Mi historia con mis hijos 13

El Negro jugaba con la empuñadura de su pija en el culito de Pipe y este se frotaba contra el cuerpo de El Negro al sentir a tremendo hombre que era este chaval.

MI  HISTORIA  CON  MIS  HIJOS  13

Al día siguiente, Francisco no llegó al trabajo; nadie supo que le ocurrió, pero Tom se imaginaba que era por lo ocurrido y que no sabía cómo manejarlo.

Francisco no llamó para disculpar su ausencia, tanto Ian como Gustavo decidieron que si no aparecía al día siguiente y explicaba su ausencia terminaría su relación laboral.

Pasaron dos días y Francisco no apareció, llamaron a su casa para saber si no le había ocurrido algo y en efecto él mismo contestó el teléfono y se disculpó por su ausencia; pero no iba a continuar laborando, para Gustavo fue satisfactorio saber que no le ocurría nada, pero la vida tiene que continuar.

Gustavo anunció que necesitaría a otra persona y que Francisco no seguiría con ellos.

Las ventas iban muy bien, cada día tenían que hacer nuevos pedidos porque sus existencias bajaban muy rápido.

Esa tarde, llegó un pedido grande y Tom coordinó su recibo.

Entre los trabajadores del proveedor venía Pipe, eso quería decir que seguía laborando en donde pudiera.

Al terminar la labor Pipe se despidió de los del camión, él se iría a su casa.

Tom al ver esto y ver que se le aproximaba le preguntó: ¿Pipe, estas sin trabajo fijo aún?

Un sí muy triste fue su respuesta.

Mira, aquí estamos buscando a un asistente de bodega y entrega; preséntale tu curriculum a mi papá y miremos que opina.

Ok, lo traigo por la mañana.

Sí, dijo muy alegre y con un beso muy tierno en la boca se despidió de Tom, no sin antes agradecerle como mil veces la oportunidad.

En su casa tenía lo necesario para presentar, por la noche; su mujer lo llama que no puede llegar; está cuidando a su madre que dio un mal paso y se fracturó la pierna.

Pipe le sugirió que él iría a apoyarla y ella le dijo que no era necesario, que su hermano menor estaría allí para eso.

Ok, dijo Pipe; le contó de lo ocurrido y ambos se alegraron muchísimo, Te deseo suerte amor, le dijo su mujer.

Pipe se preparó para dormir, pero él mismo dijo que necesitaba un buen baño; apestaba a león pigeada jajajja.

Fue al baño de la cuartería en que vivía y por suerte estaba solo, se dio una profunda ducha y al salir se encontró con “El Negro”.

No lo miraba muy seguido y siempre de lejos, era la primera vez que lo tenía tan cerca desde su encuentro en el baño; aquella mañana.

Hola Pipe, dijo El Negro; en realidad el chavalo no era negro, era un típico chico de campo, grandote, guapetón y su piel era oscura porque no había día de Dios que no se pegara una buena asoleada después del colegio en el río con sus amigos.

Todos los chavos de la cuartería, por la tarde se iban al río a nadar y como nadaban desnudos; sus cuerpos eran totalmente bronceados y algunos hasta bien tostaditos del sol.

Pipe, te quiero invitar al río hoy en la tarde; llevaremos una carne y bebida y la pasaremos rico.

Tengo que ir por una chamba nueva mañana, así que quien sabe.

Dime Pipe, ¿tienes café en tu casa, me prestas una bolsita? Es que la pulpería ya cerró.

Si, pasa Negro.

Ya en el cuarto el Negro vio que la mujer y las niñas no estaban.

¿Y la doña ya la corriste o qué hondas?

No voz, anda donde la mamá que se quebró una pierna en un accidente.

¿Quieres fresco? (refresco soda) y comenzaron a tomar el refresco y platicando de trivialidades; El Negro le dijo a Pipe: “He pensado mucho en lo que hicimos el otro día en el baño, mira de solo decirlo se me ha parado”

Déjate de tonteras, eso no va a volver a ocurrir dijo Pipe muy serio; son debilidades de hombre que solo ocurren una vez.

Pero en sus adentros Pipe, podía sentir como se le aceleraba el corazón de tener frente a sí a un chaval guapo, alto y fornido, un poco pasadito de peso que le agregaba un aire chulesco.

La cara de Pipe frente a El Negro, daba al pecho de este chico; le llevaba una buena altura y lo que le faltaba por crecer se dijo Pipe.

El Negro se sacó la verga allí mismo y como vio la incertidumbre en la cara de Pipe, con su mano tomó la de Pipe y la colocó en su verga.

Pipe, no quería que nadie en el barrio suyo se enterase que le gustaban las vergas; era peligroso que este chaval les contara a sus amigos, pero en esta situación no podía ni pensar de lo excitado que se estaba poniendo.

Quién diría que a partir de aquella mañana, su vida sexual había cambiado y cómo no le permitiría a quien lo desvirgó el volver a poseerlo cuantas veces quisiera.

Pipe, cerro su mano alrededor de aquel látigo de carne que había perforado por primera vez su culito virgen y estrecho.

El Negro, levantó su camiseta por sobre su cabeza y la dejó atrás en su nuca.

Su pecho expuesto dio una visión bien clara de sus pezones, eran un par de pezones de un color rosado oscuro y muy amplios y en su centro estaba un punto de carne bien alzada y durita.

Pipe, no se resistió y fue con todo hacia ellos y los tomó en su boca y con sus dientes; los mamaba como si les fueran a brotar leche.

Pudo sentir que la piel de El Negro se ponía como china (piel de gallina), una fuerte corriente recorrió el cuerpo de El Negro al pegarse Pipe en sus pechos y saltaba su boca de uno a otro.

Los pechos de El Negro, estaban con un fuerte color rojizo; por las mamadas que Pipe le daba.

Pipe, nunca soltó la verga de El Negro y así como mamaba las tetas de este; fue bajando hasta llegar al ombligo, luego con las manos comenzó a bajar los shorts y bóxer de El Negro.

Su vergajo, saltó como resorte desde el interior del bóxer y fue a dar justo bajo la barbilla de Pipe.

Ambos rieron del suceso y se voltearon a ver.

Pipe desde su posición de cuclillas, miró al portentoso chico que lo había dominado en el baño haría un tiempo y que ahora lo volvería a hacer, justo allí donde vive con su mujer e hijas.

Pipe, tomó la verga de El Negro y la llevó a su boca; la comenzó a mamar con gusto, deleitándose de todo su largo y grosor, de esos jugos que emanaban de su interior, este es el primer vergajo que había probado en su vida y era de lo mejor.

El Negro, tomó a Pipe por detrás de la cabeza y comenzó a indicarle el ritmo que quería usar.

Pipe, logró que la cabeza de ese pene llegara a lo más hondo de su garganta y El Negro bufaba de la sensación.

Pipe, sintió como la verga le entraba; casi a la mitad de su garganta, fue fantástico.

Pipe, rápidamente se despojo de sus ropas y llamó a El Negro a su lado en la cama.

El Negro por su parte, también se quitó su short y bóxer que estaban a sus pies, sus sandalias de cuero y la camiseta que eran sus escasas vestimentas y se fue tras de Pipe a su lecho matrimonial.

Pipe, jaló a El Negro sobre sí y le dio un delicioso beso que El Negro respondió.

El Negro, podía sentir a Pipe de bajo suyo y lo sentía como un poco frágil por ser menos fornido que él, apoyó su peso en los codos que colocó de bajo de los brazos de Pipe y ayudado por sus propias piernas, separó las piernas de Pipe que quedaron alrededor del trasero de El Negro.

El Negro jugaba con la empuñadura de su pija en el culito de Pipe y este se frotaba contra el cuerpo de El Negro al sentir a tremendo hombre que era este chaval.

El Negro pudo sentir que el culito de Pipe iba perdiendo fuerza y que su verga iba entrando cada vez más.

Delicioso sentía El Negro al tener la sensación de irse hundiendo suave y lentamente en el Pipe y que su verga le diera la sensación de calor que lo envolvía cada vez más.

Pipe, gemía de lo profundo que iba llegando El Negro; parecía que a medida entraba en él, iba creciéndole más la verga.

El Negro, comenzó un movimiento cadencioso de sus caderas; un entrar y salir sabroso de aquel culo de macho que había desvirgado haría un par de meses atrás, cuando tenía 17 aún y que ese día estaba dándole el mejor regalo de cumpleaños, estaba cumpliendo 18 y así lo estaba celebrando.

El Negro comenzó a besar la boca de Pipe, sus lenguas se entrecruzaban y su verga taladraba el interior de Pipe; podía sentir como su glande se frotaba en las paredes del intestino de ese macho que hasta tenía mujer y se revolvía debajo de él como una perra en celo sintiéndolo bien dentro de su trasero.

El Negro paró su movimiento, sin sacar su verga del trasero de Pipe; tomó una de las piernas y la colocó en su hombro y la otra bajo de él mismo.

Pipe quedó haciendo una “L” con sus piernas y solo tenía la almohada de su mujer para aguantar las envestidas de su macho.

El Negro comenzaba a sentir un sabroso escalofrío que le salía de sus propias bolas y sentía esa corriente de inmenso placer que subía por su columna, podía sentir como su propio ano se contraía de la agradable sensación que le estaba brindado su propia pija en el interior de Pipe.

El Negro, cerró los ojos y pudo visualizar como desde su interior; iba brotando un manantial de lefa bien caliente y espesa, esa leche que sería depositada en el interior de Pipe y que serviría para decirle a Pipe: “eres todo mío”.

Un puyón tras otro y un chorro tras otro, fue siendo depositado en Pipe y Pipe podía sentir algo caliente en su interior, algo caliente que chocaba fuertemente con las paredes de su intestino y de su próstata.

Una sensación sublime que no había sentido nunca antes.

El Negro, tras estar gruñendo junto a sus espasmos; cayó rendido sobre Pipe, su cuerpo estaba completamente bañado en sudor y  respiraba profundo.

Aún con la verga de El Negro en su interior, Pipe sintió como este le daba un cálido beso en sus labios y dando unos leves puyones en su culito le dijo: “Gracias man, este ha sido el mejor regalo de cumple que me han dado hoy”.

Pipe, no pudo más que abrazarlo y besarlo con pasión; El Negro se doblo en sí mismo y con su verga aún dura dentro de Pipe, alcanzó la verga rígida de Pipe con su boca y comenzó a mamarla con ansias.

Pipe no lo podía creer, El Negro estaba mamándolo y como lo hacía el desgraciado.

Tanto era la excitación de Pipe que en pocos minutos ya estaba a punto de acabar y se lo dijo a El Negro, este no respondió y siguió en su faena mamatoria y esperó que Pipe le regalara su esencia masculina.

Y así fue, Pipe; comenzó a descargar en la boca de El Negro su corrida y este como becerro de año la tragaba con glotonería y gusto.

La pija de El Negro, a cada trallazo de Pipe; iba siendo estrangulada por fuertes apretones del esfínter de Pipe, cuando finalmente Pipe terminó, El Negro comenzaba su segunda venida dentro de él.

Esta vez, El Negro se fue hacia atrás; así de rodillas como estaba en el medio de las piernas de Pipe y con su verga metida en su ano.

Pipe, con las piernas a los lados del cuerpo de El Negro y este arrodillado y acostado en su espalda con la verga dentro de Pipe, fue sintiendo como ese tolete iba saliendo lentamente de dentro de él y como un hilito de semen salía también de su ano perforado.

Así estuvieron unos momentos, luego Pipe se incorporó y vio a este niñato gigante de 18 años recién cumplido; totalmente exhausto y sudado acostado de forma inusual en la cama que a diario compartía con su mujer.

Se fue a su lado y lo beso en la boca con suavidad y le dijo: “Feliz cumpleaños Miguel”.

Miguel, es decir El Negro; le pidió a Pipe que si se podía quedar con él esa noche y Pipe le respondió que encantado.

El mismo Pipe, acomodó la cama para ambos y así descansaron ambos de tan gloriosa jornada de placer.

Temprano en la mañana, Pipe sintió que algo grande se subía en él; era Miguel que lo comenzaba a montar y a colocar su verga en la entrada del trasero de Pipe.

Luego, un beso en su nuca y otro en la aureola de la oreja.

Las manos de Miguel “El Negro”, ahora estaban en sus caderas y la verga de Miguel comenzó a entrar en él.

Su propia verga estaba bien tiesa entre su cuerpo y las sábanas de la cama, era una sensación extraña el amanecer con alguien que lo penetrara; por lo general era él quien se montaba en su mujer.

Se sintió completamente apoderado de ese hombre joven y hermoso que era El Negro, su Miguel.

Sin decir ninguna palabra, El Negro comenzó un mete y saca riquísimo; un mete y saca que penetraba más hondo aún que lo cupo sentir anoche.

El Negro, bufaba sobre la nuca de Pipe y resoplaba más y más.

Su culeada era frenética, salvaje, brutal; no duró mucho, pero fue sabrosa, esa culeada mañanera que le dio Miguel.

Ambos salieron del cuarto rumbo al baño, era temprano y los vecinos no se levantaban aún.

Se ducharon juntos y uno a uno salió del baño para no levantar sospechas si alguien los miraba.

El Negro Miguel, salió hacia el colegió y Pipe a buscar el trabajo ofrecido por Tom.

Ya saben, los nombres y lugares son bla bla bla; por seguridad de los interesados.

Nota: Yo baso mis relatos en los que me trasmiten otras personas.

Hasta pronto y gracias por sus comentarios e imails recibidos.

LUDAVAGI

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