Mi historia con mi madre 3 (Con la foto)

Cuento la historia de mi relación con mi madre, es cómo ocurrió...

Continuación de mis anteriores experiencias con mi madre...

Tras el divorcio de mis padres, mi madre ejercía de madre y de padre.

Una noche, mi madre empezó a hablarme haciendo de padre, agachó la cabeza y se ruborizó mientras me preguntaba si yo me echaba la piel que cubre el pene para atrás, porque si no lo hacía ahora cuando fuera mayor me tendrían que operar de fimosis, además de por higiene, para limpiar bien el pene tenía que echar la piel para atrás dejando salir el glande. Como siempre, cada vez que hablaba con mi madre de estos temas yo acababa con una gran erección.

Al día siguiente cuando me quedé solo en el dormitorio cogí mi pene y me dispuse a echar la piel para atrás, tenía el pene semierecto pero fue empezar a tirar de la piel y se me puso grande, solo salía la puntita del glande, tiré para atrás con más fuerza y no salía, seguí tirando para ver si salía... Pero no pude soportar el dolor y grité.

Mi madre entró al dormitorio asustada por mi grito, yo estaba acostado con las lagrimas saltadas  porque a pesar del dolor que sentía en mis genitales, no había conseguido dejar salir el glande. Al verla entrar me tapé mis partes con las manos.

Se sentó en la cama a mi lado, me preguntó que me había pasado, se lo conté. Mi madre guardó silencio durante unos instantes...

Sin decir palabra, mi madre puso sus manos sobre las mías que aun las tenía escondiendo mi pene de ella, las retiró y el pene se levantó erecto apuntando al techo.

Mi madre sin mirarme a la cara, cogió mi pene que en aquel momento estaba que iba a reventar por la situación pues era la primera vez que una mujer me tocaba, y aunque fuera mi madre al fin de cuentas era una mujer. Lo agarró con fuerza pero con delicadeza a la vez y comenzó a tirar la piel para atrás, empezó a asomar la punta y entonces sentí un fuerte dolor y le dije a mi madre que parara, ella paró y con voz temblorosa me preguntó si me dolía mucho a lo que le dije que sí, que me quemaba la punta.

Entonces ella metió un dedo en su boca y lo llenó de saliva y extendió esa saliva por la punta de mi pene, yo solté un suspiro, mi madre me miró de reojo y volvió a meter ahora tres dedos en su boca y tras llenarlos de saliva los puso encima mi pene, en la punta... Rodeó con sus tres dedo mi glande que aun estaba cubierto por el forro de piel y tiró para abajo... Ya asomaba casi la mitad de la cabeza, yo me estremecía entre el dolor y el placer.

Mi madre entonces dio un paso más, acercó la boca a mi pene y dejó caer saliva sobre él, con la palma de la mano extendió esa saliva desde la punta del pene hasta la base, lo agarró por la mitad y subió la mano y luego la bajó, sacando un poco la cabeza, volvió a subir la mano y al bajar lo hizo un poco más... Así repetidamente, en cada bajada sacaba más y más el glande, del agujerito salió un poco de liquido transparente, el cual mi madre recogió con un dedo, lo olió y luego se lo llevo a la boca. Siguió subiendo y bajando hasta que de pronto... Dejo completamente al aire mi glande, rosa, gordito...

Mi madre me miró y sonrió mientras que me decía que a partir de ahora todos los días tenía que tirar la piel para atrás y sacar el glande, para evitar tener fimosis.

Se levantó de la cama y salió del dormitorio, miré como se iba meneando ese culo que me volvía loquito y sin tocarme me corrí, pero como nunca antes lo había hecho...

Lo que mi madre me hizo me dejó muy cachondo, tanto que necesitaba que mi madre me tocara otra vez como lo había hecho, así que idee un plan...

Por la noche, mientras me duchaba llamé a mi madre, cuando entro al baño yo estaba dentro de la ducha con las cortinas cerradas. Le pedí un favor, si podía echarme otra vez la piel del pene para atrás pues a mí me daba miedo hacerlo.

Se lo pensó unos instantes y abrió la cortina de la ducha, me dijo que para no poner el suelo perdido de agua me echara hacia un lado que ella se iba a meter en la ducha conmigo. Así lo hizo, se metió dentro pero para mi desgracia sin quitarse el camisón blanco, se puso de rodillas delante mía, mi falo ya completamente erecto apuntaba hacia ella, lo cogió con dulzura de madre y comenzó a echar la piel para atrás, haciendo los mismo movimientos que me hizo en la cama, ufff cuando echó la saliva encima de mi pene... Tuve que aguantar las ganas de correrme. Con movimientos de sube y baja echó la piel completamente hacia atrás, yo estaba que me corría pero milagrosamente aguanté las ganas.

Lo siguiente que hizo mi madre, me dejo helado.

Me dijo que esa zona había que lavarla MUY BIEN, diciendo eso cogió el jabón y se lo echó en la mano, empezó lavándome los testículos con una mano mientras que con la otra me enjabonó el glande, recorriendo cada milímetro desde la punta hasta llegar a los testículos. Mas que lavarme lo que me estaba dando era un masaje en mis partes... Cuando más a gusto me sentía mi madre paró y me dijo que ya me iba a aclarar, entonces le pedí, más bien le suplique que porque no seguía lavándome un poco más, para asegurarnos de que el pene se quedaba limpio.

Esperaba que ella me regañara por haber ido demasiado lejos, pero lo que hizo fue volverse a agachar, volver a poner una mano en los testículos y con la otra "lavarme" el pene, yo me atreví a mirar para abajo y lo que vi me dejo aun más si cabe sin aliento, mi madre tenía los tirantes del camisón caído hasta los codos, lo que permitía que le vieran ese par de tetas que calza mi madre, le podía ver hasta los pezones que los tenía erectos. Mi madre levantó la vista y me pillo mirándola, pero ella ni paró de "lavarme" ni se subió los tirantes, volvió a mirar hacía mi pene y siguió con su "limpieza".

Mi madre masajeaba más rápido mis testículos y a esa misma velocidad subía y bajaba la piel de mi pene... Hasta que ya no pude aguantar más...

De mi pene salieron varios chorros de semen, pero mi madre no paro sus movimientos hasta que no dejó de salir nada de mí. El primer chorro de semen le calló a mi madre junto a la boca, en la comisura de sus labios, el siguiente en la mejilla, otro en el cuello y el resto de semen le cayó sobre y entre las tetas.

Yo estaba que no me lo podía creer... Lo siguiente que dijo mi madre fue que me aclarase y que saliera de la ducha, que ella tenía que lavarse. Cuando termine de quitarme el jabón y antes de salir de la ducha mi madre me dio un beso en la cara...

CONTINUARA....

Me gustaría que me dejarais escrito en la sección de comentarios que os ha parecido y si debo de seguir contando mi historia. Un saludo y GRACIAS.

En los comentarios dejaré la foto de mi madre.