Mi Historia II Temporada 1 II Capítulo 3

El Viaje

RESUMEN : después del beso entre Francisco y Arturo, comenzó a nacer entre ellos una linda amistad, Alejandro y Mónica protagonizaron una escena bochornosa que hizo sufrir a Francisco, y una nueva chica apareció con un misterio que no ha podido revelar, esto sucedió en el capítulo anterior.


-    Lo lamento, no quise golpearte –dijo Arturo intentando levantar a Karina del suelo- déjame ayudarte.

-    ¡No me toques! –respondió ásperamente ella no aceptando la ayuda de Arturo- déjame en paz, primero me destrozas la vida y luego me golpeas, pero esto no se va a quedad así, ya verás te voy a hacer pagar todas y cada una de las cosas que me has hecho.

-    No te atrevas, ya te dije que si hablas no sé que soy capaz de hacer –dijo con voz alta Arturo mientras Karina se dirigía al salón.


-    No sé lo que estás pensando, pero yo en ningún momento le pedí a Mónica que hiciera eso –decía Alejandro mientras metía sus manos en los bolsillos de su pantalón- de verdad te lo digo.

-    No tienes por qué decirme nada –respondió Francisco con la cabeza gacha y sentado en su banco preferido- yo no soy nada tuyo, ni amigo somos, no significo nada para ti.

-    Pero que dices, tu eres muy importante para mí, yo te

-    Yo que, ¿que soy para ti? –Francisco tenía la esperanza de que Alejandro le diría que lo amaba, así que lo miro directo a los ojos- dímelo.

-    Yo te he llegado a apreciar mucho, por todo lo que me ayudaste con las clases de inglés y eso, y yo nunca te lo pague –la desilusión volvió a rostro de Francisco y Alejandro se dio cuenta- no quiero que pienses que soy una mala persona.

-    No creo que seas una persona Alejandro, solo que no tengo una buena impresión de ti ahora.

-    No me digas eso, dime cómo puedo hacer para que cambies esa opinión que tienes sobre mí.

-    Ya no importa, después de que te alejaste de mi porque pensaste que porque soy gay te haría algo raro, no quiero estar cerca de una persona así.

-    No por favor no te vayas –francisco se levantó para irse pero tropezó, en un movimiento rápido Alejandro lo agarro quedando sus caras a centímetros- ¿estás bien?

-    Gracias por sujetarme –Francisco estaba entre los brazos de Alejandro, para él era lo más lindo que había sentido, quería que el tiempo se detuviera ahí, y que solo los dos estuvieran ahí y nadie más.

-    ¿Qué sucede aquí? –la voz de Mónica saco de la hermosa escena a los dos chicos, ellos soltándose al instante.

-    No pasa nada, que puede pasar –dijo Francisco acomodándose la camiseta- solo me tropecé y el me ayudo.

-    Si es o fue lo que paso.

-    Bien bien –respondió con una sonrisa falsa- recuerda que yo soy muy celosita, pero bueno aquí no hay que preocuparse, no hay nada relevante, no vamos amor.

-    Más relevante o más fácil –dijo Francisco en voz baja y con una sonrisita, los dos se lo quedaron viendo con cara de cómo.

-    Disculpa ¿Qué fue lo que dijiste? –pregunto ella un poco enojada.

-    Dije más relevante o más fácil como tu comprenderás que aquí hay –dijo parándose y dirigiéndose al aula- adiós chicos.


Así pasaron los días sin muchos acontecimientos, hasta que llego septiembre y el grupo de Francisco tuvo un viaje a un balneario. Llego el día y todos estaban muy emocionados, los años anteriores los viajes habían sido muy entretenidos y este no podía ser la excepción. Llegaron al sitio, se llamaba “Balneario de la Amistad”, el lugar tenía dos piscina grandes, un patio de comida decorado con muchas macetas con hermosas flores de distintos colores y un pequeño bosque con árboles muy grandes, y el pasto era muy bueno para recostarse y mirar el cielo. La entrada era en forma de arco con el nombre en letras grandes en medio. Todos bajaron del bus que los habían traído, unos fueron a las piscina otros al patio de comida, Arturo le pidió a Francisco que si podían hablar y que lo esperaría en el pequeño bosque, Solange se acercó a Francisco.

-    Ñaña  es la hora, creo que le voy a dar el sí a tu primo, no sé lo que vaya a pasar pero debo darle un cambio a mi situación sentimental.

-    ¿estás seguro Fran? –pregunto Solange- después no te arrepentirás, igual tomes la decisión que tomes yo te apoyo.

-    Gracias ñaña, te re quiero, eres mi mejor amiga, más que eso eres como mi hermana.

-    Si lo sé, pero y que paso con la conversación que tuviste con Alejandro, y ese acercamiento.

-    Nada amiga, no ves paso un mes desde eso y él ni me hablo ni nada, eso es lo que me dio la seguridad de lo que voy a hacer ahora, deséame suerte ya me voy.

-    Suerte amigo, o mejor dicho primo –dijo Solange sonriéndole y Francisco devolviéndole la sonrisa.

Al dirigirse Francisco a ver a Arturo, tenía que pasar por el área de las piscina, y ahí estaban Alejandro con su grupito, los dos intercambiaron miradas y saludos, Alejandro se iba a acercar, pero Francisco escucho que Arturo lo llamo, y la cara de Alejandro cambio al ver que Francisco se despidió de él y se dirigió hacia donde estaba Arturo.

-    Hasta que llegaste –dijo con una sonrisa Arturo- pensé que no vendrías.

-    Lo lamento por demorarme, no quería hacerte esperar mucho.

-    No te preocupes, ya te dije una vez yo te esperaría siempre. –dijo acercándose a Francisco y tomándolo de la manos- ya sabes para que te pedí que nos encontráramos aquí verdad.

-    Algo sospecho –contesto Francisco sonriendo nervioso- pero dime para confirmarlo.

-    Quiero pedirte que si querías ser mi novio, sé que no es algo súper esta petición, pero la hago de todo corazón.

-    Pues yo…


-    Ya basta, por favor, dame un poco de espacio –dijo Alejandro separándose de Mónica, ellos estaban en el filo de una de las piscina- déjame respirar un poco.

-    Que estúpido eres, no me hables así, quien no quisiera que una mujer como yo lo mimara así.

-    No quiero discutir contigo Mónica, mejor me voy al bar, tengo sed.

-    No te vayas Alejandro, estamos hablando –ella gritaba mientras Alejandro se alejaba de la piscina.

-    ¿Qué sucede preciosa? –dijo Walter mientras se sentaba a lado de Mónica- que te hizo Alejandro.

-    Nada, ese es el problema que no me hizo nada el idiota de tu amigo.

-    Y recién te das cuenta que es un idiota –dijo pasando su mano por los hombros de Mónica-  mira alrededor tuyo, vas a encontrar a un hombre de verdad.

-    Guao, si así son mis amigos, no quiero tener enemigos.

-    Alejandro es mi amigo, pero él es un bueno para nada, además creo que se le moja la canoa –soltó una pequeña carcajada.

-    Pero, ¿Qué dices? –dijo ella sorprendida- él no puede ser gay.

-    Pues yo creo que sí, con tremendo bombón a su lado, y que te deje sola, yo jamás me separaría de ti, por nada del mundo.

-    Gracias por lo que dices, tienes mucha razón en eso de que soy un bombón –Mónica puso su mano discretamente en la entrepierna de Walter, los dos ya se habían metido a la piscina- entonces puedo pedirte un favorcito.

-     Claro que sí, mi belleza, pida lo que desee.

-    Quiero que hagas sufrir al estúpido ese de Francisco.

-    Y que tiene que ver ese marica en todo esto.

-    Creo que es maricon está enamorado de Alejandro, y creo que eso lo está confundiendo y no puede amarme del todo, creo que a Alejandro si le gusta ese gordo asqueroso.

-    Bueno, si quieres yo me encargo de ese maricon, solo dime que quieres que le haga y lo hare.

-    Quiero que le hagas algo específico –dijo con una sonrisa malévola en su rostro- claro si te atreves.

-    Dime ya te dije que hare lo que me pidas, claro intercambiando algo conmigo.

-    Quiétale su preciada virginidad, de la que tanto se jacta.

-    Dices que quieres que lo viole.

-    Hazlo tú o manda a alguien a que lo haga, pero si viólalo, que sufra por meterse con lo que es mío.

-    Bien, lo hare yo mismo, siempre me ha gustado tener todo lo que Alejandro quiere.


-    Por favor me da un refresco de naranja, bien helado.

-    Aquí tienes guapo –dijo un camarero bajo de cabello negro, delgado pero con un poco de musculo, acariciando la mano de Alejandro- son 2,50.

-    Oye que te pasa –respondió enojado Alejandro, apartando la mano bruscamente de la del camarero- estás loco, yo no soy gay, no te confundas.

-     Yo no dije que lo fueras –hablaba el camarero morocho con una voz sensual- por cierto soy Jorge.

-    Pues no me gusta que desconocidos y mucho menos hombres me toquen de esa manera.

-    Es que mi novio y yo, ese chico de allá –dijo señalando a otro camarero más alto que el musculoso y rubio- queremos hacer un trio, no te gustaría acompañarnos, que dices bombón.

-    Gracias, pero no –contesto bastante molesto Alejandro- ya te dije que yo no soy como tú, así que ubícate o hablare con el encargado de este lugar.

-    Ok, lamento haberte ofendido, solo por favor no le digas nada a mi jefe –dijo yéndose, y viendo como Alejandro se dirigía hacia el pequeño bosque.


-    Está bien, digo que si –dijo Francisco y Arturo no aguanto la felicidad y le dio un abrazo.

-    Gracias, de verdad muchas gracias Francisco, te aseguro que te hare el hombre más feliz del mundo.

Francisco acepto el abrazo, pero eso no le produjo ningún sentimiento de amor, ante bien se sentía fatal, estaba dándole una oportunidad a Arturo por que le gustaba o solo era para sacarse de la cabeza a Alejandro, como dice el dicho un clavo saca otro clavo, se decía Francisco.

-    Entonces ya que somos novios, no debemos cerrarlo como se debe  -dijo el acercando a su cuerpo a Francisco- dame un beso, me lo merezco no.

-    Es que me da un poco de pena, soy muy tímido –aunque Arturo era un chico apuesto, Francisco no quería besarlo.

-    No te preocupes, yo te voy a quitar toda esa vergüenza –y acerco más a cabeza de Francisco a la suya- acercarte amor.

-    No aquí no por favor.

-    Que no escuchaste que no quieres –se escuchó a Alejandro decir con enojo- o lo vas a forzar.

-    Tu qué haces aquí, y que te metes, metete en tu asuntos, y déjanos en paz.

-    Claro que me meto, porque Francisco es mi amigo, y no voy a permitir que le faltes al respeto, me escuchaste. –dijo acercándose a Arturo con los puños cerrados- no me hagas que te parta la cara.

-    Qué esperas, aquí estoy.

-    ¡basta! Que son animales acaso, para que resuelvan los problemas de esa manera –grito Francisco metiendo entre los dos- Alejandro, por favor es mejor que te vayas.

-    Pero como me voy a ir, no ves lo que te quiere obligar hacer.

-    Que no oíste, que te largues, o los músculos te atrofiaron los oídos –dijo Arturo con una sonrisa- no puedes dejar a una pareja de novios estar a solas.

-    ¿Qué dijiste? –pregunto consternado Alejandro- ustedes ¿son novios?

-    Pues, pues…

-    Claro que somos novios –hablo Arturo- hoy Francisco me dio el sí, algún problema.

La expresión en la cara de Alejandro paso de enojo a tristeza, al verlo Francisco sintió un nudo en la garganta y una punzada en el estómago, al parecer se le bajo la presión, casi se cae.

-    Déjame te ayudo –dijo Alejandro cogiendo de la cintura a Francisco.

-    Tu no entiendes de verdad –hablo Arturo- que dejes a mi novio en paz.

Arturo empujo a Alejandro y lo mando al suelo, fue ahí que empezó la pelea, los estaban dándose de golpes en el suelo, los demás se percataron de la pelea y vinieron a separarlo, Francisco como pudo salió de ahí, no quería más problemas.


Francisco después de la pelea se fue hasta un arroyo que también había en el resort donde estaban, cuando escucho unos pasos, se giró y vio a Alejandro.

-    Hola, ¿puedo sentarme? –pregunto tímido Alejandro.

-    ¿Qué haces aquí? ¿ya te cansaste de repartir golpes a todos?

-     Lo siento por eso, solo quería saber si estabas bien, pero si deseas me voy.

-    No, no lo estoy, no estoy nada bien, esto es tan confuso.

-    ¿Qué es lo confuso Francisco?

-    Todo –francisco comenzó a llorar desconsoladamente- tu, Arturo, yo, todo.

-    Mira sé que no talvez no es el momento oportuno, pero es verdad lo que dijo Arturo, de que ustedes son novios.

-    Por favor no me preguntes nada, puedes por favor abrazarme, solo eso por favor.

Alejandro miro a Francisco y sonrió, se acercó y paso sus brazos por la espalda del chico, Francisco por fin sintió una calma tan grande, que no había sentido con el abrazo de Arturo, sus cabezas estaban tan cerca que un centímetro más y se hubieran dado un beso, de repente se escucharon unos ruidos extraños que venían de una casucha que estaba cerca de ellos; se acercaron y lo que vieron los dejo boquiabiertos.


AVANCE : Francisco y Alejandro descubrieron una escena candente, Mónica y Walter definen los detalles de su malvado plan, una pelea esperada, y la primera escena de sexo de la historia.


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