Mi historia con... Gabriel

No se si el me enamoró a mi o yo lo enamoré a el, lo cierto es que terminé ensartado en su enorme y hermosa verga.

MI HISTORIA……. CON GABRIEL

No se si el me enamoró a mi o yo a él, …….lo cierto es que terminé ensartado por su gran verga.

Esta historia inicia cuando recibí un telefonema de un amigo que impartía cátedra en el ITESM en el Norte de México, en la Cd- de Monterrey, lugar en donde yo había realizado mis estudios profesionales.

Para entonces yo estaba comprometido para casarme, contaba con 27 años de edad y recién había concluido mi postgrado.

Decidí aceptar el ofrecimiento y me traslade a esa ciudad para iniciar los trámites de mi contratación e iniciar las clases en el verano de 1987.

Me presentaron a mis alumnos, doce varones y una señorita, de entre 21 y 23 años, alumnos del 8º. Semestre de su carrera. La primera vez que estuve ante ellos me sentía nervioso pues era la primera vez que impartía clase. Los jóvenes se presentaron uno a uno, todavía recuerdo algunos nombres; Hilda, la señorita y los muchachos era Javier, Eduardo, Alfredo y …….Gabriel, entre otros.

Gabriel llamó mi atención porque era el más joven y el más apuesto de la clase, en ese momento ni por asomo pasaba por mi mente que llegaría a tener una relación sexual-afectiva con el; en ese entonces el contaba con 21 años, era un muchacho normal, de cerca de 1.80 cm. de estatura, su cuerpo era fuerte y bien proporcionado aunque, según me entere después, no hacía ejercicio, su cabello era castaño, de anchos hombros, caderas estrechas, ojos claros, tez blanca, unos brazos fuertes y unas manos enormes, que fue lo me más me llamo mi atención, en fin el chico era un cromo. Con el correr de las clases me di cuenta que era un chico alegre, bromista, amiguero y dicharachero, además de excelente estudiante. Mi trato era similar para todos mis alumnos, mi relación alumno-maestro era igual para todos ellos.

Un fin de semana al terminar las clases, Manuel, un intendente que trabajaba en el Instituto y que conocí en mi época de estudiante, fue a mi oficina a invitarme a salir a parrandear, yo le dije que sí, que iríamos en mi carro, pero- hay un problema – me dijo- un estudiante quiere ir con nosotros- , sin decirme quien era, yo le conteste que si el lo conocía bien, por mi no había problema.

Así, a la salida de trabajar, nos dirigimos a abordar el auto, y recargado en el, ví al estudiante en cuestión, mi sorpresa fue que era nada más y nada menos que Gabriel, que nervioso me saludo de mano (enormes por cierto) y balbuceando algo que no entendí nos subimos al carro, pasado ese momento no le di mayor importancia al hecho y fuimos por unas cervezas.

Al calor de la chelas (cervezas en México), me comento que era de una ciudad de la frontera con los Estados Unidos, en el Estado de Tamaulipas, que vivía con una hermana.

Después de esa ocasión ocasionalmente seguimos saliendo los tres, con Manuel, los fines de semana, hasta que un fin de semana, Gabriel entro sólo a mi oficina y me dijo- profe tengo una lana y si usted quiere le invito unas chelas- me agrado su estilo franco, norteño y directo y acepte salir con el a tomar cerveza por primera vez, obviamente que su dinero no le duro mucho y yo termine pagando la parranda. Así me comento más cosas de su familia, de sus padres, de sus hermanos, en fin entramos en confianza y nos hicimos, a pesar de la diferencia de edad, buenos amigos.

Después de esa ocasión se volvió común que saliéramos juntos de parranda, a veces el me buscaba, cuando traía dinero, pero la mayor de las veces era yo el que lo invitaba a salir. En clase seguía siendo un excelente estudiante y nunca se aprovecho de nuestra amistad para sacar buenas notas, yo le exigiría más a el, y así se lo hice saber.

Se hizo común que yo fuera a su casa, sobre todo cuando no estaba la hermana, o él a mi departamento, me platicaba de sus novias, le daba prestado mi carro, le ayudaba con dinero, salíamos a comer a restaurantes, el, cuando viajaba a la frontera me traía invariablemente algún presente, así transcurrió el tiempo, en la facultad se empezaba a murmurar que entre el y yo había algo más que amistad, y se preguntaban, sobre todo los estudiantes, que quien se estaba cojiendo a quien?, me percaté de ello porque en una ocasión uno de sus compañeros me insinuó que si Gabriel me estaba cojiendo. pero hasta el momento nuestra relación era sólo de una buena amistad…… hasta ese momento.

Hasta ese momento ……porque a partir de esos comentarios empecé a analizar mi relación con Gabriel, empecé a darme cuenta que no era normal, que lo extrañara tanto, que buscara cualquier pretexto para escuchar su voz, para estar con el, para tenerlo a mi lado, me di cuenta que soñaba con el, en fin, me dí cuenta que Gabriel empezaba a atraerme como hombre, a raíz de esa reflexión, empecé a fijarme en la entrepierna de Gabriel y varias veces a través de sus jeans pude apreciar un paquete de buen tamaño, que me hacía soñar con acariciáeselo. .

Eso se confirmo o en una ocasión que andando de parranda Gabriel convenció a una prostituta para acostarse con el, fuimos a mi departamento, y yo los deje solos, sin embargo los espie y pude ver como Gabriel, mi Gabriel, como toro salvaje le hacía el amor a una mujer, sentí envidia de es mujer, hubiera deseado decirlo que ese hombre era mío, quisiera haber estado en su lugar y que Gabriel me hiciera el amor a mí, que ese cuerpo tan hermoso estuviera sobre mí.

Tratando de quitarme ese sentimiento intente alejarme de el, ahora el me buscaba y yo evitaba estar con el, con cualquier pretexto lo alejaba de mi, quería alejar la tentación.

En una ocasión estaba sólo en departamento y Gabriel llego con copas- y con nostalgia me empezó a cuestionar que por que en los últimos días ya no nos habíamos visto, que el me quería mucho como amigo y que el día que termine su carrera y tengamos que separarnos me iba a extrañar, que extrañaba mi compañía, yo le decía que era su imaginación, que todo seguía igual, entre platica y plática Gabriel se fue aflojando la ropa, y por el efecto del alcohol se quedo profundamente dormido: ante mí. Era hermoso, con el cabello, revuelto, la barba de tres días, el cuerpo fuerte, y un aire muy sensual, que no pude evitar acercarme a el, despedía un rico aroma a hombre el muchachito, mezcla de sudor, loción y alcohol, ese aroma a macho embriago mis sentidos. Y ya no pude más.

Lentamente, acerca mis manos y con la yema de los dedos acarice a su bello rostro, la barbilla, el mentón , los labios, sentía que profanaba a un díos, ¡ era tan hermoso! Y ¡ lo tenía para mí ¡, luego descendí le quite la camisa, y lentamente le acaricie el pecho, el abdomen, el rostro y le di por vez primera un beso en sus carnosos labios, solamente rozándolos, como con miedo, de estar cometiendo sacrilegio, luego descendí mis labios a sus tetillas las que bese con adoración, su aroma de hombre me tenía embriagado y mi sentidos no respondían a la razón, decidí, bajarle el pantalón y la trusa, a la rodilla, y ¡oh dios mio¡ ante mi apareció el cuadro mas hermoso jamás inmaginado, por vez primera ví desnudo a mi admirado Gabriel, la escena era por demás erótica, el dormido en el sofá de mi departamento, con la verga hermosa descansando sobre su vientre y yo acariciándolo con la yema de los dedos.

Al ver su cuerpo desnudo me aleje de el, para admirarlo, su cuerpo era perfecto, y bien proporcionado, su hermosa verga era proporcional a su cuerpo de 1.80 cm., era grande, media mas de 22 cm. tenía unos huevos gordos llenos de vellos y de semen, lleve a ellos mis manos, pude sentir su tersura-de la piel del escroto. La verga de Gabriel en ese momento por el efecto de mis caricias, estaba a su máxima expresión, estaba dura como una roca, la toque para sentir su rigidez y estaba caliente con una temperatura que se me transmitía al cuerpo, estaba surcada de venas azulosas, era mas gruesa en el tronco, la cabeza era gruesa y roja, fuerte, con los bordes del glande bien marcados. Por un momento me inmagine esa verga dentro de mi culo y sentía un escalofrío de deseo en todo el cuerpo.

Ya no pude más, y temblando de exitación me metí esa enorme verga a la boca, era la primera vez que tenía una verga en mi boca, y solo de pensar que era la verga de mi amado Gabriel, mi calentura subía. Lentamente, le pase la lengua alrededor de la tremenda cabeza, con la punta de la lengua recorrí los bordes del glande, luego siempre con la lengua , le recorrí toda la extensión de la verga hasta el tronco, sentía un aroma a sexo, a macho, a Gabriel, porque Gabriel era mi macho, era sólo mío, ese aroma me hizo bajar la lengua hasta los huevos, lentamente los acaricie con la punta de la lengua , y pude sentir, la tersura de la piel del escroto, lamí todo el grosor y lo largo de la verga de Gabriel, hasta saciarme.

Luego suavemente me metí la roja cabeza de la verga de Gabriel a mi boca, y sentí por vez primera esa sabor que me dejaría marcado para siempre, el sabor a hombre de mi admirado Gabriel, sabor que como una droga, ya no podría vivir si el.

Una vez con la cabeza de la verga de Gabriel en mi boca, y ya enervado mis sentidos por el sabor a tan rico a hombre, chupe con ansías, me metí la verga hasta la garganta, y chupe con ansias ese adorado falo, en ese instante escuche gemidos de placer de Gabriel, retire la boca, y quede a la expectativa, el ya no hizo ningún movimiento.

Volví a meter la enorme verga a mi boca y seguí chupando mientras con mis manos le acariciaba sus muslos, su abdomen, y sus fuertes brazos, escuche otro gemido, y de repente sentí como sus grandes manos, me aprisionaban mi cabeza y si despertar me atrajo fuertemente hacía el, me inmovilizó, para no retirar mi boca de su verga, fuera de mi seguí chupándole la verga, sus gemidos se hicieron más intensos, hasta que sentí que se convulsionaba y varios chorros de leche caliente inundaron mi boca, Gabriel me seguía aprisionando hasta que me trague hasta la última gota de su deliciosa leche.

Yo seguía con una calentura tremenda, luego de su venida, Gabriel soltó mi cabeza, y yo rápidamente saque mi verga dura hasta no poder más y gritando- Gabriel mi amor, mi macho, mi hombre oh, oh, oh, oh ---me puñetie violentamente hasta aventar varios chorros de leche que cayeron en el abdomen de Gabriel. Fue una puñeta como un orgasmo femenino dedicado a ese bombon que tenía ente mí.

Ya más calmando le limpie el abdomen , le acomode la ropa y me acosté a su lado, acariciando su hermosos rostro, y sobándole el pene sobre la ropa..

Al otro día desperté primero que el, le prepare el desayuno como abnegado mujercita a su marido, desayunamos juntos, el no hizo ningún comentario, parecía no haberse dado cuenta de nada, e iniciamos nuestras actividades para dirigirnos a la universidad.

A partir de esa noche mi deseo por Gabriel aumento, ya había probado, el sabor de su verga, de su semen, y había aspirado su aroma de macho. La visión de su gran verga, dura, caliente y apetitosa no se apartaba de mi mente, vivía deseándolo, ya no me importaban los comentarios de sus compañeros, de que el me estaba cojiendo, por el contrario ahora me halagaban y quería que esos comentarios fueran realidad, solo quería tenerlo de nuevo conmigo, como aquella noche, y sentir en mi culo la dureza de su verga, sentirme aprisionado por su cuerpo, sentir el calor de su sexo dentro de mí, eso era un sueño imposible de alcanzar, porque no quería perder su amistad, lo quería, lo amaba, tanto que prefería seguir siendo su amigo, al menos lo tendría a mi lado.

Por fin terminó Gabriel su carrera, lo que significaba que se alejaría de mi, eso me hizo pensar que no estaba dispuesto a dejarlo ir sin que me hiciera su mujer, sin saborear esa dura, roja y suculenta verga dentro de mi culo, para lograr mis propósitos planeé un viaje a Cancún en compañía de mi amado, le comente que sería nuestra última parranda y que sería mi regalo por terminar su carrera y nuestra despedida, el gustoso acepto, porque quería conocer ese balneario, pero para mi sería nuestra viaje de luna de miel, sería el viaje donde Gabriel me haría su mujer, donde mis sueños de de ser poseído por ese adonis se cumplirían, y por fin su verga taladraría mis entrañas, para hacerme sentir su mujer. No podía separarme de Gabriel sin ser suyo, sin haber saboreado esa rica verga , que no podía sacra de mi mente, sin haber sentido lo que sintió la prostituta que Gabriel se cojió en mi departamento la noche en que empecé a desearlo como hombre....pero esa será otra historia.