Mi historia con mi novia - 1
"Cariño, te he engañado con otro, bueno, no del todo en realidad, solo casi..."
MI HISTORIA CON MI NOVIA - 1
Me llamo Andrés, y unas de las peores cosas que te pueden pasar es llegar a casa agotado e irte a encontrar a tu novia llorando y con los ojos enrojecidos. Peor aun cuando dejas todo lo que llevabas en la mano en el primer sitio que pillas para abalanzarte sobre ella todo preocupado, pensando que algo muy grave ha debido de pasar... Preguntarle ansioso y rezando porque a ella no le haya sucedido nada, para que llegue y te responda...
- "Cariño, te he engañado con otro, bueno, no del todo en realidad, solo casi..."
Después de esa tan coherente explicación a sus lloros, sientes como tus piernas tiemblan, como te tienes que sentar antes de que te caigas al suelo por la impresión.
La explicación que sigue, la que te da, la escuchas como en un segundo plano, incapaz de procesar lo que te están contando... aunque poco a poco vas sintiendo como se te enciende la sangre según escuchas las peregrinas explicaciones y justificaciones a algo que no hay por donde cogerlo. El paroxismo del ardor sanguíneo llega cuando le oyes decir a tu dulcísima novia que no paso nada serio, que solo le chupo la polla a otro tío hasta que se corrió, aunque no se trago nada porque lo escupió todo, y posteriormente permitió que este la penetrara... como justificación al solo “casi te engaño” es que no llego a culminar el polvo porque se acordó de mi, se levanto dejándole a medias y se volvió llorando a nuestro hogar, donde ha estado sufriendo miserablemente hasta unos minutos antes que es cuando yo llegue reventado del trabajo... de traca, ¿o no?
Fue tan repentino, sin esperármelo, sin saber que decir, sin saber cómo reaccionar, de modo que antes de levantarme para liarme a guantazos con ella por cínica y golfa, hice lo que tenía que hacer, recoger mis cosas de nuevo e irme por donde había llegado, eso sí, creo que por una jugarreta de mi subconsciente me agache al pasar por debajo del cerco de la puerta... supongo que fue por si acaso. Me fui de casa sin esperar más explicaciones, sin cambiar una sola palabra más con mi ahora y desde ya, ex novia, sin hacer ni caso de sus gritos, lloros o suplicas.
Tres días después cuando regrese a casa para recoger todo lo que en ella tenía, todo ojeroso por los días tan agradables que había pasado en un motel de mala muerte martirizándome con todo esto, tuve la suerte de que estuviese esperándome para que pudiese tener la oportuna charla con ella… o quizá no tan oportuna, sino más de lo de siempre ya que junto con los lloros y las consabidas peticiones de perdón, además tuve que seguir aguantando escusa tras escusa a cual más peregrina de sus labios. Para terminar de mortificarme del todo con la charlita, resulto que gracias a esta, me entere que también estuvo presente en el hecho en cuestión la maciza hermana mayor de mi ex novia Olga, la sin par Carmen, la mayor hija de la gran puta que alguien se pueda echar a la cara. Mientras mi ex según sus palabras, casi me engañaba del todo, mi cuñada se los ponía por completo al imbécil de su marido. Imbécil digo no por los actuales cuernos, de los que en esos momentos también me consideraba portador, sino porque realmente el marido de Carmen es un imbécil en el más amplio sentido del espectro.
Puede que alguno considere que tal conducta por parte de la infractora, y habida cuenta de su espontanea confesión y arrepentimiento merezca cierta clemencia por parte del engañado o cuasi engañado según su forma de verlo. Pero lo cierto es que en esta relación de dos años, este casi no te engaño era la continuación del te engañe por completo del inicio de nuestra vida como pareja, o novios como lo prefirais. En esa ocasión la sin par Olga salía conmigo y con otro que también era merecedor de su cariño, tras catarnos a los dos se decidió por mí, eso sí, reconozco que también en dicha ocasión me lo conto todo al día siguiente de decirse por un servidor. Como supondréis pues, en ningún momento podría decir nada en contra de su total y absoluta sinceridad, que no sobre su fidelidad hacia mi persona... en fin, que visto lo visto, y antecediendo lo que antecedió, decidí que dar carpetazo a nuestro amor era sin duda lo más adecuado para nuestra herida relación.
Gracioso también me resulto el apoyo que me dio mi anterior relación, Marina, compañera de trabajo, madre de dos preciosas niñas y mi amante durante casi un año antes de conocer a Olga. Cuando se lo conté, ella de inmediato encontró de quien era toda la culpa de lo acontecido, mia por supuesto, faltaría mas... el único error de mi infiel ex novia según mi ex amante había sido no haber hablado conmigo antes de hacer semejante estupidez. Solo al quinto día de decirme eso pudo Marina hablar con calma conmigo de nuevo, ya que tras oír sus conclusiones me largue a toda velocidad de su lado, expulsando humo por las orejas y parcelas de odio por los ojos, antes que llegar a cometer cualquier disparate en su persona.
Marina, de todo lo que le conté, entendió que a Olga le paso lo mismo por lo que ella se refugió en mí engañando a su marido al hacerlo así. Su marido era su amor, el hombre de su vida, pero según me dijo no supo tratarla como a una mujer… y ella al igual que mi novia (se reusaba a usar con ella el ex) era sin duda toda una mujer. Decidió por tanto, que mucha parte de la culpa real de su “casi infidelidad ocasional” eran en realidad responsabilidad mia por no haber sabido satisfacerla… mi boca al oír lo que soltó debió de haberse convertido en un buzón de correos digno del libro guiness por su tamaño.
Según mi adorable Marina, ella es una mujer, Olga es una mujer, y yo por lo que intuía a sus explicaciones solo debía de ser un medio eunuco o algo así… casi la parto la cara creedme que sí, ese fue el motivo principal de irme de su lado y estar cinco días sin hablarla hasta que me calme. Según me comento cuando por fin me tranquilice del todo, me dijo que estaba segura que yo sin duda le haría a mi novia el amor siempre que me fuese posible, que la trataría como a una reina, que la dejaría jugar conmigo cuanto quisiese… algo a lo que evidentemente asentí, menuda sarta de tonterías, ¿o no?, era mi chica, mi vida, mi amor, pues por supuesto que si a todo lo anterior. El problema vino cuando me pregunto que el tratarla como a una mujer, ¿para cuándo pensaba dejarlo?… eso me sobrepaso por no entender nada de nada.
Me aclaro Marina que los hombres éramos todos más simples que el monopoly… lo que no entendí muy bien y así se lo dije… a lo que me contesto con una enorme sonrisa, que si me daba cuenta de que era verdad lo que me decía, que éramos más simples que el monopoly. Sabiamente lo deje correr para no quedar como mas idiota aun… pero manda narices lo que manipulan las féminas oyes, y a todo esto seguía sin entenderla, por supuesto.
En resumidas cuentas, Marina me dijo que ellas, por las mujeres, mujeres, mujeres… todas en general y ninguna en particular, en sus parejas quieren al hombre tierno, al amante cariñoso, al juguete sexual que las deje experimentar con el… pero lo que siempre según ella se nos olvida en cuanto las tenemos como una pareja segura y enamorada… es darles también al macho que las domine y la haga sentirse su hembra, en el más absoluto instinto animal de la especie… que es justo según ella lo que no somos ni por asomo, en cuanto pasa cierto tiempo, unas veces más, otras menos... pasamos de machos a corderos. Por eso luego se tienen que buscar sucedáneos de lo que deberían de tener en casa, sea con juguetes, sea con otros… y las malas según los hombres, luego encima son ellas… No creo que os haga falta que os diga la cara de gilipollas que se me debió de quedar con tan peregrina idea, ¿verdad que no?
Viendo por mi expresión, que sin duda no debía de haberla entendido, extendió su explicación...
- Marina : Pero vamos a ver, alma de dios, ¿Tu cuanto hacia que no te follas bien follada a tu novia?, y me refiero a cogerla, arrancarle la ropa y follártela a lo bestia por todos los lados posibles... de demostrarla que tu eres el macho alfa y ella tu hembra... dime, ¿cuánto tiempo hace que no la tratas así?
Aun en contra de mi voluntad, no me quedo otra que admitir, que hacía más de año y pico que algo como eso no sucedía entre Olga y yo. Follaba con ella siempre que podíamos, que era casi todos los días, pero teníamos nuestros prolegómenos, besitos, caricias, mimitos... vamos que hacíamos el amor, no follar como ser refería Marina. Eso sí que lo reconozco, hacia mucho que no trataba a mi chica como si fuese una zorrita, como si fuese mi golfa particular, algo que ciertamente a ella cuando empezamos la relación le encantaba que hiciese, quizá no a diario, pero sí más que solo de vez en cuando.
Marina me pregunto si recordaba nuestro primer polvo... dije que si, joder, como olvidarlo, si prácticamente la viole... o eso creí yo, menuda calentorra que resulto ser la señora Marina... y joder como follaba la fiera. Estábamos los dos en la oficina, nos habíamos quedado solos y no nos tragábamos mucho que dijéramos, no recuerdo porque salto la chispa, pero empezamos a discutir de mala manera. Llegados a un punto Marina me llamo impotente, y yo perdí los estribos con ella, de modo que la cogí por el cuello sin mediar ninguna palabra más, la tire sobre una mesa, la aplaste los pechos contra ella dejándola con el culo en pompa y darla posteriormente una azotaina.
Rabiosa me dijo que solo era un hombre pegando a las mujeres, lo que me termino de desquiciar... así que le arranque las bragas, me baje la bragueta y se la clave en el coño hasta donde llego, hasta lo más hondo que mi polla fue capaz de llegar. Empecé a moverme embistiéndola como un animal, fòllandomela sin piedad haciéndola gritar al principio por algo de dolorcillo, para después berrear de placer mientras la trataba de puta zorra hacia arriba con los insultos. Logre que ella se corriera dos veces de gusto y que yo me corriese una en el interior de su coño llenándoselo de leche calentita.
No por eso dejo de enfadarse conmigo, aun jadeante se reincorporo poco a poco y se enfrento a mí diciéndome que no había cambiado de opinión, que seguía siendo un medio-eunuco... Volví a derribarla con furia y esta vez fue su culo el que pago el pato, también se la metí hasta los huevos en plan animal, rajándola el culo incluso un poquito al penetrarla, haciéndola sangrar. Mi comportamiento fue de un total y absoluto salvajismo con ella... con el culo y el coño completamente abiertos y llenos de leche, ya que al correrse la primera vez con su enculada yo también lo hice en su recto, llenándola de leche de nuevo. Paradójicamente esto fue el inicio de nuestra anterior relación de amantes y a posteriori cuando la acabamos, de nuestra actual amistad.
Ciertamente tuve que reconocerle que en nuestra relación yo era quien ponía el salvajismo y el sexo duro que ella necesitaba, mientras su marido ponía el sexo cariñoso, amoroso y de otros tipos. Conmigo follaba sin negarse a nada, y con su marido hacia el amor junto con todo lo demás. Si poder evitarlo al pensar en ello, ahora me vi en la posición de su marido, ciertamente debía de reconocer que con Olga me había ocurrido prácticamente eso... quizá tuviese que admitir que parte de culpa fuese mia, aunque desde luego quien fue infiel fue ella, no yo, y quien debería de aclararse al respecto.
- Andrés : Aunque tuvieses razón... ¿qué esperas? ¿Quizá que vaya a pedirle perdón yo a ella para que me readmita en su vida?....
- Marina : Nunca se me ocurriría, deja que ella te pida perdón y otra oportunidad, concédesela y después... deja de una vez de ser su tierno amorcito todos los puñeteros días, para ser también su hombre, su macho... fóllatela hasta que reventéis uno de los dos... Jódela, sodomízala, que te ch... (La corté con un suspiro y una respuesta involuntaria)
- Andrés : Eso quisiera, su culo, ojala fuese posible...
- Marina : Pues tómaselo por la fuerza, reviéntaselo como me hiciste a mi... enséñala que puede morir de placer y que tu eres el macho que se lo va a proporcionar, que ella es tuya, tu hembra, tu zorra, tu puta... pero sobre todo, tu pareja, que la quieres por encima de todo y pese a todo.
- Andrés : Claro, y de ese modo la doy paso franco para que vuelva de nuevo a las andadas, ¿no?
- Marina : Pues no Andrés, pues no. Créeme que entenderá perfectamente la situación, tu cambiaras por y para ella… si no es idiota, y dudo que tu como pareja tuvieses a una idiota, sabrá perfectamente que la próxima vez que te falle de este modo será un camino sin retorno, además que en ti ya tendrá todo lo que pudiese desear de un hombre… en eso confía en ella otra vez, créeme. Además, no te olvides que la conozco algo porque tú mismo me la has presentado y hablado bastante de ella.
La cosa es que todo esto parecía muy fácil, de boquilla era increíblemente fácil. Recordaba lo de Marina perfectamente, ¡¡¡Joder!!! como para olvidarlo, menudos polvos que nos metimos esos meses por todos sitios, creo que en los nueve meses que duramos como amantes, solo en una o dos ocasiones hicimos el amor en plan tranquilo... el resto... fue calentón sobre calentón, follada instantánea y a lo bestia donde nos pillase en ese momento.
Estuve toda una semana en un motel sin atender las llamadas de Olga, al final no me quedo otra que hablar con ella. Menuda era mi novia, tenía una mala ostia que se la pisaba y unos ovarios del tamaño de un camión, se presento en la salida de mi trabajo con un ultimátum, o me iba con ella a donde poder hablar tranquilamente los dos, o me montaba un escándalo tras otro en mi trabajo hasta que tragara. Insistió en que fuéramos a casa ya que consideró que cualquier lugar público tenía el inconveniente de que los más que posibles gritos e insultos atraerían la atención sobre nosotros, y ni yo, ni ella, queríamos eso, de modo que accedí aunque un tanto reticente a ello.
Si algo tengo que decir en favor de Olga son dos cosas, la primera me guste admitirlo o no es que ella de verdad esta enamoradísima de mi, y además lo sé más que de sobra pese a lo sucedido. La segunda es su sinceridad conmigo, que yo tenga conocimiento no me ha mentido ni una sola vez todavía, como ya he dicho me ha engañado dos veces y en ambas me lo ha contado el primer día en que ha podido hacerlo, aun perjudicándose a sí misma con el momento escogido, como sucedió la primera vez que ocurrió que me lo dijo en el peor momento en el peor sitio y de la peor forma posible, y solo por querer ser sincera del todo, eso si se lo tengo que admitir me guste o no hacerlo.
Tal y como ella supuso cuando dijo de irnos a "nuestra" casa, la bronca fue de escándalo, los gritos también, y no os digo ya lo que nos llamamos el uno al otro en medio del cabreo, de todo, nos dijimos de todo, o más bien casi de todo. Olga me medio empezó a acusar como hizo Marina, culpándome en parte de la situación que ahora teníamos, diciéndome que la tenía un poco desatendida en sus querencias sexuales, que aparte de mi cariño, también quería mi pasión y sentirse deseada por mí como cuando empezamos a salir, algo que parecía no existir. Me recalco que parecía que ya no la deseaba como antes ni se lo demostraba como en nuestros comienzos... lo que me jodío mucho por cierto.
En nuestros comienzos lo cierto es que habíamos sido explosivos ambos, fóllabamos donde y cuando pillábamos, nos daba igual, lo único que queríamos era sexo con el otro. Debo de remarcar que Olga nunca ha sido una mujer ociosa en el sexo, salvo con la excepción de la sodomización, nunca se negó a nada conmigo, jamás. Íntimamente debía de reconocer que poco a poco yo había ido acomodándome a tratarla como a una reina, siendo cariñoso, mimoso y más empalagoso que una docena de tarros de miel pura. Esa pasión, ese aquí te pillo aquí te mato desapareció por completo de nuestra relación de pareja y fue más rápido aun cuando empezamos a vivir juntos, hasta desaparecer por completo.
Olga tenía dos hermanas con las que era uña y carne, la mayor Carmen que tenía 32 años, Olga 28 como yo y su hermana pequeña Marta con 25 jugosos añitos. Con ambas se llevaba de miedo, las tres eran uña y carne. En mi caso si bien con Marta me llevaba muy bien, sin embargo con Carmen era todo lo contrario, era aborrecernos desde el principio o más bien ella a mí en el inicio de mi relación, desde luego se tomaba sus molestias por demostrarme que no era de su agrado como pareja para su hermana, cosa que por cierto me daba igual, como siempre le demostré.
Estábamos los dos en plena discusión, diciéndonos autenticas estupideces y burradas... empezamos a menospreciarnos mutuamente como pareja, como amantes... una cosa curiosa fue que me hizo recordar el primer encontronazo Marina, no pude dejar de observar disimuladamente a Olga y lo que vi me sorprendió un tanto... la conocía mas que de sobra, ciertamente su furia era sincera por completo, pero su nivel de excitación era también tremendo, creo que no la veía así desde el principio de estar viviendo juntos, cuando nos fóllabamos mutuamente por cualquier rincón en el que nos pilláramos, pienso que ahí fue realmente cuando me di cuenta de que Marina había tenido razón, por mucho que me costase admitirlo. Peor fue descubrir el nivel de cuelgue que tenia con Olga, y al extremo al que llegaba mi deseo por esa mujer... por que pese a todo seguía considerándola como "mi mujer..."
Me empecé a fijar detenidamente en ella y vi ciertos detalles reveladores sobre su estado, sus pezones parecían querer atravesar su blusa destrozándola ya que claramente no llevaba sostén, también notaba sus ojos brillantes, sus labios húmedos y ese particular roce suyo de piernas cuando está que arde... calle de repente e hice lo que hubiese hecho al principio de nuestra relación... tomarla por asalto para follàrmela, tal cual.
Pensé puede que un poco mezquinamente que si lo que me achacaba es que no había sido un hombre para ella, un macho y por eso según ella estuvo a punto de engañarme por completo, se iba a enterar de lo que valía un peine ahora. Me abalance sobre ella, cogiéndola por el pelo, tirando de él para que levantase su cara y me mirase, cuando lo hice le metí mi lengua en el interior de su boca por la fuerza... besándola con furia, mordisqueándola incluso los labios. Me separe para mirarla a la cara, donde vi total y absoluta perplejidad por mi acción... la hice darse la vuelta, y al igual que en su día con Marina la aplaste contra la mesa del salón, alzándola la falda y arrancándole las bragas de un solo y violento tirón.
Me las apañe para bajarme la bragueta y sacarme la polla, instantes después penetraba con furia el coño de mi novia, se la clave hasta las amígdalas. Empecé entonces con mis preguntas del estilo de... "¿esto es lo que tu querías no puta? Toma rabo zorra, te voy a reventar el coño hasta que parezca la boca de un pozo... Ella por su parte me llamaba maricon, violador impotente o simplemente medio hombre. Estuvimos llamándonos de todo durante bastante tiempo sin dejar por eso de buscarnos los labios para devorárnoslos.
De todos modos yo iba con una idea concreta desde el principio, recordando lo que me dijo Marina, follarme el culo de mi novia, ese culo que según mi punto de vista la muy zorra me había estado negando durante nuestra relación, y desde luego pasase lo que pasase con ella, sin rompérselo no iba a irme de allí y a despedirme de ella para nada. Estaba fòllandomela a lo bestia insultándola cuando saque por completo la polla, al cambiar de agujero se rio insultándome, diciéndome que además de marica era incapaz de follar como se debía... Le cambio la cara y la voz, más que nada por el chillido que pego cuando mi polla repentinamente se abrió paso en su estrecho orificio, barrenándoselo sin piedad.
Cuando la tuve dentro de ella por completo, le dije al oído algo así como... ¿no querías un macho so zorra....? Después de esto vas a saber de una puta vez quien es tu macho de verdad... te pienso romper el culo cada vez que me dé la gana. Le empecé a embestir a lo bestia, mi pelvis chocaba contra sus cachetes sonando como palmadas de alguien aplaudiendo muy fuerte. Sus ojos soltaban lágrimas tras lágrimas, mientras de sus labios escapaban quejidos y jadeos de dolor.
En un momento dado mientras la culeaba con todas mis fuerzas vi como los gemidos que escapaban de sus labios empezaban a cambiar, a sonar a gemidos de alguien que estaba disfrutándolo y gozándolo. Tire con mas fiereza del pelo haciendo que estirara mas su cabeza, exponiendo su cuello a mi boca de mala manera, mis labios se engancharon a él como si fuesen sanguijuelas, incapaces de despegarse de allí, dejándola marca tras marca, chupetón tras chupetón mientras la follaba el culo cada vez con muchísima mas violencia. Hubo un instante en que pareció que ambos enloquecíamos para llamarnos de todo y exigirnos de todo uno a otro, yo la decía que era mi puta y ella que yo era su cabròn, que ella era mi zorra hambrienta de polla y yo que era su puto particular... luego que ella era mi hembra, y ella que yo era sin duda su macho...
La situación era de aúpa, sobre todo después de terminar extenuados el polvazo, corriéndome como un salvaje en su culo mientras ella me gritaba en medio de un orgasmo que la había destrozado por completo y que era un hijo de puta por ello. Me separe apoyándome jadeante en la mesa, recuperando el resuello, igual que ella mientras continuaba tal y como la deje sobre la mesa. Mirándola y viendo como hilos de flujo mezclado con mi leche resbalaba desde su coño y su culo por las piernas abajo, mi polla volvió a erguirse pese al trote que había recibido.
Cuando se recupero y me vio otra vez así, pareció convertirse en una furia, se lanzo sobre mí con las uñas por delante llamándome de todo, desde violador a hijo de la gran puta por romperla el culo sabiendo que por ahí ella no quería hacer nada. El resultado fue que me golpeo en la cara tres o cuatro veces, me araño también la mejilla y al final terminamos follando sobre el suelo, con ella debajo mío, embistiéndola como un condenado animal de bellotas mientras sus piernas se cerraban sobre mi cintura como cepos sin por ello dejar de llamarme de todo, incluido violador, entremezclado con peticiones de que la follase mucho más duro. Su boca busco la mia en más de una ocasión, mordiéndonos los labios enfebrecidos por completo, sus uñas rastrillaron mi espalda mientras mis embestidas la empotraban contra el suelo… no hablábamos fuera de eso, solo jadeábamos, gemíamos y rezongábamos por el esfuerzo.
Al final terminamos como era previsible, con un palizón encima de aúpa, con las caras marcadas, con la espalda marcada y todos llenos de arañazos, pero al menos decidimos reintentarlo de nuevo, aunque sí que la pedí un poco de margen y espacio, le dije que me quedo claro cual había sido el problema en nuestra relación y que no volvería a suceder, pero que entendiese que necesitaba algo de espacio tras lo que hizo… acepto sin problemas, de modo que me marche a por mis cosas para regresar lo antes posible.
Cuando entre en la casa de nuevo con mis maletas, me encontré algo surrealista del todo, a Carmen, la hermana de Olga intentando que pusiese una denuncia contra mí por agresión al ver como estaba de marcada su hermana… El problema es que si ella estaba marcada con moratones, arañazos, los labios hinchados por los mordiscos y demás… lo que hacía parecer que le habían dado una paliza… mi cara desde luego no estaba mucho mejor que la de ella… éramos dos auténticos cromos para sorpresa de la hermanísima, que al verme también de esa guisa se quedo con la boca abierta. Conociendo el percal que personalmente tenia con esa víbora, no dije ni media, pero mire fijamente a Olga… mí mirada le dejo claro que esta vez no pensaba hacer nada, ni siquiera defenderme, que sería ella en ese mismísimo momento quien debía de decidir si yo me iba de nuevo como quería su hermanita, solo que esta vez seria de forma definitiva y sin vuelta atrás para retomar nuestra relación, o por una vez, ponía a su hermana en su sitio.
La buena de Olga no se lo pensó, esta vez discutió con su hermana a cara de perro, pero esta se cerró en banda, al final no aguante más viendo pasarlo mal a mi novia, de modo que dejándolo todo salte a por Carmen, la cogí por el cuello con una mano, su abrigo con la otra y abriendo la puerta le pegue un empujón sacándola a la escalera, después le tire encima su abrigo… diciéndole…
- Largo de aquí a joder a otro lado, zorra de mierda, que tu hermana y yo tenemos que seguir por donde lo dejamos esta tarde, es decir, que vamos continuar follando toda la noche y nos molestas… Largo, venga…
Con un brazo abrace a Olga y volviendo mi cabeza le pegue un nuevo chupetón en el cuello mientras ella soltaba un gemidito y dirigía su mano hacia mi polla. Entonces le cerré la puerta en las narices, cuando me volví vi en la cara de Olga que no estaba nada satisfecha con lo que había visto pese a haberme seguido el royo delante de su hermana. Empezamos otra vez a discutir mientras su hermana golpeaba la puerta… desgraciadamente para ella, se nos volvió a ir de las manos… metí contra la puerta a Olga, le alce la faldita, me baje la bragueta y se la clave en el coño… nuestros gemidos se debieron de oír perfectamente al otro lado, porque enseguida dejaron de aporrearla y de molestar el resto de la noche…, a los diez minutos estábamos los dos en la cama mordiéndonos, arañándonos y follando. Menos mal que era viernes, porque al día siguiente ni Olga ni yo podíamos con nuestra alma después de la nochecita que pasamos follando como un par de bestias… estuvimos todo el finde a base de pizzas solo por no movernos para hacer la comida de lo que nos dolía todo.
CONTINUARA