Mi historia de amor en dos capítulos

Como fue nuestra historia de amor

Primera parte (La visión de Ella)

Ese día por la noche ya que me había metido a la cama dispuesta a dormir, mi mamá entró en mi habitación y se sentó en mi cama dispuesta a charlar

  • No hemos platicado sobre tu fiesta hija

Dos días antes me habían festejado mi cumpleaños número quince con una gran fiesta, yo sonreí y respondí

  • Estuvo muy bonita, fueron todos mis amigos del colegio y se divirtieron mucho con decirte….

Y después de escuchar por un buen rato lo que yo en tono divertido le platicaba, me preguntó

  • Qué bueno que la pasaron tan bien, sin embargo, te noto muy melancólica, como triste ¿Quieres que lo platiquemos?

  • Gracias, pero No, si estoy tristona pero es algo sin importancia má, ya se me pasará

Cuando ví que ella se levantaba de la cama, le dije

  • ¡Mejor sí! … Te lo voy a decir, pero es una tontería __ Ella se volvió a sentar en la cama y respondió

  • Si te tiene triste, no es una tontería hija

  • Es que me dolió que Pedro no fuera a mi fiesta, estaban sus papás y su hermano, pero él no

  • Eso me imaginé

  • Me había ilusionado con que él estaría conmigo en la fiesta

  • ¿Qué es lo que te gusta de él?

  • ¿Además de ser muy guapo?… ¿Cómo explicarte? …. ¿Te acuerdas cuando nos cambiamos a esta casa? ___ Mi mamá a firmó con la cabeza y yo le dije___ Ese día, él me ayudó a bajar una caja de la mudanza y yo sentí algo aquí adentro de mí

Le dije poniendo mi mano sobre mi pecho. Mi mamá respondió sonriendo

  • Tenías 11 años hija

  • Pero lo sentí mamá y cada vez que lo veo siento lo mismo

  • Me parece raro, pero si así lo sientes, así ha de ser.

  • A veces cuando nos encontramos en la calle, él me mira fijamente y me emociono pensando que le gusto, que para él ya no soy la “niña flaca” que era a los 11 años, pero solo me dice “hola” como si fuera lo único que sabe decir ¿Por qué será así conmigo mamá? ¿Soy muy fea?

  • ¡Al contrario!... Eres muy linda, lo que no puedo decirte es la razón por la cual él actúa así, tal vez sea muy tímido o quizá no se quiere involucrar con una chica extranjera, con otra cultura, otra religión, otras costumbres

  • O tal vez no le intereso, que es lo más probable

  • No sé hija, lo que yo creo es que te estás equivocando con este muchacho y lo mejor sería que te olvidaras de él y no porque sea un mal muchacho, al contrario, solo que siento que él nunca se fijará en ti, incluso la mamá de Pedro y yo hemos platicado sobre ustedes y las dos pensamos lo mismo…

  • ¿Qué?

  • Que Pedro y tú deberían tratarse como amigos para que tú misma te dieras cuenta de que estás equivocada

  • ¿Eso platicaste con su mamá?

  • ¡Que oso!…  Ella se lo va a decir y yo me voy a morir de vergüenza

  • Oso, león o tigre hijita, pero yo no me voy a quedar de brazos cruzados esperando a que termines con el corazón roto por una falsa ilusión

  • Yo no tengo porque gustarle a él mamá, No lo pueden obligar

  • En eso estoy de acuerdo y nadie lo está obligando a nada, al contrario. Lo que yo quiero es que se conozcan y se traten, el hecho de que un muchacho sea muy guapo y te guste mucho, no significa que sea el hombre de tus sueños, nadie se enamora de una figura.

  • ¿Tú crees?

  • ¿Lo estás?

  • ¿Y estuviera, me lo reprocharías?

  • A ver Andrea. No nos vamos a pasar la noche preguntando sin responder hija. A mí me preocupas tú. Ahora bien ¿Si lo que quieres es saber cuál sería mi actitud sobre lo que no quiero que pase? No tengo la respuesta, yo solo te puedo darte mi opinión sobre Pedro. El es un muchacho alto, guapo y bien educado ….

  • ¿Pero? __ Se puso seria y respondió

  • Hay varios “peros” hija y te los voy a decir ___ Exhaló en señal de resignación y se sinceró conmigo diciendo ___ Lo primero que debes entender es que eres muy joven para estar sufriendo de amores. Por otro lado, tienes que aceptar el hecho de que Pedro está por terminar sus estudios universitarios, que tiene un trabajo estable, que está en edad de buscar una chica para una relación seria y que en esa búsqueda no hay cabida para una adolescente de 15 años …. Y si a eso le sumas que tenemos otras costumbres, otra religión, otro idioma y otra forma de vida, todo está en tu contra hijita

Me abracé de ella y al reconocer que tenía razón lloré en su hombro, pasado mi llanto le pregunté

  • ¿Eso te dijo su mamá?

  • No

  • ¿Entonces?

  • Mira Andrea. Ella siente pena por ti ya que te ha visto espiar a Pedro por las ventanas y por esa razón tal parece que habló con él sobre de ti ___ Mi mamá hizo un silencio para después decir lo que yo no quería escuchar____ Seguramente quiere que él hable contigo para desilusionarte. Así que lo mejor para ti es entender y aceptar que él tiene 22 años, que tiene su grupo de amigos y amigas, al parecer nada serio con ninguna de ellas, pero todo amor nace de una amistad

  • Y él nunca sería amigo de una niñita alemana ¿Es eso?

  • No es eso hija, lo que quiero que entiendas es que teniendo tú 15 años y el 22, a esa edad la diferencia es enorme … Muy diferente seria si tu tuvieras 23 y el 30

  • ¿Y eso por qué?

  • Porque a los 23 serías una mujer y a tu edad sigues siendo una niña… Pedro se va a esperar seis o siete años a que tú crezcas hijita… Piénsalo y ya duérmete… Buenas noches

  • Buenas noches mamá

Dos días después al regresar del colegio, abrí la puerta de la cochera y esperé a que mi mamá guardara el auto, al hacerlo y sin darme cuenta Pedro sujetó el portón diciendo “Te ayudo”. Enmudecí de vergüenza, sentí el rubor en mi rostro, le dije “Gracias” en un tono casi inaudible, y mientras cerraba la puerta él me preguntó

  • ¿Te puedo ver en la tarde?

  • Sí quieres.

Respondí avergonzada por lo que me había platicado mi mamá hacía dos noches. Después de comer, subí a mi recámara a cumplir con mis deberes escolares y al saber que él vendría, no me cambié de ropa, solo me quité los zapatos y la corbata del uniforme. Como a las cinco de la tarde cuando mi mamá me grito desde la planta baja de la casa “Andrea, te busca Pedro hija” Bajé la escalera y al ver la expresión en la cara de mi mamá me puse muy nerviosa, traté de cerrar los dos primeros botones de mi blusa, los que suelo desabotonar al quitarme la corbata del uniforme y mi mamá me dijo

  • Ya déjate la blusa que la estás arrugando toda

  • Es que

  • ¡Es que nada!  Ve a abrir la puerta que es una grosería tenerlo esperando en la calle

Sin duda que él venía a “desilusionarme” y el gesto de mi mamá reflejaba su pena por mí. Cuando resignada caminé hacia la puerta de la sala para salir al jardín ella agregó

  • Cuida de no romper tus calcetas

Caí en la cuenta de que no usaba zapatos y caminé por el patio, me acomodé el cabello y abrí la puerta. Pedro con las manos en la espalda me miró a la cara y me recorrió disimuladamente con la mirada, se sonrió al notar en mis calcetas como nerviosa doblaba los dedos de mis pies, miró nuevamente a mi rostro y me saludó

  • ¿Cómo estás Andrea?

  • Bien __ Respondí

  • Venía a disculparme por no haber ido a tu fiesta …. Y a traerte tu regalo

Pretendía decirle que nuestra costumbre era dar el regalo el día del cumpleaños, pero ya no tenía caso y cuando él puso sus manos frente a mi llevando en ellas una preciosa nutria de peluche y un ramo con 15 rosas, me emocioné, los tomé y le dije

  • Que bonitas flores, me encantan las rosas y la nutria está linda, mira que carita tan divina tiene ¿Le puedo poner Peter? Tú me la diste __ El se rio diciendo

  • Si quieres, solo que no sé si sea niño o niña

  • Debe ser niño ya que tiene su collar azul

Le respondí enseñándole el collar del peluche. Después de platicar por escasos dos minutos nos despedimos y yo entré a la casa llevando mi nutria pegada al pecho con una mano y las rosas en la otra, al entrar a la cocina, mi mamá extrañada por lo corto de nuestra charla preguntó.

  • ¿Qué pasó?

  • Me trajo mi regalo y se disculpó por no ir a la fiesta

Me quitó las rosas de la mano para ponerlas en un florero y ahí quedo el asunto. Al día siguiente al regresar del colegio, me quité el uniforme y me puse unos pequeños shorts ajustados a la cadera y una playera. Mientras hacía mis deberes escolares, mi mamá me llamó para que bajara, bajé la escalera descalza y cuando mi mamá me dijo que en la puerta estaba Pedro, ya no escuché que más me dijo, solo corrí por el patio hacia la puerta de la calle.

Al abrir la puerta él me recorrió con la mirada fijando su vista en mi vientre donde la playera dejaba ver mi ombligo, para después bajar la vista y quedarse mirando mis muslos, justo en mi entrepierna donde los cortos y ajustados shorts terminaban, yo sentí vergüenza y crucé mis piernas, él reaccionó de inmediato y pretendiendo disimular su indiscreción, señaló mis pies y preguntó

  • ¿No te lastimas al andar descalza en el patio?

  • No si camino con cuidado, Lo que sí es que me ensucio los pies, pero me los lavo antes de acostarme

Al decir esto doble mi pierna para enseñarle la planta de un pie y él quedó en silencio con su vista fija en mi pierna. Sonreí por dentro al sentir que yo le gustaba y ante su silencio pregunté

  • ¿Qué pasó Pedro? ___ Levantó la vista de mis piernas hacia mi cara y respondió

  • Quiero hablar contigo Andrea

  • ¿Conmigo? ¿Cómo de qué o qué?

  • Si me escuchas lo sabrás

  • Está bien, pásate

El entró y yo cerré la puerta, al señalarle hacia la puerta de la sala él me dijo

  • Aquí en el jardín ___ Y ahí de pie uno frente al otro comenzó diciendo

  • No quiero que te molestes por lo que voy a decir Andrea ___ Yo sentí pánico al escucharlo, ya que sentí que mis ilusiones encendidas con su regalo del día anterior se convertían en cenizas, tragué saliva mientras que él agregaba____ Si no entiendes alguna de mis palabras yo……. ___ Lo interrumpí

  • Mi mamá es hija de colombiano y alemana así que hablo, leo y entiendo muy bien el castellano

  • No lo sabía … Que bueno, así no habrá malos entendidos

Quería que me tragara la tierra, él quedó en silencio, bajó la vista y nuevamente recorrió con su mirada mis piernas y al mirarme a la cara agregó

  • La verdad es que mi mamá me pidió, casi me exigió que hablara contigo, que intentara ser tu amigo… Ya sabrás “Hazlo por mí” y esas cosas que suelen decir las mamás para obligarlo a uno a hacer algo ¿Me entiendes? __ Molesta respondí estirándole mi mano para despedirme

  • ¡Claro que entiendo! … ¡Ya viniste, ya cumpliste!… Así que mucho gusto y adiós Pedro

  • ¡Espérame! No te enojes… Déjame terminar__ Afirmé con la cabeza y él dijo___ Mira Andrea, reconozco que me obligaron a hablar contigo sobre de que yo a ti… La verdad es que a pesar de que me gustabas, yo pensaba que tú…  ¿Cómo te explico? Quiero decir que yo siempre supuse que tú no.

  • No te entendí nada y no es por el idioma Pedro

Quedó en silencio y nuevamente bajó la vista hacia mis piernas. En ese momento yo me resigné a aceptar la realidad, observé su seriedad y su mirada fija en mis piernas. Dentro de mí había una mezcla de tristeza e indignación, casi de enojo que me llevó a hablar sin “cuidar las formas”

  • ¡¿Ayer? ¿Gustaba? ¿Pensaba?, ¿Supuse?! … ¡Por favor! Eso no es hablar Pedro. Si vamos a hablar hay que decir las cosas tal y como son. Así que hagámoslo de una buena vez. Si tú mamá te dijo que me gustas mucho, es verdad, pero eso no te obliga a nada, tú no eres el único hombre en el mundo, ni yo la única mujer, así que no vengas a decirme que te obligaron a buscarme como si de nosotros dependiera la supervivencia de la raza humana.

Por otro lado, todo lo hablas en pasado, ¡Habla claro Pedro!  ¿Te gustaba o te gusto?,¿Pensabas o piensas?, ¿Suponías o supones? Dime de una vez lo que sientes y si no quieres o no puedes hacerlo al menos responde ¿Hay un presente? Si tu respuesta es no, dilo para que yo no siga ilusionándome cada vez que me miras o me saludas…. No me hagas perder mi tiempo

Y separando mis palabras para acentuarlas y así demostrarle mi enojo le dije

  • ¡¡Y—ya --- deja---de mirarme--- las piernas!!

  • ¡¡No—lo voy – a dejar--- de hacer!!

Respondió en la misma forma mirándome a los ojos y nuevamente bajó la vista hacia mis piernas como si me retara a decirle que se fuera a sabiendas de que no lo haría

  • Me avergüenzas Pedro __ Le dije y levantó la vista hacia mis ojos, sonrió y respondió

  • ¿Y qué puedo hacer, si me encantan?... Mira Andrea … Tú sabes que me gustas mucho… Y te estoy hablando en presente Tienes un cuerpo precioso, muy bien formado a pesar de ser tan alta. Me gusta tu cara, me gustan tus piernas, me gustan tus, tus…

  • ¡PARA!, Qué ya entendí

  • ¿Qué entendiste?

  • Que te gusto __ Respondí coquetamente y agregué___ ¿Y qué con eso?

  • ¿Con qué?

Al regresar la confianza en mí misma lo reté diciendo

  • ¿Te gusto y eso es todo? o no te atreves a decir lo que sientes

  • ¡Claro que me atrevo, si a eso vine!

  • Te escucho

  • Ayer que vine me “moviste el tapete” y ahora lo sigues haciendo___ Al ver mi cara de extrañeza aclaró ___ Me refiero a que me hiciste sentir algo especial, algo en ti revolvió todo dentro de mí y no solo es tu belleza física, es tu voz, tu aroma, tus gestos, tus ademanes, tu carácter arrebatado. Por eso quiero…. ___ Quedó en silencio y yo pregunté

  • ¿Qué quieres?

  • A ti

Puse cara de admiración ¿Qué se hace en estos casos? Me pregunté. Yo quería abrazarlo, sin embargo, me contuve, crucé mis pies, bajé la vista y sin verlo a la cara estúpidamente pregunté

  • ¿A mí? ¿Cómo me puedes querer si no me conoces, nunca me hablabas?

Pedro con mucha delicadeza y especial ternura, puso su dedo índice bajo mi mentón para levantarme la cara y al mirarnos a los ojos me dijo

  • Tú sientes lo mismo que yo Andrea y si somos amigos, nos podríamos enamorar ¿No crees?

  • ¿Me estas pidiendo que sea tu novia?

  • Te estoy pidiendo que no lo dejemos así, que lo intentemos ¿Qué puede pasar Andrea?

  • Que uno se enamore y el otro no

  • Es cosa de hablarlo

  • ¿Y jugar al “a ver quién cae primero”?

  • Si lo quieres ver así

Si supiera que ya lo sentía en mi pecho, en mi corazón, en todo mi ser…. Sonreí y le dije

  • Ya me tengo que meter a la casa Pedro

Caminé para abrir la puerta de la calle y estando él de pie en la banqueta, me sujetó la mano y preguntó

  • ¿Entonces?

Como respuesta, le di beso en el cual se tocaron nuestros labios para después avergonzada cerrar la puerta, él del otro lado preguntó “¿Eso fue un sí?”“¿Tú que crees?” respondí y crucé el jardín caminando. Al entrar a la cocina mi mamá estaba hecha una fiera y me comenzó a regañar diciendo

  • ¡Ayer te querías abotonar la blusa y ve lo que haces hoy! ¿A quién se le ocurre salir con esos shorts? ¡Mira nada más! __ Y señalando mi entrepierna dijo___ Se te marca la… el…  ¡Niña! ¡Ya no sé ni lo que digo!, traes de fuera todas las piernas, ¡Enseñas la ingle y la mitad de las nalgas!

  • No se me ven las nalgas ___ Respondí observando mi trasero y ella replicó más enojada

  • ¡Mira bien! ¡Se te ve donde comienzan las nalgas Andrea! ¡Y como si eso no fuera suficiente! ¡Le enseñas el ombligo! ¡Claro si para eso te lo dio Dios, para enseñarlo!... ¿Qué va a pensar de ti?

  • Le encantó… Creo que le hubiera gustado que saliera así, mira, como si usara bikini

Respondí subiendo mi playera para enseñar todo mi vientre

  • ¡Andrea! ¡Por Dios santísimo! ¡Qué cosas se te ocurren hija! El bikini se usa en la playa, los shorts se inventaron para estar cómoda y nadie puede estar cómoda con un trapo enrollado en la cadera apretándote ahí__ Dijo señalando nuevamente mi entrepierna y agregó__ ¡Que modas Dios mío! Por eso después se infectan con hongos y se quieren meterse óvulos fungicidas como si fueran dulces. ¡Y por ahí no se mete una nada!... Bueno…

Al notar que su “bueno” me provocó risa, regresó a su sarcasmo diciendo

  • De seguro que esos shorts los venden con instructivo para ponérselos… Y con un tarro de grasa para que resbalen

Bajé mi playera y ella, en tono no amable, sino más bien tranquilo pero serio preguntó

  • ¿Qué pasó?

  • No sé

  • ¿Cómo que no sabes?

  • No, no sé, creo que me pidió ser su novia o algo por el estilo

  • ¡¿Qué?! … ¿Y tú qué le dijiste?

  • Lo besé

  • ¿En dónde? ¿Cómo fuiste capaz de hacer eso?

Sin responder subí las escaleras seguida por la mirada atónita de mi mamá y a partir de ese día Pedro y yo comenzamos a tratarnos, nos veíamos todos los días cuando yo regresaba del colegio y nos quedábamos platicando en la banqueta frente a nuestras casas hasta que me llamaban a comer, salíamos juntos los fines de semana y cuando me presentó con sus amigos como alemana, uno de ellos me dijo “O sea que eres Volkswagen” y así me gané el apodo de “La Volkswagen”. Pedro conoció a mis amigos e hizo buena amistad con ellos.

Como era lógico de suponer, dada la diferencia de edades, mis papás le pusieron restricciones a nuestro ya manifiesto noviazgo y los dos las aceptamos con resignación. Solo podíamos salir viernes y sábado con hora máxima de llegada a las 12 de la noche y entre semana solo nos podíamos ver dos días y en casa, no antes de las cinco de la tarde, ni después de las ocho de la noche. Esto último lo aceptaron ya que Pedro les dijo “Cuando me case con su hija, la voy a ver diario y a todas horas” Con eso mis papás entendieron que él iba en plan serio conmigo y cedieron un poco a sus controles paternales, controles tan estrictos que comencé a saludar a mi papá estirando el brazo y expresando un “¡Heil!” Pero no le hizo mella, solo le causé gracia

Uno de esos fines de semana al regresar por la noche a nuestras casas, él puso su mano sobre la piel de mi muslo y me dijo

  • Fui el primero en caer Andrea

  • No lo creo

Respondí, girando mi cuerpo con mis piernas juntas hacia él quien me miró fijamente a los ojos, acercó su cara a la mía y nos besamos. ¡Qué sensación tan maravillosa es el primer beso! Su lengua rozó mis labios y yo los abrí para sentir y saborear ese primer intercambio de amorosa pasión. Al separarnos, observó mis piernas, metió su mano bajo mi vestido y recorrió la parte externa de mi muslo buscando mi nalga, yo me moví para facilitarle la caricia y nos volvimos a besar.

Su húmedo beso y su mano bajo mi vestido acariciando mi trasero, me hizo sentir que algo se agolpaba en mi pecho, algo quemante que bajó recorriendo mi vientre y mi pubis hasta fluir fuera de mi por mi sexo, ahí entendí aquello de “mojar las bragas” …  Pedro me miró a los ojos diciendo

  • Te amo Andrea

  • Y yo a ti

Metió el auto en el garaje de su casa y caminamos los escasos 15 metros que separan las puertas de las casas, antes de abrir la puerta, él me abrazó y yo sentí derretirme entre sus brazos, nos dimos otro beso en la boca y entré a mi casa dispuesta a seguir disfrutando en sueños de mi amor adolescente

Llevábamos varios meses en una relación maravillosa, éramos novios, amigos, confidentes, vasija de felicidad en nuestras alegrías y paño de lágrimas en nuestras tristezas. Sin embargo, por mi edad y por las reglas que mis papás me habían impuesto nunca habíamos pasado de besos, abrazos apretados y caricias en mis piernas, por lo general más arriba de lo que debieran, sin embargo, ambos teníamos deseos de algo más y un día él me lo pidió diciendo

  • Quiero hacerte el amor Andrea

  • Y yo que me lo hagas, pero me da miedo terminar embarazada

  • Puedo usar un condón

  • ¿En mi primera vez? .... No amor, es mejor que esperemos

El aceptó, sino de buena gana, al menos con la misma resignación con la que yo me había negado.

Fue el día en que él se recibió de ingeniero, yo ya había cumplido los 18 años y él los 23. Sus papás organizaron una recepción muy elegante y estando ahí nos pusimos a bailar, mientras lo hacíamos yo le dije

  • No sé qué regalarte

  • A ti

Quedé unos segundos pensando en silencio y después me acerqué a su oído para susurrarle

  • Mañana es un día seguro, pasa por mi a la escuela ¿Qué dices?

Me miró y no separó su mirada de mis ojos hasta que terminó la música, me abrazó y al intentar besarme yo puse la mejilla diciendo

  • Nos está viendo mi papá

  • ¿A qué hora paso por ti?

  • Estoy en exámenes y mañana salgo a las 12

Y mientras caminábamos tomados de la mano a la mesa donde estaban mis papás me dijo

  • Pide permiso pretextando que te voy a ayudar con el examen de cálculo o algo así

Sonreí y sentados a la mesa yo le dije a mi mamá que él iría por mí, para llevarme a una biblioteca y después iríamos a comer, ella aceptó y ese día al salir de la escuela me subí al auto con Pedro para dirigimos a un hotel, en el trayecto mientras acariciaba mis muslos me preguntó

  • ¿Cómo sabes que es un día seguro?

Dudé en responder ya que lo suponía algo muy íntimo, pero si íbamos camino a tener relaciones, ¡Que tanto podía importar!, así que se lo dije

  • Ayer terminé de menstruar y según el ciclo de la mujer, hoy es un día seguro para hacerlo

  • Pero ese método del ritmo, no es muy seguro ¿O sí?

  • ¿Te vas a arrepentir?

  • No, solo pienso que…. ¡Olvídalo!, tienes razón, es tu primera vez

Como yo ya estaba completamente desinhibida le respondí

  • Ya después nos cuidamos… Claro si es que quieres hacerlo otra vez

  • ¿Si es que quiero? Por favor, si te lo pienso hacer por el resto de tu vida.

  • Eso espero Pedro. Ojalá que nunca te hartes de mí.

  • Nunca dejaré de desearte, porque nunca dejaré de amarte

Me acurruqué en su antebrazo y ya dentro del cuarto del hotel él me hizo sentar en la cama para quitarme los zapatos, con mucha delicadeza me quitó una a una mis calcetas y al hacerlo besaba mis pantorrillas y apoyaba sobre de ella su mejilla “Yo me desvisto Pedro” , Le dije y mientras me iba quitando la ropa él hizo lo mismo hasta terminar los dos desnudos frente a frente. Al mirarlo así frente a mí con todo lo suyo listo para la acción, fui consciente de mi propia desnudez y me sentí indefensa

El al notar mi nerviosismo se acercó y con sus manos acarició mi cintura recorriendo mis curvas hasta mis caderas, me jaló de ellas para pegar mi cuerpo al suyo “Eres preciosa, te amo Andrea” me dijo para abrazarme y besarme apasionadamente hasta terminar sobre la cama.

Aquí cabe aclarar que yo era una adolescente casi tan inocente como cuando era niña, me habían educado a bañarme rápido para solo tocar mi cuerpo lo necesario y a pesar de que algunas veces en esas noches de excitación, que todas hemos tenido en la soledad de nuestra recámara, si llegué a tocar mi sexo. Pero él “temor aprendido”, de que era algo muy malo y que podía perder mi virginidad, siempre me impidió desahogarme con la masturbación.

Así que siendo una inexperta y estando los dos desnudos en la cama simplemente “lo dejé hacer” y me dejé querer mientras que él me besaba y me acariciaba. Con su boca se apoderó tiernamente de mis pechos adolescentes, lo que hizo que mis pequeñas aureolas y mis ya endurecidos pezones cambiaran su tono rosa para enrojecerse por la excitación. El bajó besando por mi vientre y mi pubis hasta llegar a mi sexo donde besó mis labios vaginales, metiendo su lengua entre ellos para lamer mi clítoris y hacerme sentir algo indescriptible.

Sentía el calor del rubor en mi rostro y cuando él me separó las piernas y se arrodilló entre ellas, una mezcla de nervios y excitación hicieron que mi respiración se acelerara como si estuviera corriendo. Pedro se acercó a mi pubis y lo acomodó entre mis labios vaginales y al recostar su cuerpo sobre del  mío comenzó a poseerme. Una rara molestia me hizo inspirar muy fuerte y levantar mi mano, él se detuvo mirándome a los ojos, yo jadeante tragué saliva, bajé mi mano y afirmé con mi cabeza, para que terminara de hacerme suya.

Su pubis se pegó al mío y se quedó inmóvil sobre y completamente dentro de mí, me dijo “Déjame estar ahí” yo sonreí y respondí “Para siempre… Ya soy toda tuya amor” Nos besamos varias veces en la boca y cuando se enderezó, levantó una de mis piernas sobre su cadera para iniciar con el maravilloso ritual del amor. Poco a poco mi cuerpo se fue acostumbrando a tenerlo dentro y comencé a jadear, me descontrolé perdiendo la cordura y le pedí que no se detuviera. Poco después hubo “fuegos artificiales” dentro de mí, mis entrañas se comenzaron a mover una y otra vez haciéndome sentir lo más hermoso, placentero y amoroso que haya podido sentir en mi corta existencia. Era el amor carnal en toda su grandeza, algo único, algo que al terminar me hiso exclamar “Te amo Pedro, te amo como a nada en el mundo”

El no respondió, tenía cerrados los ojos y se mantenía inmóvil en lo más profundo de mis entrañas, lo escuché gemir y contuvo la respiración, sentí temor al suponer que no respiraba y justo antes de yo pudiera hablar, él exhaló con fuerza y jadeante me dijo “¡Dios, que delicia! Eres lo máximo Andrea, ¡Qué manera de venirme amor!” y se recostó sobre de mí. Entonces comrendí que había eyaculado dentro de mí y que yo lo había visto gozar de ese momento.  Sonreí al saberme llena de su semilla y lloré. El me miró y con ternura preguntó

  • ¿Qué pasa amor? ¿Te arrepentiste?

  • Son lágrimas de felicidad tonto, felicidad de saberme tuya y sentirte mío

Nos besamos y quedamos un buen rato con nuestros cuerpos unidos. Cuando se enderezó y se salió de mi yo sentí su semen escurrir fuera de mi vagina, lo miré con curiosidad ya que nunca lo había visto, miré a Pedro y reí sin saber que hacer, él me lo explicó muy simple diciendo “Lo que se quedó, se quedó y lo que no, se tiene que salir”

Al regresar a casa me sentía diferente, había dejado de ser una adolescente y al verme mi mamá, tal vez por ser mujer, lo sospechó ya que me abrazó diciendo.

  • Te veo muy contenta hija… ¿Pasó algo?

  • ¡Me ama má!… Estoy convencida de que me ama y de que estaremos juntos para siempre

  • ¿Ya ves? Y tú que decías que no le gustabas

  • Me equivoqué

  • ¡Vayan con cuidado hija! Eres muy joven, no se vayan a meter en problemas

¡Ella lo sabía! ¡Claro que lo sabía!, Le di un beso y subí a mi habitación a lavar mis bragas

Durante ese mes, todos los fines de semana lo hicimos usando condón ¡Fue increíble!, enloquecí de amor cuando me acostó de lado y él se acostó detrás de mí haciéndomelo lentamente, abrazándome y besando mi espalda y mi cuello, mientras sus manos acariciaban mis pechos, mi vientre, mi pubis y mis piernas. Sin embargo, mi mayor placer, mis más deliciosos orgasmos me los dio follándome de a “perrito” ya que su penetración fue muy profunda y placentera.

Me encantó hacerlo acostada boca abajo donde después de besarme dulcemente las piernas, las nalgas y la espalda me montó para llevarme a un gran orgasmo y cuando lo hicimos de pie frente a frente, me sentí agradecida por mi estatura ya que él me alcanzó a la perfección mientras nos besábamos con pasión. Fueron unos amorosos y placenteros fines de semana donde los viernes y los sábados por la tarde íbamos a algún hotel a amarnos y a darnos placer. Y así mis orgasmos fueron creciendo en tiempo e intensidad, terminaba agotada, relajada y satisfecha de ser una mujer amada.

Por varios meses más nos seguimos disfrutando al menos una vez a la semana en la cama de algún hotel. Y como la costumbre da confianza y la confianza seguridad, mi papel en el sexo pasó a ser de pasiva a activa, aprendí a “cabalgar su miembro” nos hicimos el sexo oral, tragué su semen y nos llenamos del placer de amarnos. Así fue como a los 16 años ya era yo toda una mujer en la cama, sensual, ardiente, dispuesta a gozar y hacer gozar a mi amado.

La estábamos pasando de maravilla, eso sí, gastando en condones, pero valía la pena…. Un viernes por la noche al terminar de hacer el amor cometí la imprudencia de comentarle

  • Me encantaría tomar pastillas, pero de seguro me las descubren… No sabes las ganas que tengo de que siempre termines dentro de mí y que te quedes ahí sin moverte. Con el condón te sales enseguida de que terminas… Ya sé que es por precaución, pero no me gusta.

Y como en el amor no hay un solo imprudente, ni un solo loco, sino que por lo general son dos, Pedro se encargó de hacer su locura ya que, al día siguiente sábado por la tarde, fuimos a un hotel y al terminar de disfrutarnos él entró al baño a tirar el condón, al salir se acercó a donde había dejado su ropa, por unos segundos estuvo metiendo las manos en la bolsa de su chamarra y al regresar a la cama, me tomó la mano, me la besó y me dijo.

  • Ya tengo la solución a tu temor de que te descubran las pastillas

Me reí diciendo

  • ¿Qué locura se te ocurrió amor?, ¿Guardarlas en tu casa y pasarme una cada día por la barda?

  • ¡No!... ¡Me caso conmigo y asunto resuelto!

Acto seguido me puso en el dedo un anillo con un diamante solitario, un anillo de compromiso.

  • ¿No piensas pedirme matrimonio de forma romántica?

  • Está bien, regrésame el anillo para hacerte una romántica petición

  • ¿Desnudos en la cama? ¡Estás loco! Además, este anillo ya no me lo quita nadie. Es de mala suerte quitarse el anillo cuando recién te lo han dado, Así que me veo obligada a aceptar, ¡Como me sorprendiste, ahora me tengo que casar contigo!

  • Ni se te ocurra decirles eso a tus papás

  • ¿Yo?... ¡Que te pasa?, se lo tienes que decir tú

Soltó la carcajada y regresamos a mi casa a platicar con mis papás nuestra decisión de casarnos. Sin duda alguna y muy a pesar de que lo negamos rotundamente, en los papás de ambos quedó la duda o más bien dicho, la supuesta seguridad de que yo estaba embarazada, así que con la idea de evitar la “vergüenza social”, en cosa de un mes se solucionaron todos los aspectos legales y dos meses antes de que cumpliera los 19 años nos casamos por lo civil y muy a pesar de la negativa de las mamás nos fuimos de luna de miel.

Al regresar de la luna de miel, las mamás habían llegado a un acuerdo referente al matrimonio religioso y dos meses después de vivir juntos, cumplimos con ese requisito materno

Me embaracé a los 20 y hoy a los 30 tenemos dos hijos, de 9 y 6 años. Pedro y yo seguimos disfrutando tanto de nuestro amor como de nuestra sexualidad y lo seguiremos haciendo hasta que la naturaleza y el tiempo nos lo impida.