Mi historia 2
Agapita había probado las mieles del placer, en compañía de Metiche y Gonzálo, pero una nueva compañera de aventuras se suman para llegar al clímax de amor y placer.
Mi historia 2
( http://www.todorelatos.com/relato/73057/ primera parte)
Aquel día no era exactamente el mejor de la semana, dolor en el estómago y malestar general, no me había quitado la pijama, me inquietaba un poco lo que fuera a decir el doctor, pero mi mamá ya le estaba abriendo la puerta, le había llamado después de decirle que me sentía mal, al término de la consulta en mi cama el doctor le dijo a mi mamá:
“Es una leve infección en el estómago, es posible que haya sido por algo que comió y le ocasiono la infección, compre esto en la farmacia y pronto estará mejor, no es nada grave”
La pregunta iba a ser obligada por parte de mi mamá, pero di un respiro de alivio, la infección la obtuve luego de comenzar a practicar el delicioso sexo oral a Metiche y digo delicioso porque también su semen me encanta, habían sido varios días de practicarlo hasta conseguir tragar todo su abundante semen:
“¿Qué fue lo que comiste en la calle hija? Varias veces te he dicho que no compres nada, ya ves, terminaste enfermándote, afortunadamente no fue nada grave, pero no vuelvas a comer algo que no sea aquí o donde te digamos tu papá y yo”
“Si Mamá” Al tiempo que moví la cabeza, a pesar del estado que me sentía, no me arrepentía y menos el desistir de seguir probando aquel delicioso fierro caliente, entrando en mi boca y parte de mi garganta a gran velocidad, de recordar cómo me cogía por la boca y sentir los calientes chorros que de inmediato pasaban por mi lengua o entrando directo a mi garganta, hacen que me moje y quiera probarlos nuevamente, no cambia duda, era una Perra en toda la extensión de la palabra, a mis 17 años (si, pasé cogiendo con mi perro 7 años) mi cuerpo parecía de una chica de mayor edad, por mis tetas las cuales colgaban deliciosas cuando Metiche me taladraba el culo o me bombeaba mi rosada conchita, unas nalgas que hacían que más de un viejo rabo verde volteaba a ver, no me considero muy bella, pero si lo suficiente para hacer sonreír a cuanto maestro quería ponerme mala nota, ya que hacía uso de mis atrevidos escotes, usaba sostén una talla menor a la que me correspondía, aquello hacía levantar deliciosamente mis tetas, pero volviendo a la realidad y al medicamento que el doctor me receto, mi madre me hacía seguir al pie de la letra el horario en que me tocaba tomarla, pasaron 5 días a lo mucho y yo no podía esperar más probar de nuevo a mi lindo Metiche y me refiero probarlo de cualquier modo, chuparle su rojo pene, dejar que lamiera mi cara o mi boca, lo deseaba demasiado, le dije a mi mamá que ya me sentía mejor y que ya no se preocupara más por mí, cosa que dio resultado, comencé de nuevo mi vida, ir a la escuela, llegar a mi casa acompañada de Gonzalo, dejar que me chupara mi caliente chonchita, lamerle su grueso pene hasta hacer que me llenara de caliente semen, o mejor aún… que me llenara mi conchita o mi culo, que ya hacía mi selección, dejaba que Gonzalo me taladrara por el culo y Metiche por mi rosada vagina, no usaba preservativo, así que mejor tomaba mis precauciones, solamente lo dejaba que me llenara de semen caliente a plenitud cuando recién había tenido mi periodo menstrual.
Aquel día, me sentía muchísimo más caliente que otras ocasiones debido a que no había podido liberar el calor que emanaba de mi vagina, no podía concentrarme en las clases, pedí permiso para ir al baño y aproveche para masturbarme de lo lindo en el baño ayudándome con un marca textos, había terminado mi sesión cuando escuche risas de unas chicas, era normal, era el baño de las mujeres, pero me llamó la atención algo peculiar, cuando las risas callaron de forma repentina y se escucharon gemidos leves “¿Se estarán besando?” me pregunte, así que me quede quietecita sin hacer ningún ruido, aquellos gemidos me hicieron humedecer mi entrepierna, no sabía de quien se trataba, así que salí de mi escondite sin hacer mucho ruido, al salir del baño me lleve la sorpresa de ver a una profesora y a una compañera de mi salón, la profesora la tenía acariciando sus pequeños senos puntiagudos y mi compañera le metía a placer la mano en su entrepierna, quede en shock, a pesar de haber tenido ya una vasta experiencia sexual, no sabía de los amores lésbicos, regresé a mi escondite y mi mano en forma automática comenzó a acariciar mi vagina que ya volvía a mostrar signos de excitación, aquella visión me estaba calentando, nunca había visto a una mujer de la manera en que veía a Gonzalo o a Metiche, pero sin lugar a dudas me calentó, mi excitación pudo más, no tomé en cuenta el que me pillaran observando, pero quería seguir viendo mientras mi dedo medio trataba de quitar mi ropa interior y encontrar mayor placer, asome al momento en que se desaparecían hacia uno de los cubículos, me asome por abajo y vi las rodillas de la profesora y la panty de mi compañera a un lado de ella, sabía que le estaban por propinar una tremenda mamada que le arrancaría chorros de placer, seguí lentamente para poder observar, aquella escena, me hizo tener un orgasmo de solo ver, la cara de la maestra completamente enterrada en la concha de Claudia, al momento de que le apretaba sus rosados y ricos pezones, Claudia abría sus piernas a más no poder, mientras guardaba el equilibrio, no podía dejar de ver, como en modo automático, levanté mi falda, hice a un lado mi panty y comencé a masturbarme abiertamente, sin hacer ruido, ellas estaban tan absortas en su placer que no me prestaban atención, así permanecí por varios minutos hasta que llegó otro nuevo orgasmo, lo disfruté hasta el momento en que sintieron mi presencia y mirada, la maestra Lupita volteó y me miró con mis dedos acariciándome, palidecí y salí rápidamente sin decir ni una palabra, (He de mencionar que aquel baño no era frecuentado por una estúpida leyenda de que ahí habían matado a una chica recién inaugurada la escuela hace varios años y se aparecía esa chica, además de que estaba hasta el fondo de un pasillo, cosa que era totalmente falsa, ya que yo siempre iba ahí y nunca me espanté más que ese día, no quise voltear mientras caminaba, simplemente… salí.
Aquel día, llena de adrenalina y excitación, le pedí a Gonzalo que me llevará a mi casa, quería que me cogiera fuertemente y sin pasión (Regularmente él era gentil al comenzar a perforarme mi experimentado y rosado culito) desafortunadamente ese día mi mamá tuvo que salir de viaje y había ido a casa por unos documentos, así que me quede con las ganas.
Los días pasaron y no tuve ocasión de volverme a encontrar esa escena que tanto paseaba por mi mente, Claudia (mi compañera lésbica) y la maestra Lupita en cada ocasión que nos encontrábamos en la escuela, simplemente ignorábamos ese momento, ellas con la idea de que yo comentara con alguien de lo que pasó, pero sinceramente, deseaba volver a verlo, comencé a buscar en internet fotos y videos de chicas lésbicas, encontré muchísima información y cada que veía algo que me excitara mucho, Metiche era quien me tenía a placer completo, acostumbré a abrir las piernas mientras veía los videos o fotos (inclusive relatos), lo llamaba y hacía a un lado mis pantis, metía mis manos debajo de mi sostén sacaba mis ricas tetas y las apretaba deliciosamente, mientras Metiche arrancaba a con su lengua suave unos deliciosos orgasmo interminables .
La cosa no paró ahí, tuve un ligero espacio con Gonzalo, ya que obtuvo una beca y la aprovechó terminando sus estudios en una escuela muy lejana a la mía y con diferentes horarios, lo cual hacía de nuestros encuentros menos frecuentes, ninguno de los dos nos sentimos mal, lo entendimos de buena manera, así que empecé a llevar una amistad muy cercana con Andrea, una chica de mi edad un poco más llenita pero con un trasero levantado muy rico y unas tetas redonditas, eso sí, tenía una cara angelical, al principio tomábamos el camión escolar, después comenzamos a irnos caminando si el día era ideal, como todas las chicas hablábamos de mil cosas, desde cosméticos, música, tareas, cambios hormonales, hasta que llegó el momento de hablar de SEXO, a pesar de la confianza que a diario llevábamos, ese punto fue más lento de comenzar, yo decidí dar la pauta
“¿Te puedo preguntar algo Andy?” (Así le decía de cariño)
“Si dime”
“¿Aún eres virgen?”
Hubo un silencio por unos segundos que pareció eterno, no sabía si se había ofendido o trataba de formular la respuesta
“Vaya pregunta, Claro que soy virgen, una chica de nuestra edad aún es virgen, o ¿Acaso tu no?”
Esa respuesta me puso a pensar a mí, pero quería a una confidente, así que le respondí:
“No, para serte sincera no lo soy”
Se detuvo en seco y abrió unos ojos enormes como platos:
“¡¡Wooow cuéntame cómo fue!!”
Me dijo de un modo de emoción y morbo, obviamente no le comentaría del placer que me hacía pasar Metiche ni tampoco que fue cuando tenía 10 años, tenía brincar toda esa época hasta llegar con Gonzalo:
“Bueno, pues ¿Recuerdas a Gonzalo, mi novio con quien siempre me iba a casa después de clases?”
“Si claro… ¿Con él fue tu primera vez?
“Si con él fue”
“Tendrás que contármelo todo”
Nos detuvimos en el parque un rato, compramos un helado y comencé a disfrazarle la forma en que perdí la virginidad, el hacerlo de esa manera hizo que me excitara, no sé porque, quizá porque incluí algo de cuando lo hice con Gonzalo por primera vez, en un momento de mi relato y ella estaba tan absorta que tomo mi mano, no lo sé aún que fue, pero volvió a mi mente cuando vi a la Maestra Lupita y a Claudia teniendo sexo oral en el baño, fue ahí cuando me atreví a preguntarle
“Dime algo con sinceridad…. ¿Eres homofóbica? Es decir, si te dan repulsión los homosexuales”
“Claro que no ¿Porque lo dices?”
“Es que tengo que confesarte que una ocasión vi a dos mujeres besándose y teniendo sexo oral”
Nuevamente abrió los ojos como platos y apretándome la mano quiso saber más y le conté lo que había visto ese día en el baño de chicas, le dije que siguiéramos caminado hacia mi casa para terminarle de contar (mi casa estaba antes que la suya) y de paso adelantar una tarea en grupo, íbamos caminando de la mano y le contaba detalle a detalle, le dije que si quería hablar a su casa avisando que estaría conmigo para terminar la tarea, a lo cual accedió de inmediato para saber más de lo que había visto.
“Dijo mi mamá que no había problema, que cuando terminara, le llamara por teléfono para que pasara por mi”
“Perfecto vamos a terminar”
Metiche no era un perro que molestara a las personas que llegaban a casa, pero esa ocasión era distinta, yo venía excitada y eso lo detectaba de inmediato, pero todo parecía indicar que éramos las dos quien veníamos excitadas, nos sentamos en la mesa y nos pusimos a trabajar y seguíamos hablando del lesbianismo, Metiche estaba debajo de la mesa percibiendo el olor de ambas, yo estaba sentada a un lado de ella me agache por un papel que el viento tiró y pude ver las piernas de Andy blancas y hermosas como marfil, a pesar de ser más gordita que yo, mostraba perfectamente su entrepierna, me quede viéndolas un rato cuando se agacho y me sorprendió viéndole su conchita
“Heyy… al terminar la tarea te regalo una foto, te durará más jajajaja”
Me levante y reí con ella, mi carácter más decidido fue el que hizo que le dijera
“Es que no pude evitar ver tus piernas, son lindas y lo que está bajo tu falda aún más”
“¿Qué es lo que está bajo mi falda?”
Me preguntó al momento que hacía una sonrisa pícara, sin tapujos le respondí
“Tu entrepierna”
Su mirada se tornó muy seria y me miró fijamente a los ojos, pensé que se levantaría y se iría de inmediato de mi casa, la respuesta que dijo me confirmó todo
“¿Y porque no sigues viendo?”
Una sonrisa apareció en mi cara al mismo tiempo que me agachaba, no sé por qué hacía esto, pero mi excitación me llevó hacerlo, lentamente abrió sus piernas y dejó al descubierto sus redondas y torneadas piernas, permanecí viendo unos segundos cuando escuche una oferta que de inmediato acepté:
“¿Y solo piensas observar?”
Gateando bajo la mesa me acerque y con cierto temor y lujuria comencé a acariciar sus piernas, mi excitación subió de inmediato y Metiche comenzó a olisquearme mi húmeda conchita, ella no se percataba de lo que hacía mi perro conmigo y en ese momento me deje llevar, hasta que Andy se agacho y vio aquel espectáculo, se paró rápidamente y me dijo
“Espera…¡¡tu perro te está oliendo!!”
Me dijo muy sorprendida, no supe que decir, solo atiné a responder:
“Siéntate, déjame seguirte acariciando”
Andy simplemente obedeció y continué acariciándola, alcance a ver sus ojos como los entrecerraba y mis manos seguían acariciándola desde las rodillas hasta sus ingles, solo acariciaba sus piernas, no sabía qué hacer, era terreno aún inexplorable para mí, me dejé llevar por mi caliente instinto y comencé a usar mis dos manos, una por pierna, las paseaba lenta y suavemente por sus muslos, hasta que una de ellas tocó su húmeda concha, un leve gemido fue la primera reacción de Andy, a mi nariz llegaba un olor conocido, el olor que emana una vagina caliente deseosa de placer, con un leve movimiento insinué que abriera más sus piernas y la orden fue cumplida, tenía a placer aquella rica vagina que ya la cubría una buena porción de vellos, no dude más y comencé a acariciar las zonas que a mí me causaba mucho placer y lo hice con la misma delicadeza que hacía con mi cavidad sexual, otro gemido arranque de mi nueva amante, hice a un lado su blanca ropa interior, me costaba trabajo moverla y usar solo una mano, así que le intenté quitarlas, Andy parecía estar conectada conmigo en ese momento, ya que levantó sus caderas e hizo muy fácil quitarlas, comparé visualmente el tamaño con las mías y vi gran diferencia, pero con ese enorme y redondo trasero, era comprensible el tamaño, en ese momento vino a mi mente la escena que vi en el baño y sin dudarlo más clave mi lengua hasta lo más profundo que sus labios vaginales me permitieron, un sabor salado, no se comparaba en absoluto a la verga de Gonzalo o de Metiche, simplemente era de-li-cio-so, probaba cada jugo que corría, lo tragaba sin dudarlo, mientras Metiche seguía lamiéndome encima de mi ropa, así estuve por varios minutos hasta que noté la mirada de Andy, que sin exclamar palabra alguna, quería saber que olía mi perro, en ese momento miré el reloj y vi la hora, quedaba menos de una hora para que llegaran a mi casa, decidí que no era momento dejar que Andy viera el espectáculo de cómo me montaba Metiche, así que solamente jalé sus caderas y abrí lo más que pude sus piernas, me dediqué completamente a comerme toda la concha de mi nueva amante, juro que nunca pensé en esto, pero la situación se dio, subí mis manos por debajo de su blusa y comencé a masajear suavemente sus erectos pezones, por su parte Andy solo atinaba a acariciar mi cabello y cada que le llegaba un orgasmo, jala mi cabeza hacia su caliente entrepierna, Andy no era rubia, pero su piel era muy blanca, cuando me separé de su vagina, tenía un tono rojizo, algo exagerado pero delicioso a la vez por haberlo probado, levanté la mirada y no dejaba de verme, me levanté del suelo y le propine un beso largo, que nuestras lenguas tenían una pelea por permanecer más tiempo en la boca de la otra, cuando me separé le dije:
“Nunca había hecho esto, pero me gustó muchísimo”
“Yo tampoco, pero siempre me has gustado”
“Pero como es eso si tú tienes un novio”
“No lo sé, no me lo preguntes más, también es mi primera vez”
“¿Volverá a pasar?”
“Ya lo creo, aún tienes cosas por contarme”
Al momento que me señalaba a Metiche quien seguía olisqueándome mi trasero, nos acomodamos la ropa nuevamente y terminamos la tarea como si nada hubiese pasado, llego el momento de despedirnos, llamó por teléfono a su mamá y al escuchar el claxon de que habían llegado por ella, salí a despedirla, antes de abrir la puerta, me propino un beso que me dejó viendo estrellas, salimos y nos despedimos como amigas, un beso en la mejilla y un “hasta mañana”, regresé adentro y Metiche seguía acostado debajo de la mesa, fiel y paciente como siempre, como si me entendiera hizo una cara de extrañeza:
“Si, lo sé, no me digas nada que no sé porque lo hice”
Suspiré y mi cabeza formaba ideas
“¿Te gustaría probar su chonchita amor? Sabe deliciosa, no sé si igual que yo, pero sé que te gustará”
Yo seguía muy caliente después de tan nueva y caliente experiencia, no me consideraba lesbiana o bisexual, pero sin lugar a dudas, lo repetiría cuantas ocasiones se me presentara, sabía que no tenía tiempo suficiente como para hacer que mi lindo perrito me hiciera terminar infinidad de veces como era costumbre en cada encuentro sexual que teníamos, así que tuve que conformarme con acariciarme por dentro y por fuera de mi conchita y mi caliente culo, hasta el momento no había tenido orgasmos húmedos, pero dentro de poco los conocería.
Al día siguiente vi a Andy de manera natural, saludándonos como si no hubiese pasado nada, es por algo que las mujeres somos buenas cómplices, en la hora del receso vimos pasar a Claudia, tenía un poco mojada su falda y las rodillas sucias, nos sonreímos entre nosotras, había tenido otra clase sexual con la Maestra Lupita, al término de clases me preguntó que si había alguien en mi casa, quería saber más de lo que pasaba entre Metiche y yo, mi corazón comenzó a latir a mil por hora, por saber qué pensaría de mí, aunque no tenía nada que perder, ella y yo ya teníamos un secreto, le comenté que podíamos ir sin problemas, solo que avisara a su casa para que no tuviéramos prisas por el tiempo, su mamá llegó a la hora de la salida y le pidió permiso de ir a mi casa, cosa que de inmediato acepto, nos ofreció llevarnos pero dijimos que nos iríamos caminando, eso no fue muy de su agrado pero accedió, en el camino me preguntó directamente:
“Dime la verdad Pita… ¿Haces el amor con tu perro?”
Woooow, eso sí era muy directo, la miré de reojo y le dije:
“¿Qué te hace pensar eso?”
“Bueno, es que un día vi en la computadora unas imágenes de un perro cogiendo con una chica, en una de ellas el perro lamía su vagina así como tu perro lo hizo contigo”
“¿No te alejarás de mi a pesar de mi respuesta?”
“Ummm no lo creo”
“Bien… si lo hago”
“Me lo imaginaba, y… ¿Me dejarás ver cómo te lo hace?”
“Si me das un beso te dejaré ver lo que quieras”
No esperaba que me diera el beso en plena calle, para nuestra fortuna no estaba pasando nadie, aunque fue un beso corto, fue muy rico, fue con el sello de un pacto, la firma de nuestro convenio:
“Andy… dime algo, ¿Tu serías algo más que mi amiga a pesar de que ambas tengamos novio?”
“Amm no sé, podría decirse que ya somos algo más que amigas”
“Buena observación, ven apuremos el paso”
Era cierto, éramos algo más que amigas, cuando llegamos a mi casa, mi lindo Metiche parecía adivinar qué pasaría algo bueno, ya que estaba muy emocionado al vernos llegar:
“¿Siempre es así de alegre cuando llegas?”
“A veces, pero hoy lo veo más alegre que de costumbre”
De inmediato la llevé a mi cuarto y Metiche entro atrás de nosotras, ella era unos centímetros más alta que yo, antes de entrar ya la llevaba de la mano, apenas cruzamos la puerta me jalo de la mano y me dio un beso que me hizo ver las estrellitas, nunca había recibido un beso mezcla de amor, ternura y placer, todo eso en esa primera caricia:
“Andy, debo reconocer que besas exquisitamente bien”
“Te lo dije, desde hace tiempo me gustas mucho”
“¿Por qué lo callabas?”
“Porque no sabía cómo ibas a reaccionar”
“Tontita….”
Nuevamente me volví a colgar de su cuello y a seguir disfrutando de esa boca que era mucho más experta que la mía en el arte del beso, comencé poco a poco a desabotonar su blusa, ella solo se dedicaba a acariciarme mi nuca, lentamente fui abriendo su blusa, cuando no hubo otro botón que estorbara, me acerque más a ella y hábilmente quité su sostén, un delicioso par de tetas de pezones puntiagudos y enormes areolas obscuras, parecían haber sido moldeadas a su sostén ya que la gravedad no le afecto en lo absoluto, por su parte ella comenzó a imitarme quitando botón por botón de mi blusa, apenas me quitó mi sostén y me prendí como bebé de sus deliciosos pezones, después de haber lamido y chupado ese par de ricas areolas enormes, se hinco ante mí y bajo rápidamente mi falda, del mismo modo hizo con mis pantis, únicamente quedé con las calcetas escolares, me recostó en la cama y me dijo:
“Ahora sentirás el placer que me hiciste sentir ayer”
“Haz de mi lo que desees bebé”
Su lengua comenzó a atacar directamente mi clítoris, un orgasmo llegó de manera inmediata, con gran habilidad presionaba exactamente, yo solo atinaba a gemir y jalarme mis pezones, a pesar de haber recibido muchas ocasiones sexo oral, esta vez era diferente, era una mujer quien me lo hacía:
“Aaah así Andy, cómeme toda, prueba todo de mí, no pares, hazme llorar de placer”
Poco a poco comenzó a probar mi concha, ayudándose con sus dedos, jalaba cortésmente mis labios para poder meter su suave lengua lo más que podía, lamía desde la base de mi escurrida vagina hasta mi clítoris como si de un rico helado se tratara, levantó más mis piernas y dejó al descubierto mi ano que ya presentaba contracciones debido a los orgasmos que me arrancaba, se concentró en hacer círculos con su lengua en mi obscuro culito, un nuevo orgasmo se presentó de mayor intensidad, yo no paraba de gemir, le pedía más y más, de pronto se levantó como si fuera impulsada por un resorte… Metiche le estaba oliendo su redondo y gran trasero, su excitación había liberado feromonas:
“Bebé... Dile a tu perrito que espere, yo no me animaría a que me lamiera”
“¿Quieres ver que lo haga en mí?”
“Sí, quiero ver qué es lo haces con el”
Me levanté de la cama y casi arranco su falda y su panti que ya mostraba humedad en exceso, la coloque en el lugar que yo había dejado, lo identifique por la mancha que su saliva y mi vagina habían marcado, comencé a lamer de la misma manera de ayer, era un espectáculo ver sus labios blancos y su vagina enrojecida, parecía que quisiera comérmela, entraba vorazmente entre sus piernas y acariciaba sus grandes nalgas:
“Anda bebé quiero verte hacerlo con tu perro”
Sin decir una sola palabra y sin mirarla, di una pequeña palmada a mi mojada vagina, Metiche sabía que esa era la señal de que comenzara a probarme, yo hacía pausas en mi labor oral, era un placer indescriptible estar chupándole su rosada concha a Andy y recibir fuertes lengüetazos de mi lindo perrito, alcance a escuchar a Andy diciéndome:
“Bebé… bebé…. Te está comiendo tu colita…. Y hace que… que me venga… Aaaaaah”
“Quiero que me coja mientras pruebo tu culo amor, levanta más tus piernas”
“Si, sí, quiero verte gozar”
“Ven mi lindo perrito, Andy quiere verme siendo toda una perra”
Yo estaba más caliente que nunca, di una palmada en mis nalgas y de inmediato se subió tratando de taladrarme, yo gemía y sentí las manos de Andy jalándome de los cabellos hacia su culo, apenas mi lengua toco su caliente ano y un chorro caliente y salado caía en mi cara, tenía su primera eyaculación al tiempo que gemía más fuerte, si bien siempre elegía por donde quería que Metiche me penetrara, esta ocasión deje que el eligiera, atinadamente dio en mi culo, no sé por qué pero cuando me perforaba el culo lo hacía con más intensidad y fuerza, Andy jalaba sus pezones muy fuerte, los estrujaba y gemía, no perdía detalle de cómo la saliva de Metiche caía por mi espalda mientras recibía los empellones de su frecuente empujar, yo entre lamidas gemía y recibía sus mojados orgasmos, después de varios minutos de sentir el fierro caliente de Metiche entrando y saliendo de mi recto a gran velocidad, se detuvo, no quise que se saliera y me separe de mi húmeda amante, mi frente perlaba sudor y gotas de eyaculación femenina:
“Ven Andy… colócate abajo mío, como si fuéramos hacer un 69”
“Si, pero ¿Cómo es eso?”
“Acuéstate boca arriba debajo de mí, déjame probar tu conchita”
“Si bebé, que más hago yo”
“Pruébame toda, mi perro me ha cogido por el culo y tienes mi colita entera para ti”
“Si bebé, yo lo hago”
No tuve que explicar más, Metiche seguía jadeando en mi espalda, mientas mi palpitante vagina era saboreada por Andrea, yo continuada probando las mieles de mi nueva amante, un orgasmo tras otro llegaban a mi ser, yo no eyaculaba aún (por lo menos no los había experimentado), así estuvimos hasta que Metiche tuvo la necesidad de bajarse, nunca lo hacía rápidamente, lo hacía despacio, fue cuando un chorro cayo en la cara de Andy, había tenido por primera vez una eyaculación, sentía un enorme placer y un grito escapo de mi boca:
“Aaaaahhhh ¡¡¡que rico!!!!”
Andrea se pegó su boca a mi vagina como si de eso dependiera su vida, actuábamos como dos lesbianas de tiempo completo, sentí como tres chorros enormes de líquido salían por mi vagina, mi ano se contraía a cada eyaculación mía, Metiche volvía a jalarme con sus patas delanteras y empujaba como si tratara de escapar, no pude más y mis piernas parecían de hule, no tenía fuerza para mantenerme más así:
“Aaah aaah... no puedo más Andy, mis piernas me tiemblan”
“Que rico bebé, me ha gustado mucho probarte”
“Pero estas muy mojada Andy ¿Acaso también eyaculé? No sabía que pudiera hacerlo”
“Yo tampoco lo sabía, pero sabes delicioso amor”
“amor ¿Te gusta como me veo con Metiche dentro de mi?
“Me gustó muchísimo, te veo y me dan ganas de probar aunque no se si me atrevería”
“Si un día quieres probar amor, yo te ayudaré”
Al momento de decir eso, Metiche tuvo la necesidad de voltearse y quedar culo con culo, cosa que era difícil que sucediera, ya que sin nudo, mi hermoso can no podía quedarse más tiempo dentro de mí, un “PLOP” seguido de un gemido mio y medio orgasmo dejó a Andy con una mirada placentera hacia mi recién penetrado culo:
“oye bebé…. tu perro tiene un enorme pene ¿Todo eso cabía en tu culito?”
“Si, es delicioso sentir ese enorme pedazo de carne dentro de mi”
“¿Pero te lo mete todo de un solo golpe?”
“No, le va creciendo conforme me va cogiendo es sentir que cada que empuja cada vez más entra”
“Pero se mueve rapidísimo bebé ¿No te duele?”
“No, no me duele, es un placer mucho muy diferente, inclusive, me atrevo a decir que me gusta cómo se mueve mi perro más que el mismo Gonzalo”
“Me gustó mucho ver como se movía bebé”
“Y a mí me gustas mucho tu”
Nuevamente volvimos a besarnos, ella masajeaba suavemente mi clítoris y jalaba mis suaves pezones, yo no paraba de acariciar su grande y rico trasero, estuvimos varios minutos besándonos, hasta que el reloj me anunció que era momento de terminar ese día tan especial y tan delicioso
“Andy… me encanta como me besas, pero creo que se nos acaba el tiempo”
“Se nos acaba por este día bebé… a menos que decidas otra cosa”
“Claro que no tontita, solo por este día ¿Te parece bien mañana?”
“No creo, tengo cita con el doc., pero el Jueves si puedo”
“Te quiero Andy”
“Yo también Bebé”
Comenzamos a levantar la ropa, no parábamos de reír, fuimos al baño a lavarnos la cara, me ayudó a llevar la colcha de mi cama a la lavadora, no teníamos que dejar evidencia, cada oportunidad era buena y un rico beso aparecía, también las caricias atrevidas metiendo la mano bajo la falda, pero sabíamos que teníamos que controlarnos.
“Llámale a mi suegra para que venga por ti Amor”
“Jajajaja le diré así, que venga a la casa de su nuera”
“Jajaja, imagina su cara, mejor solo dile que ya puede pasar por ti”
Al siguiente día, igualmente estuvimos en clase, aprovechábamos cualquier momento para ir al baño a darnos una rica sesión de besos y caricias atrevidas que llegaban hasta terminar con un orgasmo, siempre cuidándonos de no ser vistas por Claudia o la maestra Pita, fuera de eso, las demás eran de poca importancia, nos despedimos en la puerta de la escuela, su mamá iría por ella para llevarla al doctor, yo no quise irme caminando así que esperé el autobús escolar, iba un poco desconsolada al saber que no estaría Andy conmigo, pero….. ¿Y Metiche? Él siempre estaba ahí, a él no le importaba que yo hubiese cogido con Gonzalo o que Andy estuviera, era tiempo de volverlo hacer con él a solas, llegué a casa y como siempre primero fiel a su amor, me recibía feliz y contento, me agache a saludarlo, cosa que le daba mucha más alegría, En ese momento levántate mi mirada y vi nuestro nido de amor, en forma autómata mi entre pierna comenzó a humedecerse, sabía lo que pasaría ahí, acaricie nuevamente la cabeza de Metiche y me dirigí a mi casa a dejar mi mochila y ponerme ropa más ligera, llame por teléfono a mama a su trabajo para avisarle que había llegado, también con la intención de saber si llegaría temprano o no, me puse unos shorts y una playera, Metiche esperaba pacientemente afuera de la casa, se puso como loco al verme ya que llevaba una almohada bajo el brazo, sabía bien a dónde íbamos, corría hacia nuestro nido de amor y regresaba como apresurándome:
"Espera mi bello perrito, pronto seré para ti nuevamente"
Apenas llegue y me di cuenta que Papá había arreglado el lugar, así que procedí nuevamente a acomodar todo para que pudiera estar a gusto, coloque la tabla y unos ladrillos, me asimile a algunas aves o especies que preparan sus guaridas para esperar a su macho para ser preñadas, mi lindo amante esperaba impaciente aprovechando cada oportunidad para oler mi humedecida vagina, cuando termine de acomodar a mi aposento provisional, sin quitarme el short, lo hice a un lado y sin tener que llamar a mi peludo amante, entendió a la perfección y presuroso atendió mi necesidad, hábilmente comenzó a lamerme profundamente, me volvía loca como metía su lengua, no necesitaba abrir mis rosados labios vaginales, sabía abrirse camino con solo su lengua:
"Si papito, chúpame toda, exprime todo lo que tenga, es tuyo, devóralo mi rey"
Mi lindo canino no dejaba de lamerme, yo loca de placer estrujaba mis suaves pechos como sí quisiera sacar jugo de ellos, basto menos de un minuto para que la veloz y habida lengua arrancara un mojadísimo orgasmo, quien no dejo escapar gota alguna, yo gemía como perra en brama y no dejaba de pedirle que siguiera:
" uummm papi, si, asiiiii, uummm sigue papito, toma todo papi es tuyo te lo has ganado, aaaahh más, más, maaaas!!!!"
Sabiendo que no había nadie que me oyera, le hablaba a mis anchas, Metiche estaba tan excitado que comenzó a darme pequeñas mordidas en mis labios que hizo que pegara gritos de dolor y placer, era la primera ocasión que lo hacía y me encantó:
"Si papi muerde a tu perra, hazlo que me gusta mucho, no dejes de hacer mi lindo perrito, aaaahhhh, más, más, así así, prueba, prueba es tuyoooo!!!"
Nuevamente tuve otro orgasmo pero esta vez más grande, tanto que me moje, salpique a mi peludo amante, mis piernas temblaban, no pude ahogar un grito y solté mi short y jale mis pechos por encima de mi ropa, mi perro se separó de mi por la manera en cómo llegó mi orgasmo, no olvidaré como se disfruta de un orgasmo que te llega por la constante lamida de un hocico canino, decidí que era momento de que me llenaran de caliente semen perruno, me incorpore aún con las piernas temblando y escurriendo de mis fluidos vaginales, me sujete de la pared y con una mano quite mi short y mis mojadas pantaletas, no me quite mi sostén, sino que solamente lo subí para liberar mis suaves teta que ya mostraban enrojecimiento y mis pezones endurecidos levemente, llame a mi lindo perrito para que volviera a lamer en lo que me colocaba para disfrutar una buena y placentera embestida:
"Ven mi amor..... Hazme tuya que lo deseo tanto"
Un par de lengüetazos fuero suficientes para humedecerme aún más, Metiche estaba listo para hacerme gemir de placer, de inmediato intento penetrarme, un par de estocadas que no atinaban bien por donde llenarme, se bajó y de nuevo realizo su segundo intento, esta ocasión atinando en mi rosado ano, un grito de placer inundo la habitación mientras su frenesí se mostraba empujando fuertemente y haciendo bailar a mis tetas a su ritmo:
"Ahhhh ahhh ahhhh, más, más, si, así, cógeme papi, soy tu perra, aghh méteme la vergaaaa ahhh"
Mi fiel amante dedicado a su labor empujaba lo más fuerte y profundo que podía, yo recibía gustosa de amor y placer cada estocada, con una mano acariciaba mi mojadísimo clítoris que escurría de tantos orgasmos repetidos que venían, con los ojos en blanco no dejaba de gemir y pedía más:
"Ahhh más, si ahhh más"
Mis gemidos llevaban su ritmo de empujes, me apoye sobre mi codo y mis pezones rozaron con la madera y tuve una sensación exquisita y nuevamente volví a escurrir mi mano, apretaba de mil formas mi clítoris, metía mis dedos en mi cavidad sexual, estaba loca de tanto placer recibido, por unos instantes mi macho se detuvo y bajo a lamerme, una larga y venuda verga salió de entre mi dilatado músculo anal, que escurría semen inyectado, acto seguido se dio a la tarea de lamerlo y meter su lengua hasta donde le era posible, era una exquisita mezcla de placer y regocijo que mi cuerpo sentía cada vez que su lengua hacia su labor de limpieza, dado que el bulbo su verga no aparecía ya, nuevamente su naturaleza lo invito a la tarea de abotonarme, esta ocasión atino de inmediato a mi caliente concha que produjo que exclamara:
"¡¡¡Cógeme fuerte!!! ¡¡¡Méteme la verga!! Aagghhh agggghh siiii, soy tu puta perra, agggghh"
Hablaba con voz grave, loca de éxtasis, mi cuerpo y mis tetas bailaban al ritmo que recibía de mi amante peludo, cada empujón hacían que mis brazos se doblaran e inclinara más mi cuerpo exponiendo al máximo mi trasero ensartado, era una insistente corrección de mantener los brazos estirados y soportar más a cada embestida, llegaban orgasmos incontables que terminaron venciéndome y mi cara y pechos quedaron pegados a nuestra improvisada cama marital, mi culo quedo a completa disposición de mi macho, quien no dejaba de penetrarme con tal fuerza e insistencia que se escuchaba un delicioso golpear de sus ingles contra mi aún joven pero experimentado trasero, mis manos libres alcanzaban torpemente a jugar con mi clítoris que era un capullo rosado e hinchado, era parte de mi placer sentir el caliente mástil de carne hurgando el interior de mi vagina, fueron minutos que parecían horas a total entrega a mi lindo perrito, quien sólo merecidamente bombeaba caliente semen para preñarme, el movía sus patas traseras como queriendo escalar por mis piernas o mejor aún, como queriendo entrar hasta mi matriz, hasta que en un movimiento hizo que llegara una tórrida eyaculación mía que escapó alrededores de la verga que placentera me llenaba, estaba muy excitaba, mis gemidos parecían gruñidos, sólo recuerdo que decía:
"Agggghh más, quiero más, siii, cógeme que quiero to....da tu verghhhhh"
No pude más y mis piernas se doblaron, ese orgasmo llego acompañado de una convulsión muscular, mi perro ajeno al placer que me causo, seguía con su eterna misión de abotonar a su hembra, me faltaba el aire, mis jadeos eran muy cortos y fuertes, nunca antes había sentido un orgasmo a ese nivel, casi desfallecida ya no podía evitar que me siguiera rellenando de semen, prácticamente era un receptáculo seminal, durante el tiempo que mi justiciero seguía cumpliendo con su plan de inseminador, llegaban espasmos que agitaban mi respiración y contracciones en mi vagina, no recuerdo cuánto tiempo más pase así, hasta que sentí menos peso encima de mí y la lengua de mi perro limpiando la mezcla de nuestras eyaculaciones, poco a poco fui recobrando el sentido y vi como aquel miembro viril perdía tamaño y se escondía en su funda:
"Me has hecho ver el cielo y el infierno al mismo tiempo papi, te amo"
En verdad lo amaba, me había dado tanto amor y placer que era imposible no amarlo, casi arrastrando la tabla, intente dejar todo como estaba, termine molida que sólo le di de comer a Metiche, me bañe y dormí el resto de la tarde.
Al día siguiente no podía esperar decirle a Andy lo delicioso que había pasado la tarde, al llegar a la escuela le dije que le contaría algo a la hora del receso, cuando hubo la oportunidad le conté con lujo de detalle todo lo acontecido, abría los ojos de una manera de sorpresa pero también de interés, llego un momento que me dijo:
"Espera, espera, no sigas y acompáñame"
Por un momento pensé que no quería saber más, me llevo de la mano a los baños y me susurro al oído:
"Quiero probar si aún tienes el sabor de tu perro en tu conchita"
Acto seguido se hinco, levanto mi falda y bajo mis pantis, comenzó a lamerme de una manera tan exquisita que sólo cerraba mis ojos y disfrutaba el momento, mientras Andy recorría con su boca mis labios que a presentaban notoria humedad, mi boca emitió un gemido al venirme en la boca de mi cómplice, al saborear mis fluidos íntimos, levanto la cara y limpiándose la comisura de sus labios me dijo:
"Aún sabes delicioso, quiero probar a tu perro. ¿Me lo permites?"
Como podía negar a tan sutil solicitud, la levante y le dije antes de besarla:
"Haré lo que me pidas amor"
El resto del día transcurrió con intercambio de miradas y sonrisas pícaras pero también nerviosas, una mezcla de morbo y deseo, tomamos el autobús escolar y cuando llegamos a mi casa, nos tomamos de la mano y entramos, Metiche fiel a su costumbre comenzó a lamernos las manos y a correr a nuestro alrededor, le dije a Andy:
"¿Has visto amor? Sabe que serás de el"
Como sabía que la casa era nuestra, me beso de una manera tan linda y pasional que sólo atine a responderle y acariciar su redondo y rico trasero, le comenté que avisara por teléfono a su mamá ( mi suegra de momento jajajaja ) que fuera por ella más tarde, le dio una hora razonable para que tuviéramos libertad de hacer nuestra perversión, apenas colgó la llamada telefónica y la abrace por la espalda, sentir su enorme trasero en mi vientre me excitaba enormemente, estruje libremente sus redondos y blancos pechos que parecían pedirme liberarlos de su prisión, le comencé a besar su cuello mientras mis dedos desabotonaban su blusa, Andy solo repetía mi nombre suavemente y acariciaba mi cabeza, cuando termine la tarea de abrir por completo su blusa, Andy se giró y me dijo:
"Quiero sentir placer bebé"
Me comenzó a besar desesperadamente, yo metí mis
manos bajo su blanco sostén y ella me devolvía la acción de quitarme la blusa, deje sus rosados pezones al aire y me di a la tarea de chuparlos, motivo que interrumpió que Andy continuara despojándome de mi ropa, no pude esperar más y me tuve que separar de ella para concluir su tarea, sabíamos que toda prenda estorbaría, así que me imito y quedamos completamente desnudas en un abrir y cerrar de ojos, nuevamente volvimos a besarnos, nos faltaban manos para acariciarnos todo el cuerpo, aunque mis manos se enfocaban más en su redondo trasero que tanto me encanta, ella hacía lo propio con mi experimentada conchita, pero no quería perder más tiempo y mi mente solo la imaginaba en posición de perrito y Metiche haciendo que su trasero y sus tetas se movieran, le dije:
"¿Quieres qué llame a Metiche?"
-"Como te lo dije amor, quiero sentir placer y que mejor a tu lado"
Apenas pronuncie su nombre y nuestro macho ya estaba dispuesto a complacernos, cono era lógico la primera entrepierna que busco y lamió fue la mía, él sabía que yo era su perrita, Andy se sorprendió y se acariciaba sus tetas de ver tan excitante imagen:
"Ven bebé, siente su deliciosa lengua"
Le dije al momento que estiraba mi mano, ella solo atino a sentarse en la orilla de la cama y abrir sus piernas, realmente estaba dispuesta a recibir mucho placer, me acerque y junto conmigo Metiche, quien un tanto desconcertado me miraba, me hinque apoyando mi rico trasero en mis talones, con eso evitaría que mi perro comenzara a poseerme, vi de inmediato como su rodada conchita ya presentaban signos de humedad, brillaban sus labios y se antojaban a comerlos a besos, pero esa ocasión serían limpiados, su enervante olor me jalo y sin pensarlo más comencé a chupar como desesperada, Andy de inmediato emitió un gemido que aumento su humedad y sus fluidos se confundieron con mi saliva, era un sabor riquísimo que quise compartir con Metiche quien ya olía y me buscaba mi mojada y caliente conchita:
"Ven amor, debes de probarla, te gustara mucho"
Moje mis dedos hundiéndolos un poco en aquella deliciosa vagina necesitada de placer, no hubo necesidad de introducirlos ya que era tanta su excitación que ya estaba muy mojada, de inmediato di a oler mis dedos a nuestro macho alfa, como paleta cubierta de caramelo, comenzó a lamer de forma desesperada que limpió por completo mis dedos, acto seguido le señale el origen de tan rico sabor y debido a el olor en el ambiente, no hubo necesidad de más explicación, hábil como siempre con su lengua, comenzó a lamer toda aquella conchita, Andy exclamó de forma espontánea:
"¡¡¡Ay Dios mío bebé, que rico que rico!!!"
Sus manos estrujaron la colcha de mi cama, se mordió los labios y abrió más las piernas, Metiche aprovecho el espacio y se acomodó para saborearla en su totalidad, era tal escena que decidí unirme y haciendo un espacio me uní y hasta donde podía comencé a lamerla, Andy tuvo un tórrido orgasmo tan extenso al momento de sentir el calor de mi lengua, que salpico tremendamente y solo atinaba a gemir, no pronunciaba palabra alguna, Metiche y yo quedamos mojados de su enorme orgasmo, que de inmediato seguimos lamiendo:
"Ay bebé no pares, dile a tu perrito que no pare aahh ahhh"
Algo maravilloso que tienen los canes es que su lengua no se cansa de lamer y por supuesto deje que el experto continuara arrancando placer de la cavidad sexual de Andy, me detuve por unos segundos y me pare frente de mi linda amante, quien no dejaba de morderse los labios, pase mis al lado de las suya y comencé a besarla y acariciar sus pechos y jalar suavemente sus pezones, en esa posición, Metiche aprovechaba para lamernos por turnos, me excite tanto que deseaba que mi perrito me llenara de su larga verga, pero sabía que este era el momento de ella, así que le dije entre besos:
"¿Estas lista amor?"
-"Si ya lo estoy esperando bebé"
"Ven, ponte en posición de perrita, así te hará disfrutar por completo"
-"Si bebé lo que tú digas"
La ayude a incorporarse y aproveche a darle un beso antes de que comenzáramos a ser parte del harem de Metiche, al ver que se hincaba Andy, nuestro macho se mostró deseoso de poseer a alguna de nosotras, no sabía a quién de las dos, pero sus hembras estaban en charola de plata, yo esperaba también ansiosa el momento en el que Andy y Metiche se fundirían en el rico arte de "mete y saca", ella no sabía cuánto duraría su verdugo en complacerle, pero tampoco quise informarle, ella quería disfrutar y yo quería verla disfrutando, apenas se hincó y mi entrepierna seguía mojándose cada vez más, de pronto me miró con una cara de duda, que de inmediato identifiqué, ella no sabía cómo acomodarse:
"Mira amor, híncate y después apóyate sobre tus manos, separa tus piernas."
-"¿Así bebé?" Me preguntó
"No amor, no tanto"
Me agache junto a ella y acostumbrado a mí, Metiche se me encimó por la espalda, él ya quería retacar su espada venuda en mi concha, pero lo baje indicándole con una palmada en el redondo y blanco trasero de Andy, quien ya mostraba agitada su respiración, al momento que le separaba más las piernas:
"¿Lista mi amor? Ya viene"
Como si hubiera pasado años sin que hubiese desfogado su semen en una caliente y suave vagina, nuestro macho se apresuró y al momento de jalar con sus patas la cadera de su próxima perra, clavó un poco sus uñas sin lastimarla, pero creó la sensación de que sería doloroso en lugar de un coito canino delicioso:
"Bebé ¿no me morderá?"
"No amor, está desesperado por seas suya, pero no te hará daño"
Acto seguido un grito de placer y dolor de Andy, ya que atinó perfectamente al primer empuje de su herramienta sexual en la recién chupada vagina:
"Ayy Dios que rico bebé.... me está cogiendo tu perro y se siente riquísimo ahhh ahhh siiii que rico bebeee"
Yo miraba embelesada como bailaban las tetas de Andy y como su trasero temblaba a cada embate canino, el sonido que yo escuchaba cada que me fornicaba, ahora lo estaba escuchando, cuando me di cuenta, yo tenía otro orgasmo debido a que tenía 2 dedos en mi vagina, no supe en que momento lo comencé a hacer, pero seguí haciéndolo, Andy me volteó a ver y dijo:
"Ven bebé, ven.... bésame, bésame que siento que llego al cielo y al infierno"
No tuvo que volverlo a repetir, en ese momento me puse en su misma posición y comencé a besarla de una forma desesperada, de eso dependía mi vida en ese instante, fue una necesidad hacerlo de esa manera y ella respondía con la misma intensidad, el ver que Andy disfrutaba con sus movimientos y sus gemidos entre besos, ocasionaba que yo tuviera múltiples orgasmos inclusive sin tocarme, con la simple idea de verla los tenía:
"Bebé me vengo, quiero haceeerlo agggghhh que rico me lo hace tu perro, me siento una perra"
"Si amor, vente quiero verlo y saborearlo"
Me coloque bajo de ella y vi como la venosa verga de Metiche hurgaba sus interiores a ritmo veloz y constante, cada qué ocasión que las ingles de Metiche golpeaban las nalgas de Andy, el semen del rojo trozo de carne y los fluidos de la palpitante raja de Andy salpicaban cayéndome en mi cara, yo abría la boca esperando me cayeran para saborearlos, vi como su clítoris rosado e inflado como botón de flor a punto de reventar rozaba con la funda peluda de su complaciente macho, me acerque lo más que pude y estirando mi lengua lo termine de estimular:
"Si bebé chúpamelo, que ya casi me ven...."
No término su frase cuando su conchita exploto liberando su carga orgásmica, un chorro cayó sobre mi cara y alcance a ver como se contraía su vulva y expulsaba eyaculación femenina, acompañado de un grito de placer
"Aaahhhggg aaahhh aaaahh Di-os que rico siento bebé"
Yo seguía recibiendo cuanto fluido liberaba, abría la boca y cuando caían gotas lo tragaba y volvía a lamer su clítoris, pasaron unos segundos más y Metiche bajo su intensidad, habían sido irrepetibles movimientos y comenzaba a cansarse, Andy no dejaba de jadear y me pidió en tono de súplica:
"Dile que no pare por favor, pídele que continúe, quiero sentir más de él"
"Espera un momento más amor y verás"
Le dije con la cara mojada, yo conocía bien a mi ahora compartido amante, se quedó quieto y al sentir las palpitaciones del ardiente vagina volvió a arremeter, aunque no con la misma desesperación del inicio, si con un delicioso ritmo, mi mojada conchita pedía a gritos algo para acompañar un rico orgasmo, salí de mi maravillosa posición y me senté a la orilla de la cama abriendo las piernas, Andy me miro y comenzó a gatear hacia mí, aquello fue una señal para mi perro quien creía que su perra quería escapar y jalo de nuevo sus caderas y seguía llenando de semen la matriz de Andy, quien si hubiera sido perra, sin duda quedaría preñada:
"Ayyy bebé ayyy bebé que rico me coge, quiero ahhhhgg quiero chuparte"
"Si amor, comete mi conchita que quiero acabar yaaa!!"
Como pudo llego hasta mi brillante vagina y se pegó abarcando sus labios con los de mi concha, sentí una descarga eléctrica que recorrió todo mi cuerpo y maltratando mis tetas con mis manos, le pedí:
"¡¡¡Amor, amor ya viene pruébalo amor es tuyo!!!"
Mi caliente orgasmo llego en segundos llenando por completo la boca de Andy, quien consumía todo lo posible, aquel orgasmo fue tan intenso como el que me hacía tener mi perrito, yo seguía jalando y estrujando mis tetas y Andy seguía tragando todo lo que podía al ritmo que Metiche la bombeaba, (cada que recuerdo la escena término masturbándome o pidiéndole a mi esposo que me coja), el lapso de descanso llego casi simultáneo para los tres, mi perro dejo de descansar su cuerpo, jadeaba y babeaba la espalda de Andy, mientras ella pegada a mi seguía saboreando mis mieles y se tocaba su vagina sintiendo como aquella venosa y palpitante carne seguía descargando semen en su interior, yo no dejaba de jalarme los pezones y mi vagina continuaba con contracciones de los pequeños orgasmos que seguían llegando, Andy me volteo a ver y con una mirada de ternura y satisfacción me dijo:
"Que rico es todo esto bebé, deberíamos hacerlo siempre"
-"Lo haremos cada ocasión que estemos juntas amor"
Me agache y volví a besarla de una forma tierna, Metiche supo que había terminado de copular y preñar a su nueva perrita, término por bajarse de la espalda de Andy quien al sentir la lengua de áspera de nuevo en su recién penetrada vagina solo atinó a decirle con voz de súplica:
"Ya no perrito ha sido mucho por el día de hoy, ya no podría con otra sesión como esta. ¿Bebé tuperrito me quiere volver a coger?"
"No amor, únicamente está limpiando a su perrita, está relajando tu conchita amor"
"Qué bueno bebé, porque me tiemblan mis piernas y me volvería loca si me vuelve a poseer igual"
"Solamente amor..... Déjame que te pruebe yo"
"¿Quieres probarme bebé? ¿Quieres saborear nuestros jugos?"
No terminaba su pregunta y yo me encontraba tras de ella pasando mi lengua por su abertura, saboreando cada centímetro y aproveche para darle una rica lamida a su obscuro ano, donde hice círculos con mi lengua y ella comenzó a escurrir nuevamente lubricantes vaginales:
"Ya no puedo bebé, te lo juro me estas excitando nuevamente pero siento desfallecer"
Con un beso en su clítoris di por respuesta a su dulce petición, nuevamente me acerque a sus labios y la besé con pasión y le dije al oído:
"Esta es la primera de muchas que disfrutaremos, después entre tú y nuestro macho, me harán gozar como nunca amor"
"Tenlo por seguro bebé que así será"
“Te Amo Andy”
“Yo también bebé”
La ayudé a incorporarse lentamente, ya habían pasado un par de horas después de nuestro inicio de romance que no había más remedio que darnos a la tarea de darnos un baño (cosa que también hicimos juntas) y llamarle a su mamá para que fuera por ella, al despedirnos en la puerta de mi casa, Metiche llegó y le lamió su mano, como agradeciendo lo recién acontecido y siendo discreto, nos reímos y la vi subirse al auto de su mamá, quien solo movió la mano diciendo adiós.
Está fue una de muchas ocasiones en que disfrutamos de lo lindo el placer humano-perro, tiempo después la vida cobró su factura a Metiche y se fue al cielo de los perros, no sin antes llorarle por su partida, Andy también le lloró, ambas por el sentimiento de placer, pero más el amor hacia ese noble y lindo animal, actualmente con ella solo tengo esporádicas citas, pero sin haber relación sexual, (bueno, si un par), pero la mayoría fue de amistad y de recordar todo lo bien que pasamos.
Quiero agradecer los comentarios que hicieron del relato anterior, quien tan ingeniosamente Mark se encargó de darle vida, así mismo este tiempo que no concluyó este relato fue por asuntos personales que no vienen al caso, por parte mía, así que nuevamente agradezco a Mark por haber tenido esa grandiosa paciencia de esperar la finalización, posiblemente si hay oportunidad, les comentaré de otra aventura que tuve.
(Esta es mi historia real, muchos detalles han sido omitidos y otros agregados gracias al erótico toque de Mark a quien conté mi historia, el cual pedí no diera mi correo ni nombre real a nadie,
Quiero tener un encuentro con una chica igual que yo, no necesariamente lesbiana completamente o bisexual, con el simple hecho de querer tener un encuentro lésbico y si les gusta la zoofilia, será mucho mejor
Suya por siempre Agapita)
Agradezco sus comentarios como siempre por correo mex.zoo@gmail.com como me lo pidieron, no daré el correo de Agapita, Reciban un saludo
Mark