Mi historia con el vecino 2

El joven atraído por los vellos de su vecino sigue caliente...

MI HISTORIA CON EL VECINO 2

Pasaron unos días de aquel encuentro con mi vecino, peludo, y calentón como yo, Juan. Debo decir que aquella tarde apenas llegue a mi casa fue urgente la paja que me hice salpicando por todos lados en mi cuarto, que luego estuve como una hora limpiando por todas partes.

Cada vez que recordaba a aquel caliente encuentro se me paraba la pija y debía masturbarme sin asco. Cuando no aguanté más empecé a tratar de ver cuando Elvira dejaba la casa, para llegarme hasta ahí y que pasara cualquier cosa. Deseaba que aquel macho me dejara chupar sus vellos que tanto me volvían loco.

Al fin una tarde Elvira dejó la casa, espié pacientemente por la ventana y vi que iba bastante arreglada, entonces decidido y muy caliente salí de casa y golpeé en lo del vecino a suerte y verdad.

Esperé, escuché pasos y Juan abrió la puerta en bata, descalzo. Con una sonrisa de oreja a oreja. Como si ya me esperara. Se hizo a un lado y entré, un poco acalorado, con mi verga ya levantándose.

__¡Estaba por darme un baño!__ dijo muy suelto de cuerpo

__¡Ah que bien!

__¡Ven conmigo, no dejaras que me bañe solo…aparte necesito a alguien que me ponga jabón en la espalda!

__¡Oh bien!__ dije trague saliva y salí detrás de él como hipnotizado. Guiado por una mano oculta que me arrastraba tras ese macho que me gustaba tanto.

Entramos al baño, y Juan dándome la espalda se quito la bata que cayó al suelo.

Su tremenda espalda estaba llena de abundante vello. Hasta casi las nalgas redondas y fuertes, se veían exquisitas.

__¿Te gusta lo que ves Cholito?__ dijo el muy guacho y adivine una risa en su bocota.

__¿Qué esperas para venir por ellos?__ veloz me quité la ropa y con mi verga dura me metí detrás él en la ducha que el abrió. Pronto su espalda se empezó a humedecer y yo voraz metí mi boca en aquel enjambre que me volvía loco, casi me hacía sentir un animalito, salvaje, un caníbal de vellos, quería comerlos, por supuesto advertí que su tronco se alzaba mágicamente. No perdí tiempo y también lo busque entre sus piernas de macho, que podía ver por primera vez en plenitud. Eran macizas y cubiertas por un fino y abundante vello.

Temblé de emoción besando esa espalda resbaladiza, El señor Astas apoyado en los azulejos se abría de piernas y mi verga apenas rozaba sus muslos, yo me restregaba emocionado y caliente. desorbitado y ajeno a este planeta. Noté que el gemía tanto como yo, mientras el agua suavemente caía por su espalda y a mí me mojaba los cabellos.

Masajeaba su serpiente y fui cayendo de rodillas para meterlo en la boca como días anteriores. Lo besé y el acariciaba mis cabellos. Me agarraba febrilmente a sus nalgas. Las apretaba. Las pellizcaba mientras jugaba con aquel tronco en mi boca.

Sus bolas llenas de pelos también fueron alcanzadas por mi lengua, las repasaba y el gemía mucho más fuerte. Mas altisonantemente. Mas estruendoso. El se hamacaba aferrándose a lo que tenía a mano porque tal vez se caería de la vibración que mi boca le producía.

__¡Quieres tomar la lechita otra vez!¡Ahhhhh!!!__ gemía él mientras yo me metía a fondo el grueso animal que tenía. El pedazo de carne endurecido y venoso.

__¡Quiero lo que tú quieras señor Astas!

__¿Porque me llamas así?__ dijo el maduro vecino

__¡Porque me gusta y me calienta mucho más….ahhhhh!!!__ mordía suavemente su caño, cada vez más inflamado de ardor y calentura.

__¡Entonces el señor Astas quiere que le chupes el culo!__ dijo él y no sé porque no me sorprendió, era por demás de perverso y sensual, así que se giro, siempre de pie y se volvió a apoyar en los azulejos, en tanto el agua corría y caía, abrí sus nalgas y el orificio apareció rodeado de muchos pelos, eso sacudió mi interior, y supe que estaba en un punto de ebullición sin retorno. El se abría las nalgas para mí. Metí mi lengua, empecé a lamer y sus bufidos se acrecentaron, acariciaba mi pija que estaba a punto de estallar. Mi lengua iba y venía por aquel redondo agujero y me calentaba cada vez más. Con la mano libre de vez en cuando atrapaba su fierro y le daba unas caricias a sus bolas gordas y llenas.

__¡Ahhh Cholito que bien lo haces cariño!!__ yo seguía chupando y besando su anillo explotado y abierto. Mi boca era una furia salvaje, mi lengua escarbaba y se metía profunda.

Después de un rato comiéndole el culo, mientras el agua nos mojaba abundantemente, me hizo poner de pie. Me dio un jabón perfumado y empecé a pasarlo trabajosamente por la espalda, los hombros, los brazos en la parte de atrás siempre, en sus nalgas y por dentro de la zanja, deteniéndome en el anillo abierto y metiendo un dedo, jugando un rato. Luego se enjuago parsimoniosamente y se puso de frente a mí. Seguí pasando aquel jabón ahora en su cuello, en su barba renegrida, en sus hombros de frente, en sus hermosos pectorales hinchados y que parecían pequeños globos, sus pezones duros eran maravillosos, les pase la lengua suavemente, pero él quería que siguiera jabonando, llegué a su vientre, metí un dedo en su ombligo y luego llegué a su barra levantada, la masajee un par de minutos que el gruñó sin ningún tapujo, entrecerrando los ojos y gozando, luego me retiró y nuevamente se enjuagó, quedando limpio de jabón y espuma.

__¡Ahora te bañaré yo, mi cariñito, amorcito!!__ jadeó en mi oreja, recaliente y entregado a sus deseos.

El jabón se movió por mis pezones duros, de frente por el vientre, acercó su boca a la mía y me besó profundamente, con un deseo descarnado y salvaje. Chupó mi lengua mientras sus dedos se movían por mi cuerpo arrastrando el jabón por aquí y por allá. Abrió mis nalgas y hundió un dedo, haciendo que yo vibrará y me abriera de piernas de forma instintiva.

__¡Te gusta cariño, ahhh, que culito apretado tienes belleza, me vuelves loco, ahhh!__ gemía mientras hundía un par de dedos ya en mi ojete. Me dolía un poco al principio, pero luego de unos momentos y al sentir tal calentura yo jadeaba y babeaba, enloquecido de calentura. Deseando que siguiera. En ese remolino de jadeos, susurros, caricias, dejé que me enjuagara, y salimos de la ducha deteniendo el agua.

Nos secamos ambos envueltos en sendos toallones grandes, entre caricias y besos de alta temperatura. El ambiente estaba totalmente cargado de calor.

Me tumbó en la cama y se metió entre mis glúteos besando mi anillo, lo lleno de saliva, escupiéndolo, besándolo, pasando la lengua una y otra vez. Yo gemía al sentir esas caricias que nunca había sentido. Me daba lengua y atravesó otra vez los dedos en mi interior, los clavó y yo movía mi cola como gata en celo.

__¡Ohhh papi que gusto, siii, me gusta tanto!!

__¡Sabía que eras muy putita, ahhh, me encanta!!__ siguió chupando y besando mi ojete abierto y dilatado cada vez más.

Recordé los escarceos con mi amigo Tino. Cuando el muy caliente apenas metió un poco su pito me lleno de leche el culo. Pero este vergón que me estaba a punto de comer con  mi ojete era cosa seria y mi me encantaba, quería sentirlo dentro de mí, quería que me cogiera ya mismo mi vecino.

El sacó sus labios de mi anillo bufón y caliente. Baboso.

__¡Te la voy a meter Cholito….¿quieres?__ me susurró el al oído muy caliente, largando su aliento mentolado sobre mi nuca, casi.

__¡Es lo que espero desde que lo conozco señor Astas!__ el restregó su pedazo en medio de mis nalgas, busco lentamente mi anillo y empujo, yo gemí y lancé un pequeño alarido, su verga gruesa pugnaba por penetrar en mi ardiente cola jugosa. La cabezota de su tremenda verga fue entrando, sentía que punzaba mi ojete, era un dolor profundo pero lo aguantaba, podía más el deseo de ser cogido por un macho de verdad por vez primera y el señor Astas mi vecino me gustaba mucho.

Tiraba mis caderas hacía atrás y el entraba de a poco en mi anillo salvaje y abierto ya de par en par para aquel maduro perverso. Empujaba y empujaba.

__¡Sientes mi verga… cariño… Cholito, eres un ángel para mis deseos, ahhh, ohhh, como me pones de caliente!

__¡Ay ahhh papi, duele un poquito pero no la saques quiero….ohhh….ahh..quiero que me llenes con tu leche…siii…soy tu puta cariño, papito, ohhh, soy toda tuya, siii, ahhh, sigue, sigue!!!__ el fue alcanzando un ritmo vibrante. Un ritmo sostenido. Yendo y viniendo dentro de mi canal cada vez más abierto, más gozoso, mas animal. Más carnal y pasional. El se acercó a mi cuello y lo mordía, yo sentía mi cola desgarrada y feliz, sus bolas golpeaban mis nalgas firmes y tan busconas. Lo sentía inflamarse más y más dentro de mí y chupar mi cuello, apretar mis pezones duritos y erguidos. Me serruchaba sin pausa. Aceleraba y se detenía yendo un poco más lento. Me mordía el cuello y apretaba mis pezones, además alcanzaba mi vara que se levantaba muy rocosa y dura y la masajeaba a placer, gemíamos los dos, sentía que de un momento a otro me llenaría el ojete de su blanca leche.

El se aferraba de pronto a mis caderas y gruñía, como un animal. Los susurros y gemidos me anunciaban que estaba a punto de explotar. Que me llenaría de su líquido. Me masturbaba y yo no podría aguantar aquel ritmo, pero quería esperar lo más posible.

__¡Te voy a llenar, amorcito, Cholito lindo, putita mía, ahhh tu cola es tan divina, tan apretadita, ahhhhh, ahhh, me vengo, ahhhhh te lleno, mi vida, ahhh si, si…ohhh cariño!!!__ Sentí la convulsión y como se aferro a mis caderas yo empecé a salpicar leche para todas partes y él me llenaba de forma intensa, interminable, un río de semen corriendo por mi túnel. Desbordándolo. Aún golpeando y moviéndose en mi interior agrandado, Sentí como corría su leche por mis nalgas, por mis carnes, eran chorros de leche, amén de que yo mismo regué las sábanas de aquella ancha cama matrimonial en donde me había poseído por vez primera aquel macho que ahora me giraba echándose encima mío y comiéndome la boca a besos.

Nuestras lenguas descarnadas y juguetonas se sacaban chispas. Se colocó arriba de mi cuerpo y con sus vellos me excitaba mucho, mi propia pija buscaba no decaer. Su vergón se había desinflado bastante. Nos comíamos las bocas calientes y perversas. Gozábamos, el de mí y yo de él.

__¡Mira como dejamos las sábanas, ahora tendré que ponerme a lavar todo!

__¡No quieres que Elvira encuentre las manchas de nuestra cogida!

__¡Ella vendrá tarde…si es que viene…cuando va a la casa de la hermana se pierde y es capaz de quedarse a dormir allí…si esto pasara,…¿te gustaría dormir conmigo?

__¡Sabes que me encantaría, soy tu hembrita, señor Astas, no se dio cuenta!

__¿Pero tu madre no se opondrá?

__¡Claro que no…ella los aprecia en verdad mucho, no sospechara nada!__ seguimos besándonos y acariciándonos hasta un buen rato en que sonó el teléfono.-