MI HISTORIA con mis HIJOS, 9

Ian, estaba más despatarrado y apoyado en el borde de la pila y fue en ese momento cuando Ramiro pasó su mano entre la raja del culo y siguió hacia abajo y traspaso los huevos de Ian y este tembló cuando Ramiro le tomó la verga desde atrás y allí abrió los ojos.

MI HISTORIA con mis HIJOS, 9

Ian, no despertó a los chicos; se fue a la antigua casa a esperar los trabajadores.

Tenía nostalgia por su vieja casa, allí nacieron y crecieron los chicos se decía Ian.

Sumido en sus pensamientos, revisando los detalles por reparar estaba; cuando llegó el maistro de obras y dos ayudantes.

Buen día Don Ian, aquí estamos ya para empezar; dijo el maistro de obras, que era un tipo de unos 50 años o más, presentó a los ayudantes, estos son mis hijos le dijo.

Ellos son Tomas y Ramiro, me van a ayudar en su casa.

Ya les dijo que necesitaba que al final quería pintada toda la casa, reparar paredes, cambiar lavado de cocina y reparar el techo.

Pues manos a la obra, dijo el maistro de obra.

Yo, me voy a mi trabajo y paso luego para ver cómo van adelantando.

Pero el maistro de obra que se llama José, llama a Ian y le muestra que la pila de contención de agua está rajada, que hay que tirarla y volverla a hacer.

Le dice que la puede ampliar y …. El asunto es que a todo esto que están platicando, en la cocina ocurre un espectáculo completo.

Los dos hijos de José, se están desvistiendo para ponerse la ropa de trabajo.

Ambos se han quitado ya las camisas, Tomas que es el mayor a simple vista; se está quitando el pantalón y queda solo en unos calzoncillos color naranja y muestra un paquetón en reposo que a Ian le llama muchísimo la atención.

Luego de quitarse el pantalón el Tomas, es el turno de Ramiro; que también queda solo en interiores, pero es un biquini muy pequeñito, que apenas puede con otro mazo de bulto y este tiene las piernas súper peludas, pareciera un pantalón natural.

Las piernas de Ramiro son de largos bellos negros y gruesos.

Los pies de ambos hombres son pies grandes y bien proporcionados a sus dueños.

José, sin prestar atención a que sus hijos están medio desnudos; llama a Ramiro y al ver que no acudía de inmediato, le vuelve a llamar con un: “Es ahora que vengas” y el chavo se acercó tal cual estaba, en biquini y con los pantalones de trabajo en la mano.

Ahhhh dice José, hubieras dicho chico; ahora que estás aquí, tú te encargas de botar y hacer una nueva pila, le pones un rival al medio y en vez de llave un flotador.

El chico miró la pila y con los pantalones aún en mano miró el área nueva hasta donde iba a llegar el fondo.

Ian, se había hecho hacia atrás; admirando las nalgas de Ramiro y viendo de reojo como Tomas se terminaba de vestir con un jean viejo y roto por todos lados, una camiseta que solo eran un par de tiras realmente, una gorra y unos burritos (zapatos de trabajo).

Ramiro, al terminar de escuchar las explicaciones de su padre; comenzó a ponerse su jean de trabajo y descalzo como andaba se dirigió a la cocina a terminar de vestir.

Ian, salió con la visión en mente de ambos chavos; no pasaban de 30 ninguno, se miraba que son educados y acostumbrados al trabajo.

Fue al trabajo, allá se encontró que Gustavo ya lo había abierto; Ian saluda a su amigo y a los dos empleados que tienen.

Las personas comenzaban a llegar al negocio, ya se estaban dando a conocer por los productos buenos y el bajo precio que tenían.

Los muchachos repartían producto y regresaban hasta la tarde, casi a la hora de salida.

Ian, le comentó a Gustavo lo buenorros que estaban los albañiles.

Ahhh, ese es el motivo que toda la mañana has andado con una parazón de los mil demonios; es que se te notó desde que entraste.

A caso no te fijaste como te miraron Julito y Carlitos (los empleados).

La tiendita y oficina, tenía un área atrás y Gustavo se fue hacia allá y llamó a Ian; al llegar Ian, vio como Gustavo se comenzó a desnudar sin decir una palabra y se movía al compás de una canción de la radio.

Gustavo estaba buenísimo a los ojos de Ian, él se sacó la verga que venía aprisionada toda la mañana y comenzó a pajearse.

En eso estaba Ian, cuando Gustavo se colocó boca abajo sobre el escritorio y movió las nalgas en señal de ofrecimiento.

Ian, vio como se abría las nalgas y mostraba su culito peludito, se agachó y comenzó a lamer en medio de ellas; llegando al orificio fruncido y sabroso de Gustavo.

Gustavo cesaba de lo excitado que estaba.

Ian, le dejo bien lubricado el trasero a Gustavo y le colocó la verga en la entrada, el culito se le frunció a Gustavo al solo sentir la presencia de esa tranca.

Pero al dilatar un poco, Ian empujo su verga y le metió de un solo la mitad.

MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMmmmmmmmmmmm

Berreo Gustavo, Ian; se quedó quieto para dejarlo que se acostumbrara a su diámetro.

Ian, podía sentir el calor interior de Gustavo; estaba bien socadito el condenado.

Comenzó a bombearlo y en cada arremetida que le daba, unos centímetros más le iba metiendo.

Gustavo, solo se agarraba del borde del escritorio y sentía como las bolas de Ian lo palpaban.

Un sonido a aplauso se escuchaba en todo el local, gracias a Dios que no entró ningún cliente; porque ese sonido se escucharía raro.

Seguían los dos amigos, socios y compadres culeando y era la primera vez que Ian le metía la verga a Gustavo.

No se había dado cuenta, cuanto deseaba realmente este momento.

Que sabroso era ser tan abiertos ahora, otra situación fuera y habría tenido que irse a pajear al baño.

Pero, estaba clavando a su mejor amigo y que sabrosa situación.

Ian, metió la mano al frente y tomó la verga de Gustavo y la comenzó a pajear.

Gustavo, solo abría más sus piernas para permitirle a Ian que lo clavara más profundo.

Ian, sin sacar su pija; acomodó a Gustavo de espaldas en el escritorio y levantó sus piernas para colocarlas en los hombros, esa era una bombeada digna de una película porno.

Luego, Ian le sacó la pija del culito a Gustavo y observó como el ano se quedaba un rato abierto para tomar su posición después.

Le volvió a meter la verga y dio dos puyones profundos y volvió a observar como se le abría al tener su pija dentro de su amigo.

Ian, estaba entregado a saciar su necesidad de un agujero en donde meter su verga y el agujerito de Gustavo era impecable en su tamaño, temperatura y textura.

Podía sentir sus pliegues internos y como rozaba con todo allí dentro; sentía como su verga era estrujada por su ducto anal y su esfínter le presionaba como escurriendo su verga, para sacar hasta la última gota de lubricante natural que de allí emanaba.

Ian, ya no soportaría por mucho tiempo más y se lo hizo saber a Gustavo; el goce era intenso y el culo demasiado sabroso.

Gustavo, brincó desde el escritorio y tomó la verga de Ian; la apuntó directo a su boca y allí depositó el glande de Ian que vibraba fuerte y caliente, para que Ian se corriera en su boca.

Cuando Ian, comenzó su descarga de semen; Gustavo cerró su boca alrededor del glande y degustó la primera descarga.

Una descarga abundante, caliente como el hierro fundido y con un fuerte sabor agridulce que le encantó.

Tuvo que tragar rápido, la segunda, tercera y cuarta descarga llegaron sin avisar.

Su paladar, estaba completamente lleno del sabor de Ian.

Su amigo tenía un gusto muy peculiar, él no tenía mucho de donde, con que evaluar; pero de todos los sabores del mundo que él había paladeado, el de Ian era exquisito.

Sus fluidos espectaculares.

Las manos de Ian se sostenían en la cabeza de Gustavo y tenía los ojos cerrados al igual que su amigo, Gustavo estaba sintiendo como los últimos fluidos de semen resbalaban por su garganta; cuando comenzó a lanzar los suyos propios en el suelo, dejando un charco de blanca nata.

En eso estaban cuando escuchan la puerta del negocio abrir.

Como pudo Ian, se acomodó su ropa y salió al recibidor para ver quién era.

Hoooola, ¿qué tal estas?, era Rosa; la esposa de Gustavo.

Muy Bien Ian, ¿Gustavo está?

Vengo a invitarlo a comer.

Espéralo un ratito, ya va a venir; está en el sanitario.

Ok, mucho trabajo verdad; te veo todo sudado.

Si Rosa, estaba acomodando unas cajas y vieras que con nada sudo un chingo.

A los pocos minutos, sale Gustavo mucho más repuesto y saluda a su mujer; pero evita darle un beso en la boca, Rosa conoce muy bien el sabor del semen de Gustavo y ese no se parece en nada.

Salen los dos a comer y queda Ian solo en el negocio.

Esa estuvo cerca, pensó Ian.

Atendió los pedidos y recibió unas proposiciones de propiedades para venta y otras en alquiler que habría que inspeccionar después.

Julio y Carlos, regresaron a eso de las 4 de la tarde y ordenaron los pedidos del día siguiente.

Le preguntó Carlos a Ian que si le ocurría algo, lo miraba extraño.

Ian, le dijo que no se preocupara; un pequeño susto que no era de importancia.

A ok, Don Ian; estamos por terminar las entregas de mañana.

Al terminar se pueden ir.

A penas habían pasado minutos de las 5 de la tarde y se dirigía Ian a la casa para ver los adelantos.

Estaba cerca y fueron solo un par de minutos el llegar, la puerta estaba entre abierta y al llegar no se miraba movimiento de nadie; se habría ido y dejaron la puerta abierta, pensó Ian.

Cuando entró a la altura de los cuartos, escuchó en el patio risas; eran las voces de Tomas y Ramiro, se escuchaba agua caer y supo que se estaba bañando alguien.

Sin hacer mucho ruido al caminar, llegó al patio y vio a los muchachos completamente desnudos; ambos estaban enjabonados completamente y uno le ayudaba al otro a lavar la espalda.

Una espalda magnífica, bien trabajada y marcada por el ejercicio pesado del trabajo de albañil.

Ambos tenían la marca de calzonetas en el cuerpo, esa parte del cuerpo la tenían más clara que el resto; que estaba curtida por el sol.

Observó esos culos duros y fuertes a la vista.

Las piernas de ambos tenían pelos, pero las de Ramiro eran un pantalón completo y se notaban más ahora que estaban mojadas; se le pegaban a la piel los pelos negros que venían desde su trasero y como brotando de entre la raja del culito respingón.

Tomas, llevaba un paste de baño en la mano y frotaba toda la espalda en movimientos circulares y bajaba hasta el trasero de Ramiro.

Este estaba apoyado en el borde de la pila con ambas manos y abría las piernas para facilitar el trabajo de Tomas que le quitaba los restos de cemento que tenía pegado en el cuerpo.

Tomas al hacer este movimiento, ponía en pompa el trasero y lo levantaba muy bien de forma tal; que en ocasiones Ian, pudo ver como la raja del culo se le abría totalmente al agacharse y se le notaba una pelambrera muy sexy.

En esas estaba Ian, admirando a los chicos y Tomas lo mira; disculpe Don Ian, es que estábamos muy sucios y abusamos bañándonos aquí dijo Tomas.

Ramiro, solo quedó viéndolo y tapándose o queriendo taparse la pija con las manos.

No hombre, tranquilos ustedes; terminen de bañarse a su gusto, que el cemento en la piel quema y es malo; dijo Ian.

Pero no se movió de allí, se quedó quieto; observando cómo se bañaban los chicos, en eso continuaba Ian cuando Ramiro le dice: “Mi papá salió a comprar unas cosas que usaremos mañana, nos encargó cerrar la puerta”.

Si está bien, Yo venía solo a ver como habían adelantado.

Solo terminamos de bañarnos y le mostramos Don Ian, no hay problemas; tomen su tiempo bien; Yo aquí los espero.

Esperando y mirando cómo se bañan los chicos, Ian se comenzó a excitar; esos dos tipos eran un excelente ejemplo de lo que son los catrachos bien machos.

El mismo Ian, con su rostro varonil y buena contextura física; es un portento de hombre.

Con una paila se tiraban agua uno y otro, “que rica está esta agua” dijo Tomas.

¿De verdad? Dijo Ian.

Si Si, contestaron ambos al mismo tiempo.

Ya ratos estamos aquí y no me dan ganas de dejar el agua dijo Ramiro.

Hasta a mi me está dando ganas de mojarme dijo Ian.

Y porque no se viene pue, dijo Tomas.

MMMmmm ok, allí mismo en el pórtico de la puerta comenzó a quitarse los zapatos, camisa, jean y el bóxer; al quedar completamente desnudo Ian, no pudo ocultar que la verga la tenía medio parada.

Los dos hermanos se fijaron, pero no dijeron nada.

Ramiro le pasó una paila para que se mojara.

Se mojo de un solo y sí, el agua de la pila estaba fresca; en una temperatura exacta.

Tomó el jabón de los muchachos y comenzó a lavarse la cabeza.

Se enjabonó el cuerpo y muy rápidamente la verga para que no se le parara.

Cuando intento hacerlo en la espalda, Ramiro le dijo: “Don Ian, si quiere le ayudo; así como nos enjabonamos nosotros”.

Bien dijo Ian y le pasó la barra de jabón.

Ramiro comenzó con la espalda y fue bajando hasta llegar a las nalgas.

Ian, sentía que no iba a aguantar mucho sin que se le pusiera dura; había sido una mala idea esa del baño.

Ramiro, se agacho para pasarle el jabón por las nalgas y cuando le tocaba pasarlo por la raja dijo un tímido: “con su permiso Don Ian, le hago allí en medio”, sí, no hay problema; hazlo como lo hacen ustedes.

Y pasando la barra primero, luego pasó su mano completa y allí fue cuando comenzó a sentir un leve escalofrío en la espina dorsal.

Ramiro pasaba la mano nuevamente y esta vez llegó abajo hasta rozar sus huevos.

Tomas se volteo de tal forma que Ian, pudiera ver perfectamente su trasero y el solo volteaba a verlo muy discretamente cuando se echaba las pailadas de agua; vio cuando la paloma de Ian iba creciendo y se fijo que fue precisamente cuando su hermano le metió la mano en el trasero.

Ian, estaba más despatarrado y apoyado en el borde de la pila y fue en ese momento cuando Ramiro pasó su mano entre la raja del culo y siguió hacia abajo y traspaso los huevos de Ian y este tembló cuando Ramiro le tomó la verga desde atrás y allí abrió los ojos.

Tomas estaba pajeándose frente suyo y ahora Ramiro se había parado apoyando su verga bien tiesa en su trasero.

Tomas, se agacho para mamar a Ian y este dio un fuerte AAAAAAAAhhhhhhh cuando Ramiro le metió la verga sin miramientos.

Ramiro lo tomó de las caderas y comenzó a culearlo y comenzó a besarlo en los hombros, la oreja y el cuello.

Ian, estaba realizado; dos hermanos con él, teniendo sexo del bueno y ahora Tomas se estaba auto empalando.

Se metió la verga de Ian, se la metió de un solo movimiento hacia atrás y ahora Ian estaba en medio de los dos, le estaban haciendo el sandwich.

Bufaba Ramiro, al tener a este hombre bello y varonil bien ensartado con su verga; que culito más prieto el que se estaba gozando ahora.

Ramiro besaba en la nuca a Ian y le decía que tenía el culito más apretadito que había probado nunca.

Que no quería terminar, para no tener que sacársela.

Lo tomaba de las caderas y le arrimaba la pelvis con lentitud, Ian del gusto volteaba la cabeza; buscaba sus labios y este lo besaba cadenciosamente, al ritmo de la cogida.

Su hermano estaba que relinchaba como caballo, se pajeaba fuerte y embestía hacia atrás como burro.

Que culeada más salvaje se estaba dando él mismo.

En eso, Ramiro saca su verga del trasero de Ian y se coloca al frente de la cola; haciendo que Tomas lo clave bien profundo.

Tomas, no anduvo con miramientos y le metió la purrunga hasta el fondo de un solo empujón.

Ramiro dio un enorme alarido, que con seguridad lo escucharían todos los vecinos.

Ian, continuaba su mete y saca salvaje en Tomas y este en Ramiro, su hermano.

Ian, ya no pudo aguantar más y comenzó a descargarse dentro de Tomas, los primeros dos trallazos fueron dentro del trasero de Tomas; luego vinieron 3 más y los depositó en las nalgas.

Ian, sentía que sus piernas le fallaban y tuvo que agacharse; al quedar frente aquel delicioso trasero, comenzó a comer su propia corrida, pasaba su lengua por las temblorosas nalgas de Tomas, seguía culeando a Ramiro, su hermano mayor.

Cuando todo estuvo limpio de semen, Ian; se metió de bajo de ambos hermanos y termino limpiando los huevos de Tomas y lamiendo a ambos en los huevos y allí vio como a mano limpia, Ramiro comenzó a bañar la pared de la pila y la pringó como de un aspersor se tratara.

Las convulsiones de placer de Ramiro hicieron detonar a Tomas, quien sacó su verga de la gruta de Ramiro y la depositó en la boca de Ian; quien la engulló completa y dejó que se descargara en él.

Los tres estaban exhaustos, solo resoplaban del cansancio y sonreían como mensos sin saber porqué.

Se dieron las últimas pailadas de agua, para limpiar el sudor y atenuar el cansancio de la actividad sexual.

Se despidieron y fue hasta otro día que llegó Ian a la casa para revisar los adelantos.

Ya saben lo de nos nombres y lugares bla bla bla… por los interesados.

Gracias a los que han escrito y valorado los relatos, espero seguir recibiendo esos comentarios y correos.

Hasta pronto,

LUDAVAGI

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