Mi Historia
Una historia real de como un adolescente termina convertido en gay.
Este es una historia real, es mi caso de vida y como esta cambio radicalmente una mañana hace ya mucho tiempo, espero que me comprendan.
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Desde muy pequeño mi abuela siempre decía que debía tener cuidado con las decisiones que tomara, que una sola decisión por mas pequeña que pareciera podría ser muy importante y cambiar bastante mi vida, llego el día en que sabría que tenia la razón.
Comenzare por el principio, actualmente me llamo Romina pero no siempre fue así, hasta los 14 años de mi vida mi nombre era Carlos, era un muchacho común y corriente, estudiaba en un colegio para hombres en una ciudad y país que no voy a nombrar; tenia un grupo de amigos, Javier, Saúl, Boris, Lucho y yo; éramos 5 inseparables que íbamos a todos lados; todas las mataperreadas y travesuras propias de nuestra edad, acabábamos de ingresar al primer año de nuestros estudios secundarios y ya pensábamos estudiar juntos la Universidad; asimismo cerca de nuestro colegio había un colegio de señoritas, allí habíamos tenido nuestras primeras experiencias amorosas, yo al menos ya había tenido una enamorada aunque todo no paso de caricias y besos, el imaginarme que pronto conocería las relaciones sexuales hacia que constantemente me masturbara a solas en mi dormitorio, como dije tenia 14 años y diferentes sueños.
Todo comenzó una mañana de Junio, ese día en el colegio el profesor de aritmética programo el examen bimestral, yo y mis amigos decidimos no ir al colegio para no dar el examen y convencimos a unas amigas del vecino colegio para darnos un esquinazo y irnos a un balneario cercano donde pasar un día agradable; así llegamos a orillas del mar y todo iba de maravillas hasta que apareció un carro de la policía ciudadana y comenzó a perseguirnos; los 10 escolares (hombres y mujeres) comenzamos a correr y a uno de nosotros se le ocurrió que si nos separábamos seria mas difícil que nos atraparan; todos decidimos seguir el consejo y yo enfile por una calle traversal, con tan mala suerte que fue a mi a quien el carro comenzó a perseguir, al voltear la esquina me di cuenta que la cuadra era inmensa y seria imposible escapar de la persecución, pensé en todos los problemas que iba a ganarme, en la bronca con mis padres y hasta la expulsión del colegio, aparte que de repente el director me obligaba a denunciar a mis compañeros, estaba en estos pensamientos desesperados cuando sentí que un automóvil se detenía a mi lado, pensé en el carro policial cuando escuche una voz que me decía sube que te atrapan, al voltear la cara observe un automóvil rojo deportivo y un caballero al volante, no lo pensé dos veces y subí, el arranco a velocidad, al alejarnos vi aparecer el carro policial y agradecí a mi salvador.
El se presento, ¡Hola me llamo Gustavo!, Carlos le respondí;
¡Felizmente que aparecí sino te hubieran llevado a la comisaría y la hubieras pasado realmente mal!; y tenia razón mal la hubiera pasado. Al cabo de unas calles me pregunto a adonde iba y al responderle me dijo que no era seguro que me fuera solo por que la policía estaría cerca dando vueltas; que el iba a su departamento que estaba a unas cuantas cuadras de donde estábamos a esperar una llamada urgente y que si quería ir y esperar un rato el me llevaría a la ciudad sin problemas; después de pensar un rato dije Si.
Al llegar a su edificio vi que era uno de 7 pisos con ascensor externo y hermosas plantas, el vivía en el piso 3 y lo que vi al entrar en su departamento fue que era chico y acogedor. Vi un sofá largo frente a un enorme televisor, a un costado estaba el comedor y una pequeña cocina. En otro costado un par de puertas que supuse que comicaza una con el dormitorio y otra con el baño, al frente un ventanal enorme con vista al mar; mi nuevo amigo era soltero y su departamento era de soltero. Me dijo que me pusiera cómodo y el iba a cambiarse de ropa por algo mas ligero; se dirigió al dormitorio y regreso al rato con una bata de seda roja puesta y descalzo.
-¡ Te apetece un vaso de vino!, la verdad que yo nunca había tomado pero con toda la carrera y el escape pensé que mal no me caería, ¡Acepto!, dije. El se dirigió a un bar que estaba al costado de la cocina, en ese momento pude observarlo mejor, tendría unos 30 a 35 años, la piel bronceada denotaba la persona que vive cerca de la playa y su estatura 1.80 era y la contextura de su cuerpo denotaba una persona atlética y un poco musculosa, me pregunte internamente si hacia fisiculturismo.
¡Sírvete!, me dijo mientras me alargo un vaso, ¡Salud!. Se sentó a mi lado en el sofá y comenzamos a conversar sobre estupideces, donde vivía, cuantos hermanos tenia, como eran mis padres, etc.., de rato en rato volvía a servirme un vaso de vino cuando yo lo acababa, no me di cuenta pero poco a poco me sentía mareado, en eso el dijo:
¡Quieres ver una película!
¡Bueno!
El se paro del sofá y fue a encender la reproductora de cintas después volvió a mi lado y se sentó, con el control remoto acciono el inicio de la película.
Lo primero que apareció en la pantalla me choco, era un hombre completamente desnudo y tirado en una cama, el hombre jugueteaba con su miembro viril, lo acariciaba y miraba a la cámara; en eso apareció otro hombre en escena, el estaba desnudo también y se echo al costado del primer hombre, ambos se besaron y el segundo hombre comenzó a lamer el cuerpo del primero hasta llegar a su nabo ya erecto, primero lo acaricio y luego beso, hubo un acercamiento de la imagen y se vio muy claro como lamía sus testículos y después meterse el instrumento en la boca y comenzar a chuparlo; en ese momento yo tenia una mezcla contradictoria de emociones; mi miembro estaba erecto señal inequívoca de que estaba excitado, tenia curiosidad pero a la vez rechazo a lo que estaba viendo; en ese momento voltee a ver a Gustavo y vi que se había abierto la bata, su miembro estaba al aire y el se lo acariciaba; yo me asuste, me pare inmediatamente y me dirigí hacia la ventana, me puse a mirar hacia fuera tratando de calmar mi indignación y recuperándome y preparándome para decirle que me iba.
Lo sentí a mi espalda, sus dos manos tomaron mis brazos y acercando su boca a mi oído me dijo:
¡No tengas miedo! - ¡No te voy a obligar a nada! - ¡Confía en mi!
No se si fue el vino o su voz, pero me sentí indefenso y extrañamente excitado, mi cuerpo se arqueo en un espasmo involuntario; el pareció sentirlo porque con su boca cómenos a juguetear con el lóbulo de mi oreja y por ratos a introducir su lengua en mi oído, me sentí raro y como flotando, sus manos subieron hasta mis hombros y con ternura pero firmeza dijo ¡Vamos!.
Me llevo hasta el dormitorio, donde había una cama grande, en ella me tumbo boca arriba, se echo a mi lado y comenzó a acariciarme la mejilla y a besarme, yo estaba totalmente entregado, respondía a sus besos y cuando metió su lengua en mi boca y comenzó a jugar con mi lengua yo respondí. Después de un rato Gustavo comenzó a abrirme la camisa, me la quito, después me quito el pantalón y el calzoncillo, los zapatos y las medias fueron lo ultimo, pareció gustarle lo que veía, sonrió y se quito la bata, ahora estábamos los dos desnudos; volvió a echarse a mi lado y me dijo: ¡Eres una preciosa muchacha, vas a ser mi perrita!, y de una manera inconciente conteste ¡Si!. El comenzó a lamerme todo mi cuerpo, comenzó con mi cuello y siguió por el pecho, jugando un poco con mis pezones casi inexistentes, si lengua siguió bajando hasta mi vientre el cual lamió consiencudamente, cuando pensé que llegaría a mi erecto y desesperado pene no lo hizo, se acerco a mi oído y me dijo, ¡Has lo que vistes en la película!, se echo boca arriba y yo comencé a recorrer su pecho musculoso y lleno de vellos, lamí sus pezones, lamí su vientre y llegue a su miembro, le di un beso, la punta del mismo ya tenia algunas gotas pre-seminales, le pase la punta de la lengua, tenia un sabor medio saladito que no me desagrado, baje hacia sus testículos, los lamí y los introduje dentro de mi boca, podía escuchar los gemidos de Gustavo, sigue me dijo entre gemidos -¡Perrita Linda, lo haces muy bien!; yo subí lamiendo su tranca, gruesa y llena de venas, llegue a la punta y abrí la boca, comencé a chuparlo lentamente pero al rato el compás se acelero, en un momento sentí su mano en mi nuca, sus gemido eran mas fuertes y el vaivén de mi chupada mas rápida; de repente sentí como su miembro se contraía, un torrente de leche inundo mi boca, trate de apartarme pero Gustavo con su mano lo impidió, ¡Tomate todo, hazlo!, yo obedecí, el sabor del semen era raro, diferente pero no desagradable. Lo limpie totalmente.
Pensé que habíamos terminado pero el continuo, hizo que me arrodillara en la cama, el se puso detrás mió y con sus mano comenzó a acariciarme la espalda y besarme el cuello, yo seguía excitado, mi miembro parecía mucho mas grande que otras veces, a punto de explotar pero el siguió jugando conmigo; sus manos pasaron a acariciar mis pequeños y casi inexistentes pezones, con sus dedos me los pellizcaba y tiraba de ellos, al comienzo me dolió pero al rato lo sentí agradable. En ese lapso sentí que el miembro de Gustavo volvía a crecer para una segunda arremetida. Esta vez me puso boca abajo, bajo mi vientre puso unos cojines, mi culo quedo levantado y yo sabia que vendría después; vi como sacaba una crema de un cajón de la cómoda, comenzó a acariciarme el culo y darles pequeños besos; ¡Tienes un culo hermosa pequeña zorra!, ¡Me recuerdas a una zorra que tuve anteriormente, así que te llamare igual que ella, a partir de ahora tu nombre es Romina!, y todo esto en lugar de molestarme me excito si era posible mas, sentí que jugaba con mi abertura y al rato sentí el frío de la crema, me masajeo y comenzó a introducirme la verga; yo podía sentir como trataba de abrirse paso y de repente me clavo con fuerza, di un grito pero el se acerco a mi oído y me susurro: ¡Al comienzo duele, después te va a gustar!, y comenzó a bombear, primero de manera lenta pero fue subiendo la velocidad hasta que comenzó en un ritmo frenético y cierto al principio me dolió pero poco a poco me fui excitando, me gustaba, comencé a moverme a su ritmo, la tranca me parecía deliciosa, en el momento supremo sentí como se ensanchaba y explotaba dentro de mi yo también termine explotando y entre gemidos los dos nos venimos. Gustavo hizo que le limpiara el semen con mi lengua hasta dejarlo reluciente y me dijo que fuera al baño a bañarme.
Después del baño me sentí sumamente extraño, comencé a vestirme para irme pero Gustavo sonriendo dijo: ¡Creo que no me van a llamar, te llevo a la ciudad!, en todo el viaje fuimos en silencio, al llegar a una calle de mi casa me alargo un papelito con un numero telefónico y me dijo: ¡Si te gusto lo que hicimos, llámame yo te recogeré y tu vida cambiara totalmente!.
Yo baje del auto en silencio, me dirigí a mi casa y al llegar encontré a mis padres con una bronca inmensa, a mis amigos los habían atrapado y ellos habían dado el chivazo que yo también estuve, termine castigado; esa noche en mi dormitorio recordé todo lo que había pasado con Gustavo, miraba y remiraba su numero telefónico, no sabia que iba hacer.
Había pasado una semana desde mi experiencia con Gustavo, no podía creerlo, durante toda la semana había tenido roce con mis padres y mis hermanos, mi escapada del colegio estaba latente y ni a la ventana podía salir. Asimismo y como eran mis amigos los que me habían vendido estaba sumamente molesto con ellos y no quería hablarles, a pesar de sus disculpas yo seguía en mi treces.
En el colegio nos habían castigado y estábamos obligados a quedarnos toda la tarde después de clases realizando las tares en la biblioteca, mi madre me recogía a la salida, pero ese día me informo que no podía recogerme por estar ocupada, yo salí del colegio y me dirigí a un teléfono publico, no estaba seguro de mi decisión pero mi curiosidad era mas fuerte quería arriesgarme. Llame y me contesto la voz que aunque parezca mentira tenia una extraña fuerza sobre mi, me indico un lugar y en media hora vi aparecer su auto deportivo; me subí al vuelo, el solo me dijo ¡Hola!, y se dirigió a su departamento. Todo el viaje lo hicimos en silencio, llegamos al edificio y subimos, ni bien traspusimos la puerta el cerro y comenzó a besarme y acariciarme la cara; ¡Te extrañe bastante, que bueno que llamaste Romina!, no se porque pero escuchar nuevamente el nombre que me había puesto me excito. El se dirigió al bar y me trajo una copa del vino que tanto me gustaba, después de tomarlo me dijo que sobre la cama del dormitorio había un regalo para mi, que me pusiera todo; me dirigí al dormitorio y sobre la cama vi una tanguita negra de encaje, una minifalda negra y una blusa blanca sin mangas y con cuello cerrado ambas telas de prenda muy suaves; completaba los regalos un par de zapatos negros de mujer tipo de tiritas con tacón alto. Aunque no me gustaba la idea de vestirme con esa ropa pensé que había ido por mi propia voluntad y me parecía una estupidez negarme a seguir los pedidos de Gustavo; así que me desnude y comencé a vestirme con los regalos, al terminar vi también sobre la cama un lápiz de labios de color rojo encendido y un papelito pegado que decía: ¡PINTATE LOS LABIOS!, lo hice como había visto a mi madre y mi hermana. Ya vestido y al salir del dormitorio me vi en un espejo grande que había a un costado, no podía creer lo que mis ojos veían, realmente parecía una nena.
Me dirigí a la sala haciendo maravillas pues no sabia caminar con tacos y menos con tacos tan altos, Gustavo al verme sonreía, el estaba vestido nuevamente con su bata roja, me abrazo tiernamente y comenzó a besarme, ¡Romina tus labios son deliciosos!, me dijo y siguió besándome. Al rato seguimos tomando vino y el puso una música suave y romántica, comenzamos a bailar; yo me sentía en las nubes, no sabia que pasaba pero me sentía sumamente protegido en los brazos de Gustavo, de a pocos me llevo hacia el dormitorio me tumbo en la cama y comenzó a acariciarme las piernas; de repente se acerco a mi y susurrando me pregunto, ¡Quieres convertirte en mujer!, ¡Si! Conteste sin pensar, ¡Quieres ser mi mujer!, ¡Si!, ¡Nunca mas te iras de mi lado!, ¡Harás todo lo que te diga!, ¡Tu vida y voluntad me pertenecerán por completo!, a todo asentí porque estaba como hipnotizado, con el cuerpo de Gustavo, con su voz y sobre todo con su miembro viril que lo sentía a través de la tela de la bata.
Poco a poco me fue desnudando, así también el se quito la bata; mis ojos realmente no se apartaban de su miembro, el hizo que me arrodillara en el suelo delante de el y comenzara a chuparle el paquete; primero los huevos, uno por uno, sentía su vello pubico raspar mis mejillas pero eso me excitaba mas, podía sentir el olor de su excitación cuando me dirigí hacia su tranca, gorda, venosa; ¡Mírame mientras me lo chupas!, la orden salio de su boca, yo lo mire y seguí chupando; igual que la anterior vez sus movimientos comenzaron a ser mas frenéticos y cuando sentí que estaba a punto de venirse me prepare para recibir su eyaculación. Su semen blanco y cremoso lleno mi boca, me gustaba realmente su sabor. Cuando termino vio que algunos hilillos de semen me corrían por la barbilla, lo recogió con sus dedos y comenzó a introducirlos dentro de mi boca como una verdadera perra.
Me tumbo en la cama y comenzó a acariciarme el culo, se acerco a mi oído y me pregunto: ¡Que quiere la perra!, ¡Que me rompas el culo!. Al rato de estarme sobando y besando la espalda sentí que comenzaba a jugar en mi abertura, con los dedos lo masajeo y después unto la crema de la otra vez, inmediatamente sentí su introducción, lo hizo como la otra vez, primero suave y después aumentando el ritmo; lo que me extraño esta vez es que casi no me dolió sino que me gusto desde el arranque, comencé a gemir y el me dijo que gimiera como una mujer porque eso era desde ahora su hembra. Después de un rato sentí su explosión dentro de mi, me lleno con su semen y después nuevamente tuve que limpiarle la verga con mi lengua para tragarme hasta la ultima gota; después al ver que yo no había eyaculado me pregunto si quería hacerlo, a mi respuesta afirmativa me dijo que fuera al baño y me masturbara pensando en el y cuando me había poseído; cumplí sus ordenes, fui al baño y me masturbe como loco pensando en Gustavo, termine, después de eyacular me di un baño con un jabón para piel femenina que había en el baño con una inscripción que decía ¡Para uso de Romina!; fui al dormitorio, Gustavo estaba echado en la cama apenas tapado por una colcha, me acosté al lado, el me abrazo y puse mi cabeza sobre su pecho, me sentí sumamente protegido, algo había cambiado en mi, seria su mujer, me quede dormido.
Me desperté a media mañana, Gustavo no estaba, al acercarme a la cocina y sobre la mesa había una nota, ¡VENGO EN LA NOCHE, DESCANSA, NO SALGAS DEL DEPARTAMENTO Y QUEDATE DESNUDA!, me senté en el sofá y me puse a pensar sobre la decisión que había tomado no lo podía creer pero a pesar que note que la puerta no tenia llave no hice ningún intento de irme.
A las 7 p.m. llego Gustavo, sonrió al verme desnudo y me premio con un beso, traía unas bolsas, me las dio y me dijo vístete. Me fui al dormitorio y saque las prendas de las bolsas; eran un juego de lencería muy fino de color negro, el sostén eran para una mujer de talla de senos pequeños, comprendí que era porque yo todavía no tenia senos; también había un pantalón negro muy apretado y un top rojo que dejaba al descubierto mis hombros, me vestí y me puse los zapatos negros del día anterior, ya caminaba mejor Salí a la sala pensando en otra sección de sexo pero me sorprendió ver vestido a Gustavo y mas cuando dijo que íbamos a salir. Que me travistiera para el era una cosa pero salir a la calle de ninguna manera, me quise negar pero el firmemente me dijo que tenia que obedecerle sino me pesaría, acepte. Felizmente en el hall del edificio no nos topamos con nadie, subí a su coche y después de un rato de conducir se detuvo junto a un negocio que decía "Peinados Unisex"; bajamos, el que lo atendía era un gay muy agradable llamada Fiorella y al verme exclamo ¡Que linda nene traes ahora!, ¡Es mejor que las otras!, no pude dar crédito a mis oídos habían habido otras. Fiorella me hizo sentar en un banco, lavo mi pelo y lo emparejo, me puso una peluca, después paso crea por mi cutis, me pinto los labios, un poco de rubor en la mejilla y me puso pestañas postizas, termino pintándome las uñas. Al final me llevo a la trastienda y se puso a enseñarme como esconder mi miembro cuando iba vestida de mujer, aprendí rápido. Después me vi en un espejo y ni yo misma me reconocí, no lo podía creer parecía una mujer de verdad, por ultimo Gustavo acerco una jeringa y me inyecto algo en el brazo, ¡Por un tiempo te inyectaras hormonas para que te crezcan los senos y se afemenice tu voz!, me di cuenta que ya no había retroceso a la decisión tomada. Cuando terminamos Gustavo me llevo a un bar a unas cuantas cuadras; me invito unas copas de vino y lo vi conversando con un parroquiano como de unos cincuenta años que no dejaba de mirarme, al rato movió la cabeza en forma afirmativa, Gustavo se acerco a mi y me dijo al oído, ¡Vez a mi amigo, quiere acostarse contigo y yo he aceptado, vamos!, trate de negarme pero ya había caído en sus garras, termine yendo a un hotel con el vejete, de allí todas las noches tenia que hacerle el servicio a uno, dos o tres clientes según el gusto de Gustavo, en el día al que le servia mi cuerpo era a el.
Pasaron tres años; por las noticias en la TV. me entere que mis padres me buscaron y hasta ofrecieron recompensa por mi, lógicamente no me encontraron buscaban a Carlos y yo era Romina. Después de este tiempo Gustavo me dijo que me fuera de su casa puesto que yo habia perdido el encanto adolescente y el iba a buscar otra con quien remplazarme, me dijo que así era siempre; a mi no me importo, realmente no lo quería, me fui a vivir con un par de amigos travestís que conocí en un bar. Me vendo en una calle del centro y vivo feliz, tengo buen cuerpo y el tratamiento de hormonas hizo buen trabajo, mi voz es fina y tengo un par de tetas de selección; quizás en el futuro decida operarme y transformarme totalmente, no se ya veremos.
EPILOGO :
Hoy me encontraba trabajando, han pasado 10 años desde que conocí a Gustavo, veo venir cuatro hombres abrazados y medios borrachos, uno se me acerca y me pregunta cuanto cobro, no lo puedo creer, es Javier uno de mis amigos de la infancia, los otros son Boris, Saúl y Lucho, no me reconocen, les digo que ya me voy, me dicen que no sea mala, que están celebrando el haber terminado juntos los estudios universitarios, les digo que me voy, ellos se van cantando, de repente Boris grita, salud por Carlos que donde quiera que este no dejo nunca de ser nuestro amigo y siguen su camino.
Llego a mi cuarto llorando, el tiempo a pasado; me gusta ser homosexual pero si no había conocido a Gustavo mi vida quizás fuera totalmente diferente y hoy estaría celebrando con mis amigos; no importa la vida continua y yo sigo adelante.