Mi historia

De hecho todo lo Prohibido se hace por naturaleza mucho más excitante, no cabe duda que todas las cosas se vayan dando y que la vida da muchas oportunidades para disfrutarla, la fantasía y la realidad envuelven a la vida, aunque sea prohibido. En ningún momento me he arrepentido de nada y espero poder encontrar personas que deseen platicar del tema. Les iré contando, conforme escriba las cosas que me sucedieron en la intimidad hasta ahora. Espero Que me puedan envías sus comentarios a mi correo, por favor no me agrien a su Messenger solo que sean hayan tenido alguna experiencia similar y quieras compartirla. secretosintimosmx@hotmail.com

Mi Historia

Capitulo I

Esta es la historia de mi vida y es completamente real, son muchos los motivos que me han llevado a escribirla pero uno de ellos y se que es el principal es liberarme un poco de mis sentimientos encontrados, porque no se si debería darme pena o hacerme sentir mal, se talvez que esto hubiera sucedido, si esto que les contare se hubiera sabido en esa época, pero ahora ya no. Han pasado ya varios años de que todo esto que ocurrió, pero aun así lo recuerdo con mucho placer y cada vez en mi mente esta completamente presente, con lo que se hace mas profundo, por que cuando llego admirar en mi alrededor, en la calle a alguna señora hermosa, madura me recuerdo de este tiempo en mi vida, con todo ese placer infinito en todos mis sentidos, siento que cada uno de estos instantes fueron los mas maravillosos de mi vida a pesar de todos los tabúes se que lo repetiría, si los viviera una vez mas, duro por algunos años mas, fue tan hermoso y delicioso todo lo que mi Madre me hizo disfrutar como mujer que sinceramente no me arrepiento, sin ningún remordimiento de haberla disfrutado tan intensamente cada uno de los momentos íntimos, y se además que sin ninguna duda que a mi Madre tampoco le incomoda porque también los disfruto tanto a mas que yo. Porque todo lo prohibido envuelto en tanto erotismo y pasión, te lleva al cielo del placer infinito.

Les contare una pequeña semblanza de nuestras vidas para que se den cuenta de cómo se fueron dando las cosas, ahora tengo treinta y dos años pero desde muy niño, a la edad de seis años para ser exactos, por una enfermedad, desconocida, poco común en esa época, quede sin sensibilidad en toda la parte inferior de mi cuerpo, desde esos momentos mi vida cambio repentina y totalmente de lo que ya era a lo que es hasta ahora. Como ustedes comprenderán.

Mi mente inconscientemente ha bloqueado gran parte de mi niñez, solo recuerdo haber tenido múltiples operaciones y haber estado en muchos hospitales de todo tipo, siento internado en varias ocasiones convaleciendo que en algún momento de mi vida y según me platican, en muchas de las ocasiones mi estado era muy grave, a tal extremo que para los doctores no debí haber sobrevivido en la primera parte de mi enfermedad fue el punto mas grave de esta, todo fue tan traumático y tanto lo que sufrí que solo tengo pocos recuerdos de toda mi infancia.

A pesar de todo tengo recuerdos de la escuela primaria, en donde me sentía contento con mis compañeros que me traban muy bien, jugaba mucho con ellos y nos divertíamos a nuestro modo, que aunados a el compartir tantos juegos con mis hermanos complementaron e hicieron un poco más divertida esa difícil infancia.

Toda mi familia especialmente mi Madre se encargaba de mí, de llevarme tanto a mis tratamientos como a la escuela, de asearme y de todos los cuidados que necesitaba, por estar en esta silla de ruedas. Tenía muchas consideraciones y mimos, se dedicaba por completo a mí. Mi padre y mis dos hermanos siempre nos cuidaron también, pero como podrán imaginar ella y yo éramos muy unidos en mi infancia y debo reconocer que esa unión tan estrecha persiste hasta la fecha ya que aun vivo con mis padres, ella ha sido mi cómplice en muchas cosas, y yo indudablemente el de ella, se sinceramente que así será hasta el final de nuestras vidas. Hay muchas cosas que me han marcado pero a pesar de todo lo que he sufrido he disfrutado mucho en mi muy particular manera mi vida.

Las cosas marchaba mas o menos bien hasta que una noche repentinamente, fueron mis tíos a la casa, donde estábamos solos y nos llevaron a vivir tanto a mis hermanos como a mi, a la casa de mis abuelos maternos, esto fue durante un poco mas de cuatro años, en esos instantes ninguno de nosotros sabíamos que era lo que sucedía, pero según los abuelos mis padres tuvieron que ir a otro país a trabajar, lo que en algún tiempo después supe que fue mentira y conocí toda la realidad, lo que había sucedido auténticamente era que ambos había caído recluidos en una cárcel del país, no me quedo claro el motivo pero fue por algún problema que hubo de desfalco que los dos había cometido, por lo que de nuevo mi vida se modifico, otra vez drásticamente por no poder trasportarme a la escuela se convirtió una existencia llena de monotonía y de encierro, un poco triste diría yo, llena de mucha soledad porque en realidad mis abuelos aunque los dos nos daban todo su amor y todos los cuidados necesarios no podían trasportarme a muchos lugares como lo hacían mis padres antes.

La casa de mis abuelos era no muy grande de tamaño y en esta vivían mis propios abuelos, una nieta que venia siendo mi prima hermana y nosotros tres, por lo tanto vivíamos todos en esa casa pequeña, mis hermanos como mi prima por ese entonces se iban a la escuela, con lo que gran parte del día estaba solo en casa con los abuelos, todo el ambiente y especialmente mi condición física hizo que todo mi desarrollo físico y sobretodo el sexual fuera un poco extraño, porque realmente no me percate de cada uno de los cambios ocurridos en mi cuerpo, cada cambio en mi fue mucho mas lento que lo normal.

Yo sinceramente fui un chico tardío en cuanto a la intimidad y a las sensaciones que en mi cuerpo produciría los deseos, no fue sino que hasta que un día, después de algún tiempo que estuvimos en la casa de los abuelos, y todo fue totalmente fortuito, porque sin planearlo ni pensarlo pude ver a mi prima tan solo por unos breves segundos desnuda en la ducha, no recuerdo por que motivo la abuela abrió la puerta del baño cuando ella, mi prima se bañaba, y yo estaba justo enfrente con lo que pude ver tan solo por unos breves instantes el primer cuerpo de una mujer desnudo, completamente mojado, escurriendo su cabellera negra de agua que se deslizaba hacia su cuerpo de piel morena, mojado y tan sensual, Elizabeth alzo su rostro y sus ojos de clavaron en los míos mientras sonreía, no sabia que hacer y me quede sin moverme, como si me hubiera quedado congelado, pero sin desaprovechar ni un solo segundo en verla así, era delicioso el admirarla así por primera vez en mi vida, fue tal el impacto de poderla ver esos instantes fue lo que hizo iniciar verdaderamente el deseo en mi cuerpo como un sentimiento nuevo.

Mi prima Elizabeth era mayor que nosotros porque estudiaba por esa época su carrera de diseñadora de modas y yo aunque ya tenia aproximadamente dieciocho años todo mi comportamiento era el de un niño, talvez por la forma en que me trataban tanto mis abuelos como mis hermanos menores, entre juegos de niños, pero a partir de ahí cambio, sentí la necesidad y sobre todo el deseo de conocer el cuerpo de una mujer, recuerdo que en los días que siguieron intente acércame a ella, deseaba tocarla y a pesar de lo que sentía era al mismo tiempo inquietante y hermoso no sabia realmente que hacer, se que toda mi timidez junto con mi desconocimiento de cómo hacerlo evitó que las cosas no llegaran a ser mas que una fantasía, solo tenia sueños con mi prima que hacían que mi cuerpo se estremeciera por completo y especialmente mi pene se excitara como hombre con tan solo fantasear con ella.

Debo confesar que además de mi estado físico mi miembro, al igual que mi cuerpo no estaba bien desarrollado o como diríamos con normalidad con lo que verdaderamente me daba pena que alguien lo pudiera ver, sin duda temía que me fueran a hacer algún comentario desfavorable o hasta burlarse lo que incrementara mi timidez. Fue difícil pero por ese período solo llegaba a acariciarme y a masturbarme recreando la imagen de mi prima en mi mente, teniendo muchos pensamientos y fantasías tan solo por ella.

Así me pasaba algún tiempo, no se si ella se pudo dar cuenta en ese momento, aunque yo trataba de acercarme, sin saber que hacer nunca lo logre. Fue entonces, un día igual de improvisto como se habían ido regresaron mis padres de nuevo, llenándonos de alegría, especialmente para mi, me sentía muy feliz porque sabia que mi vida dejaría ese encierro que para nada me gustaba, algunos días después de su llegada fue cuando nos enteramos cual era el motivo de su larga ausencia.

De nuevo nos fuimos a vivir juntos todos, en la casa que originalmente vivamos tiempo atrás, realmente estábamos contentos ahora juntos otra vez, aunque ahora en mi había despertado este sentimiento, que se habían convertido en mi mayor satisfacción a mis dieciséis años, fueron las caricias y el excitar mi cuerpo, satisfaciendo en ese momento, mis deseos.

Gran parte del tiempo estaba completamente solo en casa por lo que mis caricias se habían hecho muy constantes y en muchas formas, a cualquier hora, en cualquier cantidad, en cualquier lugar, siempre buscando una buena razón para hacerlo, el poder ver en mi mente el cuerpo de mi prima, pero siempre haciéndolas a escondidas.

Todo fue cambiando, estas caricias se convirtieron en algo muy importante y mi curiosidad me llevo a buscar o tratar de poder admirar el cuerpo desnudo de las mujeres, fue por buscar y entrometerme en la cosas ajenas, las de mis Padres, que me llevaron a descubrir las fotos en revistas en donde se podían ver a mujeres desnudas que mi Papá guardaba celosamente en un cajón de su armario de su recamara, que encontré cuando estaba solo en la casa, fueron remplazando a la imagen de mi mente, mi interés y mi curiosidad se hicieron mucho mas intensas, porque deseaba ver a una mujer real y no solo en fotos, hasta que sin darme cuenta mi propia Madre se convirtió poco a poco y sin meditarlo en una poderosa obsesión como mujer

Fue en los momentos de cariño, que siempre ella me abrazaba, que decidí participar más intensamente. Todo comenzó de forma suave, por el temor de ser rechazado o bien regañado por ella, mis besos y caricias adicionales a las que normalmente se hacen Madre e hijo, fueron cambiando ahora yo buscaba mas frecuentemente y no tanto como antes que era ella la que las buscaba con amor de Madre.

Al principio, eran simples caricias con mis manos en sus espaldas, y poco a poco, sin que se percatara fui dejando que mis manos se movieran por todas las partes de su cuerpo a mi alcance, todo muy naturalmente, como un accidente y solo rozando llegue a sentir su culo.

No se trate de que no fuera tan obvio lo que sentía hacia ella y no darle importancia, considerando y haciéndolo que todo fuera normal, fruto de la efusión que poníamos en nuestros abrazos y cariños. Y en realidad todo era tan normal que lo hacíamos cuando nos apetecía, estuviera o no su padre delante, porque el también lo consideraba normal, ya que era lo que habíamos hecho siempre, pero no de la forma que yo buscaba ahora.

Sentía en mí ser como esa alegría que sentía cuando nos abrazábamos, había pasado a ser otra cosa. El cuerpo de mi propia Madre era lo mas atractivo y deseado para mi y intentaba dándole y expresándole todo mi enorme cariño que sentía por ella. Buscaba a cada momento la oportunidad de abrazarla y lo hacia continuamente y cada vez que se me presentaba la ocasión, Mi Madre no se si se percataba de mis deseos hacia ella pero simplemente sentía como se dejaba acariciar y participaba dándome besos como había echo siempre, pero esto también comenzó a cambiar para mi porque buscaba rozar sus sensuales labios con los míos en alguna ocasiones.

Yo lo seguía haciendo todo de la forma mas inocente y espontánea, que se pudiera expresar, con su tácito consentimiento y sin que se percatara nadie mas por lo que le hacia determinadas caricias delante de mi Padre o alguien mas y otras los mementos que estibamos a solas, que eran muy pocas fue tanto este deseo y obsesión por ella como mujer que inclusive de una o de otra forma en muchas ocasiones me di la pericia para poder espiarla lo que también hice con la muchacha que ayudaba en algunas ocasiones en las labores de la casa, me interés fue al limite hasta llegue inclusive a hacer diversos pequeños huecos en algunas de las puertas de la casa para poder admirarlas.

Auténticamente en que momento mi propia Madre se convirtió ahora, mas que cualquier otra mujer en el deseo y en mi fantasía erótica, me acariciaba y masturbaba siempre pensando en ella, inclusive en las noches llegue hasta la puerta de su habitación y podía escuchar las voces, los gemidos de pasión de mis padres en cada instante de erotismo, debo decir que siempre los de ella eran mucho mas fuerte, lo que me excitaba tremendamente, me hacia sentir ese cosquilleo de placer en todo mi cuerpo.

En esa época mi Mamá ya tenía entonces mas o menos treinta y seis años, era de constitución un poquito gruesa, y la recuerdo como antes de ausentarse ella era mas bien muy gordita, pero ahora que había regresado tenia mucho menos peso, pero había conservado sus muy anchas caderas, un culote muy redondo y bien grande, sus senos eran de igual forma grandes y muy apetecibles.

Aunque ya no estaba tan pesada de peso, ahora solo lo estaba solo un poquito en algunas zonas y su cuerpo lucia excelente. Mi Padre era una buena persona, de carácter fuerte pero al paso del tiempo empezó a beber mucho, nunca expuso los problemas que tenia que lo orillaron a beber tanto, pero a mi siempre me había dado la idea de que no la satisfacía por completo en la intimidad, porque siempre cuando los escuchaba, la oía a ella pedir siempre mas y mas, era insaciable, y talvez por la diferencia de edad que tenia, ya que mi Padre tenia por esa época casi los cincuenta años, no se sentía mi Madre completamente satisfecha con las relaciones sexuales, que por cierto eran por ese tiempo mas esporádicas además mi Madre le era infiel a mi Padre, con algunos hombres aunque no se si el jamás se dio cuenta, yo si me di cuenta.

Sucedió en una ocasión que regresaron de una fiesta, ellos salían constantemente a reuniones, cuando escuche el automóvil llegar me asome para la sala y observe que llegaban mis Padres y un hombre que era amigo de la familia desde hace mucho tiempo, observe como mi Madre la forma en que se besaban y acariciaban mientras se despedían, cuando mi Papá ya había entrado, por lo que no quedaba duda que mi Mamá estaba teniendo una aventura con ese tipo.

No se que sentía al respecto pero yo seguían buscando la oportunidad tanto de espiarla como escucharlos por las noches cuando hacían el amor. Esos gemidos tan estrepitosos de ella, nunca los oculto en ningún sentido, el espiarla y embelesarme con su cuerpo, son los principales motivos que me llevaron a tener un sin número de fantasía con mi propia Madre, era muy difícil de expresarlo pero se había convertido completamente en mi obsesión como mujer, deseba mucho poder estar junto a ella y tocarla como mi mujer, toda aquella idea me nublaba las neuronas y me hacia desearla mucho a tal grado que me hacia llegar al cielo con mis caricias pensando tan solo en ella, como mi mujer.

Mis deseos por ella eran tan grandes que inclusive ya tenía bien localizadas las horas en las que mi Mamá se bañaba y sin pensarlo siempre me las arreglaba para estar allí, frente a la puerta, todo me se facilitaba porque en esas horas en la casa solo estábamos los dos ya que mi padre y mis hermanos salían mucho mas temprano para el negocio o y para sus escuelas, además la chica que le ayudaba no llegaba a la casa como hasta el medio día, cada tercer día.

En cada segundo estaba pendiente, esperando el momento que terminaba de bañarse y corriera la cortina del baño para poder admirar por el pequeño hoyo que tenía hecho en la puerta de madera del baño y que podía disimular bien con un poco de cera cuando no lo estaba usando. Así esperaba pacientemente a que ella volviera a salir de la ducha para que comenzara a secar su excelente cuerpo y así admirarla completamente desnuda, de frente a mí, pasándose la toalla por todo su lindo cuerpo, rozándolo, acariciándolo. Esto me excitaba y calentaba de sobremanera, deseaba ser yo esa toalla y que fueran mis manos, mi boca que tocara su piel, en todas estas ocasiones me sacaba la verga allí mismo y me masturbaba delante de la puerta, hasta que dejaba salir toda mi leche contra el suelo o algunas veces reteniéndola en mi mano, al admirarla así, dejando volar cada uno mis deseos íntimos por ella, sin que mi Madres lo supiera.

Mi Madre se había convertido en esos años en una mujer tan sexy y con tan delicioso cuerpo que cualquier hombre la desearía indudablemente y era solo ella la mujer que deseaba yo tan intensamente. A pesar de lo intentaba, cada vez que la espiaba nunca le había podido admirar su vaginita, porque solo la había podido observar de pié, y cada parte de su cuerpo me embelesaba por completo, desnuda y al acariciar su piel con la toalla, con sus manos, imaginaba y quería que mis manos la tocaran así, la gozaba y admiraba detalle a detalle en su cuerpo claro que la observaba por completo, todo en su hermoso cuerpo me gustaba pero una de las parte que captaba mi completa atención era ese ancho triángulo de vellos negros que iba desde un poquito mas abajo del pliegue de sus estomago hasta los pliegues del encuentro de los muslos con la cadera, sus ingles y donde se escondía su excitante vaginita, ahí entre sus hermosas piernas, el vello era muy espeso y completamente negro, sus tetas eran también muy grandes aun muy firmes, con unos grandes pezones muy parados en el centro de una aureola de gran tamaño de piel mas obscura.

Cada momento me deleitaba con su cuerpo que se volvía intenso y aumentando más, cada vez mas el deseo de poderla tocar y estar con ella, a pesar de que fuera la mujer que me había dado el ser, no me importaba era la mujer que yo deseaba locamente. Cada día era más tremendo inclusive cuando estábamos a la mesa o en cualquier lugar de la casa, ahora no me interesaba que estuviéramos solos o no me la imaginaba completamente desnuda, y mis deseos volaban hacia su divino cuerpo. No sabía si ella se daba cuenta o no, pero era la mujer que motivaba a mi cuerpo y a mi mente en todo instante.

Eran tan solo pocas las veces que estábamos ella y yo solos porque cuando no estábamos todos estábamos los tres mi Padre, Madre y yo, Ya que como los dos estaban a cargo del negocio siempre coincidían sus tiempos de descanso junto a mi.

No paso mucho tiempo y un día a pesar de que siempre tenia mucho cuidado mientras espiaba a mi Madre y especialmente cuando se cambiaba la muchacha que ayudaba en casa, debo agregar que Laura, así se llamaba era muy delgada, y a pesar que no se igualaba para nada a el hermosos cuerpo de mi Madre su cuerpo parecía aun de niña, aunque no lo fuera, me atraía mucho por lo que siempre buscaba el ver su pequeño pubis con tan poquito bello en él que me dejaba admirar por completo su pequeña rayita, me hacia excitar bastante, mi Madre en ese medio día en cuestión, se fue muy temprano al negocio junto con mi Padre y mis hermanos, supuse que yo estaba solo y cuando observaba a Rosa de repente ella regreso a casa y me sorprendió cuando me estaba acariciando y masturbando mi pene, en frente a la puerta del baño.

Ya podrán imaginarse el todo lo que sucedió, me regañó muy fuertemente gritándome y recriminándome por lo que hacía, afortunadamente en eso momento mi Madre estaba muy apurada porque tan solo había regresado por unos documentos muy importantes y tenia que salir rápidamente, me dijo que hablaríamos mas tarde.

Yo estaba extremadamente nervioso y con mucho miedo, porque me daba pena por el hecho de que me había sorprendido espiando a la muchacha y al mismo tiempo acariciando mi pene, nos sabia que pensar y la idea que llego a mi fue el temor de que le dijera algo a mi Papá y fue en esos precisos instantes cuando tartamudeado le rogué que no lo hiciera.

  • Por favor Mamá, no le digas nada a Papá, si por favor.

Pero ella solo se limitó a responderme con un tono muy serio que hablaríamos al siguiente día, ya que tenía un compromiso muy importante, el día mañana teníamos que hablar, me lo dijo con estas palabras.

  • Quiero hablar conmigo... Muy seriamente.

Esas últimas que me dijo me hicieron sentir más temor y solo baje mi cara muy sonrojada. Paso el tiempo, me sentí tan apenado que casi en todo el día salí poco de mi habitación, sabiendo que iba a ser reprendido muy fuertemente por mis padres, además sabia que ese regaño indudablemente había sido escuchado por la muchacha y me afectaba el verla a ella, no podía ni verla a al cara por al pena que me causaba, paso la mañana, al llegar la tarde llegaron también mis hermanos, hicieron su tarea y yo seguía en mi cuarto viendo la televisión, al llegar la noche la muchacha nos dio de cenar a mis hermanos y a mi para disponernos a dormir, cuando ella me ayuda a acostarme, me pregunto.

  • Que fue lo que paso. ¡Porque tu Mamá te regaño?

Yo no supe ni le quise decir nada de lo que había pasado y solo le respondí.

  • No, se.

Ella sonrió y me dijo.

  • No te hagas tonto, me estabas espiando cuando me cambiaba de ropa. Verdad.

No le pude decir nada baje mi vista y luego ella añadió

  • A que niño tan travieso.

Agrego con una sonrisa.

  • Solo me lo hubieras dicho, que querías verme y no tendrías que espiarme.

Riéndose un poco mas fuerte y sin decirme nada mas salió de mi cuarto, para luego irse a su casa. Esa noche apenas dormí, pensé un poco en las palabras de Laura, pero mi nerviosismo era mas por el temor, no podía pegar los ojos pensando en que mi Madre se lo dijera a mi Papá y esperando el tremendo regaño de ambos, mas el de mi Padre ya que siempre había sido muy estricto, era extraño tan nervioso que estaba, al mismo tiempo estaba muy excitado y me acaricie y masturbe deliciosamente en mas de dos ocasiones, y en esta ocasión teniendo mis ojos cerrados, sintiendo realmente que mi verga estuviera dentro de mi madre, llegue a que mi cuerpo se exaltara tanto que gemía fuertemente al alcanzar mi plena excitación, lo disfrute como nunca antes, que sensaciones tan hermosas y eróticas sentía en esa noche en particular el nerviosismo y la excitación me hizo llegar a sacar leche en grandes cantidades, de mi pene, realmente como nunca antes, hasta que ya era muy tarde y me percate que mis padres llegaron a la casa, no hice un solo ruido y fingí dormir, como todas las noches mi Madre entro a mi recamara para percatarse de que estuviera bien.

Llego la mañana, me desperté temprano, pero me quede en la cama, nervioso y esperando a que mi Papá saliera de la casa junto con mis hermanos, o a que mis Padres entraran a mi recamara para darme un regaño muy fuerte, pasaron algunas horas y cuando escuche el coche de mi Padre que salía de la cochera. Fue cuando decidí salir de mi habitación escuchando ruidos en la cocina para donde me dirigí.

Ahí estaba mi Madre, estaba realmente muy nervioso aunque ella se veía muy tranquila, la salude dándole un beso en la mejilla a lo que ella devolvió ese saludo un poco seria, sin la sonrisa que siempre me daba en las mañanas, diciéndome que sentara después de devolverme el saludo. Estaba tan nervios que como pude le comente.

  • Mejor podríamos hablar de lo que paso ayer, porque anoche no pude dormir pensando y teniendo miedo de que se lo dirías todo a Papá.

  • No, eso lo vamos a arreglar entre tú y yo, toma tu desayuno y después platicamos.

Me fui hacia el comedor y ella me trajo un vaso de leche junto con una porción de frutas. Realmente no tenia nada de hambre pero empecé a tomar mi leche, sin dirigirme una sola palabra mas, fue entonces que mi Madre salió del comedor y solo la seguí con mi vista de re ojo hasta su habitación, la podía ver como llevaba un camisón blanco muy transparente que delineaba perfectamente su hermosa figura de mujer. Estaba completamente intranquilo por todo, nunca me dejaba desayunar solo y además con la angustia de no saber que es lo que podía suceder. Pasaron tan solo unos pocos minutos que se me hicieron eternos en los que solo tome un poco de la leche, cuando escuche la voz de mi Madre desde su recamara gritándome.

  • Pedro ven acá por favor.

Sentí en ese momento que me tragaba la tierra y de inmediato sin perder mas tiempo me dirigí hasta su recamara, estaba la puerta serrada, toque e indicándome que entrara pase a su interior. Aun estaba con las cortinas cerradas y con las luces de las lámparas del tocador encendidas. Ahí estaba mi Madre sentada en el filo de la cama con ese pequeño camisón dejando ver sus hermosas y muy bien formadas piernas, realmente eran enormes se veían de una de piel tan suave y tersa, me gustaban mucho, bueno toda ella me encantaba como mujer.

Sin esperara mas tiempo cuando me acerque hasta donde estaba, ella me sorprendió y empezó a llenarme de preguntas una cosa tras otra: De que porque hacía aquello, el porque espiaba a la muchacha de servicio, que si a ella también la había mirado desnuda, que, que era sentía cuado la miraba, que si no había visto antes el cuerpo de alguna mujer, que si siempre me acariciaba cuando las espiaba, que si lo hacía con mucha frecuencia.

Al escuchar tantas y todas estas preguntas, me puse más nervioso, se que los colores en mi subieron y bajaban por la pena, me dejo completamente mudo con un nudo en la garganta con el cúmulo de preguntas y no supe que responder en el momento, a pesar de las palabras no salían de mi boca sabia que tenia que contestarle algo y decidí abrirme con ella y dispuse contestarle toda la verdad, mientras iba sucediendo esta platica recuerdo como su cara iba cambiando de una total severidad o regaño a una mirada mas de comprensión.

Con cada una de sus preguntas mis respuestas solo se hicieron en monosílabas, solo un si o un no, suaves e inclusive en casi todas mis respuesta se acompasaban de un tartamudeo era mas que evidente al responderle.

  • Así que eres tímido.

Dijo mi Madre me hablaba con toda naturalidad y con mucha seguridad

-¿Me has visto desnuda a mi?

Tartamudeando mucho mas, bajando mi mirada al suelo solo atine a responderle un suave y bajito.

  • Si.

  • ¿Y te has acariciado cuando me observas?

No podía mas sentí como mi corazón latía tan fuerte que parecía como si se me saliera por la boca, pero como pude le dije.

  • Si.... Algunas veces.

Solo la veía de reojo y cuando escucho esto mi Madre se le lleno el rostro con una sonrisa, muy diferente a lo normal, como si a ella le gustara en realidad mucho lo que había escuchado con lo que continuo.

  • ¿Y dime sinceramente te gustó lo que viste?

  • Si, mucho

Luego de una pequeña pausa y tartamudeando mas y alentado con esa linda sonrisa en el rostro bello de mi Mamá le dije.

  • Perdóname Mamá, pero nunca había visitó a une mujer desnuda y solo te vi muy poco.

  • ¿Y que esperabas ver?

Mi recuesta salió sin pensarla, pero era lo que sentía auténticamente.

  • No se, talvez quería verte mas de cerca.

Ella se asombró por completo con lo que le dije, me percate por su expresión y sonriendo me dijo.

  • Tú sabes que eres mi niño consentido pero dime. ¿La verdad?

Respondí, no se talvez con poquito más confianza.

  • Si.

Ella se quedo pensando por algunos segundos y me dijo.

  • ¿Será que si me puedes ver mas cerca te podrías tranquilizar un poco esa traviesa curiosidad o crees que te pondrías peor?

Yo no entendía bien lo que me decía ni a donde quería llegar mi Mamá y ya que mi vista estaba hacia abajo noté que sus piernas se abrieron cuando me lo decía y me dejaron ver por su interior de sus piernas que en ese momento no llevaban puesto absolutamente nada, con lo que admiraba sus enormes muslos, hasta llegar a ese lindo y excitante lugar, su parte mas intima, así que pude admirar con toda claridad y tan de cerca, sus vellos tan negros y ensortijados que salían de su cadera.

Instintivamente y sin dudarlo mi mirada se clavó en aquel excitante lugar y al mismo tiempo sentí como cada parte de mi cuerpo y muy especialmente en mi verga comenzó ese cosquilleo de placer. Como estaba con mi pijama y no llevaba mi bóxer en esos instantes, mi pene se empezó a notarse sobre mi pantalón, traté de esconder el bulto, pero evidentemente mi Mamá se había dado cuenta de todo.

  • ¿Te gusta mirar o no?

Esas palabras hicieron que me pusiera aun más nervioso y con más pena.

  • Si Mamá, que pena, mejor me voy al cuarto.

No sabia que hacer y fue cuando me di la vuelta, para salir de la habitación pero ella sin esperar mas me dijo.

  • No, no te vayas, si quieres mirar, pues anda mira muy bien.

De nuevo regrese la silla de ruedas al lugar frente a ella. Acto seguido abrió aun más las piernas, mostrándose por completo en toda su excitante intimidad, fue cuando todo mi cuerpo instintivamente se excito mucho más y mi pene se acabó de parar y se salió por la bragueta del interior como un resorte. Yo ahora intente esconderlo nerviosamente con mis manos, pero mi Mamá me la detuvo, me tomo con su mano la mía y me dijo.

  • Déjalo no ves que el pobrecito, se sentía mal de estar ahí tan apretadito.

Se acercó al borde de mi silla y con una mano tomó mi verga. Yo no podía creer todo aquello que sucedía pero me gustaba mucho el sentir su mano tibia y me deje llevar por ella.

  • Ven acércate mas mi niño chiquito, que tu Mamá te enseñará lo que querías ver y lo que no también, así nadie podrán engañarte nadie nunca.

Me acerque mas, ella se inclino frente a mí hasta mi cadera y comenzó a oler mi verga que estaba ya completamente erecta y excitada.

  • Huummm… Esta cosita huele muy rico, ¿Te acariciaste anoche, verdad? Pues huele a tu lechita rica seca, supongo que no estarías tan asustado.

  • Si. Lo hice.

Respondí muy tímidamente y con nervios, pero con esa hermosa sensación de su suave respiración caliente de mi Madre en mi piel.

  • ¿Cuántas veces lo hiciste. He mi niño travieso?

El tono de la voz de mi Madre era muy suave y complaciente, algo muy especial con lo que me dio más confianza.

  • Dos, creo.

  • ¿Qué rico, y en quien pensabas?

Le respondí sintiendo que en mi cuerpo corría mi sangre muy rápido y tan caliente por toda la exaltación y al mismo tiempo por tanta pena.

  • En ti.

  • ¿De veras?

Ya no pude ni pensar, ni hablar mas porque en esos instantes se metió mi verga en su boca y comenzó a chupármela con muchos deseos. Sentía muy rico como sus labios me besaban y chupaban, después con una de sus manos bajo la piel de mi pene por completo dejándola descubierto y empezó a lamérmelo como si fuera un caramelo con la punta de su lengua, sin prisas, mimando con su lengua cada milímetro de la cabecita de mi verga erecta.

Cada caricia de su lengua me excitaba mucho mas, me lamía sin ninguna prisa por el tallo, la base, por todos mis testículos y volvía de nuevo a empezar con la puntita. Era tan erótico el verla y lo todo lo que me estaba haciendo sentir, eran instantes hermosos que me volvía loco de placer.

Con cada lamida de su lengua mi placer iba incrementándose como nunca y fue cuando metió mi pene una vez mas en su linda boca, al principio sólo hasta la mitad ya que sentí como mi punta rozaba muy dentro de su boca, poco a poco, con movimientos de su cabeza y sus manos empezó a devorármelo por completo, aunque realmente no era muy grande, en esos segundo creció como nunca, no sabia realmente como era posible y como era que todo mi pene hasta el nacer de mis testículos se encontrara dentro de su hermosa boca.

Era una sensación sublime y completamente erótica, todo mi cuerpo se estremecía muy profundamente, aunque a veces sentía un poquito de dolor, de tan fuerte que me chupaba pero todo eso me estaba haciendo sentir mas delicioso. Lamía desde mi glande, hasta bajar poco a poco la lengua por toda la longitud, engullía muy rico cada uno de mis testículos, primero uno y luego el otro, subía poco a poco con su lengua por mi tallo hasta llegar a la puntita, introducía poco a poco mas en su garganta hasta no dejar ni un solo milímetro fuera, la dejaba allí dentro un par de segundos para que se me empapara toda de su saliva húmeda y caliente, la sacaba poco a poco y volvía a empezar de nuevo.

Me chupaba y succionaba cada vez mas fuerte y rápido con lo que iba sintiendo tan delicioso con lo que sentía además cómo mis venas se hinchaban cada vez más, mi pulso se aceleró junto con mi corazón, sentía como toda mi verga estaba tan caliente y tan parada como nunca lo había estado, pude sentir de igual intensidad toda esa pasión y deleite de mi cuerpo con lo que experimente un espasmo delicioso que recorrió todo mi cuerpo hasta que de repente a una enorme velocidad potentísimos chorros de leche tibia salieron de mi pene e inundaron toda su garganta, fue tan delicioso y tal parecía que el sabor de mi semen le encantaba a mi Madre porque lo saboreaba como el mas delicioso de los manjares y no dejaba escapar ni una gota de su boca que lamía con su lengua.

Nunca lo había sentido de esa forma tan explosiva y tan intensa. Mi Madre me hizo una mamada tan espectacular, era la primera vez en mi vida que me chupaban la verga, lo que me hizo sentir el placer más profundo de toda mi vida. Tenía cada uno de mis sentidos extasiados, de tanto placer que mi cuerpo había experimentado. Cuando mi Mamá dijo.

  • Ven ahora acuéstate aquí conmigo. Mi chiquito.

Apenas podía creer todo aquello, esta un poco atontado, de manera que ella tuvo que repetirme, con una sonrisa y con sus labios aun llenos de mí leche.

  • Vamos, ¿Es que no quieres un poquito más?

  • Si, si quiero pero me siento confundido.

Era tan delicioso y extraño lo que mi cuerpo y mente sentían.

  • ¿Confundido por qué? ¿Es que acaso no soy tu Mamita Linda?

  • ¿Es que las madres no enseñan todos a sus hijos? O será que... ¿Acaso ya tu sabes?

  • No Mamá perdona, no es eso, me hiciste sentir delicioso y es que yo no sabía que las Madres también enseñaban de estas cosas tan ricas a sus hijos.

  • Tú siempre serás mi niño consentido y bueno, a decir verdad no es lo más común, pero no creo que sea yo la primera ni la última que lo haga. Pero todo esto siempre va a ser nuestro secreto.

A pesar de las palabras de mi Mamá y de lo que deseaba mucho no se que pasaba por mi cabeza, quería hacerlo y al mismo tiempo no, hasta que Mamá se paro y me ayudo a pasarme para su enorme cama, luego de ella cerró la puerta con seguro. Cuando mi Mamá cerro se quitó la bata que traía con lo que quedo ante mi vista completamente desnuda.

Toda esto lo hizo cuando estaba de espaldas a mi, por lo que pude admirar su completa desnudes donde su espalda estrecha, sus amplias caderas, sus enormes y redondas nalgas, mi hermosa visión no estaba ahora limitada por ese pequeño agujerito de la puerta estaba ahí frente a mi, eran un sueño maravilloso. Yo la admiraba, se que con mucho asombro porque estaba extasiado sensaciones aun por esa rica mamada cuando la escuché decirme.

  • ¿Te gusta lo que ves?

Y al reaccionar completamente ya la tenía de frente a mí. El espectáculo era no solo bello y sino cargado de erotismo extremo, no era la primera vez que lo disfrutaba desnuda pero jamás como en ese día, a solo unos centímetros de mi lado. Era auténticamente una mujer muy hermosa, con un cuerpo maravilloso, sensual y erótico.

Era una mujer muy bella, su piel morena clara tan suave, su cabellera larga y lacia de color negro, sus dos enormes pechos, que terminaba en esos dos bellos y tan parados pezones, su pequeña cintura y su cadera enorme y tan hermosa, realmente era una mujer tan sensual y tan bonita, auténticamente una diosa de mujer.

  • ¿Ves aquí que soy toda para ti?

Dijo mientras rozaba el contorno de su espléndida figura.

  • ¿Yo te gusto?

Y agrego con una voz muy suave y tierna.

  • ¿Qué quieres hacer cositas o aún no te atreves?

Estaba anonadado con todo y solo le dije

  • No se.

  • Mi niño lindo tu Mamita te enseñara todo ven.

Era tan bella y su deliciosa conchita tan excitante de mi Madre era un triángulo grande de vellos profundamente negros, muy tupidos y ensortijados que sobresalían de la blancura de su cadera, eran muchos por lo que se delineaba bien aquel triángulo tan atrayente.

Ella se acostó en la cama, subió sus bien torneadas piernas y las flexionó, por primera vez en mi vida pude admirar su linda intimidad en toda si amplitud, no solo vi sino al estar en esa posición mi Madre si esperara mas tomo mi cabeza y la inclino hacia su cuerpo con lo que pude oler por primera vez también en mi vida ese particular e hipnotizador olor que de ella emanaba se podía percibir perfectamente en todo mi alrededor.

Estando así tan cerca de su panochita, que en realidad era muy grande y amplia, que ya despojado de cualquier pena pero aun excitado por lo que había sucedido, solo le dije.

  • Que rico hueles Mamá, ese es el mismo olor que yo me imaginaba

  • ¿De veras?

Me dijo acariciando mi cabeza.

  • Pues entonces quítate toda tu ropa y acércate mas, pon tu cabeza entre mis piernas y llénate por completo de él.

Así lo hice, muy rápidamente me quite toda la ropa, sin dejar de ver su deliciosa Y palpitante concha. Cada instante me sentí mucho más desinhibido y todos los deseos e instintos crecían muy fuertes en mi ser, después de llenar mis pulmones con aquel olor agridulce, mezclado de los fluidos de su excitación y todo lo demás.

Admiré con mucha lujuria y detenidamente aquella hermosa vagina, sus labios eran grandes, muy grandes, rozados, húmedos, eran tan atrayentes que metí mi cabeza entre sus dos enormes muslos y nos se talvez siguiendo un instinto salvaje comencé a besarlos, chuparlos y a oler aquélla conchita por donde sin duda yo había salido al mundo cuando bebé. Mi Mamá ya estaba muy excitada porque en cada vez que mis labios la tocaban se retorcía y se quejaba en un principio muy quedo, y luego poco a poco fue subiendo el tono a la vez que el ritmo en que sus lindas caderas se movían en un delicioso vaivén hacia mi rostro, que aumentaba mas con lo que comenzó a decirme

  • No pares, lo haces muy bien, así mi niño chiquito. Chupame así rico, más rico.

Me deleitaba con cada pedacito de su sabrosa conchita y la lamía y chupaba con gran deseo, como el mas delicioso de los dulces, como si fuera una paleta, ese sabor tan particular, junto con todo lo que ella sentía en su cuerpo y lo expresaba con su excitación hicieron que yo de nuevo sintiera esas deliciosas cosquillas por toda mi piel.

  • Mas arriba, busca un botón rico, así, ahhhhh, ahí mismo, duro, por favor no pares, sube mi niño chiquito, sube con tu boquita, en mi chochito, chuuuuuu pa me... mi ... cho . chi.. to. Así rico …Así.

Entonces tomo mi cabeza por la nuca con sus dos manos y comenzó a frotar su concha húmeda tan excitada contra mi boca primero y luego contra toda mi cara,

  • Así más fuerte que rico. Hummmm.

Lo fui haciendo sin dejar ningún segundo de chuparla y ella frotando mi rostro con sus labios vaginales y meneando mas fuerte sus caderas, hasta que de repente ella lanzo un gemido muy fuerte, casi un grito y sentí como si me hubieran tirado un vaso de agua tibia a la cara, eran su miel saliendo intensamente de dentro de su hermoso cuerpo de mujer.

  • Asiiiiiiiii, así, que rico, lo haces, así,

  • ¿Te gusta?.

  • Asíiiiiii, me estoy corriendo mi niño chiquito, me haces correr, tan rico, asiiiiiiiiiiiiiiii. Sigue ... sigue, no pares..... No pares por favor.

Pude sentir en esos instantes como ella se estremeció por completo, apretó mi cabeza contra su vagina tan fuerte que sentí que casi me ahogaba pero no deje de besarla, luego de sentir dos o tres estremecimientos mucho mas fuertes en su exuberante y hermoso cuerpo, sentí como toda mi boca se inundaba de un liquido tan caliente y delicioso que se desbordaba de dentro de su cuerpo, hasta que inesperadamente se relajó después de toda esa pasión, soltó mi cabeza y quedó totalmente extenuada sobre la cama con sus piernas tan abiertas. Luego de unos minutos Con su voz suave y de una forma especialmente relajada, me preguntó.

  • ¿Te gustó?

  • Si claro, me gustó mucho, ¿Te gustó a ti?

Me respondió.

  • Si, muchísimo.

  • Ven acuéstate aquí a mi lado.

Subí mi cuerpo por el suyo y me recosté sobre sus dos exuberantes pechos, besándolos con ternura y muy suavemente, así permanecimos por un rato hasta que ella se recuperó casi por completo, al probar la dulzura de su cuerpo excitado junto con la tibieza y la suavidad de sus dos redondos pechos contrastando con la dureza de sus dos redondos y erguidos pezones que bese por completo, todo ahí tan pegado a mi rostro mi pene estaba de nuevo ya muy excitado, cada uno de esos instantes de pasión de mi Madre en las que llego al clímax en mi boca y aquel sabor tan especial aun en estaba en mi paladar hacían que mi verga estuviera que echaba otra vez chispas. Se que el cuerpo de mi Mamá lo sentía como estaba de duro porque la tenia muy pegada a este, de repente se incorporó, se arrodilló inclinándose sobre la cama, y levantó muy bien su redondo y enorme culo, me dijo.

  • ¿Te gusta?

  • Si, claro.

  • Y te gusta como huele.

Fue entonces que acerque mi rostro allí y lo aspiré profundamente.

  • Pues si te gusta hazlo tuyo

La vista era impresionante, aquellas nalgas tan redondas con ese pequeño orificio de color como marrón que se contraía y latía como si tuviera vida propia, los labios de su apasionante vaginita le colgaban, con su color mas obscura que su piel, era tan erótica, impresionante y magnífica vista, fue cuando me dijo.

  • Vamos métemela, hazme tuya.

No se era tan ingenuo en esos instantes, porque auténticamente desconocía el cuerpo de las mujeres y efectivamente no sabía todas esas cosas, le pregunte.

  • ¿Por donde?

  • Por el culo, tengo muchas ganas de que me hagas así.

  • Métela ya en el culo de una vez, muy fuete y rico.

Y así lo hice, como pude me arrodille un poco y me coloque enzima de su cuerpo, porque por la parálisis mis piernas no tenia la fuerza para hacer otra cosa, ella se inclino un poco mas con lo que pude poner ahora mi verga que estaba ya tan erecta otra vez, apoyado en aquel culazo y de un empujón de mi cadera se fue toda para adentro, y sin que escuchara un solo quejido de mi Madre, era hermoso como logre sentir como su hoyito apretaba a mi pene.

  • Ahora muévete, así, sácalo todo y vuélvelo a meter rico

  • Así, me vuelves loca, rómpeme el culo como si fuera tu Putita, Así.

Me parecía imposible estar viviendo aquello y escuchar a mi Mamá decir aquellas cosas, aunque la había escuchando gemir y gritar pidiendo mas cuando estaba con mi Padre, nunca la había escuchado decir palabras tan fuertes, que hicieron que mi mente y mi cuerpo se excitara aun mas, sin parar ni un solo instante y en cada movimiento de mi cuerpo se iban incrementando la fuerza, tanto la mía como la de ella empujándose hacia mi con mas fuerza, mas fuerte y mas fuerte cada vez sin que pasara realmente mucho tiempo hasta que estaba apunto de darle toda mi lechita. Admiraba que cuando sacaba la verga de su lindo culo me dejaba ver como este se quedaba tan dilatado dejando observar en su interior y que cuando entraba se contraía tan deliciosamente, mi verga estaba llena de sus fluidos y los míos, de la cual un hilillo de líquido corría desde el excitante culo de mi Madre hasta su vagina. Aquella imagen me calentó mucho y mientras la escuchaba jadear casi chillar y gritar fuertemente de placer a mi Mamá, no tarde mucho y después de esos movimientos que se hicieron tan fuertes, al igual que los gritos de mi Madre hasta que me vine salvajemente, con mucha intensidad.

  • Dame toda tu lechita mi niño chiquito, así rico, caliente, vacíate dentro de tu Mamita Putita, lléname de toda tu lechita, así, tan rico que se siente.

Sus palabras se cortaban entre gemidos y gritos de placer, ciertamente eran gritos porque mi Mamá cuando estaba en la intimidad y llegaba al clímax no le importaba ni incomodaba nada y gritaba a toda voz. Sentía también como el hoyito de su culo se apretaba al rededor de mi verga tan riquísimo.

  • Dios, que delicia, Dios perdóname, pero es mi hijo y mi deber es enseñarlo, así, dame duro, mas leche, mas aún, que me llene toda. Asííííí.

Después de tanto placer y pasión esa fue la corrida mas larga, abundante y placentera de en mi corta vida sexual.

Cuando el tamaño de mi verga disminuyó y se salió de aquel apasionante culo que tanto placer me había acabado de dar, se contrajo primero y luego lo dilató desmesuradamente y desde su interior salió un hilo de mi leche acompañado un poco de popo, sin esperar mas ella se levantó precipitadamente salio del cuarto para el baño. Me quede quieto, estaba muy extrañado y al mismo tiempo muy excitado por todo lo que había disfrutado. Cuando ella regreso me preguntó

  • ¿Te gustó?

  • Muchísimo.

Le respondí con mi voz muy fatigada.

  • Me da mucho gusto que te gustara tanto como a mí.

  • Creo que por hoy es suficiente, recuerda que te estoy enseñando como tu Madre y que nadie debe saberlo en ningún momento.

  • No Mamá nadie lo sabrá.

  • Si eres buen niño abra muchas veces más. Claro si tú lo quieres.

De inmediato y ansiosamente le respondí.

  • ¿Y cuando será la próxima?

  • Eso no tiene fecha, así no es como se enseña, deja que la inspiración y los deseos lleguen, veras que será muy pronto.

  • Si me encantaría.

  • Esta bien, como has sido un alumno muy lindo e hiciste disfrutar mucho a tu Mamita te permitiré que sigas mirándome por los hoyos que tienes en las puertas y me gustaría saber que te haces acaricias pensando solo en mi.

  • Prométeme que no espiaras mas a Laura. Sino ya no podré estar otra vez contigo.

Sin tardar nada le respondí que

  • Si

No se que paso pero con la platica estaba de nuevo excitado. Ella me miro y me dijo

  • Hummm ablando de acariciarte ¿Por qué no vas y lo haces ahora pues mira como tienes esa cosita tan rica aún?

  • Si es que estoy muy excitado ¿Tú no me la acariciarías?

  • Eres tan cachondo y apasionado como lo es tu Mamá, o creo que mas.

Y sonriendo agrego.

  • Bueno, pero no más

Se incorporó, tomo mi verga entre sus manos, comenzó a tocarla y acariciarla, la olía, le pasaba la lengua lamiéndola así como estaba llena de todo, la movía con sus manos y con su lengua, me chupaba, apretaba con sus labios tan delicioso mi pene, eran sensaciones tan maravillosas y así se fue acercando de nuevo en mi cuerpo ese estremecimiento de placer que junto a mi respiración ya agitada eran tan fuertes, fue tan rápido que solo le dije.

  • Ya Mamá, ya viene, muévela más, así, que rico, ya viene Mamita Linda.

  • Échala en mi cara, en mi boca mi niño chiquito, así

Yo sentí venir aquel nuevo torrente de leche desde lo más dentro de mis huevos, fue tan fuerte de nuevo el chorro que fue a dar de lleno en la cara de Mamá, era tanto que se fue escurriendo hasta sus enormes y fabulosas tetas. Era completamente increíble, me había vaciado por tercera vez, era hermoso y tan satisfactorio, todo gracias a mi Madre. Cuando acabé, me dijo

  • Bueno ahora si basta por hoy, recuerda, ni una palabra de esto a nadie, y si tu lo quieres tienes todo mi permiso para mirarme pero solo a mi y masturbarte rico.

  • Dale un beso a su Mamá, que se tiene que arreglar porque tengo que salir.

Le di un beso largo en la boca muy apasionado donde mi lengua acariciaba la suya deliciosamente donde nuestros sabores se mezclaron muy rico, salí de su recamara hacia el baño, para bañarme, no se cuanto tiempo me tarde pero al sentir el agua recorriendo mi cuerpo me hizo relajarme mucho y cuando termine, salí pero mi Madre ya no estaba en casa, solo quedaba esa divina sanción en mi, era tan hermoso todo lo que e había hecho sentir, que todo mi cuerpo durante esa tarde y noche conservo cada sensación tan erótica. En mi mente quedo grabado también esa pasión inaudita de mi propia Madre, sus suspiros, sus gemidos, el calor de su piel, el sabor de su cuerpo y todas las sensaciones tan ricas.

La tarde la pase encerrado en mi cuarto admirando las revista de mujeres desnudas y recordando cada instante y en cuanto se hizo de noche y llegaron mis padres, salí de inmediato a recibirlos con un beso a mi Mamá, me pregunto.

  • Dime mi niño como estuvo este día para ti.

  • Muy bien mamita, de hecho ha sido el mejor día en mi vida.

Los dos sonreímos con una sonrisa de cómplices, por aquellas hermosas travesuritas que habíamos compartido juntos. Así fue que había iniciado mi vida sexual y todo gracias a mi Mamá, a partir de ese día tan especial.

Les iré contando, conforme escriba las cosas que me sucedieron en la intimidad hasta ahora. Espero Que me puedan envías sus comentarios a mi correo, por favor no me agrien a su Messenger solo que sean hayan tenido alguna experiencia similar y quieras compartirla. secretosintimosmx@hotmail.com