Mi historia erotico-sado-masoquista

Candy es vendida por su madre. Fantasia erótica

Mi historia erótico-sadomasoquista

Una fantasía de cómo una madre engaña a su hija para obtener beneficio.

Mi madre me dijo:.

Esta tarde no vas a ir al trabajo.

A mi me pareció estupendo, pues no me gustaba demasiado.

Comimos en casa y mi mamá me bañó, peino, maquilló y me puso el vestido de las fiestas, lo que me hizo preguntara que a donde íbamos esa tarde.

Mira hijita quiero que te conozca, un señor algo mayor, amigo mío, Dn. Andrés

Yo pensé para mis adentros para qué querrá conocerme, pero era bastante reservada y prefería obedecer.

Muy arregladas las dos, pedimos un taxi, era la primera vez que me subía en uno, y nos dirigimos hacia una preciosa casa, en las afueras de la ciudad, rodeada de jardines, con lo que no me extrañó ponernos tan guapas.

Llamamos a la puerta y nos abrió una señora negra, de unos 40 años, con un buen tipo como todas las negritas, llena de curvas, un pecho grande y buenas caderas, con un uniforme negro de doncella, quien nos acompañó a una sala llena de libros, donde estaba sentado en un sillón, Dn. Andrés., quien nos díó un beso a cada una, y se me quedó mirando fijamente a los ojos, diciendo a mi mamá.

No me has engañado es lo que yo buscaba.

Es una chica: muy buena, muy guapa y sobre todo muy obediente.

Buenas cualidades, dijo el señor.

Yo estaba de pié en la sala, Dn. Andrés sentado en su sillón, y mi madre sentada en otra silla, cuando se levantó se acercó a mi y me dijo:

Date la vuelta Candy.

Yo estaba nerviosísima, no sabía que querían tanto mi madre, como aquel señor.

Una vez puesta de espaldas, noté como mamá subía mis faldas, mientras decía:

Mire que muslos más redondos, qué culo más alto, duro y bien formado.

Acto seguido, un poco brusca, me di la vuelta hacia el señor, levantó otra vez la falda, diciendo:

Le quito las bragas?.

Espera ya se las quitarán si todo va bien.

Me colocó de frente y volvió a subir la falda.

-Tiene la rajita divina y los labios bien formados, igual que sus tetitas, que apuntan hacia fuera.

Yo ahora si que temblaba, cuando escuche que decían:

En principio me gusta.

No me había dado cuenta y resulta que la sirvienta negra estaba allí.

El Jefe se dirigió a la negrita.

Nora desnúdela.

Primero me quitó la blusa, la camiseta interior, el sujetador nuevo, me bajó la falda, quitó las bragas y me dejó totalmente desnuda, delante de mi mamá y del señor.

Creo que nunca había pasado tanta vergüenza.

Acércala

Dijo el señor a Nora.

Me colocó delante de él, mientras decía a mi mamá:

La quiero de rodillas.

Con la cabeza baja

De repente aquel señor me soltó un bofetón en plena cara.

Los ojo siempre bajos.

Nunca debes mirar fijo a un hombre.

Dos lágrimas me cayeron por las mejillas fruto del golpe y del terror.

Ya puedes salir., dijo a mi madre.

Lo siento Dn, Andrés le dije, que estaría delante.

Yo agradecí el gesto de mi mamá.

Mientras que él dijo entre dientes

  • Ya hablaremos.

Me colocaron de rodillas con la cabeza baja, delante de él.

Me puso de pié y de espaldas e inicio un recorrido minucioso, con el mango de un látigo, por toda mi anatomía.

Ábrete de piernas

Con una parsimonia tremenda fue recorriendo mi culo con aquel mango cálido, un golpecito en mi vulva, me alertó.

Me agarró del pelo y me giró para dejarme de frente a él.

Ahora con las manos, recorrió lentamente deteniéndose en mis axilas, oliendo las mismas, mis pechos fueron palpados, amasados y por fin estirando de los pezones con la otra mano, recibí un fuerte palmetazo, en plena teta, que me hizo ver las estrellas, pero no dije nada. Seguidamente , una mano cálida, abarcaba toda la superficie de mis senos, luego les fue apretando suavemente y finalmente acercó su boca y las mamó chupando fuertemente y finalizando con un mordisco en el pezón.

Pasó su brazo por mi cintura, me atrajo a él, me apretó hacia sí, mientras que con la otra mano, recorría los carrillos de mi culito, no recuerdo si sentía placer o miedo, hasta que pasó su dedo corazón, por mi rajita y sentí un indudable cosquilleo muy placentero, me apretó aún más contra él, y sentí como su boca se acercaba a la mía, sus labios se fundían con los míos y su lengua recorría en el interior de mi boca, hasta que sentí que mordía con fuerza mis labios, lo que me hizo soltar un chillido.

Ese hecho volvió loco a Dn. Andrés, quien preguntó a mi mamá.

-Verdad que cuando es mala la azotas en el culo?.

Si es cierto.

Mi deseo es que Nora la castigue un poquito, lo necesito, deseo verla sufrir un poco.

Dicho esto hizo sonar una campanilla y apareció un servidor enorme, agarró a mi madre del brazo y le sacó de la habitación de mala manera, mientras el Jefe enloquecido, gritaba:

Será breve pero no puedes estar presente.

Cuando me quise dar cuenta, Nora me había atado las muñecas con una cuerda.

Mientras el Jefe le decía:

Prepáramela, sabes lo que me gusta, necesito verla sufrir un poco.

Nora me empujó contra un sofá, colocó de espaldas, y pude ver como recogía una caña de bambú, con la que cruzó mi culo con tres seguidos latigazos.

Grité, me revolví, lloré. . . mientras observé como el Jefe se le salían los ojos de las órbitas y su mano se agitaba debajo de su pantalón.

Gracias Nora he sido muy feliz.

Nora fue en busca de mi madre, después de desatarme, y vino hacia mí, preguntando:

Te han hecho daño mi niña?.

No mamá, no.

Eres toda una mujer.

Yo creí morirme, cuando mamá dijo al Sr, Andrés, bueno si Vd, quiere nos vemos otro día, hoy ya ha visto la mercancía.

Conforme. Tal como te dije: entrégame sus braguitas.

Las cuales olió delicadamente, diciendo

  • Susita hoy iras a casa más fresca, sin bragas, pero el próximo día quiero que las que me entregues tengan al menos dos días enteros puestas, las quiero bien usadas.

Entendido’

Nora viste a la chica y entrega a su madre el sobre que he preparado para ella y que el chofer las lleve a su casa.

Respiré profundo pues pensé que todo había pasado.

Nora nos acompañó al jardín, mientras me daba un beso y me decía:

  • Estoy segura que te voy a ver mucho por esta casa, le has gustado al señor. Conserva este culito tan divino, mientras ella me daba un cachete en él.. El próximo día procura venir con ganas de mear pues al jefe le gusta mucho ver como orinan las mujeres y no se te olvide que las bragas estén bien usadas.

Nos subimos en el coche de Dn. Andrés y el chofer nos llevó a casa, milagrosamente pues al no llevar bragas, no quitaba el ojo del retrovisor, menos mal que mi madre se dio cuenta y me bajo todo lo que pudo la corta falda.

A escondidas mamá abrió el sobre y se puso hasta colorada.

Mira me dijo

Había un montón de billetes, todos nuevos. Yo creo que nunca había visto tantos juntos.

Me dio un beso y me dijo al oído:

Pídeme lo que quieras pues te lo mereces. Yo sabía que te iban a pegar y lo de las bragas, pues estos hombres mayores y viciosos necesitan estas cosas muy especiales y te has portado como no me podía imaginar. Esto cambiará nuestra vida, nos iremos a vivir a un piso bonito y tendrás todos los caprichos. Lo único que tienes que aceptar estar el próximo día a solas con él.

Mamá eso es horrible, tengo miedo de él y de Nora

No te preocupes mi niña, sólo será un ratito a cambio de nuestra felicidad, te prometo que estaré siempre a tu lado, aunque sea en otra estancia.

Vale mamá lo haré por ti.

Susita le decimos al chofer que de la vuelta y regresamos a casa de Dn. Andrés. Te atreves?. Pasarías la noche con él, que es lo que mas desea de este mundo, y a cambio estoy segura que casi podríamos cambiar el piso. Piénsatelo bien mi amor, te lo ruego es una oportunidad única.

Mamá me pegarán.

Si, pero tu mamá también lo hace y no te importa.

Es diferente.

Quieres que marque con el móvil y tu misma le dices que vas a pasar la noche con él?.

Mamá es muy duro.

A que se te ha olvidado el castigo y ya no te duele el culo.

No

Sólo escuece y es de momento.

Además yo te voy a explicar lo que tienes que hacer. Este tipo hombres quieren ver sufrir a las mujeres, por ello tu tienes que gritar y llorar mucho, aunque no te duela, pues es lo que quieren ver y por otro aguanta y te meas delante de él, que es otra cosa que le gusta.

Quieres llamar?.

Vale, me cuesta mucho pero lo hago por ti.

Gracias amor, gracias no sabes lo bien que has hecho, te voy a marcar y tu le dices que quieres pasar la noche con él.

Soy Susita estoy en su coche con mamá y quiero pasar la noche entera con Vd.

Sola verdad?.

Si señor.

Di al chofer que te traigan y rápido que estoy ansioso de tenerte, Nora lo preparará todo.

Si gracias.

Dame un beso hijita eres maravillosa, nunca te arrepentirás, sólo quería darte un último consejo: es posible no seguro que te pongan una inyección, pero es para que estés más animada y contenta, o sea que no te preocupe que no es malo, te gustará.

Si mamá..

Estaba tan nerviosa que no sabia si tenía que decir que si o que no a todo, echar a correr o quedarme. No sabía si mi madre me estaba vendiendo o haciendo un favor.

Llegamos a casa del señor nuevamente, allí esperaba Nora, quien dijo al chofer

Lleva a la señora a su casa.

Protesté no mamá me prometiste quedarte.

Lo siento hija no me dejan, mañana vendré muy prontito a buscarte.

Mientras Nora, que no parecía la de antes, ahora super- autoritaria me agarro del cabello, sacándome del coche.

No quiero oírte más, aquí se obedece y se calla. Entendido?. Vas a probar todas mi varas y las voy a romper en tu culo y si no tienes bastante te mando al verdugo.

Medio arrastras me subió al piso superior y abrió la puerta de una habitación preciosa, un dormitorio con una gran cama y un baño completísimo dentro.

Desde ahora esta será tu habitación, aunque dormirás con tu dueño.

Me extrañó que dijera, desde ahora y a dormir con Dn. Andés, pues sólo había venido a pasar una noche.

Mira nena si obedeces todo irá bien de lo contrario prepárate, pues aquí no se juega, antes de bañarte y arreglarte, te voy a poner una inyección para quitar los nervios, quizá te avisó tu mamá.

  • Si conteste.

  • Vuélvete pon el culo que te voy a pinchar, verás que contenta te pones, a todas las nenas, os deja nuevas, la necesitáis y mañana me suplicarás que te ponga otra.

Pensé si mañana ya no estaré y al comentarlo a Nora me contestó

Nena esas cosas no dependen de ti hay un Jefe que es el que decide, pues tu madre te ha vendido a él.

En ese momento se me cayó el mundo encima, estuvo a punto de desmayarme.

Te voy a bañar y arreglar, pues el señor ha invitado a sus amigos a la ceremonia de tu matrimonio.

Qué dices estas loca.

No mi amor, es una ceremonia muy bonita, que data de la Edad Media y la celebraban los señores feudales con sus siervas.

Primero el verdugo te marcara para que se sepa siempre que eres de su propiedad y luego te desvigan como en todas las noches de boda.

Te habrás dado cuenta que el señor por su edad no puede mantener las erecciones, por lo que te romperá el himen con un aparatito y se masturbará y sacará su propia leche te la meteremos y será la primera que recibas en tu vida, la de tu marido. Tendrás dos padrinos, amigos intimos del jefe, que ellos si que te darán placer seguidamente.

  • Acto seguido Nora me miró fijamente y preguntó:

  • Cómo te encuentras?.

-Genial, con ganas de bajar al salón para ver todas esas cosas que me cuentas.

Ves como funciona la inyección? Ya se te ha olvidado todo lo que te preocupaba.

Es cierto estoy como flotando y animada como nunca, sin penas.

Me pones otra?.

No amor ya tienes la dosis necesaria, en todo caso a la hora del marcado te pondré un poquito más, para que no te duela tanto, es delicado si me paso te duermes y eso sería horrible.

Es una sensación muy extraña me pica muchísimo la cosita, es como si tuviera un hueco que necesita llenarse.

Eso es normal, pues excita mucho y eso es bueno.

En lugar de bragas o tanga, me colocó entre las piernas un cordón blanco, que apreto con todas sus fuerzas, con lo que se me metió por la rajita, casi dividiéndola, y luego hizo una lazada en mi vientre, unas medias hasta medio muslo y una cintita para cubrir mis tetas, todo blanco de novia, con una capa transparente que cubria todo el cuerpo.

Vamos a la sala que ya es hora.

Estaban en la mesa del comedor, unas doce personas, todos hombres, al verme un murmullo general se extendió por la sala

Nora me acompañó a la presidencia donde estaba el Jefe quien me colocó en una especie de altar.

Es mi último capricho, una nena de 18 años, hace tiempo que quería algo así y ahora lo tengo y por ello os he reunido para la ceremonia de propiedad y seguidamente la boda, ayudaran dos testigos, amigos aquí presentes.

Seguidamente aparecieron dos enormes sirvientes negros, con una especie de brasero que echaba humo, lo colocaron sobre una mesa con un agujero, y entró un tercer hombre negro también pero con la cabeza tapada con una capucha, sin duda era el verdugo, empezó a remover el carbón del brasero, mientras colocaba en su interior unos hierros largos. En tanto Nora me quitó la túnica con la que me cubría, el lazo de los labios vaginales y antes de entregarme a los servidores, seguidamente los dos servidores me agarraron de los brazos y me inmovilizaron con cuerdas sobre unos caballetes de madera.

Todos los presentes se colocaron en corro alrededor mío y el Jefe delante de mi cara, estaba atada, con el culo en pompa, sujeta de pies y manos, con lo que no podía moverme en absoluto.

El verdugo daba vueltas y vueltas al fuego, estaba segura que esperaba la indicación de Nora, hasta que esta le hacía un gesto con la cabeza, y en ese momento cogio un hierro candente que aplastó contra mi virginal culo.

Mi alarido de dolor debió de ser escalofriante, noté como un ardor interior tremendo el olor a carne quemada, un escozor tremendo, pero me echaron unos cubos de agua fría que calmaron el dolor, gracias a ellos.

Levanté los ojos y vi a mi señor con la polla fuera masturbandose como un poseso, en realidad muchos de los presentes tenían las pollas fuera.

Todo el mundo aplaudía y felicitaba al verdugo, mi señor le prometió un premio y le comentó que habia gozado mucho gracias a él y que se ocuparía de mi en el futuro.

Me enseñaron en un espejo mi culo y tenía un enorme hematoma rojo violeta y una letra A de. Andrés.

No me dieron tiempo de reaccionar cuando estaba colocada sobre una especie de silla ginecológica con las piernas totalmente abiertas.

Se acercó mi dueño, me dijo Nora que desde ahora le tenía que llamar así, con un consolador largo pero no muy ancho, en cuya punta había una bolsita agarrada a un cordón, como los de los tampax, que era donde habia echado su leche, y que debería romperse dentro de mi útero derramando su contenido.

Los dos padrinos ayudados por Nora abrían mis labios mayores, mientras mi dueño colocaba justo en la entrada el consolador con la bolsa de leche.

Empujó, entre el griterío de los presentes

Fuerte

A dentro de un golpe.

Desvírgala ya.

Mi dueño empujaba despacio pero sin parar, hasta que gritó el himen ya ha desaparecido, ahora todo estará dentro. La verdad no sentí excesivo daño, sólo pienso que al romper el himen, mientras noté como me atravesaba el consolador y se alojaba en mi útero.

Lo extrajo manchado de sangre la cual limpió en un pañuelo que guardó cuidadosamente.

Nada más sacar el consolador mi dueño, estaba esperando ya el primer padrino, quien enfiló mi coñito, y de una sola estocada, me la clavó hasta el fondo, nadie hubiera pensado que un coño hasta ahora virgen, lo admitiera tan bien, pero se conoce que mi dueño me había abierto muy bien.

Ahora sentí un inmenso placer como no habia sentido en la vida, la polla entraba y salía, con toda la fuerza, hasta que me dio el empujón final alojándola en lo más hondo de la matriz y vertiendo en ella toda la leche acumulada.

La sacó y se puso en su lugar el segundo padrino, esta vez ya no pude, me agarré a él, chille, lloré, le arañé y tuve el orgasmo de mi vida, aplaudido por todos los presentes, yo quise seguir para un segundo, pero me dejaron con la miel en los labios, tenia el coño ardiendo, deseoso de polla.

Por último tuve la satisfacción del fin de la ceremonia, era la entrega de leche por parte de los invitados a la boda.

Uno a uno se acercaron a mi, abrían el coño y se corrían en él, siempre sin llegar a tocar y menos a meter. El siguiente echaba la leche en la boca, otros en la cara, alguno en las tetas. . . así hasta que terminó el último.

En ese momento me cogieron en vuelo los sirvientes y me llevaron a mi dormitorio, donde esperaba Nora, para meterme en la bañera y limpiarme de tantísima leche.

Nora me preguntó si me habia gustado la ceremonia.

Mucho, mucho he sido muy feliz y parte importante te la debo a ti.

Hoy tu amo también me ha dicho que te deje dormir aquí que estarás agotada.

Gracias sois muy buenos todos.

Si pero mañana le ha dicho al verdugo que quería sesión contigo.

No me importa

Eres una chica valiente.

Bueno ya se lo que quiere mi dueño y lo que le gusta y yo se lo voy a dar.

La marca del fuego me duele bastante, pero aguanto.

Pero amor es que el verdugo es muy duro con las chicas. Es sádico le gusta ir aumentando el dolor poco a poco, goza y goza con ello, busca los sitios mas sensibles, por eso es el verdugo y por ello el Jefe le tiene con él, para gozar el también.

Lo resistiré te lo prometo.

Si supieras como dejó a alguna.

Ahora tengo las cosas más claras, incluida la postura de mi madre, a la que no quiero volver a ver, ella me ha hecho más daño que todos los sufrimientos de hoy y los venideros, por ello quiero complacer a mi dueño, es un hombre que me gusta.

Te dejaré dormir hoy ha sido un día muy agitado, dame un beso de verdad con lengua incluida.

No me calientes cariño.

Vale, vale.

Gracias Nora.

Dormí como hacia tiempo que no lo hacía, casi 12 horas, me desperté sin saber donde estaba, hasta que ví que Nora me traía el desayuno, eso no me había ocurrido hasta ahora, y encima me comentó que aún no sabía mis gustos, pero que pronto lo aprendería.

Después del desayuno me llevó al baño para arreglarme, peinarme y maquillarme, diciéndome que mi dueño me esperaba a media mañana, pues estaba ansioso de iniciar las sesiones con el verdugo.

Una vez arreglada me llevó a las habitaciones de mi amo me recibió con la mejor de las sonrisas diciendo

Ya es hora de que vea a mi mujercita.

Estás contenta de tu noche de bodas?.

Si, mi dueño, fue maravillosa e inolvidable.

Me querrás hacer feliz.

Si, lo deseo con todo mi corazón.

Lo primero que me miró fue el culo con la inicial suya, y le encantó como habia quedado, luego me besó repetidas veces y me condujo por unas escaleras a los sótanos de la casa, entramos en una sala enorme, con poca luz, y llena de instrumentos que yo no conocía, pero que se notaban eran de castigo.

Observé que en el fondo de la sala de pies estaban los dos guardas negros y el verdugo, del día anterior en la ceremonia de la boda.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, recordé las palabras de Nora.

Mi amo dijo:

Quiero que desde el primer día te acostumbres a darme gozo como buena esposa.

Si, mi dueño, cuanto más resistas más feliz me harás.

Ya te pica el coñito.

Si bastante.

Se dirigió a los guardianes y al verdugo

Ya podéis empezar.

Se acercaron los dos negros, me agarraron fuertemente de los brazos, y me colocaron frente al verdugo, aunque llevaba la cara tapada, observé que sus ojos se le salían de las órbitas y que su boca babeaba, no sabía si mi dueño iba a gozar tanto como él.

Bajé mis ojos y observé que tanto el verdugo como los guardianes, se salían de sus taparrabos, estaban los tres excitadísimos, mirando mi cuerpo.

La verdad empecé a tener miedo.

Inmovilizada como estaba, note como los enormes dedos del verdugo, atenazaban mis tetas, las retorció de tal manera que me hizo chillar con todas mis fuerzas.

Chillas por una caricia?. Dijo mi dueño, que estaba sentado en un sillón frente a mí.

Eso merece un castigo, verdad verdugo?.

El afirmó con la cabeza.

Hizo un gesto para que los guardianes abrieran mis piernas con una patada en cada pié, recogió una fusta, y cuando tenía las piernas bien abiertas, soltó un latigazo en medio de mi sexo.

Intenté morderme los labios para no chillar pero no pude del dolor. Lloré mucho, eso noté excitaba muchísimo a los guardianes, al verdugo y a mi dueño

Quien dijo: perfecto, así lo quiero.

Pero noté que especialmente el verdugo estaba excesivamente excitado.

Ordenó a los negros.

Colgarla.

Me colocaron muñequeras y tobilleras de cuero y de ellas una cadenas que por medio de una polea me subían del suelo dejándome colgada. Colocaron en los tobillos una barra separadora que hacía que mis piernas estuvieran totalmente abiertas

Mientras observé como el verdugo acariciaba látigos de todas las clases y se le caían las babas como a un auténtico perro de presa.

Fueron momentos muy tenso, yo colgada en el aire, Nora había salido de la sala, mi dueño mirando y esperando, los guardianes empalmadísimos y el verdugo probando látigos en el aire.

Por fin, se acercó con un látigo larguísimo, y balbuceando habló por vez primera, diciendo al Jefe.

Daría mi vida porque me dejara a solas con ella.

Esto te va a costar caro.

Qué quieres dejar inútil a una casi virgen o llevarla al otro barrio como has hecho con tantas.

Ejecuta el castigo y luego hablaremos.

Yo sólo escuche un silbido del látigo, noté que se estrellaba contra mi culo y que este ardía, tanto dolor que me desperté en mi cama tumbada boca arriba, con una venda por mi cintura hasta la mitad de los muslos, y frente a mí Nora y mi dueño acariciándome la cara.

Qué susto creíamos que no volvias en reacción, te has desmayado del dolor, que te ha producido ese loco, con sólo un latigazo, ahora ya está encerrado en el calabozo

Y tu no sabias pero alli en la sala estaban dos clientes esperando terminara para follarte ellos y me habían pagado mucho dinero, más de lo que imaginas.

Tu problema es que eres guapísima y apeteces a todos los hombres, desde el desgraciado del verdugo, pasando por los guardianes, hasta todos los invitados de la boda que me han pedido hora, te van a faltar días para follar con tanta gente, sin olvidar a Nora que te mira de una forma muy especial, diferente que con las otras chicas.

Sonreí y les dí las gracias a ambos.

Una vez que salió mi dueño le pregunté a Nora

Creo que yo estoy aquí para hacer el amor con los clientes que me traiga mi señor, es así?.

Si, mi amor él te tiene como esposa para él pero también para entregarte a todo el que pague por ti, hay más chicas pero esas no viven aquí, están en otra casa, aquí sólo es para clientes muy especiales y desde luego pagarán muchísimo dinero por ti, por eso quieren cosas especiales, pues lo normal ya tienen chicas para hacerlo, desde el que quiere follar cuando tengas la menstruación hasta los que quieren hacerlo en público o con chicos o chicas, no te aburrirás. . .

Comprendo, lo asumo y me parece normal, dame un besito pero en la boca. . . pues te quiero mucho, eres la única persona en el mundo que me importa.

Y con los labios de Nora en los míos me dormí profundísimamente.

Pasadas las 48 que habían previsto me desperté sintiendo de nuevo los labios de Nora sobre los míos, hasta que llegó mi dueño y les quitó inmediatamente.

Susita cómo te encuentras?

Bien, relajada y descansada.

Te duele el culo?

Un poco sobre todo si apoyo la mano, sentarme creo no puedo.

El especialista te vió cuando estabas dormida y dice que durará al menos una semana, pues la herida del látigo es grande, cree que no te dejará cicatriz.

Estoy preocupado, dijo mi dueño, pues los que estuvieron en la sesión, pagaron ya y han visto una parte, pero ahora quieren estar contigo y penetrarte. Piensa también que yo pague mucho dinero por ti a tu madre y necesito recuperarlo.

No sé, mi señor, quizá con la ayuda de Nora podría hacerlo. Ella podría elegir las posturas para no apoyar el culo, para mamarles no habría problema, pero la penetración es más complicada.

Si se conforman yo te pongo en la silla ginecológica y tienes el culo al aire y te pueden penetrar. Comento Nora.

El problema es que se conformen.

No creo que resista una noche entera, pero se me ocurre una idea.

Señor estos clientes admiten más personas les gusta la exhibición?.

Si creo no hay problema.

Propongo una noche, Nora me coloca en la silla, sin moverme, llamamos a los guardianes que estaban locos de empalmados y se puede citar a algún cliente más. Uno a uno me van follando mientras los otros se corren en mi boca o en mi coño, tiene morbo?.

Si yo te pondría un embudo en el coño para que echaran la leche directamente a tu útero, dijo Nora.

Si es buena idea, pero con toda la que me echaron el primer día y la que queréis ahora, sino me quedo preñada será un milagro

Por eso no te preocupes amor, Nora es especialista en abortos, las chicas ni se enteran.

Es verdad Nora?

Sí es cierto se me dá bien y lo he hecho muchas veces, lo que pasa es que cuando te llegue la menstruación te pondré una inyección para que mi niña no eche barriguita. Precisamente esta semana tengo un aborto si quieres verlo te invito.

El jefe se enfadó y nos dijo:

Qué hacemos del trabajo, esta chica tiene que empezar a trabajar ya, los clientes la esperan y esto no es un asilo, inventáis lo que queráis pero tiene que follar. Susita como no funciones el verdugo sabes te espera con ganas y te juro que te dejo con él a solas,

Nora sabe que no hablo n bromas y que no tengo piedad de las chicas, pues si en este trabajo eres piadoso ya puede cerrar, si una desaparece en manos del verdugo ya vendrá otra

Por ello me da lo mismo estés bien que mal, lo único que quiero es que trabajes, que es tu obligación.

Para que te animes, acompáñame.

Dicho esto bajamos los tres las escaleras camino del sótano, pasamos unos pasillos, sacó unas llaves y abrió, una puerta blindada de hierro, alli estaba el verdugo.

La quieres?. Te la dejo en la celda contigo?

Ni contestó, bramaba como un animal.

El jefe me levantó la falda y le enseñó mi culo al verdugo

Mira como la dejaste? No es que me importe pero tiene que trabajar y no se si les va a gustar a los clientes.

Verdugo sabes manejar un látigo pero con ella te has pasado te dije que la dieras cinco y al primero ya me la desgraciaste.

Si esta noche no complace a los clientes que le esperan mañana por la mañana te la traigo y la dejo a solas contigo.

Me puse de rodillas y grité, no, no se lo suplico señor haré todo lo que diga, pero con él no por piedad.

Piedad señor gritó también Nora.

Nora avisa a los guardianes que vengan con las picanas eléctricas, por si este animal se desmadra.

El jefe me quitó la camisa, la falda, la braga, la protección que llevaba de las heridas, dejándome desnuda, me agarró de un brazo y me metió al interior de la celda.

Llegaron los guardianes para vigilar y se quedaron en las esquinas del calabozo, mientras mi Jefe le decía:

Te gustaría tocarla.

Si, si, si

M ira que tetitas tiene, ya se las retorciste una vez.

Si ,si, si señor.

Mira que coño tan limpio y bonito.

Quieres tocarle?

Nada más agarra los labios o te electrocutan con las picanas.

Se abalanzó como una fiera hacia mí y me jaló los labios y de un estirón me colocó en medio del calabozo.

Vale, vale gritó el jefe

Por hoy ya has gozado, ahora depende de ella, que te la vuelva a traer, esta noche me tiene que hacer más de 5.000 € de lo contrario mañana te la entrego para ti solo, para que juegues con ella, y me la enseñes a ser buena nena.

Vámonos.

Nena a trabajar. . .

Cerró la puerta de la celda y subimos a la habitación, y la verdad hacia tiempo que no estaba tan asustada, nada mas imaginarlo me ponía enferma, temblaban mis piernas y todo mi cuerpo.

Si, mi dueño prepare el trabajo para toda la noche de hoy

Le parece bien la idea de juntar a los dos del otro día más otros dos que quieran estar juntos durante una noche?

Lo que hagas me da lo mismo yo sólo quiero ver el dinero.

Ahora comprendí bien quien era aquel hombre, lo que quería y como lo intentaba conseguir: con la fuerza. Estaba segura que el día que le fallara iba a ir al verdugo sin mas miramientos y que daría lo mismo le suplicara que le llorara, por lo que tenía que trabajar y duro todos los días y todas las horas.

Me había quedado sola y estaba con estos pensamientos cuando apareció Nora toda contenta.

Ya lo tenemos Susita, me pagaran 1.500 cada uno de los nuevos, con lo que son 3.000 más lo que el Jefe ya cobró a los tros dos, la noche le va a salir redonda.

Esas contenta amor?

Mucho, mucho, menos mal.

Me he librado del verdugo.

Sobre él te quería decir que le he visto obsesionado por ti lo cual es malo para mi niña y por eso se pasó en el latigazo del otro día.

Segundo quiero conozcas los castigos del Jefe con el verdugo.

Son tres, dependiendo de la gravedad.

1º te lleva al verdugo estando él presente y le deja que te haga algo, el mínimo, como hoy, arrastrarte de los labios vaginales, eso más que castigo es algo habitual y que necesitan tanto el verdugo como el Jefe..

2º una sesión de castigo completa como el otro día, aunque en el primer latigazo se finalizó.

3º aquí hay dos posibilidades: una que te deje con él a solas durante una hora o más o bien que te entregue para toda la noche, en este último caso ninguna chica ha salido con vida.

Lo malo es que no puedo ayudarte pues nos mataría a las dos, pero si te ayudaré y mucho con los clientes, a mi los hombres no me gustan, pero si puedo ayudarte con ellos y sólo hay una solución: trabajar.

También tienes que saber que el Jefe necesita al verdugo pues su mayor deseo sexual y la única forma que se le levanta, es con el sufrimiento de la mujer, por ello necesita el verdugo, y por ello no le perderás de vista y tendrás que acostumbrarte a él, pues lo que ha hecho hoy de bajarte y dejarle que te agarrara el chocho, lo hará siempre que esté caliente. Que lo sepas amor. Además lo hará con frecuencia pues quiere que el verdugo esté también siempre caliente y tu eres el cebo.

Lo importante es que esta noche ya la tenemos cubierta, ahora que nos salga bien y los clientes queden contentos

Vamos a arreglarnos que el tiempo pasa y pronto vendrán nuestros clientes

Me empezó a bañar, me besó y me abracé a ella, creo que en ese momento empecé a enamorarme de Nora, besaba como ningún hombre lo había hecho y sabía pasar las manos por mis puntos débiles como nadie, me sentía atraída por ella.

Vamos amor, que yo te deseo más que tu a mí, pero primero son los clientes.

Nos pusimos las dos muy sexy, bebimos algo, me puso la inyección del día, y esperamos llegaran, mientras el Jefe da vueltas nervioso por las habitaciones, mirando si estaba todo a punto, pero en el fondo contento pues Nora ya le había entregado el dinero.

  • Nora no te olvides de los preservativos pues aunque estos no creo que les quieran, pues viene a echar la leche dentro de la chica, pero es bueno que sepan están a mano

Como tenemos tiempo aún y todo está preparado, me gustaría excitar al verdugo viendo a Susita vestida así.

-Nora, llama a los guardianes y que le suban un momento, pero bien atado.

Al poco tiempo estaba allí, atado con cadenas, y nada más verme babeando como una bestia.

Te vuelve loco, verdad?. El día que baje la guardia será nuevamente tuya y la tendrás en tus manos.

Seguro que no te deja dormir, a mi tampoco, el pensar como la teníamos colgada de las cadenas, con las piernas abiertas con el separador, todos sus músculos tensos, las tetas hinchadas, el coño limpio, blanco, precioso, todo un cuerpo virginal esperando el látigo de mi verdugo.

Hoy no la tocas que tiene trabajo y tiene clientes esperando para darla un buen repaso.

Tu polla va a reventar, se te sale del tanga.

Ya le podéis bajar que estáis todos empalmados, bueno y yo también.

Mañana ya os la volveré a enseñar.

Nora se volvió hacia mi y me susurró al oído:

Ves a él le encanta tanto como al verdugo, creo que es más sádico que él.

Me he enterado que el enfado por el latigazo que te dio, era ficticio pues ya sabía el Jefe que te iba a dar fuerte, pero como era la primera vez no quiso asustarte y que sus empleados pensáramos que era tan sádico.

Tus meadas y tus bragas usadas se las entrega a él para que se masturbe.

En esto sonó el timbre de la casa.

Ya están aquí, vamos arriba me dijo Nora

Les acompaño uno de los guardianes hasta una habitación que había destinada para el trabajo, donde había utensilios, para todos los gustos y desviaciones sexuales.

Saludaron con sendos en la boca a Nora y a mi, eran los que quisieron presenciar el latigazo y mi castigo

Qué tal estás Susita, te has recuperado?.

Si, pienso que ya estoy lista, pero mi compañera Nora me colocará al principio en la silla ginecológica para preservar un poco mi culo.

No os importa verdad?.

Cuando me quise dar cuenta ya tenía al primero colocada entre mis piernas enfilando su polla hacia mi cueva.

En un momento y de un solo golpe me la había metido, para enfado de Nora, pues no estaba ni lubricada.

Empezó un mete y saca desenfrenado, aunque era de los que sólo meten y empujan pensando que te la tienen que sacar por el culo.

El caso es que después del escozor inicial, mi vagina se acomodó a su polla o la polla a la vagina, y empecé a sentir placer, me empezaron a bajar los juguitos, mi culito empezó a moverse, mis pezones se hincharon, mi vientre subía queriendo introducir aún más la polla, y todo aumentado cuando Nora colocó en mi cabecera al otro, para que me diera lengua en la boca. Me agarré a la cintura de mi cliente y me vino un primer orgasmo entre chillitos y sollozos.

El prácticamente a la vez, eyaculó en mi caliente vagina.

No me había recuperado de los sudores cuando el de la lengua pasó a colocarse entre mis muslos, lo mismo que el anterior me la clavó de un solo golpe, con la ventaja para mí de que ya estaba el terreno preparado y resbaladizo.

Noté que me llenaba de leche, sentí su calor en los más intimo de mi sexo.

Casi sin respirar llegaron los dos nuevos, que hicieron la misma ceremonia.

Mientras unos descansaban otros me follaban.

No sé la cantidad de veces que llegue a correrme.

Pasaron las horas y fueron aplacándose, yo tenía leche por todo el cuerpo, pero mi vagina y mi útero estaban a tope, inundados.

Miré por la ventana y empezaba a amanecer, había estado cerca de ocho horas follando casi sin interrupción.

Ellos medio dormidos y exhausto también como yo, fueron pasando por el baño y despidiéndose uno a uno, hasta que me quedé sola con mi Nora adorada, quien para terminar me echó la bronca:

Niña quieres morirte?. No puedes correrte tantas veces, tienes que fingir.

No puedo amor, soy así, me conoces que soy muy ardiente y me gusta toda la marcha que me den.

Bueno ahora descansa, al menos hasta media mañana, ya preparé a los clientes, como tienes tantos esperando, esta tarde si que tienes que hacer uno al menos, aunque te cueste y luego la noche ya veremos como la solucionamos.

Estate tranquila que con este porvenir el verdugo de momento no te va a ver, guárdale las meadas para que se corra. Se echó a reír Nora

La verdad estaba agotada, me duché y me fui a la cama, que me pareció más que una cama una nube, tenía que descansar pues aunque Nora me dulcificaba todo, y cuando ya me iba a dormir entró en la habitación, mi dueño.

Estoy contento de ti Susita y los clientes me han dicho que también.

Me ha dicho Nora que para esta noche ya lo tiene todo preparado, pero que para hoy sólo te ha puesto uno, y eso es muy poco, duerme ahora unas horas y esta tarde me tienes que hacer tres.

Entendido.

Sí, mi dueño, lo que Vd. ordene.

De esta forma, Nora me llamó al mediodía, la pobre diciendo que lo sentía, pero tuve que levantarme, comer deprisa y arreglarme pues a las tres de la tarde tenía el primero.

La ventaja es que era uno y joven, uno al menos te deja respirar, y se cansa tanto como una y por otro lado los jóvenes son más activos y fogosos y dan menos trabajo que los mayores.

Estuve con él una hora, el tiempo pactado, tuve dos orgasmos, menos mal que Nora no se enteró, pues no estaba presente y sobre todo noté que ya podía apoyar el culo y tumbarme boca arriba.

Se fue contento.

Al cabo de media hora ya tenía el segundo de mediana edad y nada complicado.

A las seis en punto ya estaba el tercero llamando a la puerta, no daba tiempo ni para arreglar la habitación.

Este era un señor de unos 40 años sumamente elegante, muy bien vestido, que al verme, comentó:

Me gustas

Desnúdate, date la vuelta.

Eso que es? Tienes el culo herido.

Si, me caí por la escalera.

No, a un experto no le engañas.

Esto es un látigo, no es cierto?.

Largo verdad?

El que te zurró sabía lo que hacía, donde y como.

Te ha castigado un experto.

Me gustaría hacértelo yo.

Me parece que he encontrado lo que buscaba .

Quiero una sesión.

Tiene que hablar con la encargada, esas sesiones son de más tiempo y más dinero.

A pesar de ello procuró hacerme todo el daño que pudo en todas las partes de mi cuerpo, con la amenaza de que si protestaba le diria a mi jefe que no habia quedado contento de mí.

Continuó machacando mis tetas a base retortijones, hasta que me sacó la información que buscaba, y le que habia una sala equipada y que incluso había un verdugo, eso le volvió loco, me pago más de lo que se le había pedido, y se fue a los diez minutos, desde luego sin follarme.

No sabía si llamar al Jefe o a Nora para que hablara con él, pensé que sería mejor mi Jefe, quien le recibió y estuvieron hablando ampliamente.

Una vez que se habia marchado, mi dueño vino para decirme dulcemente. - Susita me hubiera gustado que hubieras hecho otro pero ahora descansa que te lo mereces

Me pareció tan raro, que cuando se lo comenté todo a Nora, me dijo

Claro, piensa en el último cliente que has tenido?

  • Ahora hay que ver lo que han tramado.

Es cierto

Susita tiemblo de pensar lo que han pensado hacer.

No adelantemos acontecimientos.