasio.
Entremos sigilosamente, abriendo la puerta, metiendo una pierna y luego la otra. Estabamos dentro, y empecemos a andar hacia dentro del gimnasio, y vimos que estaba mi Hulk sentado en un banco con su móvil, hasta que nos vio y sacó una sonrisa, se lavantó, se acercó amí, me pegó contra su cuerpo sudoroso, me miró los ojos y la boca y dijo:
- Por favor, queremos estar solo.- SU VOOOOZ, NENVISDNFVKNASDFVMSPGJAW.... ¡¡ Me encantaba su voz, alta, grave, suave y clara... Ummm.
Mi amigo me miró, me echó una sonrisa picarona y se fue, miré a "Hulk", que aún estaba pegado a él, y mirandole a los ojos y luego bajando la mirada hacia su cuello, veía que él me echaba otra sonrisilla picarosa y viciosa.
Continuará...
Saludos a todos y gracias por leer mi relato.