Mi historia 2

Y entonces, el destino juega conmigo...

Ahí estaba yo, subiendo las escaleras que llevan a mi cómodo apartamento. Desde hace aproximadamente unos 3 años me independice, no ha sido fácil, pero cuento con Fernando algunas veces y su irresistible amor por la limpieza, la cocina y las plantas. Él mantiene todo como una tasa de oro cuando viene algunas noches y yo, bueno yo soy un desastre andante excepto por mi habitación que parece todo lo contrario.

No había terminado de subir al piso 11 donde vivo cuando veo que una persona está intentando con todas sus fuerzas sacar del ascensor un mueble enorme, ahí estaba la respuesta del porque no subí en él…

Yo: Ehh… Disculpe, cuando son muebles tan grandes como ese, debe subirlos por las escaleras, ya que ese aparato no funciona mucho y si se daña tendremos una cuenta enorme en el condominio.

Desconocido: Me hubiese encantado subirla por las escaleras, pero como comprenderá soy una mujer y no cuento con otra persona que me eche la mano. Esa voz, esa increíble voz tan natural, segura de sí misma y ronca… Esa voz pertenecía a Antonella. Se me subieron los colores a la cara y luego de repente me bajo la tensión, ahí estaba la mujer que iba a hacer de mi vida un infierno.

Yo: Vaya, vaya… Antonella se muda a mi piso, no puedo creerlo.

Ella: Emily, eres tú? Pero desde cuando vives aquí? Esto es una broma, verdad?

Yo: Cualquiera juraría que me tienes mucha rabia o quizás otra cosa, profesora… Me hacía mucha gracia escuchar su voz tan nerviosa, a pesar de no verla porque el mueble se metía en medio de las dos sabía perfectamente que tenía la mirada muy confundida.

Ella: Pues sí, estoy tan molesta de que estés parada ahí hablando y no me ayudes a mover este mueble que pesa tanto.

Solté una gran risa que le hizo eco y en momentos estábamos riendo las dos…

Yo: Vale, échate para atrás que yo misma lo saco, no te vayas a mover.

Al parecer entendió que lo metería en cuestiones de segundos a su casa. Levante el mueble que no era tan pesado, lo arrastre un poco y por fin logre ver su figura. Vaya que era guapa en la universidad, pero ahí con unos cortos shorts y esa camisa que se subía hasta su ombligo me ponía la cabeza a toda máquina. Me le quede mirando sin pena alguna y luego me percaté de que ella también me miraba, entre nerviosa y ansiosa, quizás. Vi la última puerta del corredor abierta, justo la que está al lado de mi apartamento y con facilidad coloque el objeto en su lugar, mire alrededor y solo había ahí una mesa, par de sillas, una biblioteca bastante grande y cuadros, muchos cuadros de colores que me resultaron bastante conocidos.

Yo: Estos cuadros… Me quede un poquito ida.

Ella: Esos cuadros pertenecen a un pintor Venezolano muy conocido, aunque ya esté muerto su arte sigue siendo para mí un motivo de inspiración.

Yo: Ohh claro, espero que su irresistible amor por los colores pasteles a usted le guste mucho, ojala hubiese amado no solo a su arte y tonos pasteles, ojala.

Me miro profundamente, como tratando de entender porque acababa de decir aquello y busco en su nevera una jarra gigante de lo que parecía tizana (Para los que no saben que es una tizana, es un jugo a base de colita en el que se le echan pedazos de frutas picadas) la acepte con gusto y el líquido dulce paso por mi garganta con cierto agrado. Estaba muy sabrosa y recién hecha, pero también contenía algún tipo de licor, no muy fuerte, pero lo tenía.

Ella: Espero te haya gustado, me gustaría darte algo por el favor, pero dudo mucho que te haga falta así que preferí premiarte con mi receta secreta de tizana. Se sentía muy orgullosa por la sonrisa que acababa de mostrar, esos dientes perfectos y blancos seguían poniéndome la piel de gallina.

Yo: Esta riquísima, me avisas la próxima vez que quieras subir cualquiera otra cosa. Sólo tienes que tocar mi puerta que está a tres pasos de la tuya.

Ella: Tan cerca vivimos? Se puso las manos en la boca como tratando de ocultar su cara de asombro. Seguro que tienes fiestas cada dos días y el desfile de chicas no debe ser de este mundo.

Yo: Oh profesora, cualquiera que la escuche juraría que esta celosa. Y se equivoca usted una vez más, no me gusta que ensucien mi santuario y tampoco suelo meter a desconocidas a mi cama. Eso sólo se hace en lugares para el sexo, para el amor seguro que mi cama esperara a la chica adecuada.

Su expresión fue cambiando de asombro total a podría decirse que admiración, iba a responderme, pero los cuadros me dejaron un sabor amargo y más aun sabiendo que ella los tenía así que levante la mano en señal de que me marchaba y salí de aquel piso con las sensaciones revueltas. El simple hecho de saber que la tenía cerca, tan cerca era una señal de peligro en letras mayúsculas y en medio del camino, mas advertencia que esa dudo mucho que tengan.

Entre prácticamente corriendo a mi piso, me tire en el mueble y agradecía a Dios de que por lo menos una pared nos separaba lo suficiente como para que no oyera mis pensamientos, porque ese día sí que la pensaba mucho. Caí en un sueño profundo donde veía el rostro de Antonella, los cuadros giraban a su alrededor y me llamaba con la mano, me llamaba frenéticamente y yo me encontraba en un lugar extraño como fuera de mí. Me estaba acercando a ella, a su llamado cuando de repente alguien me hace cosquilla en los pies.

Fer: Eso, la profesora nueva te ha dejado tan exhausta que te has quedado dormida de inmediato, yo te hacía en el gimnasio buscando una nueva presa. Gritaba Fer por toda la sala camino a la cocina, haciendo amagues con sus manos para dramatizar la escena. Ahí estaba él, sacándome sonrisas, era una marica, pero era mi mejor amigo.

Yo: Baja la voz que nos pueden oír. Le trataba de tapar la boca, pero era imposible.

Fer: Y quien nos va a oír? No me digas que esta alguien aquí? Emi, ya la metiste en tu cama, eres un genio. Se soltó de mi agarre y salió corriendo dando brincos por la sala.

Yo: Joder Fernando, nada de eso. Que te calles que la profesora nueva se mudó a este piso y vive al lado, para este momento ya sabe que estás hablando de ella, pendejo.

Fer: Es una broma no?  Dejo de correr y se sentó a mi lado, sujetando mis manos.

Yo: Quisiera yo que fuera una broma, pero no muchachito… Es un hecho que la nueva profesora ardiente y sexy que me da Economía vive justo al lado. Decía todo en susurro, con miedo de que me oyera por semejante revelación.

Fer: Deja que haga unas galletas y vas corriendo a entregárselas, tienes que ganarte a tu nueva vecina mira que es todo un bombón.

Yo: Que ganarme, nada Fernando. Ella es la novia del nuevo decano y yo soy su alumna, así que mejor hay que ir pisando tierra antes de que me meta en serios problemas. Es imposible llevarle la contraria a Fernando, cuando una idea invade su cabeza es mejor cortarle la cabeza como la historia de Alicia en el país de las maravillas que sacarle la idea.

Abrió la nevera, saco los ingredientes y empezó a cantar. Era lo más parecido a mi madre que pudiera tener, de ser su hijo no tuvieran tantas cosas en común. Yo lo miraba fascinada, cuando quería podía ser la cosa más homosexual del mundo, cuando no quería o debía se convertía en un hombre serio y hasta machista, todo dependía del momento y de quienes lo rodeaban. Pasaron un par de horas, me duche, me vestí y fui a entregarle las galletas antes de que Fer me destruyera la poca paciencia que me quedaba.

Toque su puerta y para mi gran sorpresa abrió el decano.

Decano: Buenas tardes, Emily… No esperaba verla en otro lugar que no fuera la universidad. Su tono era de burla, con algo de competencia podría decirse. Este hombre no era feo, pero sin dudas no tenía ni la mitad de lo que Antonella necesitaba además de que su actitud prepotente convertía su poco atractivo en algo desagradable.

Yo: Púes, como es que se llama? Olvide su nombre…

Decano: Alexis, para ti licenciado Alexis.

Yo: Alexis, vas a verme por aquí más de lo que quisieras. Vivo al lado, justo donde esta esa gran puerta azul.  Vengo a dejarle esto a Antonella, usted sabe cortesía de vecinos. Le sonreí, prácticamente fue mostrarle los dientes que quería clavarle en la yugular al imbécil ese.

Creo que Antonella empezaba a escuchar la pequeña disputa que teníamos los dos y como un réferi se metió entre ambos.

Ella: Que linda eres, muchas gracias por las galletas. Te aviso luego para que te tomes un café y me digas las reglas de este sitio. Además ya él se va. Que tenga feliz tarde Decano, nos vemos en horario de clases.

Alexis: Antonella, de acuerdo. Tienes mucho por ordenar, con gusto me quedaría a ayudarte, pero sabes que debo llegar a tiempo a la cena. El decano se puso nervioso y prácticamente salió huyendo de la situación, aquí algo no terminaba de encajarme.

Yo: Bueno, no quiero incomodarte. Me avisas para lo del café. Di media vuelta y trate de alejarme.

Ella: Espera, podemos tomarnos ese café mientras me ayudas con unas cajas que son horriblemente pesadas.

Aquello me tomo por sorpresa, no esperaba eso de ella y menos por cómo había despedido a quien supuestamente era su novio. Entramos, puso la tetera y me dijo donde estaban las cajas, sin poder evitarlo vi una fotografía que estaba dentro de una de las cajas abiertas y mi sorpresa fue tan grande como mi rabia.

Era la foto de mi padre, estaba él abrazando a Antonella en lo que parecía una cabaña y detrás estaba mi abuela saludando a alguien que no lograba verse en la fotografía. Ellos se conocían y aunque quería negarlo, también me conocía a mí, sabía de mí y yo jurando que todo era cosa del destino. Aferre con fuerza la foto a mi pecho y salí echa una furia de la habitación.

Yo: Quiero saber dos cosas, solo dos cosas.

Ella: La conseguiste verdad? Supuse que lo harías por eso te pedí ayuda. Qué quieres saber?

Yo: Como lo conoces, como te quedaste con sus obras? Estaba molesta y ella lo comprendía perfectamente, la historia de él y yo era tan tormentosa como nunca nadie podía imaginarlo y como ella entraba en todo esto, que explicación tenía ella para mi.


HombreFX: Me alegra mucho que te haya gustado, espero este sea también de tu agrado. Besos

Aless: Aquí esta la continuación. Todo un honor para mi saber que te gusta mi historia.

Gracias totales a todos mis lectores, dejo nuevamente mi correo electronico para que hagan sugerencias o simplemente para que saluden. Un abrazo desde Venezuela...

Emilyzapata72@gmail.com