Mi host father el macho que me estrenó
Recordando mi estreno con mi "host father" de EE.UU
Hace muchos años que quería escribir sobre lo que me pasó en el verano en el 92. Yo entonces tenia 16 años, novieta y muchos amigos; es que era muy simpático además de bastante guapete: 1:83cm 73 kg fibradillo de hacer deporte y moreno de hacer vela y esquiar, si a eso le sumas mis ojos negros, mis pestañas largas, pelo rizado oscuro, un buen rabo y un culo grande y duro, levantaba pasiones...y aún las levanto!
Podéis creer que lo tenía todo, pero era huérfano de madre desde hacía un par de años; mi padre con una nueva familia me ignoraba, y mis hermanos mayores que yo, hacían su vida y sólo era una molestia para ellos. La única manera de llamar la atención fue empezar a sacar malas notas y acabé el segundo de BUP con todo el curso suspendido. Mi padre me castigó ese verano, y decidió mandarme el año siguiente a USA a estudiar tercero y quizás COU, así se sacudía un hijo problemático y podía hacer su vida sin preocuparse.
Ya os imaginaréis que la despedida con mis amigos fue épica y a mediados de agosto me embarcaron en un avión rumbo a mi nueva vida.
Han pasado muchos años y el viaje es confuso...aún se podía fumar en los aviones...y porque flirteé con una azafata me dieron cerveza gratis. Aterricé en L.A y allí cambié de terminal para coger un vuelo doméstico a San Francisco. Me impactó el tamaño de todo: aeropuerto, coches, calles, personas! Pero eso era LA al aterrizar en San Francisco, todo me pareció más normal. Allí cogí un autobús a Santa Rosa y en la parada de autobús de mi destino, me esperaba la familia que me acogía.
Bueno en realidad me esperaban mi “host mother” y sus hijas: dos niñas de 10 y 8 años. Mi madre americana conservaba el recuerdo de haber sido una mujer de bandera, pero dos embarazos y la dieta yanqui habían hecho mella en su figura; las niñas eran niñas: monas, simpáticas y emocionadas de tenerme todo un año en su casa. La madre se disculpó porque su marido no había podido venir a buscarme “Cause of work...you know”.
Yo ya hablaba bastante buen inglés así que comunicarnos no fue un problema. Subimos a su coche, el típico Pontiac familiar de la pelis, y hablando y conociéndonos llegamos a su casa.
Imaginaros: la típica casa americana de suburbio, con su jardín, su canasta de basquet y su piscina en la parte trasera. Sin ser muy lujosa, era bastante cómoda y yo tenía una habitación un baño para mí solo. Ya sabía que mi “host mother” era profesora y mi “host father” contratista, así que me podía imaginar cierto novel de confort.
Me instalé y por la noche llegó mi “host father”. Os puedo decir que desde que lo conocí, me di cuenta que me atraía de alguna manera que no era “normal”…pero es que era un ejemplar de hombre: alto, rubio, ojos azules, muy cachas, guapo como él solo; vestía vaqueros que le marcaban un buen paquete y una camisa a cuadros arremangada, que dejaba entrever un pecho peludo de vello abundante rizado y rubio. Sus brazos eran enormes, también tapuzados de vello rubio y cuando me dio la mano con un buen apretón y un “nice to meet you” me hizo temblar con esa voz suave y grave a la vez Todo un hombre…y yo extrañado y sorprendido por lo que me había hecho sentir mi “host father”…y encantado a la vez por tener un ejemplar así cerca.
Cenamos todos juntos en la mesa de la cocina, me preguntaban sobre mi ciudad que ese año había sido olímpica, y yo les preguntaba sobre mi High School, sobre sus costumbres…intentando que no se me notara que Trey (así se llamaba mi “host father” me atraía.
Por la noche, solo en la habitación, me hice un pajote pensando en ese pedazo hombre, en que acariciaba todo su cuerpo y me metía su rabo en la boca. Ya os he dicho que hasta la fecha había sido heterosexual, que NUNCA me habían atraído los hombres, pero ese apretón de manos, esa voz y ese cuerpazo, habían hecho un click en mí…sentía algo nuevo, y como nunca he sido un hombre que le de demasiadas vueltas a las cosas, decidí que ese año en USA iba ser un año de descubrimiento: ¿Que era hetero curioso? Bien ¿Que era gay? También bien; ¿Que era bisexual? aún mejor…más opciones.
Pocos días después empecé el High School, y la verdad es que me fue muy bien: encajé enseguida, y al poco tiempo tenía un grupo de amigos y amigas bastante grande. Además, me metí en el equipo de natación, algo que me encanta y con mi aportación ganamos varios campeonatos locales, lo que subió muchos puntos mi popularidad. Era un jock en toda regla, y tenía a muchas chicas a mis pies…y también a algunos chicos…cosa que descubrí más tarde. Por si acaso, me inventé que aún seguía con mi novieta española…no quería que nada interfiriera en mis propósitos de investigar mi sexualidad…eso me daba cierto blindaje: alejaba a las chicas y daba confianza a los chicos para experimentar…ya sabéis: si tengo novia y follo con tíos, sigo siendo hetero…jajajaja.
Ya os contaré de mis aventuras en la High School, ahora me centraré en mi “host father”.
Enseguida me di cuenta de qué relación tenían Candace (así se llamaba mi “host mother”) y Trey: eran cordiales, se tenían cariño, pero no había ningún tipo de afecto físico entre ellos; no había contacto, a penas un beso en la mejilla…un tiazo como Trey debía estar subiéndose por las paredes, o eso, o ese follaba a alguien más para poder mantener el tipo…se veía a legua que era testosterona pura.
Yo en ningún momento mostré un interés más allá del normal por él…no quería que me pillara…al menos no de momento, pero a él sí que le había captado alguna mirada cuando estaba en la piscina con el bañador de entreno: le había sorprendido mirando más de una vez mi culto enfundado en el ceñido bañador azul…y cuando empecé a competir en natación, él no se perdía ninguna carrera.
Todo pasó a finales de octubre poco más de dos meses después de haber llegado a USA. Candace y las niñas se marcharon Sacramento a ver a la abuela y a pasar Halloween allí…yo me quedé porque tenía una competición de natación y mi “host father” alegó que tenía trabajo.
El día que las “chicas” se fueron, no vi a Trey en todo el día. Me fui a dormir y no había vuelto. Dejé la puerta entreabierta … la verdad es que estaba un poco preocupado y quería darme cuenta que volvía a casa sano y salvo….y vaya si me di cuenta.
Me quedé frito esperando y de madrugada, algo me despertó, era una mano acariciando la parte baja de mi espalda y mi culo duro. Pegué un salto y me di la vuelta para ver quién era. Allí estaba Trey, despidiendo olor a cerveza y tabaco y con una mirada de salido y de vicio que me llegó a asustar un poco.
Rápidamente sujetó mis muñecas y me dijo en un susurro: “You have two choices: let me fuck or not…either way you’ll enjoy like a bitch” “Tiene dos opciones, dejarme follarte o no…de cualquier manera disfrutas como una perra” .
Estuvimos unos instantes mirándonos a los ojos…a pesar de morirme de ganas, no fui capaz de dar el paso…y él se lanzó como a besarme como un poseso: fuerte y duro, metiendo su lengua hasta el fondo de mi boca, llenándome de su sabor a cerveza y tabaco, mientras gruñía como un animal y se ponía encima mí, aplastándome con sus músculos, y sintiendo su obús de carne contra mis abdominales. El tío se estaba frotando contra mí cuando paró un momento y se sacó la camisa; mientras yo estaba tendido en la cama, sin palabras ante ese cuerpo peludo y rubio que mostró ante mí…jooodeeer, cuando lo recuerdo me pongo a mil…con sus tejanos marcando paquete de escándalo y su cuerpo cubierto de vello…esos hombros grandes y redondos, esos pectorales, esa barriga definida…me relamo mientras escribo.
Se sacó la camisa y se puso otra vez encima mío…yo ya estaba palote perdido, babeando como un cabrón y disfrutando de su boca en mi boca y su cuerpo caliente y sudoroso sobre el mío. Empezó a hacer como si me estuviera follando con los pantalones puestos mientras gemía en mi boca. Esto un buen rato así hasta que se volvió a incorporar y para ponerse de pie encima de la cama. La visión era impresionante: yo estirado, con ese ejemplar de metro 90, musculoso peludo, sudado marcando su rabio descomunal encerrado en sus vaqueros como una bestia empujando por salir. Me miró con cara de vicio y comenzó a desabrocharse los vaqueros poco a poco, mientras yo estaba inmóvil con el rabo duro y babeando y sin poder apartar la vista de ese espectáculo de la naturaleza. Se sacó lentamente los pantalones y se quedó en un slip ajustado blanco que apenas podía contener ese paquetazo...porque además de pollón, parecía que tenía unos huevazos de escándalo.
En ese momento reaccioné: me incorporé en la cama y pegué mi boca al contorno de su polla; pasé los labios resiguiendo ese rabazo, mientras el gemía como un perro y no dejaba de suspira “Oh God”; de su polla pasé a comer sus huevazos por encima de la tela del calzoncillo, mientras él gemía como un loco. De repente sentí una humedad en mi frente y vi como su capullazo asomaba por encima del elástico del slip y no paraba de soltar lefa. Como un cerdo me lancé a comer su capullo, pasándole la lengua por encima y saboreando el néctar que brotaba constantemente. Esto lo sacó de sus casillas, me empujó contra la cama y se me tiró encima morreándome como un poseso y restregándose contra mí.
Mi rabo estaba durísimo, sentía que estaba a punto de estallar y lo hubiera hecho si Trey no se hubiera levantado de nuevo agarrando mis tobillos y tirando de mí hasta el borde de la cama. Mi cabeza quedó en medio de la cama y él empezó a subir pasando su lengua por mi pierna, mi ingle, mi capullo, lo que me hizo gemir y casi correrme de gusto, siguió subiendo por mis abdominales, mi pecho, mi cuello, mi boca…a la vez su rabazo seguía el camino marcado por su lengua, hasta llegar a mi boca. La abrí y recibí ese obús de carne dura, caliente y palpitante…buffff. Empezó a follarme la boca sin piedad, al principio me atragantaba y tosía como un loco, pero a los pocos minutos ahuequé la garganta y esa masa de carne de 23 cm (lo supe después cuando se la medí) se enterró por completo en mi boca, mientras Trey gruñía como un loco. Agarré su culo durísimo y peludo con mis manos para marcar el ritmo y estuvo sus buenos 20 minutos alternando folladas de garganta con restregar su polla por mi cara. Yo me pajeaba como un loco y cuando notaba que me iba a correr, paraba…no quería acabar, ese estado de cachondez suprema me encantaba.
Trey gemía como un loco con su polla follando salvajemente mi boca, hasta que agotado, sacó su rabo durísimo y mojado con mis babas, y se tiró boca arriba en la cama, sudado y gimiendo. Este momento lo aproveché para ponerme encima suyo y comerle la boca un rato. Me recibió encantado y su mano derecha sujetó mi cabeza para besarme fuerte y con dureza; nuestras lenguas se enredaban y nuestros cuerpos sudados se frotaban, los nabos durísimos no paraban de soltar lefa y toda la habitación olía a puro sexo.
Estuvimos un rato más así hasta que yo bajé a su polla y le hice una mamada en condiciones. Mi primera vez, pero parecía un profesional. Me comporté muy puto: lamiendo su capullo, bajando mis labios por su tronco hasta que su capullo llegaba a mi garganta y mi nariz se sumergía en su vello púbico inundándome con su aroma. Mi “host father” se retorcía de placer en la cama, subía sus caderas para follar mi boca y no dejaba de decir “oh fuck, oh fuck”. También lamía sus huevos, los metía en mi boca, les pasaba la lengua mientras pajeaba ese pollón babeante, hasta que se me ocurrió dar un paso más y tan cerdo como estaba levanté sus piernas y dejé a la vista ese culo peludo y me lancé a comerlo. El aullido de placer que soltó fue impresionante y yo seguí buscando con mi lengua ese agujero prieto y rosado que nunca había sido penetrado.
Para facilitarme la labor, Trey se puso boca abajo, yo abrí sus nalgas y devoré su culo como un perro. Le metía la lengua y él gemía como cabrón, lo tenía entregado como una zorra sumisa; estaba a mi merced sollozando de gusto. Estuvo un buen rato con mi lengua en su culo hasta que me cansé y cachondo como estaba empecé a pasar mi rabazo durísimo entre sus nalgas, por un momento apunté mi capullo en su ojete y empecé a presionar, y eso fue como un resorte para él.
“No way…”dijo, y en un mismo movimiento, se me quitó de encima se dio la vuelta, me puso boca arriba y levanto mis piernas las puso en sus hombros “tonight you are my bitch” y enfiló su pollazo hacia mi culo mientras escupía en su polla para lubricarla. Me acojoné, e intente liberare de él, pero mis intentos por salir corriendo fueron inútiles. El miedo hizo que mi polla perdiera la erección, pero Trey seguía a lo suyo, empujando su capullazo contra mi agujero virgen, pasando la primera barrera, mientras yo gemía y lloraba de dolor. Él continuaba empujando, y lenta pero paulatinamente iba entrando su pollaza en mi perjudicado culito. Llegó al fondo con un gemido de triunfo y al verme llorar de dolor suplicando “Please, take it out”, acercó su rostro al mío y empezó a besarme dulcemente. Su cuerpo se movía casi imperceptiblemente, esperando a que mi culo se relajara, y ese movimiento y sus besos tiernos y apasionados a la vez, secaron mis lágrimas y como por arte de magia relajaron mi culito. Él lo notó y con su boca en mis labios sonrió y murmuró “That’s my boy” y sin dejar de besarme, empezó a meter y sacar su rabo poco a poco. Yo estaba flipando con ese machazo musculoso y peludo besándome, mirándome con cara de vicio, metiendo y sacando su pollaca descomunal de mi culo… y aún flipé más cuando inconscientemente empecé a gemir, a buscar con mi culo la base de su polla y a notar de nuevo mi rabo durísimo babeando.
Fue entonces cuando Trey volvió de nuevo a ponerse como loco y a darme estocadas fuertes, duras…a sacar su polla casi del todo de mi culo y a clavarla de golpe. Cuanto más bestia se ponía, más placer me daba. Cada estocada se expandía por mi cuerpo como una oleada de placer. Los dos sudábamos como locos y gemíamos como cabrones.
Después de un buen rato follándome sin descanso en esa postura, y haciéndome sentir como nunca había sentido el placer, se tiró encima mío sin dejar de clavarme su rabo y me abrazó mientras me besaba. Bajó un poco el ritmo de su follada, pero las estocadas eran más profundas y acababan con un golpe duro. Tras un par de minutos así, sentí que me iba a correr “ I’m cumming” le dije y él aumentó un poco la dureza de sus estocadas sin cambiar de postura. Así, con este macho follándome como un bestia, me corrí sin tocarme, fue una corrida larga, intensa y abundante que se coló entre nuestros dos cuerpos que ahora chapoteban en mi leche y nuestro sudor. Él se puso como loco al sentir como apretaba mi culo mientras me corría, y fue lo que le hizo correrse a él con un gruñido sordo. Sentí como si una presa de semen se rompiera e inundara mi culo…llegué a pensar que se había meado, pero no, todo era leche fresca de mi machazo peludo.
Nos quedamos un rato recuperando la respiración y besándonos hasta que su polla se deshinchó y salió de mi culo y con ella esa marea de semen que había dejado en mi interior. Él sonrió y dijo “ It’s been great, since today I want to fuck your little ass every day, ok?”
Yo sólo pude murmurar “Ok”, y el sonrió de nuevo, me volvió a besar y se tumbó a mi lado, boca arriba, atrayéndome con su brazo para que me acurrucara junto a él. En nada se quedó dormido, yo aún estuve un rato despierto flipando con lo que había pasado y deseando volver a repetir, pero ante todo feliz de haber descubierto el sexo entre hombres y de tener a mi disposición a semejante ejemplar para repetir hasta que me hartara.
Continuará….