Mi historia
Mi padre y mi hermano me enseñaron lo que era el sexo.
Mi historia se remonta muchos años atrás, 37 años. Yo tenía 15 años y vivía en una casa aislada de Galicia. Compartía casa con mi padre, que andaría por los 40, mi abuelo de 60 y tantos, mi tío del que no se su edad y, esporádicamente, mi hermano (de 19 años), ya que estaba interno en un colegio de La Coruña y sólo venía en vacaciones y algún fin de semana. Yo había ido al colegio hasta los 9 años, pero, al morir mi madre, vino mi tío, que era sacerdote, a vivir con nosotros y el me daba las clases en casa y deje el colegio para siempre. Es por eso, que prácticamente no tuve contacto con chicos de mi edad, ya que sólo íbamos a la aldea para los tratos comerciales de mi padre y para comprar la ropa no más de cuatro veces al año. Las casa más cercanas estaban a varios kilómetros y además no había niños en las mas próximas. Tal era mi ignorancia sobre el sexo que nunca me había masturbado. Mi tío además me decía con frecuencia que tocarse los órganos genitales era un grandísimo pecado y tal era mi miedo que hasta para mear procuraba hacerlo sin casi tocarme. Había tenido algunas poluciones nocturnas que me tenían aterrorizado, pues pensaba que lo que salía era algo parecido al pus y no me atrevía a preguntar a nadie si aquello era normal.
Pero un día sucedió algo inesperado. Mi abuelo se ocupaba de la cocina y la casa y mi padre del campo y del ganado. Teníamos una especie de ducha muy rustica en el corral y mi padre con frecuencia se lavaba allí antes de comer. En una ocasión, mi abuelo, extrañado por la tardanza de mi padre, me pidió que le fuera a buscar para comer. Yo me acerque al corral y antes de llamar, oí unos gemidos extraños que no sabia interpretar. Me asome por una ventanuca pequeña y vi a mi padre completamente desnudo (era la primera vez que le veía así) y empalmado haciéndose una paja (aunque yo no sabia que era aquello). Me quede paralizado, viendo como bajaba y subía la mano con furor, hasta que se corrió y me di cuenta de que lo que le salía era muy parecido a lo de mis poluciones. Minetras se lavaba, se secaba y se bestia yo no podia quitar mis ojos de su polla, no muy larga, pero tres veces mas gorda que la mía; me di cuenta de que yo tambien estaba empalmado y marche corriendo de alli.
Me quede muy preocupado y, aunque reventaba de ganas, no me atrevía a hacerme yo lo mismo que le había visto hacer a el, preocupado, por culpa de mi tío, por la salvación de mi alma.
Un tiempo después vino mi hermano a pasar unos días, compartíamos habitación y no pude resistirme a preguntarle. Le dije:
-dice el tío que tocarse las partes es pecado.
Me miro y me dijo: "yo que se. Eso dicen los curas".
-Pero yo vi a padre haciendolo.
- "¿Cómo?", me miro extrañado.
-si, le vi manoseandosela sin parar hasta que meó pus.
-Pero que estás diciendo? Entonces empezo a reirse y me dijo: "eso no es pus. No me digas que nunca te has hecho una paja".
- ¿Qué es eso?
-lo que viste hacer a padre, aunque no me imaginaba yo que el viejop hiciera esas cosas "
-¿pero no es pecado?
- no, si te confiesas después. No me digas que nunca has tenido ganas.
-algunas veces. ¿Tu te lo haces?
-Claro, en mi colegio todos lo hacemos. Mira ahora se me esta poniendo dura: mira, mira." Y me enseño su polla tiesa como un mastil. Al verle a mi también se me puso dura.
- enseñame la tuya
-"no quiero". Entonces se levanto y a la fuerza me quito las sabanas y me bajo los calzoncillos. Se rio y me dijo: "que pequeña la tienes. Venga hazte una paja y veras que bueno. Yo, que estaba super caliente, empece a darme manotazos con las manos en la polla. Mi hermano se rio y me dijo: asi no, bestia. Yo te enseñare y entonces cogio mi mano, la puso encima de su polla y empezo a mover mi mano arriba y abajo, cogiendola con la suya. Me dijo: no aprietes tanto. Deja la mano relajada que yo te dirijo y asi siguió hasta que se corrio en mi puño. Yo estaba que reventaba al sentir la piel de su polla caliente y la dureza enorme. Entonces me dijo: venga ahora tu. Y entonces empece a pajearme, pero estaba tan cachondo que solo con pasarme la mano una vez ya me corri. Mi hermano se partia de risa. Yo me limpie y me acoste desconcertado cara a la pared.
Al dia siguiente, por la noche, mi hermano me propuso que hicieramos una competicione de pajas a ver quien lanzaba mas alto la corrida, que lo hacian en el Colegio todos los dias. Yo le dije que no porque se reia de mi. Entonces el se levanto. Se bajo el pijama y empezo a pajearse en medio de la habitación apuntando a mi cara. Yo me di la vuelta, pero entonces de repente se abrio la puerta y entro mi padre: mi hermano se quedo parado con los pantalones bajados y la polla en la mano. Mi padre dijo en voz muy baja:
-¿Pero que haceis?. Si os ve vuestro tio os mandara al infierno de cabeza.
- Mi hermano le respondio: "Entonces ¿porque lo haces tu?. Xosé te ha visto. Ademas el tio no es cura ya. Me han dicho en La Coruña que lo echaron por follar con las casadas del pueblo."
Mi padre me miró. Yo estaba acojonado sin decir nada. Mi padre se marcho y mi hermano se metio en la cama sin hablar. Al dia siguiente mi hermano se marcho de nuevo al colegio. Esa misma noche, me desperto un ruido en mi habitación. Abri los ojos despacio y vi a mi padre delante de mi cama: se estaba quitando la ropa. Yo me hice el dormido, con los ojos entreabiertos: entonces se metio en mi cama desnudo muy despacio. Yo seguia haciendome el dormido mientras notaba como me cogia mi polla y la estrujaba entre sus manos. Mi polla se puso dura como una piedra; entonces me cogio la mano y la llevo hasta su polla. Yo ya sabia lo que habia que hacer y le masturbe hasta que se corrio. Entonces me hizo una paja el a mi y disfrute como un loco: Me tuvo que tapar la boca para que no se oyeran mis gemidos. Al terminar se levanto y se marcho sin decir nada.
Pero la noche siguiente repitio la visita. Esta vez empeujo mi cabeza hasta que su polla quedo a la altura de mi boca. Intentaba metermela pero ya la rechazaba porque me parecia un poco asqueroso. Entonces se agacho el y me la comio a mi. Chupaba frenéticamente: yo senti un extasis total y desacrgue en su boca cantidades enormes de semen. Entonces se levanto y paso por mis labios su lengua llena de mi leche y me dijo: "ahora tu a mi". Entonces me abrio la boca y me metio su gordisimo nabo. Yo sentia que me ahogaba y queria sacarlo, pero no me dejaba. Me empezaron a dar arcadas y entonces lo saco. Yo devolvi un poco de baba y me lo volvio a meter pero esta vez mas suavemente. Yo seguia sintiendo ahogo y el entonces se corrio. Senti su semen por la garganta y escupi sobre su polla y su vello pubico. Entonces el me ordeno que le limpiara la punta del nabo con mi lengua. Yo le obedeci y sorprendentemente se volvio a correr sobre mi cara. Limpio mi cara con sus propias manos y me pidio perdón, ante de vestirse y marcharse.
Estas fueron, aunque no lo podáis creer, mis primeras exeperiencias sexuales: reales, os los juro. Otro dia os contare como acabo todo.