Mi historia con mi novia - 2
Andrés y Olga empiezan con problemas por culpa de Carmen, la hermana mayor de Olga. Olga se marcha de casa llevándose todas sus cosas
MI HISTORIA CON MI NOVIA - 2
Ese fin de semana no podíamos ni con nuestras almas del cansancio, pese a todo, no paramos de reconciliarnos entre pizza y pizza, hasta casi despellejarnos nuestros sexos.
Estuvimos hablando también de Carmen, la hermana mayor de Olga. No fue una conversación nada agradable la que tuvimos, pero en esta ocasión a diferencia de todo el tiempo anterior, no cedí ante los requerimientos de mi novia, le deje muy claro que si ella me volvía a atacar delante de su familia le pensaba responder, y que en esta ocasión lo haría con toda la artillería pesada de que pudiese disponer contra ella.
Para dejárselo más claro, le dije que no me importaba pasar ante sus padres o quien fuese como un calzonazos medio cornudo que había perdonado a su novia por dos veces el que le fuese infiel, pero que no dudase que esas infidelidades en que había embarcado a mi chica junto con ella, pensaba usarlo contra su hermana y ante su marido sin piedad a la mínima que pudiese, veríamos si el tragaba igual que yo con sus infidelidades o la plantaba de patitas en la calle junto con una demanda de divorcio. También le recordé a Olga que sabía de cierto tres o quizá incluso cuatro cornadas más por su parte que añadir a la juerguecita… que no tendría ningún problema en arruinarle la vida, como ella llevaba dos años intentando arruinar las nuestras y nuestra relación.
Le deje de lo mas clarito a mi novia, que si su hermana nos dejaba en paz yo no haría nada, igual que no había hecho nada en estos dos años de meterse con nosotros y nuestra relación, pero que a la mas mínima, iría contra ella con todo con el fin de arruinarle la vida… que se fuese mentalizando de ello y si quería evitarlo que hablase con ella, porque en esto no pensaba dar marcha atrás bajo ningún concepto. Creo que os imaginareis las discusiones que tuvimos todo el fin de semana con ello entre polvo y polvo, Olga no estaba nada contenta con ello ni yo nada satisfecho con todo lo que había pasado en gran parte por culpa de Carmen, de modo que mi escuela de pensamiento al respecto, era que donde las dan las toman, rompiera con mi chica o no por encabezonarme con esto, como Carmen se me cruzara o jodiésemos nuestra relación por su culpa, le hundía la vida.
El Lunes no paso nada de nada, el martes cuando regrese me encontré a las nueve y media de la noche a Olga ya acostada y sin ganas de hablar conmigo cuando le pregunte si le ocurría algo, aunque me resulto obvio que así era lo deje pasar hasta que ella misma decidiese decírmelo. Por supuesto que de sexo nada de nada, cuando me puse cariñoso me alejo de malas maneras diciéndome que no estaba el horno para bollos, y lo respete. El resto de la semana fue casi aun peor con Olga, y sin saber qué narices era lo que sucedía, decidí que el viernes saldría todavía antes con el fin de preparar algo especial para ella, poder hablar en serio los dos y aclarar que pasaba.
Cuando el viernes llegue a casa con pastelitos, bomboncitos, una bebida apropiada, aunque eso sí, dispuesto a hablar seriamente con Olga me lleve la sorpresa de encontrarme con que no estaba, cuando supuestamente esa tarde saldría pronto de trabajar, me empecé a rayar con ello. No tuve tampoco mucho tiempo de pensar donde podría estar, ya que a la hora de estar allí, apareció Marta. La hermana pequeña también se presento allí para hablar con su hermana. Por lo que me dijo, no sabía que había pasado entre Carmen y ella pero el martes por lo visto, habían tenido una bronca monumental, al punto de que prácticamente no se dirigían la palabra. Marta me pregunto si sabía que podía haber pasado y yo, ni corto ni perezoso se lo conté todo de pe a pa, dejándola con la boca literalmente abierta. Tampoco me escondí en relación al ultimátum que le di a Olga con respecto a su hermana Carmen, que seguro que fue lo que desencadeno todo el follón entre las dos.
Mire fijamente a Marta mientras le contaba todo con pelos y señales, las infidelidades de Olga y por supuesto, el racimo de cuernos de Carmen a su marido, sin mencionar de cuidarme de señalar su alto grado de culpabilidad en las acciones de Olga cada vez que esta me había engañado… tampoco escondí las ganas que tenia de meterle a Carmen de hostias por hija de puta, no me corte ni medio pelo tampoco con ello. Después de casi dos horas hablando Marta decidió irse, supuse por su cara que más que nada lo hacía porque necesitaba pensar en todo lo que yo había dicho, me despedí de ella como siempre, con muchísimo cariño y un fuerte abrazo.
Las tres hermanas son unas preciosidades, y creedme que para ser completamente sincero cualquiera de las tres tenía un polvazo de muerte, aunque de llegar a tener ganas en algún momento, lo que se dicen ganas de follarme, solo seria con dos de ellas, a la tercera como ya dije más que de follar, lo que me daban ganas es de hostiarla viva por hija de su madre. Por primera vez desde que salía con Olga y conocía a sus hermanas, me asome a la ventana para ver como se iba Marta sin ser su seguridad mi máxima preocupación en esos instantes como había sido siempre hasta la fecha, por primera vez me asome para poder verle a gusto el culo según me diese la espalda hasta el coche, un culo que me la puso dura en el acto… pero que buena que estaba la jodìa… aunque luego me arrepintiese de ello, ya que no se merecía eso por mi parte… pero repito en mi defensa, ¡¡es que joder que culo!!.
Olga apareció dos horas después y esta vez no la deje escaparse, la abrace contra mí preguntándola que sucedía. Rabiosa me dijo que ya tenía lo que yo quería, que no se hablase con su hermana Carmen… la aparte de mi con suavidad pero muy serio, creo que ni cuando discutimos por sus infidelidades estuve tan serio como en ese instante, ni la mire con tanta frialdad. Le deje muy claro que no tenia porque dejar de verla o hablarse con ella, discutir incluido, que tampoco debía de defenderme si no quería, porque para eso me bastaba yo solito, pero que fuese consciente de lo que le dije, no pensaba volver a callarme para nada, si me tenía que defender solito es lo que haría, defenderme, pero que luego no me viniese con historias. Entonces le dije que su hermana Marta había estado para verla, ya que se encontraba preocupada por ambas, por ella y por Carmen, el caos estallo cuando le conté todo lo que hable con Marta.
Menudo cabreo que se pillo, pero no le hice ni caso, le pregunte muy serio si había mentido en algo de lo que le había dicho, ella cuando la acorrale no dejándola escaparse de la pregunta no tuvo otra que darme la razón en que no había dicho nada que no fuese verdad, pero que debía de darme cuenta de cómo había dejado a su hermana Carmen ante Marta. Mi respuesta fue contundente, le conteste que solo la había dejado ante su hermana Marta como lo que era, una zorra y una hija de la gran puta que había estado intentando joder la relación de su otra hermana desde el principio, sin motivo ninguno, sin venir a cuento, y por cierto, que también le recalque que solo había hecho lo que ella hacia normalmente. Una de sus diversiones también era el ponerme a parir delante de Marta, de modo que no había hecho nada que no hiciese ella antes, solo que yo no le había mentido para nada a Marta, lo que no se podía decir de Carmen en cuanto abría la boca para mentarme a mí. Mortal, la que se lio entre ambos fue mortal, llego al extremo de que Olga cogió cuatro cosas para irse a casa de sus padres muy, muy enfadada… no os digo donde me mando cuando intente pararla o hacerla entrar en razón… me mando lejos, terriblemente lejos de verdad.
El sábado por la tarde me llamo Marta, por lo visto habían tenido comida familiar donde mis suegros, que se interesaron por mi ausencia… nadie dijo nada al respecto, según mi adorable novia, yo no había ido a petición suya porque estábamos discutidos, muy discutidos, que según su forma de verlo es mucho más que enfadados… Carmen aprovecho para cargar contra mí, y según me dijo marta, mi chica le paró los pies en el acto, le dijo que si quería las dos podían discutir allí mismo sobre la razón por la que habíamos discutido los dos y la situación estaba como estaba… Carmen por lo visto viendo el plan en el que se puso Olga reculo enseguida, sobre todo viendo la repentina cara de interés de sus padres por saber, ya que por otro lado lo cierto es que me tenían muchísimo cariño.
Me comento Marta que cuando las tres hermanas se quedaron a solas, Carmen salto a por la yugular de Olga por lo que había dicho delante de sus padres que evidentemente preguntaron por lo que esta dijo, pero se encontró con que Marta la sorprendió cuando le dijo que ella también sabia toda la historia por mí, y que si volvía a escucharla verter veneno sobre la relación de su hermana de nuevo, seria ella misma la que pondría todas las cartas sobre la mesa delante de la familia… Me quede de cuadros, aunque Marta me advirtió que tuviese cuidado con Carmen porque si antes me detestaba, ahora desde luego me odiaba a muerte, ya que consideraba que estaba poniendo a sus dos hermanas en contra de ella, lo que realmente me dio igual y no dejaba de ser algo totalmente cierto por otro lado.
El Domingo regreso Olga a casa, podéis creerme que estaba como loco por abrazarla y poder besarla, pero no me dejo casi ni acercarme, seguía de un humor de perros con todo este asunto, así que me fastidie y me aguante. Era consciente de lo que todo esto le estaba costando a mi chica, en solo unos días estaba teniendo que hacer frente a su hermana y aun mucho peor, hacer lo que no había sido capaz ni de intentar en los últimos dos años, os podéis suponer como suponía yo, la escabechina emocional que todo este asunto debía de suponer para ella, mas cuando con sus hermanas siempre había sido uña y carne.
Quiero aclararos que esta guerra con Carmen empezó al día siguiente de que Olga me presentase, no tenía ni repajolera idea del porque me había cogido semejante ojeriza. Cuando conocí a Olga no conocía a nadie de su familia, ¡¡joder, pero si es que ni siquiera coincidíamos en amigos!!, os juro que tampoco he sido un cabròn que ha ido por ahí jodiendo a las tías para nada, siempre he ido con la verdad por delante con ellas, si era para un polvo de una noche siempre lo he dicho, jamás dije un “te quiero” para follarme a ninguna. La situación con Carmen me estuvo preocupando los primeros tiempos, hasta la primera infidelidad de Olga por su culpa, tras eso y perdonar a mi chica… Bueno, digamos que simplemente ignore a Carmen, y solo por Olga, porque lo que hubiese sido por mí después de saber que Olga pese a ser totalmente culpable de ello, me engaño por un enredo de ella… os juro que la hubiese mandado al hospital con la conciencia bien tranquila. Entenderéis que ahora mismo Carmen y lo que pasase con su vida me importaba tres mierdas, hablando en plata.
Durante el resto de la semana la cosa no avanzo mucho que dijéramos, el miércoles me puse de lo más cariñoso con ella, le prepare una cena exquisita, estuve dedicado a ella todo el tiempo que estuvimos juntos y cuando llegamos a la cama me puse juguetón. Nada, según empecé a acariciarla me quito de forma un tanto brusca la mano de su cuerpo y con un gruñido me soltó un “déjame en paz, ahora no quiero”. No diré que me sentase bien, porque mentiría, mi aguante tenía un límite y este se encontraba peligrosamente próximo. Yo la entendía, entendía por lo que estaba pasando, pero aquí la relación era cosa de dos y quien la había jodido no había sido yo precisamente, o al menos y según sus propias tesis no el principal culpable de ello, pero parecía que Olga tenía muy claro quien había sido el malo de toda esta película… y me estaba empezando a parecer que todo me apuntaba a mi… me estaba empezando a rayar y como se suele decir, se me estaban empezando a inflar los cojones con todo esto.
El jueves volví a la carga, y fue un nuevo gruñido aun más desagradable que el del día anterior. Incluso se arrebullo más en su lado de la cama, separándose de mí. Esa noche no pude dormir para nada, cientos de ideas me daban vueltas en la cabeza impidiéndome conciliar el sueño, llevaba más de dos horas en ese plan cuando decidí levantarme al salón. Me incorpore de la cama con muchísimo cuidado de no molestar a Olga, en completo silencio y casi de puntillas me dirigí al salón.
Estábamos a mediados de mayo y ya hacía un calor considerable, por lo que el balcón estaba abierto para permitir que hubiese una mínima corriente, aunque con la persiana bajada dejando los agujeritos nada más. La levante con suavidad hasta la mitad, procurando no hacer el más mínimo ruido. Una vez hecho, salí al balcón a respirar y a intentar calmarme para ver si luego era capaz de dormir algo. Estaba en pantalón corto, aspirando el aire de la noche, sintiéndome bastante mal y lo que era aun peor, hacía dos años y medio que había dejado de fumar, en esos momentos hubiese vendido mi alma al diablo por un cigarrillo que me arrullara… Si no tenía un cigarro en la boca en esos momentos era porque no había guardado ningún vestigio de esa época, sino creedme que a esas alturas hubiese regresado al vicio al instante… dios como me apetecía, como necesitaba un maldito cigarrillo.
Estaba muy quemado, había tragado incluso con que cierta culpa en la última infidelidad fuese culpa mia. Por Olga había tragado con carros y carretas al no ir directamente a por Carmen cuando me entere y darle directamente de ostias esta segunda vez que la liaba de este modo entre Olga y yo. Ir a hablar con su familia, con su marido y joderla la vida de una puta vez. Desde luego para estar así y pasarlo de este modo, no tenía nada claro que mereciese la pena luchar por esta relación, quizá fuese mejor ir directo a por Carmen, joderle la vida y alejarme de esta familia para siempre, que Olga encontrase a otro ya que parecía que yo no era bastante o que al menos no era lo suficientemente importante para ella pese a todo lo que llevaba pasando por ella y por culpa de la puta de su hermanita. ¡¡¡Joder que comida de cabeza, de verdad!!!.
La solución de levantarme solo había empeorado la situación que ya tenía, ahora además de comerme el coco de mala manera también estaba mi ansiedad por fumarme un cigarro como fuese… en esa tesitura me encontraba cuando sentí como unas manos rodeaban mi cintura, unos pechos desnudos se aplastaban contra mi espalda y una mejilla se apoyaba contra mi… escuche entonces la voz de Olga…
- Olga : ¿Qué te pasa, estas bien cariño?
Pensé… Y ahora que digo, le miento diciéndole que sí, que no pasa nada, o por el contrario exploto, cargo contra ella haciendo que se sienta aun más miserable todavía… en mi mente al instante apareció una pregunta… ¿Por qué cojones se había tenido que despertar precisamente en ese momento?... pero… bueno, hice lo que cualquiera en mi lugar… mentirle… Hasta cierto punto… que queréis, lo único tangible en este caos de pensamientos y sensaciones es que estaba muy enamorado de ella… asi que… mentí…
- Andrés : Estoy perfectamente, no te preocupes, es solo que hace calor y no podía dormirme, me levante para no molestarte…
- Olga : ¿Es porque hoy tampoco he querido hacerlo contigo?
- Andrés : (Suspire, nueva mentirijilla encamino) No tranquila, no pasa nada con eso, entiendo que todo esto es muy difícil para ti… es solo que no puedo conciliar el sueño Olga, nada mas… (Me gire, la abrace y la di un beso en los labios) anda, vuelve a la cama a dormir cielo, que mañana tienes que madrugar…
Vi como se alejaba rumbo a nuestra habitación meneando su culito, ese culito que me encantaba… lo que solo me sirvió para que me deseo aumentase y me empalmase en el acto con mis nada castos pensamientos, algo que por cierto me termino de rematar, era ya lo último que necesitaba en esos instantes. Esa noche dormí en el sofá, preferí no volver a la cama con ella, afortunadamente tengo muy buen oído y escuche desde allí mi despertador, me levante corriendo para apagarlo antes de que despertase a mi chica… creo que lo logre, aun acosta de darme contra la mesa, el cerco de la puerta de nuestra habitación y con la pata de la cama en el dedo meñique del pie… vamos que me hice incluso sangre al morderme el labio para no gritar de dolor cuando me di. Cuando salía de casa dejaba tras de mi durmiendo a mi marmotilla particular, a la que por cierto todavía la quedaba una hora de sueño antes de que su despertador tocase, siempre me había maravillado la facilidad para dormir que tenia, no se despertaba ni con un cañonazo salvo que sonase su despertador, no otro cualquiera, el suyo… siempre me resulto increíble esa capacidad suya… Me di cuenta entonces, al pensar en ello, de que muy mal debía de estar Olga, para haberse despertado solo por el hecho de que me levante de la cama de madrugada.
Ese viernes cuando llegue a casa me encontré con un desastre completo entre manos… toda nuestra habitación estaba revuelta, en un principio pensé que nos habían robado, pero luego fijándome detenidamente me di cuenta de que no, que no había sucedido nada de eso, me di cuenta de que toda la ropa y cosas de Olga habían desaparecido de casa. De ella no quedaba ni rastro… se había marchado de casa. Marta, llego justo cuando intentaba por trigésima vez llamar a Olga para poder hablar y que me explicase de qué demonios iba todo esto… pero nada, como siempre me daba, su móvil estaba apagado o fuera de cobertura en esos momentos… me falto poco para estampar mi teléfono contra la pared del cabreo que tenia encima.
También había llamado a los padres de Olga y no sabían nada, obviamente no les comente el asunto para no asustarles, también había llamado a Marta pero tampoco me respondía. Como podréis suponer a la hija de puta de Carmen ni se me ocurrió, vamos aun ocurriéndoseme ni por todo el oro del mundo hubiese llamado a semejante bicho. Llamaron a la puerta, cuando abrí me sorprendí al ver que era Marta, no la dije que pasase no, directamente la cogí por un brazo y la metí de un tirón dentro de casa para iniciar el interrogatorio sobre todo esto… pero para mi sorpresa fue ella misma tras mi primera pregunta la que me soltó todo lo que sabía.
Según me dijo Marta, Olga se encontraba en su casa, había acudido allí con todas su cosas echando pestes de su hermana Carmen y de mi. Por lo que me conto, no hubo forma de sacarla de los insultos para que contase que había sucedido para que se fuese de casa, me dijo Marta que estaba más que cabreada, ella diría que lo que estaba era muy escocida con los dos, con Carmen y conmigo… lo que no entendía, por lo menos la parte mia, que yo supiese no había hecho nada, no le había dado motivos para nada, incluso me había mantenido al margen en sus discusiones con su hermana precisamente para no dañar nuestra relación más de lo que ya estaba en esos momento tras su infidelidad. Según Marta, Olga había visto a Carmen ese mismo día a la hora de comer, habían tenido una bronca monumental y ahí estaba el resultado, había vuelto a casa, había recogido todas sus cosas para largarse después a casa de su hermana pequeña.
Marta decidió que se quedaba conmigo toda la tarde para evitar que pudiese hacer alguna estupidez de las que solemos hacer los hombres. Supuse que se referiría a irme a por su hermana Carmen con la sanísima intención de darle de ostias hasta en el carnet de identidad… que es lo primero que paso por mi cabeza, podéis creerme que sí, de modo que supongo que a eso se refería Marta. No quise profundizar más en eso que me dijo, prefería tener la fiesta en paz ya que no estaba el horno como para más bollos. Sin déjame hablar me comunico que había llevado algunas pelis para ver los dos juntitos, que pediríamos pizza para cenar y que luego la llevaría a su casa… También que ya veríamos si de ese modo lográbamos dar tiempo a Olga para que quisiese hablar conmigo. Suspire y mansamente me dispuse a seguir la planificada tarde que Marta me había preparado, aunque creo que no, decididamente yo no estaba muy preparado para ello como iba a quedarme más que demostrado.
El primer problema vino con la película que primeramente eligió Marta para ver, era una peli de terror y se paso casi toda ella abrazada a mí. Lo peor no era eso no, lo peor era la forma de restregar sus pechos contra mi brazo, pechos que por otro lado se notaban duros, tremendamente duros y turgentes. Os podéis hacer una idea con el hambre atrasado que yo llevaba de cómo tenia la polla en esos momentos, si se me rompe la bragueta le saco un ojo a alguien. A Marta siempre la vi como una cría, y en esos momentos, tras esta última infidelidad de Olga había empezado a verla como una mucho más que apetitosa mujer de bandera con un polvazo de infarto. Pensé que era algo genial, que esto era lo único que ya me faltaba para terminar de arreglar mi situación.
Luego estuvimos preparándonos un tentempié para pasar a la siguiente película, una de risa que esperaba que por fin calmase las cosas, pero no, lo cierto es que resulto aun peor… Marta se comportaba como un cría pequeña con la película, se retorcía de risa en el sofá, incluso llego al extremo de tumbarse en él y apoyar la cabeza sobre mis piernas, lo que no me molesto. Bueno, al menos no hasta el preciso momento en que de tanto girar sobre si y retorcerse de la risa se le empezó a subir la faldita, mostrando sus magnificas y perfectamente torneadas piernas. Sinceramente, la hermanita pequeña me estaba pegando un calentón de cuidado.
Os juro por lo que queráis, que de verdad que nunca había mirado a Marta como a otra cosa que no fuese la pequeña hermanita de Olga, obviamente sí que sabía que tenía un muy buen culo, que tenía muy buen cuerpo y que era una chica preciosa, sin embargo no me refiero a eso, para mi hasta el momento era la sagrada hermanita pequeña de Olga, de mi chica. Todo esto que os he contado siempre había pasado con ella sin que yo reaccionase nunca, como digo yo a ella la veía como que solo era la pequeña Marta, la hermanita de mi chica. Como con Olga estaba más que saciado de todo y de verdad que estaba colgadito con ella no miraba a Marta como hasta cierto punto hubiese sido lo normal.
Digamos para que me entendáis que me basto la infidelidad de Olga por un lado que influyo lo suyo en mi, sumándose a ello la situación de esa tarde, para darme cuenta de lo tremendamente buena que estaba, del polvazo que tenia y del placer que debería de ser el poder follar con ella o más bien, el placer que tendría que ser el follàrsela por todos sus agujeros sin parar… Creo que en esa tarde mi mirada hacia Marta definitivamente y sin vuelta atrás, pasó de la hermanita buenaza, a la tía maciza a más no poder que tiene una follada brutal… y que en esos momentos está justo a mi lado con pintas de estar queriendo guerra, haciendo de todo para llamar mi atención y que me la follase allí mismo…, aunque sabía de sobra que no había nada de esa malicia con ella, pero… joder con la Martita de las narices como me estaba poniendo la polla, vamos, que ni al As de bastos coño.
Menuda tarde de suplicio que pase con ella… Al final de la peli de risa, llego un momento en que la faldita se le subió tanto que empezó a mostrar el triangulito de sus bragas… unas braguitas de lo mas sexys de color rojo intenso… igual que su sostén, que también parecía asomar intentando escapar por encima de la blusa que llevaba, a la que se le habían desabrochado los tres botones superiores, mostrándome un panorama totalmente enloquecedor. Cuando estábamos cenando no podía dejar de pensar en ella, en Marta, en cómo estaba de buena… Incluso fui incapaz de no fantasear con ella, con levantarme, hacer que se levantase para follàrmela allí mismo, tirar todo lo de encima de la mesa al suelo y follàrmela por todos sus agujeros quisiese o no quisiese… incluso violarla si se me resistiera.
Apretujarla esos dos globos de carne turgente que parecían querer salir del sostén, abrirla bien de piernas para metérsela por el coño, dala después la vuelta para destrozarla ese culazo que tenia y que cuando la veías andar parecía decir… ¡¡¡métemela, métemela!!!… Cenamos sin más incidencias que mis más que sucios pensamientos, pero cuando llegamos a los postres… a las pequeñas tarrinas de helado… ver como lamia golosa esa cuchara rellena con la nata del helado… como sus labios aparecían manchados de la nata… mis pensamientos fueron de la nata a la leche en un instante… imaginar que eso en lugar de nata fuese la leche de mi polla después de correrme en su boca fue todo uno… mi polla se puso de dura que me hacia autentico daño al estar sujeta por el pantalón… y mi cuñadita seguía chupando, lamiendo con gula la puñetera cucharita de las narices, haciendo que mi polla empezase incluso a dar fuertes tirones como intentando salir de su prisión…
Confieso que mientras que ella se encargaba de recoger la mesa no aguante más y me tuve que ir al servicio para poder hacerme una paja. Estuve menos de tres minutos meneándomela, me corrí como un burro pensando en mi cuñadita, imaginándome que me la follaba sin piedad por todos sus agujeritos… la muy cabrona me había puesto como una moto. Os garantizo que por un breve instante tuve mis dudas si no lo habría hecho a propósito, pero me fue suficiente el recordar la muchísima confianza que me tenía, lo que quería a su hermana Olga, así como que esto había sido siempre así con ella sin que yo anteriormente reaccionase, como para desechar semejante sospecha. Marta jamás intentaría seducir al novio de su hermana. Sin duda toda esta exhibición de carne que me había dado era porque se sentía tan confiada conmigo como siempre, debía de haberse despistado, sin duda en gran parte por estar pensando o afectada por todo este maldito problema con Carmen… aunque también es cierto que en alguna ocasión en que había sucedido también algo así era su hermana Olga quien la daba un coscorrón para que se abrochase un pelín mas… pero como digo, todo ello sin malicia y sin que yo nunca antes la hubiese mirado con ojos de lobo hambriento.
Esa noche además con toda la tontería habíamos tomado alguna que otra copilla los dos mientras veíamos la última peli, saque los pastelitos y nos zumbamos casi una botella, por lo que Marta decidió que se quedaba conmigo a dormir. Llamo a su casa para decírselo a Olga, no sé qué hablarían aunque me lo imagino por el comentario de Marta cuando colgó… me dijo que seguía todavía muy mal conmigo… un tanto apurada me comento que le había hecho alguna sugerencia sobre mi persona, el vuelo sin motor y el balcón… no quise indagar para no enfadarme también yo, aunque tampoco hacía falta mucho para suponer lo que le dijo, ¿o no?.
Esa noche para terminar de arreglar mis perversos pensamientos con la dulce Marta, ni corta ni perezosa hizo la de siempre, se metió conmigo en la cama, según ella no tenía la menor intención de usar la de la otra habitación cuando en esa entrabamos los dos más que de sobra y cuando nos íbamos por ahí hacíamos esto mismo. Para que no lo malinterpretéis, os diré que alguna vez nos habíamos ido de acampada Olga, Marta, algunos amigos, amigas y yo, en esas ocasiones Marta por costumbre salvo que fuese también su novio, dormía con nosotros dos en la misma tienda. Si íbamos de viajes y cogíamos hotel, la habitación con tres camas y los tres en ella, incluso aquí en casa en alguna ocasión también había pasado que se acostase conmigo y con Olga a dormir. Incluso alguna vez, me había despertado con Olga y Marta abrazadas a mí, o abrazadas entre ellas… Olga cuando dormía, por lo general o bien me abrazaba a mí, o abrazaba la almohada, pero en ella la cuestión era abrazar algo para dormir… y sinceramente siempre había pensado que Marta tenía ese mismo problema también, ya que cuando había dormido con nosotros siempre se había abrazado también a algo, a lo primero que pillase, incluso en una ocasión fue la lamparita de la mesilla, que no sé ni cómo no se electrocuto con ella.
Os he explicado esto para que no os hagáis pensamientos extraños. Cuando Marta se acostó lo vi “normal”… pero muy entre comillas, ya que en esta ocasión no estaba Olga con nosotros. Otra diferencia fue que esta vez el sentirla pegada a mi hizo que automáticamente mi polla se pusiese como podéis suponer, algo que antes no me pasaba. Ella se durmió en seguida, a los diez minutos ya note su respiración acompasada, mientras que yo seguía pensando en ella de la forma más obscena que podáis imaginaros. Ni os cuento cuando de estar dándome la espalda al principio, se giro y se abrazo a mí, pasando su brazo por mi pecho, pegando sus senos a mi espalda mientras respiraba en mi nuca e inicialmente se apretaba contra mí con fuerza… mi polla amenazaba con un cataclismo de leche en cascada surgiendo por su punta.
Me empecé a girar con cuidado para quitarme e incluso pensando en cambiarme de cama, y fue peor el remedio que la enfermedad porque cuando quede bocarriba, Marta me atrapo e inmovilizo en esa posición. Puso su pierna sobre una mia, yendo su muslo directamente contra mi polla, apretándola con fuerza al moverse para colocarse en una postura mas cómoda… apoyo su cabeza en mi pecho, emitió un ronroneo, apretó de nuevo con fuerza su pierna contra mi poya moviéndola sobre ella, luego froto un poco su pubis en mi otra pierna al apretar su culito y soltó un suspiro… siguió en los brazos de Morfeo sin despertarse… no os imagináis lo malito que yo estaba, lo mal que lo estaba pasando con la situación además de no atreverme casi ni a respirar para evitar que se despertase, porque su muslo estaba justo sobre mi mas que tiesa polla.
Esto mismo, más o menos, me pasó en cierta ocasión en una acampada, pero con Marta por un lado y con Olga por otro, en esa ocasión simplemente me había quitado de encima a Marta y cambiado mi sitio con el de Olga, luego había seguido durmiendo tan ricamente dejando a las dos hermanitas abrazadas entre sí. No me había preocupado lo más mínimo, total, solo se trataba de Marta, la hermana pequeña de Olga. Sin embargo en esta ocasión no era así, en esta ocasión se trataba de Marta, la hermana pequeña de Olga, que estaba de muerte y a la que me estaba conteniendo para no saltar a por ella para follàrmela allí mismo, me estaba muriendo de hecho por poder metérsela por el coño hasta las amígdalas. Creo que mi preocupación era que se despertase y se diese cuenta de mis insanos deseos por ella, más que por el hecho de que se diese cuenta de mi erección. Por fin me atreví a moverme, logre quitármela de encima y ponerme de lado, aunque mirando hacia ella… fue peor el remedio que la enfermedad.
Marta se dio la vuelta quedando de espaldas a mí, pensé que por fin terminaba mi suplicio, pero no, solo era una vuelta más de tuerca del destino. Se pego a mí, se movió un poquito colocándose para después incrustar su culo contra mi pija. Cuando intente moverme… al cruzar mi mano por encima suyo para obtener un apoyo volvió a las andadas al quitármelo de allí, se abrazo a mi brazo con fuerza haciéndome caer, y suerte tuve que pude evitar hacerlo sobre ella, luego abrazada a mi brazo lo llevo contra ella como si fuese una almohada o algo así, aunque que busco mi otro hombro con su cabeza… pero desgraciadamente al tirar del brazo hacia su estomago y estar sujetándomelo del bíceps, mi mano quedo al alcance de su coñito… o más bien al revés, su coñito quedo al alcance de mi mano… justo bajo ella ya que se retorció quedando yo abrazado a ella en esta ocasión, más que ella a mí.
Confieso que fui un autentico cerdo, hice algo que nunca anteriormente se me hubiese pasado por la cabeza hacer, jamás de los jamases aunque la situación hubiese sido la misma. Con mucho cuidado estire mis dedos, yendo a posar mi dedo corazón por encima de la tela de la braguita directamente sobre la rajita de Marta. Lentamente, muy despacio empecé a moverlo hasta localizar el clítoris, entonces usando la yema del dedo y la propia tela de la braguita fui moviéndolo suavemente contra él, no tardo mucho en empezar a emitir gemiditos y abrazarse a mi brazo con mucha fuerza, su cabeza se rebullía también un poquito sobre mi hombro. Solo unos pocos minutos después sentí como Marta soltaba un gemido más fuerte que los anteriores y se estremecía por completo, empapando por completo mi dedo y la tela de sus braguitas… supe que acababa de llevar al orgasmo a la hermanita pequeña de Olga… y me sentí como un autentico cerdo, me arrepentí en el acto de haberlo hecho.
Esa sensación hizo que reaccionara, con firmeza retire mi brazo y me acosté del lado contrario, dándole la espalda a Marta. Estaba casi dormido ya cuando sentí como Marta volvía a girarse y abrazarse a mí de nuevo, su mano quedo sobre mi estomago… y sin saber cómo, una de sus piernas quedo enredada con las mías y en contacto con mi polla mientras se abrazaba fuerte contra mi… pese a todo logre quedarme dormido… aunque con un calentón de mil demonios por culpa de la hermanita pequeña… y que polvazo que tenia la hija de su madre oye.
A la mañana siguiente fue como si nada hubiese sucedido por la noche, Marta estaba de lo mas jovial, la más graciosa del mundo, se la veía satisfecha y la mar de feliz al despertar, yo por el contrario me costaba incluso mirarla después de lo que había hecho por la noche con ella, después de haberla masturbado. Cuando se despidió de mí después de comer, porque decidió que también se quedaría a comer, para más inri me dio un besazo en la mejilla agradeciéndome todos los buenos ratos que le había hecho pasar, sobre todo teniendo en cuenta la situación en la que me encontraba. El único motivo por el que cuando se fue no me puse directamente a hacerme una paja en su honor, fue a lo mal que me sentía de por sí con lo de la noche anterior, que no por no apetecerme correrme a su salud pensando en ella… creedme que sí.
Lo peor de todo esto, es que no me dio tiempo ni a despejarme de esas sensaciones creadas por Marta, a los diez minutos de irse con el coche… llamaron a la puerta y abrí tal cual estaba, en pantalón corto, para ir a encontrarme de frente con Carmen, la hermanísima… y además con cara de venir a verme…, no con cara de pocos amigos, no, desde luego venia con cara de ningún amigo…
CONTINUARA