Mi host father, el macho que me estrenó (III)
La tercera vez con mi host father y algo más ;-)
Después de ese fin de semana de sexo desenfrenado con mi host father, en el que nos desvirgamos mutuamente y follamos como animales, Candace y las niñas volvieron a casa.
Los primeros días no parábamos de intercambiar miradas incendiarias, la testosterona rebosaba por todos nuestros poros, hasta que una noche, oí como Trey se follaba a su mujer haciéndola gemir como una perra, lo que me puso cachondo perdido y me obligó a cascarme un pajote metiéndome hasta tres dedos en mi culito; en eso estaba cuando mi puerta se abrió con sigilo y el cuerpazo musculado y sudado de mi machazo se coló en la habitación. Sin decir nada se acercó a mi cama y me dio su pollón goteante para que lo mamara. Al meterlo en mi boca sentí la combinación de sabores: la leche de Trey y el coño de Candace, algo que me puso como una moto y me hizo tragarme ese sable hasta la garganta, un sable que ya estaba duro cuando mis labios lo rozaron. Trey suspiraba y gemía silenciosamente mientras sujetaba mi cabeza con sus manazas y follaba mi boca tranquilamente. Yo estaba flipado por la situación: mi host-father recién corrido después de haberse follado a su mujer, me estaba dando de mamar, mientras Candace exhausta debía estar durmiendo después de uno de los polvazos de antología que pegaba su marido.
Yo estaba disfrutando como un enano con semejante trabuco en mis fauces, cuando Trey lo sacó de mi boca, me dio la vuelta y enfocó su pollote a mi culo. Me la clavó de una estocada, sin miramientos, pero yo ya estaba bastante abierto después de haberme estado metiendo los dedos mientras los oía follar. Desde el principio, el ritmo fue endiablado; él me sujetaba por las caderas, mientras clavaba su pelvis rítmicamente contra mi culo. Me encantaba cuando Trey se ponía duro e inmisericorde y me trataba como a una puta cualquiera. Bufaba, gemía a mis espaldas, hasta que se tiró sobre mí sin sacar su polla y me cubrió completamente; giró mi cara y metió su lengua en mi boca besándome como un loco sin dejar de follarme a buen ritmo. Era un semental, no hacía ni 30 minutos que se acababa de correr con su mujer y ya tenía su rabo duro follándome el culo como un campeón.
Estuvimos media hora de reloj en esa posición, mi semental cubriéndome, profanando mi ano y reventándolo a buen ritmo, mientras sudábamos como cerdos y conteníamos los gemidos para que no nos pillaran. Yo estaba en una situación casi de inconsciencia por el placer, hasta que Trey paró, sacó su pollón para después clavármelo hasta el fondo de un solo golpe. Me corrí como un cerdo, tocó mi próstata de tal manera que largué toda la leche acumulada esos días sin tocarme en un orgasmo largo e interminable. Las contracciones de mi ano, exprimieron a la polla de Trey que se corrió en mi culo mordiéndome los hombros y apretándome contra él. Cuando acabó de correrse salió de mí, me dio la vuelta y se puso encima mí besándome con fuerza.
You are the best my boy…I want to fuck you every day-
Eres el mejor mi niño…quiero follarte cada día-
Después, volvió a poner su pollaza en mi boca para que se la limpiara, y se fue tan sigilosamente como había venido, regalándome con el espectáculo de su espalda y su culazo recortándose en la puerta.
Por la mañana al bajar a desayunar, Trey ya se había ido y Candace estaba liada preparando a las niñas para ir al colegio. Se la veía sonriente, y hasta parecía más joven, el polvazo de ayer le había sentado de lujo. Me alegré, era una buena mujer, y yo me sentía un poco mal por estarme beneficiando a su marido, pero Trey tenía para los dos, así que era mejor no comerse mucho la cabeza.
Me fui a la high-school y el día pasó sin pena ni gloria. En la última clase, la profesora de literatura, nos encargó un trabajo que teníamos que realizar por parejas que ella elegiría aleatoriamente. A mí me toco con Billy Mansfield, un bomboncito alto, castaño, musculado por jugar a lacross, con una boca de infarto y con gafas…un sexy nerd que me volvía loco, y al que creo que no le era del todo indiferente, porque más de una vez lo había pillado mirándome el culito, y es que tenía ( y por suerte aún mantengo) un culo de revista!
Para tod@s Billy era un heterazo con novia, pero me olía que allí había carnaza y hasta el momento no me había equivocado. Al acabar la clase, Billy se acercó a mi pupitre para proponerme juntarnos esa misma tarde, así nos sacábamos el trabajo de encima. A mí me iba bien, así que quedamos después de los entrenamientos de ambos.
Me encantaban los entrenamientos de natación, me dejaban como nuevo, fresco y lleno de energía. Después de la ducha, me dirigí al campo de Lacross. Aún seguían entrenando y pude deleitarme con las piernacas de los jugadores desde la grada. Al acabar el entreno Billy me vio, y se acercó corriendo con una sonrisa.
-Hey, let me grab my things and then we can go home, I’ll take a shower there-
-Déjame coger mis cosas y podremos ir a casa, ya me ducharé allí-
Me quedé esperando con el aroma a deporte de Billy y con la visión de esas piernacas grandes y musculosas que sostenía el culito más prieto y estrecho que había visito jamás.
Fuimos en su coche. Pasamos todo el trayecto charlando de la gente de la clase, mientras el se iba recolocando el paquetazo sudado en sus pantalones cortos. Yo estaba malo, pero soy un artista del disimulo y no quería mostrar mis cartas tan pronto.
Al llegar a su casa no había nadie, me dijo que sus padres llegarían al día siguiente, estaban en un viaje de negocios. Me guió a su cuarto y me dijo que le esperara cinco minutos mientras se daba una ducha…
-unless you want to take a shower together-
-A no ser que quieras ducharte conmigo-
Yo estaba flipando con lo directo que era, porque mientras lo decía se estaba sacando la camiseta y los shorts de deporte, dejando a la vista un buen rabo y unas buenas pelotas enmarcadas en uno de los cuerpazos más alucinantes que jamás había visto. Musculado, pero de deporte, no de gym, sin apenas vello, con una piel que brillaba de sudor. Sólo atine en decir:
-Sure-
-Desde luego-
mientras me desnudaba delante suyo.
Cuando me quedé en pelotas, silbó de admiración, se acercó a mí y palpó mi culo, mientras me besaba en la boca. Me dijo con media sonrisa:
-Let’s go?-
-Vamos allá?-
Y nos fuimos hacia la ducha.
Entramos en la ducha abrió el agua y se lanzó a comerme la boca mientras sobaba mi culo con una mano y me apretaba el rabo con la otra. La tenía a punto de reventar, mientras su rabazo se clavaba en mis abdominales y yo le dedeaba el culo. Gemíamos como cabrones, en eso alzó su brazo y me mostro su axila sudada y húmeda que me lancé a lamer como un poseso…buah, el sabor de su sudor adolescente me volvía loco. Tomó mi cara entre sus manos y me besó con furia, buscando en mi boca su sudor. Estuvimos un buen rato comiéndonos la boca y magreándonos como locos, hasta que cogió la botella de gel y soltó un chorro en su mano, cogió su chorra y la mía, las juntó y empezó a hacernos una paja mientras nos morreábamos como posesos.
Se dio la vuelta y apretó su culito perfecto, duro y pequeñito contar mi pollaza. Empecé a pajearme con sus nalgas, estrujándolas y pasando mi polla por su raja. Cogí la botella de jabón, y volví a embadurnar mi polla que resbala por su culo, hasta que sin dilatar ni nada, enfilé mi sable hacia su agujerito rosado que parecía que palpitaba de emoción esperándome.
Hice presión y mi capullazo entró en su culo. Estaba estrechito y caliente. Palpitaba y exprimía mi pollón, que poco a poco entraba en esa cueva caliente que me volvía loco. Él se inclinó y apoyó sus manos contra la pared de la ducha, mientras gemía entre el dolor y el placer. Yo no paré de meterla hasta que mi pubis chocó contra sus nalgas. Estaba en la gloria, acariciaba su espalda, me inclinaba y besaba su cuello, mientras poco a poco sentía como su culo se relajaba y empezaba a disfrutar de mi pepino.
Se incorporó para besarme y a la vez empezó a menear su culito suavemente. Ese fue el pistoletazo de salida, lo volvía a inclinar y mientras el agua caía sobre nosotros empecé a follarlo con fuerza: duro, rápido, incansable e implacable. Billy berreaba como un poseso, no paraba de gemir
-more, more-
-más, más-
Y si el pedía más. Yo le daba más fuerte. Estaba siendo un polvazo salvaje y animal, me tenía loco tener ese cuerpazo a mi merced, alargué la mano para cogerle el rabo y lo tenía como una piedra, manaba lefa como una fuente, y yo cada vez le daba más fuerte en su culo destrozándolo. Empecé a sentir como su ano palpitaba y él empezaba a aullar mientras yo continuaba con mi follada salvaje y con el pajote que le estaba haciendo. Mi manó se pringó con su leche y antes de que el agua la limpiara, me la llevé a mi boca para saborearla, me encantó. Lo incorporé de nuevo e hice que girara su cara para comerle los labios con su semen en mi boca. Se volvió loco, parecía que quería devorarme entero, intentó darse la vuelta, pero no le dejé. Quería seguir follando su culo y correrme dentro como un perro, y no me faltaba mucho. Así que volvió a apoyar sus manos en la pared de la ducha y yo me empleé a fondo para correrme como un cabrón. Recuperé el ritmo, y mis embestidas era fuertes, duras y largas hasta que poco después me corrí dentro de su culo. Debió ser un pedazo de corrida, porque aún no había acabado y la leche rebosaba por los bordes de su ano. Saqué mi polla y él se lanzo a comerla…buahhh esos labios carnosos devoraban mi polla y su lengua la estaba dejando bien limpia. Cuando acabó de limpiarme el sable, nos duchamos mientras nos comíamos la boca.
Una vez limpios y secos, nos fuimos a la cama y continuamos con los morreos hasta que al cabo de poco ya estábamos palotes de nuevo. Me preguntó:
-Ready for round two? -
- ¿Preparado para la segunda ronda?
Miré mi pollón duro como una roca y le sonreí:
You bet?-
¿Qué te apuestas? -
Continuará.