Mi historia de dominación familiar.

Cómo descubrí la historia oculta de mi familia. Si os gusta continuo contando.

A mi madre la recuerdo gritando siempre, desde que era pequeño. Los primeros años con discreción, pero ya hacía algunos que no disimulaban. Al principio metía la cabeza debajo de la almohada y me dormía. A veces preguntaba al día siguiente y siempre me daba excusas hasta que dejé de preguntar.En mi primera adolescencia cada vez sentía más curiosidad.

Un día me levanté dispuesto a averiguar la causa. La habitación de mis padres estaba entreabierta. Era verano y hacía calor y , entre sombras, vi a mi madre a cuatro patas, delante del sillón donde mi padre estaba sentado desnudo.

  • Vamos zorra, suplica. Suplica que tu amo te dé polla, suplica como la buena furcia que eres.

  • Por favor...

Plas,plas..mi padre le dio dos tortas fuertes que hicieron que mi madre perdiera el equilibrio.

  • Eres mía,guarra, hago contigo lo que quiero. Has nacido para darme placer, para comerme la polla, para comerme el puto culo, para alimentarte de mi lefa, para beber mis meos. Dilo, vamos,guarra.

  • He nacido...

Mi padre se levantó. Su polla era majestuosa, acompañada de unos cojones peludos y perfectos. Un hilillo de pre-semen colgaba de su capullo y cayó al suelo al levantarse. Mi madre se precipitó a lamerlo del suelo mientras mi padre sonreía triunfante.Mi padre cogió el cinturón sacándolo de sus pantalones.

  • Ponte en la cama a cuatro patas,puta. Ófreceme ese culo de guarra que tienes.

Mi padre empezó despacio, deleitándose en los golpes. Observando cómo iban dejando marcas en sus nalgas. Entre golpe y golpe meneaba despacio su polla, que no dejaba de soltar líquido.

  • Puta de mierda, cómo te gusta, cómo disfrutas. Eres la mejor perra del mundo. Mi perra, mi puta particular, joderrr.

Después de innumerables golpes, hizo que mi madre se diera la vuelta, la puso de rodillas y , cogiéndola del pelo, la folló la boca sin piedad, sin pararse a escuchar las arcadas de mi madre.

  • Puta cerda, te voy a dar de comer, lo llevas pidiendo todo el día,cerda asquerosa. Tomaaa.

Mi padre se corrió entre casi convulsiones. Mi madre tragaba como podía.

-Gracias, señor, gracias- le dijo besándole los pies.

Volví a mi cama corriendo,perturbado por lo que había visto, pero nada más llegar, cogí mi polla y con dos meneos tuve la corrida más placentera de mi vida.

Aquello fue el principio...