Mi Historia (5)
Hola a todos mis lectores. Aca uno nuevo, espero que se calinten todos y lo disfruten a full
Creo que va ser más fácil responder los mail que chatear con ustedes. Jajaja, tengo más de 300 contactos y cuando me conecto estan todos a full y quieren hablar conmigo. Ha toda esta repercusión, no me queda más que agradecerles. Gracias por los comentarios calientes, los buenos y las críticas. Todo esto hace a un buen escritor y espero que todo esto me forme fructíferamente. Bueno gente, mucha cháchara y esto no es lo que realmente interesa. Aca va el quinto, para todos mis lectores.
Mi Historia 5
Mis quince años estaban llegando. El 26 de diciembre caía un día jueves, por lo que decidimos, junto a mis padres, realizarlo el sábado 28. Esto marcaría un poco mi vida. Y se darían tres sucesos nuevos. El primero me dejarían ir a bailar sola, el segundo iría de vacaciones junto a mi hermano, Tomy y Luz, y a posteriori una cuenta de la cual extraer dinero, con moderación obviamente.
Llego el sábado y comenzó mi fiesta. Mi vestido no era como el de toda quinceañera ridícula, que se ponen esos vestidos al estilo de damas antiguas, anchos. Mi vestido era color rosa, ya que considere que el blanco era una estupido, con un escote considerable y un tajo del lado derecho que comenzaba a la altura de mi cadera. Al llegar al salón todos los hombres quedaron boquiabierta, yo me sentía radiante, sexy y muy caliente.
Pasamos las trivialidades de la cena y comenzó el baile. Luego del vals, comenzamos a bailar. Luz y yo, lo hicimos eróticamente, más de uno nos rozaba la verga, disimuladamente. Eso nos ponía a mil, por lo que terminamos en el cuarto privado, que me asignaron para descansar, besándonos y tratando de apagar el fuego que se nos generaba. Así estuvimos hasta que termino la fiesta.
Luz al despedirnos me dijo que mi regalo me esperaba, por la tarde del domingo, en la casa de Gastón, un compañero del colegio. Fui a casa, descanse un poco, y al llegar la hora convenida, partí hacia mi destino. Al llegar me atendió Gastón, me hizo pasar y para mi sorpresa no estaba solo. Lo acompañaban Luz, Ezequiel, Ramiro y Luis. Los cuatro eran compañeros del colegio. Al llegar me dijeron que me estaban esperando para hacerme mi regalito.
Estaba impaciente, sabía que era lo que me esperaba, pero no sabía la intensidad de aquello. Conociendo la mente calenturienta de Luz, sabía que era algo muy loco, pero nunca pensé que iba a ser para tanto. Gastón, puso música, luego se acerco, me tomo por la espalda, y comenzó a besarme el cuello. Al sentir sus labios mi piel se erizo, mi vagina comenzó a mojarse. Levanto mi remera, dejando mis pechos al aire y desabrochó los botones de mi pollera, dejándome solo con una diminuta tanga. Los otros tres miraban expectantes a cada acto que se realizará, Luz mientras tanto corrió su bombachita y se comenzó a tocar. Gastón prendió sus manos como broches a mis pezones, los estrujaba, los acariciaba, amasaba mis tetas con gran pasión. Después mientras que con una mano me rozaba los pechos, la otra se deslizaba por mi vientre. Estaba encendida, no se en que terminaría esto, no me lo imaginaba, solo quería seguir. Corrió mi tanga, metió su dedo en mi fresa, la acarició, la estiró. A cada roce de su mano mi cuerpo se estremecía. En ese momento, Ezequiel se levantó y planto su boca en uno de mis pechos. Mis pezones estaban tan duros, que ya comenzaban a dolerme, bajo besando mi pancita y, tras sacar mi tanga, se interno en mi cueva.
Su lengua recorrió mis labios vaginales, no paraba de supurar flujo. Abrió mis piernas con sus manos y agarró mi vulva con sus dientes. Comencé a gozar, gemía como una yegua, esas manos recorriéndome y esa boca comiéndome, me estaban dando el mayor gocé del día. Tire mis manos hacia atrás y baje el short de Gastón, arrastrando como pude sus calzoncillos. Rocé mi cola por su verga, seguí moviéndome sensualmente al ritmo de me apetecía. Agarre la cabeza de Ezequiel, la sujete y la fije, como indicándole que no parara. Este acelero sus lamidas, mi piel estallaba de deseo, mi concha ardía.
Como pude tome el palo de Gastón entre mis manos, lo comencé a masturbar, lo presionaba con mis yemas. El al sentir eso, comenzó a gemirme al oído, lo que me calentó aún más. Me tomó por la cintura y me dio vuelta. Se recostó en el piso. Me puse en cuatro y mame su verga con dedicación. La metí en mi boca, me deleite con ese trozo de carne ardiente. Baje su prepucio y pase mi lengua por su glande, varias veces, al principio despacio y luego acelerando el ritmo. De su boca esbozó que era una perra. Mientras tanto Ezequiel, que viendo el espectáculo, y tras desnudarse, se masturbaba, se dirigió a mi colita. Siguió su trabajo, chupando ahora mi ano, e intentándolo dilatarlo. Pero eso duro poco, ya que Gastón me indico que cabalgue sobre su dura pija. Coloque mi jugosa concha sobre su palo y fui bajando de a poco, hasta que entro completamente. Subí y baje lentamente, sus verga rozaba las paredes de mi cueva, se sentía delicioso. Me adelante sobre su pecho. Sentí un doble placer, ya no solo mi conchita penetrada, sino que ahora mis pezones rozaban su pecho, haciéndome poner los pezones duros.
Gemía como loca. Estaba concentrado en gozar y disfrutar de ese día a full, cuando de repente siento un pene que se posa en mi colita. Al principio no preste importancia, supuse que era solo una forma de hacerme calentar más. Cuando de repente siento que me comienzan a penetrar. Gastón me tomo de la cadera, como alentándome a seguir. Mi ano no estaba demasiado dilatado, por lo que me dolió un poco. Sentí ese palo duro acomodarse en mis entrañas. Me empezó a embestir lentamente, luego las acelero, me puso a mil..
No lo podía creer, estaba siendo penetrada por adelante y por atrás. Mi cuerpo no podía resistir tanto placer y se fundió en un largo e intenso orgasmo, que casi me deja inconsciente. Pero ellos siguieron dándome. Era una perra, la más puta de todas las putas, pensaba. Pero no podía resistirlo, era impresionante. Gocé como nunca, empecé a gritar desaforadamente. En ese momento Ramiro, metió su palo en mi boca, como mandándome que no gritara, que use la boca para algo mejor.
GUAU pensé, come me gustaría tener más agujeros para ser penetrada. Tenía una pija en mi concha, otra en mi culo y ahora disfrutaba de una en mi boca. Mientras que mi cuerpo no se resistía a los movimientos, mi boca hacía su trabajo, chupaba y chupaba. En ese momento me vino otro orgasmo, para no gritar lo que hice fue chupar fuertemente la verga de Ramiro, por lo que el término corriéndose en mi boca. Trague su leche, la saboreé delicadamente.
Ezequiel, que era quien estaba en mi colita, me la sacó y masturbándose vino hacía mi boca y enchufo su pija. La chupe, mientras seguí moviendo mi cadera. Succione lo mejor que pude, él me tomo de los pelos y me enchufó la verga al fondo de mi garganta y desde ahí disparó sus chorros de leche. Mientras tanto Gastón, no aguanto y se corrió en mi concha.
Había chupado y tragado la leche de dos y de mi vagina caía el semen de otro. Me tire a un lado y prendí un cigarrillo. Me sentía una puta, pero feliz. Desde ahí, pude ver a Luz penetrada por Luis, este se la estaba metiendo sin ninguna delicadeza, y la muy perra gritaba de placer. En un momento Luis le saca su tranca y se la mete en la boca. Luz gatea hacía donde yo estaba y me comparte su regalo. Nos besamos largo rato y acariciamos nuestros transpirados cuerpos. Cuando de repente de reojo vemos que los cuatro nos rodean y se sostiene sus flácidos miembros con la mano. No dimos importancia y seguimos con nuestro sexy beso. Ahí sentimos que algo caliente nos baña. Nos estaban orinando. Esos cuatro machos estaban marcando su territorio.
Los miramos, sonreímos, mientras que goteábamos orín. Mire a Luz y le dije gracias, gracias por este caliente regalo.
Les gusto, bueno, espero que si.
Les mando un beso a todos y quiero que se calienten a full con mi relato.
Cogan mucho.
Chaus Marianita.
Ah y acá una bien rica. Disfrutenla.