Mi hijo olvidado 5. Final.

Nuestros protagonistas consiguen tener una familia feliz.

Mi hijo olvidado. La familia feliz.

[Abuela]

Descanso en mi cama. Pablo me tiene tan caliente… intento olvidarme un poco de él. Mi hijo está en la piscina con mi nieta y su amiga. Mi nuera se ha llevado a Pablo, su hijo… ¡No sé por qué siento algo de celos! No pretendo tener ninguna relación sentimental con él, con el sexo que me ha dado en estos días me es suficiente… Pienso que ella también parece estar interesada en él, pero hasta qué punto.

Vaya, una llamada de mi nuera… ¿Qué querrá?

-    ¡Dime Rocío! – escucho un ruido fuerte y molesto. Parece que ha llamado por error.

-    ¡Sácatela y métemela! – esa es la voz de mi nuera… ¡Qué ocurre! Afino el oído y sigo escuchando a ver qué ocurre.

•    ¡Sí mamá! Desde el primer día que te vi he deseado hacer esto... - ¡Ese es Pablo! Lo van a hacer… lo están haciendo. No sé el motivo, pero escucharlos me pone muy caliente. Me froto el coño por encima de las bragas.

Hay mucho ruido, el teléfono debe de estar en algún bolsillo y los movimientos producen esos ruidos. Han cesado, pongo atención y puedo escucharlos.

-    ¡Sí hijo, sí! ¡Mama las tetas de tu madre! – no puedo aguantar… ¡Lo están haciendo! Madre e hijo teniendo sexo.

Mi mano se mete bajo las bragas y comienzo a tocarme el coño, mi mojado coño que no puede aguantar tanta calentura como le produce escuchar los jadeos y gemidos de mi nuera y su hijo.     No paran, los escucho gemir y los lascivos chasquidos que dan sus bocas mientras se besan y follan. Imagino esa polla entrando en el coño de su madre. Estoy enloquecida. Mi dedo encuentra mi clítoris totalmente endurecido y lo frota con fuerza. De mi vagina sale un manantial de flujos. Mis caderas se agitan mientras aguanto el teléfono contra mi cara para no perderme ningún sonido que me traiga la lujuria que están viviendo madre e hijo.

-    ¡Me corro, me corro! – grita mi nuera y la imagino botando con sus gordas tetas sobre mi amado Pablo.

-    ¡Sí mamá! ¡Yo también me voy a correr! – y yo… los estoy escuchando y el placer va a hacer que los tres nos corramos a la vez… ¡No puedo más!

Escucho los gemidos de Rocío y Pablo. Los imagino follando, esa polla que he sentido dentro de mí, clavada por completo en el coño de mi nuera, los carnosos huevos de él chocando contra el culo de su madre. Mi dedo se agita en mi coño y mis caderas se mueven descontroladas mientras en mi oído suenan los gemidos y jadeos de los dos que empiezan a tener un orgasmos tan intenso que hasta yo lo siento. Mi vagina se vacía mientras imagino la polla de él derramándose en el coño de su madre. Sus gemidos se hacen menos intensos. ¡Ya se han corrido! ¡Yo también los he acompañado!

-    ¡Te deseo mamá!

-    ¡Y yo a ti, hijo!

Estoy rendida en la cama. Los escucho envuelta en un placer diferente al que nunca he sentido. Cuelgo, me siento en la cama y aún siento el mareo que me ha producido el placer de estar presente mientras madre e hijo tenían sexo. Estoy empapada. Si la polla de Pablo ya me ha dado placer directamente, el que se lo dé a otra también me produce una enorme excitación… Iré al baño a asearme.

Miro por la ventana y mi nieta y su amiga están tiradas en sus toallas. ¡Cómo no! Las dos sin la parte de arriba de sus bikinis… ¡Menos mal qué mi hijo es medio tonto! Si fuera Pablo el que estuviera aquí con ellas, ya las estaría haciendo gozar…

Camino por el pasillo y siento la humedad entre mis piernas. He tenido un gran orgasmo escuchando a mi nuera follar con su hijo. Paso por el lado de la puerta del dormitorio de mi hijo… Miro con cuidado… ¡Ahí está! Se está haciendo una paja mirando por la ventana, sin duda está mirando a las niñas que están tumbadas en el césped…

[Jorge]

¡Joder, no lo puedo evitar! Ese culo redondo y firme de Laura me vuelve loco. Agito mi polla que se ha puesto dura. Hacía tiempo que no me sentía tan excitado. Me excita pensar en mi mujer follando con otro hombre… con su hijo, pero hoy he descubierto que los jóvenes cuerpos de mi hija y su amiga también me ponen demasiado cachondo. ¡Sí Esperanza, date la vuelta! ¡Muéstrale a papá tus firmes pechos! Bajaría ahora y le mamaría esos oscuros pezones hasta hacerla gritar de placer. ¡Y ese hermoso culo de su amiga! Me echaba sobre ella y frotaba mi polla contra él hasta correrme y echarle toda mi leche en su espalda. ¡Sí, ya me viene, ya me viene!

Mi esperma sale y choca contra el cristal de la ventana. Ahora lo limpiaré, antes de que venga mi mujer y lo vea. Me he convertido en un pervertido, no sólo me excita ver a mi mujer con otro hombre, ahora también siento un incomprensible deseo por mi hija y su jovencita amiga… ¡Cómo podré controlarme!

[Abuela]

¡Joder, se ha corrido mientras mira a su hija! Cada vez somos más pervertidos, todos, espero que esto no acabe en drama. Iré rápido al baño y después haré la comida a ver si todo vuelve a la normalidad… Pero viendo el deseo que tengo por Pablo, el de su madre por él y el de mi hijo por mi nieta, aquí puede acabar todo en un sexo incontrolado.

[Rocío]

-    ¡Cariño! – miro a mi hijo y de nuevo siento el deseo de follarlo – Intentemos que todo parezca normal…

-    Lo intentaré, pero no puedo controlar el deseo de volver a estar dentro de ti… - si sigue hablando así, conseguirá que me suba de nuevo sobre él.

-    Ya buscaremos la forma de hacerlo de nuevo, pero por ahora salgamos del coche y actuemos como si nada hubiera pasado…

-    ¡Vale! – me mira… Estamos dentro del garaje y miro alrededor para comprobar que no hay nadie. Le doy un último beso apasionado y salimos del coche.

Entramos en casa y él se marcha a su habitación. Yo me acerco a la cocina y mi suegra está acabando de hacer la comida. Deseo darme una ducha para limpiar la incestuosa corrida de mi hijo.

-    ¡Ah, hola Rocío! – me saluda mi suegra con una gran sonrisa - ¿Lo habéis pasado bien?

-    ¡Sí, hemos estado con Claudia! – noto algo raro en mi suegra.

-    ¡Oh, cuidado con esa que puede querer algo con tu hijo! – su tono es de burla – Llama a los demás que ya está la comida.

Salgo al jardín, mi hija, Laura y mi marido están en el césped descansando, los aviso. Subo a buscar a mi hijo y escucho la ducha en el baño… No lo puedo evitar… Entro y cierro tras de mí.

-    ¡Pablo! – lo llamo y él sale de detrás de la cortina - ¡Vamos a comer!

-    ¡Ahora voy! – me dice y me ofrece su boca para que lo bese… no puedo resistirlo y le doy un suave beso en los labios, me marcho.

[Hija]

Si mi madre ha llegado, mi hermano también. Tengo que presentárselo a Laura… En cuanto vea la polla de mi hermano se le irá de la cabeza la obsesión que tiene con mi padre.

-    ¡Ven, acompáñame! – le digo al oído para buscar a mi hermano.

Subimos las escaleras y escucho la ducha en el baño. Entramos y sin hacer ruido nos acercamos para sorprenderlo. Aparto un poco las cortinas y allí está, se enjabona la cabeza, con los ojos cerrados y dándonos la espalda. Laura está nerviosa al ver el prieto culo de Pablo. Entonces él se gira y nos sorprende.

-    ¡Vaya, quién es esta chica tan mona que te acompaña hermanita! – su polla cuelga y los ojos de Laura se clavan en ella, su boca muestra la sorpresa de ver algo tan grande por primera vez, una polla tan hermosa.

-    Ella es Laura… Quería conocerte… - él se acerca y le da dos besos a los que ella responde sin ser capaz de decir nada.

Él coge una toalla, empieza a secarse dentro de la ducha. Las dos lo miramos sin perder detalle de cada movimiento que hace su polla con cada paso que da. Queda de pie en medio del baño y sigue secándose. Nos sonríe y sé que nos va a ofrecer algo…

-    ¡¿Queréis tocarla?! – Laura se lanza contra ella y la agarra. Nunca ha tenido en la mano una tan grande y disfruta de ella - ¿Te gusta?

-    ¡Sí! – no dice más y se arrodilla para poner su boca en el grueso glande y mamarla.

-    ¡Eh, quieta, para! – mi hermano la retira empujando su cabeza – Ahora no… - nos señala con la mano la puerta y sin decir nada, las dos obedecemos. Nos vamos a la cocina con nuestros coños calientes y algo húmedos.

[Jorge]

Mi mujer me ha dicho que la comida ya está lista. Espero sentado en la mesa, veo a mi madre que acaba de preparar la comida. La recuerdo follando la otra noche con Pablo. Mi polla vuelve a reaccionar. Ahora llegan las dos jovencitas, esas que hace un rato me calentaban la imaginación hasta conseguir que tuviera un orgasmo.

-    ¡Hola papá! – me saluda mi hija y se acerca a darme un beso.

-    ¡Hola! – Saluda Laura. Se sienta a mi lado y mi hija al otro. Estoy rodeado de tentaciones, de unas hermosas y jóvenes tentaciones.

-    ¡Hola! – ahí está mi mujer, se va con mi madre y entre las dos ponen la mesa y lo preparan todo. Yo miro a las cuatro mujeres que hay en la casa.

-    ¡Hola! – ya llegó Pablo y casi todo está listo. Se acerca a mi madre y mi mujer y veo como sus manos acarician suavemente y con disimulo el cuerpo de mi madre… A mi mujer también… ¿Habrán tenido algo ya sin yo saberlo?

[Abuela]

Sé que han tenido sexo, ella y él, madre e hijo. Pero estoy muy caliente y necesito tener a Pablo de nuevo entre mis piernas… ¿Cómo podré hacer para que me dé lo que necesito?

[Hija]

A Laura le gusta mi padre, pero yo me pongo demasiado caliente con mi hermano… ¿Cómo podré tenerlo sin que nos molesten?

[Rocío]

Esto es una locura. Me siento demasiado excitada con mi propio hijo y ya estoy deseando tenerlo de nuevo dentro de mí… ¿Cómo puedo tenerlo otra vez?

[Jorge]

Estas niñas me vuelven loco y les haría todo lo que nunca se me ha ocurrido hacer a mi mujer… Pero pensar en ver a mi mujer follada por su hijo… ¿Cómo podré hacer que follen y verlo?

[Pablo]

Me encanta follar a mi madre, pero a la abuela no puedo descuidarla, folla muy bien… ¿Cómo podré follar a las dos?

Hemos acabado de comer. Ya cada uno se va hacia un lugar para descansar en la sobremesa. Laura y mi hermana se han ido a su habitación. La abuela se ha echado en el sofá del salón. A Jorge lo he visto salir al jardín… Pero ¿dónde está mi madre?

Salgo de la cocina y camino por el salón sin hacer ruido. Miro a la abuela que está recostada en el sofá con los ojos cerrados. Paso cerca de ella y la observo, su cuerpo, sus tetas, su boca. No la molesto y sigo caminando. Subo las escaleras. Veré si mi madre está en su habitación.

Tras la puerta de la habitación de mi hermana, escucho las risas de las dos. Sigo andando en busca de mi madre.

[Hija]

Laura es una tía que está de buen ver. Tiene un culo que si se lo ofreciera a cualquier hombre, seguro que no se negaría a satisfacerla con lo que ella le pidiera. Seguro que si se lo ofrece a Pablo, él caería en su hechizo… ¡Tengo que conseguir que ella sea para mi padre y así la quitaré de en medio! Me está contando lo que le ha impresionado la polla de mi hermano, y eso no puede ser. ¡Parece que escucho los pasos de mi padre por el pasillo! Me levanto y abro la puerta para ver si es él.

-    ¡Hola papi! – sí es él – Ven un momento, quería pedirte una cosa…

Lo agarro de la mano y lo hago pasar a mi habitación. En cuanto ve a Laura, siento en su mano el nerviosismo que le entra. Seguro que se excita con ella. Laura se coloca de lado en la cama y sus pechos se marcan en la fina tela de la camiseta que lleva. Mi padre no aparta los ojos de ella, está hipnotizado por los oscuros pezones que se entrevén a través de la tela. Lo hago sentarse en la cama, junto a mi amiga.

-    ¡Papi! – le digo melosa - ¿Nos das dinero para comprarnos unas cositas? – Laura se pone de rodillas junto a mi padre y apoya sus brazos en sus hombros.

-    ¡Sí papi! – le susurra al oído.

-    ¿Y qué es lo que queréis? – lo veo algo nervioso y más excitado.

-    Yo quería comprar un… - me hago la tímida y pongo mis manos sobre sus muslo para inclinarme sobre él y acercar mi boca a su oído – Un juguete…

-    ¡¿Un juguete?! – está extrañado por la petición, y Laura también muestra cara de no saber por dónde voy. Pienso que el juguete que quiero es el que tiene Pablo entre las piernas… - ¿Qué juguete?

-    Verás papi… - me pongo melosa con él y me echo en la cama poniendo mi cabeza en sus muslos – Laura tiene una familia muy “puritana” y he pensado que ustedes sois más abiertos… - agarro su mano y juego con sus dedos – Como no podemos tener a ningún chico… había pensado que nos comprarais un dildo… - lo miro a la cara y parece confundido.

-    Eso es… - no sabe qué decir – Eso es un…

-    ¡Sí papá! – me pongo de rodillas delante de él con cara de inocente - ¡Un consolador!

-    ¡Pero eso tendrías que hablarlo con tu madre! – está totalmente nervioso e intenta levantarse.

-    ¡Por favor señor! – Laura se apoya más en él e impide que se levante – Nunca he visto el sexo de un hombre…

-    ¡Pero… pero no puede ser! – está tan abrumado por mi petición, que no sabe que hacer. Miro su pantalón y espero que esté medio erecto.

-    ¿Nos mostrarías tu sexo? – apoyo mi mano sobre su polla y la siento. Se levanta de forma brusca.

[Jorge]

Esto no me puede estar ocurriendo. Mi hija y su amiga me piden que les muestre mi polla. Estoy indignado, pero muy excitado. Siento mi polla crecer cada vez más, está doblada hacia abajo y me está molestando, debo colocarla o liberarla… El resto de mi familia está por casa y no debo arriesgarme a ser pillado en tal situación… Pero Laura me mira con esa cara, mi hija es excitante de rodillas, implorándome ver mi polla…

Casi sin darme cuenta, mi mano baja a la cremallera del pantalón y la bajo. Las dos me miran sin pestañear. Desabrocho el pantalón y lo bajo con los calzoncillos, mi polla sale medio erecta ante los ojos de mi hija y su amiga.

[Rocío]

No entiendo esta necesidad de tener sexo con Pablo, con mi hijo. Mi marido me tiene a falta de sexo desde hace bastante tiempo, no sé la razón por la que no llega a hacerme nada por mucho que me ofrezca o me insinúe. Quiero buscar a Pablo y tener un rato más de sexo, lo necesito. Pero antes tengo que comprobar que todos están más o menos localizados y después lo buscaré para ver si podemos afianzar nuestra “relación”. Mi suegra está en el salón, dormida en el sofá… Una menos. Veré ahora si mi hija está controlada con su amiga en su habitación y después a ver si mi marido se duerme para buscar a Pablo. Ahí está la habitación de mi hija, me asomaré con cuidado para ver qué hacen.

-    ¡Jorge! – he abierto ligeramente la puerta y me he encontrado a mi marido con la polla fuera y mostrándosela a mi hija y su amiga - ¡Qué haces! – no sé cómo reaccionar a esta situación.

-    ¡No grites! – se guarda su cosa y se acerca a mí – Te lo puedo explicar...

-    ¡No me toques! – qué locura le ha dado a este hombre…

-    ¡Por favor, pasa! – me ha agarrado del brazo y entro en la habitación – Ha sido algo raro…

-    De raro nada… - le contesto indignada y la verdad es que yo también busco a mi hijo para tener algo inmoral…

-    ¡No ha pasado nada! – me dice totalmente nervioso.

-    ¡Claro que no ha pasado nada! ¡Si no llego a entrar…!

-    ¡Qué pasa aquí! – y ahora llega mi suegra.

-    ¡Tu hijo que es un pervertido y tenía el pito fuera delante de su hija y su amiga! – protesto indignada.

[Abuela]

Mi nuera está indignada por ver a su marido mostrando su polla a las niñas, y la verdad es que antes lo he visto masturbarse mirándolas, pero ella no es menos pervertida por haber follado con su hijo.

-    ¡No seas tan moralista! – le digo atacándola a ver si se apacigua un poco.

-    ¡Moralista por enfadarme por ver a tu hijo mostrando su polla a mi hija! – no deja de atacar. Tal vez está más frustrada por no recibir sexo de él que por lo que ha visto.

-    ¡No sigas Rocío! – le amenazo - ¡Todos tenemos cosas que callar!

-    ¡Me atacas, a su mujer para defender a tu hijo! – se enfurece.

-    ¡Lo de mi hijo está mal! – miro con mala cara a mi hijo – Pero tú… - me paro, pero no aguanto más – ¡Tú has follado con tu hijo! O me vas a decir que no…

[Jorge]

Las dos se están peleando. No he debido hacerlo, pero me han provocado y no he podido resistir. Y mi madre acusa a Rocío de haber follado con su hijo… Veo como mi mujer se avergüenza por lo que le ha comentado mi madre, y yo siento que me excito con la idea de mi mujer follando con su hijo… Pero mi madre también tiene que callar, ella también ha pasado por los brazos de Pablo…

-    ¡Mamá! – le grito a mi madre para que las dos dejen de discutir – Creo que deberíamos sentarnos todos en el salón y hablar sobre lo que nos está ocurriendo.

-    Sí hijo, creo que todos sois unos pervertidos… - no puedo aguantar la acusación de mi madre.

-    Seremos unos pervertidos, pero la primera noche que pasó Pablo en casa te vi con él haciendo cosas que una “abuela” no le hace a su “nieto”.

-    Pero él no es mi verdadero nieto… - y aún protesta.

-    No, pero no creo que sea apropiado follar con el hijo de tu nuera, aunque no tenga ningún lazo de sangre contigo. – la veo aguantando el tirón mientras mi mujer la mira sin creer que mi madre ya haya follado con su hijo.

[Pablo]

Ya ha saltado todo. Los escucho desde el pasillo. Todos están en la habitación, echándose a la cara las perversiones de cada uno. Mi hermana es la única que ha callado y no ha confesado lo que hizo el otro día con la abuela y conmigo. Será mejor que todos hablemos de esto, como ha dicho Jorge. Entraré.

-    ¡Será mejor que hagamos lo que ha dicho Jorge! – les hablo a todos y sin decir nada más, todos nos marchamos al salón.

Nos sentamos en los sofás. Mi madre me mira con cara de enfado. La abuela no quiere ni mirarme. Jorge parece más excitado que enfadado y las niña, mi hermana y su amiga, se han sentado en los brazos del sillón donde está Jorge.

-    Creo que todos tenemos muchas cosas que confesar… - los miro a todos – He de confesaros que vine aquí para buscar a mi madre y la verdad es que no esperaba encontrar una familia como ustedes. Me habéis tratado muy bien. No quería causaros daños, pero tengo debilidad por las mujeres maduras y Esperanza es una abuela muy dulce con un deseo de sexo que no pude resistir. – miro a la abuela.

-    Sí, niño, ya hablo… - no sabe bien por donde empezar – Hacía mucho tiempo que no tenía sexo y Pablo despertó mis deseos… Sin buscarlo, me encontré haciendo el amor con él y disfrutando como nunca lo había hecho.

-    He de pediros perdón… - habla Jorge – Vi la noche que ellos se liaron, no lo hice queriendo, los vi y no pude evitarlo. Eso avivó mi deseo más oculto… - mira a su mujer y no sabía si seguir hablando – Una de las cosas en la que más pienso y me excita, es ver a Rocío con otro hombre. Nunca lo ha hecho por mucho que le he dado oportunidades… Estaba seguro que Pablo haría realidad mi fantasía… - miró a su mujer que parecía sonreírle mientras lo comprendía.

-    Cariño… - Rocío empezó a hablar – Después de tanto tiempo sin tener sexo, no he podido resistirme a Pablo. Sé que es mi hijo y está mal, pero si he podido resistir a otros hombres, con Pablo no puedo…

-    Yo también tengo que decir una cosa… - habló mi hermana – Nosotras somos demasiado jóvenes, lo sé, pero empezamos a sentir cosas que no podemos evitar. Papá, perdona si te puse en una mala situación, pero es que Laura lleva algún tiempo contándome que se excita contigo. – Jorge miró a Laura y esta le sonrió.

-    Tal vez os parezca una locura… - dije para todos - ¿Qué os parece si esta noche hacemos una “fiesta” todos juntos?

-    ¿Una fiesta? – dijo la abuela.

-    Sí mamá. – contestó Jorge – se refiere a una fiesta donde cada uno “baile y beba” con quien quiera…

-    Sí. – aseveré – Creo que ya tenemos la suficiente confianza para “construir una familia feliz” entre todos…

Y así todos los ánimos se calmaron. Una vez confesado todo lo que pensábamos, nuestra relaciones eran mejores, pero estando todos juntos, aún mi madre era un poco distante.

-    Mamá… - me acerqué a ella - ¿Te gustaría hacerlo delante de tu marido?

-    No sé, me siento un poco rara pensando en eso…

[Abuela]

Resulta que al final todos somos unos pervertidos, como todo el mundo. Todos tenemos nuestras fantasías sexuales, pero nosotros tenemos la suerte de poderlas hacer realidad. Veremos qué ocurre esta noche. Tal vez mi hijo pueda ver a su mujer teniendo sexo con Pablo, pero si ellos quieren, también me podrá unver a mí con Pablo… Y si las niñas lo desean, mi nieta sé que es tan caliente como yo, Laura podría hacer realidad su deseo con mi hijo.

-    Hijo. – le comento en voz baja – Esta es la ocasión que estabas buscando. Aunque es todo muy raro, podrás ver a tu mujer…

-    Sí mamá. – se nota que está excitado con esto.

-    Y si Laura quiere… - me mira un poco asustado.

-    Son muy jóvenes…

-    Ya lo sé hijo, pero te puedo asegurar que tu hija sabe más de lo que tú te crees… - lo dejo pensando en lo que le he dicho con una posibilidad de no creerlo.

[Hija]

-    Laura. – mi amiga está pasmada con lo que acaba de ver y no lo puede creer - ¿Te quedarás a cenar?

-    Esta noche no me la perdería por nada del mundo… - la noto muy excitada – Llamaré ahora mismo a mi casa para decir que hoy me quedo aquí a dormir… - se marcha haciendo una llamada con el móvil.

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[Después de pasar la tarde, cada uno por un lado, pensando en sus cosas, sobre las diez de la noche la abuela había preparado la cena y con su nuera lo tenían todo listo para pasar una feliz cena en familia. Aquella noche todos estaban felices. Se habían vestido para la ocasión y una hora después de empezar la cena familiar, todos se reunieron en el salón para comenzar la noche en la que todos se conocerían realmente.]

[Jorge]

-    Bueno familia. – estoy contento y excitado con esta situación – En esta noche daremos rienda suelta a todos nuestros deseos. Sólo hay que respetar los deseos de los otros, no se forzará a nadie a hacer algo de lo que se pueda arrepentir. – los miro y todos están de acuerdo.

Laura se levanta y busca entre los discos para poner algo de música. Pablo está sentado en el sofá, hablando con mi madre y mi mujer. Mi hija se acerca a mí con una bonita sonrisa.

-    ¡Hola papi! – siempre la he visto muy bonita, pero hoy se ha vestido y maquillado y está muy sensual. Miro a las otras que también están preciosas - ¿Has visto lo buena que está Laura con ese vestido que le he dejado?

-    Sí hija… - le doy un beso en la frente – Las dos sois muy bonitas… pero ten cuidado con Pablo…

-    ¿Te pones celoso si Pablo intentara hacer algo conmigo?

-    Me daría mucho coraje que cualquier hombre te tocara… - intento mostrarme como un padre protector.

-    Me ha comentado la abuela que te vio haciendo cosas malas tú solo mientras nos mirabas desde la ventana… - siento vergüenza cuando lo dice mi hija - ¡Esta noche podrás hacer algo más que mirar! – me da un beso en los labios y miro instintivamente hacia mi mujer con algo de miedo por lo que ha hecho.

Pablo tiene un brazo por encima de los hombros de Rocío. Ríen y hablan los tres. Él tiene la otra mano sobre el muslo de mi madre. Rocío me mira y me sonríe en el momento que los brazos de Laura me rodean por la cintura y me mueve al ritmo de la música para que baile con ella. Mi hija pasa sus brazos por mi cuellos y se abraza a mí, los tres nos movemos al ritmo de la música. Mi excitación sube cada vez más al sentir los jóvenes cuerpos rozarse con el mío. Pongo una mano en la cintura de mi hija y la otra la llevo atrás para tocar a su amiga. Puedo sentir la redondez de su prieto culo, lo acaricio y vuelvo a mirar a mi mujer.

[Rocío]

Pablo me ha tenido caliente desde casi que llegó a mi casa. He follado apasionada y locamente con él, una sola vez, pero esta noche me siento desbordada con las sensaciones que estoy sintiendo. Mi marido está bailando con las dos niñas, con mi hija y su amiga. Lo están poniendo bien caliente, se lo noto. Pablo está junto a mí, junto a mi suegra que no se aparta de él. Creo que esta noche tendré que compartirlo con ella, aunque lo quisiera sólo para mí. Mi hija le da un suave beso a su padre en la boca. No sé el motivo, pero verlos me pone caliente. Ahora Laura le gira la cabeza y también le da otro beso, pero este no es tan suave como el de mi hija. Ha hundido su lengua en la boca de mi marido y los dos se besan con pasión… ¡Cada vez estoy más caliente!

-    ¡Ven hijo! – me echo encima de mi hijo y lo beso con pasión, el calor que recorre mi cuerpo no me deja parar de besarlo.

[Pablo]

Jorge ya ha empezado con las niñas y eso ha excitado a mi madre que ha empezado a besarme. Su lengua se mueve frenéticamente en mi boca mientras mi mano le acaricia su redondo culo.

-    ¡Yo también quiero! – dice la abuela.

Separo mi boca de la de mi madre y la abuela se arroja rápidamente a besarme. Su madura mano frota mi polla por encima del pantalón. Las dos están preciosas. Levanto sus faldas con las manos y mientras una acaricia el culo de mi madre, la otra le acaricia el interior de los muslos a la abuela que abre un poco las piernas para que llegue a sus bragas. Cambio de boca, cambio de la abuela a mi madre y los tres nos besamos apasionadamente mientras nos acariciamos.

[Hija]

Mi padre se excita al ver a mi madre con mi hermano. Su mano se ha aferrado al culo de Laura que por fin hace su sueño realidad. Lo acaricio, le doy besos en el cuello mientras su boca está ocupada en mi amiga. Nunca pensé en mi padre para tener sexo, pero me siento cada vez con más ganas de sentir a mi padre entre mis piernas.

Mi madre lucha contra mi abuela por los favores de Pablo. Él no deja de besarlas y tocarlas. Mi coño cada vez está más caliente. Por fin mi padre se atreve conmigo, su mano baja por mi espalda y acaricia mi culo. Siento que mi coño se humedece.

[Abuela]

Por follar con Pablo estoy dispuesta a todo y si tengo que compartirlo con mi nuera, lo haré. Siento su dura polla bajo el pantalón. Busco su correa y la desabrocho mientras sus dedos acarician mi coño por encima de las bragas. ¡Sí, tócalo se está mojando por ti!

Desbrocho el botón de su pantalón y bajo la cremallera. Mi mano se mete dentro y acaricia toda la longitud de su polla por encima del calzoncillo. Rocío sigue afanada en besarlo, yo me dedicaré a su gruesa polla que asoma por el filo de la tela que la cubre, su grueso glande envuelto aún en su piel. Lo agarro y lo elevo para que salga de su prisión. ¡Es enorme! ¡Me vuelve loca esta polla!

[Rocío]

Esta situación me vuelve loca. Mi coño está totalmente empapado mientras beso a mi hijo y veo como mi marido juega con mi hija y su amiga. ¡Nunca pensé que esto fuera tan delicioso! Mi suegra ya ha sacado la polla de Pablo y estará pensando en mamarla… ¡No la dejaré! Rápidamente me muevo y mi boca se aferra al grueso glande de mi hijo.

[Jorge]

Busco con mi mano el final de la falda de Laura. Lo encuentro y meto mi mano por debajo. Siento su redondo culo y lo estrujo con ganas. Siento sus braguitas y busco el filo para meter mi mano. Lo consigo y puedo sentir la raja que separa los cachetes de su culo. Bajo por ella y sus piernas se abre un poco para dejarme tocar su coño. Lo consigo. Siento sus labios vaginales y mis dedos se mojan con los flujos que brotan de su joven vagina. Separa su boca de la mía al sentir el contacto de mis dedos en su sexo. Gime suavemente. Mi hija me gira la cara y hunde su boca en la mía. Estamos desquiciados por el placer. Mi mano aprieta con fuerza su culo mientras su lengua juega con la mía en mi boca.

[Pablo]

¡No lo puedo creer! Mi madre se ha lanzado a mamar mi polla. Mientras la mano de la abuela la agarra por debajo, la cabeza de mi madre se agita, hundiendo y sacando mi polla de su boca. Sigo acariciando el culo de mi madre y el coño de la abuela mientras esta última empieza a desabrocharme la camisa, la separa y me lame los pezones. Puedo sentir sus lenguas, la de la abuela en mis pezones, la de mi madre en mi polla.

[Hija]

Mi padre está muy caliente y me besa frenéticamente mientras su mano soba mi culo. Me separo de él y le retiro a Laura. Nos mira sin saber que quiero. Llevo a mi amiga hasta el sofá, frente a los otros. La pongo mirando al sofá y la hago inclinarse para que su culo quede en pompa. Levanto su falda y dejo su culo al aire, cubierto por las bonitas bragas amarillas que le he prestado. Con un dedo llamo a mi padre que viene raudo. Se pone de rodillas tras ella. Agarro las bragas y se las bajo hasta las rodillas. Mi padre sabe qué quiero que haga. Le separo los cachetes del redondo culo de Laura y aparece el depilado coño. Mi padre está tan caliente que hunde su boca en su coño y empieza a lamer. Los gemidos de mi amiga empiezan a ser cada vez más fuertes. Mi padre agarra cada cachete de su culo con ambas manos y su lengua se mueve frenéticamente en el mojado coño. Veo cómo las piernas de Laura empiezan a temblar, está teniendo un orgasmo. Cae de rodillas en el sofá y mi padre no para de lamerle el coño. La gira, le quita totalmente las bragas y la abre de piernas. No tiene ningún pelo en su coño y ella lo abre con sus manos. Mi padre se lanza sobre él y su lengua recorre cada milímetro de su raja. Los gemidos de Laura son cada vez más fuertes. Sus piernas vuelven a agitarse, sus caderas se convulsionan incontroladamente al sentir otro orgasmo. Mi padre disfruta. Ella empuja la cabeza de su amante para que se retire y queda a un lado extasiada por el placer, rendida por el orgasmo.

Mi padre me mira. Su boca brilla por los flujos de mi amiga. Me agarra por las caderas y me tira en el sofá. Está descontrolado y me siento en la gloria.

[Jorge]

El sabor del coño de Laura me ha vuelto loco. Quiero comer más coños… Cojo a mi hija y la coloco en el sofá. Ella me mira y está excitada, no se opone a lo que le hago. Le subo la falda y le abro las piernas. Muerdo su coño por encima de las bragas y la escucho gemir.

-    ¡Sí papi, cómele el coño a tu hija! – sus palabras me vuelven más agresivo - ¡Sí, toma mi coño! – su mano aparta la tela y aparece su coño. No puedo parar.

Separo sus labios vaginales con mis dedos y su rosado interior me atrae. Hundo mi boca y comienzo a lamerla. Mi lengua se agita en el interior de mi hija y siento el endurecido clítoris. Me dedico a lamerlo y sus caderas se agitan. Está gozando y yo quiero darle todo lo mejor para ella. La chupo, la lamo, acaricio sus muslos y su culo hasta que se convulsiona y se agita sintiendo un gran orgasmo. Mi boca se empapa con sus flujos y yo la saboreo.

[Pablo]

Miro a mi madre que se traga mi polla una y otra vez, sin dejar que su suegra pueda mamar. No para, es incansable en su deseo de tener mi polla para ella sola. Miro a Jorge que le come el coño a mi hermana, a su propia hija. Esperanza está gimiendo con lo que le hace su padre. Ha conseguido que se corra Laura y ahora hace lo mismo con su hija. Ahí está gimiendo y corriéndose. Ya ha acabado y la mira sin saber qué hacer ahora.

-    ¡Jorge! – llamo su atención - ¡Aquí tienes otro!

Aparto las bragas del coño de la abuela y se la ofrezco. Él la mira. Es el coño de su madre y no sabe bien qué hacer mientras ella me besa el pecho esperando mamar mi polla. De momento, viene hasta nosotros y se coloca entre las piernas de su madre, la mira. De repente le quita las bragas, abre bien sus piernas y comienza a lamer el coño de su madre.

[Abuela]

Quiero mamar la enorme polla de este niño y su madre no me deja, no para de tragársela. ¡Oh, qué me hace! ¡Es mi hijo! Me ha quitado las bragas y me abre las piernas. Lo miro pidiendo que no lo haga. Parece fuera de sí, no deja de mirar mi coño. ¡Oh Dios, qué bueno! Nunca pensé en tener sexo con mi hijo, pero está tocando cada rincón de mi coño y me está volviendo loca. Su lengua se agita entre mis labios y acaricia con fuerza mi clítoris. ¡Voy a correrme! ¡Qué bien come mi hijo los coños!

Pablo agarra la cabeza de su madre y la aparta se su polla. Empuja la mía y me lleva hasta que mi boca está encima de su glande. Sé lo que tengo que hacer. Abro la boca y me trago su polla, siento como su glande choca contra mi garganta y no paro de mamar. Mi hijo sigue lamiendo mi coño y va a conseguir que me corra. ¡Sí, seguid los dos! La mano de Pablo me empuja la cabeza y su polla entra hasta ahogarme. ¡Me voy a correr!

[Rocío]

Mi hijo me ha quitado su polla. Miro a mi marido que le come el coño a su madre que gime mientras la polla de Pablo le entra hasta lo más profundo de su garganta.

-    ¡Vamos mamá! – me dice mi hijo - ¡Quítate las bragas y dame tu coño! ¡Tengo hambre de ti!

No hace falta que me ruegue. De pie en el sofá, me quito la falda y después las bragas. Abro mis piernas y le coloco el coño a la altura de su boca. ¡Sí, siento su lengua lamer mi raja! Su lengua juega con mis labios vaginales y poco a poco consiguen que se separen. Un gran calambre de placer recorre mi espalda cuando su lengua se introduce y me acaricia la entrada de mi vagina, intenta meterla como si me follara con su lengua. Miro atrás y descubro a mi hija con su amiga. Las dos nos miran, con sus piernas bien abiertas, metiendo sus dedos en su jóvenes coños mientras se besan. Las manos de Pablo se aferran a mi culo y me empujan para que mi coño esté totalmente pegado a su boca. Su lengua explora mi coño y juega con mi erecto clítoris. Mis piernas empiezan a temblar, estoy gozando y voy a correrme en un momento. Escucho a la abuela que empieza a gemir al sentir el orgasmo que le provoca su hijo, mi marido. Aprovecho que la polla de mi hijo está libre y me siento sobre ella, sin penetración. Mis labios vaginales envuelven su gruesa polla y muevo mis caderas para frotar nuestros sexos.

-    ¡Eso me gusta mamá! – las manos de mi hijo agarran mi culo y yo me agito sobre él.

[Abuela]

Mi cuerpo se agita con lo que me hace mi hijo. Siempre he pensado que era un inútil al no satisfacer a su mujer en la cama, pero tal vez lo que él necesitaba era una situación tan morbosa y excitante como esta para que hiciera todo lo que él sabe hacer. Ha hecho que se corran las dos niñas y yo. Tal vez es tiempo de devolverle el favor. Lo empujo para que me deje. Me levanto y lo agarro de la mano.

-    ¡Ven hijo! – lo llevo hasta ponernos delante de las dos niñas que están masturbándose mientras se besan.

Me quito la falda y la camisa que llevo. Quedo en sujetador y con un portaligas y una medias. Él mira a las dos niñas y a mí, de unas a otras. Está excitado y su pantalón muestra la erección que tiene. Me arrodillo delante y desabrocho su pantalón. Lo dejo caer y después bajo sus calzoncillos hasta abajo. Su erecta polla está delante de mi cara. No es tan grande como la de Pablo, pero está igual de dura. La agarro con una mano y la agito. Él me mira y después vuelve a mirar a las niñas. Abro la boca y meto su polla, comienzo a mamarlo y siento su mano que acaricia mi cabeza. Lo miro desde abajo y él no deja de mirar a las niñas que se masturban para él. No tardo mucho en sentir el semen de mi hijo en mi boca. No me detengo, mientras está eyaculando, sigo mamando y tragando su semen. Él gime y me agarra la cabeza para descargar toda su leche en mi boca. Cuando saco su polla, está totalmente limpia, me he tragado todo su semen.

[Hija]

¡Estoy totalmente caliente! He visto como mi abuela le ha mamado la polla a mi padre, su propio hijo. Cuando se ha corrido en la boca de mi abuela y ella se ha tragado todo, un enorme orgasmo ha hecho vibrar todo mi cuerpo. Laura no ha perdido detalle de lo que hacían los otros, no ha apartado la vista mientras mi abuela se tragaba la polla y engullía todo el semen de mi padre. Creo que mi amiga se ha corrido varias veces mientras su mano acariciaba su coño. ¡No puedo más!

Me levanto y me marcho para sentarme junto a mi madre y mi hermano que se besan y se acarician en el otro sofá. Los miro. Pablo me sonríe mientras mi madre gime agitando su cuerpo sobre la polla de mi hermano, su cara muestra el placer que está sintiendo.

•    ¡Vamos hermanita! - son sus únicas palabras.

Empuja el cuerpo de mamá para que deje espacio entre ellos. Puedo ver que no la está penetrando, ella frota su coño contra la endurecida polla de mi hermano y veo asomar su grueso glande entre los labios vaginales de mi madre. Sé lo que mi hermano quiere, tiene hambre y le voy a dar de comer.

•    ¡Tráelo a mi boca! - me dice cuando abro mis piernas y las pongo a ambos lados de su cuerpo - ¡Este coñito es el más delicioso que he probado nunca!

Sus manos agarran mi culo y lo empuja hasta que mi mojado coño está sobre su boca. Apoyo una mano en la pared y la otra sobre su cabeza. Estoy deseando sentir su lengua jugando con mi coño. ¡Sí, sí, su lengua juega con mis labios vaginales para entrar en mi vagina! Mi coño se moja aún más.

[Rocío]

¡Este cabrón ya ha probado el coño de mi hija! Lo ha dicho y ella no ha tardado en darle lo que él le pedía... No me gusta que ella le ofrezca su coño, pero no puedo hacer nada por evitarlo. Estoy tan caliente sintiendo su enorme polla en mi coño que no me opongo a que le coma el coño a su hermana, es más, quisiera tener su polla y su lengua a la vez en mi coño.

Veo cómo el cuerpo de mi hija se agita sobre la boca de mi hijo, está gozando... Me siento tan caliente que no puedo evitar unirme a ellos. Sin pensarlo, llevo mi boca al redondo culo de mi hija y mordisqueo sus glúteos, mis caderas se agitan más rápido y la polla presiona más mi endurecido clítoris. Escucho los gemidos de mi hija, le gusta que su hermano y su madre se la coman, por delante y por detrás. ¡Pablo para...! ¿Qué hace? Aparta a mi hija y me quita de encima...

[Pablo]

Estas dos me tienen totalmente excitado. El coño de mi madre frotando tan fuerte mi polla va a conseguir que me corra si haberlas follado. El delicioso coño de mi hermana me pone demasiado caliente. Agarro a mi hermana y la pongo en el sillón, boca arriba, con las piernas bien abiertas... Veo su coño totalmente mojado y dilatado. Ahora agarro a mi madre y la pongo junto a la otra, de igual forma. El coño de mi madre está preparado para que la penetre, pero aún no.

[Abuela]

¡Me he convertido en una pervertida! ¡He disfrutado la corrida de mi hijo, el sabor de su semen! Agito levemente su polla que ha menguado. Miro a la amiga de mi nieta, sus flujos chorrean por la raja de su coño y pasan por su ano hasta caer en el sofá, está totalmente mojada. Mi hijo la mira con deseo, con mucho deseo. No lo pienso, coloco mi cuerpo sobre esta chiquilla y le abro bien las piernas... Separo las mías para que nuestros coños queden bien expuestos, uno sobre el otro.

•    ¡Vamos hijo! - miro hacia atrás a mi hijo - ¡Cómete estos dos coños!

[Jorge]

Mi madre es una gran puta. Se ha colocado de forma que me ofrece los dos coños, el suyo y el de Laura. Me arrodillo delante de ellas, pongo mis manos en el culo de mi madre y miro sus coños, los dos se agitan, mojados y deseosos de que mi lengua se agite en ellos. Meto un dedo de cada mano en cada coño, los agitó y siento el cálido y húmedo interior de sus vaginas. El coño de Laura es más estrecho que el de mi madre, a esta última le meto dos dedos a la vez… Mi madre ronronea mientras la chiquilla gimotea. ¡Increíble, mi polla vuelve a crecer! Estoy tan excitado que aunque me he corrido, mi polla vuelve a estar preparada para follar… aunque sea mi madre, o mejor dicho, más excitado por ser mi madre y la joven amiga de mi hija.

[Abuela]

Ya me ha comido el coño antes, pero necesito que su lengua acaricie mi vagina. Mamarle la polla y tragarme su corrida me ha encantado, me siento una guarra y sucia madre y necesito que la boca de mi hijo me haga gozar otra vez.

¡Dios, ha sacado sus dedos de mi vagina y ahora me comerá el coño! ¡Sí, sé que lo está deseando! Sus manos separan los cachetes de mi culo… ¡Sí, cómete a mamá!

[Jorge]

He sacado los dedos de los coños de mis amantes. Separo los labios del delicado coño de Laura y veo como la entrada de su vagina se agita deseando devorar mi polla… Deseo meter mi polla en el virginal coño de esta niña… Pero no puedo… Es una menor y tal vez tendría problemas si alguien se entera… Pero con que se supiera lo que hemos hecho ya sería suficiente para pasar un tiempo en prisión… ¡Pero no puedo resistir! Agarro el culo de mi madre con las dos manos, separo sus cachetes y puedo ver la raja de su coño y su oscuro ano. Acerco mi polla hacia el caliente coño de la niña, pongo mi glande sobre sus labios vaginales, justo sobre la entrada de su vagina. ¡Un buen empujón y mi polla entrará! ¡Sería el primero en ocupar su caliente vagina!

Miro el coño de mi madre… gotea flujos, está tan caliente como yo. Miro atrás y veo a Pablo que ha colocado a mi mujer y mi hija en el otro sofá, totalmente abiertas de piernas… ¡Espero que no se folle a mi hija! ¡A mi mujer le puede hacer todo lo que desee, no me importa! Lo veo hundir su boca en el coño de Rocío… ¡Siento una gran excitación! ¡Voy a clavar mi polla!

[Pablo]

Mi hermana y mi madre están en el sofá con las piernas bien abiertas, separándose los labios vaginales para ofrecerme sus coños. Hundo mi boca en el coño de mi madre. Con rápidas lamidas pruebo su coño, sabe diferente al de mi hermana, pero me gusta.

Apenas estoy en el coño de mi madre y paso a chupar a mi hermana. Paso de uno a otro y disfruto de los aromas de sus coños.

-    ¡Ah, si hijo! – escucho la voz de la abuela - ¡Fóllame!

[Abuela]

La sorpresa me ha vuelto loca. Esperaba la juguetona lengua de mi hijo frotando mi coño, pero ha clavado toda su polla en mi coño de una vez, hasta lo más profundo de mi coño. Se agita frenético y siento sus huevos chocar contra mi coño.

-    ¡A mí también, a mí también! – imploraba Laura mientras mi hijo se agita sobre mi culo y me folla enloquecido - ¡Clávamela entera! – pide la enloquecida joven.

Nunca hubiera imaginado tener sexo incestuoso con mi hijo, nunca me pasó por la cabeza, pero aquí estoy, sobre una chiquilla a la que acaricio mientras siento la polla de mi hijo que me penetra una y otra vez. Con Pablo siento más placer por tener una polla tan grande, pero la excitación que me produce que mi propio hijo me folle no se puede comparar con lo que siento con Pablo.

[Rocío]

El cabrón de mi hijo nos tiene a las dos locas. Me vuelve loca cuando mete su lengua en mi coño, pero verlo lamiendo a mi hija también me excita. Y ahí está. Me mira y agita su mano sobre la polla, esa gruesa y enorme polla. ¡Dámela! Le pido con mi pensamiento mientras nos miramos a los ojos. Dobla las piernas mientras agarra su polla para dirigirla hacia mi coño… Lo va a hacer.

Mi hija se arrodilla junto a nosotros y se agarra a mi pierna para mantenerla bien abierta. Nos mira, no se pierde detalle de lo que hace su hermano. Siento sobre mi coño el redondo glande de mi hijo, mi vagina se agita deseando tenerlo dentro. Un placer inmenso me invade cuando frota su glande por toda mi raja, sin penetrarme. Juega conmigo, con mis ganas de follar, con mi deseo de tener a mi hijo. Mi coño no deja de lanzar flujos para que su polla me penetre sin ningún tipo de resistencia. Si antes dudaba de tener sexo con él, ahora estaría todo el día follándolo.

[Pablo]

Coloco mi polla en la entrada de la vagina de mi madre. Empujo un poco y sus labios vaginales envuelven ligeramente mi glande. La miro a los ojos, ella me mira. Su hermosa cara me pide que hunda mi polla en ella… ¡Es tan bella! Un sentimiento más allá del placer me invade, amo a mi madre.

-    ¡Sí, cariño! – mi polla empieza a entrar en su vagina y mi madre gime - ¡Quiero tenerte dentro de mí!

Mi hermana está junto a nosotros, de rodillas, a poca distancia de nuestros sexos. No pierde detalle de como mi polla va entrando poco a poco en nuestra madre, como separa sus labios vaginales y dilata su vagina. Pasa su mano por debajo de mis piernas y acaricia mis huevos. Empujo hasta que mi polla está completamente dentro de mi madre.

-    ¡Sí, hijo, fóllame! – gime mi madre.

-    ¡Vamos Pablo, has que se corra! – me anima mi hermana.

Suavemente empiezo a sacar y meter mi polla en la vagina de mi madre. Ella se retuerce y gime con cada penetración. Una mano de mi hermana acaricia mis huevos, mientras la otra acaricia el clítoris de mi madre.

-    ¡Mamá está gozando! – mi hermana nos acaricia y me besa en la cadera mientras follamos.

[Jorge]

Estoy enloquecido, agarrado a las caderas de mi madre, la follo como nunca antes había follado a una mujer. Mi cuerpo golpea el redondo culo de mi madre produciendo un excitante ruido. Ella gime y se retuerce mientras la joven compañera protesta para liberarse y ser follada. No sé si debería follarla. Saco la polla de mi madre y quedo de pie mirándolas.

-    ¡Yo también quiero! – dice Laura zafándose de mi madre y colocándose a cuatro patas sobre el sofá.

Mi madre está medio recostada junto a la joven. Nos miramos como si nos preguntáramos qué hacer con ella. Se encoje de hombros y me hace un gesto para que la folle.

Laura está ansiosa y nerviosa por que le meta mi polla. Su culo en pompa me pide que la posea. Pongo mis manos sobre su redondo y prieto culo, me deleito tocándolo. Separo sus cachetes y puedo ver su coño y su ano. Me arrodillo detrás de ella y hundo mi boca en su culo. MI lengua se agita y lame todo, sin miramiento, su ano y su culo. Ella gime y se agita.

Me pongo de pie tras ella. Me ofrece su joven culo, lo acaricio y aún dudo de hacerlo… Siento en mi culo una boca que me besa los cachetes, las manos de mi hija me acarician las caderas hasta llegar a mi polla. Me masturba suavemente mientras pienso en penetrar a Laura. Mi hija hace que me sienta más excitado.

Mi madre se sienta junto a Laura. Sus manos agarran el culo de la joven y separa los cachetes para ofrecerme su coño. Siento que pierdo el control cuando mi madre baja la cabeza hasta el culo de Laura, abre la boca y deja caer saliva en la raja de su culo. La mano de mi hija tira de mi polla y la acerca al coño de su amiga. ¡No puedo más! Los dedos de mi madre separan los labios vaginales de la joven y puedo ver el rosado interior de su vagina. Mi glande toca la suave y mojada piel de la chica.

-    ¡Sí, fóllame! – Laura gime y mueve su culo, mi glande se pierde en el interior de su vagina.

Me agarro a la fina cintura de Laura y la muevo para que mi polla entre y salga de su coño. Gime y agita su culo. Sé que esto no está bien, pero la excitación que me produce esta joven no la puedo controlar. Con cada movimiento mi polla entra más en ella, casi entra por completo. Miro abajo y puedo ver su culo y como mi polla la penetra y dilata sus labios vaginales.

Por debajo aparece la cabeza de mi hija. Está bocarriba y acerca su boca para empezar a lamer mis huevos que se agitan mientras penetro a su amiga. Seremos unos pervertidos, pero nunca había sentido tanto placer. Mi polla entra cada vez más hasta que empujo con todas mis ganas y la penetro por completo, aguantando mi polla por unos segundos completamente hundida en su vagina.

-    ¡Sí, fóllame! – me dice la joven que parece haber follado antes.

Siento la lengua de mi hija que juega con mis huevos mientras mi polla está perdida dentro de su amiga. Mi madre tiene la cabeza sobre el culo de Laura y me mira. Puede ver que estoy enloquecido por follar a aquella joven, por sentir las caricias de mi hija… Saco la polla de Laura y la dejo sobre su culo, erecta y esperando algo. Mi madre sabe lo que quiero. Su boca se aferra a ella y me mama un poco. Mi hija lame el coño de su amiga mientras espera que la penetre otra vez. No la hago esperar mucho. Me muevo y la mano de mi hija dirige mi polla hasta el coño de su amiga. La penetro de nuevo y la follo mientras mi hija me lame los huevos y mi madre se abraza a mí para acariciarme el culo y ofrecerme su boca.

[Rocío]

Mi hija se ha marchado y mi hijo incrusta su enorme polla en mi coño. Me tiene completamente abierta de piernas, sobre el sofá bocarriba mientras que lo veo botar sobre mí. Puedo ver como su polla se hunde en mi coño y después vuelve a salir, una y otra vez…

[Abuela]

Las dos niñas se están ocupando de mi hijo, es hora de ocuparme de Pablo. Lo miro. Está botando sobre su madre y clava su polla hasta los huevos en su coño. ¡Yo también quiero esa polla! Follar con mi hijo ha estado bien, pero mi coño necesita sentirse bien lleno.

Me coloco detrás de Pablo y lo acaricio. Apenas me echa cuenta mientras folla a su madre. Me subo en el sofá y a cuatro patas me coloco encima de mi nuera. Ella gime cada vez que la polla de su hijo le llega a lo más hondo de su coño. Me voy moviendo con cuidado sobre ella y le ofrezco mi culo a él. Ya casi estoy en posición.

-    ¡Qué buen culo tienes abuela! – siento sus manos agarrarme por las caderas y colocarme en posición - ¡Te voy a dar mi polla!

Apenas puedo colocarme cuando su polla hace presión en mi coño y me penetra por completo. Está mojada con los fluidos de mi nuera y me penetra por completo casi sin esfuerzo. Me siento completamente llena con su polla y siento que tanto placer me hace perder el sentido. Entra en mí con fuerza, embistiéndome con ganas. Sus huevos chocan contra mi coño con cada penetración, arrancándome gemidos de placer.

[Rocío]

La vieja ha venido y mi hijo ha dejado de follarme. ¡No puede ser! Estoy demasiado caliente, necesito más sexo, necesito a mi hijo. Las tetas de mi suegra cuelgan delante de mi cara, se agitan con cada embestida que mi hijo le da. Sus pezones están erectos y muy grandes. No sé la razón, pero la excitación me hace agarrar sus tetas y mi boca mama sobre sus pezones. Los gemidos de la vieja se hacen más intensos.

Siento que mi hijo se mueve y en mi coño su polla presiona hasta que me vuelve a penetrar. Suelto la tetas de mi suegra y cierro los ojos para gozar de esta sensación. Mientras mi hijo me folla, mi cabeza da vueltas. Pienso que nunca me atrajeron las mujeres, pero él ha conseguido que mame las tetas de la abuela.

Las profundas penetraciones de esa polla me van a llevar al orgasmo. Gimo y me retuerzo de placer, me queda poco para correrme. La boca de mi suegra se une a la mía y nos besamos desenfrenadamente. ¡No puedo más! Mientras la polla de mi hijo entra y sale de mi coño y la lengua de mi suegra juega con la mía en mi boca, siento que mi coño se vacía al sentir un intenso orgasmo que me hace agitarme sin control, siento mi sexo totalmente mojado mientras él no para de follarme.

[Jorge]

Estoy agarrado al culo de Laura y la follo. Mi hija está debajo de nosotros, de nuestros sexos, lamiendo y acariciándonos mientras mi polla entra en su joven amiga. Ya me he corrido antes con mi madre y ahora me cuesta correrme, a mi edad es más difícil, pero la situación me produce tanto placer que mi polla permanece erecta y dura por más tiempo. Sigo follando a Laura que gime de placer.

Mi hija se levanta, sube al sofá y coloca cada pierna a un lado de su amiga. Está frente a mí. Nos miramos y ella tiene una hermosa sonrisa.

-    ¡Te gusta follar a mi amiga! – me susurra al oído y su cuerpo desnudo se roza con el mío - ¡¿Quieres mamar las tetitas de tu hija?!

¡No puedo resistir tanta excitación! Se separa un poco de mí y me ofrece sus turgentes tetas. No dudo, mi boca se aferra a los pezones y la mamo mientras no dejo de penetrar a Laura. Mi hija gimotea, Laura grita de placer. En la habitación se escucha los gemidos de todos los que estamos allí follando.

[Abuela]

No he podido resistirme a besar a mi nuera. Rocío siempre me ha parecido una mujer hermosa, pero ver su cara en el momento en que se iba a correr me ha excitado al punto que no he podido resistirme a besarla hasta que ha conseguido su orgasmo.

Continúo besándola hasta que su placer parece menguar. La miro a los ojos y siento como la polla de Pablo entra de golpe en mi coño, hasta el fondo.

-    ¡Sí hijo! – el placer me posee - ¡Folla a la abuela!

Me está follando más fuerte de lo que nunca lo ha hecho. Su polla entra en lo más profundo de mi vagina y siento que me va a romper. No para, cada vez lo hace con más fuerza. Rocío me agarra la cabeza y me fuerza a besarla. Jadeo cuando su lengua invade mi boca y no puedo separarme de ella. Mi vagina y mi boca están ocupadas con el hijo y la madre, no dejo de sentir placer y ya casi me voy a correr.

La gruesa polla se clava por completo en mi coño y siento el cálido chorro de esperma de Pablo. Se está corriendo y su leche hace que mi placer aumente hasta conseguir mi orgasmo. Él no para, vuelve a penetrarme cada vez que quiere lanzar más semen en mi vagina… Una y otra vez, en cada penetración siento su esperma llenar mi vagina.

[Jorge]

Mamo las tetas de mi hija mientras mi polla se clava en el coño de su amiga. No puedo aguantar mucho más. Quiero correrme pero no lo puedo hacer dentro de Laura. Saco mi polla y la agarro con la mano apunto de correrme.

-    ¡Sobre mi pecho! – me dice mi hija que se sienta sobre el culo de su amiga.

Miro a un lado y otro. Pienso en lanzar mi semen a la boca de Laura. Sigo mirando y Pablo saca su polla de mi madre y se aparta de ella. Allí está mi madre con el culo en pompa mientras mi mujer está bajo ella con sus piernas totalmente abiertas. No lo pienso más.

Me dirijo a ellas y clavo mi polla en mi mujer. Suelto un buen chorro de semen y le saco la polla para clavarla en mi madre. Hundo mi polla y la dejo dentro del caliente coño. Siento los espasmos de mi polla que lanza el poco semen que me queda. Caigo sin fuerzas junto a ellas.

Miro a los otros. Laura ha venido donde estoy y acaricia mi polla sacando las últimas gotas de semen. Mi hija está de rodillas delante de Pablo y acaricia y besa su polla. Mi mujer y mi madre están en el sofá recuperando las fuerzas mientras se acarician.

[Pablo]

Vine aquí buscando una madre a la que perdí al poco tiempo de nacer, pero he encontrado toda una familia, una familia feliz de tener sexo entre nosotros, en la que afloraron los deseos más íntimos y que hemos hecho realidad. Sólo espero que sigamos tan unidos por mucho, mucho tiempo.

Pasó el tiempo y Pablo y su nueva familia llegaron a tener una relación abierta y sincera en la que el sexo entre ellos era algo habitual. Todos tenían sexo entre todos, menos la joven Esperanza. Ella también tuvo sexo, pero nunca la penetraron. El día en que celebraron la fiesta de su dieciseisavo cumpleaños, todo fue perfecto. Tuvo muchos regalos de sus amigos y familiares y estuvieron hasta altas hora de la noche en la fiesta. Cuando todos se marcharon y sólo quedó la familia, Jorge y Rocío llevaron a su hija para darle un regalo especial.

[Jorge]

-    ¡Hija! – la llevamos por el pasillo hacia nuestra habitación – Has cumplido dieciséis años y ahora te vamos a dar nuestro regalo…

Abrimos la puerta y Pablo y mi madre esperan dentro de la habitación.

-    Si quieres, esta noche podrás follar con nosotros… - todos la miramos para ver qué quiere hacer.

[Hija]

-    ¡Sí quiero! – desde que vino Pablo he deseado follar con él, pero desde aquella noche en que todos tuvimos sexo, deseo que me hagan lo que se les ocurra a ellos - ¡Hacedme lo que queráis! – beso a mi padre en la boca y me subo en la cama.

Mi madre sube a la cama y se sienta a la altura de las almohadas. Abre sus piernas y golpea en la cama para que me coloque en medio, me pone bocarriba. Sus manos acarician mis pechos.

Mi padre se acerca a mí y me besa hundiendo su lengua en mi boca. ¡Me vuelve loca cuando me besa! Siento que mi abuela se sienta junto a mí y su mano acaricia mis muslos subiéndome la ropa poco a poco. Noto que mis bragas están a la vista de todos.

Las manos de Pablo me quitan los zapatos y después me bajan las medias hasta quitármelas. Siento sus labios besar mis piernas, despacio, desde mis pies va subiendo. Abro mis piernas y su mano me acaricia.

Mi abuela consigue desabrocharme el vestido. Me pongo de rodillas, estoy rodeada por mi familia. Me quitan el vestido y quedo en bragas y sujetador, a merced del incestuoso deseo de los cuatro.

Beso de nuevo a mi padre y las manos de mi hermano acarician mi culo. Mi abuela desabrocha mi sujetador y mi madre lo retira por delante. La boca de mi padre se dirige a mamar una de mis tetas, la otra es presa de mi abuela.

Miro a mi madre que me sonríe. Me besa suavemente en los labios y siento las manos de Pablo que me baja las bragas hasta las rodillas.

Mi coño ya se ha mojado. Mi regalo es hacerme gozar entre todos. La boca de mi madre se aferra a la mía; la de mi padre chupa un pezón mientras el otro es para mi abuela. Pablo se dedica a lamer y mordisquear mi culo mientras sus dedos juegan con mi coño. ¡Estoy en la gloria!

Todos me acarician y besan, por todas partes. Me tienen en el centro de la cama y soy el centro de atención. Cuando me doy cuenta, los cuatro están desnudos. Me colocan de rodillas en medio de la cama. Pablo me abraza por detrás y siento su poderosa polla pegada a mi culo. ¡Quiero que me folle! Mi madre se coloca de rodillas a un lado y mi abuela igual al otro lado. Mi padre se pone de pie delante de mí.

Las manos de mi hermano acarician mi cuerpo hasta agarrar mis tetas. ¡Me siento en la gloria! Miro a mi padre que tiene su polla totalmente erecta. Se acerca a mí hasta que su glande está a poca distancia de mi boca. Mi madre agarra la polla y la acaricia. ¡No puedo más! Abro la boca y me la trago entera, hasta que toca mi garganta. Pablo frota su polla contra mi culo mientras sus manos amasan mis tetas. ¡Estoy en la gloria!

Suelto la polla de mi padre para coger un poco de aire, mi abuela me la roba y la mama. Mi madre le acaricia los huevos y mi padre gimotea por el placer.

-    ¡¿Te gusta hermanita?! – me susurra Pablo al oído.

-    ¡Es el mejor regalo que me podía dar mi familia! – una de las manos de mi hermano baja a mi coño y lo acaricia, un dedo empieza a castigar mi clítoris.

Mi padre le retira su polla a mi abuela y mi madre y me la ofrece. Vuelvo a mamar mientras las otras acarician y besan el culo de mi padre. Pablo muerde suavemente mi espalda sin separar su polla de mi culo. Abro un poco mis piernas y su dedo juega dentro de mi vagina, intentando encontrar el punto donde sienta más placer.

Todos se mueven. Pablo deja de acariciarme y se pone en pie en la cama. Mi padre se pone a un lado de mí y me ofrece su polla, mi madre y mi abuela se colocan de rodillas frente a mí. Por el otro lado aparece la enorme polla de mi hermano. No lo dudo, dejo la de mi padre y me lanzo enloquecida a mamar a mi hermano. Mi madre acaricia el cuerpo de mi padre, mi abuela acaricia a mi hermano mientras yo voy mamando las dos pollas; a veces la gruesa polla de Pablo, a veces hundo hasta la garganta la de mi padre. Las manos de ellos acarician mis tetas. Mi madre y mi abuela chupan y besan la polla que yo no atiendo, se besan, lamen las dos a la vez la polla de turno.

Sin previo aviso, me retiraron las pollas y ellas me hicieron tumbarme en la cama bocarriba, en medio. Pablo y mi padre estaban a los pies de la cama de rodillas, mirándonos a las tres. Mi abuela y mi madre se colocaron a ambos lados de mí, con las piernas de forma que mostraban sus coños a los hombres. Ellos no quitaban los ojos de nosotras.

Pablo hizo una seña con la mano a mi padre. Mi madre y mi abuela me subieron las piernas y las mantuvieron bien abiertas. Mi coño estaba preparado para los hombres. Primero fue mi padre. Se agachó entre mis piernas y besó mi coño. Del beso pasó a lamerlo y entre tanto placer, cuando me di cuenta, su lengua jugaba en el interior de mi vagina. No paraba de lanzar flujos, mi vagina rebosaba de placer.

Mi madre se inclinó y me ofreció sus tetas. No rehusé su ofrecimiento y le mamé con ganas. Mi abuela nos miraba y acariciaba mis tetas. Giré la cabeza y miré a mi abuela. Entendió mi necesidad y también me ofreció sus tetas para que la mamara.

Mi padre seguía ofuscado en chupar mi coño cuando mis caderas empezaron a botar por el placer. Me estaba corriendo y puse mi mano sobre la cabeza de mi padre para que no parara de lamer mi coño. Gemía y me retorcía de placer. Mi padre había arrancado un orgasmo con su boca en mi coño. Mi mano empujó su cabeza cuando el roce de su lengua empezó a molestarme. Él se retiró y su boca mostraba el brillo de los flujos que le lancé, se colocó tras su madre para acariciarla y mirar.

Mi hermano se acercó a mí, caminando de rodillas, con su polla totalmente erecta. ¡Por fin me va a desvirgar! Deseaba que la polla de mi hermano se clavara por completo en mi coño. Abrí más la piernas y mi coño lo esperaba dilatado para recibirlo en mi vagina.

Me agarró y me hizo colocarme a cuatro patas. No esperaba aquello, me iba a follar por detrás. Sin esperarlo, sentí sus manos abrir mi culo y su lengua se deslizaba por mi coño y mi culo. Ahí se detuvo. Su lengua jugaba con mi ano, lamía y me lo acariciaba con un dedo. Sentía su cálida saliva sobre mi esfínter y aquello me hacía tener nuevas sensaciones que seguro me llevarían a un gran orgasmo.

Mi padre se sentó delante de mí ofreciéndome su polla. No dudé, estaba a cuatro patas y mientras mi hermano se dedicaba a lamer mi ano y meter sus dedos en mi coño, yo mamaba la polla de mi padre. ¡Estaba en la gloria! No veía nada, sólo tragaba la polla y sentía las caricias de mi madre, abuela y hermano en mi cuerpo.

Pablo dejó de tocarme y pensé que había llegado el momento de que su polla entrara por fin en mí. Mi padre me retiró la suya y quedé a la espera.

-    ¡El primero ha de ser el padre! – dijo Pablo y mi padre se colocó tras de mí.

Sentí como frotaba su polla contra mi coño. Estaba caliente y no podía aguantar más, quería sentir una polla dentro de mí. Mi madre y mi abuela me acariciaban y mi hermano besaba mi cuerpo. Sentí la presión del glande de mi padre en la entrada de mi vagina. Me gustaba sentirla, aunque sentía un poco de dolor. ¡Menos mal que no ha sido Pablo el primero! Pensé cuando sentí que mi padre había entrado en mi coño. Sentía mi vagina completamente llena con la polla de mi padre. Llevé una mano atrás para comprobar si ya me había penetrado por completo.

-    ¡No hija! – me susurró mi madre al oído – Sólo te ha metido la mitad…

Mi padre se movía despacio, empujando con suavidad y sacándola. Mi coño estaba empapado, pero aún así, sentía un poco de dolor al tener que amoldarse mi vagina a algo nuevo dentro de ella. Poco a poco iba entrando, podía sentir como mi padre iba llenándome, ocupando toda mi vagina. Las caricias de mi madre y mi abuela intentaban aliviar aquel leve dolor, pero el roce de la polla en mi clítoris era más intenso. Sentí los huevos de mi padre tocar mi cuerpo… ¡Ya me había penetrado por completo! Sus manos se aferraron a mis caderas y empezó a moverme para que su polla entrara y saliera. Mis flujos hacían que su polla se deslizara con más facilidad, mientras mi vagina se amoldaba a su polla.

Cuando me di cuenta, mi padre me follaba frenéticamente, golpeando mi cuerpo con sus huevos en el momento que metía su polla completamente en mi coño. Empecé a sentir un nuevo placer. Me había masturbado muchas veces tocándome el clítoris, incluso el hombre que ahora me follaba, me había comido el coño hasta hacerme ver las estrellas. Pero el placer que me daba la polla de mi padre en el interior de mi vagina era diferente… Cuando entraba por completo y golpeaba el interior sentía un placer especial que desembocó en un tremendo orgasmo. Mi cuerpo se tensó, casi pierdo el conocimiento cuando la polla golpeaba bestialmente mi coño y me llenaba por completo. Gemía y me retorcía de placer hasta que quedé sin fuerzas y me derrumbé en la cama. Mi cuerpo quedó encogido por el placer. Ellos me miraban sonriendo y mi hermano me besaba el cuello mientras yo aún sentía que mi vagina vibraba de placer.

Poco a poco aquel torrente de sensaciones fueron menguando y mi cuerpo se relajó. Mi hermano permanecía abrazado a mí, acariciándome suavemente, besándome con cariño. El orgasmo que me provocó mi padre fue el mejor que había sentido.

Sentí las manos de mi padre que separaban mis piernas. Se echó en medio y sus labios besaban mi coño, con suavidad, como si fuera mi boca. Pablo estaba junto a mí y mi madre y mi abuela se dedicaban a mamarle la polla.

-    ¡¿Quieres probar esta?! – me dijo mi madre mientras su mano acariciaba la enorme polla de mi hermano.

Quedé por un momento dudando. Sentir a mi padre me había dado mucho placer, pero Pablo era mucho más grande y tal vez me provocaría dolor… Pero si mi padre me había dado tanto placer, la de mi hermano siendo el doble pudiera darme más placer.

-    Sí. – dije y no parecí muy convencida.

-    Pues móntalo y controlarás la entrada de esta polla en tu coño. – dijo mi abuela.

La lengua de mi padre empezaba a lamer mis labios vaginales cuando le retiré el coño. Mi hermano se puso bocarriba en medio de la cama. Me puse de rodilla y miré su enorme polla. Desde que llegó he estado deseando tenerla dentro de mí, ahora que puedo tenerla siento un poco de miedo.

Abrí las piernas y me senté sobre él. Al igual que la primera vez, restregué mi coño a todo lo largo de su polla. Ahora que había sentido una polla dentro, aquel grosor me creaba la duda de si me gustaría. Levanté mi cuerpo y la mano de mi abuela agarró la polla para dirigirla hacia mi vagina.

-    ¡Despacio cariño! – me dijo mi abuela y sentí el grueso glande en la entrada de mi vagina - ¡Deja caer tu cuerpo poco a poco!

Obedecí a mi abuela y cuando el glande de Pablo empezó a empujar en mi vagina y a dilatarla, mi mente se embriagó y era como estar en un sueño. Un largo gemido salió de mi boca al dejarme caer un poco más y sentir como su polla empezaba a dilatarme por dentro. Pablo no se movía, me dejaba que yo me la fuera metiendo. Él sonreía al verme la cara. Gemía de placer y a veces sentía que mis labios vaginales no iban a poder dilatarse más por la presión de su polla.

Mi hermano puso una mano sobre mi vientre y su dedo gordo empezó a acariciar mi clítoris. Me masturbaba mientras su polla iba dando de sí mi vagina. Miré a mi abuela con los ojos desencajados.

-    ¡Falta más de la mitad! – me agarré a ella al sentir tanta polla dentro de mí – Muévete poco a poco, metiendo un poco más cada vez…

Era fácil de decir, pero mi hermano tenía un aparato que no era lo mejor para una principiante, aunque ya me hubiera desvirgado mi padre. Entonces sentí las manos de mi padre que me levantaban de Pablo. Me empujó hacia delante y mi culo quedó en pompa. Llevó su polla a mi coño y me penetró suavemente pero decididamente. Aquella polla entró sin problema hasta el fondo, me dio unas cuantas penetraciones y me sacó la polla.

La mano de mi abuela volvía a llevar la polla de mi hermano hasta mi vagina. Lanzó saliva al glande y le dio dos o tres mamadas. De nuevo sentí su grueso glande empujar y ahora ya entró más.

-    ¡Ya te queda poco cariño! – dijo mi abuela que puso su cabeza junto a mi culo para ver como mi hermano entraba en mí.

Hice un esfuerzo y me dejé caer sobre la polla. No fue dolor, no fue un placer extremo. La sensación fue como que mi hermano me había atravesado con su polla todo el cuerpo. No sabía decir donde la sentía, parecía que me había llegado a la barriga.

Las manos de mi hermano agarraron mi culo y lo acariciaba. Esperaba clavado completamente en mí a que yo me moviera. Empecé poco a poco, él sólo acompañaba mis movimientos con sus manos en mi culo. Aquella presión que sentía en mi vagina se iba volviendo en un placer cada vez más intenso. No sabía dónde me estaba tocando su polla, pero por momentos me sentía abrumada por el placer de tener la enorme polla de mi hermano dentro.

Mi placer iba en aumento. Todos lo podían ver y las manos de mi hermano empezó a mover mi culo y a aumentar el ritmo de la penetraciones. Yo gemía y gritaba al sentirme tan llena. Pablo paró mi culo y empezó a mover sus caderas rápidamente, hasta tal punto que sentía sus huevos golpear mi culo. Me follaba bestialmente y el placer empezaba a hacerme perder la razón. Me incorporé y hundí su polla por completo en mi coño. Mis caderas se movieron involuntariamente y frotaba con ansias mi coño contra el cuerpo de mi hermano. Iba a correrme. Miré a mi abuela y mi madre que se masturbaban mientras nos miraban. Mi padre me acercó su polla a la boca y olí el aroma de mi coño impregnado en su glande. Se la mamé mientras me invadía un enorme placer al sentir el orgasmo que me produjo la polla de mi hermano que estaba en lo más profundo de mi vagina. Abrí la boca y solté la polla de mi padre para dedicarme a gemir enloquecidamente. Las manos de Pablo me obligaban a moverme sobre su polla… Caí rendida sobre su cuerpo mientras me convulsionaba y mi vagina daba extraños espasmos de placer. Me sacó su polla y me dejaron en medio de la cama.

Pablo cogió a mi madre y la puso a cuatro patas a un lado de mí, mi padre hizo lo mismo con mi abuela, una frente a la otra. Clavaron sus pollas en sus madres y las follaron desesperadamente mientras ellas se besaban. Podía verlo, lo hacían sobre mí. Ellas gemían y no tardaron en obtener sus orgasmos entre gemidos y gritos de placer. Mi padre fue el primero en descargar su semen en su madre, llenando su vagina. Miré a Pablo y después de unas cuantas penetraciones, clavó la polla por completo en mi madre y lanzó todo su esperma para llenar su vagina.

Los cinco nos abrazamos en la cama. Desde ese día haríamos nuestras orgías incestuosas cada vez que quisiéramos. Deseaba que nuestra familia siguiera unida para siempre de la misma manera que habíamos estado unidos esa noche, la noche de mi cumpleaños, la noche que perdí la virginidad, la noche que dos hombres me follaron, la noche en que mi madre y mi abuela me entregaron a mi hermano y mi padre. Ya nunca la familia fue igual, ya nunca el placer fue el mismo.